Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Debe de estar loco, dijo el conductor meintras pisaba el freno provocando un fuerte
chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el
auto antes de chocar a aquel hombre. Muy enojado, se demonta del carro y , estrellando
la puerta, se dirige hacia el hombre y le dice: Acaso no tienes ojos?? No ves lo peligrosa
que es esta carretera y te atraviesas en ella? Como si nada? O acaso eres loco para no
ver el perligro que corres?
No, señor, no estoy loco, le contesto el individuo. Lo que pasa es que el puente que esta
en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabia que, si no hacia algo, usted, en este
momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la
suya.
Quizás hoy yo este obstaculizando tu camino quitándote unos minutos; pero, que habría
pasado si el conductor hace caso omiso al individuo del camino?, que crees pasara a los
que oyen la advertencia de la palabra de Dios y no hacen caso??
Y dijo Dios
Y dijo Dios:
Vi muchos ángeles parados en todas partes. Uno de ellos me entregó una canasta y me
dijo: ten, compra con cuidado y mucho amor todo lo que necesitas y lo que no puedes
llevar ahora, lo llevarás después. La única condición es que sólo puedes comprar cosas
para ti.
Inicie mi caminata por esta bella y grande tienda y lo primero que compré fue
Paciencia. El amor estaba en la misma fila y más abajo en el mismo pasillo encontré
comprensión. Eso se necesita muy frecuentemente dije entre mí.
Segui caminando y enontré triunfo al lado de la perseverancia y no dude en tomar
dos kilos de cada uno.
La humildad estaba en la parte de arriba del estante y eche una caja en mi canasta,
Porque la necesitaría luego del triunfo. También compré dos bolsas grandes de fe
Que venia con oferta especial: La oración . Más luego econtré un paquete de perdón
que estaba muy bellamente diseñada y eché en mi canasta dos cajas.
De pronto otro ángel me recordó que debía llevar unos kilos de fuerza y coraje, pues
me recordó que siempre me hacen falta.
La tienda estaba muy bien surtida y en otro pasillo encontré bolsas muy bien
empaquetadas de serenidad, valor y sabiduría, los tres por el precio de uno.
Había una introducción que decía: “Utiliza la serenidad para aceptar las cosas que
no puedo cambiar y la sabiduría para reconocer la diferencia entre las que puedo y
no puedo cambiar”.
Cuando pensaba que mi canasta estaba tan suficientemente surtida, otro ángel se acercó
y me dijo aprovecha y echa en tu canasta esas cajas de paz y felicidad que están de
oferta. Mas luego me di cuenta que en la lista de precios decía: GRATIS.
Llegué a la caja, donde un ángel muy atento me atendió ¿Cuánto debo? Le pregunté.
Me sonrió y me dijo, lleva tu canasta donde quiera que vayas. Cuando insistí por lo
debía me contestó: