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DON  BOSCO  NOS  VISITA.  


“Sean imitadores míos como yo lo soy de Cristo”( )

Hermanos de la Familia Salesiana: Los


saludo, deseando que la Pascua de Cristo
les impregne toda su vida y el Pentecostés
al que nos preparamos nos mueva cada día.

Se está acercando vertiginosamente la


fecha de la visita de la Reliquia de Don
Bosco a nuestro país . Nos sentimos muy
agradecidos y contentos con Dios por este
enorme regalo de que Don Bosco nos visite.

Somos conscientes que en esta visita todos


queremos expresar "Nuestro Amor" a Don
Bosco. Esta visita es una oportunidad de
crecer en nuestra fe en Dios para una
entrega más generosa hacia los Jóvenes,
especialmente a los más necesitados.

Motivo por ese, quiero ofrecerles a ustedes


un material o Subsidios pastorales (catequesis, Celebraciones, Banners,
estampas , etc) que puedan utilizar y preparar a nuestros destinatarios cuando
ustedes lo crean necesario. Prepararnos espiritualmente es muy importante para
que esta visita no quede en un simple evento más, sino que sea también un gesto
de Evangelización que nos lleve a Cristo.

El Sentido de la Visita de la Urna de Don Bosco

"En camino con Don Bosco” es el lema que acompaña la peregrinación


de Don Bosco, Padre y Maestro de la juventud, que comenzó el 25 de abril
en Turín -en el mismo patio en el que ha trabajado por el bien de tantos
chicos- y que continuará por las presencias salesianas de todo el mundo. La
reliquia de nuestro padre Fundador estará en El Salvador, del 28 al 31
de Julio del 2010.

1  
 
 

En el año en que recordamos el 150º aniversario de fundación de la


Congregación Salesiana (18 de diciembre de 1859) y en vistas a la
preparación del bicentenario del nacimiento del santo en I Becchi, Italia (16
de agosto de 1815), el Rector Mayor de los Salesianos, don Pascual
Chávez Villanueva sdb, quiso compartir con todos nosotros el sentimiento
de “estar frente a su padre”, experiencia que vivió cuando estuvo delante de
los restos de Don Bosco y que nos invita a vivir a nosotros también cuando
estemos ante las reliquias que recorrerán las casas salesianas del mundo.

La presencia de la réplica de la imagen de Don Bosco que contiene sus


reliquias es una ocasión para tomar en las manos su vida, imitar su fe y su
amor al Señor, y continuar el trabajo educativo, evangelizador y misionero
con los jóvenes, sobre todo los más pobres, escuchando sus gritos y
atendiendo a sus desafíos.

Juan Bosco quiere encontrarse con los niños, jóvenes y adultos, en cada
casa que acoge, en cada parroquia que evangeliza, en cada escuela que
encamina hacia la vida, y en cada patio donde se comparte la amistad y la
alegría. Su imagen es la presencia misma: ¡DON BOSCO ESTA AQUÍ!

La Familia Salesiana quiere agradecer y rezar ante Don Bosco, hacer


memoria de la misión evangelizadora que comenzó en Argentina en 1875 y
que hoy se continúa, para encender verdadera luz y esperanza para el
futuro, a través de la preocupación por los jóvenes en el presente, para que
la presencia de Don Bosco nos impulse a redescubrir su testimonio de vida.

Con la peregrinación de Don Bosco la Iglesia nos ofrece la Indulgencia


Plenaria, que es un camino para purificar nuestro corazón de las
ofensas que cometimos contra Dios, para encontrarnos plenamente
con Él.

Que acompañando el camino de Don Bosco


en su viaje por Argentina, podamos descubrir
los variados rostros de la presencia salesiana
en nuestro país, y nos dejemos interpelar por
los rostros de los jóvenes que reclaman su
derecho a no ser dejados al lado del camino.

2  
 
 

El Rector Mayor nos explica el sentido de esta peregrinación:

“Tras la feliz experiencia vivida con la peregrinación de la reliquia de Santo


Domingo Savio y tras las manifestaciones de aprecio que nos han llegado,
he pensado cuán hermoso e importante sería llevar a nuestro querido Don
Bosco a todos los países en los que trabajamos y ofrecer a tantos jóvenes y
a las familias la posibilidad de sentirlo aún más cercano. La peregrinación
nos lleva al Capítulo General 26 en el cual hemos vivido la experiencia de
volver a Don Bosco para volver a partir desde él y construir así una historia
de salvación y santidad".
De nosotros depende, de nuestra preparación y de nuestro amor que esta
visita sea un acontecimiento de fe.

Comisión Evangelización y Salesianidad.

3  
 
Tema 1: LA  OBEDIENCIA
EN  CAMINO  CON  DON  BOSCO  
Tiempo: 15-25 minutos
Fecha:
Categoría:    JÓVENES  

META: Dar a conocer la virtud de la Obediencia, según la vivencia de Juan Bosco.

PARTIMOS DE LA VIDA INDICACIONES Y MATERIALES


EVOCO:
¿Qué  es  una  virtud?   - PRIMERO: Lee la parte del EVOCO y
¡Apuesto  que  muchas  veces  has  oído  hablar  de  virtud!   PROVOCO, que te servirán de base para
Y   apuesto   también   que   no   estás   seguro   de   saber   explicar:
exactamente  de  qué  se  trata.  Hagamos  una  prueba.     ¿Qué es una Virtud?
Cuando   se   dice   que   un   chico   es   virtuoso,   con   Sobre la VIRTUD DE LA OBEDIENCIA.
frecuencia   se   quiere   decir   que   es   un   tipo   que   vale   y  
tiene   buenas   cualidades:   en   efecto,   así   es   como   se   - Recuerda que debes combinar esta
pueden  entender  las  virtudes.     catequesis entre Dinámicas y desarrollo
  del tema. Hay que lograr captar la
atención de los Jóvenes.
PROVOCO:
• Hagamos  algunos  ejemplos:    
- SEGUNDO: Lee un pasaje de la Historia
Si   te   esfuerzas   por   acostumbrarte   a   rezar,   porque  
de la niñez de Juan Bosco, la cual te
sabes   que   es   bello   agradecer   al   Señor   por   la  
adjunto a esta catequesis.
mañana  y  por  la  noche,  reforzarás  la  virtud  de  la  fe,  
y  cuando  llegues  a  grande  la  podrás  ahondar;  si  te  
esfuerzas   por   acostumbrarte   a   hacer   lo   que   tus  
- TERCERO: Comparte con los jóvenes la
padres   y   tus   educadores   te   aconsejan,   porque   FICHA  DE  REFLEXION que se encuentra
sabes   que   lo   que   te   dicen   te   sirve   para   mejorar,   en esta catequesis.
conquistarás   poco   a   poco   la   virtud   de   la  
obediencia.   - Puedes realizar una “lluvia de ideas“ con
Iluminar con la Palabra: los jóvenes, de lo que se entiende por la
Gn 12, 1-9 (“El llamado de Abraham”) virtud de la OBEDIENCIA, y algunos
Mt 26, 39-41(“Jesús ora en el Getsemaní”)   ejemplos de ésta.

