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Fernando Savater Etica de urgencia Arid Fe (92012 Fernando Savater [Rdicidnal euldado de Gonzalo Toon Derechos exclusivos de edicién en espaol reservados para todo el mundo: (© 201: Bditorial Planeta, 5.4. ‘Ada, Diagonal, 662-664-0834 Bareelona ditoral Ariel es un sllo editorial dePlanet, S.A, ‘worwespacioculturalyscademico.com ISBN 3:578-84-344-0990-8 ISBN 0: 84-344-0490°7 Editorial Planeta Colombiana S.A. Calle73N 760, Bogoté| ISBN 5: 978-958-42-32526 ISBN 10: 9542-32525, Primera reimpresién (Colombia): septiembre de 20:2 Impresiny encuadernacisn: Colombo Andina deImpresor. A. Tmpraco en Colombia Printed Colombie "Nowe pemitelarsroduccin total oparcia de exe ibo, is ncorporacin + on sistema Informe na trensmiidn en unguies formao por exaust, sate cece mecénicn pot fotocopa, por rabacion votes metodcs, sine permiso revioy por ese del eitor. Presentacién Hace ya més de veinte afios que se publics Etica para Amador, un, libro sin otra pretension que ayudar a jévenes y adolescentes a reflexionar sobre la perspectiva moral que debe acompafiar ala libertad humana. Pensados para esa franja de edad ya existian muchos libros de ficcién, junto a misica, peliculas, videojue- 0s... perono propiamente libros de ensayo. Los que yo conocfa deese género eran mds bien obras de estudio —de esas que exi- genla tutoria de adultos o profesores—en el mejor delos casos, y enel peor, libros catequisticos o de autoayuda. Mi intencién fue escribir un ensayo filosdfico, sencillo y accesible pero que plantease preguntas en lugar de apresurarse a dar respuestas; y sobretodo, que pudiese ser leido por los propios interesados sin necesidad de guia por parte de los mayores, tal como ellos len uncuento de Stephen King 0 El seforde los anillos. Etica para Amador y después su complementaria Politica ‘para Amador obtuvieron una aceptacién internacional muy generosa de la que confieso que fui el primer sorprendido. Por lo visto, se revelaron titiles y gratas para sus destinata- tios, asi como sirvieron para facilitar el didlogo pedagégico enlas familias y en las escuelas. ¥ atin deben conservar parte de estas virtudes dos décadas después, pesea tantos cambios sociales y tecnoldgicos ocurridos desde entonces, sila asidui- dad dereediciones no engafia. Uno delos motivos de esta permanencia es que esos ensa- yos tratan sobre todo dela teorfa bésica de éticay politica, sin entrar en las variables circunstancias casufsticas. A este res- pecto siguen siendo vilidos sus planteamientos y yo no sa- bria mejorarlos. Pero me ha parecido interesante dialogar ahora con alumnos y profesores de bachillerato sobre temas morales concretos de interés actual, de urgencia practica, para ver cémo podemos aplicar los razonamientos y princi- pios de que tratan aquellas obras. {Cudles son las cuestiones éticas 0 politicas que més preocupan a los jévenes y adoles- centes de hoy? :Cémo razonan ellos lasalternativas morales? 2Qué nuevos retos plantean Internet y las redes sociales: El presente libro no es una obra directamente escrita por mi, sino la transcripci6n cuidadosa y selectiva de coloquios que he mantenido en dos centros de ensefianza de nuestro pafs. Conserva a todos Jos efectos la espontaneidad e inme- diatez del género oral y quiza también sus ocasionalesimpre- cisiones, Por supuesto, no pretende sustituir ni revocar a fiti- ca para Amador y Politica para Amador, sino constatar el efecto de su propuesta de reflexisn sobre valores libertad en la ge- neracién actual y vislumbrar los nuevos debates éticos que apuntan hoy entre quienes tienen la edad del «Amador» de hace veinte afios. Ast sirve como complemento y prolonga- cién de aquellos libros, espero que reforzando tanto su inte- és como su utilidad entre quienes ahora deben educar 0 ser educados. Sélo me queda agradecer su colaboracién a los alumnos de los institutos San Isidroy Montserrat de Madrid + Virgen del Pilar de Zaragoza por sus preguntas y objecio- nes, as{ como a Gonzalo Torné por su trabajo de fijax en un texto la vivacidad a veces atropellada de las palabras. FeRwANDO SAVATER Veinte afios de Etica para Amador Erica para Amador nunca tuvo otro propésito que ayudar alos profesores que daban clases de ética en los institutos, una asignatura nueva que se introdujo al acabar la dictadura, cuando la democracia daba sus primeros pasos, como tinica alternativa posiblea la asignatura de religién. Ya de entrada no parecia una alternativa demasiado sensata porque laética no ex- cluyela religién:los temas que trata la ética deberian interesar tantoa las personas religiosas como a las que no lo son. ‘Tampoco existfan temarios ni manuales, de manera que muchos profesores de instituto estaban desesperados porque no sabjan c6mo enfocar la asignatura. Cogian el periddico y discutfan las noticias, ponfan sobre la