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Otono del hombre, primavera de los pueblos... To Eramos una visién, con el pecho de atleta, las manos de petimetre y la frente de nino. Eramos una mascara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquet6n de Norteamérica y la montera de Espana. El indio, mudo, nos daba vueltas alrededor, y se iba al monte, a bautizar a sus hijos, El negro, oteado, cantaba en la noche la musica de su corazén, solo y desconocido, entre las olas y las fie- ras. El campesino, el creador, se revolvia, ciego de indig- nacién, contra la ciudad desdeniosa, contra su criatura.” José Marti ‘En América Latina, el peor enemigo de la democracia no es el ejército, aunque el ejército hace lo posible por parecerio. El peor enemigo de la democracia, en Améri- ca Latina, es toda la estructura de la impotencia que el ejército custodia, y que tiene su base en el sistema eco- némico. Ese sistema integra un sistema mayor, una ma- quinaria internacional de poder. Uno de los mecanismos de esa vasta y complicada maquinaria se llama democracimetro y cumple la funcién de medir el mayor © menor grado de democracia que existe en cada pais Por regia general, los meaios masivos de comunicacién, que fabrican opinién en el mundo, difunden las medicio- nes de este aparatito y las convierten en inapelables ve- redictos de Occidente. Eduardo Galeano OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS Hacia Ia sintesis de los derechos humanos: los derechos de los pueblos El doctor EDUARDO UMANA LUNA nos ofrece en este texto, capitulo final de su libro El Derecho (poder, dominacién, control social), una interpreta- cién de los llamados derechos de tercera generacién o derechos de solida- ridad, es decir, aquellos derechos que quedaron formulados como un proyacto de Humanismo Social en la Declaracién de los Derechos de los Pueblos 0 Declaracién de Argel de 1976, como es ms conocida. La primera parte del texto est dedicada al andlisis de los derechos huma- nos en Colombia como una meta nunca cumplida, no cumplida en virtud de una causa fundamental: su condicién de pais dependiente, explotado dentro del contexto del Imperialismo Mundial. Su andlisis parte de la exigencia, planteada ya por Bolivar en la Carta de Jamaica, de Soberania en lo inter no y Respeto en lo extemo, Dos ejes que posibilitan el real acercamiento a un orden justo y a la eliminacién de la separacién existente entre una demo- cracia formal, como la que vivimos, y una democracia auténtica, en la que no solo se garanticen los derechos consagrados por la Declaracién de la ONU y reconocidos en la Constitucién Politica del pais, aunque violados de manera legitima y constante en la prdctica y mediante la expedicién de decretos y resoluciones de cardcter francamente antidemocratico, sino una democra- cia donde prevalezca por fin lo que Marti consideré debia ser la ley primera de las nacientes republicas latinoamericanas: El culto a la Dignidad plena del Hombre. El paso de los derechos humanos en Colombia de utopia a realidad, el trénsito de una democracia de papel (Galeano) a una democracia real, son posibles cuando se haga efectivo un ordenamiento juridico-politico basado en el concepto de Derechos Humanos, tal como se expresan en la Declara- cién de Argel. O, para decirlo con las propias palabras del autor, cuando los Derechos Humanos en Colombia tengan como pardmetroa los Derechos de los Pueblos. Otro elemento que reviste especial importancia en el presente texto de Umafia Luna es el analisis critico de los derechos humanos consagrados y propuestos en la Constitucién anterior a la de 1991 y la forma como se cumplen, aten- diendo a la estructura policlasista de la sociedad colombiana. Una confron- tacién veraz entre los propésitos de la Ley y la realidad vivida y sufrida. Demostracién mas que palpable de la existencia de una democracia formal en Colombia, que ignora las abismales diferencias sociales entre las clases, asi como la grave situacién que viven los empobrecidos en el pais. 145 OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS El humanismo social: base del futuro derecho Eduardo Umafia Luna L gs inhumanas victorias de. los imperialismos con su sed de codi- cias sobre naciones inermes; las fatidicas experiencias de las dos tltimas guerras mundiales; los avances increibles de la ciencia y la tecnologia: el abismo traza- do entre naciones pobres y ricas; el clamor de los pueblos irredentos: todo impele a una verdadera universalizacin de las bases del derecho. Si bien cada uno de los ac- tuales cinco grandes sisternas politicojuri- dicos conservaré por un tiempo imprevisible varias de sus caracteristicas propias, no por ello las normas ecuménicas buscando la justicia para toda la humanidad, se van exteriorizando en las Declaraciones Univer- sales, particularmente en la de los Derechos Humanos y en la de los Derechos de los Pueblos, en la busqueda persistente y loa- ble de la implantacién del Humanismo So- cial. Para ilustraci6n del lector se ha buscado un ejemplo tipico de este proceso, siguiendo un caso de nacién en via de desarrollo, duefa de un rico itinerario de influencias pero en busqueda de su propio destino encajado en los ideales universales del Hu- manismo Social El autor ha escogido su conocimiento més cercano: su propia patria. Colombia, en su actual coyuntura y la proposicién a su porvenir del cumplimiento de los Derechos Humanos tomando como parémetro la posibilidad (paso de la utopia ala realidad) el objetivo contenido de la Declaracién Universal de los Derechos de los Pueblos. (Argel, 4 de julio de 1976). Elderecho, entonces, como poder positivo (dominacién por consenso y control racio- nal) para llegar a las metas mds fructiferas en la comunidad (nacional e internacional) de verdadera justicia dentro de los vinculos genéricos de la democracia real (interdependencia de solidaridad interna- cional y autodeterminacién nacional). 0 sea, no una mecanica legalidad sino una valedera legitimidad. El proyecto es tan ambicioso como la ne- cesidad humana lo exige. Su viabilidad depende de la accién persistente de maestros y educandos, del desarrollo de la libertad de conciencia, de informaci6n y de respeto a la dignidad del ser humano. 