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Amrica roja
Mi descubrimiento de Amrica, de Vladimir Maiakovsky, Buenos Aires, Entropa,
2015.
En Mi descubrimiento de Amrica, el diario de viajes que Vladimir Maiakovsky escribi
entre 1925 y 1926 a propsito de su periplo por Cuba, Mxico y Estados Unidos, hay una
invitacin al exotismo que el autor va a rechazar cada vez que pueda. El exotismo, deca
Csar Aira, es literatura readymade, encuentra lo que no precisa inventar, la fantasa y la
aventura estn dados all, naturalmente. Como Oriente, Amrica es portadora de sus
signos de manera innata. Tambin con esa premisa comienza a escribir Maiakovsky:
Necesito viajar. Para m, el contacto con todo aquello que respira vida casi sustituye la
lectura de libros. Sin embargo la frmula, que apuntara a enfatizar el encuentro con la
alteridad que imprime el trpico sobre el cuerpo del poeta revolucionario, aparece en las
crnicas, aplacada, reprimida. No porque el ruso sostenga de antemano una imagen
estereotipada, el mecanismo colonial. Justamente todo lo contrario. Importa poco el
deslumbramiento por la abundancia americana. Descubrir Amrica, sin la lente de lo
exuberante o lo rarsimo, pone en juego otro tono, menos encantado o ms objetivista:
Para cenar nos dieron alimentos que no conoca: un coco verde con el corazn untuoso
como manteca y una fruta llamada mango, una parodia de la banana, con un carozo
grande y peludo.
El impulso del poeta sovitico, por supuesto, iba menos hacia lo especfico que a lo
universal. Si el exotista busca deliberadamente un mundo otro, el revolucionario, que
porta el mensaje del futuro, es en algn sentido, el otro radical (Mosc. Eso est en
Polonia? me preguntaron en el consulado estadounidense en Mxico. No contest-.
Est en URSS). Para leer el mundo, se llevan en el bolsillo los mapas de la revolucin.
En el barco, por ejemplo, la primera clase vomita donde se le da la gana; la segunda
sobre la tercera, y la tercera sobre s misma.
De qu tiempo viene Maiakovsky y con qu tiempo se encuentra en Amrica? Slo en su
dilogo con los vanguardistas latinoamericanos encontrar una temporalidad comn.
Desde Mosc, esa ciudad que, al decir de Ral Antelo, funcionar durante esas dcadas,
para visitantes como Csar Vallejo o Walter Benjamin como el marco de lo moderno, el
emplazamiento discursivo muestra las velocsimas transformaciones del presente. El