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Ref. Juzgado Federal de Concepción del Uruguay.

Secretarìa en
lo Criminal y Correccional No. 1. Causa: 56.200. Magistrado:
Gustavo Roman Pimentel. Autos: ESCUADRÓN 56
“GUALEGUAYCHU” DE GENDARMERÍA NACIONAL – COMUNICA
CORTE DE RUTA. Cuestión: ordenan levantar corte de rutas por
protesta contra la pastera Botnia - Uruguay. Fecha: 8-JUN-2010.

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Poder Judicial de la Nación. Año del Bicentenario

Concepción del Uruguay, 8 de junio de 2.010.-

Y VISTOS:

Las presentes actuaciones caratuladas: "ESCUADRÓN 56 "GUALEGUAYCHU" DE


GENDARMERÍA NACIONAL – COMUNICA CORTE DE RUTA", Expte. Nº 56.200 en
trámite ante este Tribunal, Secretaría en lo Criminal y Correccional Nº 1 a
cargo del Dr. José María Barraza, venidas a despacho a resolver, y
CONSIDERANDO:
I.- Que, vienen las presentes actuaciones a resolver, en virtud del renovado
planteo de los Sres. Juan A. Drable, Jorge Iturbura, José P. Recova, Miguel
Perez, Marcos G. Carro, Bárbara Lanusse, Federico Casenave, José Russo,
Rodolfo Camarino, María Garat, Graciela Dominguez, Eduardo Vignetes,
Alejandro López Echenique, Sonia Cardozo, Jorge Novello, Juan A. Susco,
Sergio Martisolich, Jorge Chaia, Susana Novello, Raúl Mettler, Julio Díaz,
Oscar Badano, María Garciarena, Juan E. Marconi, María de las Mercedes
Ruiz, Paula Rossi, Alicia Vivian, Alicia Buzatto, Oscar Wendel, Antonio Sosa,
José Quiroga, Juan Aisburu, Francisco Aisburu, Raquel Gramajo, Daniel
Aisburu, Sergio Coitiño, Juan Carlos Marti, Elena Murillo, María Luisa
Antunez, Teresita T.P. de Martí, Sabrina Bonilla, Mirta Caballero, María
Martinez, María C. Malatesta, Emanuel Barrera, Adolfo Serrano, Raúl
Casenave, Santiago Chacón, Matías Adamo, Nora Gonzalez, Carlos Rivera,
Nilda Bruneti, Héctor Chesini, Ana María Gomez, Leticia Maceira y Claudio
Joloe -vecinos de la ciudad de Gualeguaychú- que concurren a esta
Judicatura en procura del derecho a la jurisdicción, denunciando la comisión
de un ilícito en el kilómetro 28 de la Ruta Nacional n° 136, al impedírseles
el normal ejercicio de los derechos constitucionales de transitar, entrar y
salir libremente por y del territorio nacional, usar los servicios públicos de
transporte nacionales e internacionales, trabajar y comerciar (cfr. fs.
1.339/vta. de las presentes).
Que, como correctamente señalara la Sra. Fiscal Federal Ad-Hoc, Dra.
Daniela Neyra, al disponerse la vista de fs. 1.358, la presente instrucción
reconoce en lo atinente a la interrupción del tránsito vehicular sobre la Ruta
Nacional n° 136, el libramiento de tres mandas judiciales – instrumentadas
mediante los oficios n° 86/06 de fs. 3, 299/06 de fs. 127 y 1479/07 de fs.
403, los dos últimos a instancia del Ministerio Público- por las cuales y en
resumidas cuentas se ponía en cabeza de la fuerza de prevención el
"arbitrar los medios necesarios para garantizar la normal circulación de
vehículos que transiten por las rutas nacionales de jurisdicción de este
Juzgado y la totalidad de los pasos fronterizos con la República Oriental
del Uruguay, esto es: los puentes que unen las ciudades de Gualeguaychú
(Argentina) – Fray Bentos (Uruguay), Colón (Argentina) – Paysandú
(Uruguay) y Concordia (Argentina) – Salto (Uruguay), como así de todos
los medios de transporte de cargas que se encuentren demorados o
retenidos o estacionados que manifiesten su voluntad de continuar su
viaje para lo cual se proveerá de todos lo medios a su alcance. Así
también deberá velar por la seguridad de los manifestantes y de las
personas que quieran utilizar las rutas y los pasos fronterizos,
comunicando en forma permanente a este Juzgado las novedades que
puedan surgir" (el resaltado me pertenece).
De igual modo se instruyó a la fuerza el deber de individualización de los
manifestantes y vehículos utilizados para el corte de ruta y el labrado de las
actas pertinentes acorde con la normativa procesal, remarcándose que en lo
sucesivo debían resguardarse los derechos de libre circulación.
Es de hacer notar, que expresamente el Juzgado supeditó el
