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0 , 323.730. 110 Fess 280 ae toe) UNIVERSIDAD DE SEVILLA FACULTAD DE BELLAS ARTES STA. ISABEL DE HUNGRLA TV ELLA EVOLUCION DEL SIGNO GRAFICO EN LA CULTURA MEDITERRANEA Tes1s DOCTORAL Juan MANUEL GONZALEZ CALDERON \_ | un) Sevilla 1.995 \ INDICE VISION GENERAL Introducci6n El Paleolttico El Mesolitico El Neolitico La Edad del Bronce en Europa La Edad del Hierro en Europa PRIMERAS CIVILIZACIONES Egipto Mesopotamia ANTIGUEDAD Creta Grecia Etapas Histéricas La Peninsula Ibérica Roma EDAD MEDIA Bizancio El Islam Alta Edad Media (antecedentes del Romdnico).. Romdnico Gético HISTORICA SRS e nee rey oe 22 ee rey 31 ate eeeenees seeeeee 36 Sena eee eee eee eeee 38 seeeeee 38 tee e cetacean eeee 47 erry 54 sevens 64 Peterlee telett tele rere 71 soeeeeeee 76 +. 101 EDAD MODERNA Renacimiento Barroco Neoclésico saa e eset seen eee 150 Arte Moderno (del siglo XIX al siglo XX)...... 159 EL siglo XX hea eee sevecees 167 El Arte después de la Segunda Guerra Mundial.. 185 NEXO Y EVOLUCION DE LOS SIGNOS 196 EL MEDITERRANEO COMO NEXO ENTRE LAS CULTURAS 197 LOS PUEBLOS DEL NORTE Y CENTRO EUROPA ..... 209 LA PREHISTORIA DEL SIGNO GRAFICO 213 LAS CIVILIZACIONES DE LOS GRANDES RfOS 222 MESOPOTAMIA = 2 eee O06 225 DESDE ORIENTE A OCCIDENTE: EGIPTO........ 237 LA CERAMICA, SOPORTE DE SIGNOS ............ 252 LA EVOLUCION DE LA ESCRITURA: UN SIGNO PARA LA COMUNICACION ...........6- 269 EL DIBUJO COMO ESENCIA DEL SIGNO GRAFICO 288 ICONOGRAFLA Y SIMBOLOGEA = ...... eee eee ee eee 331 EL HECHO Y EL GESTO ARTESTICO ............. 344 CONCLUSIONES Bee EE eee eee 349 BIBLIOGRAFIA VISION GENERAL HISTORICA VISION GENERAL HISTORICA INTRODUCCION Paradéjicamente, el arte prehistérico se ofrece al siglo XX como un arte lleno de modernidad. Las for- mas rotundas de su arquitectura, que han permanecido en virtud de su colosalismo y de su solidez pétrea; la si plicidad y la abstraccién de su escultura o el expre- sionismo de su pintura tienen vigencia hoy por hoy. Fue el més dilatado pertodo de la vida del hom- bre sobre la tierra y una constante superacién de difi- cultades; un continuo avance hacia nuevas conquistas que no permitirtan una mirada hacia atrés, ya que un retor- no en este deambular histérico hubiera resultado mortal. Tendremos pues ante nosotros, posiblemente, la més lenta evolucién del hombre, que no por ello dejarta de ofrecernos riquisimas muestras art{sticas comparables a cualquier perfodo de 1a historia. El arte prehistérico ha sido practicamente ignorado hasta el siglo pasado. Siendo en 1.836 donde un grupo de arqueélogos daneses establecertan la clasifica- ci6n general de la prehistoria que adn utilizamos hoy en dia: - Edad de Piedra. - Edad de Bronce. - Edad del Hierro. No obstante, con la aparicién del método de and- lisis del carbono 14, potasio-argén, torio, proactinio- torio, proactinio, uranio, paleotemperaturas, paleomag- netismo, etc..., Llamados métodos de la cronologta abso- luta, a partir de 1.950 se puede intentar ya una visién més fidedigna y mas de conjunto de la evolucién de la Humanidad, especialmente en nuestro continente. La arquitectura seria la més tardia de las artes prehistéricas. No haria su aparicién hasta que el hom- bre, abandonando el drbol y la cueva, aprenda a vivir en chozas y palafitos, primeras viviendas como tales de las que poseemos escasos restos: terramari italianos , o sus equivalentes entre pueblos primitivos actuales. Ya entonces el hombre pensé que la casa no era suficiente para albergar a su espiritu y que precisarta un monumento como arquitectura de la mente, y la tumba como arquitectura de la muerte. Por toda Europa, y nos inaginanes que con gran- des esfuerzos, se hincartan enormes monolitos, de hasta veinte metros de altura, en un intento de perpetuar su memoria invocando ignoradas divinidades y oscuras magias. La practica del culto solar se aprecia en las disposiciones lineales o circulares de estos monolitos, llamados entonces menhires y cromlech, como en Stonehenge. la arquitectura mortuoria se ha perpetuado en délmenes o en simples estructuras porticadas (dos pie- dras verticales y una horizontal). En la escultura, el artista prehistérico invoca las ocultas fuerzas rectoras de la fecundidad (tanto animal como vegetal) y de la caza. Las pequefas “venus” esteatoptgicas de Willendorf, Savignano, Lespugue, Laussel... son como pétreas oraciones intimas, secretas e inconfesables. En cambio en las representaciones animal{sti- cas el realismo seria patente. El hombre prehist6rico observara pacientemente el movimiento de los animales y los reproduciré sobre guijarros cuyas formas y voltme- nes se asemejardn a los mismos (mamut de Predmost, Moravia), también sobre masas arcillosas (Tuc d*Audoubert, Ariége), en la penumbra de las arenas (Cap Blanc, Dordogne). En la pintura sucederd otro tanto, y mientras en la escuela cantébrica (Altamira, Puente Viesgo, etc.) los frescos reproducen en vivos colores las figuras de los animales cuya caza se trataba de propiciar, en la escuela levantina espafiola (Cogull, Pinateda, Morella) o en la norte africana de Tassili, aparece el hombre sélo en esquema, como en un simbolo matematico fruto de su superior inteligencia y generalmente en tonos monécro- mos. El descubrimiento de los metales y de la cerd- mica abrird un amplio campo a las artes utilitarias, limitadas en un principio a los silex del Paleolitico, © a las pulidas