mesa temas como el aborto, la energfa nuclear, las elecciones... Después se deba- ta, cada alumno decia lo quele parecia, yno seavanzaba ape- nas, tenia bien poca gracia. Por esas fechas una amiga mia que era profesora en un instituto de Barcelona me pidié si podia escribir un libro para inspirar las discusiones. Como yo tenia un hijo de quince afios, que ahora va a cumplir los treinta y cinco, pensé en to- tarlo como modelo dela clase de chico al que queria dirigir- me. Mi idea fue poner por escrito no tanto lo que se debfa pensar sobre los distintos problemas éticos, sino més bien, Razones para la ética Durante buena parte del dfa vivimos como si nos hubieran dado cuer hemos visto hacer a los dems, porque nos lo ensefiaron ast, porque eso es lo que se espera de nosotros. No hay demasia- dos momentos conscientes en nuestro dia a dia, pero de vez en cuando, algo ocurre e interrumpe nuestra sommolencia, nos obliga a pensar: «:¥ ahora qué hago? zLe digo que sf ole digo que no? {Voy ono voy?». Estas preguntas sefialan distin- tas opciones éticas, nos exigen una buena preparacién men- tal, nos interpelan para que razonemos hasta alcanzar una respuesta deliberada. Tenemos que estar preparados para ser protagonistas de nuestra vida y no comparsas. La imagen del mundo como un teatro es muy antigua. El fildsofo Schopenhauer imaginaba la vida como un escenario, cada uno de nosotros ve entre bambalinas cémo unos perso- najes hablan, lloran, gritan, luchan, se enfrentany se asocian sobre las tablas. De pronto, sin previo aviso, una mano nos empujay nos sorprendemosen el centrodel escenario, nos obli- gana intervenir en una trama que no conocemos demasiado bien porque hemos llegado con la obra comenzada, y tene- ‘mos que enteraos a toda prisa de quiénes son los buenos y los malos, de qué seria conveniente decir, de cual seria la ac- 10s levantamos, hacemos cosas porque se las. 5 cidn correcta. Decimos nuestro monélogoy antes de enterar- nos de cmo acabars todo, nos vuelven a empujar, ynos sacan del escenario, esta vez ni siquiera nos dejan quedarnos entre bambalinas. Pero no nos pongamas tétricos, no siempre tenemos un papel relevante en la obra. Podemos pasar dias actuando como figurantes en escenas pensadas y escritas por otros. Pero hay veces que nos apetece ser protagonistas de nuestra vida, y pensar en las razones por las que actuamos como ac- tuamos. No se trata de vivir de manera muy original ni de hacer cosas muy extravagantes, sino de examinar los motivos porlos que actuamos, nuestrasmetasy si deberiamos buscar objetivos mejores, o cambiar la manera de proceder. La ética no nos interesa porque nos entregue un cédigo 0 un conjunto de leyes que baste con aprender y cumplix para ser buenos y quedarnos descansados con nosotros mismos. Hay una pelicula de los Monty Python en la que Moisés baja del Sinaf con tres tablas dela ley entre los brazos, se detiene ante su pueblo y les habla: «Aquf os traigo los quince manda- mientos...», entonces se le resbala una de las tablas, cae al suelo y se rompe, y ahora les dice: «Bueno, los diez manda- mientos». Pues la ética no va de aprenderse diez ni quince ‘mandamientos, ni uno o dos eédigos de buena conducta. La ética es la préctica de reflexionar sobre lo que vamos a hacer ylos motivos por los que vamos a hacerlo. aN por qué deberia yo razonar, vivir deliberadamente, en- trenarme en a ética? Se me ocurren dos buenos motivos pata no hacer la vista gorda. Elprimero es que no tenemos més remedio. Hay una serie deaspectos en la vida donde no se nos permite razonar ni dar nuestra opinién: no depende de nosotros tener coraz6n, ha- cerla digestién, respirar oxigeno... Son actividades que me 36 vienen impuestas por la naturaleza, por el cédigo genético, por el disefio de la especie. Tampoco puedo elegir el afio en que he nacido, ni que el mundo sea como es, ni el pafs natal, ni los padres que tengo. Los hombres no son omnipotentes, no les ha sido dado el poder de hacer y deshacer a voluntad. ero si nos comparamos con los animales enseguida vemos que disponemos deun campo de eleccién bastante amplio. EL restodelos seres vivos parecen programados paraserloqueson, Io que la evolucién les ha deparado. Nacen sabiendo qué de- ben hacer para sobrevivir, saben cémo ocupar su tiempo. No hay animales tontos. Muchas veces hemos visto las imagenes de los chimpancés y los monos caminando cada vez mas ex- guidos y al final un ingeniero de caminos con su sombrero, y 66a es la idea que tenemos nosotros de la escala: pasamos de Jos animales inferiores al ser humano; pero segtin cémo lo ‘miremos, los animales son mucho més perfectos que los hu- manos. Observa el brazo de un gibén o de cualquier mono arboricola: es un instrumento de precisién, de una flexibili- dady una potencia tan asombrosas que puede subir un enor- ‘me peso hasta lo alto de un érbol. O