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Coleccién Teorema Serie Mayor Michael T. Ghiselin El triunfo de Darwin CATEDRA EDICIONES CATEDRA, S. A. Madrid Capiruo 3 La seleccién natural La teorfa de Ia scleccién natural de Darwin es, con toda segu-, ridad, la més importante contribucién de Darwin al conocimiento, Con implicaciones tales como la evolucién, sigue siendo el principlg’ organizador dominante en biologfa, La seleccién natural es uni idea notablemente simple; tan simple que, por ejemplo, Huxley se preguntaba por qué no se Je habla ccurrido’ a él mismo. Los organismos difieren entee sf. Producen més descendencia de le que pueden mantener los recursos disponibles. Los mejor adaptados para sobrevivir pasan las propiedades oportunas a su descendencla, mientras las formas inferiores son eliminadas. Por consiguiente, les generaciones subsiguientes se parecen més a los antepasados mejor adaptados y [resultado es una modificacién gradual, 0 evoluciéa. dausa de 1a adaptacién evolu luc primera vista el principio parece tan sencillo fé fesultar dificil de comprender. que no LA PRIORIDAD DE DARWIN A la vista de la simplicidad evidente de la selecoién natural se puede preguntar por qué no se pensé antes en ella, En realided, la investigacién histérica ha desenterrado una serie de anticlpacio- nes, unas reales, otras imaginarias. Después de la publicacién de The Origin of Species se sefialaron algunas, Aunque Darwin ne habla sabido de su existencia, afiadié como apéndice a Jes por riores ediciones de The Origin of Species un capunte histérica», pero siguié atribuyéndose el mérito de Ja originalidad de Je Idea, eae + haber vintu qua Impllenclones y haberla establecito como teorfa vecumoehla upigynla por evidencl féctica. Sin embargo, la origina- Hitt rhs Liu wih fia aldo durante mucho tiempo, y continita siendo, tun unitlve dy gontroversia, En el dltimo siglo, ef novelista Samuel Ihutl-r Luteute mostrar, en su Evolution Old and New, que Darwin ult 1uluuks a au8 predecesores Ia idea de Ja evolucion. Darwin niuwn ty cungedlé e Butler el placer de una réplica, Ni siquiera uw vianbdern que le seleccién natural fuera una idea original de Huwli, Zirkle ha enumerado una serie de ejemplos de lo que hagas wor seleccién natural, o sus elementos, en las obras de Muslion autores, cnire los cuales destacan Luctecio, Empédocles, Magipsriuls, Buffon, Geoffroy Sant-Hilaire, Naudin, Prichard, Lyell, Lawrence y Mathew? Mas recientemente, Eiseley ha intentado dgmotirar que Darwin sacé la idea de ta seleccién natural de los sscrlios de Edward Blyth sin que le concediera el mérito debido?. 8ln ambargo, De Beer y otros han replicado que Blyth utilizaba la selecelén natural para’ refutar Ja evolucién, y, por consiguiente, parece evidenic que en realidad no pudo haberla entendido’. Ei Glaqus efeciuado por el genetista C, D, Darlington se basa en gran medida en la idea de que muchos escritores anteriores habfan sugerido Ja idea de a seleccién natural, y su evidencia se establece do tal fofiner que resulta obvia la acusacién de plagio ’ Una caracteristica bésica de todos estos ataques ha sido acusar @ Darwin de no ser cousciente de Ia historia. La literatura esti lena de pasajes que sugieren Ja evolucién o Ia seleccién natural y ¢s fécil encontrarlos. Ademés se argumenta que, como hay que dar el mérito al investigador que concibié en primer lugar Ja idea, no hay que attibuir el descubrimiento a Darwin, Sin embargo, en cierto sentido, es Ia critica, y no Darwin, quien carece de pers- peotiva histérica. No hay problema en encontrar otros grandes Cientificos que se anticiparan. Por ejemplo, Copérnico no fue el primeto en concebir un universo heliocéntrico, pero se tiene toda In razén cuando se le considera el arquitecto de la revolucién que lleva su nombre*, Del mismo modo, Darwin realizé una ife and Letters, 111, pag. 220, 2 ©. Zirkle, «Natural Selection Before ‘The Origin of the Species's, Procee dings of the America Philosophical Sociely, LXXXIV (1941), pags. 71-123, *'L, Eiseley, «Charles Darwin, Edward Blyth, and the Theory of Natural Selections, Proceedings of the American Philosophical Society, CH (1959), le Beer, «The Origins of Darwin's Ideas on Byolution and Natural Selection», Proceedings of the Royal Society of London, CLV (1961), pégs. 321-338, 3'C.