piedras, hachas, cuchillos y puntas de flecha del Neolftico. EL PALEOLiTICO Como ya hemos visto en la introduccién, la pri- mera de las etapas de 1a historia sera la Edad de Piedra, y dentro de ella observaremos: el Paleolftico, el Mesolitico y el Neolitico. El Paleolitico sera lo que consideremos la fase de hominizacién hasta la aparicién del hombre (homo sapiens). Si bien el pertodo Paleolttico se desarrolla aproximadamente durante 4 millones de afios, la divisién: - Paleolitico Inferior ( 4.000.000 - 100.000 a. de C. aprox.) - Paleolitico Medio ( 100.000 - 35.000 a. de C. aprox.) - Paleolitico Superior ( 35.000 - 9.000 a de C. aprox.) se puede estructurar en funcién de la manipulaci6n del silex con arreglo a las técnicas de nicleo o lascas, que determinardn distintos ordenamientos. Correspondiente al PALEOLITICO INFERIOR tendrt- amos: a) Otiles de piedra sin labrar. - Cultura de los guijarros o Pebble Culture. b) tiles elaborados a partir de un naicleo, en su mayoria bifaces y de forma amig- daloide. - Cultura Abbevilense. - Cultura Achelense. c) Otiles obtenidos con herramientas de percusién: lascas. - Cultura Clactoniense. ~ Cultura Levaloisiense. - Cultura Tayaciense. Correspondiente al PALEOLITICO MEDIO tendrta- mos: d) Técnicas de ndcleo y lascas. - Cultura Musteriense. e) Utiles obtenidos por trabajo de lascas. - Cultura Perigordiense Inferior (Industria de hoja). Y ya en el PALEOLETICO SUPERIOR nos encontrare- mos con: f) Industrias del hueso y el perfecciona- miento de los dtiles de lascas y ndcleo. - Cultura Aurifiaciense. - Cultura Gravetiense o Perigordiense Superior. - Cultura Protomagdaleniense. - Cultura Solutrense. ~ Cultura Magdaleniense. Observaremos pues, como el hombre desde su “apa- ricién" como Homo habilis, capaz de manejar utensilios, hasta la culminacién del proceso de hominizacién, ha seguido un lento proceso. Casi 4 millones de afios para pasar de una capacidad craneana de 650-780 cc. a una de 1.350-1.723cc. del hombre de Neanderthal, situado en el Paleol{tico Medio. Y, a partir de aqui, una aceleracién de todo el proceso. £1 hombre de Neanderthal logra sobrevivir hasta el 40.000 - 35.000 aprox., y es enton- ces cuando aparece el homo sapiens. Hoy sabemos que coinciden en el tiempo, pero gqué ocurrié para que en 10.000 afios aproximadamente desapareciera el hombre de Neanderthal? . En él existfa un sentimiento protorreligioso: rendia culto a los crdneos y enterraba a sus muertos en sepulturas ovales en el interior de sus moradas. Sabta trabajar las pieles, emplea la madera ademas de la pie- dra, dando como fruto una mayor variedad en su utilla- je: raederas, puntas denticuladas, utiles con escotadu- ras, cuchillos, etc... Y ademés, se encontraban disper- sos por toda Europa y parte de Africa y Asia. Cada vez cobra més fuerza la teorfa de una nueva oleada de hombres venidos de Africa que, dotados de una mayor tecnologia y mayor capacidad craneal, lograron imponerse al hombre de Neanderthal. En diez mil afos, los neanderthales desaparece- rfan de la Tierra dejando paso a una nueva raza, con un esqueleto peor acondicionado para la caza y el frio de la Gltima glaciacién1 que amenazaba a Europa, pero mejor capacitados para obtener recursos y sobrevivir, gracias a un mejor aprovechamiento de la caza o de la pesca. "Es este perfodo de tiempo el que echa por tie - rra la vieja teorta de la evolucién de los neandertha - les hacia «hombres modernos». Diez mil afios , son un corto perfodo para una evolucién tan grande". (Bermidez de Castro, entrevista para EL MUNDO, domingo 25 de abril de 1.993). Mientras los hombres de Neanderthal golpeaban el silex para obtener punzones, los hombres modernos ela- boraban puntas de flechas con astas de ciervos o marfil, coctan sus alimentos, desarrollaban lanzadores para sus flechas, capaces de arrojar sus lanzas al doble de dis- tancia, construtan redes o eran capaces de viajar cien- tos de kilémetros para comerciar con otros grupos, ade- més de desarrollar un arte creciente con la aparicién de objetos de adorno (también de hueso) y el surgimiento de un arte figurativo, tanto parietal (pinturas y gra- bados sobre roca) como mobiliar Cestatuillas). Arte que culminarta en la cultura magdaleniense (15.000 - 9.000 aprox.), la més brillante y perfecta de todo el Paleolitico, y desarrollada en la zona pirendi- ca franco-cantdébrica. Todo ello en una época en la que, como se ha demostrado, las dos razas llegaron a convivir en un mismo tiempo. Los neanderthales desaparecieron, répida- mente, absorbidos por un hombre superior, que ha cam- biado poco en estos Gltimos 20.000 afios. Subordinado en principio a las manifestaciones anteriores, produjo gran cantidad de objetos de arte mobiliar. A diferencia del aurifaciense donde, por ejem- plo, los objetos rituales no poseen decoracién alguna, el magadaleniense los convertira en instrumentos porta- dores de significados simbélicos. Ademés del cardécter abstracto que posefan muchas de sus representaciones, cabe destacar la importancia que el magdaleniense daré a las cabezas, en especial a las de caballo, cuyo tratamiento es sin duda correspon- diente a una actitud ritual. En la pintura de magdaleniense hay dominio abso- luto del contorno; la expresién queda reducida a lo esencial, la impresién de movimiento y animacién que dan las pinturas de Lascaux y Altamira’? sugieren una gran libertad artistica. Y no s6lo se usard el rojo, como color de mayor contenido