piensa en la zarpa de un ledn, eso sf es un aparato uitil para desgarrar la carne de sus victimas, ola aleta de un pez, etcétera, son apéndices admi- rables, que sitven muy bien a su prop6sito. La limitacién de Jos animales es que sdlo puede hacer una cosa cada especie, estan especializadisimos. Unosnadan, otros vuelan, éstos ca- zan con el pico, los otros hacen agujeros en el suelo. Por eso cuando cambia el ecosistema empiezan a morir y desapare- cen, porque no se pueden adaptar. Los hombres venimos al mundo con un buen hardware, del que nos ha provisto la naturaleza, pero no tenemos el pro- grama establecido, tenemos que procurarnos un software para orientar nuestras acciones sociales, los proyectos crea- y tivos, nuestras aventuras intelectuales. Los humanos no es- tamos especializados en nada, y esta caracteristica tiene su re- flejo en el disefio anatémico: el brazo humano sirve para tre- ar, pero mal; puede dar algtin golpe, pero nada comparable con los del leén; podemos nadar, pero tampoco coma el del- fins pero podemos hacer todas esas cosas y también tocar el piano, disparar un misil, sefialar a la luna, meternos en un barco para cruzar el océano sin saber adénde vamos, y tam- poco puede descartarse que un dia destruyamos el mundo, algo que bien seguro no podrén hacer los animales. Gracias a gue no estamos circunscritos a una sola tarea, los humanos podemos elegir entre cosas distintas, y hemos desarrollado estrategias y culturas que nos permiten habitar el desierto, reproducimos en el polo, Ese campo abierto de eleccidn tan amplio es una extraordinaria ventaja evolutiva. Por contrapartida, esta indefinicién conlleva una serie de responsabilidades. La principal es que tengo que elegir qué voy a hacer con mi vida, qué voy a aceptary qué voy a recha- zar. Tengo que escribir mi papel en la funcién dela vida. Ten- go que elegir lo que hago y justificar mi decisién; si quiero vivir humanamente y no como un animalito es bueno que sepa por qué creo que me vendrd mejor hacer una cosa y no otra. A veces la explicacién es bien sencilla; por ejemplo, si vivo en un octavo piso y quiero bajar a la calle puedo optar pormeterme en elascensor o tirarme porla ventana;a menos que viva en un entrestielo o que haya decidido acabar con mi vida, en un caso as{ tengo buenas razones para defender ante quien sea mi decisin de optar por el ascensor. Pero hay deci- siones més dificiles de tomary de justificar, y no puedo esca- bullirme, pues se trata de una serie de elecciones obligadas. El fil6sofo Jean-Paul Sartre lo dijo en el siglo pasado con una frase contundente: «Estamos condenados a la libertad». Es 8 decir, somos libres pero no disfrutamos de libertad para re- nunciar ala libertad. Estanecesidad de elegir es caracteristica del ser humano, y no podemos desdecirnos de ser humanos. Estamos destinados a inventar nuestro destino, sin segundas oportunidades. Por eso los hombres nos equivocamos y nos defraudamos, y cometemos atrocidades, pero también, gra- cias a eso, podemos transformar nuestra vida, inventar sus contenidos. ¥ reflexionar sobre esta naturaleza y buscar los motivos adecuados y las mejores explicaciones por las que hacemos una cosa en lugar de otra es parte de la tarea de la ética. La segunda raz6n es muy sencilla de entender. Los huma- nos somos una especie vulnerable, nos rompemos y mori- ‘mos, es muy facil hacemos dafios fisicos, morales y senti- mentales, no podemos hacer lo que se nos antoje con los de- més, debemos tener cuidado con ellos. La deliberacién ética se impone porque somos mortales. Si fuésemos inmortales podrfamos hacer lo que nos diese la gana. Los primeros cri tianos lefan y escuchaban escandalizados las historias prota- gonizadas por los dioses griegos. Ellas eran lascivas y arro- gantes, ellos eran unos tipos bravucones y feroces, y los dos sexos eran unos mentirosos que se entregaban a toda clase de perrerfas que nosotros condenarfamos como inmorales. Lo que no entendian estos primeros cristianos es que los dioses no eran inmorales, sino que estaban fuera dela moralidad. Si eres inmortal, como no te haces dafio, ni haces dafio a los otros porque son tan invulnerables como ti, para qué vas a tener miramientos;si todos fuéramos inmortales, podrfamos comportanos los unos con los otros como quisiéramos, como pasa en las leyendas de los dioses, que unos mueren y Juego resucitan y es como si todo pasase en una realidad vir- tual, como si firese de mentira, como siviéramos una pelicu- 19 la. En realidad los dioses no se matan ni se aman, sélo juegan amatarse y fingen el amor. Y, como bien sabéis, la vida humana no es asf, no es rever- sible, sigue una direcciény no podemos volver atrds. La nnes- tra es una vida irrepetible y frégil, vinica para cada uno de nosotros, protagonizada por seres vulnerables que cada mi- nuto estén en peligro de