FICHA  DE  REFLEXION  


 
Para llegar a grandes hace falta tener muchas virtudes. Juanito Bosco lo había
comprendido bien, he aquí por qué se ha vuelto grande el Don Bosco que todos
admiramos. Si cuando pequeño no se hubiera esmerado en conquistar tantas
virtudes, tal vez no habría logrado llegar a santo.

Entonces, ¿qué esperamos? También nosotros podemos imitarlo. Después de haber


leído o escuchado su vida, tratemos de reflexionar sobre la virtud más hermosa que
ha adquirido y esforcémonos por imitarlo.
2

Hemos escogido en esta ocasión una virtud que veremos en el transcurso de las
catequesis preparativas a la “Urna de Don Bosco”. En esta ocasión compartiremos
con nuestros jóvenes la virtud de la OBEDIENCIA.

Para cada virtud encontrarás la PRESENTACIÓN, que explica cómo y cuándo


Juanito Bosco la ha vivido; la ACTUALIZACIÓN, que te sugiere la forma de vivirla
hoy; la REALIZACIÓN, que te propone algunos compromisos concretos para llevarla
a la práctica y te pone algunas preguntas para controlar si hasta el momento te has
esmerado realmente por adquirirla.
3
Lee los párrafos“Tantas cosas que hacer” y “Lejos de
Presentación  
Obediencia casa”.
La vida en los Becchi era bastante dura, pero Juanito no se
echaba nunca atrás. Cuando la madre le pedía que fuera a
traer agua o que llevara los animales al potrero, nunca se
quejaba. Obedecía porque comprendía que era
importante hacer caso a la madre. Si no hubiera traído
el agua no habrían bebido en la cena y, si no hubiera
llevado los animales al potrero, éstos no habrían comido.
Cuando Juanito trabajaba en la granja Moglia, actuó como
había aprendido en casa: obedecía siempre a los dueños y
hacía perfectamente lo que ellos pedían, también si le
costaba mucho trabajo. Por esto se fiaban ciegamente de
él.

Actualización También hoy tus padres, maestros o algún amigo te piden


colaborar, hay tantas pequeñas cosas que hacer y el tener
la virtud de querer hacerlo te hace crecer y madurar como
persona. Obedeciendo a sus pedidos te acostumbrarás a
cumplir debidamente con tu deber y ellos estarán más
contentos. Se fiarán de ti, creciendo la confianza entre
ustedes.

«CRISTO fue obediente, basado en el amor que le tenía a


su PADRE, e hizo su Voluntad»

Realización Cuando tus padres, educadores o amigos te piden hacer


algo, ¿lo haces en seguida o siempre rehúsas?
¿Te has preguntado alguna vez por qué te piden hacer
algo?
¿En tu vida cristiana buscas hacer la voluntad de Dios?

Compromiso:
Escoge una cosa que habitualmente te piden hacer y
que no te gusta, y esfuérzate por hacerla sin
quejarte.

PARRAFOS SOBRE LA NIÑEZ DE JUAN BOSCO

Juanito  Bosco  (1815-­1830)  

“Tantas cosas que hacer”


4

La vida en los Becchi era bastante dura: por la mañana había que ir a trabajar en el
campo, cortar la hierba, arar el terreno, sembrar y recoger el trigo. La viña, además,
exigía muchos cuidados, especialmente en el tiempo de la vendimia. ¡Pero no solo eso!
Había que pensar en la casa, en la cocina, el lavado de ropa, ir al pozo por agua y,
además, cuidar de los animales y del establo. Así crecía Juancito, ayudando a su madre
como podía: iba por leña, traía agua, pelaba las legumbres, limpiaba el establo...
Cuando todavía no era fuerte para trabajar la tierra como hacía Antonio, con José
llevaba los animales al potrero y, entre una y otra ida, jugaba en los prados y atendía a
las demás tareas.
Las veces que iba solo, llevaba en un bultito una suave tajada de pan de harina de
trigo: su merienda. En los potreros lo esperaba un amigo suyo, el cual como merienda
tenía una tajada de pan negro, pesado y duro, hecho con harina de maíz y centeno,
ciertamente no muy bueno.
Un día Juan pasó al compañero su tajada de óptimo pan blanco, diciendo:
– Toma, es tuya.
– ¿Y tú?
– Prefiero tu pan negro.
Con frecuencia encontraba a los amigos de las granjas cercanas, no todos muchachos
muy de fiar: algunos decían malas palabras y se portaban prepotentes. Jugaban a un
juego llamado «lipa», parecido en algo al base-ball de hoy. Después de uno de esos
encuentros, volvió a casa con el rostro que chorreaba sangre: un proyectil de madera lo
había golpeado en la cara. Mamá Margarita se preocupó y, mientras lo curaba, le dijo:
– El día menos pensado vuelves a casa con un ojo arruinado. ¿Por qué vas con esos
chicos? Lo sabes que algunos son poco recomendables.
– Si es para darte gusto, no voy más. Pero mira, cuando estoy yo, se portan mejor.
Mamá Margarita suspiró y lo dejó ir.

“Lejos  de  casa”  

Llegó  el  momento  en  que  la  situación  con  Antonio  empeoró:  por  haber  colocado  un  libro  sobre  la  
mesa   de   la   cocina,   Juan   se   llevó   una   lluvia   de   bofetadas.   Era   imposible   seguir   así.   Una   mañana   de  
febrero  mamá  Margarita  tomó  la  decisión  más  dura  de  su  vida:  
–     Es  mejor  que  te  vayas  de  casa.  Uno  de  estos  días  Antonio  podría  hacerte  daño.  
Le  indicó  algunas  granjas  donde  habría  podido  trabajar  como  criado  y,  colocándole  un  atadito  bajo  
el  brazo,  lo  saludó  con  tristeza.  Juan  llegó  a  la  granja  Moglia.  Un  instante  en  silencio  para  darse  ánimo,  
luego   entró.   La   familia   de   los   Moglia   estaba   reunida   en   la   era   y   preparaba   los   mimbres   para   la   vid.   Al  
comienzo   el   Sr.   Moglia   no   quería   asumirlo,   pero   después   la   Sra.   Dorotea,   esposa   del   dueño,   se  
conmovió:  
–     Tómalo,  Luis.  Probémoslo  por  algunos  días.  
Juan  se  dedicó  a  fondo,  para  no  ser  despedido:  trabajaba  del  amanecer  hasta  bien  avanzada  la  tarde.  
Después,  cuando  los  demás  iban  a  dormir,  encendía  una  vela  y  seguía  leyendo  los  libros  que  le  había  
prestado   su   maestro   de   escuela,   Don   Lacqua.   También   mientras   guiaba   los   bueyes   que   araban   era  
capaz  de  tener  un  libro  en  la  mano.  El  viejo  José,  tío  de  Luis,  volviendo  sudado  de  los  campos,  vio  a  
Juancito  que,  al  mediodía,  se  arrodillaba  para  rezar  el  Angelus:  
– Pero,  ¡qué  bien!  Nosotros  los  dueños  trabajamos  y  bregamos,  y  el  criado  reza  en  santa  paz.  
5