simbélico por su relacién 4 con la sangre, y por lo tanto con la vida, sino que tam- bién se usarfan el pardo, el ocre y un 6xido de manga- neso azul-negro. oT Fig.1: GRAW CIERVA. Pintura pol{croma (2.20 a). Techo de 1a Sala Grande. Altamira (Santonder) au a é ree Fig. 2: SEGUNDO “CABALLO CHINO. Pintura pol{crosa (1.49 m.). “Divert{culo”, pared de la derecha. Lascaux (Dordogne), Francia. EL MESOLITICO (11.000-8.000 aprox.) Es, a la vez, el conjunto de culturas postgla- ciares que preceden al Neol{tico (Culturas Epipaleoliticas) y el conjunto de culturas intermedias entre Paleolitico y Neolitico. En esta etapa vamos a observar como los cambios climéticos que se producirén al final de la altima gla- ciacién van a obligar a una serie de reajustes cultura- les debido al clima cada vez més cdlido, y a un medio ambiente vegetal y animal que cambiarta al mismo tiem- po. Estos cambios serian més radicales en la Europa Béltica debido a la retirada del casquete glaciar, y mucho més suave en la Europa Mediterrénea y Préximo Oriente, donde el Epipaleolitico seré la continuacién, generada la mayorta de las veces de las industrias y formas de vida del Paleolitico Superior, adaptadas a la nueva situacién. Basicamente, la economia de las colectividades no varta, el principal recurso alimenticio seguirta cen- trado en la caza, la pesca y la recoleccién. Y sélo en el Préximo Oriente aparecerén grupos eeraees de sembrar, cosechar y criar, iniciando de este modo un proceso de sedentarizacién, atestiguado por los campamentos mas o menos estables del tipo de Karim Sahir y Zawi Chemi (Shanidar) en la regién iraqut. Del mismo modo estas culturas epipaleoliticas presentarén un rasgo comin como lo serd la utilizacién de microlitos ( pequefios objetos de piedra que raras veces alcanzan los dos centimetros y medio). A lo largo de estos cambios climéticos que sufrieron estas sociedades, la adaptacién a las nuevas formas de vida haré que a finales de este pertodo los habitat fueran costeros, estando probada la caza de mantferos marinos y la pesca intensiva. En Dinamarca apareceré la cerémica, ast como el conocimiento de 1a ganaderta, agricultura... e indicios que determinarén el impacto cultural de los colonos agricolas del sur sobre los mesol{ticos europeos del norte. Sin embargo también asistiremos a un curioso paralelismo entre las pinturas epipaleoliticas del Mediterraneo espafiol y las pinturas rupestre del Africa 1 Austral, que perduran hasta nuestros dias por arte de los bosquimanos.* Atendiendo a su estilo, las composiciones son movidas, agitadas, las figuras aparecen corriendo con las piernas completamente abiertas en ocasiones, todo en ellas es tensién y movimiento hasta el punto que la denominacién de “arte impresionista" se les ha venido aplicando desde su descubrimiento. As{ mismo, también es posible pensar en unas formas de vida semejantes en nuestra peninsula y en al Africa Austral en un momento determinado de las pobla- ciones de ambas regiones. Pero el mayor problema en este estudio estriba en buscar a través de Africa, ya sea en el Norte, ya se en el arte parietal del Séhara, el enla- ce que pudiera indicarnos un trasvase de poblaciones 0 ideas artisticas de un extremo a otro. G cae aN Pd Fig. 3: A, B, C y Dz Figuras norteafriconas. E, F y G: Figuros del Levante espanol. EL NEOLITICO (8.000-3.000 aprox.) En el Neolitico se va a originar una auténtica revolucién en la conducta humana. Al término del Cuaternario y debido a la serie de cambios climaticos que se han ido sucediendo, se produciré un cambio en las relaciones entre el hombre y los animales y los anima- les y las plantas. Es decir, el hombre va a tener la capacidad de seleccién y domesticacién de los animales y también 1a seleccién de los vegetales mas rentables. Todo esto, se traduciré en un répido progreso econémico y en importantes cambios tecnolégicos. La economia de produccién que va a tener lugar originaré 1a fase de sedentarizacién que caracterizaré a la Gltima cultura neolitica, frente a los pequefios gru- pos de cazadores némadas obligados a continuos despla- zamientos en busca de nuevos cazaderos. Vamos a asistir por tanto a una de las mayores revoluciones en la historia del hombre: la revolucién agricola. Al igual que en el Paleol{tico, del Neol{tico nos quedan los restos menos perecederos de esta cultu- ra, lo que no significa que sean los mas representati- vos. Sin embargo, este material nos va a permitir tan s6lo una aproximacién muy limitada a lo que pudieron ser las sociedades prehistéricas. Asistiremos al desarrollo de un material, comdn a todas las culturas, 1a cerdmica’*, y en especial a su caracteristica esencial: la creacién del vacto. Y lo que diferenciaré a las diferentes culturas serd el trata- miento dado tanto al material, a su forma, a su decora- cién y a los distintos procesos de mejora en su coccién. Si queremos hacernos una idea clara de lo que ha sido el Neolitico, seria importante establecer las dis- tintas fases en las que se compondré: a) Neolitizacién precerémica del Préximo Oriente (8.000 - 7.000). b) Neol{tico antiguo (7.000 aprox. en el Mediterrdneo, desde Dalmacia hasta Portugal). €) Neolitico medio (5.000 aprox., localizado en Europa Central, Canal de la Mancha y Mar del Norte, y en el Mediterrdneo Occidental). d) Neolitico reciente (4.000 aprox., iniciado en 23 los Balcanes y con una fase posterior en el 3.000 aprox. en Europa Occidental). Las