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99-113
© FLACSO Sede Ecuador • ISSN: 1390-3691
Conflicto armado urbano y
violencia homicida
El caso de Medellín
Urban armed conflict and homicidal violence.The
Medellín case
Jorge Giraldo Ramírez1
Resumen
El presente artículo analiza la relación entre la dinámica de un conflicto armado urbano con
el comportamiento de la violencia homicida. A partir del estudio de la situación de Medellín
durante los primeros cinco años del presente siglo, se sostiene que las tasas de homicidio se com-
portan de manera directamente proporcional con la intensidad del conflicto armado.
Palabras clave: conflicto armado urbano, Medellín, violencia homicida, indicadores de segu-
ridad y violencia, seguridad del Estado.
Abstract
The article analyzes the connection between the dynamics of an urban armed conflict and the
phenomenon of homicidal violence. Based on the situation of Medellín during the first five years
of this century, it concludes that the homicide rate shows a directly proportional relationship
with the intensity of the armed conflict.
Keywords: urban armed conflict, Medellín, homicidal violence, violence and safety figures,
national security.
A r t í c u l o
E
© FLACSO Sede Ecuador • ISSN: 1390-3691
2 Se habla de la región de Medellín para descri- Esto implica diversas hipótesis: a) la vio-
bir tanto la ciudad como la región de la que hace lencia guarda algún tipo de correlación con la
parte geoestratégicamente y que incluye los 11
guerra y debería estudiarse como una variable
municipios del Valle de Aburrá, seis municipios del
Oriente, cuatro del Occidente, dos del Norte y independiente, cuando concurren temporal y
tres del Suroeste. geográficamente; b) la violencia se diversifica
según las condiciones de la guerra, espacial- siones de este análisis van en vía contraria: en
mente; y c), por lo tanto, la violencia en la Medellín, el comportamiento de las tasas de
guerra civil no parece ser un “proceso aleatorio, homicidio tiene relación directa con la inten-
caótico y anárquico” (Kalyvas, 2001: 4). sidad del conflicto y las políticas nacionales
En Colombia, los estudios recientes sobre han incidido en el desempeño de la segu-
el tema han mostrado que los homicidios ridad en la ciudad.
comunes y políticos se comportaron de En efecto, las curvas ascendentes en la
manera similar durante largo tiempo, al menos tasa de homicidios coinciden con el esca-
en las décadas de los años setenta y ochenta, lamiento, a finales de la década de los años
lo que “puede ratificar el papel catalizador ochenta y a comienzos del nuevo siglo, de
de la criminalidad organizada en la violencia la ofensiva narcoterrorista y el crecimiento
política” (Gutiérrez, 2006: 484). En general, del fenómeno miliciano en la ciudad, para el
una corriente importante de la literatura esta- primer momento, y la estrategia de urbani-
blece fuertes vínculos entre la actividad gue- zación de la guerra por parte de las guerrillas y
rrillera y paramilitar con el incremento del las autodefensas, en el segundo. De la misma
crimen (Levitt y Rubio, 2002; Sánchez, Díaz manera, los descensos más pronunciados en
y Formisano, 2003). Barrera observó que la tasa de homicidios tienen como precisos
las “municipalidades con más ataques de la puntos de partida los acuerdos de paz de 1990;
guerrilla muestran más crímenes” y que “los la desarticulación del Cartel de Medellín y la
años con más ataques también presentan las muerte de Pablo Escobar (en diciembre de
tasas más altas de criminalidad” (2004: 15). 1993); la Operación Orión en la Comuna 13
Estas conclusiones, que se sobreentendían (en octubre de 2002), y la desmovilización
siempre válidas para municipios pequeños, del Bloque Cacique Nutibara (diciembre de
mostraron ser aplicables a grandes ciudades 2003), ambas, decisiones de los respectivos
como Medellín. gobiernos nacionales (gráfico 1). Nótese que
La reiteración de esta tesis tiene interés la dinámica que oscila entre acuerdos de paz
para el caso de Medellín porque algunos ana- y acciones militares de envergadura es más
listas han sostenido que en Colombia el des- propia de los conflictos armados que de lo
censo del homicidio en las grandes ciudades que usualmente entendemos cuando se habla
tiene explicaciones exclusivamente locales y de seguridad ciudadana, problemas de convi-
no vinculadas con las políticas de seguridad vencia o simple criminalidad.
