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. Buea ane mr ra Ie 2 = aoa ,Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego Os aie snes La poesia —tal ver la més alta expresién estéti ca— es la cenicienta de Ia literatura, Y si es he- cha por jévenes, todavia muis. De ahi la necesidad de estimular su publicacién y, de ah{ también, este libro: Muchachos desnudes bajo el arcoiris de fuego, en el que, como subraya muy bien Efrain Hueria en su poema-prélogo “De los des nudos seri...", algunos ya no se cuccen al pri mer hervor. Sin embargo, Ia poesia de este volumen std hecha por jdvenes en cuanto a su actitud, en algunos por su edad, y son once que vale la pena nombrar (mucho se hablari de ellos —para bien © para mal~ en el futuro): Luis Suardiaz, Henin Lavin Cerda, Jorge Pimentel, Orlando Guillén, Bel- tin Morales, Fernando Nieto Cadena, Juliin G6- mez, Enrique Veristegui, Roberto Bolafie, Mario Santiago y Bruno Montané. Gon poco margen de error podviamos decir que, al menos hasta aqui, este libro reine a los mejo: yes (0 mis destacados) poetas jévenes Iatinoame- ricanos. Y a nuestro scllo editorial Je interesa difundirlos, entregarlos a los lectores como una visién de conjunto, como un fendmeno que re- basa las fronteras nacionales, una coincidencia significativa. “De los desnudos serd...”, dice Huerta, y nos- otros agtegamos: el futuro —la realidad que son ya—, la vida. Lo demés, que es mucho, lo expr” sarin los poemas, A las muchachas desnudas bajo el arcoiris de fuego Advertencia: Este libro debe leerse de frente y de perfil que los lectores parezcan platillos voladores, ,Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego ” 11 jévenes poetas Jatinoamericanos Antologados por Roberto Bolafio ee Editorial Extempordneos Primera edicién, septiembre de 1979 D R ® EDITORIAL EXTEMPORANEOS, 8. A./1979 Poniente 126-A, N° 400 Apartado Postal, 78-048, ‘Mexico 14, D. F. Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico ISBN-968-415-080-X, INDICE De los desnudos sera... (presentacign de Evkain Hurera) Once poetas, seis paises: Poesia con cxeta 0 poesfa en proceso? (prélogo de Mrcurt. Donoso Part ya) Lurs Svarpiaz: Gomo quien ouelve de un largo viaje (81). Arle prctica (87), Cerimica roja (88), Huelga (40), Libertad 9 muerte (42), y mi hermana se fue'a alfabetizar (14), Dice una extranjera de ojas dormidos (46), Laminas al vuelo (47), En la calle arde un ataid (89). HernAn Lavin Cerpa: Viejas viciosas (51), Levintense temprano, sean frugates (81), Estin penando (52), Pablo de Rokha (63), La familia (63), El culpable (85), La Sala de Fortuvas (85), Loca ts, tango (59), Jonor Pintenter: Alabaida G8), Ave soul, (OA), Rimbaud on potoos azules (65), Balada para una madre que llora desconsoladamente en las pasillos del Hospital de Enfermedades Neoplasicas al en- terarse que su hijo de doce aflos va a morir (68), EI lamento del sargento de Aguas Ver~ des. (70). 9 13 37 63 ee es OntaNvo Guitu En busca det tenguaje marabusino (78). BeLTRAN MorALes: Dia de tos tnocentes (88), La insoportable presencia (Ot) Libernaje de pentantonto mmero cero Oly dma'a tu Pati (9), Pe- troleum (8). dlienactin, enajnacn” tor imino sospchoios pero dies). "gue hi Gites worotros rihutas?™ (ly, Beligor del ttio (5) tion de Maria i), Yor hice Csfucrho” (8) Algin #0 8) Fernanpo Nuzro Capena: De alguna manera sempre estuvimos en pri- mera fila (101), Tba a decir un chiste que se puede contar en tos desfiles (102), Qué liga- 26n (Ia pucha) de vientres en los perros filo- séficos (108), Me da por ser sincero y no des- Bieta (O00, Za buseaba (105), Despuds dl tecanasta (109), A saltos y @ brincos (109). Jourdy Géwez: Nexos (115), Contextos para un examen de conciencia (118), Otra vez (122), Conversacién con una nitia, (122), Ennique Verdstecur Si te quedas en mi pats (123), Good by lady splendor (126), Asunto a tratar: Penelopea de Taca paso or Lima (129) Roserto Borafio: Arte poética No. 3/capitulo XXXVI en el que queda demostrado que Phileas Fogg no ha ganado nada al dar esta yuelta al mundo Si no es la felicidad (139), Generacién de los prirpados eléctricos|Ivtandesa No. 2 Constela- cién Sanjinés (140), Notas para componer un espacio (142), Como en una vieja batada anar- quista (148), Tmitacién de Verlaine (146), Fuga (147), Un resplandor en la mejilla (148). 