Вы находитесь на странице: 1из 1

A una dama que iba cubierta

El corazn se me fue
donde vuestro vulto vi,
e luego vos conoc
al punto que vos mir;
que no pudo facer tanto,
por mucho que vos cubriese
aquel vuestro negro manto,
que no vos reconosciese.
Que debajo se mostraba
vuestra gracia y gentil aire,
y el cubrir con buen donaire
todo lo manifestaba;
as que con mis enojos
e muy grande turbacin
all se fueron mis ojos
do tena el corazn.
Gmez Manrique

Вам также может понравиться