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El abuso:
crimen atroz, pecado grave
José Andrés Murillo
Filósofo
En este crimen no hay solo dos partes involucradas. No se trata nada más que del abusador y su
víctima, sino también de los que están (estamos) cerca, que saben, que sospechan o deberían saber,
que se hacen los sordos u ocultan la realidad.
Siempre habrá algunos que encuentren en esta crisis la confirmación de sus miedos y profecías. Pero
también podemos verla como signo de esperanza y posibilidad de hacernos cargos responsablemente
de lo que somos.
E
n un hecho sin precedentes, en febrero de este año el para ayudar a las personas afectadas —abusados y abusadores—
papa Benedicto XVI convocó a la totalidad de los obis- a reconocerse como tales y, así, abrir un camino de justicia y
pos de Irlanda a una reunión de emergencia, luego de sanación con ellos mismos, con la comunidad, con Dios. En-
conocerse el informe encargado por el Gobierno de este país cubrir la realidad para defender la institución es un error en
sobre las denuncias de abuso a menores por parte de miem- todos los planos, un error que puede constituir un crimen tan
bros de la Iglesia. grave como el abuso mismo, puesto que acepta y legitima lo
La publicación de este documento, a mediados del 20091, inaceptable. Pero además, es una grave injusticia con aquellos
había revelado la manera en que personas pertenecientes a la que han sido abusados, pues se les impide reconocerse como
Jerarquía católica y a diversas otras instituciones religiosas víctimas5. A los victimarios tampoco se les permite asumir su
ocultaron durante décadas, y de manera sistemática, miles responsabilidad y abrirse a la sanción, la reparación y al perdón.
de estos casos de abuso sexual, físico y psicológico. Después A la comunidad se la deja mucho más vulnerable ante posibles
de la difusión de esos antecedentes, al menos cuatro obispos abusos; no se le permite defenderse, estar atenta ni prevenir. De
dimitieron de sus funciones episcopales para expresar su dolor este modo, muchos —en una actitud bastante comprensible—
y, el 21 de marzo pasado, se leyó en todas las comunidades comienzan ya a perder su fe en la Iglesia e incluso en Dios. Por
irlandesas una Carta pastoral en la que el Pontífice recono- este motivo, alegar que se trata de una conspiración, en vez
cía su vergüenza por lo ocurrido en esa nación 2. Desde esa de enfrentar el tema con valentía y honestidad, solo debilitará
reunión del Pontífice con los obispos de Irlanda hasta el día más la confianza. Siempre habrá algunos que encuentren en
de hoy, no ha pasado una semana sin que salgan a la luz nue- esta crisis la confirmación de sus miedos y profecías. Otros la
vos episodios escandalosos, algunos de los cuales incluso han vemos como signo de esperanza y posibilidad de madurez, de
salpicado al Vaticano3. hacernos cargo responsablemente de lo que somos para, así,
Hay que recordar que en el 2008 el Papa se reunió con crear las condiciones para la prevención, la justicia, la recon-
víctimas de actos condenables cometidos por sacerdotes en ciliación. Lo único indudable es que ya nadie puede ni debe
California y, antes aún, Juan Pablo II había pedido perdón por quedar indiferente ante la realidad denunciada.
los casos de abuso sexual. Y es que desde hace un tiempo los
escándalos por hechos de estas características o por pedofilia EL TRIÁNGULO DEL ABUSO
han hecho entrar en crisis a la Iglesia.
En marzo último, The New York Times publicó la estre- La verdad los hará libres (Jn 8, 32).
mecedora historia de Lawrence C. Murphy, sacerdote católico
que confesó haber abusado en Milwaukee de más de doscientos El abuso sexual infantil es inaceptable. El problema es que
niños sordos, ante lo cual las autoridades eclesiásticas, en lugar cuando consideramos que algo es inaceptable, muchas veces
de detenerlo y juzgarlo, lo trasladaron. En consecuencia, pudo negamos su existencia. Pero hay que saber que la negación de
seguir cometiendo abusos4. una realidad no significa su eliminación, sino solo su oculta-
No se han adoptado las medidas necesarias para detener miento, y en el caso del abuso sexual es justamente del oculta-
estas agresiones contra menores de edad o jóvenes, ni tampoco miento de donde este crimen obtiene su mayor fuerza y grave-
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Es necesario, es justo,
que el victimario se asuma como tal
y la víctima sea reconocida en su condición.
1 Son cinco volúmenes escalofriantes cuya lectura se recomienda. Se puede acceder a ellos (en inglés) de forma gratuita en línea: www.childabusecommission.ie/rpt/index.php
2 La Carta está en www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2010/documents/hf_ben-xvi_let_20100319_church-ireland_sp.html y una síntesis de ella se encuentra en la página 23 de
esta edición de Revista Mensaje.