– Cuando  hay  que  trabajar,  Ud.  lo  sabe,  no  doy  pie  atrás.  Pero  mi  madre  me  ha  enseñado  que,  si  
rezamos,  de  dos  granos  nacen  cuatro  espigas;  si  por  el  contrario  no  lo  hacemos,  de  cuatro  granos  
nacen  solo  dos  espigas.  Por  tanto  es  mejor  que  rece  un  poco  también  usted  .  
En  noviembre  de  1829  fue  a  verlo  el  tío  Miguel,  hermano  de  su  madre:  
–   Entonces,  Juan,  ¿estás  contento?  
–   No.  Me  tratan  bien,  pero  yo  quiero  estudiar,  y  ya  he  cumplido  14  años.  
El   tío   Miguel   lo   llevó   nuevamente   a   casa.   Antonio   se   irritó   por   esa   decisión   pero,   después   de   una  
viva  discusión,  aceptó  los  estudios  de  Juan,  con  tal  que  no  le  tocara  pagarlos  también  a  él.  
 
Tema 1: LA  OBEDIENCIA
EN  CAMINO  CON  DON  BOSCO  
Tiempo: 15-25 minutos
Fecha:
Categoría:    ADOLESCENTES  

META: Dar a conocer la virtud de la Obediencia, según la vivencia de Juan Bosco.

PARTIMOS DE LA VIDA INDICACIONES Y MATERIALES


EVOCO:
¿Qué  es  una  virtud?   - PRIMERO: Lee la parte del EVOCO y
¡Apuesto  que  muchas  veces  has  oído  hablar  de  virtud!   PROVOCO, que te servirán de base para
Y   apuesto   también   que   no   estás   seguro   de   saber   explicar:
exactamente  de  qué  se  trata.  Hagamos  una  prueba.     ¿Qué es una Virtud?
Cuando   se   dice   que   un   chico   es   virtuoso,   con   Sobre la VIRTUD DE LA OBEDIENCIA.
frecuencia   se   quiere   decir   que   es   un   tipo   que   vale   y  
tiene   buenas   cualidades:   en   efecto,   así   es   como   se   - Recuerda que debes combinar esta
pueden  entender  las  virtudes.     catequesis entre Dinámicas y desarrollo
  del tema. Hay que lograr captar la
atención de los Jóvenes.
PROVOCO:
• Hagamos  algunos  ejemplos:    
- SEGUNDO: Lee un pasaje de la Historia
Si   te   esfuerzas   por   acostumbrarte   a   rezar,   porque  
de la niñez de Juan Bosco, la cual te
sabes   que   es   bello   agradecer   al   Señor   por   la  
adjunto a esta catequesis.
mañana  y  por  la  noche,  reforzarás  la  virtud  de  la  fe,  
y  cuando  llegues  a  grande  la  podrás  ahondar;  si  te  
esfuerzas   por   acostumbrarte   a   hacer   lo   que   tus  
- TERCERO: Comparte con los jóvenes la
padres   y   tus   educadores   te   aconsejan,   porque   FICHA  DE  REFLEXION que se encuentra
sabes   que   lo   que   te   dicen   te   sirve   para   mejorar,   en esta catequesis.
conquistarás   poco   a   poco   la   virtud   de   la  
obediencia.   - Puedes realizar una “lluvia de ideas“ con
Iluminar con la Palabra: los jóvenes, de lo que se entiende por la
Gn 12, 1-9 (“El llamado de Abraham”) virtud de la OBEDIENCIA, y algunos
Mt 26, 39-41(“Jesús ora en el Getsemaní”)   ejemplos de ésta.

FICHA  DE  REFLEXION  


 
Para llegar a grandes hace falta tener muchas virtudes. Juanito Bosco lo había
comprendido bien, he aquí por qué se ha vuelto grande el Don Bosco que todos
admiramos. Si cuando pequeño no se hubiera esmerado en conquistar tantas
virtudes, tal vez no habría logrado llegar a santo.

Entonces, ¿qué esperamos? También nosotros podemos imitarlo. Después de haber


leído o escuchado su vida, tratemos de reflexionar sobre la virtud más hermosa que
ha adquirido y esforcémonos por imitarlo.
2

Hemos escogido en esta ocasión una virtud que veremos en el transcurso de las
catequesis preparativas a la “Urna de Don Bosco”. En esta ocasión compartiremos
con nuestros jóvenes la virtud de la OBEDIENCIA.

Para cada virtud encontrarás la PRESENTACIÓN, que explica cómo y cuándo


Juanito Bosco la ha vivido; la ACTUALIZACIÓN, que te sugiere la forma de vivirla
hoy; la REALIZACIÓN, que te propone algunos compromisos concretos para llevarla
a la práctica y te pone algunas preguntas para controlar si hasta el momento te has
esmerado realmente por adquirirla.

Lee los párrafos“Tantas cosas que hacer” y “Lejos de


Presentación  
Obediencia casa”.
La vida en los Becchi era bastante dura, pero Juanito no se
echaba nunca atrás. Cuando la madre le pedía que fuera a
traer agua o que llevara los animales al potrero, nunca se
quejaba. Obedecía porque comprendía que era
importante hacer caso a la madre. Si no hubiera traído
el agua no habrían bebido en la cena y, si no hubiera
llevado los animales al potrero, éstos no habrían comido.
Cuando Juanito trabajaba en la granja Moglia, actuó como
había aprendido en casa: obedecía siempre a los dueños y
hacía perfectamente lo que ellos pedían, también si le
costaba mucho trabajo. Por esto se fiaban ciegamente de
él.

Actualización También hoy tus padres, maestros o algún amigo te piden


colaborar, hay tantas pequeñas cosas que hacer y el tener
la virtud de querer hacerlo te hace crecer y madurar como
persona. Obedeciendo a sus pedidos te acostumbrarás a
cumplir debidamente con tu deber y ellos estarán más
contentos. Se fiarán de ti, creciendo la confianza entre
ustedes.

«CRISTO fue obediente, basado en el amor que le tenía a


su PADRE, e hizo su Voluntad».

