Cmo explicar el antojo de su sonrisa, el antojo de sus besos y por qu no...
el antojo de sus caricias? Cmo explicar que su mirada es de esas que te hacen bajarte los calzones y empinarte hasta que l decida simplemente estar dentro de ti? Un desconocido que por algunos aos ignoraba pero que cuando conoc, la pantaleta a cuadros azul con negro se me moj, marcando una delgada lnea hmeda simulando mi cltoris. Sus manos, quiz es lo de menos, aunque no dudara que fueran mgicas. Sueo con l constantemente, imagino que estamos en nuestro espacio de trabajo haciendo el amor hasta sudar. Me imagino simplemente montada en l sobre una silla de oficina incmoda, pero vaya qu mas da! si lo importante es lo rico que siento al mover mis caderas sobre su gran pene. Nunca lo he visto, solo sobre sus pantalones semi ajustados que dan mucho que pensar. Mi ropa est sobre sus botas, l simplemente arrastra tan solo un poco su jeans negros desgastados. Sus manos acarician mis nalgas tanto como yo su espalda lista y hermosa. Apenas puedo sentir mis piernas, el dolor no me permite moverlas, solo dejarlas en la misma posicin, no quiero que salga de mi cuerpo. Su pene, un buen trozo de carne a punto de llegar al xtasis, siento como palpita dentro de mi vagina, tan duro como una tabla, tan deliciosamente duro, aaahhhhh! Cambio de posicin, ahora trato de lamer hasta la ltima gota de semen que ha derramado gracias a mi buen estilo de mamar. Su cara de excitacin y lujuria me piden ms, lo chupo hasta dejar la cabeza roja como una granada en su punto. Por favor no me mires as! Siento como las gotas de mis venidas corren por mis piernas hasta llegar a los tobillos. Ahora de pie y empinada sobre el escritorio siento como entra y sale con tal fuerza que me venga una y otra vez hasta quedar casi inconsciente. Es que ramos de esas personas que se atraan pero que jams se dijeron nada? Claro l... pues con esposa e hijos y yo con un prncipe azul que me espera en casa con ganas de follar. No puedo ms, es que quiero ms. Es que su tacto, su aliento, su todo... Siento como en un arranque de pasin araa mi espalda tan suavemente que noto como mis pezones chocan con la mesa de trabajo donde alguna vez solo exista la humedad de una taza de caf. Quiero repetirlo, seguir en constante movimiento sobre sus piernas, vaya nunca imagin que una persona como l pudiera ser tan bueno "en la oficina" (risitas), me sonrojo al pensar que l tambin piensa en mi y que sin duda alguna tambin podra soar conmigo. Soar conmigo, l...