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© 1964 by Free Press of Glencoe A Division of Macmillan Publishing Co,, Inc. Acie ane Ne pre hy Sek pay be oreo wane Bah ear Mae ese ey eee et Stet Soe OP, anaes Ml om Traduccién de Eloy Fuente Herrero, © 1982 eDrTORA NACIONAL Madrid (Espaiia) LS.B.N.: 84-276 -0599-4 Depésito Legal: M - 40037 - 1982 Impreso en UNIGRAF S.A. Fuenlabrada Madrid, CULTURA Y SOCIEDAD Teoria y método Serie dirigida por José Vidal Beneyto AARON V. CICOUREL EL METODO Y ee LA MEDIDA EN SOCIOLOGIA Traduccién de Eloy Fuente Herrero @ EDITORA NACIONAL Torregalindo, 10 - Madrid-18 A Merry PROLOGO A LA EDICION ESPANOLA Agradezco a la Editora Nacional la oportunidad que me da de escribir este prélogo a la edicion espafiola del libro y aprovecha- ré esta invitacién para exponer primeramente algunos temas que se planteaban en ef momento de escribir el libro. Queremos se- falar tambien la importancia que siguen teniendo los datos de la etnometodologia, la lingilistica y Ia filosofia del lenguaje, que han Wegado a formar parte del nuevo movimiento llamado de la ciencia cognoscitiva». Por tanto, siguen siendo vdlidos hoy mu- chos aspectos tedricos de este libro, no obstante haber pasado tanto tiempo desde que se publicé por vee primera. En gran parte, es reaccién a la ensefianza de metodologia que recibl siendo estudiante. Al seguir los cursos habituales de metodologta, como el método de escalas, el andlisis demografi- co, la investigacin mediante encuestas y la proyeccién de ex- perimentos, me sorprendia lo que me parecta ser una falta de medios analfticos para estudiar el marco de la vida cotidiana. Naturalmente, habia estudios de obsevvacién participante seguin la teorla de la interaccién simbdlica, pero que no relacionaban al sentido de la accién social con la conducta lingilistica, para- lingiitstica y no verbal de los participantes en la interaccidn social. Me sorprendia, ademds, que mis cursos de estadistica y matemdticas pareciesen inadecuados para estudiar los temas fun- 9 damentales de la teoria socioldgica. Se articulal la metodologia y las observaciones necesarias ates y verificar los conceptos tedricos, “caplll Principio, traté de formular tas cuestiones tedricas, pare exponer después los actuales recursos metddicos, con objeto de indicar posibles modificaciones de la teorta y del mélods Pers al terminar el libro, me convencieron de que no debla publicerle en su forma original: era objetable que se presentase primero la teoria y después la metodologia. Me dijeron que serla impropio fomenzar un libro sobre métodos con un capttulo sobre ta tee. rla, Lo que me parecta que faltaba era el reconocimiento de que toda orientacién tedrica y problema sustancial exige su propia Perspectiva metodolégica. Seguin a qué universidad acudiese, el estudiante atenderia a unos u otros temas tedricos y seguirta unos 4 otros métodos. A pesar de haberse hecho muchos planes me. vos de estudios durante los iltimos veinte aos, los estudiantes tienen que enfrentarse con gran variedad de teorias y métodos, ‘Siguen separando la teoria y el método en su propia investigacion Y pocas veces entran a examinar el fundamento y la inconsisten, tia relativos de diferentes perspectivas tedricas } metodoldgicas, Sirvieron también de motivo a este libro varias cuestiones tedricas que se han asociado al término de «etnometodologta», no empleado entonces, pero que ha legado a atribuirse a gran parte de este libro. Los etnometodélogos trataban de revisat las cuestiones tedricas fundamentales en sociologta utilizando escri, fos fenomenologicos como los de Edmund Husserl, Maurice Mar. eau Ponty, Aron Gurwitch y Alfred Schiitz. Se erela que las gra’) des teorias sociolégicas no comprendian hasta. qué punto el mundo fenoménico reflexivo del actor obra como_media. lor far- zoso entre lo que se llama a menudo estructura social en sentido macroscépico y las teortas del actor sobre las actividades renies de ta vida cotidiana. Expuesto brevemente, el argumento era qiie fio podemos comprender en realidad lo_que se llama macroes. tructuras