Realización Cuando tus padres, educadores o amigos te piden hacer


algo, ¿lo haces en seguida o siempre rehúsas?
¿Te has preguntado alguna vez por qué te piden hacer
algo?
¿En tu vida cristiana buscas hacer la voluntad de Dios?

Compromiso:
Escoge una cosa que habitualmente te piden hacer y
que no te gusta, y esfuérzate por hacerla sin
quejarte.
3

PARRAFOS SOBRE LA NIÑEZ DE JUAN BOSCO

Juanito  Bosco  (1815-­1830)  

“Tantas cosas que hacer”

La vida en los Becchi era bastante dura: por la mañana había que ir a trabajar en el
campo, cortar la hierba, arar el terreno, sembrar y recoger el trigo. La viña, además,
exigía muchos cuidados, especialmente en el tiempo de la vendimia. ¡Pero no solo eso!
Había que pensar en la casa, en la cocina, el lavado de ropa, ir al pozo por agua y,
además, cuidar de los animales y del establo. Así crecía Juancito, ayudando a su madre
como podía: iba por leña, traía agua, pelaba las legumbres, limpiaba el establo...
Cuando todavía no era fuerte para trabajar la tierra como hacía Antonio, con José
llevaba los animales al potrero y, entre una y otra ida, jugaba en los prados y atendía a
las demás tareas.
Las veces que iba solo, llevaba en un bultito una suave tajada de pan de harina de
trigo: su merienda. En los potreros lo esperaba un amigo suyo, el cual como merienda
tenía una tajada de pan negro, pesado y duro, hecho con harina de maíz y centeno,
ciertamente no muy bueno.
Un día Juan pasó al compañero su tajada de óptimo pan blanco, diciendo:
– Toma, es tuya.
– ¿Y tú?
– Prefiero tu pan negro.
Con frecuencia encontraba a los amigos de las granjas cercanas, no todos muchachos
muy de fiar: algunos decían malas palabras y se portaban prepotentes. Jugaban a un
juego llamado «lipa», parecido en algo al base-ball de hoy. Después de uno de esos
encuentros, volvió a casa con el rostro que chorreaba sangre: un proyectil de madera lo
había golpeado en la cara. Mamá Margarita se preocupó y, mientras lo curaba, le dijo:
– El día menos pensado vuelves a casa con un ojo arruinado. ¿Por qué vas con esos
chicos? Lo sabes que algunos son poco recomendables.
– Si es para darte gusto, no voy más. Pero mira, cuando estoy yo, se portan mejor.
Mamá Margarita suspiró y lo dejó ir.
4

“Lejos  de  casa”  

Llegó  el  momento  en  que  la  situación  con  Antonio  empeoró:  por  haber  colocado  un  libro  sobre  la  
mesa   de   la   cocina,   Juan   se   llevó   una   lluvia   de   bofetadas.   Era   imposible   seguir   así.   Una   mañana   de  
febrero  mamá  Margarita  tomó  la  decisión  más  dura  de  su  vida:  
–     Es  mejor  que  te  vayas  de  casa.  Uno  de  estos  días  Antonio  podría  hacerte  daño.  
Le  indicó  algunas  granjas  donde  habría  podido  trabajar  como  criado  y,  colocándole  un  atadito  bajo  
el  brazo,  lo  saludó  con  tristeza.  Juan  llegó  a  la  granja  Moglia.  Un  instante  en  silencio  para  darse  ánimo,  
luego   entró.   La   familia   de   los   Moglia   estaba   reunida   en   la   era   y   preparaba   los   mimbres   para   la   vid.   Al  
comienzo   el   Sr.   Moglia   no   quería   asumirlo,   pero   después   la   Sra.   Dorotea,   esposa   del   dueño,   se  
conmovió:  
–     Tómalo,  Luis.  Probémoslo  por  algunos  días.  
Juan  se  dedicó  a  fondo,  para  no  ser  despedido:  trabajaba  del  amanecer  hasta  bien  avanzada  la  tarde.  
Después,  cuando  los  demás  iban  a  dormir,  encendía  una  vela  y  seguía  leyendo  los  libros  que  le  había  
prestado   su   maestro   de   escuela,   Don   Lacqua.   También   mientras   guiaba   los   bueyes   que   araban   era  
capaz  de  tener  un  libro  en  la  mano.  El  viejo  José,  tío  de  Luis,  volviendo  sudado  de  los  campos,  vio  a  
Juancito  que,  al  mediodía,  se  arrodillaba  para  rezar  el  Angelus:  
– Pero,  ¡qué  bien!  Nosotros  los  dueños  trabajamos  y  bregamos,  y  el  criado  reza  en  santa  paz.  
– Cuando  hay  que  trabajar,  Ud.  lo  sabe,  no  doy  pie  atrás.  Pero  mi  madre  me  ha  enseñado  que,  si  
rezamos,  de  dos  granos  nacen  cuatro  espigas;  si  por  el  contrario  no  lo  hacemos,  de  cuatro  granos  
nacen  solo  dos  espigas.  Por  tanto  es  mejor  que  rece  un  poco  también  usted  .  
En  noviembre  de  1829  fue  a  verlo  el  tío  Miguel,  hermano  de  su  madre:  
–   Entonces,  Juan,  ¿estás  contento?  
–   No.  Me  tratan  bien,  pero  yo  quiero  estudiar,  y  ya  he  cumplido  14  años.  
El   tío   Miguel   lo   llevó   nuevamente   a   casa.   Antonio   se   irritó   por   esa   decisión   pero,   después   de   una  
viva  discusión,  aceptó  los  estudios  de  Juan,  con  tal  que  no  le  tocara  pagarlos  también  a  él.  
 
Tema 1: LA  OBEDIENCIA
EN  CAMINO  CON  DON  BOSCO  
Tiempo: 15-25 minutos
Fecha:
Categoría:    INFANTIL  

META: Dar a conocer la virtud de la Obediencia, según la vivencia de la niñez de Juan Bosco.