cumplimiento de dichas mandas y su modalidad operativa, a las
instrucciones que recibiera la fuerza preventora del Ministro del Interior
(ello en virtud de la nota elevada desde ese Ministerio por la cual se hacía
saber a la judicatura, que era el Ministro quien impartía a las Fuerzas las
directivas en el marco de facultades propias, siendo las instrucciones que
corresponda adoptar en cada caso y a través de cualquiera de las cuatro
Fuerzas Federales, de absoluta discrecionalidad del mismo –cfr. nota
1.374/06 de fs. 147).
Con este cuadro de situación, cabrá nuevamente acordarle razón al
Ministerio Público, en orden a que, desde un inicio de los cortes de los
Puentes Internacionales, se ha propendido a garantizar el derecho
constitucional de libre tránsito, restando únicamente que el Ministro del
Interior del que depende la fuerza federal emita la orden de cumplir el
mandato judicial.
II.- Que, si bien a la fecha no se han materializado las mandas supra
mencionadas, ello no les quitó vigencia a las mismas, pues expresamente y
dada la especial conflictividad existente, se dejó librado a un criterio de
oportunidad su instrumentalización – carril aparte merece la carencia de la
excitación de la jurisdicción ante el alongado incumplimiento (cfr. "Fiscal
Federal – Denuncia" Expte. N° 57.290 del Registro de la Secretaría Criminal y
Correccional n°1), por lo que, habiéndome hecho cargo del Juzgado,
considero oportuno a la fecha y dado el tiempo transcurrido, analizar si
actualmente existen razones suficientes o no, para desandar aquella manda
pendiente de cumplimiento.
Para ello, debo tener en cuenta que, a aquellas manifestaciones que ocupan
vías de transporte terrestre y/o lugares públicos a fin de protestar o
reclamar a las autoridades, pueden entenderse como jurídicamente
comprendidas dentro del ejercicio de un legítimo derecho; expresiones en
definitiva éstas, de los derechos de reunión, de peticionar a las autoridades
y de libertad de comunicar las ideas. Nos ilustra Bidart Campos con cita de
Joaquín V. Gonzalez, que muchos derechos se pueden ejercitar a través de
la reunión y puede ser ésta medio de defensa de otros, "... No se concibe
cómo podrían ejercerse estos derechos, cómo podrían asegurarse los
beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos
los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino, según los
términos consagratorios del preámbulo, sin la libertad de reunirse o de
asociarse, para enseñar o aprender, para propagar sus ideas, peticionar a las
autoridades, orientar la opinión pública y tratar otros fines lícitos" (cfr.
C.S.J.N. "Arjones Armando y otros", cit en Bidart Campos Germán, "Derecho
Constitucional, Realidad, Normativa y Justicia en el Derecho Constitucional",
Ediar, Bs. As. 1966, pg. 282).
Se desprende así que, producto de esa congregación voluntaria de un grupo
de personas en un lugar determinado -público o privado- con un fin dado, se
garantiza el libre desenvolvimiento de la opinión pública, poniendo los
concurrentes de manifiesto al resto de la sociedad y al gobierno, su parecer
respecto de una cuestión; generando en determinadas circunstancias, el
deber de tolerancia en el resto de la ciudadanía por la exclusión en el uso y
goce de los lugares públicos donde se llevara adelante la misma - vgr.
normal desenvolvimiento del trafico vehicular y viandante o incluso la
perdida de las ventas de los negocios que se encuentran establecidos en las
inmediaciones-.
Ahora bien, si se observan las constancias de la causa y se tienen en cuenta
los informes elaborados por Gendarmería Nacional Argentina (cfr. entre
otros el de fs. 1.364, en donde consta que la modalidad de obstrucción
permanente de la ruta es llevada adelante por cuatro personas en turnos
rotativos), no se observa una relación directa entre el ejercicio del derecho
de reunión para canalizar una petición con la interrupción del tránsito
vehicular. En otras palabras, el "corte de la ruta" no es una consecuencia
necesaria de la aglomeración de personas que quieren hacerse escuchar,
sino por el contrario, producto de una decisión tomada en el seno de una
asamblea que se reúne dentro del ejido municipal de la ciudad de
Gualeguaychú y que se materializa por la presencia en el lugar de escasas
personas.
Con este entendimiento, salvo aquellas marchas previamente anunciadas
que se convocaran a la altura del kilómetro 28 de la Ruta Nacional n° 136
(paraje conocido por los lugareños como "Arroyo Verde"), ese derecho de
reunión garantido constitucionalmente en los artículos 22, 33 y 75 inc. 22
(en virtud de los Tratados Internacionales que expresamente lo reconocen –
art. 21 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 15 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, art. 20.1 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos y art. XXI de la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre-), no sustenta la arrogación de uso
exclusivo del corredor vial mencionado, por lo que la posible colisión o
tensión de fuentes de una misma especie o jerarquía –en el caso, con el
derecho de libre tránsito en espacios públicos (art. 14 de la Constitución
Nacional)- resulta en la presente inexistente.
Sentado ello, la iniciativa puesta en crisis adoptada por la Asamblea
Ciudadana Ambiental -integrada por vecinos de la ciudad de Gualeguaychú-
y mantenida ininterrumpidamente por un período de tiempo más que
alongado, no constituiría otra cosa que una medida de acción directa
pretendiendo, según sus términos, la defensa de los derechos a la vida y el
medio ambiente (cfr. públicas y profusas manifestaciones realizadas en tal
sentido); por lo que cabría sopesar –en términos del Dr. Zaffaroni-, la
existencia o no en el caso de un permiso que neutralice el alcance de la
prohibición típica contenida en el artículo 194 del Código Penal (cfr.
Zaffaroni, Eugenio R., "El derecho penal y la criminalización de la protesta
social", en J.A. 2002- IV-384).
Desde que la medida no recae sobre quien se sindicaría como protagonista
del riesgo –emprendimiento U.P.M. Ex Botnia-, sino sobre terceros –usuarios
del carril vial-, debe descartarse de cuajo la búsqueda de justificación en la
legítima defensa, pues "… naturalmente el prevalecimiento del Derecho, que
junto con la protección individual es lo característico de toda legítima
defensa, sólo tiene sentido frente al agresor y no frente a terceros que no
han intervenido en la agresión" (cfr. Roxin, Claus, "Derecho Penal. Parte
General" T.I- 2da. ed., Editorial Civitas, Madrid, 1997, pág 664).
Por otra parte, y en lo atinente a la posible existencia de un estado de
necesidad agresivo –ya que el "defensivo" participaría de las mismas
deficiencias esgrimidas en el parágrafo precedente-, se yergue como posible
óbice, la existencia de otros medios alternativos para poder hacer frente al
alegado peligro. Cabrá preguntarse en definitiva, si el bloqueo es entonces
el medio más adecuado y menos lesivo para los bienes jurídicos ajenos entre
el abanico de medidas disponibles.
Pingües artículos reconoce la doctrina, refiriendo al advenimiento de un
nuevo modelo de protesta bajo la modalidad de "corte de ruta" o "piquete".
Podría aseverarse que, se opta por esta modalidad debido a la
inaccesibilidad a las instituciones públicas y los mecanismos de
representación y deliberación; por lo que, ante la urgencia, se recurre a
esta singular forma de manifestación que facilita captar la atención del
resto de la población en lo que a su petición respecta. Del sinnúmero de
proclamas públicas realizadas por la denominada Asamblea Ciudadana
Ambiental, se desprende que el reclamo gira en torno al desmantelamiento
de la planta de celulosa –U.P.M. Ex Botnia (confrontar a manera solo
ilustrativa proclama del 5 de junio de 2.010 en www.analisisdigital.com.ar
publicación del 6 de junio de 2.010)-, datando el mismo desde el año 2.006,
supeditándose la acción directa que importa la obstrucción del transito
vehicular a la consecución de dicho fin.
Que, producto de los reclamos de mención, el Gobierno Nacional concurrió a
