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Coleccién Teorema Jonathan Barnes Aristoteles SEGUNDA EDICION CATEDRA ‘TEOREMA Titulo original de la obra: Aristotle Traduccién de Marta Sansigre Vidal Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en el an, S34-bis del Codigo Penal vigente, podran sec castigados con penas de mulea y privacién de libertad quienes ceprodujeren (© plagiaten, ea toda o en parte, wea gbea fiteracia, aristica ‘ cientifica fijada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva sutorizacién, © Originally published in English by Oxford University Press under the title Aristotle © Jonathan Bares 1982 Ediciones Citedra, $.A., 1993 Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madrid Depésito legal: M. 34.471/1993 ISBN: 84-376,0684-5 Printed in Spain Ampreso en Femandez Ciudad, S.L Catalina Suarez, 19. 28007 Madrid CaPITULO 1. CariruLo 2, CaPfruLo 3, Captruto 4. CaPtTULO 5, CartruLo 6, CaPtruLo 7. CapiruLo 8, CaPtruLo 9. CaPtTuLo 10. Capfruto LL Capfruto 12. Cartruce 13, Captruto 14, Captruto 45. CaPtruto 16. Capfrmo 17. Captruto 18, Capiruto 19, Captruto 20. Indice El hombre y su obsa.. Un hombre piiblico.. Investigaciones zoolégicas.. Recoleccién de datos: El srasfondo filoséfico. La estructura de las ciencia Légica... Ciencia . Ideal y cealizacin, La realidad EL cambio. Las causas. Empirismo, La imagen det mundo segin Aristételes... Psicologia. Evidencia y teoria Teleotogia Filosofia préctica... Las artes, = Supervivencia de Arist6teles.... Tabla cronolégica.. Bibliografia sugerida Referencias u 7 22 31 37 45 32 59. 66 1 a 89. 3B 103, 110 116 122 129 138 142 147 149 153 A Richard Robinson CAPITULO 1 El hombre y su obra Aristételes murié en el otofio del afio 322 a, de C. Tenia sesenta y dos afios y se hallaba en la plenitud de su capacidad: un estudioso infatigable cuyas explo- raciones cientificss etan tan amplias como profundas sus especulaciones filosdficas; un maestro que inspird —y sigue inspirando— a generaciones de discipulos. Una figura publica polémica que vivié una vida var. bulenta en uri mundo turbulento. Domind la antigiie- dad como un coloso. Ningin hombre antes de él ha- bia aportado tanto al saber. Ningtin hombre después de él podia esperar igualar sus logros. Del cardcter y la personalidad de Aristételes sabe- mos poco. Provenia de una familia rica, Era algo «dandy», llevaba anillos en los dedos y el pelo muy corto, a la moda. Sufria de digestiones dificiles y di- cen que era patilargo, Era un buen orador, ticido en sus conferencias y persuasivo en la conversacién, y te- nia un ingenio mordaz. Sus enemigos, que eran nu- merosos, le presentaban como arrogante y altanero. Su testamento, que se ha conservado, es un documen- to que muestra generosidad y solicitud. Sus escritos fi- loséficos son impersonales en gran medida, pero su- gieren que valoraba Ja amistad y la autosuficiencia y ll que, aunque era consciente de su lugar en una tradi- idm honorable, estaba debidamente orguilosa de sus propios logros. Como hombre eta, sospecho, mas ad- mirable que amable. Pets ésta es una especulacién ociosa; porque no po- demos esperar conocer a Aristételes como podemos conocer a Albert Einstein o a Bertrand Russell: vivié hace demasiado tiempo. Sin embargo, una cosa puede decirse con certeza: Aristételes fue impulsada duran- te toda su vida por un solo deseo dominante: el deseo de saber. Toda su carrera y toda su actividad testimo- nian que le preocupaba ante todo fomentar el descu- brimiento de la verdad y aumentar la suma del cono- cimiento humano. , Aristételes no se tenia asi mismo por el dinico en poseer tal deseo, aunque él persiguiera su objetivo con una devocién singulac: crefa que «por naturaleza, to- dos los hombres desean saber»; porque a cada uno de nosotros debe identificdrsenos, propiamente hablan- do, con su mente y «la actividad de la mente es vida», En una obra temprana, el Protrepticus 0 Exhortacién 4 la filosofia, Atistoteles aficmé que «la adquisicién de sabidurfa es placentera; a todos los hombres les gusta la filosoffa y desean pasar el tiempo con ella, de- jando a un lado todas las demés cosas». (La filosofia no es para Aristételes la disciplina abstracta a la que se dedican unos académicos enclaustrados. Es, de for- ma general, la busqueda del conocimiento.) Y en la Etica a Nicémaco acguye que «la felicidad» —el estay do en el que los hombres se realizan y se desarrollan mejor— consiste en una vida de actividad inteleccual y de contemplacién. {No es una vida asi demasiado divina para que la lleve un simple hombre? No, por- que «no debemos escuchar a quienes nos instan a pen- sar pensamientos humanos porque somos humanos, y pensamientos mortales porque somos mortales; por el contrario, debemos inmortalizarnos en la medida 12 de lo posible y hacer todo lo que podamos por vivir segiin el elemento més elevado en nosotros, pues, aunque sea pequefio en tamafio, es mucho mayor que ninguna otra cosa en poder y valor» EI fin mas noble del hombre consiste en iamorta- lizatse o limitar a los dioses, porque al hacerlo se hace més plenamente hombre y més plenamente él mis- mo. Y esa autorrealizaciéa requiere que actéie segin ese deseo de conocimiento que, como hombre, posee naturalmente. La receta de Aristéreles para lograr la «felicidad» puede considerarse un poco severa 0 res- tringida, y quiz4 era demasiado optimista al atribuir a toda la humanidad su propio deseo apasionado de saber, Peto su receta era sincera: Aristbteles nos aco seja que vivamos nuestras vidas como él traté de vi vir la suya, Uno de los bidgrafos antiguos de Aristételes ad- vierte que «escribié gran admero de libros que he con- siderado apropiado enumerar a causa de la excelencia de este hombre en todos los campos»: sigue una lista de unos ciento cincuenta escritos que, tomados en con- junto y publicados al estilo actual alcanzarian quiz cincuenta voluminosos tomos de letra impresa. Y la lista no incluye dos de las obras, la Metaffsica y la Et ca a Nicémaco, que 'e han dado mayor renombre en nuestros dias Esta es una amplia produccién; sin embargo, es més notable por su variedad y amplitud que por su simple cantidad. El genio de Aristételes abarcaba un amplio campo. El catélogo de sus obras incluye: De la Justi- cia, De los poetas, De la riqueza, Del alma, Del pla~ cer, De las ciencias, De la especie y el género, Deduc ciones, Definiciones, Lecciones de teorla politica (en ocho libros), El arte de la ret6rica, De los pitagéricos, De lor animales (en nueve libros), Disecciones (en siete libros), De las plantas, Del movimiento, De As- tronomfa, Problemas homéricos (en seis libros), De 13 , los imanes, Vencedores olimpicos, Proverbios, Del rio Nilo. Hay obras sobre légica y sobre la lengua, sobre las artes, sobre ética, politica y derecho; sobre histo- ria constitucional y sobre historia intelectual, sobre psicologia y sobre fisiologia, sobre historia natural —zoologia, biologia, boténica—, sobre quimica, astro- nomia, mecénica, mateméticas; sobre la filosofia de la ciencia y la naturaleza del movimiento, del espacio y el tiempo; sobre metafisica y teorfa del conocimiento. Escojan un campo de investigacidn, y Aristételes tra- bajé en él; tomen un drea del empefio humano, y Aris- tételes discurrié sobre ella. Su alcance es asombroso. Sélo la quinta parte de sus escritos ha llegado has- ta nosotros. Pero la fraccién que ha sobrevivido, con- tiene una muestra representativa de sus estudios y, aunque la mayor parte de la obra de su vida se ha per. dido