Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Conclusin
Siempre que fallamos, al desobedecer uno de los mandamientos de Dios, pecamos contra
l. Siempre que hacemos dao a otra persona, no slo pecamos contra ella, sino tambin
contra Dios. Cuando vemos la enorme misericordia de Dios al perdonarnos TODAS nuestras
transgresiones, nos damos cuenta de que no tenemos derecho a retener esta gracia para
con otros. Hemos pecado infinitamente ms contra Dios que lo que cualquier persona pueda
pecar contra nosotros. Si Dios nos perdona tanto, cmo podemos rehusar perdonar a otros
tan poco? La parbola de Jess en Mateo 18:23-35Mat 18:23 Por lo cual el reino de los
cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Mat 18:24 Y
comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le deba diez mil talentos. Mat
18:25 A ste, como no pudo pagar, orden su seor venderle, y a su mujer e hijos, y
todo lo que tena, para que se le pagase la deuda. Mat 18:26 Entonces aquel siervo,
postrado, le suplicaba, diciendo: Seor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagar todo.
Mat 18:27 El seor de aquel siervo, movido a misericordia, le solt y le perdon la
deuda. Mat 18:28 Pero saliendo aquel siervo, hall a uno de sus consiervos, que le
deba cien denarios; y asiendo de l, le ahogaba, diciendo: Pgame lo que me debes.
Mat 18:29 Entonces su consiervo, postrndose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten
paciencia conmigo, y yo te lo pagar todo. Mat 18:30 Ms l no quiso, sino fue y le
ech en la crcel, hasta que pagase la deuda. Mat 18:31 Viendo sus consiervos lo que
pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su seor todo lo que haba
pasado. Mat 18:32 Entonces, llamndole su seor, le dijo: Siervo malvado, toda
aquella deuda te perdon, porque me rogaste. Mat 18:33 No debas t tambin tener
misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Mat 18:34 Entonces su
seor, enojado, les entreg a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le deba. Mat
18:35 As tambin mi Padre celestial har con vosotros si no perdonis de todo
corazn cada uno a su hermano sus ofensas. Esta es una poderosa ilustracin de esta
verdad. Dios promete que cuando venimos a l, pidindole perdn, l nos lo concede
gratuitamente.