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En pocas y simples palabras ¿Porqué la justicia militar en Chile es

un sistema tan atrasado, superado y debe ser modificado?


En Chile, la justicia militar (JM) tiene un poder desproporcionado con respecto a un Estado
moderno democrático. Comparado con los estándares internacionales, éste sistema de JM es
anticuado, vulnera garantías constitucionales y otorga demasiadas atribuciones a los
militares sobre los ciudadanos civiles.
¿Cómo entender la justicia militar? En el mundo, fueron instituidos los sistemas de JM para
atender cierto tipo de delitos que no podrían ser ventilados en el sistema de justicia
ordinario, ya sea porque podría afectar los intereses de seguridad de un Estado o porque el
tipo de delitos requería un tipo de especialización necesaria en estas materias. En Chile, el
actual Código de Justicia Militar (CJM) data de 1925.
¿Cuál es el problema práctico con esto? En el caso de Chile, el problema es que las
facultades de este sistema de justicia son tan amplias, que no se dedica sólo a lo
estrictamente militar, sino que interviene en materias de orden civil; Si un ciudadano civil
es acusado de estar involucrado en un delito común, cualquiera sea, en el cual esté también
involucrado, ya sea como victima, victimario o cómplice, un militar o carabinero (en
adelante , con fines de facilidad narrativa del artículo, el término militares, incluirá a
carabineros) de servicio, el caso será derivado a la JM. Es el caso, por ejemplo, de quienes
son acusados de cometer o recibir o agresiones a la mano de obra de carabineros. O en el
caso de complicidad, quien sea acusado de cometer un ilícito, por ejemplo un robo, junto a
un militar en servicio, pasará a ser juzgado por la justicia militar. También los civiles
acusados de transgredir el código aeronáutico.
Cuando un Estado moderno organiza su poder, delega la función de administrar justicia a
un aparato especializado en aquello. La JM incurre por tanto en un debilitamiento al ámbito
de acción del Poder Judicial ordinario . Paradójico es que uno de argumentos para instituir
la justicia militar es la especialización en cierto tipo de delito, pero termina ocurriendo lo
contrario, pues tiene a su haber la jurisdicción sobre delitos para los cuales no está
especializado, con funcionarios, que por regla general, son militares sin especialización en
la administración de justicia los cuales (fiscales, jueces y auditores) tienen graduación
militar y se encuentran sometidos a la subordinación militar disciplinaria, es decir, sujetos a
la cadena de mando sin la independencia necesaria para ejecutar tal rol. En tanto, en
segunda instancia, el Tribunal (Corte Marcial) está integrado por mayoría de miembros
militares en servicio activo. Esto si es que se llega a esta instancia, pues muy pocos casos
los juicios encausados por este sistema apelables.
Revisando los modelos de JM existentes en el mundo para tiempos de paz, se encuentran
básicamente tres:
El primero anula totalmente la jurisdicción militar (Alemania, Francia). Luego aquel que
otorga una competencia limitada estrictamente al procesamiento de militares por delitos
militares (España, Portugal, Italia). En Tercer orden encontramos el modelo que permite el
amplio juzgamiento de tribunales militares a civiles, sólo presente en Bolivia y….Chile….
Y las falencias de la JM en Chile suman y siguen; vulnera garantías constitucionales como
el “debido proceso”, pues actúa a través de un sistema procesal “inquisitivo” (impone
severas restricciones a una “justa defensa”, pues el sumario es de carácter secreto, escrito y
burocratizado, se vulnera el principio de inocencia, no existe las instancias adecuadas donde
contraponer argumentos), en contradicción con la evolución del derecho moderno, el cual
aboga por una justa contraposición de las partes, a través de un juicio oral, con igualdad de
oportunidades, separando las funciones de investigación y juzgamiento (que en el
procedimiento inquisitivooperan en un mismo ente, el fiscal militar).
Asimismo, queda en entredicho el “principio de objetividad”; Si una de las partes de un
juicio y la persona que concentra en ella las labores de investigación y juzgamiento son de
la misma institución (institución que por cierto no es especialista en administración de
justicia), la otra parte con justa razón puede presuponerse en desventaja.
El año 2001, el Estado chileno, alineándose el Protocolo de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos relativo a la abolición de la pena de muerte (Boletín N° 4.733-10),
derogó parcialmente la pena de muerte. Parcialmente, pues sigue vigente en el Código de
Justicia Militar. Es decir, contradice las convenciones de Derechos Humanos que el Estado
chileno a suscrito.
Respecto al caso donde un ciudadano chileno vio vulnerado sus derechos por parte de la
JM, presentando un recurso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Caso
rotulado como Palamara Ibarne v/s Chile), ésta sentenció con fecha 22 de noviembre del
2005:
“La Corte estima que la estructura orgánica y composición de los tribunales militares
(chilenos), descrita en los párrafos precedentes, supone que, en general, sus integrantes
sean militares en servicio activo, estén subordinados jerárquicamente a los superiores a
través de la cadena de mando, su nombramiento no depende de su competencia profesional
e idoneidad para ejercer las funciones judiciales, no cuenten con garantías suficientes de
inamovilidad y no posean una formación jurídica exigible para desempeñar el cargo de
juez o de fiscales. Todo conlleva a que dichos tribunales carezcan de independencia e
imparcialidad El Estado (chileno) debe adecuar, en un plazo razonable, el ordenamiento
jurídico interno a los estándares internacionales sobre jurisdicción penal militar, de forma
tal que en el caso de que considere necesaria la existencia de una jurisdicción penal
militar, ésta debe limitarse solamente al conocimiento de delitos de función cometidos por
militares en servicio activo……”

Como se puede apreciar, en definitiva, el CJM en Chile es altamente ineficiente, sesgado,


atrasado, afecta los derechos ciudadanos de un juicio justo, vulnera normas de Derechos
Humanos y no se condice con los estándares modernos e internacionales de administración
de justicia, por eso es de suma necesidad una reforma del CJM que la restrinja al
juzgamiento exclusivo de militares por delitos estrictamente militares, o la eliminación del
mismo (al menos en tiempos de Paz) para avanzar en una profundización democrática del
Estado.
Martín Renom Vergara.

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