11 89 101 125 139 Manto SANTIAGO: Gonsejos de un discipulo de Mars a un fa- nitico de Heidegger (187), En cualquier mo- ‘mento acontece un poema (161). BRUNO MoNTANs: Reconocerse (179), Agua estancada (180), Peligro a toda mdguina (182), En los hote- les de letrero rojo (184), Blanca paloma: ojos profundos (186), Fata Morgana (188). Con esa fiera necedad de los veinte afios (bueno, algunos ya no se cuecen al primer [hervor poético) con la neciedumbre del ocio bien ganado Ja testarudez de los desnudos al sol de medianoche (Bergman y un relatito {erotizante) vinieron a despertarme, a despertar al cocodrilo rojo (Trece son las aguas de mi canal rojo, cuando abrigo mis espaldas detrés del cielo de oriente,) y Ia amalditada tropilla me trasladé en crujiente carreta al sanguinolento territorio de los prélogos. (Condénalos, Sefior, porque saben muy bien Jo que hacen, deshacen y contsabace! Ah necedad de necedades, y todo es [nccedad, gno es cierto, asoleados, encueraditos fundadores de la Orden de los Necedarios? Porque yo, gato y cocodrilo escaldado, ine siento mucho mas all de Ia impiedad y del sucio marmol del sinicstrismo. Pero me cercaron me patearon se bebicron todo el vodka, quemaron 1a alfombra verde y me cortaron las orejas. Me desollaron. ‘Me dijeron que si no, serfa un espesisimo viejo rabiante, Y hube de rendirme mansa- [mensamente como sélo se rinden los’hombres, ay si echando espuma por Ia boca y ladrando como deberian ladrar los cocodrilos, pues Trece son las aguas de mi canal negro, ~9- i _ EFRAIN HUERTA cuando abrigo mis espaldas detris del cielo del ocaso. & ‘Once son ellos, once, ferozmente poetas: Hernan, Roberto y Montané, chilenos; el ecuatoriano Nieto Cadena; de la patria de Sandino: Beltrén Morales; el peruano Enrique Verdstegui, el también peruano Jorge Pimentel; Luis Suardiaz, del primer territorio libre en América: Cuba, cubanamente; mas tres meshicas que son, qué remedio, Orlando Guillén, jimpresentel, ‘Mario en el camino de Santiago y Julién Gémez... once son, pues, y, ge fijaron?, ni una sola hembrita, con tan buenas, guapamente sabrosas [que son y que escriben como Afroditas que fsurgieran no de un pantanoso taller literario sino de un barbaro océano de pantalones [de mezclilla. % Entre todas ellas —ahora hablo de mis [culpas— ninguna es mia, Todas son de otros. Pues que paguen por ellas, como pagan por Ia brutal salvaje bestial poesia que perpetran, esculpen, escupen, fabrican, edifican como una casa de citas a las que nadie acude —y no importa. De ellos, desnudos como se sienten, se {sientan en si mismes, ensimismados, mimadisimos, serd el reinado de las azucenas que piensan (siempre pasaron a mi lado, pero nada de nada, como si yo no existiera: —10— MUCHACHOS DESNUDOS BAJO EL ARCOIRIS ya Ia verdad es que cuesta mucho existir) ; Ge todos ellos, que son once —nada de pares, que no pares, sino nones, bien paridos, bien parejos, creo que hasta fraternales, volyera a ser un cielo desestrellado, inmensurable; ese cielo, Diosito santo, donde andan locos como angeles . [poetizantes 0 miriadas de luciferes enloquecidos reinventando el amor, el Deseo (valga por la hermosa mayiiscula) y areando, recreando, creyendo_y [recteyendo en todo lo que ellos, por guillotinarme, me han devuelto: la serena confianza en una dura nalga femenina (of course), ‘en un suave pechito, en un yerso de infinita ternura y, en general, en la palabra Poesia, que es una torre de funcional ereccién, y ay de quien lo ponga en duda. Paso, campo, florida cancha a la Poesia desnudamente, muchachamente solar. Escrito est, y Jo sostengo. Errain Huerta Oncr