sociales sino tomamos en serio la idea de Max Webcr de la accidn social como algo relacionado con las circunst del marco natural en evolucién. Las estructuras sociales qi d icin politica han de ser recreadas relaciondridalas zon el modo como los actores arreglan sus asuntos en las circunstar. clas cotidianas. Ast, ef mundo fenoménico de act de un inte- 10 rés primordial, que me llevo a ciertos terrenos fuera de la socio. + Jogia para hallar ios necesarios elementos del lenguaje y del sentido que acercasen a la teoria y al. métoda. Me ocupo de la medida porque trataba de abordar la manera como las unidades de andlisis de cualquier proyecto de investiga. in han de concordar con el Lenguaje y el razonamiento que sé utilizan en los asuntos cotidianos. En la investigacion socioldgica, es procedimiento tipico obtener diversos tipos de informacién de los sujetos, descubriéndola mediante una entrevista 0 una encues- ta, 0 computando cierto resultado complejo 0 ejemplo de con- ducta. Nos empefamos en utilizar métodos que crean unidades de andlisis ajustadas a los modelos estadisticos 0 matemdticos. Me interesaba sugerir que buscdsemos una matemdtica adecuada a los particulares tipos de unidades tedricas reales que emplean las personas en la vida cotidiana al describir y dirtbuir causalidad a Sus _asuntos cotidianos. Descubriendo las unidades que utilizan las personas al hablarse o hablar de otros en las organizaciones sociales cotidianas, estariamos en mejor posicién para compren- der qué modelos podrian ser adecuados para analizar y represen- tar la estructura social. Por ello, expongo diversos métodos bien conocidos por los socidlogos, tratando de sefialar en cada caso cémo deben, pueden 2 deben formar parte de ellos las actividades reales del actor. El argumento general, repetimos, es que quizd no podamos com. render cudl serd un método apropiado para examinar o verificar una teoria sin una explicacién de cémo piensan, sienten y actiian Jas personas al ocuparse de sus asuntos en la vida cotidiana..Los capltulos dedicados a la investigacién sobre el terreno, a la en trevista y a la investigacién mediante encuestas siguen siendo una exposicién vdlida de ta sociologta presente. El capitulo sobre la demografia quid no sea tan bueno como podria serlo hoy y el peor de todos quizd sea el dedicado a los métodos histdricos. En obras posteriores se han abordado muchos de estos temas. Al escribir este libro habla comenzado también varios estu- dios emptricos, finalmente publicados, para probar los conceptos vertidos, Segul otros estudios sustanciales de acuerdo con varios métodos. Era un nuevo aspecto incluir el lenguaje al estudiar ta estruc- tura social. Pocas veces habia sido objeto de investigacién socio. logica y, en la época en que lo escribt, los socidlogos no cretan u que el lenguaje debiera ser un elemento esencial en el estudio de la estructura social, Desde luego, los antropdlogos y, por ser mds precisos, los lingilistas antropolégicos conocian muy bien que el lenguaje, el pensamiento y ta cultura estdn relacionados estrecha- mente, pero los socidlogos se las arreglaban en cierto modo para tratar el lenguaje como un recurso meramente pasivo, como me- dio de representar una informacién cuyo sentido se entendia como un aspecto natural de la estructura social. La atencién de este libro al lenguaje ha tenido como conse- cuencia importante la aparicién de nuevas orientaciones de la investigacién sobre la enseftanza y el proceso de socializacién. Vemos ahora que muchos investigadores atienden activamente a fa relacion entre el lenguaje y la estructura social al estudiar los marcos de ensefianza y ta interaccién entre madre e hijo, Este tipo de estudios requiere que los estudiantes de Sociologia apren- dan conceptos y métodos de investigacién lingillsticos que pue- dan emplearse en la investigacién sobre el terreno. Los capttulos sobre ta entrevista y la investigacién mediante encuestas, que hoy siguen siendo parte integrante de la investi gacién socioldgica, han sido actualizados en algunas publicacio- nes recientes del