avanzadas de agricultores y ganaderos desde el Préximo Oriente a través de Grecia, van a ir infil- tréndose de forma pactfica por toda Europa, asenténdose en las mejores dreas para cultivos. Cuando estas sociedades llegan a Europa se nos aparecen formadas ya desde sus or{genes, con sus méto- dos de construcci6n, sus formas de vida, su equipo téc- nico e industrial y sus creencias religiosas bien fun- damentados . As{ tenemos del VII milenio las primeras cons- trucciones cuadradas, rectangulares y circulares, halla- das en el Préximo Oriente (Jeric6), las cuales a veces iban provistas de silos. Pero seré sobre todo en Catal Héyuk (VI milenio) donde los avances neoliticos se manifiesten con mas fuerza: construcciones de adobe, primeras pinturas mura- les y bajorrelieves en las casas, aparicién de la alfa- reria, sepulturas bajo el suelo de las casas, con esca- so ajuar funerario... 24 Sin enbargo, es indudable que el medio ambiente en que van a moverse en Europa no seré del todo seme- jante al del Préximo Oriente. As{, al irse introducien- do en la Europa templada y himeda de las zonas centra- les y septentrionales, se verén obligados a ir adecuan- do su economia rural, propia de climas célidos y secos, a las nuevas condiciones que el medio ambiente les impo- ne. Esto nos hace pensar que las zonas marginales y periféricas tardaron mucho més en adoptar el complejo Neol{tico que las regiones situadas a lo largo de las vias naturales de penetracién. De este modo podemos observar cémo en el Neolitico Europeo (Balcanes) aparecen construcciones rectangulares del tipo megaron, con estancia central y vest{bulo, pero predominard la habitacién en cuevas, sobre todo en la zona occidental. Y dentro de las prdc- ticas funerarias se efectuard la inhumacién en fosas alejadas del poblado. Dandose a veces enterramientos con losas, como en la cultura de los sepulcros de fosa en Catalufia, o con alineaciones circulares de piedra, entre otras manifestaciones. A las précticas funerarias iré unida, en un principio, la escultura neol{tica: cabezas modeladas en barro, con moluscos y conchas en los ojos (zona de Jericé). También al Neol{tico Antiguo pertenecen las figurillas femeninas talladas en mérmol de la zona de Tell es-Sawwan y el grupo de diosas madres de Catal Hoyuk y de Hacilar. En el Préximo Oriente y en la Europa Sudoriental destacarén representaciones antropomorfas y zoomorfas, caracteristicas que se repetirdn en las mani- festaciones pictéricas del Levante espafol' y del norte de Africa (Hoggar, Tassili, Fezzén)’. La preocupacién por conseguir la sensacién de profundidad es una de las aportaciones mas representativas del primero destacando las cacerfas de ciervos (Barranco de Valltorta), luchas de guerreros (conjunto de Morella la Vella, Gasulla)*, escenas rituales (Cogull)... Més adelante y con la aparicién de los primeros objetos de cobre, estaremos ante la etapa de transicién entre el Neolitico y la Edad del Bronce: el Calcolitico. 26 Fig. 4: VASIJA BICONICA PIRTADA.Tipo Tripolje, hallada en Ucrania. Dibujo a partir el original. IV ailenio Oxford, Ashmolean Museu. Fig. S: VASIJA PINTADA.Cerémice omaliense. Cuenca de Parts. Fig. 6: ESCENA DE CAZA. Pintura sobre la roca (reproduccién de A. Bregante). Els Cavalls, Valltorta (Castellén). 28 Fig. 7: AGRUPAMIENTO DE RESES JUNTO A LOS COBERTIZOS. Pintura parietal de Tassili. Estilo de los “pastores bévidos”. Par{s, Museo del Hosbre. Ls LA EDAD DEL BRONCE EN EUROPA Si en Europa, la Edad del Bronce, se sitéa entre el 1.700 y el 800 a. de C. aprox., las mas antiguas cul- turas metaldrgicas se forman en Oriente Medio: la del Cobre hacia el IV milenio y 1a del Bronce en Mesopotamia a partir del 2.500. Desde alli penetrardn en el Céucaso y Anatolia, Egipto y en el Gmbito del Egeo y Creta. Convirtiéndose ésta Gltima en un importante centro de “irradiacién para las culturas de la Europa Occidental. Micenas pasaré a sustituir a Creta hacia la segunda mitad del II milenio, y pronto su influencia pasaré a dominar el Grea hingara, para més tarde exten- derse hacia territorio germénico y posiblemente también hacia Irlanda. Europa va a asistir a un aporte cultural desde Oriente en tres sentidos: 1) Desde Anatolia al suroeste europeo (dmbito balcénico), tendré lugar 1a Primera Edad del Bronce, con la caracteristica cerémica monocroma de las cultu- ras de Baden (Hungria, Moravia, Bohemia, Austria y Silesia) y las de Liubliana-Krain y Vucedol. 31 Estas primeras culturas del Danubio influirdn también en las de Remedello y Rinaldone, en la pentnsu- la itdélica. 2) Desde 1a Pentnsula Ibérica, dos culturas neo- liticas: la almeriense y la argdrica, se expandirdn hacia el norte, dando lugar a la cultura del vaso cam- paniforme. Siendo ésta un primer intento de delineacién art{stica, conteniendo probablemente una simbologta pro- pia, relacionada con el culto a los muertos. 