muerte. Amenazados no sdlo por la muerte fisica, sino también por otras muertes: la muerte so- cial, la muerte sentimental, la muerte de la salud, todo lo que se aleja y nos deja abandonados, todo lo que nos hiere y nos, deja tristes, solitarios, frustrados. Ese es el motivo por el que he dicho antes que debemos tener miramientos con nuestros conciudadanos. «Miramientos» es una palabra espafiola muy significati- va, que expresa muy bien la disposicién ética. Presupone que ‘vamos a mirar a los otros, que vamos a fijarnos en cémo son -y quénecesitan. Una de las caracteristicas zoolégicas que te- nemos los humanos es que somos capaces de leer en la cara delos demas. Muy pocas especies de animales son capaces de hacerlo, la mayoria no tienen expresign. Un tigre, por ejem- plo, arma una expresién feroz. cuando va a atacar, y cuando estd tranquilo pone otra cara, una queno dice nada. No tiene més rostros ni més expresiones. Los hombres y los monos superiores s{ podemos expresar con las facciones una canti- dad importante de emociones, de manera que podemos leer la mente de los otros gracias a as caras que ponen, interpre- tar si estén tristes, alegres, burlones, si desean o envidian 0 detestan... Lo comprendemos porque somos capaces de in- terpretarlas faccionesy ponernos enel lugar del otro, porque somos empiticos. Esta capacidad es la rafz del dicho que han adoptado tantas religiones y propuestas morales: «No le ha- gasa los demés lo que no quieres que te hagan a ti», 20 Se trata, ademés, de un lenguaje (el de los gestos) y una capacidad (Ja empatfa) universales. Alvar Nuifiez Cabeza de ‘Vaca, un personaje que vivi6 unas aventuras tremendas (des- cubrié el Misisipi, leg6a ser el chamén de una tribu, y cuan- do murié le enterraron con el mayor honor que uno puede imaginar: desviaron el lecho de un rio, le dieron sepulturay después volvieron a rectificar el caudal para restablecer el curso natural, de manera que las aguas resbalasen por enci- ma dela tumba), escribis un libro que selee como una novela de accién, que se titula Naufragios y comentarios, porque el hombre naufragaba cada dos por tres. En una de las historias que cuenta, siempre rodeados de una selva increible, él y un grupo de espafioles avanzan por los rpidos de un rfo con una balsa, muy precaria, de troncos atadosa toda prisa por miedo alas tribus canibales que supuestamente vivian en los mar- genes del rio, y cuya ferocidad habfan magnificado; navega- ban espantados. En un momento determinado, llegana unos rompientes, la balsa choca con unas rocas y se deshace; va- ‘mos, que naufragan como de costumbre. Dos o tres de ellos se ahogan alli mismo, y el resto llegan destrozados ala orilla, arrastréndose por la arena, y cuando se quedan allf tumba- dos, exhaustos, intentando recuperar el aliento, se abre la selva y aparecen los cantbales. Los ndufragos se miran entre dllos, estén tan agotados que ya todo les da lo mismo y se echan a llorar en Ja arena. Cuando Hevan asi un rato, Alvar levanta la mirada y ve que los canibales se han dispuesto en ‘un semicirculoa su alrededor, en cuclillas, les estan mirando, y también lloran. Este reconocimiento de la desgracia y del desamparo es propio del ser humano. Cuando decimos de alguien: «Es una persona muy humana» (lo que en principio es una bobada porque todos somos igual de humanos), significa que es sen- a sible ala vulnerabilidad de los demas, que no les trata como sifuesen de goma. La persona chumana» es la que cuando ve gue te sangra la rodilla se preocupay te advierte. No hace fal- ta que nos lo expliquen, entendemos el dolor y la fragilidad ajena porque todos somos vulnerables. Son los dioses inmor- taleslos que tendrian problemas para comprendernos, ése es el sentido de la leyenda de la encarnacion de Cris que se quiere volver humano para entender qué seres mortales y vulnerables. La libertad de eleccién y la vulnerabilidad de nuestra con- dicidn son las bases de la ética, y nos imponen unas obliga- ciones. La reflexién ética pretende ayudarnos a entender cémo podemos ayudarnos los unos a los otros a convivir me- jor, a disfrutar dela mejor vida posible. Y aunquenoexistaun cédigo, podemos acudir a unas ideas titiles y consolidadas, emplearlas como instrumentos que nos ayudena pensar qué clase de vida preferimos. ¥ como los problemas se renuevan, casi a diario, debemos reflexionar constantemente, la vida razonada no termina nunca, y duralo que dura la existencia. 