autor. En las pdginas siguientes, abordaré bre. vemente, para el lector espafiol, aspectos de la tomado este trabajo. Una cuestion esencial en el empleo de encuestas y entrevistas eg la necesidad de identificar los conocimientos que posee el su- jeto en el momento de ser entrevistado o de someiérsele a un cuestionario de enciesta. La entrevista no es tan dificil en este sentido como la encuesta, pero hay dificultad en ambos casos, porque la misiia pregunta ofrecé al sujeto un marco que puede gerle bastante riuevo y, en el caso de las preguntas cerradas, re- Sultarle dudoso su sentido. Con otras palabras, la entrevista y la @ncuesta tratan de reducir el marco de la pregunta y, en el caso de la encuesta, el marco de la respuesta, de manera que se ob- tériga del Sujeto una serie bastante reducida de respuestas. La fiialidad es limitar la pregunta de tal manera que se prevean, € facluso sefialen en el caso de las encuestas, todas las respuestas que puédan darse. El investigador trata de agregar las respuestas Y, a Mens Ge’ se limiten las opciones, este proceso de agrega- ‘cién puede resultar muy engorroso en el caso de las preguntas abiertas. 12 bfe. edue. Las entrevistas y las encuestas imponen limitaciones al tra- tarfiénto de la informacién, por obligar al entrevistado a atender @ una pregunta particular y a un conjunto particular de resut- tados u opciones posibles. El investigador confla en estas limita- ciones para lograr la agregacién de respuestas que sus conclusio- nes precisan. La entrevista y la encuesta suponen un sistema de pregunta y respuesia que es parte del modo como se realizan los actos lingilisticos en la vida cotidiana, Estos sistemas de pregunta y respuesta tienen muchos aspec- tos formales que no puedo abordar en este prdlogo. Hemos de tener presente su cardcter para crear una metodologia adecuada de la entrevista y de la investigacidn mediante encuestas. Se su- pone que el entrevistado comprenderd los aspectos fonolégico, Sintdctico, semdntico y pragmdtico de cada frase empleada y po- Seerd, ademds, cierto dominio impreciso de conocimientos sobre el mundo real para poder contestar a las preguntas sustanciales. Si las preguntas que se hacen al entrevistado comprenden una Tnformacién con la que no esté familiarizado, a menudo es algo imposible de saber para el investigador, por causa de las respues- igs. cerradas que se ofrecen. Por tanto, hemos de tener alguna manera de apreciar ta validez de los conocimientos que suponen Jas preguntas, independientemente de que se las haga con res- puestas cerradas. Hay otras limitaciones para el sujeto, entre tas que se cuentan Yas limitaciones al tratamiento de la informa. Gdn, como la necesidad de tratar varias fuentes de informacion, ala vez que ha de recurrir ala memoria para complacer al inves- tigador. Ahora bien, una dificultad de las encuestas es que los conocimientos y la clase social del entrevistado no se atienden como limitaciones pertinentes a la manera como se comprenden las preguntas y se dan las respuestas. Lo que sucede es que, habitualmente, conocemos la clase so- cial del sujeto como parte de la encuesta y, después, buscamos correlaciones entre una medida de clase y las respuestas a dife- rentes series de preguntas. Pocas veces proyectamos las pregurt- tas, si es que lo hacemos alguna vez, con objeto de predecir conocer los razonamientos que se hacen por las experiencias de clase social. Necesitarlamos encuestas cuasi-experimentales en que se pidiese a los entrevistados que manifestasen sus ideas so- bre sus respuestas a las preguntas cerradas. Tales respuestas nos 13 capacitartan para reconstruir los conocimientos y el modo de ra- zonar del entrevistado, : El que distintos entrevistados puedan atribuir diverso.conte- nidd a la misma pregunta complica las estructuras de conoci- miento que inferimos de las respuestas. Al emplear un sistema de clasificacién total y abstracto o una serie de reglas de cifrado para clasificar las respuestas, comprometemos nuestra interpre- tacion de cémo entendié las preguntas el entrevistado y de la clase de