°D, Darlington, Darwin's Place in History, Oxford, Blackwell, 1960. ©T. 8. Kuhn, The Copernican Revolution: Planetary Astronomy in the Development’ of Western Thought, Cambridge, Harvard University Press, 1957. [Trad. cast, La revolucién copernicaiia, Ariel, 1978.) 64 reoticntacién bésica en nuestra concepcién del universo, cualquiera que hubieran podido ser las especulaciones de sus predecesores. Con relacién a ambos grandes revolucionarios, esté claro que sus innovaciones equivalen a algo més que al tropiezo con una idea nueva, No solamente. tenfan que generar una hipétesis diferente, ino también inventar un nuevo modo de tratar una materia tra. y-démostrar sus yentajas mediante una s{ntesis te6rica. Y ninguno de los supuesios precursorés de Darwin logré nada de este tipo. ‘Los argumentos sobre la prioridad de Darwin no reflejan més que la dificultad en entender su teorfa. El propio Darwin estaba muy desalentado por sus intentos por explicar Ia seleccién natural sus colegas, y puede que ésta sea una de las razones por las que retras6 tanto’ ia publicacién’. En su autobiograffa sefala que la audiencia no entendié adecuadamente el articulo conjunto “de Dar- win y Wallace y que hizo falta la larga discusién de The Origin of Species para obtener muchos conversos *, Podrfa parecer que hay algo en Ja seleccién natural, a pesar de su aparente simplicidad, que a hacla incomprensible a la gran mayorfa de los biGlogos, al menos hasta que consideraban Ja cutestién en profundidad. Incluso después de la publicacién de The Origin of Species Ia seleccién natural no obtuvo una aprobacién inmediata ni universal, ni se entendfa tan bien como se pudiera pensar. Por Jo general se le concede a Huxley una buena parte del mérito de haber popular zado las teorfas de Darwin, aunque el propio Huxley admitié que The Origin of Species era muy diffcil para él’. Después de que Huxley diera una conferencia en Ja Royal Institution, Darwin escri- bi6 a Hooker en 1860 que «él (Huxley) no da una idea exacta de la Seleccién Natural» ®. Darwin concluye que «después de con- versar con otros y después de una reflexién més madura, debo confesar que, como exposicién de Ja doctrina, Ia conferencia me parece todo un fracaso» "!, Se puede sospechar que, incluso aunque muchos de los contemporéneos de Darwin aceptaban la seleccién natural, sin embargo no la comprendfan del todo, En realidad el concepto sigue siendo sumamente dificil, incluso para los biGlogos profesionales, Reflexionar sobre la génesis de la teorfa en Tas men tes de sus descubridores puede ayudarnos a ver exactamente en qué ha consistido el problema, 7 Ep Life and Letters, I, pag. 87, Darwin dice: «Una 0 dos veces traté de explicar a hombres capaces Jo que significaba Ia seleccién natural, pero fracasé notablemente.» * Life and Letters, 1, pég, 85. ° T.-H, Huxley, Darwiniana, Nueva York, D. Appleton, 1893, pégt nas, 286-287 W More Letters, 1, pg. 140. oN MALTHUS Y BL DESCUBRIMIENTO DE LA SELECCION NATURAL, Las semejanzas en la manera en que tanto Darwin como Walla~ ce descubrieron Ia seleccién natural son tan sobresalientes como los elementos comunes de sus biogeografias evolucionistas. Wallace cuenta cémo, durante un ataque de malaria en febreto de 1858, medit6 sobre el Essay on Population de Malthus y considerd el poderoso efecto de la mortalidad sobre las poblaciones que aumen- taban répidamente, tanto en los hombres como en los animales. Observa que «mientras meditaba vagamente este hecho se me ccutié de repente la idea de la supervivencia de los més aptos; que Jos individuos climinados por estos impedimentos debian ser por Jo general inferiores a los que sobrevivieron» ", En su autobiografia Darwin afirma que se acered al problema de los mecanismos evolu- cionistas a través del estudio de la seleccién artificial, pero que era incapaz de ver cémo se aplicaba la scleccién a orgenismos en condiciones naturales. Dice: En octubre del afio 1838, o sea, quince meses después de haber comenzado mi investigaciGn sistemética, lef por diver- sion