22 Internet y realidad No estoy tan seguro de que Internet haya atrofiado nuestra sen- sibilidad. Si ta ves a un nifio muriéndose delante de ti, sigues sintiéndote conmovido, estableces un vinculo afectivo con él, no quieres que le pase nada malo, quieres que viva. No creo que los seres humanos nos hayamos vuelto de piedra antelarealidad cuando la tenemos delante, Bl problema es que ahora tenemos que clegir entre una realidad virtual y una realidad presente y, muchas veces, la realidad virtual, que también es realidad por- queesté ocurriendo en algiinsitiodeterminado, perolejano, nos vaacostumbrando a ver la realidad como un espectéculo. Estamos tan habituadosaesa distancia que si estés en casa y oyes gritar a una mujer, la mayoria de las veces vas a pensar que se trata de la televisidn o de la radio. Durante mucho tiempo si alguien escuchaba un grito en casa sabia que slo podia tratarse de un vecino, Al sentir el mundo como un es- pectéculo algunas cosas que antes nos parecerfanalarmantes oespeluznantes las confundimos ahora con una pelicula, con ‘un decorado, Entrela persona que pide ayuda y nosotros ima- ginamos una pantalla en medio. No es que los sentimientos se hayan entumecido y haya aumentado la frialdad, sino que seha vuelto mds complicado identificarlo quees real, distin- guirlo de lo virtual. dando un nifio estd experimentando una forma concreta de satisfaccién, de alegrfa. ¥ lo mismo sucede cuando estamos ‘en compaiifa de personas con las que nos sentimos a gusto, con as quenos divertimos, porque nos cuentan cosas intere- santes o nos hacen reit. ‘Ademds, sila felicidad fuese tener veinte millones en el banco, ya se sabria a estas alturas de la viday de a sociedad. Pero lo que todos sabemos es queno es asi, quela alegrfa vie- ne de las cosas concretas, y no de las abstractas. No hay que ser demagogo, claro: sino tienes dinero, se te puede amargar ldia yla vida, Pero tenemos a nuestro aleance un abanico de posibilidades de satisfaccidn que no dependen de si tienes mucho omuchisimo dinero en a cuenta corriente. Dependen de circunstancias, a veces azarosas, a veces ganadas a pulso, conquistas afectivas ¢ intelectuales, que mejoran tu calidad devida, A menudo pienso quela diferencia esencial entre una persona cultivada, 0 culta, y una persona inculta es que cuan- tomenos sabes, mds tienes que gastar para divertirte, Lo pue- des ver en las vacaciones: las personas menos cultivadas ne- cesitan més dinero porque cuando apenas sabes nada exes como esos Estados que tienen que importar todas las mate- rias primas, porque no producen nada. Mientras que las per- sonas cultivadas pueden pasear con provecho, conversar, ver museos, barajar recuerdos... van produciendo por sus pro- pios recursos momentos agradables que les salen prictica- mente gratis. 84 La libertad y la autenticidad El suefio de una autenticidad que no esté condicionada por nada, que uno puede it construyéndose a lo largo del tiempo, esun proyecto emocionante, muy seductor, pero imposible de conseguir. La propia vida no puede gobernarse de manera esponténea. Elerror es creer que ti partes de una espontanei- dad naturaly que luego la vas perdiendo, cuando esal contra- rio: la espontaneidad es una conquista posterior, algo que se alcanza cuando ya has construido una personalidad. Los psicélogos nos aseguran que cuando a una persona normal le dejas totalmente libre para hacer lo que quiera, lo primero que haté serd imitar a los otros. La idea de que las personas imitamos por obligacién, coaccionadas por la edu- cacién ola sociedad, es una ingenuidad. Cualquier persona lo que quiere es imitar, la eleccién principal que tiene el indivi- duo es elegira su modelo. Asi que unos imitan al triunfador, al futbolista, a la modelo... Los médicos a un buen médico, losescritores a un buen escritor... Parece imposible que exis- taalguien que no se sienta tentado de imitar a alguien. ‘Ademds, en cierta manera, la imitacién de modelos es casi una exigencia social, para poder preservarse. Un indi duo que no quisiera imitar a nadie seria ineducable, y no se podria vivir en una ciudad donde a cada uno se le ocurrieran, 85, cosas distintasa diario, donde cada dia quisiéramos una cosa distinta. No habrfa metros, ni restaurantes, ni servicios de limpieza, ni programas de televisién o radio. Serfa algo ingo- bernable. Perosilasociedad me dice lo que tengo que hacer, znunca serélibre? No debemos caer en el error de confundir la libertad con Ia omnipotencia. El ser humano es libre para decidir, perono puede hacer lo que quiera, nuestra libertad no viene acompa- fiada dela facultad de conseguir que todo lo que deseamos se cumpla. Ser libre significa que tienes la posibilidad de esco- ger entre distintas posibilidades, en decidirlo que quiero in- tentar entre el abanico de actividades propias de los huma- nos. Yo soy libre de decidirmea intentar subir el Everest, pero dado miestado fisico lo mds probable es que poco después de dar el primer paso ya me haya caido. Esta incapacidad mani- fiesta no merma para nada mi libertad. El problema es que tampoco podemos escoger lo que queremos. De- >pende de las circunstancias. Bso es verdad. El problema della libertad es quenos vemos empujados a escoger en unas circunstancias que no hemos