tribunales internacionales en procura de respuesta a la petición, efectuando
asimismo tratativas con el vecino gobierno de la República Oriental del
Uruguay; sustanciándose de igual modo, ante este Juzgado Federal una
causa donde se investiga la supuesta tentativa de contaminación por parte
del emprendimiento pastero radicado en cercanías de la ciudad de Fray
Bentos (autos caratulados "Busti Jorge Pedro y otros s/ Denuncia Art. 55 de
la Ley 24.051 en grado de tentativa", Expte. N° 56.204). Puede observarse
así que, en el caso no se vislumbra una ausencia de respuesta desde los
medios institucionales existentes, ni se patentiza la existencia de una
cuestión olvidada, y difícilmente puede reconducirse el alongado tiempo
transcurrido, con un apremiante estado de la cuestión.
Que, las consideraciones previas se alzan entonces, con un signo negativo en
torno a la exclusividad e idoneidad del medio empleado para aventar el
supuesto peligro contra los derechos a la vida y el medio ambiente.
Cabe a esta altura, de igual modo, tener en cuenta, que las particularidades
que presenta el emprendimiento industrial tachado como contaminante –en
lo que a su emplazamiento en extraña jurisdicción territorial refiere-,
adunado al resultado obtenido al ejercitarse las acciones legales ante la
Corte Internacional de Justicia –cfr. Argentina c. Uruguay (Case Concerning
Pulp Mills on the river Uruguay, en L.L. Periódico del 28 de abril de 2.010)-,
reducen significativamente las posibilidades del Estado Argentino de dar una
respuesta inmediata a cuanto se peticiona –amén del monitoreo conjunto en
tratativa a fin de corroborar la existencia o no de contaminación fuera de
los límites permitidos-, por lo que supeditar el cese de la obstrucción de la
ruta al desmantelamiento de la planta de celulosa deviene desproporcionado
e irrazonable.
Linares Quintana sostiene sobre el punto que, "...en un Estado cuyos poderes
están limitados y en el que los derechos de los individuos se encuentran
garantizados, si bien teóricamente no hay restricción para pedir,
técnicamente se sobreentiende que sólo ha de solicitarse aquello a que se
tiene derecho y que la autoridad a la cual se peticiona esta
constitucionalmente autorizada para otorgarlo.
Solicitar al poder público algo que éste no se halle autorizado para conceder
no solamente es absurdo, sino también contrario a la ética cívica que debe
privar en las relaciones entre gobernantes y gobernados" (Linares Quintana
Segundo "Tratado de la ciencia del derecho constitucional argentino y
comparado" Parte Especial, T.III, Ed. Alfa, Buenos Aires 1956, pg. 788/789).
III.- Que, en este carril argumental, considero que a la fecha no existen
elementos que permitan restarle validez a la primigenia manda vigente a la
que se hiciera referencia el en punto primero de estos considerandos, más
aún cuando la misma preveía a fin de evitar cualquier tipo de excesos, que
se vele por la seguridad de los manifestantes; siendo en consecuencia de
exclusivo resorte de los destinatarios de la orden – léase fuerza de
prevención- el cumplimiento de la misma; no siendo por ende necesaria una
nueva disposición al respecto, todo ello sin perjuicio de las atribuciones y
deberes que emergen del artículo 184 del C.P.P.N.
Que, por lo expuesto y oído al Ministerio Público Fiscal, es que
SE RESUELVE:
Hacer saber al Sr. Jefe del Escuadrón n° 56 y por su intermedio al Sr.
Director Nacional de Gendarmería Nacional Argentina que los mandatos
judiciales instrumentados mediante los oficios n° 86/06, 299/06 y 1479/07
se encuentran plenamente vigentes, todo ello sin perjuicio de las
atribuciones y deberes que le son propios en virtud de las disposiciones
procesales que emergen del Art. 184 del C.P.P.N.
Continuar con la presente instrucción con los alcances esbozados en los
considerandos, librándose los oficios respectivos conforme lo solicitara el
Ministerio Público Fiscal a fs. 1356 vta. pto. 3). Regístrese y notifíquese.-
GUSTAVO ROMAN PIMENTEL
Ante mí Juez Federal Subrogante
JOSÉ MARÍA BARRAZA
Secretario

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