3) La cultura de los tdmulos desde Centro Europa, adoptard elementos de la cultura anatélica e influiré en la cultura del hacha de guerra, la cual difundird el conocimiento del bronce en el centro y occidente europeos. De este modo se observa cémo desde el 1.700 se formarén técnicas del bronce bien diferenciadas. Las zonas mineras de la Peninsula Ibérica, Islas Briténicas, Germania Central, Transilvania, los montes eslovacos y la zona alpina de Salzburgo y el Tirol, serén los principales centros de irradiacié6n. 32 A partir de aqui, progresarén tanto la industria como la artesania junto a la agricultura y la ganaderta, sentando las bases de una cultura y sociedad més com- plejas, de las que destacartan: a) Cultura de Aujentitz (comienzo de la Edad del Bronce). Abarcaré a Germania Central, Bohemia y Baja Austria, caracterizdndose por la "tumbas de principes", como el Tdmulo de Leubingen, con un importante ajuar de oro). Ademés, con esta cultura estaré muy relacionada la de Stranbing, en Baviera, y la de Adlerberg, en el Rhin Medio. b) Cultura de los Tdmulos (mediados de 1a Edad del Bronce). Comprenderé el Grea entre el Mosa, el Sena, los Alpes, el Older y la Baja Sajonia. Los enterramientos serén especialmente para la clase dirigente y se hardén en cistas de piedra, cubier- tas de tierra, formando un pequefio monticulo. A estas construcciones funerarias se las denominardn Tdmulos. 33 En esta cultura se establecerd una importante situacién a caballo entre el comercio del norte y el sur europeos. ©) Cultura de los campos de Urnas (hacia el 1.300). Los pueblos de los campos de urnas estén asen- tados bdsicamente en centro-europa y muestran ya una notable organizacién politica y un fuerte potencial gue- rrero, que utilizaré en su expansionismo. Su sociedad abandonard definitivamente la depen- dencia cultural de Oriente Medio y sentaré sus bases en la agricultura y al artesania. El afdn expansionista de estos pueblos implica- ré: - El fin de los centros micénicos y de la cul- tura mindica reciente de Creta. - El hundimiento del Imperio Hitita, debido a su penetracién por el Asia Menor., - Su presencia en Italia Septentrional y el Lacio. - La invasi6én de Egipto por los Pueblos del Mar y la de Palestina por los filisteos. 4) Area N6rdica. Relacionada con Grecia a tra- vés de 1a Cultura de los Campos de Urnas. Aqui los enterramientos serén también en tdmu- los y dedicardn un especial culto al Sol, como son los ejemplos de “Carro del Sol” de Trundholm; “Barcas del Sol” de oro; pinturas rupestres de barcos, discos sola- res e imégenes mitolégicas. LA EDAD DEL HIERRO EN EUROPA También conocida como Edad de Hallstatt, toma su nombre de una aldea cercana a la necrépolis en la regién de Salzkammergut, en los Alpes austrtacos. sta se data a partir del 800 y se caracteriza por la existencia de yacimientos de mineral de hierro y de fundiciones. La minerta y la metalurgia pondré en marcha una estructuraci6n social cada vez més compleja: Labradores, artesanos, comerciantes... No obstante, a pesar de que en el este y en la costa septentrional del Adridtico surge la principal cultura aristocrético-urba- na, en los restantes territorios seguirdn manteniéndose formas tardias de los campos de urnas. Caracteristicas de esta época serdn las espadas, al principio de bronce y més tarde de hierro, ademas de objetos de uso cotidiano como las fibulas (hebillas, imperdibles...) que sustituirtan a las agujas de la cul- tura de los campos de urnas. En las tumbas se hallarén numerosos objetos de ajuar y se encontrardn siempre cercanas a las residen- cias sefioriales fortificadas. Las formas de estos tému- los campaniformes serén de casa o granero e irdn deco- radas predominando las escenas de caza, jinetes y carros tirados por caballos. £1 apogeo de la Edad del Hierro viene dado por la cultura de la Téne (poblacién junto al lago Neuchatel, en Suiza) hacia el 450. Esta tendria influencia escita por medio de la cultura de Hallstatt, griega a través de Massilia y etrusca a través de la “Ruta de los Argonautas” por el Po. La civilizacién urbana de la Téne se difundira especialmente por los territorios que culturalmente habfan quedado més rezagados como Bohemia, las Islas Britanica y la Peninsula Ibérica. De este modo las cul- turas locales tendrén un marcado acento céltico, con ornamentos geométricos y en espiral (de la cultura de Hallstatt) y motivos curvilineos y rasgos etruscos y griegos derivados de 1a palma como motivo ( durante el pertodo de la Téne). 37 PRIMERAS CIVILIZACIONES EGIPTO El pueblo egipcio no dejé nunca de mirar a la muerte. Nos ha dejado el espectdculo sin precedentes, y sin repeticién, de una raza destinada durante ochenta siglos a suspender el movimiento universal. Creyé que las formas organizadas s6lo mortan en medio de una natu- raleza inmutable. No acept6 el mundo sensible més que lo que parecta durar. Persiguié 1a persistencia de la vida en sus cambios de aspecto, sus mutaciones. El hombre que morta entraba, segin él, en la vida verdadera. Ast podriamos resumir, en esencia, lo que seré la historia del pensamiento del hombre egipcio, y como parte de esta locura colectiva de més de 3.000 afios, nos encontraremos con su arte religioso y funerario. Pero, como su poema a la muerte vive, él tocard la sabiduria més alta. El artista salvard al filésofo. Los templos, montafias elevadas por la mano del hombre, sus propios secretos tallados en esfinge, en figuras silenciosas, excavadas en hipogeos laberinticos, formarén un rfo, una avenida viviente de tumbas. Las tumbas o mastabas, los santuarios, los hipo- geos, los sarcéfagos, las pirdmides, los templos fune- rarios, la Esfinge y los Colosos, forman un extenso documento, en el que el hombre de hoy atin investiga y descubre nuevas significaciones. Las artes figurativas ocuparén un lugar impor- tante, entre las manifestaciones del pueblo egipcio, debido a la fuerte tendencia a la decoracién del mismo. Tal vez la monotonia del paisaje desértico quiso ser compensada con la abundante y rica decoracién de la arquitectura o de muchos objetos y utensilios de la vida cotidiana. Sea como fuere, la pintura, el bajorrelieve y la escultura tendrén un notable desarrollo en todas las épocas. 