147 OTORO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS El itinerario histérico-socio- légico de Colombia com- prende, por lo menos, los cinco siglos transcurridos desde cuando el orden aylico (preconquista) reci- bid el impacto violento de la subversion cristina (nuevo orden, nuevos valores, nue- vas normas, nuevas institu- ciones). Derrotando el orden aylico -durante tres siglos y medio- operaria el orden sefiorial, con el im- perio de la metropoli hispa- nica. Producida la eman- cipacién, este orden -en lo esencial- continuaria hasta mediados del siglo pasado con el surgimiento del or- den burgués-sefiorial. Este s6lo vino a cambiar con el orden social-burgués de actual vigencia, mientras opera la subversién hete- rogénea de quienes pro- pugnan por un nuevo orden... ¢Cudl fue la simple legalidad y ésta-a su vez-ha tenido alguna legitimidad? Hipétesis y Desarrollo Imperialismo y desigualdad. Somos més: los demas. Me- nos: Nosotros mismos. Hipo- tecados, enajenados (siem- pre el imperio: mercantiista, industrial, financiero, tec- nocratico). El deber colec- tivo debe buscar el respeto de nuestra soberania en las telaciones intemacionales y la autodeterminacién para alcanzar Ia justicia social. 148 Asi habré que entender (en lo externo y en lo intemo) el paso del liberalismo clasico al humanismo social. El proceso sociolégico-his- térico de Colombia, al igual que el del resto de Latinoamerica, es de frus- tracién de lo propio y triun- fo de lo fordneo. Impe- tialismo en lo politico-juridi- Co, en lo econémico, en lo ideolégico. No es un fend- meno de meras coyunturas, sino que representa toda una dinaémica estructural, con predominio de la me- tropoli, con la ayuda de los cipayos y Ia ignorancia de nuestros pueblos. Por eso pudimos deducir en La Tramoya Colombiana: La estructura politico-juridica colombiana no es adecua- da para alcanzar los objeti- vos minimos de seguridad social y de bienestar perso- nal contenidos en la Decla- racién Universal de los De- rechos Humanos, sobre la base siguiente: Al compa- rar sistemdticamente la De- claracién Universal de los Derechos Humanos con las normas constitucionales y legales de Colombia, se encuentra una distancia muy variable; como resul- tado de Ia diferencia entre Ja unidad tedrica de la De- claracién y la falta de univocidad en la estructura politicojuridica de Colom- bia, cuestién esta Gitima que muestra el caos y el desorden politico de nues- tro pats. En consecuencia, el adve- nimiento, desarrollo y crisis de las estructuras politico- juridicas, ideolégicas y econémicas, _correspon- diente a cada uno de los 6rdenes mencionados y sus contradicciones (&lite-con- traélite; valores-contrava- lores; normas- contranor- mas; sistema-contrasistema; status-quo-rebeli6n). Desde la implantacién del orden senorial es necesario estudiar las relaciones con los modos de produccién, sistemas y estructuras que, desde otras naciones, no s6lo influyeron en nuestros cambios, sino que nos OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS redujeron a enclaves pro- ductores de materias primas importadores de la me- trOpoli de turno. Los dirigentes politicos y econémicos tienen la res- Ponsabllidad -rnayor o me- nor- de esta realidad. Los colombianos dirigidos; aje- nos al dominio politico y econémico: seres pasivos al margen de las decisiones. La dominacién y control del poder repartido entre los jefes de las dos vertientes del pais politico (manes de Jorge Eliécer Gaitan: de derecha a izquierda, pero siempre dentro de los linde- ros tradicionales de sus ideologias, de sus ferias de vanidades, de sus egots- mos). Todo ello operando, por lo menos, desde la centralizacién politica y descentralizaci6n adminis- trativade la Constitucion de 1866, con algunas reformas (1905, 1910, 1936, 1945, 1968), siendo la més avan- zada la de la revoluci6n en marcha (1936) bajo. la rectoria politica det partido liberal y sus prohombres de entonces (Alfonso Lopez Pumarejo, Alberto LLeras Camargo, Dario Echandia, etc. etc.) En el fondo: la aplicacién li- mitada de la Declaracién de los Derechos de! Hombre y del Ciudadano, base de nuestra democracia formal que siempre ha estado ale- jada de la necesidad de las clases populares de Co- lombia. Para la dominacién for nea: filosofias, politicas, planificaciones, estrategias, tacticas, muchas veces ex- teiorizadas en doctrinas absurdas (ejemplos: de la seguridad nacional o la de la guerra de baja intensi- dad, 0 dela guerra sucia). $e ha menospreciado el principio de la autode- terminacién de los pueblos. Recordaba Lelio Basso: Los sujetos de Ia historia son los pueblos, que son también sujetos de derecho; en pri- mer lugar, de! derecho a la dutodeterminacién en sentido amplio, es decir, entendido de cara al exte- rior como independencia y soberania reales, y de cara al interior, como democra- cia y soberania populares. Finalidad conseguida en el importante documento Declaracién Universal de los Derechos de los Pueblos (Argel; 1976) que, en rela- cién con el Estado (y por tanto la Constituci6n Politi- ca), sefiala que se debera tender a la plenitud de la aplicacién de los Derechos Humanos (sin dogmatismos, ni autoritarismos, ni popu- lismos), Usar un franco lenguaje po- iitico (para precisar las rea- lidades latinoamericanas frente a las expresiones de Ia filosofia iacionalista de nacismos, fascismos, falan- gismos, y demas monstruos de la Edad Contempord- nea). Expresar sin titubeos ni ambages: El Estado al servi- clo de la Comunidad; no la Comunidad al arbitrio del Estado. Asise principia a sustentarla tesis del pacto colectivo nacional dentro del huma- nismo social. Entendido el concepto de humanismo social,no como la anterior exaltacién me- tafisica, a una entidad abs- tracta (el ego), sino como el actual imperativo ‘de 149 OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS —— respeto al ser social (sujeto concreto en el devenir historico). El sujeto en toda su importancia social. En la sociedad cultural. La sintesis didlectica con su trascendencia politica en el plan- teamiento concreto de la seguridad y prosperidad colectivas, mediante el ejerci- cio del poder publico en el sistema, Ahi: el sujeto y el humanismo social. Con significa- do actual, ajeno a demagogias: los Dere- chos de los Pueblos para hacer viables los Derechos Humanos. Atraso politico Ciertamente que el mundo cambia, pero no siempre los gobiernos entienden la di- namica del cambio. Permanece incélume lo fundamental de la estructura poltico-ju- ridica y, en consecuencia se perjudican las transformaciones en la estructura econé- mica, mientras se debate sin rumbo fjo la estructura ideolégica determinando una grave dicotomia entre el Estado y la praxis nacional. 