hacia el ro para buscar agua, como cada maana. Le corresponda hacer esta tarea por ser el ms pequeo de la casa, pero l la odiaba, porque el camino del ro estaba lleno de piedras cortantes que le hacan dao en los pies. (An no se haban inventado los zapatos.) Al acercarse a la zona de las piedras, empez a andar con mucho cuidado, procurando pisar solo las que fueran planas y suaves. Encontr una que era exactamente del tamao de su pie, tan planita que daba gusto pisarla, y dese que todo el camino estuviera lleno de piedras como esa. Como era un chico avispado, pens: Aunque solo tenga una piedra plana, si la voy tirando delante de m a cada paso podr atravesar esta parte del camino sin hacerme dao. (En esto se equivoc un poco, porque, como ya te habrs dado cuenta, necesitaba por lo menos dos piedras para tirar una mientras pisaba la otra, pero enseguida encontr una parecida y solucion su problema). El camino de ida al ro tirando las dos piedras le fue bien, pero al volver tena que sujetar el cacharro del agua sobre su cabeza y no poda tirar los piedras, de modo que volvi a pensar: Lo bueno sera llevar siempre estas dos piedras debajo de los pies para no tener que tirarlas. Y se puso manos a la obra; cort un trocito de cordn con el que se sujetaba la ropa y con l se sujet las piedras a los pies: acababa de inventar la chancleta. Cuando su madre lo vio llegar, con las dos piedras bajo los pies, pens que era una idea estupenda, pero que poda mejorarse utilizando dos cortezas del alcornoque como suelas ya que eran ms blanditas y pesaban menos que las piedras. A este primer modelo, le aadieron en invierno pelo por fuera para que resultara calentito (Las primeras botas de la historia!), correas para sujetarlo hasta la rodilla e incluso una hebilla hecha un trozo de hueso. Ms tarde se inventaron los calcetines, las babuchas, los zapatos de tacn y las botas de agua pero esas son ya otras historias...