clegido, Que nos vienen dadas por la cultura del pais donde hemos nacido, por el nivel econdmico y social de nuestra fa- milia, por las circunstancias de la época... Ninguno hemos clegido partir desde donde partimos, pero una vez hemos to- mado conciencia de udl es el juego de ircunstancias quenos rodean, podemos elegir. incluso podemos decidimnosa actuar para cambiar algunos de estos condicionantes. Y también es verdad que unas decisiones influyen sobre las siguientes: si 86 optamos por ir a cenar aun restaurante chino, somos libres de pedir los platos que queramos siempre que estén ena car- ta, Lo que no puedes es pedir paella. El ment estd impuesto, y tu eleccién esté limitada por la decisién previa (y libre) de sentarte a cenar en un chino, ‘Me gustarfa preguntarle por la relacién entre el individuo y la so- ciedad, equé pueden aportarse mutuamente? El individuo es un producto de la sociedad; més concre- tamente, es la sociedad urbana la que produce individuos. Las tribus amazénicas, por ejemplo, son mucho menos indi- vidualistas que las sociedades industrializadas. En las tribus todos tienen que repetir una serie de rituales, desempefian papeles que ya estan escritos: el curandero, el zapatero, las, ‘mujeres...;no hay vidas «diferentes», «novedosas»,notienen una nocién de individuo. La idea de un tipo que va diferen- cidndose del esto es relativamente moderna, Incluso en Gre- cia, al ciudadano que se sentfa demasiado superior, original odistinto selosometfa al ostracismo, que era una préctica un poco cruel. Todos los ciudadanos atenienses votaban con ‘unas conchas de ostras, una ostra por persona, habia blancas onegras;siel hombre perdia en la votacién se le expulsaba de lapolis, por considerar que habia escogido un camino dema- siado particular para una sociedad que le daba un gran valor al mantenimiento de unas semejanzas y unos parecidos que garantizasen que todos los ciudadanos tenfan algo en comin. Son as sociedades las que van favoreciendo el desarrollo dela individualidad. Una cosa cnrinsa de las peliculas que se rodaron en los afios cuarenta es que todos los hombres pare- cen ir vestidps igual. Las mujeres solfan vestir més variadas (aunque no tanto como ahora), pero los varones hace sesenta 87 afios parecian irde uniforme. Habfa cuatro prendasy dos co- lores para combinar,y asf es como iba vestido todo el mundo. Abora tenemos una variedad de indumentarias muchisimo mayor. A medida que las sociedades se han vuelto mds com. plejas, se han ido diversificando las tareasylosroles, y ahora €smuchisimo mas sencillo diferenciarse de los demas, Hoy en dia hay grupos sociales a los que puedes reconocer pot cémo se visten, y personas que tratan de definiry destacar st personalidad por las prendas que eligen, por el corte olos co- lores. ¥la ropa es solo un ejemplo de las posibilidades que tenemos hoy de singularizarnos. La sociedad apuesta por desarrollar individualidades Porque cree que asi terminard mejorando al conjunto, Los individuos ayudana la sociedad aportando cosas que nos be- neficianal resto, Ami me alegra que Mozart fuese una pers0- na tan distinta, y que la sociedad, en lugar de condenarlo al ostracismo o de reprimir su singular personalidad, favorecie- se el desarrollo de su talento, porque asf pudo escribir una musica dela que todavia nos beneficiamos, Adiade hoy, zqué pueden aportarme los individuos que forman el resto de a sociedad que nutra o enriquezed mi vida? Para empezar, tu humanidad. Todas las cosas que te per- miten vivir como un ser humanolas recibes delos otros, por- ue tt eres un ser simbdlico, eres una criatura que piensas con palabras, que hablas, que empleas un lenguaje yun idio- ‘ma para comunicarte queno has inventado ti, demancta que tupropia mente perteneceala sociedad, es la propia sociedad interiorizada, La sociedad también te ofrece reconocimiento. Por qué ‘queremos dinero? Primero porque hemos imitado el deseo de 88 tener dinero de los demés, y segundo para poder conseguir cosas que estén ena sociedad, y poder influis sobre otras per- sonas. Si mafiana te dijeran que te van a desterrar a una isla desierta y te preguntaran qué quieres llevarte... responderias que comida, bebida, unos libros, a Catherine Zeta-Jones, unas cuantas cosas utiles. peto seguro que no se te pasa por la cabeza llevarte dinero, ni siquiera un millén de euros. Incluso algo que deseamos tanto como el dinero, lo deseamos en la medida que podemos usarlo en la sociedad. ¥ es que el dinero es lo més social que podemos imaginar, fuera de la sociedad no sirve absolutamente para nada, no tiene ningtin interés, De alguna manera los individuos estamos buscando siempre reconocimiento y compafifa. 