39 LA PINTURA Durante el Imperio Antiguo (2.850-2.052 aprox.) ya quedarian fijadas las principales caracter{sticas de la pintura: - Uso de colores planos (blanco, negro, ocre, roji- zo, amarillo, azul y verde). Dibujos de contornos y formas con lineas de color oscuro. Ausencia de fondos. Figuras sin tratamiento de perspectiva, situa- das sobre una linea base. - Escasa composicién y frecuente dinamismo. Tematica referente a aspectos de la vida coti- diana. Representacién de dioses o escenas de culto. Ley de frontalidad para el tratamiento de la figura humana. Esta altima seria la caracteristica més defini- toria de la pintura por la cual las distintas partes del cuerpo humano son consideradas desde puntos de vista diferentes: cabeza, piernas y brazos de perfil y tronco de frente. Este modelo representativo no respondié a una incapacidad de pintores y escultores, sino al deseo de transmitir una idea, en lugar de una imagen. Lo que los artistas pretendian era representar la figura humana tal como se piensa o imagina, esto es, dando a cada parte del cuerpo la posicién que mejor la defina. Ast obser- vamos como esta concepcién estuvo fuertemente relaciona- da con las ideas religiosas. Segin las cuales una repre- sentacién del cuerpo humano podia actuar como sustitu- to, para el Ba y el Ka , del cuerpo real; por ello resul- t6 evidente que la representacién del cuerpo deberta hacerse de modo que cada una de sus partes quedara lo més fielmente representada. Si cada parte estaba més definida, el conjunto estarta Légicamente més definido. La utilidad de este modelo de representacién es lo que hizo olvidar que, en la realidad nunca se ve a persona alguna en posicién tan forzada e imposible. Una vez més el cardcter eminentemente practico de los egipcios se impuso a lo que otros podrtan consi- derar realidad objetiva. 41 EL RELIEVE Fue siempre bajorrelieve plano, con un realce de unos pocos centimetros, o hundido, lo que sobresale es el muro que hace de fondo. Sus caracter{sticas son muy similares a las de 1a pintura e incluso con frecuencia estuvieron pintados. Su momento de esplendor fue el Imperio Nuevo, debido a que las mejores muestras se encuentran deco- rando muros y columnas de los templos divinos cldsicos. En su elaboracién debié pesar la idea de que las figuras representadas en bajorrelieve eran mds diftcil- mente destruibles que las pintadas. Debido a que los escultores que los realizaron tuvieron en cuenta el tipo de luz que incidiria en ellos, alcanzan una notable belleza plastica, realzada por el juego de las sombras que en ellos se producen®. LA ESCULTURA En ella habria una continuidad estil{stica, pre- dominando la tendencia idealista, que se suavizarta durante e1.Imperio Nuevo. Serta més estética que la pintura y el relieve y los materiales que se usartan sertan de lo més varia- do; desde rocas de gran dureza como la diorita, la cuar- cita o el granito, hasta la madera y la caliza policro- mada. Las representaciones mas habituales fueron esculturas unitarias, aparecen también parejas (matrimo- niales) y trios (fara6n, esposa y un dios o faraén, con dos divinidades), pero ain en estos casos, nunca se tra- tarta de escenas, sino de dos o tres esculturas juntas, pero independientes entre si*. Durante el Imperio Nuevo serfa frecuente el colosalismo asociado a los templos, destacando las esculturas de los “Templos espeos de Ramsés II” y de Nefertari en el Valle de los Reyes de Abu Simbel. Destacaré también la pequefia estatuaria, mds naturalista, que formaba los ajuares funerarios (useb- tis) generalmente en madera o arcilla. 43 ne | i eae Fig. 16: TRIBU SEWETICA COW SUS PERTERENCIAS Caecrstao SupERIOR) ¥ sus Aconmaanres | ECIPCTOS CREGISTIO TAFERTOR) Taper Fig. 1: TREADA DE MIRERIHOS. El faraén, entre la diosa Hator y lo diosa del Perro Negro, 7° namo del Alto Egipto). Graumaca, piedra granttica (6 cx.). Teaplo de Wikerinos. Gizeh. Imperio Antiguo, IV dinast{a. El Cairo, Museo Egipcio. 45 Fig. 12: AKEWATON Y SU FANILIA OFRECTENDO UN SACRIFICIO AL DIOS SOLAR ATOM. Fragmento de relieve rehundide (50x105 ca). Inperio Nuevo, XVIII dinast{a. Tell @l-Amarna. El Cairo, Maiseo Egpcio. MESOPOTAMIA El arte mesopotémico evolucioné poco a lo largo de sus 3.000 afios de historia. Los sumerios plantearon una serie de modelos arquitecténicos y estéticos que perdurarian durante siglos. Hasta la llegada de los asi- rios no se producirta un cambio importante en la fina- lidad del arte y en sus concepciones art{sticas. Sumerios, acadios y babilonios consideraron al arte, fundamentalmente, al servicio de lo religioso; por esa razén, sus construcciones fueron templos y la escul- tura se ocupé de representar a reyes y a principes en actitudes de sumisién frente a los dioses. Los asirios, por el contrario, caracterizados por ser un pueblo guerrero y conquistador, dedicartan sus esfuerzos artisticos a otros fines. También cons- truirtan templos, pero sus palacios sertan més grandio- sos y sobre todo més lujosos. No obstante, es en las artes figurativas, sobre todo en el relieve, donde la plastica asiria muestra las mayores diferencias con las épocas anteriores, al asu- mir una funci6n de propaganda politica. Los reyes asi- 47 rios se