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Mi historia comienza hace un poco más de cuatro años.

Una tarde llego mi esposo


y me comentó que existía la Universidad Pedagógica Nacional y que si me
interesaría estudiar allí. Me llamo la atención, pero en un principio estaba dudosa
pues me queda un poco lejos de mi casa. Pero de todas formas hice mi registro
por internet, pero me sentía insegura. Al final cuando decidí que si haría el
examen tuve que –literalmente- correr a pagar al banco, pues era el último día
para realizar el pago, además de que faltaban cinco minutos para el cierre.

Cuando llego el día del examen sentí temor, pues ya habían pasado unos
años de que había dejado la escuela, en fin, decidí que si veía a muchas
jovencitas no haría el examen. Lo bueno es que me encontré con mujeres de
varias edades, aunque si he de admitirlo, predominaban las que habían terminado
recientemente la preparatoria. Al acabar el examen, salí triste pues había sido la
última en mi salón en entregarlo y me había costado mucho trabajo resolverlo por
lo que pensé no me quedaría.

Pasaron los meses y hubo grandes cambios en mi vida: me cambie de


casa, mi hija más pequeña iba a entrar al kínder y nos regalaron un perro. Cuando
llego el día en el que tenía que revisar si había quedado o no, estaba tan nerviosa
que me equivoque con la carrera en la que revisaba el numero de folio, al final
encontré la carrera de pedagogía y mi numero impreso en el periódico, me sentía
¡tan feliz! al fin tenía la oportunidad de estudiar, me sentía en el cielo.

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El primer día de clases se me dificulto
encontrar el salón, además estaba tan
nerviosa que entre a otro y como sin
nada llegue y me senté, pero al notar
las miradas de extrañamiento de los
otros compañeros deduje que ellos ya
se conocían y la que no pertenecía allí
era yo. Con toda la pena que embargaba mi alma salí y decidida me puse a
buscar el salón 319, después descubrí que es el que esta casi al lado del
Chedrahui (no es cierto, pero casi). Y entonces supe que era mi salón cuando
descubrí otras cuarenta caras de sorpresa, extrañamiento y preocupación muy
parecidas a la mía.

Como fueron pasando los días comenzaba a sentirme mas confiada, como
en casa, pues esta carrera me estaba gustando mucho, a pesar de las tareas y de
lo mucho que tenia que leer y organizarme para llevar niñas a la escuela, hacer
tareas y demás, no me pesaba pues era muy interesante todo lo que estábamos
aprendiendo.

Al poco tiempo trabe amistad con varias compañeras, y la verdad he hecho


varias amigas en esta escuela, yo pienso que la mayoría de estas amistades son
para toda la vida, pero si he de ser sincera con quienes me llevo mejor son con
Jenny, Maribel y Oyuki. A Jenny la conocí en el primer semestre y la verdad es
que fue el inicio de una gran amistad. A Maribel la conocí en segundo semestre
pero nos hicimos realmente amigas al final de este. A pesar de conocer a Oyuki
desde el primer semestre la realidad es que nos hicimos muy amigas en quinto
semestre. Las cuatro hemos compartido muchas alegrías, tristezas y también nos
hemos apoyado mutuamente de tal manera que no las cambiaría por nada.

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Es en segundo semestre fue cuando comencé a manejar, así que el primer
día de clases llegue con mi carro nuevo, lo malo es que justo ese día el carro
recibió su primer y único golpe, pues en mi inexperiencia se me atravesó un árbol,
por lo que tuve que llevarlo al mecánico. Ese semestre fue cuando conocí al
profesor Magaña y en una clase nos dejo hacer una práctica en la hemeroteca de
la UNAM, por lo que subí al carro como a medio salón y fuimos a realizar el trabajo
encomendado, cabe señalar que también fue la primera vez que manejaba en
periférico.

El tercer y el cuarto semestre estuvieron muy interesantes, un poco difícil


por que lleve las materias de estadística 1 y 2. Aunque no soy tan mala con las
matemáticas, si me costó un poco de trabajo, porque hacía mucho tiempo no
hacia operaciones matemáticas tan complicadas y como niña de primaria tuve que
ir a clases de regularización.

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En tercero tuve que salir de diablo en una
pastorela que nos pidió la profesora
Patricia, así que represente a una malvada
diabla mayor, fue una experiencia muy
agradable, aunque al principio tuvimos
dificultades para organizarnos pudimos
sacar el trabajo adelante; hasta vino mi mamá y mi esposo a ver mi actuación, y
yo creo que no lo hice tan mal porque después me invitaron a comer.

