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POLÍTICA ANALITICA

Por Juan Fernando Perdomo*


LA INDUSTRIA AZUCARERA
(Primera… ¿Y última parte?)
Se me acerca el reportero y con una sonrisa me dice:
-¡Oye, ya se resolvió el problema de la industria azucarera…!

Me le quedo viendo. Sé de qué me habla. Precisamente nos acabamos de


enterar que el ejecutivo ofreció a las organizaciones cañeras publicar la ley de
desarrollo sustentable de la caña de azúcar.

Con voz pausada pero sin ocultar mi emoción sobre el tema le respondo:
- Hoy, más que nunca, la industria azucarera “pende de un hilo”.

Creo que las notas de impacto han sobrepasado a la realidad de uno de los
sectores más importantes en la vida rural de México. La Industria azucarera es
fuente de ingresos de más de DOS MILLONES DE MEXICANOS y son la
oportunidad de desarrollo económico y social de comunidades en más de 200
municipios y 15 estados del país, destacándose, por mucho, nuestro querido
estado de Veracruz.

En Veracruz existen 22 de los 58 ingenios azucareros- si, eran 64 y se han


reducido de manera impresionante- y luego le sigue Jalisco con sólo seis.
Además se produce el 40% del dulce del país.

En todo el país, más de 160,000 productores de caña dependen de esta


agroindustria, como la agroindustria depende de ellos. Lo mismo podemos decir
de los más de 20,000 obreros; 175,000 cortadores que laboran en la zafra;
28,000 choferes de camiones y 16,000 empleados de oficina. Esto sin
considerar a las compañías distribuidoras y comercializadoras; a los que usan el
producto como su principal materia prima lo que les genera su sustento diario.

Ese es el verdadero sentido económico de una actividad que impacta en el 0.5%


del PIB de México y que mantiene productivas a casi 700,000 Hectáreas de
tierra.

A ese sector de la economía lo han afectado durante muchos años las políticas
públicas o, tal vez, la verdadera existencia de las mismas.

Lo han afectado los vaivenes del paso de manos, con o sin motivo, de las
centrales azucareras.

La falta de inversión; la falta de financiamiento; la falta de tecnología; las


presiones del mercado,…
Pero, sobre todo, lo han afectado del divisionismo entre los actores.

Si, muy pocas veces hemos podido observar que la agroindustria de la CAÑA de
AZÚCAR muestre: Obreros, Productores de caña; Industriales,
Comercializadores, empleados,… moverse con la misma visión GANADORA por
la participación de todos.

Unos se quejan de los otros y los otros de los otros…

Y, ahora, está “de rodillas”, pues el hecho de contar con una ley, en lugar del
decreto cañero, NO GARANTIZA su desarrollo y expansión.

¡Sí, la ley vino a llenar un “HUECO” que dejó la abrogación del decreto cañero!

Pero la actividad debe enfrentar ahora MUY graves amenazas:


Por un lado la dificultad del combate al contrabando, no importa que se el directo
o el técnico, en el que algunos se aprovechan de lagunas jurídicas para internar
azúcares extranjeros al país.

Por otro lado, a pesar de nuestro famosísimo Tratado de libre comercio, no


podemos enviar los excedentes- como en el mismo se estipula- a los estados
unidos.

Nos ahoga la fructuosa que sustituye al azúcar como edulcorante en refrescos,


fundamentalmente, y que es uno de los más importantes destinos de nuestra
producción. Los refresqueros se ampararon contra el IMPUESTO A LA
FRUCTUOSA y están importando este producto, subsidiado de manera
considerable, en nuestro vecino país del norte.

El costo de la caña está directamente relacionado con un precio de venta de


azúcar que, para ser sinceros, ya no existe de manera oficial.

EL mercado internacional que es de “sobrantes” o excedentes, es muy bajo.


Todo lo que les sobra a los países productores se vuelca ahí y, como dice la
regla de economía, cuando algo sobra su precio baja. (A mayor oferta, menor
precio)

La industria produce sólo seis meses, que esta relacionada con la maduración
de la caña en cada ciclo, por lo que se saturan las bodegas de inmediato, pero
no se puede vender a ese ritmo, Se tiene que vender todo el año.

El gobierno permite la entrada de edulcorantes, muchos de ellos subsidiados, a


pesar de que tenemos producto para surtir el mercado. Pero también es el
mismo gobierno el que desea eliminar el impuesto especial a la fructuosa y NO
ha defendido a la actividad azucarera por el NO cumplimiento de los
americanos de permitir el acceso de nuestros excedentes de azúcar y, mucho
menos, de la demanda, ante la Organización mundial de comercio, por el
impuesto a la fructuosa,

El Gobierno tiene 23 de los 58 ingenios azucareros y NO ha podido- o querido-


privatizarlos de nuevo contaminando la actividad con decisiones de corte político
en lugar de únicamente económicos.

Y, sólo para dejar claro de que se han hecho esfuerzos de diversificación, en


este momento no hay condiciones LEGALES o VOLUNTAD de las autoridades
para:

Que se produzca ETANOL, oxigenante de gasolinas y que sustituye al MTBE,


que aún se usa en México y ya fue PROHIBIDO en Estados Unidos.:

Ni facilidades para generación de energía eléctrica que disminuya la


contaminación por la quemas de combustóleo; y contar con actividad todo el
año:

Ni…

¡Pobre! ¡Pobre agroindustria de la caña de azúcar!

Está en espera de propuestas pero, mientras, de ésta, ¿Quién podrá salvarla?

*Juan Fernando Perdomo es egresado del TEC DE MONTERREY.


Servidor publico, empresario y Político (jperdomo@infosel.net.mx)

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