3 Cronología disponible en el sitio de la BBC en español: http://www.bbc.co.uk/mundo/internacional/2010/03/100326_timeline_abuso_sexual_iglesia_pl.shtml
5 Incluso en los casos en los que se amonesta secretamente o se le pide a algún miembro de la Iglesia retirarse a la penitencia y la oración, sin públicamente reconocerse lo que ha hecho, se
lanza una estela de ambigüedad que niega la dignidad y el reconocimiento de las víctimas como tales.
6 Mary Gail Frawley-O’Dea y Virginia Goldner (editoras): Predatory Priests, Silenced Victims, The Sexual Abuse Crisis and The Catholic Church. The Analytic Press, Nueva York, 2007, p. 75.
7 “The sexual abuse triangle”, Virginia Goldner en Predatory Priests, Silenced Victims, op. cit. También se puede acudir al magnífico libro del neuropsiquiatra chileno Jorge Barudy, El dolor invisible
de la infancia (Paidos, 1998). Sobre todo, es interesante el capítulo 6: “Ecología moderna del abuso sexual a los niños”, p. 161 ss.
8 Las consecuencias personales del abuso son incomparables y este debe ser combatido activamente en absolutamente todas sus formas. A nivel de comunidad, sin embargo, sí puede haber
comparación, pues hay actitudes sociales y comunitarias que podrían favorecer la naturalización de estos actos repudiables, es decir, hacer pensar que el abuso es una realidad natural y que
no hay mucho que se pueda hacer contra él.
9 La palabra “cura” para denominar a los sacerdotes, viene justamente de “cuidado”: son aquellos que tienen a los hombres a su cuidado.
10 La más severa amenaza de Jesús a los hombres es hacia aquellos que escandalicen a los niños. El verbo que utiliza el Evangelio es skandalizein, que significa, entre otras cosas, “traicionar la
confianza”.
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MSJ iglesia
secretas, […] al contrario, le displace mucho, cuando […]se descubren sus vanas palabras e intención depravada, porque fácilmente se da cuenta de que no podrá salirse con la suya […] al
ser descubiertos sus engaños manifiestos”, San Ignacio, Ejercicios Espirituales, reglas de discernimiento, [326]
recuperar su autoestima, incluso para abrirse a la posibilidad Evangelio: quien no está conmigo, está en mi contra. Hoy ya no
de perdonar. Pero también es de justicia con el abusador que quedan puestos neutros ante el tema del abuso sexual y habrá
él se reconozca como tal, como culpable. Que pueda también, que preguntarse: ¿estoy luchando contra esto o, al contrario,
al reconocer su culpa, abrirse al perdón de sí mismo y a la po- estoy allanando el camino para que otros abusen de los niños
sibilidad de recuperar su propia autoestima. No puede haber de nuestra comunidad?17.
nada de eso sin un acto de reconocimiento, sin asumir lo que Sin embargo, como Iglesia también podemos marcharnos
se está perdonando15. Por último, también es justo con la co- ante las víctimas del abuso, cerrar las puertas y alegar que los
munidad reconocer la realidad ante la cual quiere protegerse, sábados no se hacen milagros, que hay que salvar a la Insti-
detectar, sanar16. tución pues esta es más importante que las víctimas, que si
No queremos que los niños de los que tenemos responsa- se asume lo que sucede nadie más querrá seguir el camino de
bilidad estén expuestos a ningún tipo de ataque. Solo seremos consagración, que perderemos credibilidad.
realmente responsables si somos capaces de crear herramientas Pero la credibilidad, ante Dios y ante los hombres, y ante
tan firmes como eficaces. uno mismo, se pierde en la cobardía, no en la valentía de asu-
Tal vez este tema, más que otros, encarne las palabras del mir la verdad, esa que hace libres. MSJ
15 Dejemos a los teólogos interpretar si puede haber perdón de Dios sin el perdón de los hombres. No me parece que pueda haberlo, pues el perdón sería un acto de magia y no un acto
humano ni, por lo mismo, divino.
16 Para este tema, en su aspecto más general de la justicia, recomiendo mucho la lectura de la conferencia “Sanción, rehabilitación, perdón” de Paul Ricoeur, publicada en Lo justo, traducción
obispos, sacerdotes y laicos han sabido enfrentar y frenar de manera seria este grave problema. Se puede ver, descargar (o encargar) en el sitio de la Iglesia de este país: www.eglise.catholique.
fr/eglise-et-societe/lutte-contre-la-pedophilie/lutter-contre-la-pedophilie.html (en francés).