para nosotros, atin podemos hacernos una idea completa de sus actividades. Casi todo lo que ha so- brevivido no estaba destinado a ser leido; parece pro- bable que los tratados que tenemos fueran en su ori- gen las notas de las conferencias de Aristételes: son textos sobre los que él trabajé a lo largo de los afios, y que tenia para su propio uso, no para el de un pi- blico lector, Ademas, muchas de las obras que ahora leemos como tratados continuos, probablemente no fueron cursos continuos de conferencias. Nuestra Me> tafisica, por ejemplo, consiste en un numero de optis- culos independientes que fueron recogidos por prime- ra vez bajo una misma cubierta por Andrénico de Ro- das, que publicé una edicién de las obras de Aristéte- les en el siglo I antes de Cristo. No deberia sorprendernos, pues, que el-estilo de los tratados de Aristételes sea con frecuencia descuidado. Los didlogos de Platén son obras literarias pulidas, en las que la brillantez de las ideas es igualada por la ele- gancia del estilo. Los escritos de Aristételes que han sobrevivido son, en su mayor parte, sucintos. Sus ar- 14 gumentos son concisos. Hay transiciones abruptas, re- peticiones poco elegantes, alusiones descuidadas, Se encuentran parrafos de exposicién continuada en me- dio de apuntes entrecortados. El lenguaje es parco y vigoroso. El estilo sdlo se explica en parte por la na- turaleza peculiar de los tratados; porque Aristételes habia reflexionado sobre el estilo apropiado para los escritos cientificos y era partidario de fa simplicidad «En toda forma de instruccidn hay una cierta necesi dad de prestar atencién a la lengua, pues el hecho de si hablamos de este u otro modo tiene alguna impor- tancia para dejar las cosas claras. Pero no tiene mu- cha importancia: todas esas cosas son alarde y van di rigidas al piblico —razén por la que nadie ensefia geometria de ese modo.» Aristételes era capaz de es- ctibir con elegancia —los criticos antiguos que leye- ron obras suyas que no nos han Ilegado a nosotros, alabaron su estilo— y algunas partes de los tratados estan escritas con esmero e incluso con adorno. Pero las palabras elegantes no abren caminos y de un es- tilo elegante no se saca provecho cientifico. El lector que abra una obra de Aristdteles y espere encontrar una disquisicién sistemética sobre algin tema filoséfico 0 un texto ordenado de instruccién cientifica se Hevard una desilusién: los tratados de Aristételes no son asi. Pero su lectura no es aburrida. El estilo de Aristételes tiene un vigor que, al familia rizarse con él, resulta tan atractivo como la bella pro- sa de Platén. ¥ los tratados revelan los pensamientos del autor de un modo directo y riguroso: casi pare- ce que estemos oyendo a Aristételes hablar consigo mismo. Por encima de todo, Aristételes es duro. Lo mejor es coger un tratado e imaginar que uno tiene que dar una conferencia a partir de él. Hay que extender el ar- gumento, aclarar las transiciones, dejar de lado algu- Nos puntos para otro momento y otra conferencia, 15 anadir alguna broma, quitar algunos pasajes demasia- do largos. Aristételes puede resultar irritante. ;Qué diablos quiere decir aqui? ¢Cémo se sigue esto de lo otro? ¢Por qué no podré ser un poco més explicito? Un ceftico antiguo sostenia que «[Aristételes} rodea la dificultad de su materia con la oscuridad de su es- tilo y evira asi la refutacién —produce negrura, como un calamar, para que sea més dificil capturarle>. A to- dos los lectores les parecerd, de vez en cuando, que Aristételes es como un calamar. Pero los momentos de irticacién resultan superados, més que de sobra, por los momentos de emocién y exaltacién. Los tra. tados de Aristételes ofrecen un desafio tnico a sus lec- tores; una vez que éstos han aceptado el reto, no que- trian ver esos tratados bajo ninguna otra forma. 16 CAPITULO 2 Un hombre publico Aristételes no fue un recluso intelectual: la vida de contemplacién que recomienda, no es para pasarla en un sillén ni en una torre de marfil. Aunque no fue nunca un politico, fue una figura publica que vivié con bastante frecuencia bajo las miradas del publico. Pero murié lejos de los principales nucleos de la vida gr ga. En la primavera del afio 322 se marché a Calcis, en la isla de Eubea, donde Ja familia de su madre te- nia posesiones; y en los tiltimos meses de su vida se lamentaba de que’se habia aislado y apartado de todo. Los trece afios anteriores los habia pasado en Ate- nas, la capital cultural del mundo griego, donde habia ensefiado regularmente en el Liceo. Aristételes creia que el conocimiento y la ensefianza eran inseparables. Realizaba sus propias investigaciones en compatiia y comunicaba sus pensamientos a sus amigos y discipu- los, y nunca pensé en guardarlos como un tesoro pri- vado. Crefa, en efecto, que un hombre no podia sos- tenet que conocfa un tema a menos que fuera capaz de transmitir su conocimiento a otros y consideraba que la ensefianza era la manifestacién apropiada del conocimiento. Con frecuencia se habla del Liceo como de «la es- 7 cuelay de Aristételes. Es tentador imaginarlo como una especie de universidad: nos figuramos los hora- tios, los cursos de conferencias, la matricula de estu- diantes y la concesién de titulos y rodeamos a Aris- toteles de todas las formalidades de nuessto propio sistema educativo, Pero el Liceo no era un colegio pr vado: era un santuario y un gimnasio, una especie de centro piblico para el tiempo libre. Una vieja histo- tia cuenta que Aristételes daba conferencias a sus dis- cipulos escogidos por las maftanas y al piiblico en ge- neral por las tardes. De cualquier modo, las disposi- ciones en el Liceo eran seguramente menos formales que Jas de una universidad moderna. No habia exé- menes, ni ticulos, ni programas establecidos; probs- blemente no habfa matricula oficial, ai honorarios. Aristételes reunfa la ensefianza y la investigacién: sus conferencias debieron ser frecuentemente «articu- los de investigacién», 0 charlas basadas en las inves- tigaciones que le ocupaban en el momento. No ¢ra- bajaba solo. Varios amigos y colegas se unian a él en sus empresas cientificas y filoséficas. Sabemos poco sobre la organizacién de Aristételes para sus investi- gaciones, pero me inclino a pensar que deberiamos imaginarnos un grupo de amigos trabajando en equi- po, més que un profesor teutdnico dirigiendo los pro- yectos de los més capacitados de sus alumnos. ¢Por qué abandoné repentinamente Aristételes los placetes del Liceo y se retiré a la remota Calcis? Dijo que «no queria que los atenienses cometieran un se- gundo ctimen contra la filosofiax. El primero habia sido el proceso y Ia ejecucién de Sécrates. Aristételes temia suftir el destino de Sécrates y sus temores te- nian una base politica. Durante la vida de Aristéreles, Macedonia, gober- nada primero por Filipo Il y después por su hijo, Ale- jandro Magno, extendié su poder y Ilegé a dominar el mundo griego, privando a las pequefias ciudades- 18 estado de su libertad ¢ independencia. Aristételes ha- . bia mantenido durante toda su vida relaciones con Macedonia. Su padre, Nicémaco, habia sido médico en la corte macedonia y amigo del padre de Filipo, Amin- tas; y en su testamento, Aristételes nombraba albacea a Ancipater, el vitrey de Alejandro en Grecia. El epi- sodio mas celebrada de su conexién macedonia em- pezd en el 343, cuando Filipo invité a Aristoteles a Mieza como preceptor del joven Alejandro. Postetior- mente, una viva relacién rodeé Ia feli2 unién del prine Cipe y el