PARTIMOS DE LA VIDA INDICACIONES Y MATERIALES


EVOCO:
¿Qué  es  una  virtud?   - PRIMERO: Lee la parte del EVOCO y
¡Apuesto  que  muchas  veces  has  oído  hablar  de  virtud!   PROVOCO, que te servirán de base para
Y   apuesto   también   que   no   estás   seguro   de   saber   explicar:
exactamente  de  qué  se  trata.  Hagamos  una  prueba.     ¿Qué es una Virtud?
Cuando   se   dice   que   un   chico   es   virtuoso,   con   Sobre la VIRTUD DE LA OBEDIENCIA.
frecuencia   se   quiere   decir   que   es   un   tipo   que   vale   y  
tiene   buenas   cualidades:   en   efecto,   así   es   como   se   Recuerda que debes combinar esta
pueden  entender  las  virtudes.     catequesis entre Dinámicas y desarrollo
  del tema. Hay que lograr captar la
atención de los niños.
PROVOCO:
• Hagamos  algunos  ejemplos:    
- SEGUNDO: Lee un pasaje de la Historia
Si   te   esfuerzas   por   acostumbrarte   a   rezar,   porque  
de la niñez de Juan Bosco, la cual te
sabes   que   es   bello   agradecer   al   Señor   por   la  
adjunto a esta catequesis. Considerar que
mañana  y  por  la  noche,  reforzarás  la  virtud  de  la  fe,  
y  cuando  llegues  a  grande  la  podrás  ahondar;  si  te  
las lecturas deben adecuarse a la edad de
esfuerzas   por   acostumbrarte   a   hacer   lo   que   tus  
los niños (narrarla en forma de cuento).
padres   y   tus   educadores   te   aconsejan,   porque  
sabes   que   lo   que   te   dicen   te   sirve   para   mejorar,   - TERCERO: Comparte con los niños la
conquistarás   poco   a   poco   la   virtud   de   la   FICHA  DE  REFLEXION que se encuentra
obediencia.   en esta catequesis.
Iluminar con la Palabra:  
Gn 12, 1-9 (“El llamado de Abraham”) - Puedes hacerles dibujar o escribir las
Mt 26, 39-41(“Jesús ora en el Getsemaní”)   cosas que entiende sobre la
  OBEDIENCIA. O también que los niños
compartan ejemplos sobre esta virtud.

- Utiliza a manera de concurso el completar


el “Rompecabezas salesiano” (anexo)

FICHA  DE  REFLEXION  


 
Para llegar a grandes hace falta tener muchas virtudes. Juanito Bosco lo había
comprendido bien, he aquí por qué se ha vuelto grande el Don Bosco que todos
admiramos. Si cuando pequeño no se hubiera esmerado en conquistar tantas
virtudes, tal vez no habría logrado llegar a santo.
2

Entonces, ¿qué esperamos? También nosotros podemos imitarlo. Después de haber


leído o escuchado su vida, tratemos de reflexionar sobre la virtud más hermosa que
ha adquirido y esforcémonos por imitarlo.

Hemos escogido en esta ocasión una virtud que veremos en el transcurso de las
catequesis preparativas a la “Urna de Don Bosco”. En esta ocasión compartiremos
con nuestros niños la virtud de la OBEDIENCIA.

Para cada virtud encontrarás la PRESENTACIÓN, que explica cómo y cuándo


Juanito Bosco la ha vivido; la ACTUALIZACIÓN, que te sugiere la forma de vivirla
hoy; la REALIZACIÓN, que te propone algunos compromisos concretos para llevarla
a la práctica y te pone algunas preguntas para controlar si hasta el momento te has
esmerado realmente por adquirirla.

Lee los párrafos“Tantas cosas que hacer” y “Lejos de


Presentación  
Obediencia casa”.
La vida en los Becchi era bastante dura, pero Juancito no
se echaba nunca atrás. Cuando la madre le pedía que fuera
a traer agua o que llevara los animales al potrero, nunca se
quejaba. Obedecía porque comprendía que era
importante hacer caso a la madre. Si no hubiera traído
el agua no habrían bebido en la cena y, si no hubiera
llevado los animales al potrero, éstos no habrían comido.
Cuando Juanito trabajaba en la granja Moglia, actuó como
había aprendido en casa: obedecía siempre a los dueños y
hacía perfectamente lo que ellos pedían, también si le
costaba mucho trabajo. Por esto se fiaban ciegamente de
él.

Actualización También hoy tus padres te piden colaborar en la familia,


hay tantas pequeñas cosas que hacer. Obedeciendo a sus
pedidos te acostumbrarás a cumplir debidamente con tu
deber y ellos estarán más contentos. Se fiarán de ti.

Realización Cuando tus padres o tus educadores te piden hacer algo,


¿lo haces en seguida o siempre rehúsas?
¿Te has preguntado alguna vez por qué te piden hacer
algo?

Compromiso:
Escoge una cosa que habitualmente te piden hacer y
que no te gusta, y esfuérzate por hacerla sin
quejarte.
3

PARRAFOS SOBRE LA NIÑEZ DE JUAN BOSCO


 
Juanito  Bosco  (1815-­1830)  

“Tantas cosas que hacer”

La vida en los Becchi era bastante dura: por la mañana había que ir a trabajar en el
campo, cortar la hierba, arar el terreno, sembrar y recoger el trigo. La viña, además,
exigía muchos cuidados, especialmente en el tiempo de la vendimia. ¡Pero no solo eso!
Había que pensar en la casa, en la cocina, el lavado de ropa, ir al pozo por agua y,
además, cuidar de los animales y del establo. Así crecía Juancito, ayudando a su madre
como podía: iba por leña, traía agua, pelaba las legumbres, limpiaba el establo...
Cuando todavía no era fuerte para trabajar la tierra como hacía Antonio, con José
llevaba los animales al potrero y, entre una y otra ida, jugaba en los prados y atendía a
las demás tareas.
Las veces que iba solo, llevaba en un bultito una suave tajada de pan de harina de
trigo: su merienda. En los potreros lo esperaba un amigo suyo, el cual como merienda
tenía una tajada de pan negro, pesado y duro, hecho con harina de maíz y centeno,
ciertamente no muy bueno.
Un día Juan pasó al compañero su tajada de óptimo pan blanco, diciendo:
– Toma, es tuya.
– ¿Y tú?
– Prefiero tu pan negro.
Con frecuencia encontraba a los amigos de las granjas cercanas, no todos muchachos
muy de fiar: algunos decían malas palabras y se portaban prepotentes. Jugaban a un
juego llamado «lipa», parecido en algo al base-ball de hoy. Después de uno de esos
encuentros, volvió a casa con el rostro que chorreaba sangre: un proyectil de madera lo
había golpeado en la cara. Mamá Margarita se preocupó y, mientras lo curaba, le dijo:
– El día menos pensado vuelves a casa con un ojo arruinado. ¿Por qué vas con esos
chicos? Lo sabes que algunos son poco recomendables.
– Si es para darte gusto, no voy más. Pero mira, cuando estoy yo, se portan mejor.
Mamá Margarita suspiró y lo dejó ir.