harfan representar como grandes triunfadores, como valerosos héroes o como magnificos dominadores, destacando su naturalismo realista especialmente en las escenas de cacerta.. Pero la més importante aportacién cultural del mundo mesopotdmico fue la escritura. La aparicién de 1a misma se produjo en el dmbi- to de los sumerios, y los documentos, sobre tablillas de arcilla, més antiguos datan de finales del milenio IV a. de C.. La primera forma de escritura utilizada fue la pictogréfica. Se trataba de una forma simple de comuni- cacién que consistia en utilizar pequefios dibujos con simbolos indicadores de cantidades o de circunstancias facilmente transmitibles™. El trabajo de escritura se realizaba sobre pequefias superficies de arcilla alisada, sobre las que se “imprimtan” con diferentes formas geométricas a modo de troqueles, 0 con punzones, los signos o dibujos. Esta forma de trabajo se mantuvo aunque el tipo de escritura evolucioné con cierta rapidez hacia formas en las que a cada palabra correspondia un signo (escritura ideogrdfi- ca, idea =.dibujo). Sin embargo, la gran cantidad de signos que habia que utilizar se mostré como algo lleno de comple- jidad que derivarta en la escritura fonética, en la que los sonidos sildbicos se identifican con un signo o carécter. Este tipo serta adoptado por los acadios y el que desarrollarta en su lengua la llamada escritura cuneiforme, denominada asi por estar realizada con pun- zones que dejaban sobre la arcilla unas formas de cufa que, segin su posicién, cantidad y combinacién, indica- ban unos sonidos u otros. No obstante, no debemos olvidar que el relieve, si bien fue frecuente desde épocas tempranas, alcanza- r{a su méximo esplendor en la época astria. En la época sumerio-acadia (2.250 a. de C.) fue- ron frecuentes las plaquetas o estelas narrativas, entre las que destacan las estela de Naram-Sin®, que repre- senta el triunfo militar de un rey, o la estela de Sarg6n II, que narra en orden cronolégico los grandes momentos de este rey. En época Babilénica (1.728-1.686), la estela de Hammurabi nos muestra, en su parte superior, al rey con el dios Shamash y debajo de ellos y en texto cuneiforme aparecen grabados los 282 articulos del Cédigo de Hammurabi. Del perfodo asirio (883-612), la estela mas des- tacable es el llamado Obelisco del Salmanasar III, que también tiene un texto cuneiforme que narra los éxitos politicos del rey. Los relieves de esta ultima época se caracteri- zan por ser obras detallistas y minuciosas de notable naturalismo, que separan los asuntos divinos de los humanos. Por Gltimo, deben mencionarse, los sellos. Estos eran pequefios cilindros de 2 a 5 centimetros de didme- tro por 3 a 6 de alto, en los que se grababa un dibujo. Haciendo rodar el cilindro sobre arcilla se imprimia en ésta el positivo del dibujo en negativo que contenta el sello. Se utilizaria como firma de propiedad y los temas mas frecuentes eran animales o representaciones geomé- tricas; también los habria que representaban al duefio y @ un dios. Pero en general tenderian a formas simétri- cas. Este tipo de trabajo artistico consistente en grabar o tallar sobre piedra fina los cilindros-sellos recibe el nombre de gliptica™. rico tlenda muralla arado vehfeulo pala fhacha con mango flecha punta de lanza arco arma curva medida de capacidad tone! brasero erisol cintaro intaro con pitorro intaro con pitorro cintaro de asa recipiente doble copa cubilete tleno ‘esto con tapa tableta tira mortero con mano EA ii A i ee) fu —) ny ce q A 4 Vv io] ss 0 & 6 i S g G a i) a g 7 vs a Vv e 9 RLNg Sd ice} » % by & PAS A ad = if A y is q va 4 ‘ A _ Fig. 14: ESCRITURA PICTOGRAFICA.EJEMPLOS.. palmera datilera pimpano plantas de agua toro eabra montés perro eerdo gamura samo asno fanso cigiefia per cabera humana brazo ple plernas sexo femenino sexo masculino hombre estrella i comets 51 Fig. 15: ESTELA DE HARAH-SIN. Detalle. Gres (2 a.). Susa, 2* mitad del IIT wile io. Parts, Louvre. 52 ANTIGUEDAD No cabe duda que para adentrarnos en el mundo antiguo, lo primero que debemos hacer es una pequefia reflexién sobre el devenir de unos pueblos situados entre dos grandes “monstruos” como Egipto y Mesopotamia, que nos darén una prueba més de ese fluir de pueblos, poderes, guerras... que producirtan los grandes imperios en su afén de expansionismo. Sia partir de la mitad del II milenio, nos encontramos perfectamente asentado al Antiguo Reino Hitita, en una regi6n llamada Capadocia por los griegos, veremos cémo no dejaremos de asistir a un verdadero rosario de traspasos de poder. Constituido el Nuevo Reino Hitita, considerado Imperio, dominando prdcticamente todo el Asia Menor, sometiendo a vasallaje al Reino de Mitani, y a ciudades sirias tan importantes y tan bien situadas econémica- mente y estratégicamente como Ugarit, Halpa (Alepo) y Karkemish; no tardard en caer debido a la invasién, hacia el 1.200, de los llamados Pueblos del Mar. Y ast sucesivamente y a lo largo de los siglos observaremos como del Reino de Mitani, iremos al de Urartu (835-825 aprox.), al de Frigia (800) y al de Lidia (680 aprox.), hasta que este Gltimo se convierta en provincia persa en el 546 a. de C.. Y lo mismo ocurrira con Palestina, dividida en reinos-tribus debido a su cardcter némada, que desde la penetracién de las tribus semitas y su establecimiento junto a las tribus sedentarias cananeas hacia el 1.500 a. de C., s6lo tendrén con Tiro, capital de Fenicia, en el aho 1.000 aproximadamente, un verdadero auge de domi- nio comercial en el Mediterraneo, para poco después que- dar a merced de invasiones tanto procedentes de Egipto como de Mesopotamia, y terminar en el 587 bajo el domi- nio total de Persia en lo que se denomin6é la “Cautividad de Babilonia”. Iniciéndose entonces la diaspora (disper- si6n) judia, que ain hoy persiste. 