La ciencia médica no apoya resultados

La música desarrolla aptitudes

en niños especiales
• El próximo año se

abrirán en todo el país
programas que estimulan
el desarrollo físico-mental
del niño especial
• La disciplina, el com-
pañerismo y el afecto son
valores que la música in-
corpora al registro mental
del niño
Osjanny Montero González
20 de noviembre de 2009

Pensar que un niño en condición

especial no tiene habilidades y des-
trezas es un gran error que comete
la mayoría de la sociedad. Las fa-
milias integradas por uno de ellos,
a veces, peca por esconder o aislar
al niño impidiéndole hacer contac-
to con otros grupos y llevar una
vida mentalmente sana. Cohibicio-
nes, rabietas y bloqueos son reac-
ciones comunes en sus conductas,
pero estas pueden ser mejoradas si
se somete al niño a actividades que
estimulen su sistema neurológico.
Pintar, bailar, cantar o tocar al-
gún instrumento musical son algu-
na de las opciones que los padres
pueden utilizar para mejorar, no
sólo la conducta, sino también el
desarrollo cognitivo de sus peque-
ños. Estudios han demostrado que
la memoria a largo plazo puede
ser activada ante el sonido de una
canción, mientras que la memoria
inmediata del niño puede mante-
nerse ocupada con la exposición
permanente de un sonido o ruido.
En Venezuela, el Sistema Nacio-
nal de Orquestas Juveniles e Infan-
tiles se ha propuesto desde hace
más de 12 años integrar a niños en
condiciones especiales a la músi-
ca, bajo el Programa de Educación
Especial ( PEE) que recibe niños
y adolescentes entre los ocho y die-
ciocho años de edad. José Antonio
Abreu, su máximo representante,
ha señalado que “cuando el sonido
se integra en las rutas neuronales,
el niño especial desarrolla la ca-
pacidad de hablar y comunicarse”.
En el Táchira el PEE se aproxi-
ma a cumplir sus dos años de vida
y ya logró la apertura del Coro
Manos Blancas (niños con défi-
cit auditivo), Ensamble rítmico
(niños con retardo mental) y En-
samble de cuerda (niños inviden-
tes y con impedimentos motores).
Errores comunes
“Un error común es creer que el
niño especial no siente, la mayo-
ría de niños en esta condición es
más sensible a los afectos” expli-
ca Clarines Urdaneta, psicóloga
infantil del Centro de Atención
Integral Para el niño Autista (Cai-
pa). Otro sesgo es “pensar que
los niños con déficits auditivo no
tienen habilidades” narra Fer-
ney Sánchez, profesor en el área
de Educación Especial de la Es-
cuela Básica Tulio Viera Portillo.
El sentir es un rasgo totalmen-
te humano, razón por la que no
pueden excluirse estos niños,
que son humanos y que como tal
pueden desarrollar todas las ac-
tividades que una persona nor-
mal podría desempeñar; claro
está en un tiempo más prolonga-
do y con estrategias puntuales.
Primero es esencial reconocer
que “los códigos sociales de los ni-
ños especiales están alterados por
tanto que no entienden las normas
sociales” advierte Urdaneta y aña-
de una justificación, a partir de su
Niña con déficit visual tocando el piano// Foto: Dasméreli Díaz
señalamiento: Los tres rasgos co-
munes en la conducta del niño son,
en primer lugar repetir su conduc-
ta, en segundo lugar tienden a ser
obsesivos con ciertos objetos de su
interés y por último, pueden blo-
quearse ante determinados factores.
Si un niño especial no puede re-
conocer las reglas sociales se pue-
de agregar a la lista de errores, el
querer exigirles una conducta, que
por su condición, no pueden obe-
decer. Urdaneta ilustra la situación
al rezar que “ellos no son computa-
dores extraños a nosotros, su siste-
ma neurológico funciona igual que
una persona normal. No es extraño
que un ciego toque música y desa-
rrolle actividades musicales… Ello
son hipersensibles a los sonidos”
Es sabido que un niño ciego o
sordomudo puede desarrollar más
sus sentidos, esto como argumenta
Antecedentes
La música como terapia es una prác-
tica utilizada desde inicios del siglo XIX
cuando Esquirol, psiquiatra francés,
aplicó la música en el tratamiento de
pacientes con enfermedades mentales.