150 En efecto: la actual estructura politico jur dica colombiana no se adectia al proceso econémico (extemo e interno), para al- canzat los objetivos minimos de seguridad social y de bienestar personal. Hay un gra- ve desfase entre politica y economia. En consecuencia, sobre el femor reverenciala la Revoluci6n Francesa que, el 26 de agosto de 1789, proclamé la Declaracién de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (como el prdiogo conceptual de su nueva Carta Politica), no se ha profundizado en la investigacién econémica y social (que sea la propia y no la absurda copia de doctr- Nas, autores y programas, la mayor parte jenos a la fenomenologia de Colombia). En este siglo, después de la Segunda Gue- tra Mundial, dos modos de produccién do- minantes (capitalsmo y socialismo) vieron la urgente necesidad de aceptar la ideologia de compromiso que impidiera una nueva catastrofe mundial. Después de un proceso largo y dificil, se proclamé, el 10 de di- ciembre de 1948, en la Asamblea General de la ONU, La Declaracién de los Derechos Humanos que, la verdad sea reconocida, ni ha llegado a nuestra Constitucion ni Menos atin, a nuestro desarrollo econémr- Co, ni a nuestra soniada pero no lograda paz social. Resulta necesario tocar un aspecto funda- mental: la diferencia de posible aplicacién de los Derechos Humanos en los paises al- tamente desarrollados y en las naciones en desarrollo y, algunas subdesarrolladas (como aquellas en que priman la miseria y la pobreza absolutas, para altos indices de su poblacién, tal el caso de Haiti, para no hablar de Colombia). No puede ser la teoria del desarrollo para el subdesarrollo: al contrario: del subdesarrollo hacia un posi- ble desarrollo. Es decir: poner el problema ensu adecuado planteamiento: soberania OTORO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS nacional hacia afuera y justicia social ha- cia adentro. Reclamar equidad en lo inter- nacional y abandonar la postura de nacién mendicante. Democracia real en lo interno y fespeto en lo externo: como lo propuso Simén Bolivar, especialmente en la Carta de Jamaica. En los paises desarrollados Ia utopia -si hay voluntad gubernamental- se puede con- vertir en palpable realidad. En los subdesa- rrollados no dejaré de sero que es: utopia, ynada mas. Democracia formal En este orden de ideas conviene recordar que el contenido de nuestra democraciaes una enganosa formalidad. Hay que supe- rar esta forma equivoca para llegar a la democracia real. La inquietud coetanea, con particularidad en las naciones subde- sarrolladas, ha sido la de examinar las [I bertades meramente formales (vacuas para nada, sin contenido alguno) y. por ende, desarrollar las libertades reales con sus correlativos deberes sociales, median- te el cambio de las actuales estructuras in- capaces de garantizar la justicia y la paz. La motivacién de los verdaderos demé- cratas es la racional disposicién del cambio para el desarrollo econdmico, la justicia social y la solidaridad nacionales. Esto implica el andlisis de las estructuras econé- micas, la investigaci6n cientifica, la tecno- logia propia a nuestras especiales carac- tetisticas... Consecuencialmente la alinde- racién de las fuerzas politicas (ajenas a totalitarismos), renovacién de las institucio- nes y de las normatividades. Todo ello, en persistente respeto a las libertades esen- Ciales del asociado. Para el adecuado ejercicio de los derechos Politicos hay que precisar con exactitud los conceptos basicos, la estrategia de accién y la tactica operativa, siempre y cuando que se actue para lograr las condiciones econémicas y sociales indispensables para el desarrollo arménico entre las libertades individuales y los derechos sociales. Proceso dificil de explicar cuando se pier- de el expositor en meras especulaciones (filosoficas, a veces; ideolégicas, otras; cientificas, algunas) pero sin tomar pie en tierra para proponer efectiva politica en pro del hombre y de la comunidad, sobre la base econémica (intemnacional y nacional) ysu consecuencia en nuestra justicia social. La unidad en Ia dualidad (politica y huma- nismo) puede superar la contradiccién en- tre los derechos del ciudadano (utopia liberal) y los derechos'humanos (proyecto. social) en busqueda de la sintesis (derechos de los pueblos y los derechos humanos). » 151 CAMELLANDO Caminantes 152 Acuda a la oficina del DANE de su Departamento ©, en su defecto, a la oficina del PNR, entidad Oficial o privada, y averiguie la poblacidn que vive en estado de pobreza o pobreza absoluta en su Departamento. Agruipelos por edad y sexo, indicando la cantidad, para luego consignar los totales. Traiga los datos al taller, para trabajarlos y hacer una comparacidn entre regiones a ni- vel nacional. “El discurso de Ia libertad formal, una liber- tad por encima de las contradicciones de la realidad, sirve a los fines de los zorros que exigen libertad de accién en los gallineros. Lo mismo ocurre con el discurso de Ia de- mocracia formal, ajena al pueblo que dice servir. El democracimetro occidental ex- presa una cultura de la apariencia: el contrato de matrimonio importa més que el amor, el funeral mas que el muerto, la ropa més que el cuerpo y la misa mas que Dios. El espectaculo de la democracia importa mds que la democracia’. Eduardo Galeano OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS LA UTOPIA DE LOS DERECHOS HUMANOS: Como datos iniciales para entender el ac- tual planteo sobre la crisis de los Derechos Humanos, en Colombia, hay que dejar en claro que el investigador no generaliza el fenémeno a toda la poblacion. Tres sectores del pais: a. los que gozan de su alto status socioeconémico, con elevado nivel de vida y poder de decision (los de arri- ba); b. los que ascienden o descienden, segun sea su ubicacién en consonancia con sus posibilidades de estadio, suerte en el trabajo, alianzas politicas 0 sociales (los de en medio); y c. los que nada poseen, slo su fuerza de trabajo, sin mayores esperanzas, con bajo nivel cultural, sin seguridad social (los de abajo). Esto no es un planteamiento caprichoso. Es lo més sencillo, pero cierto en el esquema policlasista del pais. Lo préspero, lo ocasio- nal, y la pobrecia. Se parte de la realidad de la pirémide so- cial, con clases altas y medias privilegiadas en el reparto del ingreso nacional, con ni- vel cultural superior y con valores total- mente distintos alos de las clases populares, Aellos, los de arriba, no interesa este tipo de andiisis. Tal vez a los de en medio. Y los de abajo? Ausentes con su analfabetismo po- itico. Pero lo més importante radica en el hecho cuantitativo de los privilegiados por un sis- tema a su servicio en oposicién ala canti- dad de habitantes de Colombia, sumidos en la pobreza y la miseria absolutas. 