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Hoy en día y con una perspectiva asistencial y práctica, las tres estrategias de
tratamiento para la enfermedad de Alzheimer autorizadas por las autoridades
regulatorias locales argentinas (ANMAT-Administración Nacional de Medicamentos)
son los anticolinesterásicos, los moduladores glutamatérgicos y los reguladores de
factores neurotróficos.
Anticolinesterásicos:
Donepecilo:
Rivastigmina:
En estudios a largo plazo (96 semanas) se corroboraron los efectos beneficiosos sobre la
cognición y la conducta, y particularmente se observó un enlentecimiento de la
progresión de la enfermedad (Farlow, 2002). No produce hepatotoxicidad, y los efectos
adversos pueden ser náuseas, vómitos, diarreas, mareos y agresividad. Recientemente se
introdujo en el mercado una forma farmacéutica en parches que permite alcanzar la
dosis efectiva más alta con menos efectos adversos.
Galantamina
Cuatro estudios a doble ciego controlados contra placebo han demostrado efectos
beneficiosos de galantamina; sin embargo se han reportado efectos adversos
colinérgicos, particularmente en la etapa de ascenso a la dosis máxima (Raskind, 2000).
El último ensayo con 978 pacientes demostró una mejoría significativa en la función
cognitiva con el ADAS Cog. En este estudio, al igual que en otros ensayos, mejoró la
cognición en 20 a 26 semanas en un rango de 3 a 4 puntos. Las actividades de la vida
diaria y los síntomas conductuales también han demostrado una mejoría significativa y
con baja incidencia de efectos adversos más comunes (Raskind, 2000; Tariot, 2001). En
estudios clínicos los efectos adversos gastrointestinales (naúseas, vómitos, diarrea,
anorexia). La droga no parece afectar la calidad del sueño de los pacientes tratados.
Debido a la acción colinomimética de estas drogas se desaconseja su utilización en
casos con trastornos evidentes de la conducción cardiaca, úlcera gastroduodenal activa,
asma y EPOC.
Moduladores Gutamatérgicos:
Memantina
Factores Neurotróficos:
Cerebrolysina
Hasta el año 2005 había seis estudios (Ruether y cols., 1994, 2001; Bae y cols., 2000;
Xiao y cols.,1999; 2000; Panisset y cols, 2002.) que evaluaban los efectos de la
cerebrolisina en un total de 819 sujetos con demencia leve a moderada (cinco exclusivos
con enfermedad de Alzheimer). Esta droga demostró una mejoría significativa en la
cognición en cuatro de los 5 estudios, en medidas de impresiones globales (tipo CGI-
Clinical Global Impression) en los cinco y en conducta en dos de tres. Sin embargo los
resultados eran inconsistentes.
Conclusiones:
Las demencias son un problema importante para la salud pública aún en los países en
desarrollo. Desde hace 15 años existen medicaciones de comprobada eficacia para el
tratamiento de la enfermedad de Alzheimer (Serrano y Allegri, 2005).
Nuestro objetivo en esta revisión fue priorizar aquello disponible para acceso al clínico
en nuestro medio. Estas drogas actúan sintomáticamente mejorando la evolución,
retrasando la misma, y brindando una mejor calidad de vida tanto del paciente como del
cuidador.
Bibliografía
Fuente: www.alma-alzheimer.org.ar/