Porras, sets PAises: aporsia CONCRETA © POESIA EN PROCESO? ‘Afios atras (en 1971) publiqué una anto- logia de la poesfa continental bajo el titulo de Poesia rebelde de América, y en estos dias acabé de “‘corregirla y aumentarla”, segin es costumbre y lugar comtin, para su tercera edicién. En’ ese lapso, mi trabajo se quedé atrés y, por sobre los ajustes que tuve que hacerle, hice también aumentos. Ahora, con la presencia de Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego (11 jd- uenes poetas latinoamericanos), puedo ha- cer un balance, no sdélo cuantitativo sino cualitativo, de Poesia rebelde de América, Asi, constato que de los once de esta “hor- nada”, tres estaban incluidos en Ia edicién de 1971: Luis Suardiaz (Cuba) , Herndn La- vin Cerda (Chile) y Beltran’ Morales (Ni- caragua), y que uno, Fernando Nivto Cade- na (Ecuador), fue incorporado a la tercera edicién. Cuantitativamente hablando, pues, tendria yo un saldo en contra de siete poe- tas, Sin embargo, el problema no es tan estrictamente matematico, En la introduccién a Poesia rebelde de América propuse una diferenciacién entre “rebeldia” y. “revolucién”, entre actitud rebelde y actitud revolucionaria. En el pri- mer caso, escribi, “se trata de no obedecer, de resistir, de salitse de un orden al que se considera —y la mayor parte de las veces lo es~ injusto. En el segundo —Ia revolu- cién—, el asunto esté en tirar abajo ese orden, en cambiarlo”. Planteaba, asimis- mo, que la poesia no puede cambiar el or- den social (puesto que sdlo da un testi- =13— PPE MIGUEL DONOSO PAREJA monio y concientiza a muy largo plazo) sino Ia militancia politica, y que su unica posibilidad revolucionaria es frente a si misma. La literatura —para el caso la poesia— es ideologia y praxis a 1a vez. De abi su len- titud concientizadora, pues su accién est en ella misma, en el poema o en el libro, Esto plantea una doble punta al proble ma: la de la escritura, por un lado, de Ta cual somos absolutamente responsables, y Ta de la lectura, por el otro, que depende de todo un proceso cultural (en el que tie- ne su parte aunque sea pequefia, la litera: tura) y revolucionario ( en el que tiene su parte, definitoria, la militancia). Esto, que sigue siendo vigente para mi, me da un punto de partida para examinar, tratar de ubicar, Muchachos desnudos ajo el arcoiris de’ fuego. Ast, al margen de cualquier diferencia de criterio respec- to a los poetas escogidos, la mayor parte de ellos de excelente calidad, considero que c dentro de cierta amplitud— es un libro que viene a completar Poesia rebelde de América. ‘La dificultad comienza, para el asunto de ubicar, en las diferencias de opiniones que hay sobre el origen y fundamentos de Ta “modernidad” de la ‘poesia latinoame- ricana, Como generalizacién consideramos que las caracteristicas sefialadas por Saitl Yurkiévich respecto al tenor de la nueva, poesia de nuestro continente son acertadas: 'Crisis del idealismo roméntico, pasaje de Jos nerudeanos a los vallejeanos, concien- Ga critica desgarrada, desacralizacién hu- moristica, irrupcién de la actualidad, tran- sicién entre el psicologismo y el sociologis- mo, agtesividad, libertad de expresién, avance del coloquialismo y del prosaismo, pluralidad formal y estilistica, discontinui- -iM— oY MUCHACHO$ DESNUDOS BAJO EL. ARCOIRIS dad, inestabilidad, ruptura, apertura, cos- mopolitismo...”