154 Para estos Ultimos es que debe entenderse, con toda claridad y objetividad, la tesis de que los Derechos Humanos son una utopia. Esto parece ser incontrovertible. En seguida se enuncian los propésitos de las normas y se sefiala la realidad de su apli- cacién 0 no, de! catélogo de Derechos Humanes, en relacién con la mayor parte de la poblacién colombiana (clases me- dias-bajas; clases bajas-altas, bajas- medias, bajas-bajas) o sean las denominadas clases populares (sin tocar el pauperismo, la marginalidad, etc.) @) [gualdad y dignidad (Arts. 1 y 2) Propésitos; Libertad e igualdad; dere- chos y libertades generales. Realidad: la igualdad de los asociados no existe, se exterioriza en las conse- cuencias del agudo policlasismo, con sus abismales consecuencias en la distribu cién delingreso nacional, en la totalidad de posibllidades para el desarrollo de la personalidad en una minoria, y en la or fandad de perspectivas para la mayoria. La libertad formal, con base en precep- tos utépicos pero que no son aptos para el empleo integral de las facultades mentales y fisicas én una adecuada tegraci6n social y con una recta volun- tad de servicio, disciplina comin y lealtad humanitaria Justicia no siempre justa, carente de equidad y lejana de la busqueda ince- sante de la armonia general Libres e iguales: libre: gpara qué?, como? En dignidad y derecho: gcudl dignidad? (OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS éCudles derechos? De raz6n y concien- Cia: gen la ignorancia y sin conocimien- to para comparar, evaluar y decidir? Para comportarse fraternalmente los unos con los otros: como hermanos; no como amos y servidores, ni como patro- nos y explotados, ni como sefiores y sier- Vos. Igualdad en los derechos y libertades: para todos, sin la menor distincién racial, religiosa, politica, de nacimiento, u otra condicién. Claro que no hay qué decir del aban- dono de las negrerias y las mulaterias en las costas del Pacifico 0 del Caribe; nide la angustiosa pobreza de los mestizos en las vertientes andinas 0 en las altiplanicies narifienses, caucanas, cundiboyacenses, santandereanas, del Tolima Grande y, en general, de las gentes aposentadas en las hondas arrugas de nuestras cordille- ras; ni de la interdiccién por supuesta in- ferioridad de las comunidades indigenas. Igualdad en derechos y libertades, san- taigualdad, entre los detentadores de los medios de produccién (los més ligados al neocolonialismo econémico con vincu- laciones 0 dependencias directas foraneas) y en el trabajador que, al decir de alguien, tiene la plena libertad hasta para morirse de hambre. Igualdad entre naciones: como las de las comunidades superdesarrolladas en so- Ciedades de opulencia y las nuestras, las del Tercer Mundo, con urgentes necesi- dades de inversion y un incipiente con- sumo por la precariedad de la capacidad adquisitiva de nuestro pue- blo, en Ia evidente desproporci6n entre susalario nominal (dinero) y su salario real (capacidad de compra del mismo). Igualdad entre el menosprecio a nuestros productos en los mercados internacio- nales y el sefalamiento de altos valores @ los bienes de importacién obligada y de los cuales depende, en gran parte, nuestra posibilidad de despegue a un hipotetico desarrollo. bb) Derechos personales (Arts. 3. a 5) Propésitos: libertad y seguridad persona- les; ni esclavismos ni servidumbre; ni tor- turas ni tratos crueles. Realidad: libertad y seguridad persona- les, ausentes la esclavitud y el feudalismo; desterradas las torturas y los tratos crue- les. Seguridad para el recto ejercicio de la l- bertad. Como quien dice, respeto ala vida» humana. Una vez, un _/ periodista interrogo aun / sacerdote catdlico so- bre si se debia imponer la pena de muerte ante la proliferacién de cri- menes atroces, y el in- dagado —_respondié: “Antes de contestar la pregunta, seria mejor decir que se acabara la pena de muerte”. cA cudl se referia? a la de hecho. A la irracionali- dad y la barbarie. Juridicamente prohibi- da la esclavitud. Es de- cir, la etapa en que el ser humano era esclavi- zado, en que era ape- nas un simple. instru- mento de trabajo que se movia y hablaba, 155 OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS HIE Para diferenciarlo de los semovientes, instrumentos de trabajo que se movian pero no hablaban y de las herramientas que no se movian ni hablaban. Ojala no sea totalmente cierto lo afirmado por algunos antropélogos sobre el estado de esclavitud de tribus indige- nas de la Orinoquia y de la Amazonia. Servidumbre, también prohibi- da en la Declaracién: no hay expresién concordante en la Constitucién Nacional. Entre otros factores es posible que estono se haya realizado, porla situacién de campesinos ex- plotados con formas de trabajo agricola muy cercano ala clé- sica relaci6én del feudalismo de hace siglos en el continente i europeo, 0 sea la de “fidelidad- proteccién”. Fidelidad de am- plia significacion de obl- gaciones del siervo hacia el senior y de baja repercusién de derechos para ser reclamados del amo, 0 “patrén*, como todavia figura en el habla popular de muchas de nuestras gentes del campo. Ni torturas ni tratos crueles: como quien dice rechazo permanente a formas barbaras de amargas épocas en la hu- manidad (desde los pueblos primitivos, desde la esclavitud, desde el feudalismo hasta la Edad Modena, con sus revolu- clones industrial y comercial y sus con- secuencias politicas y econémicas en nuevas formaciones histéricas) pero con sevicias exteriorizadoras de la crueldad desencadenada, como en los geno- Cidios de la itracionalidad totalitaria o en los tormentos -més 0 menos refinados- de 156 los juicios de Dios a la manera medieval resucitada, por esbirros y sicarios que hacen el sucio oficio de torturadores en su tatea inquisitorial. c) Derechos civiles (Arts. 6 a 11) Propésitos: personalidad juridica; pro- teccién legal: recursos juridicos; ni de- tencién arbitraria ni destierro: juicio imparcial; presuncién de inocencia. Realidad: la experiencia demuestra algo nugatorio para el oportuno, eficaz y rec- to ejercicio de la justicia, especialmente en el derecho privado, o sea el costo de los juicios que, como es bien sabido, depende, para el impulso procesal, de las partes que, a su vez, estan supedita- das al pago de los honorarios profesio- nales, como uno de los desarrollos del Articulo 40 de la Constitucién Nacional. “En adelante s6lo podrén ser inscritos como abogados los que tengan titulo profesional.” “Nadie podré litigar en causa propia o gjena, sino es abogado inscrito. Sin em- bargo la ley establecera excepciones” (Art. 71 del acto legislativo