filésofo; pero no podemos pensar que vaya- ‘mos a atravesar el velo de la leyenda y a descubrir has- ta qué punto influyé Aristételes en su ambicioso y de- testable pupilo. (Si que sabemos, en cambio, que es- cribié un libro titulado Alejandro, 0 De las colonias.) Alejandro murié en junio del afio 323. Los atenien- ses, siempre celosos de su auronomia, se regacijaron, y el sentimiento anti-macedonio se hizo fuerte y vio- lento. Aristételes no eta un agente macedonio, y la teorfa politica que ensefiaba en el Liceo era, en todo caso, hostil a los intereses macedonios. No obstante, se le asociaba con Macedonia. (No hay razones para dudar sobre la historia dé que los atenienses habian hecho en una ocasién una inscripcién en su honor, en la que se lefa que chabia servido bien a la ciudad...por todos sus servicios al pueblo de Atenas, especialmen- te por su intervencién ante el Rey Filipo con el pro- posito de defender sus intereses».) Aristételes tenia amigos macedonios: eso era suficiente para poner a Ja democratica Atenas en contra suya, Y encontté pru- dente abandonar la ciudad. De grado 0 por fuerza, Aristételes era una figura piblica. Para nosotros, mirando hacia atrés desde un punto de mira histérico, Aristételes es el Principe de os Filésofos. Si sis contempordneos le consideraron bajo esa luz, no lo sabemos; pero que disfruté de cier- ta fama en Grecia, es algo que puede decirse con bas- 19 tante seguridad. Un interesante aspecto secundario de su cartera piblica es revelado por una inscripcién mal conservada que se encuentra en Delfos: puesto que «ellos redactaron una lépida con los nombres de aqué- Hlos que obtuvieron victorias en ambos Juegos Piticos * y de aquéllos que desde el principio organizaron el certamen, sean Aristételes y Calistenes alabados y co- ronados; y que los Servidores transcriban la lépida...y la erijan en el templo». La inscripcién fue grabada al- rededor del 330 a. de C. Supuestamente, Aristételes escribié a su amigo An- tipacer en los siguientes términos: «en cuanto a lo que se voré para mi en Delfos, de lo cual me veo ahora privado, ésta es mi actitud: no estoy enormemente preocupado por la cuestién, ni totalmente despreoca- pado». Al parecer, los honores acordados para Aris- téreles en 330 le fueron retirados posteriormente. La inscripcién fue descubierta por los arquedlogos en un ozo: es posible que hubiera sido arrojade alli en el afio 322 a. de C. en un ataque de resentimiento con- tra Macedonia. El hecho de que se invitara a Aristételes a redactar las listas de las victorias en Delfos, es prueba de que a principios de los 330 tenia cierta reputacién como hombre de ciencia, porque el trabajo requeria una in- vestigacién histérica seria. Los vencedores de los Jue- g0s Piticos seguian inmediatamente en importancia a los de los Juegos Olimpicos, y sus nombres y sus lo- gros se conservaban en los archivos de Delfos. Aris- téreles y Calistenes (que era su sobrino) consultaron una enorme cantidad de archivos antiguos; a partir de aquel material tenian que determinar una crono- logia correcta y presentar una lista documentada. La lista no tenia interés inicamente para los deportistas. En la época de Aristételes, los historiadores no po: dian anclar sus narraciones en un sistema cronolég co universalmente empleado (tal como los historia- 20 dores modernos utilizan la era cristiana). La exact tud cronoldgica dependia del uso de catélogos, ya fue- ran de dignatarios del Estado o de vencedores atléti- cos. EI indice de los escritos de Aristételes contiene el titulo de Vencedores Piticos, Junto a él hay otros ti- tulos que dan testimonio de otros trabajos similares de erudicién histérica: Vencedores Olimpicos, Didas- calia (un catdlogo critico de las obras creadas en los festivales atenienses), Dicaiomata (una coleccién de presentaciones legales hechas por diversas ciudades griegas, que Aristételes preparé para permitir a Fi po resolver disputas sobre fronteras). De las investi: gaciones histéricas de Aristételes, las mas celebradas son las Constituciones de los Estados, 158 en total. Han sobrevivido unos cuantos fragmentos de las Constituciones y al final del siglo pasado fue descu- bierto un papiro que contenia el texto casi completo de La Constitucién de los atenienses. La obra consiste en una breve historia constitucional de Atenas, junto con una descripcién de las instituciones politicas ate- nienses del momento. Aristételes, que no era ciuda- dano ateniense, habia investigado en los archivos ate- nienses y se habfa familiarizado con la politica ate- niense. Sus investigaciones dieron lugar a una histo- ria compacta y bien documentada de un aspecto de la vida ateniense. Juzgada con los patrones de la critica actual, la obra es de calidad desigual; pero La Consti- tucién de los atenienses, que representa solo una pe- quefia parte de las investigaciones histéricas de Aris- toteles, ilustra perfectamente la amplitud y el detalle de sus estudios cientificos. 21 CAPITULO 3 Investigaciones zoolégicas Aristételes empezé a ensefiar en el Liceo en 335 a. de C. Los trece afios entre 335 y 322 constituyen su segundo periodo steniense. El primero habia du- rado veinte afios, desde 367 hasta 347. En este afio abandoné repentinamente la ciudad, No se ha dado ninguna razén fiable de su marcha; pero en 348, la ciudad de Olintos, en el norte, habia caido bajo las ar- mas macedénicas y, en una oleada de reaccidn hostil, Deméstenes y sus aliados anti-macedonios habian su- bido al poder en Atenas: es muy probable que Aris- tételes se hubiera exiliado por razones politicas en 347, como volveria a hacerlo en 322. En cualquier caso, en 347, Aristételes y unos pocos compafieros cruzaron el Egeo con rumbo al este y se establecieron en Atarneo, una ciudad con la que Aris- t6teles cenia lazos familiares. El gobernante de Atar- neo era Hermias, un buen amigo tanto de la filosofia como de Macedonia, Hermias dio a Aristdteles y a sus amigos «la ciudad de Assos para que vivieran; y alli transcurrieron sus dias en la filosoffa, reunidos en un patio, y Hermias les procuraba cuanto necesitaban», Asistételes permanecié dos o tres afios en Assos. Después emigré a Micilene, en la cercana Lesbos, don- 22 de conocid a Teofrasto, que habia de convertirse en su mejor compafiero y discipulo. Poco después regre- sé a su ciudad natal, Estagira, en donde se quedé ha: ta que respondié al llamemiento real de Filipo. Hermias tuvo muy mala prensa en la antigtiedad: fue denigrade por tirano, bérbaro y eunuco. Pero sir- vié noblemente a Aristételes, y Aristételes le admird a su vez. Cuando, en 341, Hermias fue craicionado y recibidé una muerte espantosa a manos de los persas, Calistenes escribid un elogio suyo y Aristételes escri- bié un himno a la virtud en su memoria. Aristételes se cas6 con la sobrina de Hermias, Pitias, que fue la madre de sus hijos, Pitias y Nicémaco, Cualquiera que fuese el cardcter de Hermias, la ciencia esté en deuda con él, porque fue durante esos afios de viajes de Aris- tételes, entre 347 y 335, y, en particular, durante su estancia en el Egeo oriental, cuando emprendié la ma- yor parte de a obra sobre le que descansa su reputa- ion cientifica Pues, si las investigaciones histdricas de Aristéte- les son impresionantes, no son nada comparadas con su trabajo en las ciencias naturales. Hizo y recogié ob- servaciones en astronomia, meteorologia, quimica, fi- sica, psicologta; pero su fama como investigador cien- tifico descansa sobre todo en su obra de zoologia y bio- logia: sus