CAPITULO XII
‘rrajon
de Ios aotores debe obsorvarse
propiedad yuna cierta uniformidad en
ula uno en particular y entre todos
en general.
El traje del viejo ha de ser distinto del traje
del joven, el de un magnate ha de ser distinto
del de un esclavo, teniendo que observarse ¥ eo
nocorse por ellos eleardeter propio y distinto de
ceada personaje, En goneral el traje de los Jove
nies se ha distinguido en todos los paises y tiem=
pos del de los viejos, en ser de colores ins vie
os, de hechura mis graciosa y con adomos ands
vis elegantes.
Assi, pues, el traje de cada actor, después de ser
el griego, drabe, romano 6 do Ia nacidn que fix
fgura, debe ser propio al personaje que reprosen=
fa, esdecir, tan semejante como se pueda al mi
md traje que us6 6 que usaria aquel segrin st
edad, destino, ote
La uniformidad en eada uno en particular eon
c, como die Bastis, en aquella relacién que
hia de haber ¥ observarse entre todas las pren=
tlasde que usa tn actor, Asi, por ejemplo, un se
nator romano debe Hevar 1a tiinica con la lati-
Clavia, la toga y ol ealzado que distinguia & es~
jstrados de los otros y del comin del
pueblo; pues asi como seria extravagant que 4
tm actor que s@ prosentara en una comedia de
nto con pautalén, frague-y corbatin muy
apretado, le vidramos eon ps
‘0 apuntado, asi también seria ridiculo que
cn otto trae Hevara prendas que se usaron en tm.
siglo y prendas que se habjan usado en otro,
No basta para evitar estos defectos tener un
slmaedn de ropa Teno de vestidos de diferentes
earacteres y de diversas naciones; es preciso apli=
uso_de ellos eon oportuni~
‘lad y diseernimiento y siempre den modo que
prezean verosimiles ¥ no choquen a Ia propie~
iad teatral, Una imitacién demasiado servil se~
ria también en ciertos easos tan ridicule como
perjudicial al efecto del teatro. El verdadero tra
je de los antiguos griegos y romanos, el de los
turcos y mucho aés ain el de los antiguos ameri-
anos, dieeel citado autor, presentarian desu.
‘toces’ que lejos de ayndar al interés de la accion
‘con una ilusida feliz, perjudicariam el gusto y de-
Ticadeza de los espectailoms. En estos casos ex
carlos y saber hacefeuando debe hacorse alguna alteracién juieiosa
fen Ios aceosorios de Tos trajes; pero sin desta
jaméx la verosimilitud. Se necesita mucho di
Ceruimieuto y juicio para no sale del punto pres
iso en que deben conciliase las proporciones
teatrales con la verdul del traje yl efecto que
debe producir & los espectadores
‘Como por otra parte es imposible que ningun
actor reuna todos lo trajes que se ustron en os
diversos paises y tiempos en que s® supone pa
san las varias pibzas que debe representar, nos pc
rece que podria observarse en esto cierto métado
con el eual no seria preciso que eada uno de los
trajes Tues completo
A veers 1n pequeto aditamento 6 una Tigem
variaciin bastan para convertir una prenda de
una época 6 de im pueblo en otra propia de im
pueblo 6 epoca distinta. Asi, por ejemplo, 1a ins
fita 6 guarnicidn de los vasllos de las mujeres
* padieran ponerse 6 quitars, sgrin come
Viniere, para sorvir de tiniea grieza, romamdy
oriental, eto. de la misma manera que se ponen
se quitan charroteras, galones «i entonchados
en Jog uniformes moderns.
Después que reunan estas condiciones Ios trae
jes de los actoresatidndase al modo do vest #
hacer uso de ellos, 6 sea ul trapeo. Cada pueblo
ca siglo la tenilo sus trajs y al mismo tieme
po sus mancras particulates dé usarlos. Tan tie
=
slo 6 mas bien doscortés era_entre los roma
wus que wn sujeto de poca consideracién se pr
mntara delante dein magistrado 6 persona de
epeto con un eabo de toga arrollado xt ondean-
fe sabre el brazo, sogiin observamos todos los
‘omo entre
mpropiamente en. el teatro,
hhosottos entrar en una casa de eumplimiento en
czados con Ia capa 6 sin quitamos el sombrero.
TE actor que desee sobresalir en su elase debe
estudiar los trajos de las naciones y el trapeo 6
odmo se servian 6 hacian uso de ellos.
[Los que han aspirado ser grandes actores,
Bastis, hicieron de esta parte interesante
culo un estudio muy detenido, ¥ aun
hace mucho tiempo que Tos periddicos. nos
snrmciaron la venta de los cartones del eélebre
alma, en donde aquel gran trigico habia ido
recogiendo y dibujande los trajes de varios pace
hlos con unia indieacién del siglo & que pert
cian, continuando en algunos para su i
cin el color y materia de que eran hee
ni de ellos
raje debe usarso en general con cierta ele-
ancia, excepto en Tos casos en que otra cosa
ijan el eardeter 6 las pasiones del personaje,
omo, por ejemplo, euando ha de aparveer me=
laneslica y triste, en euyo caso debe aparecer
on el vestido abandonado, ete
Lo que hemos dicho respecto i ta
struc
os caula
fuenciade las modas y del inmoderado y mal entent
‘afin de Incir en ol eapitulo anterior, debe tons
fen euenta al tratarse de esta parte do ln plise
fica,
Poractores de mucho talento vimos repre
tar una pieza en In que se suponin que casi to
dos los personajes vivian desde muchos aiios en
la mayor estrechez y que so estaban muriendo
de hamnbre, y sin embargo vistieron todos como:
Ihubieran podido hacerlo si se hubiese tratado de”
tina familia de posicidn desahogada.
‘Si todas estas eosas, como parece tan natural,
se tuvieran presentes en la direcciin y nepresen=
taciin de las piezas, jeuin agradatle novedad
‘bservariamos en ellas y com qué interés asistige
rainos 4 la ejecuciin dé unos dramas desempe=
fiados eon Ia naturalidad, exactitud y verosimis
litnd debidas! Bastis, lamentando esto mismo,
deeia; «En vano nos dicen ahora que son egip=
cos, gviegos, romanos 6 americanos los persd=
najes que salen & Ia escena: nosotros no vemos
en ella més que 4 nnostros compatriotas 6 eond=
cidos, mal disfrazados con los trajes de aquellos
neblos 6 de otrus que en nada les parecems
‘Ténganso en consideracin nuestras obsorvacio®
nes y no veremos todos los dis y continuamens
to alos mistnos actores. Pues si bien es verdad
{que no Tes oiremos hablar ol mismo idioma que.
tisaban aquellos pueblos remotos, porque segtte |
famente no le entendiéramos, 1o menos les
teremos en. st mismo pais, en sus mismos tem
yn, palacios 6 casas, vestidos con el propio trae
Jey observando el mismo accionado, los mismos
Inodales y las mismas maneras ¥y ceremonias
bservaban ellos mismos en el pais y 6poca
fen que se snpone pasa la acci6n.»