numero 1 de 1945). Pese a las disposiciones del Decreto 196 de 1971, tendientes a hacer menos rigu- ros0 el vigor del texto constitucional, lo evidente es que los juicios salen muy Costosos y, para quien no pueda sostener el juicio, asi tenga a su favor todo el de- techo, no lo podré hacer efectivo por incapacidad econémica. La proteccién legal y los recursos juridicos son letra muerta sino se desarrollan en la oportunidad debida para mantener la OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS dinamica en esta delicada funcién y para contribuir a que no se turbe la paz social. No deben violentarse las garantias minimas del Habeas Corpus, como en este Estado de Sitio esta sucediendo, con la expedicién de decretos-leyes que cada dfa hacen menos posible el ejer- Cicio de ese derecho fundamental. El destierro si se ha aplicado por razones de estrategia politica 0 econémica, en dos formas: a) la mas conocida, 0 sea el envio doloso de colombianos al exterior, utilizando la fuerza del poder; b) una, no muy examinada, 0 sea cuando indivi- duos y, aun, comunidades enteras, son violentamente desplazadas de su habitat para ser lanzadas ala aventura, una vez son desposeidos de sus bienes aprove- chados por los amos de tumo. Juicio imparcial y presuncién de inocen- cia: gCOmo en una justicia clasista? £Clasista? Si, es bueno recalcarlo, clasis- ta: conjuntos normativos derivados del Policlasismo y exteriorizadores de intere- ses de grupos que, detentando el control del poder publico, hacen sus leyes, do- minan los procedimientos, coartan el derecho de defensa y, en no pocas ocasiones, extienden audazmente su justicia represiva politico-econdmica a jurisdicciones que, por esencia,.no de- berian ser ocupadas en tales menesteres. Habil maniobra para no hacer frente a la res- ponsabilidad sino trasia- dar las consecuencias de los problemas origi nados, casi siempre, en su codicia y afan de tu- cro, por ejemplo, a la justicia castrense. Justicia €sta para las urgencias de prevenir las fallas disciplinarias parti- cularmente en las campanas y campa- mentos. Por eso su forma mas peculiar se denomina: consejos de guerra verbales. O consejos de guerra ordinarios. Pero, de todas maneras, consejos de guerra. Pero, para que se mantenga, un sistema ca- duco y se ponga férreo limite ala accién real o supuesta, de los insurgentes (rebe- li6n, sedici6n, asonada, conspiraci6n)? O sean los denominads llicitos contra et orden public. zCudntas veces este abusivo traslado de 1a jutisdiccién ordinaria a la militar ha ‘ocultado méviles estrictamente politicos con propésitos electorales? Tacticas dentro de la tal democracia represen- tativa ‘con el Unico objetivo de ganar gracias electorales con avemarias cas- trenses. Pueblo uniformado juzgando a pueblo sin uniforme. Pero, al fin y al cabo, el mismo pueblo. d) Derechos politicos (Arts. 12 a 21) Propésitos: que el domicilio, la cores- pondencia y ia honra; que la locomocién y laresidencia; que el asilo internacional; que la nacionalidad; que la familia; que la propiedad; que las libertades de pen- samiento, de conciencia, de religion, de opinion, de expresion, de reunion, de asociacién; que la volun- tad popular. Este grupo de derechos, tan heterogéneo y com- plejo, depende en buena parte de la ubicacién den- tro de la pirmide social, la situacién econémica y el 157 (OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS nivel cultural alcanza- do. Por ende, su inves- tigacién es genérica, pues el detalle en cada una de las cate- gorias no puede result far sino de completos estudios, la mayoria de los cuales son deficientes o inexistentes en Colombia. Realidad: La vecindad de cada uno condicionada a su trabajo, pues quien depende del salario tiene que radicarse donde pueda ganarse la vida, Resido, donde pueda subsistir; estoy domicliado, donde se encuentren las condiciones para ello. No es cuestin de libre elec- ci6n, sino de necesidad sentida y vivida. Los siervos ligados a la propiedad feudal; el asalariado fabril, mas o menos estable, segiin la posibilidad de vender su fuerza de trabajo. Aca de los graves problemas de la migracién (entrando: inmigracién; saliendo: emigracién). Tal el éxodo del campo a la ciudad (emigrando) y Ia in- corporacién a los grupos asentados con anterioridad (inmigrando), Este puede ser uno de los factores de mayor conflicto social, en el duro pro- ceso de la aculturacién, en la incopaci- dad para ofrecerse en la nueva zona de trabajo, en el cambio de habitos, cos- tumbres, etc. Semillero de conflictos sicolégicos, econémices y sociales. “Levantar el rancho”, dicen nuestros campesinos, para luego si constituir la familia. O “buscar pieza”, dicen los obreros urbanos, para unirse a la com- pantera. Sin residencia resulta precariala posible manifestacién de vida familiar, més aun, el mantenimiento de la vida privada ante Ia obligada promiscuidad y hacinamiento en las Greas pobres de las 158 aad concentraciones urba- nas. Correspondencia: que tal vez no llegaré nun- ca, pues nadie la envia- 14 por vinculos débiles de solidaridad y, también, por anal fabetismo. Conceptos los inmediatamente recor- dados que ganan entidad, hondura y calidad, amedida que se asciende enla escala social, pero que para las clases populares tienen un valor muy relative o no existen. Honra: que depende de los valores que se hallan desarrollado en el grupo hu- mano a que se pertenezca, con la relatividad de la valoracién moral de- terminada por realidades que confor- man la posicién del individuo ante el mundo que le haya correspondido. Re- putacién: zpara qué, y ante quiénes? En grandes sectores de clases populares, la reputacién de alguien puede ser total- mente distinta de la de otro ubicado en escala social diferente. Ya se vio cémo protege Ia ley nacional estos valores en una escala ajena a las Clases populares. Circulaci6n libre si se tiene con qué ir y, en consecuencia, a dénde ir. Delo contrario, zpara qué? Vacaciones: el andino a la costa; el costeno a la montafa, Descanso, nuevas vivencios, aperturas al mundo. Para ello, la capa- cidad econémica. Como la de los po- bres? OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS No solamente circulo sino que resido; re- sidencia; permanencia, estabilidad, se- guridad. En contrario: trashumancia, como la de los arrendatarios (agro y ba- trios citadinos). Saliendo y entrando, cuando quiera (?) de mipatria. Si. gCémo? ZQuiénes? ,Por qué? Asilo: perseguidos politicos acogidos en tradicion persistente de nuestro pais. Los nuestros, @ consejos de guerra; los fordneos con la proteccién de la ban- dera