estudias sobre animales establecieron los ci- mientos de las ciencias biolégicas y no fueron supe- rados hasta més de dos mil afios después de su muer- te. Las investigaciones en las que se basan esas gran- des obras, se llevaron a cabo, probablemente, en As- sos y Lesbos; en todo caso, los nombres de lugares que aparecen de vez en cuando en los tratados biold- gicos, sirven para situar sus observaciones y sefialan el Egeo oriental como la principal zona de investiga- cién. Los hechos que Arist6teles puso al descubierto tan asiduamente, dieron lugas a dos libros, Historia de los 23 - animales y Disecciones, Este tltimo no ha sobrevivi- do. Se ocupaba, como indica su nombre, de la estruc- tu ra y las partes internas de los animales; y hay bue- Nas razones para pensar que contenia dibujos y dia- Br: arhas —incluso quiz ellos constituyeran la mayor parte de la obra. La Historia de los animales ha so- brevivido. Su titulo (como los de varias obras de Aris- jes Neri eles) es confuso: el término «historia» es una trans- ipcién del griego «historia» que significa «inquisi- cién» o «investigacién» y una traduccién mas adecua- da del titulo seria investigaciones zooldgicas. Las Investigaciones tratan detalladamente de las partes de los animales, canto externas como internas; los diferentes materiales sangre, hueso, pelo y lo de. m: is— de que estén constituidos los cuerpos anima- les; los diversos modos de reproduccién; sus dietas, m edio natural y comportamiento. Aristételes habla de ovejas, cabras, ciervos, cerdos, leones, hienas, elefan- tes, camellos, ratones, mulas. Describe gorriones, pa- lor mas, codornices, péjaros carpinteros, aguilas, cuer- vos, mirlos, cucos. Sus investigaciones abarcan tortu- gai s y lagartos, cocodrilos y viboras, delfines y balle- nas. Enumera los tipos de insectos, Es especialmente ini formativo respecto a las criaturas marinas: peces, crustaceos, cefaldpodos, testéceos, Las Investigaciones abi de: arcan desde el hombre hasta los gusanos del queso, sde el bisonte europeo hasta la ostra mediterrinea, Toda especie animal conocida de los griegos est in cluida; la mayoria de ellas con descripciones detalla- da: so! s; en algunos casos, las explicaciones de Aristételes 1 largas, precisas y asombrosamente exactas. La zoologia era una ciencia nueva: zpor donde de- bia empezar Aristételes, enfrentado a una cantidad tan copiosa de datos? 24 En primer lugar, consideremos las partes del hom. bre; pues, del mismo modo que las personas com- prueban las monedas refiriéndose al patrén que les €s més conocido, lo mismo ocurte en otros casos, y el hombre es, por necesidad, el animal que nos es mis conocido. Ahora bien, las partes del hombre son suficientemente claras a la percepcién; no obstante, para que no rompamos el orden debido y para que nos fiemos de la razdn tanto como de la percepcién, debemos describie sus partes: primero las partes or- Banicas, luego las partes uniformes, Ahora bien, las principales partes en las que se divide todo el cue po son éstas: cabeza, cuello, tronco, dos brazos, dos piernas. Aristételes empieza por el hombre porque el hom- bre es el mds conocido y puede servir de punto de re- ferencia. Mucho de lo que dice, él mismo es conscien- te, es perfectamente sabido: puede parecer infantil o pedante constatar que los hombres tienen cuello en- tre la cabeza y el tronco. Pero Aristételes quiere dar una descripcién completa y ordenada, incluso a costa de parecer ingenuo; y, en cualquier caso, la expos cién se hace répidamente més profesional. El pasaje que sigue dard cierta idea del sabor de las Investiga- stones: El pulpo utiliza sus tentdculos como pies y como ma- nos: coge la comida con los dos que estan situados sobre su boca: y el iltimo de sus tentdculos, que es muy puntiagudo y el tinico que es blanguecino y est bifurcado en el extremo (se desenrrolla hacia el ra- quis: el raquis es la superficie lisa en el lado opuesto a las ventosas), éste lo usa para la cépula, Delante del saco y encima de los tentéculos, tiene un tubo hue- co por el cual descarga el agua de mar que entra en el saco siempre que se mete algo en él por la boca. El pulpo mueve este tubo a la derecha y a la izquier- da; y a través de él descarga lechaza. Nada de forma oblicua en la direccién de la llamada cabeza, estiran- do los pies; y cuando nada de esta forma, puede ver 25 delante de si (ya que tiene los ojos en lo alto) y tiene la boca detrds. Mientras el animal est vivo, su ca- beza es dura y esté como inflada, Agarra y retiene las cosas con la cara interior de sus tentéculos y la membrana entre los pies esta totalmente extendida, Si se pone sobre la arena, ya no puede agarrar. Aristételes continta explicando el tamafio de los tentéculos. Compara el pulpo a los otros cefalépodos: sepias, calamares y demds. Da una descripcidn deta- Mada de los érganos internos del animal, que, obvia- mente ha disecado y examinado con minuciosidad, En el pasaje que he citado, se refiere al fendmeno de «hectocotilizacién», la bifurcacién de uno de los ten- tdculos del pulpo,macho, por medio del que copula con la hembra. El propio Aristdteles no estaba com- pletamente seguro del hecho (de todas formas, en otro lugar niega que el pulpo use el tentéculo para la cé- pula); pero estaba en lo cierto y los hechos sobre los que escribe no fueron redescubiertos hasta mediados del siglo xix. Es facil quedarse boquiabierto ante las Investigacio- nes, que son, desde cualquier punto de vista, la obra de un genio y un monumento de infatigable laborio- sidad. No es sorprendente que cientificos mds sobrios hayan tomado sobre sf la tarea de sefialar los defectos de la obra, En primer lugar, se dice que Aristételes comete fre- cuentes errores de tipo vulgar y acientifico. Un ejem- plo notorio concierne a la cépula de los insectos. Aris- tételes afirma més de una vez que durante la cépula, la mosca hembra inserta un tubo o filamento en el macho, y afiade que «esto es evidente para cualquiera que trate de separar a unas moscas que estén copu- lando». No lo es: la afirmacién es totalmente falsa Otro ejemplo atafie al bisonte. Tras una descripcién verdadera aunque algo vaga del animal, Aristételes afirma que se le caza regularmente por su carne y que 26 «se defiende coceando y excretando y depositando sus excrementos en una distancia de ocho yardas —pue- de hacer esto fécil y frecuentemente, y el exctemento quema tanto que escuece a los perros y hace que se les caiga el pelo». Un relato espléndido, pero totale mente absurdo: Aristételes se habia dejado embaucar por los cuentos de sobremesa de algin cazador be- bido. En segundo lugar, se acusa a Aristételes de no uti- lizat el «método experimental». Las obsetvaciones so bre las que informa son, la mayoria de ellas, de af cionado; se hicieron al aire libre y no en laboratorio. No hay evidencia de que Aristételes intentara esta- blecer condiciones experimentales correctas 0 hacer observaciones controladas; no hay evidencia de que tratata de repetir sus observaciones, de comprobarlas © verificarlas. Toda su forma de proceder parece asombrosamente descuidada. Finalmente, se critica a Aristételes por ignorar la importancia de la medicién. La auténtica ciencia es esencialmente cuantitativa, pero las descripciones de Aristételes son, en su mayor parte, cualitativas. No era un matemético. No tenia la nocién de aplicar las mateméticas a la zoologia. No pesaba ni media sus ejemplares. Deja constancia de las impresiones de un profano sobre el aspecto que tienen las cosas, en