2Quién quisiera vivir rodeado de objetos caros y maravillosos sin ningtin sujeto a su alrededor? El mito del rey Midas trata de eso, era un hom- bre tan ambicioso que sélo deseaba oro, y cuando su deseo se volvié realidad quedé encerrado en la trampa de su propia ambicién. Como todo lo que tocaba se convertia en oro, al cabo de un tiempo tenfa més oro que nadie, pero ninguna persona duraba a su lado sin convertirse en metal. Lo que el mito cuenta no es real, no es un relato histérico, pero si es muy veraz, Creemos que podemos pasar sin los dems, nos hhalaga sentirnos independientes, pero todolo que contienen nuestros deseos, todas las aspiraciones que hacen quela vida valga la pena: el poder, la belleza, el dinero... lo queremos para influir sobre los dems, para impactarles, Si te quitan a os demas, con el tiempo, te dard igual ser pobre que ser feo. Lotinico que te puede interesar a ti mismo, con independen- cia de si estén alli otros ono, es la enfermedad, cualquier otra cosa te relaciona con tus vecinos y con tus conciudadanos. 89 ‘Me parece que no vivimos nuestravida, que vivimos unainspirada desde fuera Pero es que la distincién no es limpia, Nadie se alimenta sélo con lasideas que su cerebro produce, nuestra mente esté poblada de ideas ajenas, que vienen de tu familia, de tus ami- gos, delosescritores, delas personas que hablan en la radio y dela television, de tus rivales... Tu cabeza esta llena de cosas, que no provienen de ti, pero que haces tuyas, porque el cere- bro es una especie de mapa en marcha del mundo: contiene todolo que hemos visto, las palabras escritas o pronunciadas por los demas, las sensaciones, las impresiones... El mundo nos entra dentro chorros y después tenemos que organizar- Jo en un sentido o en otro, pero nuestra mente est formada por materiales que absorbemos de fuera. Por otro lado, ser nosotros mismos tampoco creas que es tan beneficioso para nuestra libertad como parece. $i a algo estamos forzados es a ser nosotros mismos, y, por tanto, es- tamos inclinados a desear de acuerdo con lo que somos. ‘Schopenhauer se preocupé de este problema: somos libres de desear lo que queramos, si, pero siempre desde un cardcter y tuna personalidad queno elegimos: los nuestros. No podemos escoger ser otro distinto a quienes somos, eso nos viene dado, impuesto. Sélo partiendo de esa libertad limitada podemos actuar libremente. Pero uno no elige elegir. Ya lo dijo Jean-Paul Sartre: «El hombre est condenado a la libertad», No se puede renunciar. Los animales no se plantean ese problema porque no son libres. Ahora se celebra el cincuenta aniversario de la muerte 90 deun humorista gallego, Julio Camba, que tiene un libro ma- xavilloso sobre cocina que se titula La casa de Laiculo, donde Camba explica, entre otras cosas, la historia del longueirén, un crustéceo de las playas de Galicia, El longueirén vive den- tro de un agujero en la arena, cuando sube la marea entra agua por el agujero y entonces el longueirén sale. Cuando la marea baja y la arena se seca, el longueirdn se queda dentro de su agujero, y no asoma, Para pescarlo se buscan los aguje- 10s, ¥ se les echa un poco de agua para que el longueirén sal- ga. Camba cuenta cdmo él se entretenia engafiando a los lon- gueirones, echando agua una y otra vez, para que saliesen y volviesen a entrar. Tanto los mareé que al final los bichos se equivocaban, como sifueran humanos. Porque eso es lo pro- pio de los humanos, entrar y salir continuamente, y no de ‘manera automitica, sino cuando queremos o nos parece. Por esonos equivocamos mucho mésamenudo quelos animales, porque somos libres de asomar la cabeza a voluntad. eLalibertad debe supeditarse alos intereses generalesde la sociedad? Si, y es légico queasf sea, Una cosa es que tengamos una buena disposicidn a respetar las diferentes elecciones que cada uno hace dentro de los margenes que cada uno tiene para decidir. Pero, por otra parte, quieras 0 no, para poder convivir en una sociedad que funcione hay muchos aspectos que no pueden estar sujetos a la originalidad de cada uno, a Jo quea cada uno see antoje en ese momento, Estamos acostumbrados a asociar la originalidad y lo es- pontdneo con las personas positivas y creadoras, esto es asi hasta cierto punto, pero sélo hasta cierto punto. Para com- probarlo basta con pensar en alguien que nos dijese: «Mire usted, amfla éspontaneidad me lleva a querer violar on cinco afios en cuanto las veo. A usted igual no le pasa, y por eso pretendemeterme preso antes dequeactiie, pero es porque no es usted tan original como yo, mi gusto por las nifias de cinco afios es algo que brota tan esponténeamente de mi ca- ricter como suatraccién hacia las mujeres mayores de edad», Hay momentos en los quela originalidad deja de ser un factor de creaciény de enriquecimiento para convertirse en un ger- men nocivo parala sociedad. En algunos paises nérdicos estén proliferando grupos que tienen un concepto dela religisn bastante sorprendente, Unos adoran no pagar impuestos y otros tienen como dogma