patria. Contraste entre lo intemo y lo externo. Y, ecémo va la politica de extradiccién? Nacionalidad: todos son colombianos si se nace dentro de los limites patrios o en los casos especiales que sefiala la Cons- titucién. Pero, gcudntos estarén real- mente incorporados a un serio proceso cultural y de bienestar social, para ser colombianos sin recortes ni frustraciones? Familia: relaciones mutuas entre los es- posos, y entre padres e hijos. Asociacién mds 0 menos mudable. Institucién muy flexible. Célula basica social. Nuevas formas y motivaciones para la persisten- cia del contrato matrimonial, Mutaciones profundas. La ley: deficiente. Propiedad: los que tienen. De- techo de propiedad pri- vada en Colombia. Ausencia de propie- dad social. Propie- dad privada de los medios de produc- cién, sea de los ‘objetos de produc- clén (materias: bru- tay prima) o de los medios de trabajo (instrumentos, maqui- nas, edificios, vias, etc.). La libertad de pensamiento que apa- renta ser la més abstracta, desde el en- foque social conduce necesariamente a los sisternas pedagégicos empleados en el desarrollo de la suprema categoria del conocimiento, o sea la de pensar. Una gran parte del pueblo, sin acceso ala minima educacién, y una mala prepo- racién de los maestros para aquellos ni- fos de las clases populares que ficilmente alcanzan a terminar el ciclo precario de la escuela primaria, trae como consecuencia que gran parte de nuestros compatriotas piensan sin saber pensar, es decir, no han sido educados o lo han sido inconvenientemente. Las ideologias practicas se hacen irracio- nales, con bastante frecuencia; sus consecuencias son nocivas para el planteo racional de los problemas y sus soluciones. Prima, entonces, la emocio- nalidad en los grupos humanos y ésta es causa de conductas colectivas inexpli- cables por carencia de una aplicacién Cientifica, en el Grea de la sicologia, so- bre las conductas anormales derivadas de la situacién en referencia. El problema es; pero no se investiga. Lo Cierto es que los estudios de sicologia, en nuestro pais, tienden a servir a una élite Pero no ala confrontacién con la co- munidad por medio de una comprensiva sicologia so- cial Libertad de concien- cia: se adquiere ver- dadera conciencia de algo, cuando ese algo es conocido. Y no @s conocido 159 OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS aquello que por su realidad rodea nues- tra vida. En el trabajo, obrando en el proceso sociaimente organizado del trabajo, es obvio que su conciencia de- pende de las condiciones objetivas en que se desarrolia su actividad vital. La toma de conciencia hace al hombre més racional y, por ende, més libre. Co- noce inicialmente sus necesidades, y Este es el principio de su libertad Libertad de religion: dentro del marco de referencia del predmbulo de la Consti- tuci6n y las obligaciones adquiridas por el Estado, mediante el Concordato, con las disposiciones de obligatorio acata- miento, este tipo de libertad es rélativo en el pais. Libertad de opinién: opinion (escribiendo, dialogando, transmitiendo, ensefando). Difundo opinién (libros, catedra, radio prensa, television). Mi opinién adquiere frascendencia en cuanto se difunda: si carezco de medios de comunicacién, mi trascendencia es una mera potenciali- dad Libertad de reunion: es uno de los fun- damentos de las relaciones sociales. Es manifestacién de la bilateralidad y de la pluralidad. Contingente ‘o estable, Interacci6n. Libertad de asociacién: cuando el dere- cho'de reunién se hace estable; nuevas formas de accién: sindicatos, asociacio- nes; corporaciones, etc. Relacién social més estable, con reciprocidad de de- beres, Con personeria juridica al ampa- rolegal, o con trascendencia social (aun contra la ley). Puede serun sindicato, una asociacién teligiosa (dentro de Ia ley), 0 una asociacién para delinquir (contra la 160 ley, con fines nocivos para la comuni- dad), 0 también una asociacién de lu- cha con fines altruistas (contra la ley), en acci6n de simple propaganda (abierta o clandestina) 0, atin llegando al uso per- manente de las armas (como las guerri- llas). Libertad de expresién: expreso: luego trato de comunicar. Comunicar, o sea exteriorizar hacia otros. La expresién se realiza principalmente a través del len- guaje. Conceptos y juicios para difunair diferentes formas de expresion: distintos medios de expresion. Con creciente importancia social: los medios de comunicacién que, por el avance tecnolégico, llegan més a la sociedad (cine, radio, television, perio- dico, revista, llbro).£! derecho de expre- sin se fundamenta en la necesidad de dar conocer a otto u otros lo que se cree debe ser examinado © por su aceptacién, re- chazo 0 indiferencia. De ‘ahi que’ tenga maxima importancia determinar qué me- dios de comunica- cién existen en una sociedad y, también cémo se distribuyen en su_ propiedad, destinacién y uso. Infortunadamente cada dia los grandes consorcios financie- tos, foraneos 0 nacio- nales, dominan este OTONO DEL. HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS vehiculo de difusion, poniéndolos al ser- vicio de intereses de explotacién y de in- fluencia habilidosa sobre la opinion piblica, mientras que los grupos de lucha Por una sociedad justa van menguando ensus posibilidades de efectiva expresion por la carencia de recursos para enfren- tarse a las maquinarias del poder eco- némico que, abierta o sosiayadamente, acceden y mantienen el control politico. e) Derechos econdmicos (Arts. 22 y 23) Propésitos: Nada menos que todo el contenido de la Seguridad Social y del salario en relacién con el trabajo. Realidad: en nuestra Colom- bia actual: inseguridad social, como situacién predominante. Precario salario. Desempleo. Subdesarrollo. Coaccién econémica para conservar las estructuras uctuales. Obedecimiento sin posibilidades de participacién. Demo- cracia. formal, como quien dice, antidemocracia real. Democracia real, o sea posibilidad de participacién, cambio de estructura, seguridad econémica. f) Derechos sociales (arts. 24 y 25) Propésitos: Son los temas de una sana re- creacién y, por ende, el genético del bien- estar social, Realidad: lo concreto es que estén au- sentes para la mayor parte de los co- lombianos la sana recreacién y el bienestar social que son una conse- cuencia de un fuerte desarrollo econd- mico del pais y de una equilibrada justicia social. No hay ocio util y repara~ dor de desgaste por la diaria labor. Va- caciones algunas, pero sin posibilidad de su disfrute (trabajador y familia) para re- parar las energias y dar posibilidad de vida