Malthus on Population y, estando capacitado para apre- iar Ie lucha por la existencia que hay en todas partes gracias f que desde hacia tiempo yenfa observando los hébitos de los fnimales y las plantas, inmediatamente me chacé que en, esas Gircunstancias les variaciones favorables tendieran a preser~ varse y a destruirce las desfavorables. El resultado de esto serfa fa formacién de nuevas especies *. Parecer(a, pues, que tanto Darwin como Wallace obtuvieron alguna intuicién crucial: gracias a la lectura de Malthus, aunque hasta el momento no se ha explicado de manera adecuada cudl fue. De Beer mantiene que Darwin sobrevaloré la importancia de Malthus en st descubrimiento “, Smith Mega a Ja misma conclusién general cuando afirma que Darwin ya tenfa toda su teorfa en Ia cabeza desde el comienzo de su trabajo sobre Jas especies, argu- méntando que la idea de la seleccién natural estaba implicita en los cuadernos de Darwin desde 1837 en adelante, asf como en Jos escritos de Lyell’, Un montén de comentaristas —casi parece B Cltado en C.F. A. Pantin, cAlfred Russell Wallace, F. R. Sand His Essays of 1858 end 1855», Notes and Records of the Royal Society of London, XIV (1959), pags. 67-84, 72. Life and Letters, 1, pig. 83. 1M De Beer, «Origins of Darwin's Tdeasw (yéase note 4 de este capitulo). 15 § Smith, «Origin of tho ‘Origin’s, The Advancement of Sciences, XVI_ (1960), pgs. 391-401, 66 . haber consenso— apoyan el mismo punto de vista general. Sin embargo, esas interpretaciones parecen ser un tanto erréneas a la luz del hincapié que tanto Darwin como Wallace hacen en Mal- thus”, Tampgco la acusacién de que, en otras palabras, Darwin minticra sobre Malthus para ocultar su propio plagio parece ser més que una hipétesis ad hoc que proyecia dudas sobre el propio argumento de plagio Mayr ya ha sugerido la clave para entender 1a importancia de Malthus, al sefialar que Darwin introdujo un nuevo modo de pen- samiento, El Essay de Malthus proporcioné el estimulo para con- cebir las especies de_una_manera completamente _ciferente Ur la UNA REVOLUCION METAF{SICA Para ver qué diferencia conlleva la nueva manera de pensar hay que compararla con el sistema que reemplazaba, una tradicién intelectual desde hacia tiempo dominante en el pensamiento ocei dental. De hecho, un anélisis completo debe extenderse hasta los mismos fundamentos de Ja filosoffa griega, en especial hasta la = ~ Souter influencia de Platén y Aristételes. Bl grupo de ideas filosdficas yy. que nos interesa ha sido denominado esencialismo por Popper, quien ha rastreado el impacto de la metafisica de Plat6n en el pensamiento politico hasta nuestra época™. Incluso_antes_que Platén, Ja filosoffa_griega_comer erimentar_dificultades aEuatae GL parbIS ST fL-cambio. Si las cosas crectan, 0 desaparecian, parccfan algo irreal, sugiriendo que tan s6lo pertenecian a un mundo de apariencias. Heréclito, al adoptar la idea de que las cosas materiales TG, Himmelfarb, Darwin and the Darwinian Revolution, Nueva York, Doubledsy, 1959; L. Hiseley, Darwin's Century: Evolution ‘and the Men Who Discovered I, Nueva York, Anchor, 1961; S. L. Sobol, «Ch, Darwin's Evolutionary Conception at the Early Stages of Its Formation, Annals. of Biology, Moscow Society of Natural History, Section in the History of Na ural Sciences, 1 (1959), pags. 15-14 (en Fuso, resumen en, inglés); R., C. Stauffer, «Ecology in the Long Manuscript Version of Darwin's, The Origin fof Species and Linnaeus’ Oeconomy of Nature», Proceedings of the Ame- Ficant Philosophical Society, CIV (1960), pége. 255-244, fi A. Sandow subraya la importencia de Malthus en «Social, Factors in the Origin of Darwinism», Quarlerly Review of Biology, XII (1938), pga. 315326. iM Biseley, Charles Darwin, Edward Blyth» (yéase nola 3 de este cap.) 1B, Mayr, «Derwin and the Evolutionary Theory in Biology», Evol tion and Anthropology: A-Centenrial Appraisal, ed. por B, J. Meggers, Washington, ‘The Anthropological Society of Washington, 1959, pags. 1-10. DK R. Poppet, Conjectures and Rejutations, Nueva York, Basie Books, 1962, pag. 19. or Beate ton Ilusorlas, mantenfa que todo fo que existe en realidad es «fue fo», ealo €s, proceso", Platén, por otro lado, elabord un mundo matafielco de realidad inmutable, de Ja cual el mundo que vemos no e# elno una imagen imperfecta, Su alegorfa de la caverna, en la que (odo lo que se puede ver son sombras e imégenes, expresa esta concepelén con la mayor viveza y fuerza, Para Plat6n, 1a autén- Ucn realidad existe en Ia esencia, Idea o eidos. La supyesta existen- cla de ese reino trascendental de Ias ideas ha influido profunda- mente en un mont6n de escuelas de pensamiento histéricamente Importantes, incluso en nuestra época, Explica la adhesién de Plaién a la numerologia: se consideraba que las abstracciones de Ia matemética tenfan un significado més profundo que el de ser metos instrumentos para tratar con la materia y sus relaciones. Incluso hoy en dfa, muchas personas formadas mateméticamente ton plaiénicos, y 1a filosofia de muchos fisicos esté saturada de numerologia encubierta, Para Platén, fa doctrina de Jas esencias isnfa consecuencias politicas, Su Repiblica pretende justificar Ia dictadura baséndose en Ia realidad de un estado ideal. La repiblica \errenal existe para manifestar Ja perfeccién de la realidad superior. Por ello, Ja nica razén de Ja existencia del ciudadano es la perpe- tuncién del estado en su forma divina. Es necesario un despotismo porque s6lo los mejores hombres pueden entender la esfera trans- cendental de 1a existencia que 1a repiblica debe esforzarse pot Imltar. Bl esencialismo platénico proporciona un argumento atrac- vo para quien quiera justificar una dictadura, Y tradicionalmente el platonistho ha sido el instrumento de los déspotas, como se puede ver en la identificacién de Hegel con la monarqu‘a prusiana mente modificada. Aristételes maniuvo la nocién de esencia, pero En manos de Aristételes, Ia metafisica esencielista quedé leve- ostuyo que no existe separada de las cosas. Su obra adopt6 con- ceptos de Ia teleologia, el empirismo y la ciencia natural, hacien- do que sus escritos parezcan mucho menos extrafios a los biGlogos modernos que los de Platén. Pero si el eidos platénico se convierte en algo menos trascendente, mantuyo una importancia fundamental en Ia epistemologla de Aristételes. Para Aristételes, comprender luna cosa era conocer su esencia o definirla. Y 1a definicién no era nominal, sino esencial; los conceptos eran «reales», sus esencias 0 identificaban con su realidad, y se podia alcanzar la verdad mediante la definicién precisa. Un auténtico sistema de conoci: miento era esencialmente, por tanto, un esquema clasificatorio 0 | una capacidad para remitir las cosas a categorfas explicitamente delimitadas, Ast, pubs, tanto Platén como Aristételes mantuvieron que las 4 Told, cap. 5. 2 Platén, Republic, Libro 7. 68 ideas 0 las clases son algo més_que tetas ahstracciones le cual equivalé a decir que ambos abogaron por formas del_«realismon. Sis mes fie as ses sufi ec ‘firma que las clases son meras convenciones, instrumentos de los SIOEEGE cE pensamionto del RonBe ae pues, para un Honiin- ta, los miembros"de“una clase no tienen la misma esencia; en realidad, lo Gnico qite comparten es el nombre, La filosoffa moder- na ha tendido e ser muy nominalista. En la mayorfa de los cfrculos ya no se concibe la clasificacién como Ia forma tiltima del conoci- miento, En su mayor parte, la definicién se considera estrictamente nominal: Ia definieién lo es de nombres 0 simbolos, y (por lo que se refiere a Ios sustantivos) los nombres no designan esencias, sino cosas®. Esa forma moderada de nominalismo tiene bastante sentido, Cuando uno se da cuenta de que las palabras son bésica- mente instrumentos de comunicacién, se ve que la definicién es importante solamente en la medida en que nos ayuda a expresar nuestras ideas. Sin embargo, la definicién est4 tan intimamente Vinculada al descubrimiento de las propiedades de las cosas, o al andlisis de conceptos, que se puede confundir facilmente con Pprocesos muy diferentes. Es facil caer en una actitud aristotélica ¥ pensar que, cuando sabemos la definicién de una palabra, obte- nemos algtin tipo de intuicién de la cosa. Muchas personas se sienten inclinadas @ argumentar infructuosamente sobre problemas Puramente