vez de hacer una descripcién exacta y profesional de cémo son Ahora bien, es cierto que hay algo de verdad en to- das estas acusaciones. Aristételes no era infalible. Pero las acusaciones estén totalmente fuera de lugar. La primera no tiene ningin interés. Hay numerosos errores en las Investigaciones, algunos de los cuales se explican por el hecho de que Aristételes poseia po- cos instrumentos técnicos y otros que hay que consi- derarlos como claros errores de observacién o de ju cio. (Su error més influyente dio lugar a la teoria de 27 No y | la «generacién espontineay. Algunos insectos, afirma Aristételes, «no son engendrados por animales pa- dres, sino de forma espontinea: algunos por el rocio que cae sobre las hojas..algunos en el barro y el es- iércol cuando se pudren, algunos en Ia madera (en las plantas o en la madera seca), algunos en el pelo de los animales, algunos en la carne de los animales, algunos en sus excrementos». Aristételes habia obser. vado piojos en el pelo y gusanos en el estiércol; pero no habia observado —por falta de instrumentos— el fenémeno con suficiente exactitud. Pero las percep- ciones superan en mucho a los errores y gqué obra cientifica ha estado totalmente libre de error? Las Investigaciones contienen un pasaje del que suele decirse que da cuenta de un experimento, Aris- tételes describe el primer desarrollo de los pollitos en el huevo. Anota con considerable detalle el estadio de crecimiento alcanzado por el embrién en los dias su- cesivos. Evidentemente, tomé un grupo de huevos, to- dos ellos puestos el mismo dia, quité uno cada dia a Ia gallina clueca, lo abrié y anoté los cambios diarios que observaba. Si debemos creer lo que parece impli- car el texto, no hizo esto solamente con la gallina do- méstica —el caso que describe con detalle— sino tam- bign con otras aves. La descripcién del embrién de pollo es uno de los muchos pasajes notables de las Investigaciones; pero No se trata de un informe sobre un experimento (Aristételes, por lo que sabemos, no controlé las con- diciones en las que se incubaban los huevos). Tampo- co es tipico de la totalidad de las Investigaciones, en las que las observaciones fechadas y consecutivas, como ésa, son raras. Pero eso no es de excrafiar: el hecho es que el «método experimental» no tiene es- pecial imporcancia en ei tipo de investigacién al que se dedicé Aristételes. El estaba inaugurando wna aue- va ciencia, Habfa una superabundancia de informa- 28 cién esperando a ser tecogida, barajada, escrita y sis- tematizada. La evidencia experimental no era necesa- ria. Ni, en todo caso, es, el experimento, adecuado en Ia zoologia descripciva. Uno no necesita el «método experimental» para determinar que un hombre tiene dos piernas, ni siquiera para exponer la hectocotiliza- cién del pulpo. El propio Aristételes era muy cons- ciente de que las diferentes ciencias requieren diferen- tes métodos. Los que le acusan de no experimentar son victimas del error vulgar de creer que todas las ciencias deben abordarse por la via experimental Se dice, en ocasiones, en respuesta a la tercera acu: saci6n, que la zoologia de Aristételes no es cuantita- tiva porque no posefa los instrumentos técnicos so- bre los que se basa la ciencia cuanticativa: no tenia ter- mémetro ni balahzas bien equilibradas ni cronéme- tro exacto. Todo eso es verdad; pero no hay que exa- gerar. Los tenderos griegos pesaban regularmente la carne muerta y no hay razén técnica para que Aris- t6teles no pesara y midiera la viva. Tampoco hace al caso obsetvar que Aristételes no eta matemitico ‘Aungue él ao contribuyé al progreso de las matemé| ticas, conocia bien la obra de sus contemporineos (los, ejemplos y las referencias matematicas son corriencest en sus escritos); y, en todo caso, el introducir Ia me- dicidn en la ciencia no requiere ninguna destreza ma- temitica, Las Investigaciones contienen, de hecho, muchos enunciados cuantitativos indeterminados (este animal es mds grande que aquél, esta criatura emite més se- men que la otra), Hay también unas pocas observa- ciones cuantitativas determinadas. De los dos tipos principales de calamar, advierte Aristételes, «los Ila- mados texthoi son mucho més grandes que los llama- dos tewthides, que Ilegan a una longitud de hasta 7 1/2 pies; se han encontrado algunas sepias de tres pies y los tentéculos del pulpo Ilegan a veces a esa lon- 29 | | gitud 0 incluso mayor». Aristételes parece haber me- dido los cefaldpodos. Podia también haberlos pesado y haber dado otras de sus estadisticas vitales, pero de- cidié no hacerlo. Como lo vio claramente Atistételes, son la forma y la funcién, ms que el peso y la me- dida, lo que importa en este tipo de zdologia. La lon- gitud de los tentéculos de un pulpo, que varia de un individuo a otro, tiene escaso interés cientifico; es la estructura de los tentéculos y su papel funcional en la vida del animal, lo que interesa al cientifico, Las Investigaciones no estan libres de errores, pero son una obra maestra. En ningiin otro lugar muestra Aristételes de forma mas vivida su «deseo de saber. \ 30 CAPITULO 4 Recoleccién de datos Aristételes era un cientifico investigador y dedicd mucho de su tiempo a estudios originales, de primera mano: anotaba sus propias observaciones y realizaba disecciones él mismo. Pero no podfa basar todas sus miltiples descripciones en investigaciones personales y, como cualquier buscador de conocimiento, tomé las observaciones de otros hombres y recogié sus flores. @Cudles fueron, entonces, los métodos de investiga- cién de Aristételes? ;Cémo abordaba su trabajo? Segiin una amena historia, Alejandro Magno, «in« flamado por el deseo de conocer la naturaleza de los animales» ordené que «varios millares de hombres a iravés de toda Grecia y Asia Menor se pusieran a dis posicién de Aristételes —todos aquellos que vivieran de Ia caza o la cetrerfa 0 de la pesca, o que cuidasen parques, rebafios, colmenares, ‘estanques de peces 0 aviarios— de modo que no hubiera criatura viviente que escapara a su observaciény. Desgraciadamente, es improbable que Alejandro hiciera nada por el estilc pero tras la historia esta el hecho de que en las In- vestigaciones, Aristételes hace frecuentes referencias a los informes de colmeneros y pescadores, de caza- dores y pastores y de todos aquellos que se ocupan de 31 ) vs gaintderia. Los colmeneros son ex= pertos en las costumbres de las abejas, y Aristoteles se fid de su experiencia. Los pescadores ven casas que los hombres de tierra adencro no observan nunca, y Aristételes les pidié informacién, Era debidamente cauto cuando usaba su informacion, Algunas perso- nas, dice, niegan que los peces copulen; pero estan equivocadas. «Facilita su error el hecho de los peces copulen répidamence, de modo que ni siquiera los pes- cadores logran vetlo, ya que ninguno de ellos observa estas cosas con el afin de saber.» No obstante, mu. chos aspectos de la obra de Atistételes estén basados en parte en el tescimonio de estos profesionales. Ademés, Aristételes cenia a su disposicién fuentes esctitas. Los médicos griegos habian hecho algunos es- tudios de anatoméa humana y Aristételes utiliza sus escritos en su tratamienco de las partes del hombre: su decallada descripcién del sistema vascular incluye fargas citas de tras de sus predecesores. En general, Jas Investigaciones de Ariscéreles inciuian un amplio programa de lectura: «trabajaba tanto...que su casa eta llamada la Casa del Lector», ¥ tenia una gran biblio- teca: «él es el primer hombre