En 1950 aparece la Asociación Nacional
de Terapia Musical en los Estados Unidos
con el propósito de usar la música con
funciones terapéuticas para la restau-
ración y acercamiento físico-mental de
personas con alguna discapacidad. (Se-
rrano, Miriam: 2005)
Serrano explica que en España la te-
rapia llega en 1977 con la Asociación
Española de Musicoterapia que buscaba
“promover el uso y progreso de la mú-
sica como terapia en el tratamiento y
rehabilitación de enfermos…e incapaci-
tados sociales”.
Recientemente, Palomo de Blanco
(1995) realizó un estudio en el que con-
cluyó que “La música…da a los niños…la
oportunidad de desarrollar el sentido de
grupo y la posibilidad de adaptación so-
cial”.
En Venezuela, el Sistema Nacional de
Orquestas Juveniles e Infantiles, lidera-
do por José Antonio Abreu apertura en
1997 el Programa de Educación Especial
(PEE) en el estado Lara, integrando a
niños con condiciones especiales y de
bajos recursos a la música.
En el Táchira, el programa se abre en
mayo del año pasado y actualmente
cuenta con más de 120 niños en escena.
“El programa nace buscando integrar a
los niños y jóvenes con alguna discapa-
cidad al desarrollo musical, buscando a
través de la música potencializar todas
esas actitudes que los niños tienen, ya
sea, niños con déficit visual, déficit cog-
nitivo e impedimento motor” informó
Ingrid Sánchez, coordinadora regional
del proyecto.
El año próximo se espera que el PEE
se extienda a todos los estados del país,
para eso actualmente se están desarro-
llando los talleres de capacitación do-
cente, en todo el territorio nacional.
Urdaneta, los hace más sensibles
a determinados estímulos, obser-
vándose casos de niños capaces de
manejar un instrumento mejor que
una persona con todos sus sentidos
desarrollados. “Aquí en la escuela
tenemos chicas sordas que bailan
flamenco, tocan cuatro…ellas no
escuchan pero sí perciben la onda
y de cierta manera pueden sen-
tir la música”, resalta Sánchez.
La llegada de la música
“El niño debe ser estimulado con
música desde que está en el vien-
tre de la madre, ya que, se estimu-
la desde temprana edad logrando
resultados muy importantes” ase-
gura Leonardo Riberos, docente
del Taller Laboral para niños es-
peciales. Aunque la afirmación
no es reciente, Riberos también
revela, que en su mayoría los ni-
ños son expuestos a la música
luego de sus cinco años de edad.
Sánchez comenta que “efecti-
vamente, la música contribuye a
disminuir los cuadros de ansiedad
y captar la atención en el niño”,
asimismo sugiere Urdaneta: “La
música es un excelente recur-
so porque les permite centrar su
atención en un instrumento o so-
nido determinado. Digamos que la
música les ayuda a desprenderse
de cualquier tipo de prohibiciones
y disfrutar del elemento social.”
La música entonces permite al
niño una evolución desde tem-
prana edad, siendo su llegada un
recurso, que si se repite como sus
conductas pueden obtenerse be-
neficios como obediencia, disci-
plina, concentración, integración
y deseos de aprender. Si suma-
mos toda la cadena obtendremos
un total dirigido a la mejora del
desarrollo cognitivo del niño; pues
para aprehender es necesario tanto
el interés como la concentración
en el objeto a estudiar y vale decir,
el conocimiento no se rige solo de
letras y teorías, también se mide
por la práctica y el desempeño.
La llegada de la música también
puede considerarse un problema.
“Muchos niños se unen a la mú-

La lengua de señas permite a los sordos transmitir
la música con su cuerpo// Foto: Osjanny Montero G.
sica para escapar de situaciones
de ansiedad y problemas pero es-
tos ejercicios adormecen al chico
y los confunde” indica Riberos. La
confusión viene dada debido a que
el niño desconoce el objetivo final
de los sonidos a los que se expo-
ne; si escucha un sonido relajante
puede dormirse mientras que si el
ritmo es movido puede llegar has-
ta a bailar, y aquí depende el tipo
de música que el docente utilice.
“La música clásica, de relajación
o instrumental son las más reco-
mendadas para bajar los niveles
de tensión” aconseja Sánchez.
Riberos es más amplio al inferir
que “cualquier tipo de música es
buena para el niño”. Sin embar-
go, Urdaneta lo desmiente al ase-
gurar que se debe ser muy cuida-
doso al momento de hacer uso de
la música, puesto que los niños
pueden desarrollar casos de ‘blo-
queos’ ante sonidos perturbadores
como el vallenato o el regeton.