no pagar nunca ni un euro de las cosas que te bajas de Inter- net, Han registrado estas creencias y aseguran que sinos opo- nemos estamos ofendiendo su «original» libertad religiosa. En casos asi hay que cortar de raiz con la tolerancia hacia la «espontaneidad», ienso que todos debemos estar dispuestos a ser toleran- tes en aquellos campos donde la eleccién es licita. Ti eres ve- getariano, no quieres comer came, bien, es una opci6n perfec- tamente licita, Se te pueden dar consejos nutricionales, los escuchards 0 no, pero no veo ningtin problema, Ahora bien, por mucho que te guste comer carne, no tienes libertad para darte un atracdn de carne humana, ni siquiera un bocado, Una sociedad funciona cuando se permite a cada indi duo ser él mismo y desarrollar su personalidad siempre que cumpla con aquello con Jo que tenemos que cumplir todos para que la sociedad no se colapse. Uno puede ser él mismo siempre que asuma que hay una serie de deberesy responsa- bilidades que son para todos, nos gusten mis o nos gusten menos. Sobre esta base compartida por todos los citudadanos cada uno puede ir construyendo una personalidad particular. 92 dalibertad nos hace mds felices? En ftica para Amador citaba una anécdota de don Manuel Azafia que viene al caso. Cuando le preguntaban lo mismo que ahora te preocupa a ti, sila libertad hace més felices alos hombres, les respondia: «Yo sé que los hace més hombres». No es que al ser libres seamos mAs felices, es que nos volve- mos mds humanos. Hay peliculas donde se ve a un soldado que comete una atrocidad, incluso durante el combate, y después se siente menos humano. Es queun hombre que acta de manera salvaje pierde su esencia? Bueno, nosotros no tenemos otro remedio que ser huma- nos. Somos humanos como los geranios son geranios, claro. Pero cuando decimos que alguien es humano no nos referi- ‘mos sdlo a que pertenece a una especie natural, también nos estamos refiriendo a un ideal, algo que nos proponemos como meta. ¥ ese ideal consiste en que el resto de los huma- nos nos reconozcan como miembros de su grupo. En Mac- beth, Shakespeare imagina una escena donde lady Macbeth, estd tratando de convencer a su marido para que suba al piso de arriba, donde el rey Duncan, su huésped, duerme plicida- mente. Lady Macbeth le dice que ha llegado el momento que esperaban, quesubay lo mate,asfle proclamarén despuésrey aA (yreinaaella). Y Macbeth le responde que Duncan no es, sélo su rey, es también un anciano que ha confiado en él, y que ahora duerme bajo su proteccion y su techo. Macbeth no sabe siserd capaz de hundirle un puifal en la carne, tienemie- do de que en el momento de la verdad el viejo abra los ojos y Jos clave en él, tiene miedo de que las dos humanidades que- den confrontadas en el momento del asesinato. Lady Mac- 93. beth le reprocha que un soldado como él, que ha participado en tantas guerras y ha matado a tantas personas, tenga ahora miedo de un anciano indefenso que duerme en una cama. Y Macbeth responde algo muy sagaz: «Yo me atrevo alo que se atreva un hombre; quien se atreva a més, ya no serd un hom- bre». Pues ésa es la idea: existe un limite que no nos atreve- ‘mosa sobrepasar por miedo de salimnos de la humanidad, por miedo a cruzar el limite mds allé del cual ya no se nos reco- nozea como parte del colectivo. Macbeth cuenta la historia de suna persona que empujada por la ambicién termina salién- dose deo humano y convirtiéndose por sus obras en un ene- migo de si mismo. Ese es el peligro. 94 Sobre la belleza La belleza es un don, evidentemente, y es un don que todos podemos admirar porque las personas, los objetos y los pai- sajes hermosos embellecen el mundo, y tienen algo de ideal, de inalcanzable. Por eso un gran poeta francés decfa: «La be- Meza es lo que nos desesperan, Pero es verdad que, deun tiempoaesta parte, la belleza se haconvertido en una especie de obligacién. Y, ademas, se tra- ta de una belleza dictada por un canon determinado, de ma- nera que ya no es algo que enriquezca el mundo, sino que lo empobrece. Se crean presiones para alcanzarlo que provocan situaciones como la anorexia, y la exclusién de grupos de edad o de personas con determinado aspecto; individuos ta- lentosos 0 con méritos en otros drdenes pueden pasarse la vida suftiendo porque su cara y su cuerpo no se adaptan al canon, Lo monstruoso no es lo que se queda fuera de la cate- goria de belleza, sino la idea misma de belleza como uma im- posicién externa y que puede convertirse en una tortura. Elmiedo a envejecer ya perder la salud y la belleza no es nuevo, se ha dado siempre, hay cientos de relatos y novelas sobre ese asunto, Lo que sf parece un fenémeno nuevo es que ennuestra época no existe un modelo positivo para las perso- nas mayores. Los viejos tenemos que fingir que somos jéve- 95

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