. Pero esta enumeracién que hace Yurkié- vich en Poesia hispanoamericana (1960- 1970) es insuficiente, y hay un verdadero gplimatias en las opiniones de otros que ‘an querido precisar, emitiendo juicios de valor, estas caracteristicas, Veamos algunos ejemplos: para Roberto Fernindez Reta mar y para Mario Benedetti, Ia “antipoe- sia” no existe sino que, simplemente, es una “anti tal tipo de poesia”, en concreto una poesfa “antineruda”, y se encuentra en el extremo opuesto de la poesia “conversa- cional’, representada por el “exteriorismo” de] nicaragiiense Ernesto Cardenal. Fe nando Alegria, en cambio —tras sefialar que Jos primeros ‘antipoetas latinoamericanos son Pablo de Rokha y César Vallejo— ubi ca a Parra —de quien dice que “maneja un Tenguaje cotidiano mezclado con formu- las pedagégicas y sentencias de pilleria po- en el mismo saco que al nicara giiense y afirma: “Cardenal es un antipoe ta dspero y disonante que trata de encen. derle a Jo prosaico una llama interna para provocar otras luces a su alrededor..." Segin Aldo Pellegrini (Antologia de la poesia viva latinoamericana), es el surrea- lismo el punto de partida de nuestra poesta actual, ofreciendo a los nuevos poetas “el privilegio de una deslumbradora libertad de expresidn, el incentivo de la imagen ins6li ta, y su permanente cardcter experimental”, y subraya mas adelante que “Nicanor Parra representa en Chile el esfuerzo posterior mis claro de intentar una nueva aventura poética”. Undurraga, por supuesto, remar- ca al “creacionismo" de Huidobro como el arrangue de nuestra vanguardia, y nos re- cuerda una afirmacién que es fundamental ~y a Ia cual volveremos— del autor de Al- ibe MIGUEL DONOSO PAREJA tazor: “La idea es la que debe crear el ritmo, y no el ritmo Ia idea, como en casi todos los poetas antiguos....” poetas de ves- tuario, sin nada interno”. José Olivio Ji ménez (Antologia de la poesia hispanoame- ricana contempordnea [1914-1970]), coin- cide con Pellegrini pero desde otro Angulo. Para él en Trilce y en Aliazor “aparecen ya, de manera harto visible, aquellos meca- hismos nuevos que anunciébamos como arquetipicos de lo contempordneo, y que son, para decirlo gruesamente, el irracio- nalismo y la desreatizacién’”, Es muy dificil, entonces, genevalizar res- pecto a ‘una tendencia dominante en Ia nueva poesia de América Latina, Los cami- nos han sido multiples y poco 2 poco, en mi opini6n, han ido clarificdndose, Desde el dadafsmo ('*. . todo lo que se ve €s falso. .. protesta con todos los puiios del ser en accion destructiva”’ y las “palabras en libertad”) —al que se conectara, al menos en términos tedricos, el “nadaismo” colom- biano—, el futurismo (la exaltacién de Ia tecnologia, desde un punto de vista tema- tico, y Ia destruccién de la sintaxis, el em- pleo del verbo en infinitivo y la supresién del adjetivo y del adverbio, en cuanto a la expresién), el surrealismo (la actividad pu- ra del espiritu donde reside Ia poesta es el subconsciente humano y su manifesta- cion la escritura automatica), hasta el uk traismo (la coherencia del poema a través de cierto tipo de imagenes), han influido y tomado diferentes direcciones a lo largo del desarrollo de nuestra poesia. Huidobro se encarga de contestar el planteamiento futurista de cantar necesaria- mente lo “nuevo”. Dice: “Si yo canto el avin con Ia estética de Victor Hugo, seré tan viejo como él, y si canto el amor con una estética nueva, seré nuevo, El motivo —16— MUCHACHOS DESNUDOS BAJO EL ARCOIRIS no tiene ninguna importancia especial para la modemnidad 0 vejex de una obra”. Si escarbamos bien las cosas (‘la idea es la que debe crear el ritmo”, esto es, el con- cepto que tengamos y las relaciones que s- tablezcamos con tal o cual tema), Huido- bro esté proponiendo, en contra de sus in- transigencias una estética no normativa, a pesar de su apariencia idealista. Mas tar- dle, como, tendremos oportunidad de, ver, Ja sujecién a la tecnologia, agregada al igor” de los ultraistas, de los Gontempo- rineos de México y los agrupados en la re- vista Origenes, de Cuba, dard un nuevo producto: 1a poesta “‘concreta” brasilef ligada_principalmente a lo inteligente en contraposicién a lo emocional, a lo “re- flexivo” en contra del “temblor” o Ta “ira- cundia”. ; OMAst las cosas, tal ver se pueda ya inten- tar una demarcacién de las direcciones que ha tomado Ja nueva poesia latinoamerica- na, mismas que estan representadas, excepto la poesia “conereta”, en Muchachos des- nudos bajo el arcoiris de fuego. ‘A mi juicio, las dos vertientes que nu. tren el