intelectual, artistica, cultural, en los tiempos o en las horas de descanso. Esto con referencia al trabajador que, por lo menos, resulta un tanto compensado con el salario y la débil prestacién social Pero, {qué decir de la enorme poblacién que trabaja pero no devenga y, ade- mas, no tiene proteccién prestacional alguna? éCémo siquiera plantear la estrategia de la sana recreacién y de un minimo ma- terial de bienestar social, sino se dan las bases de una adecuada infraestructura econémica y, en consecuencia, un adecuado planear del Estado, servidor que no. amo de la comunidad y, en particular, de la carencia de recursos y posibilidades? g) Derechos culturales (Arts. 2 y 27) Propésitos: educacién para el pleno de- sarrollo de la personalidad humana y vida cultural: gozar de las artes y partici- par en el progreso cientifico y sus bene- ficios, Realidlad: educacién y cultura. Ignoran- Cia, vale decir: fanatismo, conformismo, desconfianza. La tercera parte de los colombianos son analfabetas por com- pleto. Y, por lo menos, otros tantos, semianalfabetas. El resto, entre alguna 161 OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS capacitacién para oficios, el sector limi- tado de los profesionales y un nucleo aun mas reducido de intelectuales, de técni- cos, de especialistas, la mayor parte ajenos al conocimiento, al andlisis y a la investigacion de la realidad colombiana. Escuela primaria incipiente; un absurdo bachillerato que apenas sirve cuando sive, para el limitadisimo acceso a la universidad; una universidad sin investi- gacién y por lo general dedicada a una docencia que en no pocos casos, como dicen -con énfasis y con desesperacién- los grupos estudiantiles de avanzada, se dedica a transmitir la ideologia de las clases dominantes. Pero esta transmisién cultural supeditada a los compromisos con las agencias extranjeras; o sea que laideologia que se da, por lo demas muy precariamente, resulta ser la de la me- tropoli de Ia subestructura dominante en el neocolonialismo. El acervo cultural precolombino destrui- do por la avalancha europea en la conauista y en la colonia; débilmente rescatado en algunos casos aislados, como el del Museo del Oro del Banco de la Republica, el del Parque de san Agustin, y el de la labor casi desconocida de quienes estudian la supervivencia de as formas culturales aborigenes (musica, lenguaje, vestido, alimentos, etc.), en condiciones de Ia maxima indiferencia del Estado y de la misma sociedad. 162 El mestizaje cultural, con su indudable importancia (sea la del indio-hispanico, 0 la del afro-caribe, o la del reci- IOC infiujo entire estos dos), con su riqueza folciética y atesanal, cediendo el campo ala invasion ideolégica -especialmente en los diferentes planos estéticos- del determinismo de los movimientos en las artes pldsticas hasta la subcultura (anar- quismo e inaccién siquica) del hippysmo y demas congéneres, 0 sean los nuevos opios del pueblo. Grave consecuencia para parte de la juventud: desmoralizada, indiferente, o sea despolitizada. Es la mejor arma ideo- légica que se esta utilizando para mediatizar cualquier activismo politico. No importa que se corrompa, anarquice y diluya la accién de lajuventud, piensan no pocos de los usufructuarios del siste- ma. Asi se dopa de antemano la mente yse asegura la inaccién. Lo més grave es que no escasos sectores de Ia juventud actual estan cayendo ingenuamente en la habil celada, y por ello se enredan en actividades contradictorias entre siy cu- yos resultados son claramente negativos para el bien comin: (promiscuidad; au- sencia de trabajo; alergia al estudio; slogans, nada mas que slagans de pro- testas; desaseo fisico y moral, y qué de absurdos mas). h) Canones generales (Arts. 28 a 30) Propésitos: un justo orden social e inter- nacional; una equitativa relacién entre comunidad y personalidad; la comin prohibicién de violar los derechos huma- nos: la amistad entre todos los pueblos del mundo y una ecudnime Colombia OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS Realidad: hace algunos anos ya, desde el Claustro de la Universidad del Cauca -al referirme a Camilo Torres Tenorio en EI intelectual en la emancipacién, en su época -y a través del transcurtir historico hasta llegar al otro Camilo Torres Restrepo, expresé la amarga realidad de las clases populares De entonces a hoy, poco ha cambiado. Salvo un increible vitalismo que les per- mite sobrevivir en medio de la violencia, el desamparo, la explotacién. Asi era entonces, y asi es hoy: “Hosea geografia fisica; complejo esce- nario de grupos humanos; tierra en su di- ficil distribucién potencial, o de explotacién (microfundio, minifundio; concentracién urbana, zonas de transi- cién citadina, suburbios miserables o “cordones de la pobreria”). Trépico... Subcullura. ..Clases altas...en pe- ligrosos rechazos de la autenticidad de nues- tras provincias, tan mentadas y tan igno- radas, tan cercanas y tan lejanas. «Nuevos ricos intelectuales» 0 lo que es mas urti- cante, extranjeros en su propio pais, decia Lopez Michelsen. Cla- ses medias, hacia a- riba, hacia abaj inestables, angustia- das, temerosas, fluc- tuantes. Movilidad so- cial vertical; ascenso- descenso; nunca en- cuentro pleno; mo- carencia de conciencia, como quien dice, de capacidad de lucha. “Lumpen, misetia, desocupacién, parvo dolor vital, ausencia del pensar... Cam- Ppesinos absortos, ensimismados; centurias de retraso mientras se arana el cosmos. Azada, rancho, prole; tierra cansada, antes generosa: liturgia, rito, ritualismo, vereda girando en si misma; agua esca- sa; pobre condumio; cislamiento cultural: en naturaleza real y en sobrenaturaleza esperanzada; circo de politiqueros en gira anual; no pocas veces, el conflicto fomando la amarga forma de la violen- cia; incendios, violencias espirituales, y también camales. Crucifixién al borde de los senderos cémplices; sacrificios inno- bles; soledad, desamparo, olvido. Pero otros, mas responsables, loarén las ex- celencias de nuestro lindo pais campe- sino, todavia pastoril, todavia en su pobreza autarquica, todavia en la tra- dicional sociedad sacra, todavia medio feudal, medio esclavista, medio cristiano, medio pagano, medio humano, medio animal. “Fenémeno urbano, crecimiento en desorden, extranos rostros.. Proletariado... Proletario: medida Unica de si y de los suyos, su salario. Aristocracia del obre- rismo; minimo necesario para detener la raz6n del cambio y poderse’ mostrar en los convites internacionales. Intento de policlasismo obrero. E! ejército de reserva industrial acrecentandose. “zQué habré de acontecer, qué