del que sabernos que co- leccioné libros y con su ejemplo ensefié a los Reyes de Egipto a reunic una biblioteca. El aprendizaje a partir de los libros tenia relativa- mente poca importancia para Aristételes en sus ine vestigaciones zoalégicas, porque habla pacos libros de los que pudiera aprender algo, pero en otras discipli- nas habia mucho que leer. Aristételes recomiendas cuno deberia sacat extractos de las descripciones es. Gritas, haciendo listas separadas para cada tema, por ejemplo, sobre el bien, o sobre los animales» y el in- dice de sus libros muestra que él mismo preparé versas compilsciones de ese tipo. Muchas de sus pro- pias exposiciones empiezan con una breve histatia de {s cuestién tratada y con la presencacidn en forma te. 32 sumida de las opiniones que hablan avanzado sus pre- decesores. Cuando trata de la naturaleza y la variedad de las causas en su Metafisica, observa que hemos considerado suficlentemente este tema en la Fisica; no obstante, expongamos también las concep- ciones de fos que nos han precedido ec la indagaci6n sobre las cosas existences y en la investigacion filo- séfica de la realidad; pocque essé claro que también ellos dicen que hay ciestos principios y causas. Asi, segiin avaczamos, eso nos serd itil para la presente investigacién; pues, o bien encontcaremos algin otro tipo de causa, 0 bien estaremos més firmemente con- vencidos de las que acabamos de mencionar. Aristételes escribid varios ensayos sobre historia incelectual. Su primera obra, De la Filosofia, contenia una descripcién completa de los origenes y el desa- rrolla del sema y también monografias sobre Pitégo- ras, Demiécrito, Alerneda y otros. Sélo han sobrevivi- do fragments de esas obras; pero las historias resu- midas en los trarados venian sin duda de ahi, Juzga- dos puramente como historia, e508 restimenes ‘no es- capan a las cciticas; pero su objetivo especifico no era presencar una narraci6n o hacer una crénica de la his- toria de una idea, Eseaban concebidos para proporcio- nar un punco de pastida a las investigaciones del pro- pio Atistételes y para la comprobacién de sus espe- culaciones. ; No siempre hay exploraciones anteriores que con- sultae, Al final de uno de sus cratados légicos, Aris- téceles escribe que wen ef caso de Ia recérica habia mucho material an- tiguo que manejar, pero en el caso de la légica no te- njamos absolutamente nada, hasta que hubimos pa- sada mucho tiempo en laboriosa investigacion. Si, cuando consideréis Ia cuestida y secordéis €} estado 33 del que partimos, pensdis que el tema esté ahora su- ficientemente avanzado en comparacién con otras disciplinas que se han desarrollado en el transcurso de la tradicién, entonces os corresponde, a todos los que habéis escuchado nuestras lecciones, perdonar- ‘os nuestras omisiones y agradecernos caltirosamen- te nuestros descubi La nota de satisfaccién no és tipica de Aristételes; y no cito el pasaje para mostrar que Aristételes podia darse, en ocasiones, una merecida palmadita en la es- palda, sino para indicar, por el contrario, que su pro- cedimiento acostumbrado era el de construit sobre la obra de sus predecesores. No podia hacer eso en Id- gica, y s6lo podia hacerlo en grado limitado en biolo- gia. En otras distiplinas, «que se han ¢esarroliado en el transcurso de la tradiciény, aceptaba agradecido toda esa tradicién que se le ofrecia. apoyo en la tradicién, 0 el uso de descubrimien- tos anteriores, es un procedimienta sensato para cual- quiet investigador intelectual. Pero Aristételes pro- fundiza un poco més, Era sumamente consciente de su propia posicién al final de una larga linea de pen- sadotes; tenia mucho sentido de la evolucién intelec- tual y de su propio lugar en ella. Esto afecta a dos rasgos caracteristicos del pensa- miento de Aristételes. Primero, insiste en el valor de las que él llama «opiniones reputables». Algo que es creida por todas o pot la mayoria de los hombres —en cualquier caso, por todos o por la mayoria de los hom- bres inteligentes— es reputado y debe, piensa Aris- tételes, cener algo en su favor. En los Tépicos, una obta que se ocupa principalmente del razonamiento sobre y a partir de las «opiniones reputables», nos aconseja que recojamos tales opiniones y las utilice- ‘mos como puntos de partida para nuestras indagacio- nes, En la Etica a Nicémaco, da a entender que, al me- nos en Ia Filosofia préctica, fas opiniones reputadas 34 pueden ser asimismo puntos finales: «pues, si las di ficultades estén resueltas y se mantienen las opinio- nes reputables, se habra dado suficiente prueba de la cuestién». Lo mejor que pueden esperar lograr nues- tras investigaciones es aventar las opiniones reputa- bies, con lo que se volarin las pajas de la falsedad y quedardn los granos de la verdad. EI consejo de Aristételes de que prestemos aten- cién a las opiniones reputadas no es una simple su- gerencia trivial en el sentido de que, antes de empe- zat una investigaci6n, es conveniente ver qué han he- cho otros hombres. Los hombres desean por natura- leza descubrir la verdad. La naturaleza no les hubiera dado ese deseo si hubiera sido imposible satisfacerlo. De ahi que si los hombres en general creen algo —si una cosa es reputada— es sefial de que es mas pro- bable que sea verdadera que falsa. En segundo lugar, Aristételes tenia una clara idea de a importancia de Ja tradicién para el aumento del conocimiento. ~~ a * mrpadt ees En todos los casos de descubrimiento, aquellas cosas que han sido tomadas de otros que han trabajado an- teriormente sobre ellas, dan lugar al progreso gra- dual en manos de quienes las han comado, mientras que lo que se descubre en el comienzo, habitualmen- te, no progresa sino muy poco al principio, y sin em- bargo es mucho més til que el incremento poste- rior que depende de ello. Pues el principio es, sin duda, la cosa més importante de todas, como dicen, Y por eso es la més dura; pues, cuanto mayor es en poder, menor es en magnitud y més dificil de ver. Pero una vez descubierta, es celativamente ficil in- corporat y aumentar el resto. O también: La investigacién de la realidad es en cierto modo di- 35 ficil y en cierto modo facil. Una indicacién de esto €5 que nadie puede alcanzarla de una forma total. mente satisfactoria y que nadie falle por completo: cada uno de nosotros dice algo sobre la naturaleza y aunque como individuos hacemos avanzar la cuestién Poo, 0 nada, de todos nosotros tomados conjunta- mente resulta algo considerable y, como dice el pro- u verbio, gquién dejara de ver la puerta de un grane- 02... Y no es justo dar gracias solamente a aquéllos cuyas creencias compartimos, sino también @ aqué- los cuyas concepciones son mas superficiales; por- que también ellos conttibuyeron algo, ya que nos pre- pararon las cosas. Si Timoteo no hubiera existido, ca. recerfamos de mucha de la poesia litica; pero si Fri. nis no hubiera existido, Timoteo no la hubiera he- cho. Ocurre lo mismo con los que han expresado sus concepciones de la realidad. Pues, de algunos de ellos. hemos tomado ciertas opiniones y otros fueron cau- sa de la existencia de esos hombres. La adquisicién de conocimiento es ardua y la cien- cia crece lentamente. El primer paso es el mds dificil, Porque no tenemos nada que nos gufe en nuestro ca. mino. Mis adelante, el progreso es més facil; pero aun asf, como individuos podemos aportar poca cosa al montén creciente de conocimientos: es colectiva- mente como las hormigas fabrican el hormiguero. 