Lo cierto es que con
la música los niños de-
sarrollan habilidades
especiales, y por ello
“es un elemento per-
manente” en institu-
ciones como el Caipa.
El cuerpo y la onda
Todos los docentes en-
trevistados coinciden en
que los niños- con déficit
auditivo- pueden ‘sentir
la música’ por medio de
la onda. Según Sánchez
si el niño coloca sus manos cerca de
unas cornetas puede reconocer las
ondas y bailar. Leoncio Ontiveros,
director musical del Coro Manos
Blancas, las denomina vibraciones
y para él: “Ellos se guían por me-
dio de la vibración corporal, ellos
tienen la onda en su cuerpo”.
Una onda es un movimiento pe-
riódico que se propaga en un es-
pacio físico y es registrada por los
oídos. En el caso de los sordos la
onda se registra en el cuerpo, se-
gún la interpretación de Sánchez
que afirma “parte del lenguaje de
la comunidad sorda es su cuer-
po, a través de su cuerpo ellos lo-
gran expresarse y comunicarse”.
Lo anterior puede comprobarse
mediante la observación. En un
concierto organizado por el PEE
– Táchira, el pasado 10 de noviem-
bre, la agrupación Manos Blancas
Testimonios de padres
Marlene Calderón,
madre de un niño
con retardo mental.
“Mi niño ha tenido
más contacto con las
personas, ha mejorado su disciplina
y se interesa en otras cosas”.
Anabel Rico,
madre de un niño
con déficit visual.
“La música lo ha
ayudado para todo.
A donde él va ríe, toca piano y
canta. Ellos viajan, han conocido
nuevas personas, se han integrado
con otros niños especiales”.
Magali Orozco,
madre de una niña
con déficit visual.
“La música ha
ayudado mucho en el desarrollo
cognitivo de mi niña, su comporta-
miento ha mejorado y le ha per-
mitido integrarse a otros grupos.
Decirle a Eva que no va a ensayar es
quitarle un trocito de vida.”
Fotos: Osjanny Montero G.
se presentó junto a los muchachos
de Ensamble rítmico y mientras
ellos cantaban, las primeras ex-
presaban con sus manos y el resto
del cuerpo la letra de la canción.
El cuerpo es el principal ins-
trumento de un niño o joven sor-
do, ya que, mediante este pueden
transmitir alegrías, tristezas y
cualquier otro sentimiento huma-
no. “Hacer música con el cuer-
po” como expresa efusivamente
Ontiveros a raíz de su experiencia.
Empero todos estos señalamien-
tos son subjetivos para la ciencia
médica. Carlos Moncada, neuró-
logo infantil derriba lo anterior al
manifestar de manera tajante que
“eso de la onda es una teoría, una
suposición que aun científicamen-
te no ha sido comprobada… Los
niños sordos no pueden escuchar
ninguna onda, ellos se dejan lle-
var por el ritmo visual, observar
cómo lo hacen sus otros compa-
ñeros es la premisa básica para
que logren esas habilidades”.
Prosigue al declarar: “Los cie-
gos desarrollan la sensibilidad
del tacto y por eso pueden to-
car fácilmente un instrumento,
ellos si sienten el ritmo musical”.
Ambas afirmaciones y desen-
cuentros, colocan a la ciencia y a la
experiencia humana en dos bordes
alejados. Por un lado, las viven-
cias de los docentes y sus logros
con los niños especiales hacen que
sus pronunciamientos sean muy
emotivos y persuasivos; por otro el
conocimiento científico de un es-
pecialista desmiente tales afirma-
ciones y las coloca en el eje de lo
subjetivo y lo no fundamentado.
Sin embargo, el especialista hace
una salvedad al pregonar que “por
medio de la música (los niños) se
Voces blancas
Steven Suárez, 16 años, déficit visual.
“La música es mi vida, cuando esté
grande quiero llegar a ser un gran
músico. Gracias a la música he co-
nocido a otros amigos y por eso me
gusta”.
están comunicando, descubren
otra forma de agradar a las de-
más personas, de sentirse que-
rido por lo que están haciendo”.
Casos en el aula
“En mis clases yo les colocó un
mismo CD todos los días, por se-
manas, hasta que el niño se acos-
tumbre a la música y moldee su
conducta. Se debe respetar la ruti-
na del niño, por eso no se cambian
los temas musicales diariamente”,
describe Raquel Quintero, psicope-
dagoga en el área de retardo mental.
El aula, luego de la casa, es el
lugar en que el niño desarrolla
sus habilidades de aprendizaje y
a partir de este espacio comien-
za su evolución. El testimonio de
Wilmer Borges, director musical
del Ensamble de cuerda de la Or-
questa Juvenil e Infantil del Táchi-
ra es clave: “Los niños invidentes
desarrollan un talento innato para
la música desde que nacen y su
contacto con los instrumentos es
agradable, nunca se bloquean;
además ellos son niños que les
gusta aprender. Ellos aprenden
rápido, la lentitud depende de las
estrategias que utilice el docente.”
Riberos añade: “Yo he teni-
Yumarbel Quintero, 16 años, déficit auditivo.
“ Después de entrar al coro mi fami-
lia lloró mucho por toda la integra-
ción con otros niños y por como se ve
nuestra expresión en los conciertos”.
do casos de jóvenes totalmen-
te arrítmicos que han logrado
integrarse y esto se debe a que
ellos se encuentran con otros
niños en iguales condiciones y
esto es un factor de motivación.”
Reacciones a corto plazo
“La música los ayuda a esca-
parse de ese mundo en el que vi-
ven, por ejemplo a los niños au-
tistas les ayuda a compartir con
otros compañeros, les permite
fomentar el valor de la amistad y
el amor” explica Borges. Ontive-
ros comparte su postura al glosar
que “La música los ha ayudado
a integrarse, a perder su miedo
por sentirse inferiores, a sentirse
útiles, a experimentar que a tra-
vés de ella pueden desarrollarse
en otras áreas del conocimiento”.
Riberos es más contundente y
aclara: “Yo no creo en la teoría
de que el niño con música sane
pero sí creo en una estimula-
ción y en una reacción, que de-
pende del tipo de música que
tú como docente le coloques”.
Urdaneta recuerda que al hacer
partícipe al niño de actividades
sociales se le permite una integra-
ción a otras áreas y grupos. Los
Stefanny Sánchez, 12 años, déficit visual.
“ Cuando canto me imagino en los
grandes conciertos. Quiero ser per-
cusionista cuando sea grande.”
procesos de atención, participación
y aceptación son buenos síntomas
que la música produce en el niño.
A largo plazo los niños pueden
adoptar la música como una he-
rramienta, tanto personal como
profesional, que les permitirá un
crecimiento emocional y afecti-
vo, positivos para su desarrollo;
llegando a insertarse en la univer-
sidad o en el campo laboral. “Ya
tenemos niños autistas en escuelas
normales” relata Quintero. “Va-
rios niños con síndrome Down,
que tocan para la Orquesta, se
encuentran trabajando para la
Alcaldía y otras instituciones pú-
blicas. Todo gracias a la músi-
ca...”, cuenta orgulloso Ontiveros.
Es necesario conocer la situación
antes de emitir cualquier conjetura.
Es necesario integrarse a la reali-
dad, observarla e interpretarla. Los
niños en condiciones especiales sí
pueden desarrollar habilidades y
aptitudes dirigidas a su desempeño
físico y mental, los padres tienen
la obligación de intentar cambiar
su mundo y hacerlo más sano.
Hoy en día, las leyes venezolanas
amparan a estos niños, fomentando
la igualdad en la educación y am-
pliando sus derechos. Tal como lo
indica Borges es “la sociedad la
que debe integrarse a ellos, la socie-
dad debe aprender a comportarse
delante de ellos”. El compromiso
queda en manos, no sólo de profe-
sores, sino también de los padres.
La permanencia en el tiempo, de
programas dirigidos a niños con
estas características ofrecen una
mejor calidad de vida, para ellos
y para el resto de la sociedad de-
bido a que ambos se integran y
amalgaman. Primero los niños
se agrupan, luego a través de esa
confianza pueden proyectarse a
los otros mediante la música y
lograr la aceptación y el aplauso.
El compromiso debe ser com-
partido con el docente que mante-
niendo y mejorando sus estrategias
pedagógicas puede alcanzar me-
jores resultados y si estos los pro-
paga a sus colegas y a los padres
los resultados serán más fértiles.
Y, pese a que la ciencia médica no
apoye o avale a la música como una
terapia sanadora en el niño, la ob-
servación cualitativa- participante
es también un recurso que permi-
te la comprobación de los hechos.