desarrollo de nuestra poesia son la seca, escueta, fundamentada en Ia inteli gencia, que surge de los ultrafstas argenti- nos (“Reducir la Lirica a su elemento pri- mordial: la metAfora, Abolir las expresio- nes intermedias, los enlaces y los adjetivos intitiles. Abolir los objetos ornamentales, el coniesionalismo, los discursos y las abs- tracciones. Sintesis de dos o mis imagenes en una sola, ampliando ast su poder de su- gestion”, Borges dixit), de los Contempo rineos mexicanos (a Ios que “caracterizab €l rigor, la intransigencia, y sobre todo la inmovilidad”, segin lo remarca Francesco ‘Tentori en la introduccién a su libro Poeti Ispanoamericani del 900), y de los cubanos -17- Baraat TE SS wey MIGUEL DONOSO PAREJA agrupados alrededor de la revista Origenes ls tendencin de Ia potsia “pura” de antes le la Revolucién, también segin seftala- miento de Tentori). La otra podriamos en- contrarla, para el caso de Cuba, en la poe- sia negra 0 social (Tentori), con Nicolés Guillén a la cabeza, pero ya cuando se ha liberado del “ritmo negro” y entra de Ile- no a lo instintivo y emocionalmente popu- lar (negro pero con un sentido de clase), en los “estridentistas” mexicanos, en Pa- blo de Rokha ("U, publicado en 1927, es su libro clave... aqui De Rokha va dejan- do inscripciones que representan una vio- lencia directa contra la sociedad burguesa y contra el hombre acomodado en ella. Desnuda a Ia poesia de todo artificio, ex- cepto uno: Ja grandilocuencia”, sefiala Ale- grfa), en Vallejo (Alegria subraya que éste, después de Los heraldos negros, “adopta una libre asociacién de imagenes y prosigue en amargo tono de conversacién a enfren- tar Ja cara falsa del mundo, escupiéndola, golpedndola, distorsiondndola”, mientras que Tentori recalca que en Vallejo “el la mento crece, se convierte en gigantesco” es “el sentimiento —el subrayado es mio— que aureola con un halo cristiano a los des- heredados”), en los “iracundos” ingleses, en los beatniks norteamericanos, en Neruda (especialmente en el de Residencia en la tierra), y en Parra ("su exptesién es sar- céstica, Hena de una rabia que no estalla en golpes, sino en ademanes, en voces, en movimientos, y se queda en el aire, amena- zante pero imitil”). ‘Asi, pues, dos corrientes bisicas se dispu- tan Ia supremacfa de Ja actual poesta Iati- noamericana: a inteligente, frfa, medida, que busca la exactitud, y Ia emocional, des. Dordada, sin medida, Lo “‘apolineo” frente a lo “dionisiaco” y lo “faustico”. Lo esté- —18— MUCHACHOS DESNUDOS BAJO EL ARCOIRIS tico frente al movimiento, El poema-objeto, como denomina Ramén Xirau, laudatori mente, a Muerte sin fin, de Gorostiza, el poema arquitecténico, neoeledtico en la perfeccién del circulo, el poema “concre- to” (“la poesfa concreta”, vscribe Xirau en Poesia iberoamericana contempordnea, “se pretende precisa, objetiva, reflexiv: toda ella mis construccién que actividad subjetiva fluida; toda ella mas estructura que movimiento; toda ella més espacio vi sual que tiempo sucesivo”) frente al poema “proceso”, de la emocién ligada a la vida, a la historia, nombre que tomo de una di- sidencia dentro de la poesfa concreta brasi- Iefia, Ia de Wlademir Dias Pino, que in- vent el poema-proceso y desembocaria, con Mario Chamie, en una nueva escisién, en el poema-praxis. De Jo observado hasta aqui, las tenden- cias de la actual poesfa latinoamericana po- drfan sefialarse, ya mds diversificadamen- te, en la siguiente forma: 1. Una que basa su impugnacién en una fuerza irracional y desbordada, con elementos conversaciona- les y de las vanguardias més afiejas; 2. Otra que parte de una emotividad honda, inte- rior, sin desligarse de la realidad social; 3, La que nace de la antipoesia no grandi- locuente sino mas bien coloquial, de Parra (como-la que hace “el ecuatoriano Edgar Ramfrez Estrada”, segiin Fernando Alegria, quien “combate en el plano de Ja revolu- Gién social con armas conquistadas en la revolucién antiliteraria: se