y acciones del Gobierno central. Además, Para el período 2000-2005, la implan-
porque hay indicios de
que, ya para la década
Elaboración: Juan Pablo Durán
40%
términos de número 0%
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
de eventos como en -10%
sidad, no sigue, en
A r t í c u l o
-30%
general, la misma
tendencia de la tasa -40%
tación de las guerrillas y las autodefensas en los como el abaleo a una comisión que visitaba
barrios de la ciudad y la consiguiente disputa la Comuna 13 encabezada por el alcalde de
por la hegemonía armada entre ellos condujo la ciudad en abril; el hostigamiento a un heli-
a que, en 2002, la región de Medellín aportara cóptero civil de la Gobernación de Antioquia
81% de los homicidios; 93% de las masacres, en el barrio 20 de Julio, una semana después
y 70% de los secuestros del departamento de del secuestro del gobernador del Departa-
Antioquia (Gobernación de Antioquia, 2002). mento, en mayo; en septiembre lanzaron una
El informe de la Oficina del Alto Comi- granada en el conjunto residencial donde vivía
sionado de Naciones Unidas para los Derechos el padre del gobernador Guillermo Gaviria
Humanos, correspondiente a ese año, aseguró Correa.
que “el aumento de las acciones militares en Lo cierto es que el escalamiento del con-
las zonas urbanas y el fuerte incremento en el flicto en el país en el período 1998-2002
número de grupos milicianos, vinculados a las rompe con la tendencia de crecimiento
FARC-EP, al ELN y a grupos paramilitares, negativo del homicidio en Medellín y las tasas
produjeron un alza en los homicidios y las anuales empiezan, de nuevo, a crecer a ritmos
masacres en las ciudades” (2003: 55). del 7,55% (1998 a 1999); 9,03% (2000 a
Modalidades más frecuentes en las zonas 2001), y 5,79% (2001 a 2002). La variación
rurales que en las urbanas empezaron a usarse: negativa, anómala, es de -4,13% entre 1999
cadáveres bomba en Belencito (20 de abril y y 2000.
30 de agosto de 2002); uso de fosas comunes Una mirada más atenta, enfocada en los
para sepultar bajas propias o víctimas de eje- territorios de la ciudad, muestra que, durante
cuciones fuera de combate, que empezaron a el período 1993-2005, las tasas anuales de
ser descubiertas en agosto de 2003; combates homicidio descendieron siempre en 11 de
con alto número de bajas (27 de febrero, las 16 comunas. Las cinco restantes (Buenos
cinco muertos; 21 de mayo, nueve muertos y Aires, Doce de Octubre, Robledo, San Javier y
37 heridos; 27 de mayo, un muerto y cinco Villa Hermosa) tuvieron un comportamiento
heridos; 26 de junio, seis muertos; 21 de atípico al mostrar incrementos sostenidos
agosto, cuatro muertos); patrullajes a luz del entre 2000 y 2002. Esos incrementos explican
día de unidades numerosas, uniformadas y por- el aumento global de la tasa de homicidios en
tando armas largas (Vicepresidencia, 2002). la ciudad en los mismos años (ver gráfico 2 y
Bajo algunos parámetros internacionales esta- tabla 1).
blecidos para países enteros, Medellín cumplía Esas comunas –a saber 6, 7, 8, 9 y 13–
las condiciones de un conflicto armado, pues fueron también el principal escenario de
los enfrentamientos entre el Estado y sus combates entre las guerrillas, autodefensas
contendientes armados producían más 25 y Fuerza Pública en esos años, cuando los
muertes anuales en batalla (Eck: 144). Tales eventos armados se desplazaron del norte de
condiciones en un centro urbano altamente la ciudad a las zonas Centrooriental y Cen-
poblado generan terribles problemas en la trooccidental. No se debe pasar por alto que
observación del derecho humanitario. De estos combates hacían parte de las guerras
hecho, para 2002 “serían por los menos 39 los entre los bloques Metro y Cacique Nutibara
muertos civiles reportados en todos los opera- de las autodefensas, entre guerrillas y autode-
tivos de la Fuerza Pública en Medellín durante fensas, y de la Fuerza Pública contra ambos.
A r t í c u l o
el año (entre ellos, 14 menores de edad), y 120 Aquí, guerrillas alude a las FARC y al ELN, a
los heridos” (Alto Comisionado, 2003: 56). sus fuerzas milicianas y sus aliados de los CAP
Este momento crítico del año 2002 se y otros actores primarios del conflicto armado
caracterizó, además, por ataques directos a los (bandas y combos). Diversas denuncias sobre
representantes del Estado en la región, tales complicidad o funcionalidad de algunas
350
250
200
150
100
50
0
Tasa 2001 Tasa 2002 Tasa 2003 Tasa 2004 Tasa 2005 Tasa 2006
Doce de Octubre Robledo Villa Hermosa Buenos Aires San Javier
las comunidades” (Alonso, Giraldo y Sierra, las políticas públicas en los años de referencia,
2006). digamos que, siguiendo el espíritu dominante,
El resultado de la gestión de seguridad de
esa década fue que se procuró obtener resul- 4 Fuente: Asesoría de Paz de Medellín, citado
tados positivos en los diversos indicadores de por Sierra (2005).
su función de centro del departamento del país de tres maneras: por la vía tradicional prevista
con mayor número de unidades de todos los en la teoría maoísta de la guerra de guerrillas,
grupos armados ilegales, más los escuadrones de acercamiento de los grupos rurales a la
del narcotráfico. periferia de la ciudad-región como fue el caso
Lo que aquí se denomina urbanización de del Bloque Metro de las AUC y los frentes
la guerra corresponde precisamente a los tres Carlos Alirio Buitrago y Bernardo López
últimos elementos enumerados. Esas fases se del ELN. Por la vía de la ocupación, como
cumplen con mayor rapidez y eficacia debido ocurrió con las FARC que desplazó cur-
que la extensa infraestructura de bandas, tidas unidades de guerrilla campesina (espe-
combos y milicias en los barrios de Medellín cialmente de los frentes 9 y 34) a las zonas
se convierte en “un recurso institucional más nororiental y centrooccidental de la ciudad.
de paramilitares y guerrillas para avanzar en la Por la vía de la transformación y articulación
guerra” (Vélez, 2001: 72). El fortalecimiento de estructuras netamente urbanas como en
de la presencia guerrillera y paramilitar en la el caso del Bloque Cacique Nutibara de las
ciudad desde el año 2000 se da sobre el some- AUC. De esta manera, la expansión de la
timiento de todos los grupos delictivos de guerra nacional a Medellín se dio por dos
la ciudad a la dinámica regional y nacional de los tres factores que identificó el Informe
del conflicto armado, articulando así prác- Nacional de Desarrollo Humano: la estrategia
ticamente todos las expresiones violentas de de los actores del conflicto y la permeabilidad
Medellín. Este sometimiento puede darse de la región (PNUD, 2003: 64-72).
debido al enorme poder que las guerrillas y Por supuesto que esta dinámica y la nueva
las autodefensas podían desplegar en barrios realidad que implicó supusieron la inclusión
y comunas en las que imperaban bandas o cada vez mayor del espacio citadino en las
milicias, pequeñas y de escaso radio de acción, estrategias estatales de guerra. La pretensión
desplazándolas en el ejercicio del dominio, de separar la convivencia ciudadana, la
subordinándolas a sus planes, copando la seguridad urbana y la seguridad del Estado
oferta de seguridad e insertándose “en la vida se esfumó ante la inflexión que supuso este
cotidiana de las comunidades como un agente anudamiento de trayectorias criminales en
de regulación y contención política” (Alonso, el mismo escenario urbano a principios del
Giraldo y Sierra, 2006). siglo. Obviamente, las políticas locales eran
Sin duda, se trata de un resultado no sobrepasadas por la dimensión y complejidad
deseado ni previsto por los programas de del conflicto y demandaban una articulación
seguridad de los gobiernos locales desde con los niveles departamental y nacional que,
1990. Las intenciones contempladas en dis- en el pasado, eran precarias o simplemente
cursos apaciguadores, de tolerancia con los inexistentes.
