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Manos duras para con los ladrones

Desde hace mas de doce años se critica la decisión de privatizar la CDE, un


monopolio estatal que no hacía las inversiones necesarias para renovar su maquinaria
de producción, por requerir de grandes subsidios del Estado, porque su programa de
electrificación nacional entregaba a barrios y comunidades un servicio que no
cobraba y por ser un monopolio.

Absurdamente se sustituyó un monopolio por tres monopolios a los cuales no les


importa cobrar el servicio que entregan porque de todas formas el Estado paga.
Obviamente, el peor de los problemas reside en la desidia de no cobrar,
especialmente cuando se habla de que la mitad de le electricidad que compran las
Empresas Distribuidoras Eléctricas Estatales, a los productores va a parar a manos
ladronas.

Los datos que filtran las agencias gubernamentales de control energético, siempre han
sido en el sentido de que la más importante porción del robo eléctrico es realizado por
el sector empresarial, sin contar el dinero con que se quedan algunos generadores por
mantenerse apagados, en contratos que debieron renegociarse con terminación hace
tiempo.

Es difícil no preguntarse cómo es posible que habiendo un número relativamente


pequeño de empresas, y siendo la tecnología de identificación de tramposos y de la
cuantía de sus robos relativamente sencilla, los organismos de control, llámense como
se llamen, no hayan logrado obligar a los ladrones a dejar de serlo, con la simple
amenaza de someterlos a la justicia, o empezar a publicar quiénes son.

La persona responsable del órgano responsable, también como se llamen, debería dar
un simple ultimátum, después de plantear la exigencia de pagar lo que ya
consumieron, así como de efectuar una conexión transparente, a una fecha temprana
especificada, y al cumplimiento de tal fecha no hayan pagado ni efectuado la
conexión transparente. El simple ultimátum es de tiempo para iniciar la publicación
del nombre de las empresas, una cada día, si no se conviene y se hace efectiva una
forma de pago y una reconexión limpia.

Además, todo el dinero cobrado debe destinarse a sanear las finanzas del Sector
Eléctrico y para reembolsar a los consumidores que forzosamente hemos asumido el
pago del consumo de electricidad ajeno para que sigan esos ladrones operando sus
rentables negocios, de todo lo pagado de más, y recalcular costos para implantar
tarifas justas y concordantes con la letra de la ley y con la intención de los
legisladores.

Eso debe bajar la tarifa eléctrica y entregar competitividad a los negocios limpios.
Pero hay que ponerse los pantalones.
Marcos R. Taveras es Consultor Privado
marataveras@hotmail.es

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