vale de la anti- poesia para desenmascarar, atacar, purifi- car, La antipoesfa al servicio de la revo- lucién”); 4. La que se origina en los “ex- terioristas” norteamericanos y es objetiva, frfa, distanciada, hasta cierto punto mani- quea, representada por Ernesto Cardenal; 5. La que surge del rigorismo inteligente y ~19— MIGUEL DONOSO PAREJA cree mas en la “organizacin verbal” que en los motives del poema, en la “palabra” su distribucién en el discurso (coincidien- do con los dadaistas que, como sefiala bien Rail Gustavo Aguirre, Hegaron a plantear que “Ia palabra es anterior al pensamien- to y, por lo tanto, capaz por si sola de creat una materia para el pensar, un mun- do, en suma, una realidad”), Estos poetas vuelven a los poetas griegos y latinos, ha- cen con los textos de aquéllos nuevas orga- nizaciones verbales, construyen literatura sobre literatura; y 6. Los “concretistas”, que entran, segin Haroldo de Campos, en el mundo dela comunicacién no-verbal y audiovisual”. “Muchachos desnudos bajo el arcoiris de Juego trae representaciones de las tres pri- meras tendencias enumeradas, al menos en lo medular, con alguna que otra inter- comunicacién con las tendencias no repre- sentadas. Se hace necesario ahora el conocimiento de quiénes son los que integran el libro. fin Grden de edad. (de 10s mis viejos a 10s més jévenes) son: Luis Suardiaz ( cubano), Hernan Lavin Corda (chileno), forge Pi- mentel (peruano), Orlando Guillén (me- xicano), Beltrin Morales (nicaragitense), Fernando Nieto Cadena (ecuatoriano), Ju- lian Gémex (mexicano), Enrique Verdste- gui (peruano), Roberto Bolaiio (chileno), Mario Santiago (mexicano) y Bruno Mon- tané (chileno). Ya se podria, de acuerdo con las tenden- cias sefialadas, ubicarlos, Sin embargo, con. sidero importante buscarles sus orfgenes muds cercanos, el trampolin desde donde Ile- gan. Para ello vamos a examinar (con el lec tor) tres movimientos jévenes aparecidos en ‘América del Sur (dos de los cuales hicie- ron pensar inocentemente a Aldo Pellegri- —20— MUCHACHOS DESNUDOS BAJO EL ARCOIRIS ni que “Ios grupos mas activos y revolucio: narios en la poes(a latinoamericana pare- cen desplazarse desde la zona sur hacia el norte de Sudamérica. .. formada por Ecua- dor, Colombia. .), Me refiero a los nadais- tas colombianos, a los tzintzicos, del Ecua- dor, y al Movimiento “Hora Zero”, del Pert, Estas tres tendencias, que histérica: mente se dieron en el orden en que han sido mencionadas, tendrian, supuestamen- te, su corolario en el grupo de los “infra rrealistas” de México, tres de cuyos miem- bros —Roberto Bolafio, Mario Santiago Bruno Montané— estén representados en Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego. ‘Veamos: J. Mario (nadaista entonces), en carta dirigida a la revista El corno emplu- mado habla de las voces que se ofan en un momento (1964), y dic cla de los ba- Heneros (se refiere a los poctas agrupados alrededor de la revista BP techo de la be- Tena) de Venezuela encendida por el pe- trdleo y la de los tzantzicos ecuatorianos con las cabezas al cinto y la de los beatniks Ilo- rando sobre la misma impotente maquina amarilla de escribir y la de los iracundos que, como la mujer de Lot, siguen miran- do hacia atras con ira...” Pero el nadaismo se habia iniciado en 1950 y tantos, con una influencia directa de Dadé, del existencialismo y de los beat- niks, Su fundador, Gonzalo Arango, nos lo define estética ¢ ideoldgicamente. Lea mos algunas de sus propuestas: “Nada de dogmas, ni para el arte, ni para Ia vida Una misién para Mufados y Nadafstas: cstallar los ltimos vestigios putrefactos de la razén, del pensamiento Iégico. La vida no es Iégica ni razonable. Razonable, en el mundo de hoy no queda sino la locu- ra, Por Jo tanto: invasién al Reino A\ oie Bee ia oo MIGUEL DONOSO PAREJA mal, embrutecernos de razén, y asalto a Jos tertitorios Ignorados de la Virginidad del Espiritu, Sumergirnos en las Oscurida- des fecundas del Irracionalismo y