“Lejos  de  casa”  

Llegó  el  momento  en  que  la  situación  con  Antonio  empeoró:  por  haber  colocado  un  libro  sobre  la  
mesa   de   la   cocina,   Juan   se   llevó   una   lluvia   de   bofetadas.   Era   imposible   seguir   así.   Una   mañana   de  
febrero  mamá  Margarita  tomó  la  decisión  más  dura  de  su  vida:  
–     Es  mejor  que  te  vayas  de  casa.  Uno  de  estos  días  Antonio  podría  hacerte  daño.  
4

Le  indicó  algunas  granjas  donde  habría  podido  trabajar  como  criado  y,  colocándole  un  atadito  bajo  
el  brazo,  lo  saludó  con  tristeza.  Juan  llegó  a  la  granja  Moglia.  Un  instante  en  silencio  para  darse  ánimo,  
luego   entró.   La   familia   de   los   Moglia   estaba   reunida   en   la   era   y   preparaba   los   mimbres   para   la   vid.   Al  
comienzo   el   Sr.   Moglia   no   quería   asumirlo,   pero   después   la   Sra.   Dorotea,   esposa   del   dueño,   se  
conmovió:  
–     Tómalo,  Luis.  Probémoslo  por  algunos  días.  
Juan  se  dedicó  a  fondo,  para  no  ser  despedido:  trabajaba  del  amanecer  hasta  bien  avanzada  la  tarde.  
Después,  cuando  los  demás  iban  a  dormir,  encendía  una  vela  y  seguía  leyendo  los  libros  que  le  había  
prestado   su   maestro   de   escuela,   Don   Lacqua.   También   mientras   guiaba   los   bueyes   que   araban   era  
capaz  de  tener  un  libro  en  la  mano.  El  viejo  José,  tío  de  Luis,  volviendo  sudado  de  los  campos,  vio  a  
Juancito  que,  al  mediodía,  se  arrodillaba  para  rezar  el  Angelus:  
– Pero,  ¡qué  bien!  Nosotros  los  dueños  trabajamos  y  bregamos,  y  el  criado  reza  en  santa  paz.  
– Cuando  hay  que  trabajar,  Ud.  lo  sabe,  no  doy  pie  atrás.  Pero  mi  madre  me  ha  enseñado  que,  si  
rezamos,  de  dos  granos  nacen  cuatro  espigas;  si  por  el  contrario  no  lo  hacemos,  de  cuatro  granos  
nacen  solo  dos  espigas.  Por  tanto  es  mejor  que  rece  un  poco  también  usted  .  
En  noviembre  de  1829  fue  a  verlo  el  tío  Miguel,  hermano  de  su  madre:  
–   Entonces,  Juan,  ¿estás  contento?  
–   No.  Me  tratan  bien,  pero  yo  quiero  estudiar,  y  ya  he  cumplido  14  años.  
El   tío   Miguel   lo   llevó   nuevamente   a   casa.   Antonio   se   irritó   por   esa   decisión   pero,   después   de   una  
viva  discusión,  aceptó  los  estudios  de  Juan,  con  tal  que  no  le  tocara  pagarlos  también  a  él.  
 
5

ROMPECABEZAS SALESIANO.
(Recorta las líneas punteadas)
 

TEMA:  LA  FORTALEZA          

Competencia:  
A través del ejemplo de Don Bosco: Descubre la importancia de esforzarte en todo momento por
lo que quieres.

CONTENIDOS SITUACIÓN DE APRENDIZAJE RECURSOS TIEMPO

Experiencia de vida.

Compartir reflexivo en torno al Compartir en torno a algunas Diálogo grupal 10 minutos


cuento sugerido de apoyo (Los preguntas sugeridas:
Dos Ratones) Niños Material opcional
-¿Cuál es la actitud de cada uno de para la
los ratones? presentación del
-¿Con cuál ratón se identifica más? cuento
-¿Cómo pasaría tal historia a su vida?
¿Aprovechas la oportunidad de
estudio que tienes o estudias por que
ni modo, no hay de otra?

Jóvenes

¿Tienes el valor de decir: no, ante el


mal, o es más importante lo que
digan de ti?

¿Te rindes ante la adversidad?

¿Con cuál de los dos personajes te


identificas?

Experiencia de fe. Se comparte la historia de Don Bosco


(sugerida)
Mostrarles a través del ejemplo Fragmento de vida 15 minutos
de la vida de Don Bosco: el Que al terminar de compartir, se de Don Bosco
valor del esfuerzo, y de cómo haga una plenaria de lo entendido
éste vivió con fortaleza las en la historia, realizando claro está
contrariedades de la vida, hasta una actualización cercana a su propia
llegar a alcanzar lo esperado vida (dialogo dirigido), preguntas que
podrían favorecer a esto:

-¿Cuenta un poco de lo que


haces?
-¿Crees que das lo máximo
en tus estudios, en la vida?
-¿A que sientes que te invita
Don Bosco hoy?

Respuesta Cristiana. Estudia con más esmero una materia 5 minutos


que frecuentemente descuidas

Asume un compromiso, una Esfuérzate por decirle no, a quien te


propuesta para mejorar más quiere llevar al mal, aunque pierdas
cómo persona. en popularidad.
Aclaraciones Pedagógicas

Para la presentación del cuento los Dos Ratones, se sugiere que


con los niños se intente hacer de una manera más participativa,
podría ser con títeres,…; y terminar con una actividad de colorear
alguno de los ratones adjuntos, ya sea en papel de colores, etc.

Para los jóvenes se sugiere el cuento Pataleando, buscando


presentarlo de una manera creativa (representación teatral,
actualización del suceso a un lugar que ellos conozcan, les pueden
cambiar los animales que participan)

El tiempo con el que cuentan para la catequesis no es mucho,


por lo que no busquen saturarlos de contenido, sino darles lo esencial;
hay ejemplos en la Biblia que les podría ayudar a ustedes a ver el
valor de la fortaleza en un creyente, como son los casos de Job y de
San Pablo.
 

Cuento de Apoyo

IDEA  Y  ENSEÑANZA  PRINCIPAL  

“LOS  DOS  RATONES”

Augustito Calentito era un ratoncillo de ciudad que vivía plácidamente en una


gran casa, con todas las comodidades que ningún ratón pudiera soñar: siempre
encontraba agua tibia para bañarse, comida aún caliente, ropa de abrigo o lo
que fuera. Con él vivía un tipo raro, Duretas Aguantetas, que
incomprensiblemente, a pesar de tener todas esas comodidades, cada día
renunciaba a una o dos de ellas. Era capaz de lavarse con agua fría teniéndola
caliente, o de mordisquear puerros teniendo al lado un trozo de queso. Y lo
peor era cuando trataba de convencer al bueno de Augustito para que también
lo hiciera:

- Venga, hombre, te harás un tipo más duro. ¡Que te estás convirtiendo en un


blandito! - le decía.

Y el pobre Augustito se daba la vuelta, se envolvía en su manta calentita y se


ponía a leer, pensando cómo podía haber todavía gente tan bruta.