acon fece en nuestro pais vitrina? Que la pereza nuestra (como la del campesino, de sol a sol, sobre la esquiva parcela; como la del obrero, de mana- na a tarde, en la magra manufactura, 0 163 OTONO DEL HOMBRE, PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS en la anénima inversion fabril; como fa del nifio, sin esperanza, en su real aban- dono; como la del colombiano mal nu- trido y peor tratado; como la del ocio obligado; como Ia de tantos sin protec- cién social. £O sera, mas bien, irénica referencia a las cuentas jugosas en las bancas del exterior, 0 a Ia inversion me- ramente rentista en nuestras ciudades, o al Iujo ocioso de algunos, o al simple paternalismo de otros, 0 al sactificio en vano de los mas, ala defensa arance- laria de los menos: 0 a qué? “Estamos, queramosio 0 no, dentro del mundo. Un mundo ciertamente dificil de entender. Areas de influencias, 0 de co- lonialismo. Orbita de accién de los grandes sobre los pequefios. Nuestra América multiforme (porque es mestiza, porque es negra, porque es indigena, porque es ... hasta blanca) determinada Por la fenomenologia del concierto oc- cidental. Probanzas sobrarian como irre- batibles ejemplos: la destruccién de lo aborigen cuando la gesta conquistado- 1a; nuestro marasmo en Ia larga noche colonial; la traicién a la heroicidad de la naciente repiblica; nuestro Galan olvi- dado, nuestro Bolivar mistificado, nuestros Patricios caidos, como Uribe, como Gaitén, como Torres Restrepo. Como los millares de victimas de la tradicional violencia; cruces humildes a todo lo largo. yancho de Colombia ignorada y, de vez en cuando, otros sacrificios més execrados por el especial status socioeconémico de sus victimas...Todos rechazables, pero unos llamando a la alarma social (los menos, sin duda) mientras sobre los de los otros (los millares de gentes campesinas) se quiere habilidosamente hacer un silencio sérdi- do a efecto de rehuir el obligado juicio historico 164 *Se nos quiere de buenas maneras, mientras no se nos devuelve en justo precio nuestro esfuerzo comtin:; indefen- 808 y pasivos en los mercados interna- cionales. Los precios de nuestras materias primas o de nuestros productos agricolas en descenso, mientras nos colocamos en la vergozante situacién de las naciones mendicantes. Busqueda de un equiliorio justo entre ellos y nosotros. Entre los superdesarrollados y los subdesarrollados, entre su mercado industrial y nuestra inercia, entre su expansion de capital y nuestra urgencia de recursos, entre su ciencia y nuestra miseria técnica, entre su politica internacional y de nuestra pos- tura nacional; entre su necesidad de no aislamiento y la propia necesidad de sa- lir hacia el mundo; entre su orgulloso Menosprecio y nuestro servil acon- dicionamiento a sus mandates olimpicos. “Colombia pais sin desarrollo, pero con las claras ideologias del desarrollo, debi- do a la habil estrategia que busca la desmoralizacién colectiva. *Normas contradictorias € instituciones incapaces para otorgar verdadera se- guridad social a la, comunidad. Grave desorden politico y caos juridico. Policlasismo absurdo y estructuras in- adecuadas, tanto en lo econémico, como en lo ideolégico, como en lo poli- tico-juridico. *Riqueza insultante y amarga miseria. Orgullo imperialista y subdesarrollo men- digo. La teoria de los Derechos Humanos y. en la realidad, su tercera negacion” yo ‘CAMELLANDO Caminantes Ante el doloroso panorama que nos traza Umana Luna del simbolismo ineficaz de las normas y la tragica realidad que vivimos, se nos impone reflexionar, pensar por nosotros mismos, buscar soluciones acordes con nuestra realidad que parece condenada para siempre a la mentira, a que en nuestras cabezas suene un vals mientras que nuestros cuerpos se retuercen en los lodazales de la angustia y la desesperanza. Democracia formal que se convierte en antidemocracia real, democracia que es dictadura, o democradura , como la llama Galeano. La busqueda, como nos lo muestra el autor, no puede ser en abstracto - ca qué nos puede conducir la mencidn generalizada de que en Colombia no se da cumplimiento a los derechos humanos?-, urge el conocimiento de nuestra realidad, para Que nuestras constituciones no sean el pdlido reflejo de otras realidades distintas, una colcha de retazos (Umafia Mendoza), como lo ha venido a ser también la Constitucidn del 91. Un nuevo pafs , nos han dicho, no porque haya acabado con la rémora que lo ataba al subdesarrollo, ni porque haya abierto cauces amplios para la marcha triunfal de nuestros hombres y mujeres, resueltos a trazar un camino propio, sino por in portar nuevos maquillajes para su rostro decrépito, en cur yas arrugas se esconde el crimen Politico, la injusticia social, la dependencia y el saqueo econdmico, el desplazamiento ine terno, el terrorismo de Estado, la guerra sucia y la corrupcién administrativa, El autor de este texto confronta cada uno de los derechos consagrados en la Constitucién anterior, aludiendo a los articulos en que estos se consignan con la realidad viva del pals. Han pasado algunos afios. éQue ha sucedido durante es05 afios? Una nueva Constitucicn Politica para el pais, un nuevo pals, Neoliberalisma, que traducido significa nuevo li- beralismo, se llama la nueva receta que dicen curar todos los males, nueva Democracia: participativa. Nos corresponde a nosotros mirar qué ha pasado realmente en el pais, con tinuar el trabajo iniciado aqui 165 166 CAMELLANDO ¥ Confronte los derechos consagrados en la preceden- te constitucidn y que aparecen en este texto, con los consagrados en la Constitucidn de! 91. v Una vez confrontados, que descubdrio’ de nuevo?é cud- les son los cambios? ¥ Compare, como mismo hace el autor (observando cada uno de los Gerechos), la nueva Constitucidin de Colombia con la realidad que se vive en su barrio, vecindario, sindicato, vereda, municipio, o si es posible, regidn Este andlisis puede hacerlo valiéndose del recurso que desee. Puede escribir un ensayo politico, un poema, una copla, © grabar testimonios de personas que le digan a us- ted cémo es el aisfrute, por parte de ellos, de [a li- bertad, los derechos personales, civiles, pollticos, econémicos, sociales, culturales y otros. (En este Ulti- mo caso no haga las preguntas de manera abstracta. Por ejemplo, no le pregunte a un campesino: ¢cémo se le garantizan sus derechos econémicos?, sino: disfruta usted de seguridad social?<¢lo que usted gana como peén le alcanza para comer y mantener a su famillia?...) ¥ Traiga los resultados de su trabajo al taller.

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