36 CAPITULO 5 El trasfondo filoséfico Aristételes fue un infatigable coleccionador de da- tos: datos zoolégicos, astronémicos, meteorolégicos, histéricos, sociolégicos. Algunas de’sus investigacio-| nes politicas fueron realizadas durante la tiltima eta- pa de su vida, cuando, de 335 a 322, ensefiaba en el Liceo de Atenas; gran parte de su investigacién bio- I6gica se llevd a cabo durante los afios de sus viajes, entre 347 y 335. Hay razones para creer que sus ac- tividades de recogida de datos fueron igualmente im- portantes en la primera época de su vida adulta, en- tre 367 y 347, pero ese petiodo esté por narrar. | Hasta ahora hemos visto a Aristételes como figura piblica y como investigador privado; pero eso es, como mucho, la mitad de lo que fue. Al fin y al cabo, se considera que Aristételes fue un filésofo y no hay nada de filoséfico en las operaciones que he estado describiendo. En efecto, uno de los antiguos enemi- gos de Aristételes le acusaba de ser una simple urraca: ¢Por qué se aparté de la exhortacidn de los jévenes e incurrié en la terrible célera y enemistad de los se- guidores de Isécrates y de algunos otros sofistas? De- bfa tener seguramente una gran admiracién por sus 37 propios poderes, desde el momento en que abando- 1nd su ocupacién adecuada y se encontré, con ese mo- tivo, recolectando junto a sus discipulos leyes ¢ in- numerables constituciones y peticiones legales sobre tertitorios y apelaciones basadas en circunstancias y cosas por el estilo, y decidié...conocer y ensefiat filo- soffa y retérica y agricultura y cosmética y minerfa y los oficios practicados por quienes estin avergonze- dos de lo que hacen y dicen que lo hacen por nece- sidad, La acusacién esté lena de retérica y contiene algu- nas falsedades absurdas: Aristételes no dedicé mucho estudio a la cosmética. Pero, con todo, es digno de te- ner en consideracién. Los estudios de Aristdteles so- bre «politica y agricultura» son impresionantes, las |Constituciones y las Investigaciones son obras mag- | nificas; pero gcémo se relacionan con la filosofia? Ne- cesitaremos contar una larga historia para responder a esa pregunta. Aristételes nacié en 384 en la ciudad de Estagira, al norte de Grecia. Su padre murié cuando élera ain pequefio y le educé su tio Proxeno, que estaba rela- cionado con Atarneo. Nada hay escrito sobre la edu- cacién temprana de Aristételes; pero como venia de una familia rica e instruida, sin duda recibié el tipo de educacién literaria y gimnéstica que era normal para un griégo de buena cuna. En 367, a la edad de diecisiete afios, se marché de Estagira a Atenas, don- de se unié a un brillante grupo de hombres que tra- jbajaban y estudiaban en la Academia bajo la direccién \de Platén. En una de sus obras perdidas, Aristételes contaba cémo un campesino corintio habia leido Gor- gias de Platén y «al momento renuncié a sus tierras y a sus vifias, hipotecd su alma a Platén y la sembrd y Ia planté con la filosoffa de Platén». {Se trata de una autobiograffa novelada? Tal vez el joven Aristé- teles leyera los didlogos de Platén en Estagira y fuese 38 seducido por la Dama Filosofia, Sea como fuere, el) cambio a Atenas y a la Academia fue el acontecimien- to crucial de la vida de Aristételes La Academia, como el Liceo, era un lugar piiblico y la escuela de Platén se parccia tan poco a una uni- versidad moderna como la de Aristételes. Sin embar- g0, habia algunas diferencias entre los dos estableci- mientos. Platén posefa una finca propia cerca de la Academia. Sus charlas y sus discusiones no eran, por, regla general, publicas. En realidad, la escuela de Pla- tén parece que fue verdaderamente un club bastante selecto. En 367, Aristételes ingresé en él. El propio Platén no cultivaba la polimatia. No as- piraba a la diversidad que su discipulo més famoso al- canzaria. Por el contrario, limitaba sus investigacio- nes 2 la filosoffa en el sentido estricto: a la metafisi- ca, epistemologta, légica, ética, teotfa politica; y la Academia era, ante todo, una escuela de filosofia, Pero Platén no Hevaba anteojeras: estimulaba las investi gaciones de otros hombres en otros terrenos y reunid en torno suyo a las mentes de mayor talento de Grecia, Las matematicas se estudiaban, ciertamente, en la Academia. El propio Platén no era un matemtico, pero estaba muy interesado por los métodos de las matemiticas; proponia problemas matemiticos a sus discipulos y ies animaba a estudiar las ciencias mate- miticas. Es probable que también se estudiara ciencia natural, El Timeo de Platn contiene especulacién de naturaleza cientifica y un comedidgrafo ridiculizé asi a los jévenes académicos: «En e! gimnasio de la Aca demia he ofdo algunos argumentos absurdos y ex- traordinarios; hablando de [a naturaleza, escaban dis- tinguiendo tipos de animales y clases de Arboles y es- pecies de vegetales, y luego trataron de descubrit a qué especie pertenece la calabaza.» Platén estaba in- teresado por los problemas de clasificaciéa; y esos problemas afectaron a los intentos posteriores de Aristételes sobre taxonomia biolégica. "PUM La Acader LY ia también enconte6 un lugar para Ia re- cdrica. Fue en esa disciplina en la que Aristételes se hizo conocido en un principio. Aproximadamente en 360 escribié un didlogo, el Grylls, sobre el tema de la retérica y en él atacaba las concepciones de Is6- crates, uno de los principales oradores del momenio, un educador y un erudito profesional. Uno de los dis- cipulos de Isécrates, Cefisodoro, replicé con un largo contraataque: la primera de las muchas polémicas di- rigidas contra Aristételes, (Cefisodoro acusaba a Aris- tételes de perder el tiempo recogiendo proverbios, iptueba de que ya en 360, Aristdceles habia iniciado ‘sus actividades de compilacién.) Algunos afios mds tarde, en su Protrepticus, Aristételes defendié los ideales de la Academia contra las nociones més prag- miticas de la escuela de Isécrates y el propio Isbcra- tes replicé en su Antidosis. A pesar de este profundo desacuerdo, Aristételes pudo alabar posteriormente el estilo literatio de Isdcrates. La retérica continué interesando a Aristételes. Los ptimeros bortadores de su tratado sobre Retérica, que, a diferencia de Gryllus y Protrepticus, han llegado in- tactos hasta nosotros, pueden muy bien datar de aque- llos primeros afios en la Academia; y no se dieron los toques finales a la obra hasta el iltimo periodo de la vida de Aristételes. La retérica y el estudio de la lite- ratura estén intimamente relacionados: Aristételes es- cribié un libro histérico-critico De Jos Poetas y una coleccién de Problemas boméricos. También es posi- ble que esos estudios se iniciaran en la Academia. Ellos muestran que Aristételes fue un estudioso serio de la filosofta y la critica literaria, y formaban parte [tel trabajo preparatorio para la Poética, en la que lAristételes esbozé su celebrada descripcién de la na- turaleza de la teagedia, y para el tercer libro de la Re- torica, que es un tratado sobre la lengua y el estilo. La retérica también est4 relacionada con la Iégica: 40 en efecto, uno de los principales puntos de Aristéte- les en el Gryllus era que la retérica no debia excitar las pasiones por medio de la finura del lenguaje, sino que debia persuadir a la razén por medio de la finuca del argumento. El propio Platén estaba enormemen- te interesado por la légica o «dialéctica» como se Il maba entonces; y los Académicos se dedicaban a una especie de gimnasia intelectual en la que las tesis es- tablecidas debian sec defendidas y atacadas por medio | de una serie de