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Gran defensor del pensamiento utpico del siglo XX. El marxismo no puede
confinarse nicamente al anlisis de las contradicciones de la sociedad
existente sino que es preciso contar inexcusablemente con la actividad del
sujeto revolucionario, capaz de enderezar el curso contradictorio del mundo
en el sentido de lo mejor. Esperanza activa y no simple espera que
acentuando la importancia del sujeto en la historia, da un notable sesgo
tico al pensamiento de Bloch, conjugado con una ontologa materialista de
la posibilidad. Quiere levantar un pensamiento orientado hacia el futuro no
como prolongacin del presente sino abierto al novum, hacia lo an-noconsciente y su correlato objetivo, lo an-no-llegado-a-ser.
Cuando el deseo de superacin de un presente no cumplido accede a la
razn, se produce la esperanza; cuando nla esperanza se conjuga con las
posibilidsades reales objetivas que atraviesa la realidad, florece la utopa.
No es ensoacin sino esperanza como principio rector del pensamiento y
de la accin del hombre, que puede y debe ser aprendido. La religin ha
sido el espacio ms engalanado de esa voluntad, ms an, su entero
edificio. Sin Dios el marxismo ha de presentarse como un transcender sin
trascendencia que orienter