En cuarto semestre estuve con la maestra María del Carmen en la materia


de Educación y Sociedad América Latina, es una maestra muy exigente pero
muy buena, con ella tuve que leer mucho y hacer análisis de los textos, además
de pasar a exponer; por lo que tuve que ser muy dedicada y no me arrepiento
porque aprendí mucho.

Quinto semestre ha sido uno de los semestres más difíciles de toda la


escuela, por que tuvieron que operar a la mayor de mis hijas. Todo comenzó la
noche del primero de noviembre, después de ir a pedir calaverita dijo que sentía
un dolor muy fuerte de estomago. La lleve al doctor al día siguiente y le mandaron
estudios, pero salió bien en todos y le mandaron tratamiento para gastroenteritis.

Después de unos días se ponía cada vez peor, así que la lleve al hospital,
la sometieron a diversos estudios como ultrasonidos, pruebas de sangre, orina,
tomografías, entre otros para concluir después de una endoscopia que necesitaba
una operación. Al final todo salió bien y yo creí que reprobaría el semestre, pero
tuve maestros muy comprensivos y amigas que me apoyaron en todo momento.

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Al terminar sexto semestres tuve que
elegir campo. Nos presentaron muchas
opciones y fue un poco difícil, por que
cuando lo eliges, no estás del todo
segura que lo abrán, por lo que vives
momentos de mucha tensión, pero
cuando lo abrieron respire aliviada pues
allí estaban maestros que sabia eran muy buenos y la verdad no me equivoque
porque he aprendido mucho, así que me inscribí al campo de educomunicacion.

Ha sido un buen campo, aprendí a hacer un blog y eso me ha ayudado


mucho, ya que yo le tenía mucho miedo a utilizar la computadora, pero ahora la
utilizo bastante bien. También he aprendido mucho sobre la imagen, además del
análisis de textos y los pasos para hacer mi tesis.

Si he de ser sincera el semestre más complicado ha sido octavo, por un


lado me operaron del apéndice y aunque no fue una operación muy complicada ha
sido lenta mi recuperación; por otro lado ha sido un semestre difícil en el ámbito
sentimental, porque aunque ya quiero salir de la escuela y graduarme, también
quiero seguir viendo diario a mis amigas.

La escuela ha sido para mí muy importante porque he aprendido mucho,


pero también ha sido mi refugio pues es un recinto en donde he compartido mis
alegrías, tristezas y emociones con mis amigas.

Además que he conocido a varios maestros que han dejado huella en mi


vida, uno de ellos ha sido Fernando Juárez, aunque en primer semestre parecía el
malo de la película, la realidad es que me enseño a pensar de manera diferente,
más crítica y analítica. También Cristina Soto, quien me hizo sufrir mucho con la
materia de epistemología y me enseño los fundamentos teóricos de la pedagogía,
con el tiempo se ha convertido en una gran amiga. El profesor Félix es alguien a
quien recuerdo con mucho cariño, pues es una persona que tiene una gran calidad
humana y siempre está dispuesto a ayudar.

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Es interesante que cinco personalidades tan diferentes nos den clase, Rita
Dromundo, Alejandro Gallardo, Juan Carlos Rangel, Alicia Carvajal y David
Magaña, ya que han cambiado mi vida de una manera positiva y pertenecen al
campo de educomunicación en donde estoy inscrita.

Estos maestros son a los que con más cariño voy a recordar, tal vez
porque hemos pasado dos semestres juntos, también porque con sus enseñanzas
me han hecho pensar de una forma diferente, más crítica, también me han
enseñado a defender mi carrera, pero sobre todo los cinco me han aportado
demasiado, pues son unas personas muy valiosas.

Cuando leí que el lema es “educar para transformar” hace cuatro años,
nunca imagine que de verdad me cambiaria la vida. Soy más segura, tengo una
manera de pensar diferente.

Hoy que estoy a punto de terminar, que es momento de mirar hacia el


futuro lo único que tengo que decir es: Gracias. Por su amistad por sus
enseñanzas, por sus consejos y ¿porque no? Por sus regaños y llamadas de
atención, gracias por permitirme ser parte de sus vidas, gracias por darme los
conocimientos y los elementos para poder salir adelante.

Sé que una etapa está a punto de terminar, tal vez una de las etapas más
felices de mi vida pues la he vivido con plenitud. Sé también que voy a comenzar
una etapa nueva para mí, ha llegado la hora de poner mis conocimientos en
práctica y de trabajar.

Lo único que puedo decir es ¡Felicidades Generación 2006-2010!

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