la Irres- ponsabilidad Original. El Espiritu, si quie- re sobrevivir a su lenta muerte civilizada, debe Animalizarse. La mente nos ha hecho cobardes, asesinos, estiipidos, guerreros, im- potentes, capitalistas 0 comunistas, todo me- hos hombres, menos hijos de la Tierra y el Sol, unos cochinos degenerados avergoiza- dos del onabligo que nos trajo al mun- do, ,. Nosotros nos quedamos con el reino Puro de la Nada... E] artista no tiene sino sus dos pies, su corazon, y un camino que no conduce a ninguna parte... Ia Nada es la esperanza del Ser. El Ser ¢s 1a misma Nada que se pone a cxistir. En definitiva, es bastante ficil puntuali- zar sus conexiones con el dadaismo (todo ¢s falso y lo unico valido es Ja destruccién) , con el sutrealismo (la zona pura de la poe- sia esta en el subconsciente) y con el exis tencialismo (el ser y la nada, la existencia) . ‘Todo burdo, por supuesto, mal digerido. A esto habria que agregar lo facil de detec- tar su. contenido reaccionario, puesto en claro en la inresponsabilidad (Iéase no com- promiso) y el meter en el mismo saco ser capitalistas 0 comunistas cuando, seguin lo propuesto, lo que deberfamos es ser hom: bres, al margen de la lucha de clases. En cuanto a los “taintzicos”, aparecieron al inicio de los afios sesentas y su drgano de expresién fue Ja revista Pucuna. Se autocalificaban, como su propio nombre lo indica, “reductores de cabezas” (las “tzan- tzas” son las caberas reducidas a menos del tamaiio de un pufio que hacen los indios de la selva oriental ecnatotiana) y su pu- blicacién —Pucuna— se referia a las cerba- —2- MUCHACHOS DESNUDOS BAJO EL ARCOIRIS tanas de esos mismos indios que lanzan dardos envenenados. Asi, el tzantzismo fue més una actitud que una poética y su caracteristica el pa- rricidio, Grefa en la accién inmediata de la poesia: tal vez por eso no dieron obra que yaliera realmente la pena, Su primer ma- nifiesto said a la luz en 1962 y desde en- tonces, como sefiala Esteban del Campo en “:Réquiem para el wantzismo?” (abril de 1972), su principal contenido fue “la ne- gacion, dialécticamente entendida”. “La actitud critica de los tzdntzicos”, contintia Del Campo, “vino a colocarse en un nuevo nivel, de’ contenido complet: mente diferente y que nos permite medir de mejor manera la variacién de su ira- cundia y negacién en el tiempo, Este nu vo nivel tuvo sin duda mucho que ver con una cada ver mds alta comprensién marxis. ta del fenémeno cultural y social en el Ecuador y se refiere especialmente, a mi modo de ver, al concepto de praxis artistico- politica. De una praxis insertada en el proceso de transformacién de nuestra so Giedad sumergida en el atraso, Ja ignoran- cia y la explotacién imperialista, Fue, por lo tanto, en Ja aceptacién de un compro- miso prdctico con Ja lucha por una autén- tica cultura nacional que se definié y se sittia esta nueva posicién del tzantzismo”. Esta conciencia, que fue positiva, la colo- caron los jévenes reductores de cabezas en el nivel “de Ia poesia de denuncia, comba- tiva y revolucionaria, de la praxis politica en la literatura (el subrayado es mio). Su negativa a publicar sus poemas (en cdicio- nes destinadas a satisfacer el gusto de c: pas sociales reducidas y hasta insensibles) y su decisién de decirlos, declamarlos en es- cenarios ptiblicos o populares... no fue otra cosa que la manifestacién coherente 23 BRO en a va Ee a MIGUEL DONOSO PAREJA de esa época y Ia demostracién de una toma de conciencia muy clara sobre lo que. se necesitaba hacer aqui, en nuestro medio, én nuestras propias condiciones” (Del Campo). ‘A esta actitud, que negaba al poema co- mo ideologia y praxis a la vez y colocal Ja accién fuera del mismo, en la accién po- Iitica (que da igual que hacerlo en cual: quier otra accién, como los. “praxistas Brasilefios que realizaron, ya a fines de los afios sesenta, una exposicin con “poemas Comestibles” que fueron. “digeridos” —en

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