argumentos estilizados. Los Tépicos 7, de Aristételes se delinearon por primera vez en sus ,h- afios de Academia, La obra enumera los diversos ar- gumentos-forma (topoi, de donde Tépicos), que uti- lizaben los jévenes gimnastas. Las Refutaciones so- fistas, wn apéndice a los Tépicos, catalogan numero- sas falaciss que tenfan que reconocer y resolver. Aristételes permanecié veinte_afios en Atenas, como miembro de la Academia de Platén. En 347, el afio en que murié Platén, abandoné Atenas por Atar- neo: tenfa treinta y siete afios, era un filésofo y un! cientifico por sus propios méritos. ;Qué aprendié en! aquellas dos décadas de formacién? zQué aspectos de la filosofia de la Academia le influyeron y dieron for- ma a sus convicciones posteriores? Sentia un profundo afecto hacia Platén. A la muer- te de éste, escribid una emocionada elegia en la que le ensalzaba como un hombre «a quien los hombres perversos no tienen ni el derecho de elogiar; que solo, © primero entre los mortales, demostrd claramente, con su propia vida y en el curso de sus argumentos, que un hombre Ilega a ser bueno y feliz al mismo tiempo». Pero uno puede amar a un hombre y recha- zar sus creencias al mismo tiempo. Aristételes no era, desde luego, un platonista cabal. Las concepciones de Platén se critican fuertemente en los tratados de Aris- tételes que han sobrevivido, y le hacia criticas cuando todavia vivia. «Platén solia llamar a Aristételes el Po- 41 ate worl tro. Qué querfa decir con ese nombre? Claramente, era sabido que los potros cocean a su madre cuando han mamado suficiente.» Los criticos antiguos acusa- ron al Potro de ingratitud, pero la critica es absurda: ningin maestro exige que sus discipulos se adhieran a sus doctrinas por sentimiento de gratitud. Tanto si Aristételes crefa en las doctrinas de Platén como si no, resuisé ciertamente influido por ellas. Escogeré cinco_puntos que, juntos, determinaron mucho del pensamiento filosdfico de Aristétetes e hicieron de él un cientifico filoséfico, y no un mero coleccionista de informacién agricola, a En primer lugar, Platén reflexionaba profunda- vj/eymente sobre la unidad de las ciencias. Veta el conoci- miento humano como un sistema potencialmente uni ficado: la ciencia, para él, no consist‘a en amasar da- tos al azar; era la organizacién de los datos dentro de una explicacién coherente del mundo. Aristételes también fue un pensador sistemético y compartia de todo corazén la visién de Platén de una teoria unifi- cada de la ciencia, aunque no estuviera de acuerdo con Platén sobre el modo de lograr y exponer dicha unidad. En segundo lugar, Platén era un légico. Ya he ci- tado la afirmacién de Aristételes de que él habla sido un pionero en la ciencia de la légica, y es verdad. que Aristételes convirtié la logica en una ciencia e inven- té la disciplina de la Idgica formal. Pero Platén, tanto en sus didlogos —notablemente en el Parménides y el Sofista— como en los ejercicios «dialécticos» que fomentaba en la Academia, habia preparado el terre- no para Aristételes. Habia investigado los fundamen- tos de la légica, y habia exigido 2 sus discipulos que se formaran en la prdctica de la argumentacién, El es- tudio de Aristételes de la retérica en la Academia y su interés, estrechamente relacionado, por la «dialéc- tica» le iniciaron en la disciplina que habia de hacer suya, 42 Por otra parte, a Platén le interesaban los proble- | mas de la ontologia. («Ontologiay es un grandioso +} nombre de una parte de Ja metafisica general: un OF. tdlogo trata de deter i fen” realmente, cudles son las éntidades fundamentales que comporien el mundo.) La ontologia de Platén estaba contenida en su teorla de las Ideas 0 Formas. Segtin dicha teorfa, las realidades dltimas —las cosas sobre /¥} las que la realidad de todo lo demas depende de algin modo— son universales abstractos. No son hombres ni caballos individuales —Pedro, Juan y Pablo; Babie- ca, Rocinante y Bucéfalo— sino las formas abstractas de Hombre u hombria y de Caballo 0 caballez, lo que constituye el mobiliatio basico del mundo real. La teo- ria no es facil de entender; lo que importa aqui es que Aristételes la rechaz6 y que dedicé mucha de su acti- vidad filoséfica a desarrollar una ontologia alterna- tiva, En cuarto luger, Plat6n consideraba el conocimien-Z to ciensifico como.una bisqueda de las. causas.o. ex. plicaciones de las cosas. Segin su concepcién, las no- cioniés dé ciéncia y conocimiento estaban intimamen- te ligadas a la de explicacién y expuso los tipos de ex- plicacién que podian darse y las condiciones bajo las cuales los fenémenos podian y debian explicarse. Aris- toreles heredé esa inquietud. También él liga el cono- cimiento a la explicacién. Sus empresas cientificas no tenian por objeto la mera observaci6n y constatacién, sino, por encima de todo, la explicacién. Finalmente, esté la cuestién del conocimiento mis- / mo. ,Cémo adquirimos conocimiento, en primer lu- © gar? {Por qué cauce llegamos a conocer y entender el mundo? ;Por qué suponer, en realidad, que sabemos algo en absoluto? La parte de la filosofia que trata es- £7! tas cuestiones suele llamarse epistemologia («episten am mey es la palabra griega que significa «ciencia»). La epistemologia le preocupa a todo fildsofo que esté in- 43 teresado por la ciencia y nuestra captacién de la rea- lidad, y las ceorias epistemoldgicas estarin determi- nadas, al menos en parte, por cuestiones ontoldgicas. Muchos pasajes de los didlogos de Platén tratan de discusiones epistemolégicas. También en esto, Aris- tételes siguié las huellas de su maestro. El conocimiento debe ser sistematico y unificado. Su estructura viene dada por la Iégica.y su unidad des- cansa, en el fondo, en la ontologia, Es, esencialmente explicativo. Plantea problemas filoséficos profundos. Todo eso, y mucho més, lo aprendié Aristételes en la Academia. Por muy profundamente que discrepara de la elaboracién detallada de Platén en esos cinco pun- tos, estaba con él en principio. En los préximos capi- tulos esbozaré las conceptiones de Aristéreles sobre estos temas. Al final de ese esbozo, seré posible ver por qué Aristdteles es mucho més que un coleccionis- ta de datos: por qué es un cientifico-filésofo. 44 CAPITULO 6 La estructura de Jas ciencias La més desarrollada de las ciencias griegas era la ee geometria. Euclides realizé su obra después de la muerte de Aristételes, pero el propio Euclides se bas en la obra de sus predecesores, quienes habjan dedi- cado cierta reflexién a lo que iba a llegar a ser el ras- g0 distintivo de la propia ciencia geométrica de Eu- clides. En una palabra, la geomettia de Euclides es un sistema axiomarizado: Euclides selecciona unos pocos principios sencillos, 0 axiomas, que postula como las verdades primeras-de su disciplina; y de esos axiomas hace derivar, por una serie de deducciones légicamen- te obligadas, todas las demés verdades de la geome- tria, Esta consiste, pues, en verdades derivadas, 0 te0-{ remias, y verdades primeras, o axiomas. Cada teorema| se sigue ldgicamente —aunque frecuentemente pasan- do por,una larga y compleja cadena de razonamien- to— de uno o varios de los axiomas La nocién de un sistema axiomitico es elegante intelectualmente atractiva. Platén se sintié atraido por ella y sugirié que la totalidad del conocimiento hu- mano podia establecerse de algtin modo como una Unica ciencia axiomatizada. De un reducido conjunto} de verdades primeras podria deducirse légicamente! 45

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