55 9s Fig. Fig. 7: VASO CON PECES. Minoico Medio; IT milenio a. de JC. Terracota pintada; 8: (Derecha) JARRA CON PULPO “ESTILO DE PALACIO”. C. s.X¥ a. de JC. 0.50 . de alt. Candia, Creta, Museo. racota pintada. Candia, Creta, Museo. Fig. 19. RECIPIEWTE OVAL DECORADO COM DELFINES Y ARTELOPES. Procedente de Tera. Atenas, Museo Arqueolégico Hacional . 57 CRETA Distinto serd sin embargo el papel que desempe- fard Creta en la historia y principalmente en la del arte griego. Seré puente entre Grecia y Egipto, y debi- do a su situacién geogrdfica, estaré abierta a todas las influencias. La poblacién cretense del Bronce, serd cultural y €tnicamente heterogénea, debido probablemente a 1a invasién anatolia y presentaré rasgos afines a la pre- griega. Su cultura seré la que hoy conocemos como cre- tense o minoica, distinguiendo las siguientes fases: - Minoico Antiguo (2.700-2.000). - Minoico Medio (2.000-1.580). - Minoico Reciente (1.580-1.200). Si desde el Minoico Antiguo existta influencia egipcia, ésta poco a poco se ird afianzando mediante un activo intercambio cultural y comercial por via mariti- ma. Hacia el 1.425, los aqueos procedentes del Peloponeso, destruirdn el poder minoico, siendo susti- tuida Creta por Micenas répidamente como foco cultural. No obstante la influencia de Creta ain perdurarta duran- te mucho tiempo. La cerémica seria una de las producciones mas importantes de la isla desde el Minoico Antiguo, utili- zando una decoracién sencilla formada por lineas y ele- mentos geométricos que se verta enriquecida por la vitrificacién a la que se somettan las piezas. En el Minoico Medio la decoracién introducirta elementos vegetales y animales. Cabe destacar la cerd- mica de Kamarés, que presenta una estilizacién de line- as y de colores (curvas, hojas, plantas...), siendo pre- dominante durante el siglo XVIII a. de JC.” Ya en el Minoico Reciente y probablemente bajo la influencia de las pinturas murales de los palacios reconstruidos: vegetales, animales terrestres y marinos, la estilizacién dejarta paso al naturalismo. Un poco més tarde, en el siglo XV a. de JC. aprox., se volverta a una nueva estilizacién que se denominarta “estilo de palacio”, en la cual sobre un fondo amarillo claro se utilizarta pintura negra o marrén*. 59 Si bien hemos visto la importante relacién que Creta tuvo con Egipto, éste Gltimo se preocuparta fun- damentalmente de la minuciosidad del detalle para hacer grandes composiciones decorativas frente al dibujo dgil y dinémico del naturalismo cretense, que plasmarta peces, aves, plantas, etc... dotdndolos de protagonismo debido al tratamiento propio que a veces también tras- ladartan a los fondos*. De cualquier modo, Creta siempre se nos apare- ceré como una cultura no del todo conocida. gMuy avan- zada para su tiempo? Quizds. ;C6mo desaparece? Todavia existen teorfas contradictorias. Lo cierto es que seré pieza fundamental en el posterior desarrollo del mundo antiguo. GRECIA El hombre de la Hélade va a vivir en un pats en el que no necesitaré més que abrir los ojos para reco- nocer “la ley de la Naturaleza”, es decir, el arte que de ella brota inagotablemente. Las relaciones esenciales del hombre se inscri- birén solas en su espiritu, gracias a la nitidez de aquel paisaje, a la forma de organizarse las masas y las lfneas. Todos los aspectos tipicos del Universo se les ofrecerén con esa tierra penetrada por todas partes por el mar, el horizonte maritimo,las colinas que rodeaban los secos valles, los bosques, los laureles, los oli- vos,... que bordean los rios. La vida cerca del sol, activa pero sin exceso, serd simple. En Grecia surgird la filosofta, aparecerd 1a democracia, el teatro se inspirard en las pasiones huma- nas y los primeros historiadores narrardn las vicisitu- des de sus semejantes. Serd donde la belleza sea una proporcién a 1a medida del hombre y donde hasta los mis- mos dioses no sertan otra cosa que seres inmortales pero con los vicios y virtudes de los hombres mortales. 61 El desarrollo de lo que seré la civilizacién griega tuvo una larga etapa de formacién que transcu- rrird a lo largo de unos 2.000 afios y en la que parti- cipartan pueblos y culturas diferentes. Durante ese tiempo se fijartan algunos aspectos de la cultura pos- terior, y nacerta un tipo de escritura que debe consi- derarse como el antecedente de la griega. De entre los pueblos y culturas que se instala- rén hacia el sur de la Hélade o en las islas cercanas del Egeo se destacan: La cultura de las Cicladas, que se extendid por la islas de mismo nombre a lo largo del tercer mile- nio a. de JC., siendo la gran isla de Eubea, frente a las costas de Atica, su principal centro. La cultura cretense o minoica, radicada en Creta, alcanzé su época de mayor esplendor en la prime- ra mitad del segundo milenio a. de JC. y su importancia para la futura Grecia se deberd a que hacia el 1.495 a. de JC., la isla seré invadida por los micénicos que se dejarén influenciar por la superior cultura que allt encontrartan. 62

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