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La ca�da del Imperio Romano de Occidente (476) fue acompa�ada por un notable
cambio en la
organizaci�n y la vida econ�micas en Europa.
En efecto, la econom�a en la Alta Edad Media (siglos VI-X) hab�a quedado recluida
en el campo, donde
la poblaci�n viv�a en comunidades rurales generalmente bajo dominio se�orial. Las
acu�aciones de
moneda y los intercambios de car�cter mercantil disminuyeron dr�sticamente, aunque
sin llegar a
desaparecer completamente. En consecuencia, las ciudades perdieron buena parte de
sus funciones
econ�micas y se convirtieron en peque�os centros de car�cter militar y
eclesi�stico. Por �ltimo, las
funciones p�blicas fueron usurpadas al estado por los se�ores feudales, que
pertenec�an a viejas
familias de terratenientes y de funcionarios que hab�an recibido la tierra en
feudo a cambio del
ejercicio de la justicia y de la guerra. �C�mo era posible que surgiera el
crecimiento si el estado hab�a
perdido el �monopolio de la violencia�?
Sin embargo, las plantaciones hab�an dejado de ser rentables hac�a mucho tiempo en
Europa debido a
la falta de mercados urbanos y a la ausencia de una autoridad p�blica, a los
crecientes costes de
supervisi�n en que incurr�an los se�ores, empleados en el servicio militar, y al
agotamiento de la
fuente de suministro una vez que finalizaron las guerras de conquista en la
frontera oriental.
Por otra parte, los campesinos b�rbaros que renunciaban al servicio militar a
causa del elevado coste
del equipo y del servicio, y los colonos originalmente entraron en dependencia por
medio del
patronato (protecci�n a cambio de prestaciones).
La caracter�stica com�n de los siervos frente a otras condiciones precedentes era
la de estar adscritos
a la tierra y disponer de un margen limitado de libertad. Ahora bien, la posesi�n
consuetudinaria, el
cultivo y la vida familiar en el marco de la comunidad rural, la autonom�a de
gesti�n y la participaci�n
en el excedente proporcionaban cierta iniciativa y algunos incentivos que pod�an
estimular a su vez el
crecimiento econ�mico si el contexto pol�tico y monetario comenzaba a ser m�s
favorable.
En efecto, los elementos din�micos del sistema radican en una cierta autonom�a
laboral del campesino
en el marco de la comunidad de aldea, y en el deseo de los se�ores de adquirir
rentas por medios
estables en un marco de competencia se�orial (minimizaci�n de los costes del
saqueo).