Pero la desgracia quiso que una noche cayera tal nevada en la ciudad, que la
ratonera de nuestros amigos quedó completamente sepultada y aislada por una
montaña de nieve. Trataron de salir, pero el frío era intenso y no creyeron
poder cavar un túnel con tanta nieve, así que decidieron esperar. Pasaron los
días, seguían rodeados de nieve, y ya no tenían comida. Duretas aguantaba
bastante bien, pero el bueno de Augustito, privado de sus baños, su comida y
su abrigo, estaba a punto de perder el control. Era un tipo culto, que había
estudiado mucho, y sabía que no aguantarían más de 3 días sin comida, los
mismos que habían calculado que necesitaban para cavar el túnel a través de la
nieve, así que no les quedaba otro remedio que lanzarse a cavar.

Pero en cuanto tocó la fría nieve, Augustito dio media vuelta. No podía con
aquel frío, ni con tanta hambre ¡ni siquiera sabiendo que estaba a punto de
morir! Duretas, sin embargo, lo aguantaba bastante bien, y comenzó a cavar, al
tiempo que animaba a su compañero a hacer lo mismo. Pero Augustito estaba
paralizado, no podía aguantar tan terribles condiciones, y ni siquiera podía
pensar con claridad. Y entonces vio a Duretas, "aquel bruto", y comprendió que
era mucho más sabio de lo que parecía, pues en lugar de hacer como él, se
había acostumbrado a hacer las cosas porque quería, y no sólo las más
apetecibles de cada momento. Y podía mandar cavar a sus patitas sin importar
que estuvieran moradas por el frío, algo imposible para él mismo, por mucho
que lo desease. Y con esos pensamientos, y una lágrima de impotencia, se
echó sobre el calentito montón de plumas que le servía de cama, dispuesto a
dejarse morir.

Cuando abrió los ojos, creyó estar en el cielo, pues la cara de un angelito le
estaba sonriendo. Pero con gran alegría comprobó que sólo era la enfermera,
quien le contó que llevaban días curándole, desde que un valiente había llegado
allí con las cuatro patas congeladas, y les había indicado cómo encontrarle
antes de caer sin fuerzas. Cuando Augustito corrió a agradecer a Duretas su
ayuda, le encontró en pie, muy recuperado. Había perdido varios dedos y una
oreja, pero se le veía alegre. Augustito se sentía muy culpable, pues él estaba
entero, pero el bruto de Duretas le respondió:

- No te preocupes, si no fuera por esos dedos y esa oreja, yo tampoco estaría


aquí. ¡No han podido tener mejor uso!

Por supuesto, siguieron siendo grandes amigos, pero Augustito ya nunca pensó
en Duretas como un bruto, y junto a él, se propuso recuperar el control de su
calentito y caprichoso cuerpecito, renunciando cada día a una de esas
innecesarias comodidades de la vida moderna.
 

PATALEANDO

Una ranita salió con una amiga a recorrer la ciudad,


aprovechando los charcos que dejara una gran lluvia.
Ustedes saben que las ranitas sienten una especial alegría luego de los
grandes chaparrones, y que esta alegría las induce a salir de sus refugios
para recorrer mundo.
Su paseo las llevó más allá de las quintas. Al pasar frente a una charca de
las afueras, se encontraron con un gran edificio que tenía las puertas
abiertas. Llenas de curiosidad se animaron mutuamente a entrar.
Era una quesería. En el centro de la gran sala había una enorme tina de
leche. Un tablón permitió a ambas ranitas trepar hasta la gran olla, en su
afán de ver cómo era la leche.
Pero, calculando mal el último saltito, se fueron las dos de cabeza dentro
de la tina, zambulléndose en la leche.
Lamentablemente pasó lo que suele pasar: caer fue una cosa fácil; salir
era el problema. Porque, desde la superficie de la leche hasta el borde del
recipiente, había como dos cuartas de diferencia. Y aquí era imposible
ponerse en vertical. El líquido no ofrecía apoyo ni para erguirse ni para
saltar.
Comenzó el pataleo. Pero, luego de un rato, la amiga se dio por vencida.
Constató que todos sus esfuerzos eran inútiles y se tiró al fondo. Lo
último que se le escuchó fue: "Glu-glu-glu", que es lo que suelen decir los
que se dan por vencidos.
Nuestra ranita, en cambio no se rindió. Se dijo que, mientras viviera,
seguiría pataleando. Y pataleó, pataleó y pataleó. Tanta energía y
constancia puso en su esfuerzo, que finalmente logró solidificar la nata
que había en la leche y, parándose sobre el pan de manteca, hizo pie y
saltó para afuera.
Mamerto Menapace
Para reflexionar (Don de Fortaleza):
Para poder vivir de acuerdo con lo que descubrimos,
necesitamos del don de la fortaleza. Si no contamos con
la ayuda de los demás, y especialmente con el impulso
del Espíritu, nos cansamos, nos dejamos llevar por lo
que es más fácil y, hasta traicionamos nuestras propias
convicciones. La fortaleza nos permite, una vez que
sabemos el camino, recorrerlo de la forma más directa.
En el cuento Pataleando, las ranitas estaban felices y
salieron a pasear, a conocer, a ver el mundo que las
rodeaba. Iban de a dos, animándose mutuamente, y se
les presenta el problema.
Mientras una de ellas, se dio por vencida, la otra siguió
adelante hasta que logró resolver la dificultad.
En la vida hay obstáculos que no se pueden vencer, pero
en esos casos, Dios también nos da la fortaleza para no
desanimarnos ni perder la esperanza.
 

Dibujo para colorear


TEMA:  EL  DEBER  
 
Competencia:
El niño descubre la utilidad del cumplimiento de sus deberes (de cómo estos pueden servirle a otros y
sintonizarle a su vez con Dios)
El DEBER
Preparación a la catequesis:

CONTENIDOS SITUACIÓN DE APRENDIZAJE RECURSOS TIEMPO

Experiencia de vida.
Que comente las cosas que realiza Comparte su experiencia de tareas o Diálogo grupal o 10 minutos
en su casa (las que sus padres o responsabilidades en su vida (hogar, trabajo por grupos
encargados lo invitan a hacer; o las escuela, trabajo,…) (según amerite la
que hace porque quiere), también situación)
que comparta si estudia o trabaja.

Experiencia de fe.
Mostrarles que así como ellos En grupos comparten lo que quiere Papel bond blanco 15 minutos
realizan ciertas responsabilidades, decirles el pasaje de la vida de Don
Don Bosco también las realizó en su Bosco. Lápices de color,
vida; y que esto fue un medio de crayones, pilots,…
santificación para él y por ende un Que al terminar de compartir, hagan
camino a imitar una lista de actividades que puedan Fragmento de vida
hacer ellos y que consideran son de Don Bosco
maneras de ayudar a otros, y por
ende acercarse más a Dios.

Plenaria de los aportes grupales

Respuesta Cristiana.

Se compromete a buscar qué cosa, Que enumere diferentes formas de


qué acción, qué deber, le podría servir a los demás y a Dios
ayudar a mejorar más como
persona, como creyente.

Narraciones sobre la vida de Don Bosco que podrían ayudar al desarrollo


del tema

¡Quiero Estudiar!