yerbules: en biologia es famosa la disputa sobre 1a naturalezs celular o acelular de los protozoos ™, Por ello es deseable cierta dosis de nominalismo para prevenir los etrores que proceden de pensar que una definicién puede ser verdadera o falsa. Sin em- bargo, levado a un extremo, el nominalismo puede producir confu- siones, Tiende a suponer, aunque no necesariamente, que, como las clases «no tienen existencia real en la naturalezan, deben ser estric- tamente arbitrarias y que un sistema clasificatotio es tan bueno ia de las propiedades iidades familias “Atistételes, ‘al creer como crefa que podfa definir algo mas que eros simbolos, desartollé naturnimente una sofisticade.loscila de la definicién, Abogaba por la clasificacién jerdrquica, o sistemas de clases dentro de clases. Las clases se diferenciaban entre st por las propiedades que tenfan en comtin todos los miembros de cada clase. Una cosa era incluida en una clase s6lo si tenia las propie- dades definitorias. El resultado de ese método de definicién era una tendencia a concebir las cosas solamente en términos de las TF RRobingon, Defintion, Oxford, University Press, 1954, HL. H. Hyman, The hnvertebrate:” Protocoa Through Clenophorg Nueva York, MacGraw-Hill, 1940, pags, 5, 44. " 69 propiedades definitorias de la clase. Lo real esencia y Ja dife- rencia y se dejaban a un lado las peculiaridades de ios individuo: Una implicacién, de enorme importancia histérica, era que resul taba muy dificil clasificar las cosas que cambiaban o que se con- vertian en otra, € incluso concebirlas o discutirlas. En realidad el mismo intento’de razonar en términos de esencias casi obliga a ignorer cualquier cosa dindmica o transitoria, Diffcilmente se podria disefiar una filosoffa mejor adaptada para predisponer al razonamiento dogmético y a conceptos esiéticos. Asi, pues, la revolucién darwinista dependfa del colapso de le tradicién intelec- tual occidental. La clasificacién biol6gica fue fundada en su forma bésicamente moderna por Linneo (1707-1778), que ete aristotélico, Muchas de las dificultades filos6ficas de a biologia moderna se deben al hecho de que la definicién y la clasificacién aristotélicas han sido préctica automatica y no examinada de los bidlogos ejercicio. Pero es posible adoptar varias actitudes filoséficas hi Para el aristotélico, las clases y la realidad y, la, misma_cosa, De ah{ que fa clasificacién consiste brir ‘el orden «real» en la naturaleza y en expresar, mediante un sistema de clases, las propiedades que tienen correlacién con ese arden. Para el platénico, la actitud es muy semejante a [a aristo- télica, excepto en que se considera que las clases corresponden un orden oculto. El fin de la clasificacién es descubrir es0 que es més real que lo que ve el ojo —las formas, eidos, etc.— y erigit un sistema basado en ello. Igual que Ia politica de Platén se basaba en Ia idea de estado ideal, Ia clasificacién platénica se organiza en términos de animales o plantas idealizadas y se ignora la singula- ridad de los organismos individuales. Por la misma razén que Platén abogaba por una dictadura regida por los fildsofos, la taxo- nomfa platénica se basa en la autoridad de la aprehensién subjetiva sistemética de la forma orgdnica ideal, Para cl nominalista, quien por definicién niega la realidad de los universales, las clases no tienen existencia real y son meramente casillas adecuadas. La clasi- ficacién, para el nominalista més radical, es completamente arbitra ria y un orden es tan bueno como otro. Para el_bidlogo moderno, ly iderar como abstracciones, pero .fio_son aibitrarias, Ya qué represefitan-u-otden “en la naturaleza resultante FSvés0s evolutivos. Las clases no son reales, pero s{ lo son les grupos de, organism En iérminos més filoséficos, a_adwiitir [a “crealidad» de Ias_prapiedades relaciot ficacin stipone el descubrimiento de las relaciones y su én un sistema de conociiniento teérico, Quiz4 1o més” importante de todo, sea que la biologla ha dejado’ de pensar en términos_de clases abstractas o formas. idealizadas, ‘tales como «caballo», y pasado a considerar las interaccionés entre

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