violentos o, incluso, de elaboración de un Esto también difuminó las fronteras entre
imaginario compasivo hacia los delincuentes, las organizaciones criminales vinculadas a
simplemente fueron instrumentalizadas por la economía ilegal, los grupos armados de
los distintos grupos criminales y convertidas origen ‘societal’ en los barrios y las unidades
en un factor adicional para su fortalecimiento jerarquizadas de guerrillas y autodefensas.
y expansión en la ciudad. Además, supuso una intensificación de lo
Así, lo que desde 1994 operó como un que la profesora Uribe denominó los “flujos
A r t í c u l o
con toda su capacidad de arrasamiento contra la La superposición de los efectos de todas las
población civil indefensa” (Cinep & Justicia y Paz, acciones precedentes impiden hacer afirma-
2003: 6).
ciones que apunten a una sola política: la
9 Los datos provienen de una fuente no gu-
bernamental y reservada, que el autor considera Operación Orión, otras operaciones urbanas
fidedigna. como Estrella VI, operaciones rurales impor-
10
1,8%; detenidos, 3,7%; resto
del Valle de Aburrá, 3,9%;
0
otros municipios, 0,3%.
El Poblado
Villa Hermosa
Candelaria
Castilla
Robledo
Popular
Manrique
Doce de Octubre
Belén
Guayabal
Santa Cruz
San Javier
La América
Laureles
Aranjuez
Buenos Aires
-10
-20
Reducción de
-30
%
-40
actores primarios: un
caso de intervención
-50
social y policial
-60
-70
Partimos de las definiciones
-80
de combos y bandas esta-
Homicidio: variación 2003 – 2004 (%) Reinsertados (%)
blecidas en términos des-
Gráfico 3 Relación reinserción / variación en el homicidio, 2003-2004 criptivos por el gobierno
municipal10. Además, en esa
de desmovilizados presentan, también, el des- descripción consideran que hay un proceso
censo más modesto en la tasa anual de homi- evolutivo que se origina en los combos y
cidio (gráfico 3). Para las zonas Nororiental y que va supliendo etapas, cada vez de mayor
Centrooriental, en las comunas Popular y Villa
Hermosa especialmente, se detecta una alta 10 “Combos: Cuentan con un reconocimiento
delincuencial en el barrio donde se ubican, tienen
correlación entre el volumen de reinsertados
un mínimo de jerarquía y se dedican a alguna acti-
y la disminución del homicidio. El caso más vidad ilícita para conseguir dinero”. “Banda: Cuenta
anormal es el de Corregimientos, que ha jugado con una organización militar, económica y jerárqui-
siempre un papel importante como retaguardia ca definida, por lo general son personas mayores
suburbana de todo tipo de agrupaciones ilegales de edad, con una situación económica buena, sus
en la ciudad, y que tuvo un gran descenso en líderes casi nunca viven en los barrios donde se
el homicidio sin que fuera lugar de residencia acentúan y poseen sus vehículos propios, traba-
A r t í c u l o
o procedencia de los desmovilizados (tabla 2). jan directamente para el narcotráfico, los paras o
San Cristóbal, San Antonio de Prado, Altavista la guerrilla, casi nunca trabajan directamente sino
que subcontratan con los combos las actividades
y, en menor proporción, Palmitas, fueron esce-
a realizar, la mayoría de sus miembros han estado
narios frecuentes de eventos relacionados con el detenidos o se encuentran sindicados” (Alcaldía
conflicto armado en este período. de Medellín, 2005).
7.500 110
100
7.000 7000
98,66 90
6.500
6350 80
6.000 70
5.500 57,59 60
50
5.000
37,49 40
4.500
30
4150
4.000 20
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