Juan hubiera querido decaer en el desánimo, pero no era tan sencillo hacerlo. Las
palabras de su madre volvían a la mente, de una forma o de otra lo que ella decía resultaba
verdad siempre, sin contar que ya desde cierto tiempo se preguntaba por qué, cada vez que
encontraba a un sacerdote, éste no se acercaba a charlar con él.
-¡No es justo!-pensaba-. Yo, si fuera cura, lo haría.
Después de pensarlo mucho tomó una decisión:
-¡Quiero estudiar para hacerme sacerdote!
Entre una tarea y otra comienza a tomar en las manos algunos libros. Había terminado solo
la segunda clase elemental, como era tradición en su tierra, porque su hermano Antonio no
había querido que siguiera estudiando:
-No hace falta. Es suficiente que sepa leer y contar.
Varias veces el hermano mayor, viéndolo con el libro en la mano durante las pausas del
trabajo, lo retó solemnemente, en ocasiones usó hasta golpes, como si las palabras no
bastaran. Juan, por su lado, a veces contestaba, otras aguantaba en silencio; pero seguía
adelante, tratando que no lo vieran. Margarita su mamá, hacía lo posible para mediar y
convencer a Antonio que lo dejara estudiar, pero no era ciertamente fácil; por otro lado él
traía dinero en casa.

Lejos de Casa

Llegó el momento en que la situación con Antonio empeoró: por haber colocado un
libro sobre la mesa de la cocina, Juan se llevó una lluvia de bofetadas. Era imposible seguir
así. Una mañana de febrero mamá Margarita tomó la decisión más dura de su vida:
-Es mejor que te vayas de casa. Uno de estos días Antonio podría hacerte daño.
Le indicó algunas granjas donde podría trabajar como criado y, colocándole un
atadito bajo el brazo, lo saludó con tristeza. Juan así, viajó a la granja Moglia; un instante
en silencio frente a ella, tomó ánimo y entró. La familia de los Moglia estaba reunida en la
eray preparaba los mimbres para la vid. Al comienzo el Sr. Moglia no quería recibirlo, pero
después la Sra. Dorotea, esposa del dueño se conmovió:
-Tómalo, Luis. Probémoslo por algunos días.
Juan se dedicó a fondo, para no ser despedido: trabajaba del amanecer hasta bien
avanzada la tarde. Después, cuando los demás iban a dormir, encendía una vela y seguía
leyendo los libros que le había prestado su maestro de escuela, Don Lacqua. También
mientras guiaba los bueyes que araban era capaz de tener un libro en la mano. El viejo
José, tío de Luis, volviendo sudado de los campos, vio que Juanito al mediodía se arrodillaba
para rezar el Angelus:
-Pero, ¡qué bien! Nosotros los dueños trabajamos y bregamos, y el criado reza en santa paz.
-Cuando hay que trabajar, usted lo sabe, no doy pie atrás. Pero mi madre me ha enseñado
que, si rezamos, de dos granos nacen cuatro espigas; si por el contrario no lo hacemos, de
cuatro granos nacen solo dos espigas. Por tanto es mejor que rece usted también.
En noviembre de 1829 fue a verlo el tío Miguel, hermano de su madre:
-Entonces Juan, ¿estás contento?
-No. Me tratan bien, pero yo quiero estudiar, y ya he cumplido 14 años.
El tío Miguel lo llevó nuevamente a casa. Antonio se irritó por esa decisión pero, después de
una viva discusión, aceptó los estudios de Juan, con tal de que no le tocara pagarlos a él.

Otro cuento para compartir con los niños

Cuento

La Fiesta de los Valores

"¡Carloooos, ponte de una vez a hacer los deberes!" Hala, ya estaba su madre dando gritos.
Carlos pensaba, "cómo se nota que no los tiene que hacer ella, con lo aburridos que son", y
se sentaba durante horas delante del libro, esperando que pasara el tiempo y llegara la hora
de la cena. Un día cualquiera, estaba sumido en su habitual búsqueda de musarañas por el
techo de su habitación, cuando unos pequeños elfos, de no más de un centímetro de altura,
aparecieron por la ventana.
- Buenas tardes, chico grandullón ¿nos dejas tus deberes para jugar? -preguntó uno de ellos
cortésmente.

Carlos se echó a reír.

- ¡cómo vais a jugar con unos deberes, pero si son lo más aburrido que hay!. Ja, ja, ja...
Tomad, podéis jugar con ellos todo el rato que queráis.

El niño se quedó observando a sus invitados, y no salía de su asombro cuando vio la que
montaron. En menos de un minuto habían hecho varios equipos y se dedicaban a jugar con
el lápiz y la goma, el libro y el cuaderno. La verdad es que hacían cosas muy raras, como
con los cálculos de matemáticas, donde para escribir los números dejaban fijo el lápiz y sólo
movían el cuaderno, o como cuando hacían competiciones para la suma más rápida: cada
grupo se disfrazaba de forma distinta, unos de Papá Noel, otros de calabaza de Halloween,
otros de bolas de queso, y en cuanto terminaban paraban el reloj; el que ganaba tenía
derecho a incluir su dibujito en el cuaderno, que acabó lleno de gorros de Papá Noel y
calabazas. También eran muy graciosos estudiando la lección: utilizaban canciones famosas
y les ponían la letra de lo que tenían que aprenderse, y luego ¡organizaban un gran
concierto con todas las canciones!
Carlos disfrutó de lo lindo viendo a aquellos diminutos estudiantes, y hasta terminó cantando
sus canciones. Pero el tiempo pasó tan rápido que enseguida su mamá le llamó para cenar.

- Vaya, ¡qué rollo!. Con lo divertido que es esto...- gruñó mientras se despedía.
- ¡Claro que es divertido!, ya te lo dije; ¿por qué no pruebas unos días a hacerlo tú? nosotros
vendremos a verte de vez en cuando.
- ¡Hecho!

Así Carlos empezó a jugar con sus deberes cada tarde, cada vez con formas más locas y
divertidas de hacer los deberes, siempre disfrazándose, cantando y mil cosas más; y de vez
en cuando coincidía y jugaba con sus amigos los elfos, aunque realmente no sabía si habían
salido de la ventana o de su propia imaginación...
Y ni su mamá, ni su papá, ni sus profesores, ni nadie en todo el colegio podían creerse el
gran cambio. Desde aquel día, no sólo pasaba muchísimo más tiempo haciendo los deberes,
sino que los traía perfectos y llenos de dibujos, estaba muy alegre y no paraba de cantar. Su
mamá le decía lo orgullosa que estaba de que se esforzase tanto en hacer unos deberes que
sabía que era tan aburridos, pero Carlos decía para sus adentros "cómo se nota que no los
hace ella, con lo divertidos que son".
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