intenciones que podemos atribuir a las respuestas. Los puntos del cuestionario no son meramente textos individuales completos, sino que se hacen base para inferir macroestructuras que se asemejan a aquéllas de que informan los investigadores sobre la comprension textual. Los entrevistados buscan una com prension mds general de las diferentes preguntas que se les hacen, 4 pesar de las tentativas del investigador de desordenar la presen tacion de preguntas relacionadas por las hipdtesis del proyecto. Ast, tenemos al entrevistado buscando un modelo que satisfaga sus propias ideas sobre {a finalidad de la entrevista o de la en- cuesta. Por ello, se convierte en participante activo, tratando de desarrollar sus propias hipdtesis sobre lo que estd sucediendo, las intenciones que tiene el investigador, tratando de adivinar qué pueda haber detrds de las preguntas. Naturalmente, muchos entrevistados pueden optar por contestar a las preguntas muy rdpidamente, para que la entrevista sea lo mds corta posible, no recurriendo a su memoria sino en minima parte. Quiero decir que, en las circunstancias normales de la investigacién mediante encuestas, no se presta atencién al tratamiento de la informacion por parte del entrevistado, a su comprensién de lo que se le pre- nia. T Necesitamos, por tanto, una teorla del retonamlento y del andlisis textual como proceso de comprensién, si hemos de en- tender la manera como las entrevistas y las encuestas descubren ¥y reconstruyen el conocimiento que de la estructura social tiene ‘el actor. Sin una teorla de la comprensidn, no tendremos manera de saber cdmo interactiian los conocimientos del entrevistado con las preguntas de la encuesta o de la entrevista. Hoy se investiga mucho sobre los procesos y las estructuras de comprensin del razonamiento y de los textos. Los modelos que se emplean pueden ayudarnos a comprender en qué medida la utilizacién de los da tos de encuestas y entrevistas pueden aclarar la teorla socioldgica. 4 Creo que, a menos de tener un medio de aclarar el proceso de comprensi6n implicado en la interpretacién de las preguntas, no podremos relacionar las ideas del investigador y del actor sobre la estructura social. Los socidlogos son sensibles a los muchos problemas de la aplicacién, cifrado y organicacién de los cuestionarios para su andlisis, pero suelen ser insensibles a los problemas de trata- miento de la informacion con que se tropieza en estas tareas. Muchas encuestas se hacen en la misma cultura de que es nativo también el investigador. La vida en una sociedad occidental sig- nifica una socializacién paulatina de los posibles entrevistados, de modo que suelen ser bastante flexibles ante las exigencias de las encuestas, en especial, cuando las circunstancias de la vida cotidiana los obligan a someterse a semejante actividad al tener que tratar con diversas instancias burocrdticas. Por eso, sabemos muy poco del proceso de comprension de las encuestas sobre el terreno y dentro de los centros de investigacién, donde se pro- yectan las preguntas y se analizan los datos. Al realizar encuestas en otras culturas, con frecuencia se in- corpora a nativos instruidos en la misma metodologia, y que td- citamente pueden salvar las diferencias culturales. El conoci- miento cultural necesario para que el investigador extrafio com- prenda Ia entrevista y las preguntas no es cuestion emptrica. En la interaccién cotidiana, los miembros de un grupo que hablan corrientemente de los sucesos politicos, econdmicos y so- ciales son sensibles a las limitaciones que imponen los intercam- bios con los de otro y conocen también lo limitado del saber de los miembros del grupo. La gente suele cortar sus observaciones por Io que crean a una persona capaz de comprender, lo que se ha demostrado incluso en ta investigacion infantil, sabiéndose que las madres y los nifios mayores utilican una clave lingiiistica diferente para hablar con el nifio menor, con objeto de facilitar la comprensién. A menudo se olvida ta idea de emplear distintos registros lingiitsticos en ta entrevista y en la encuesta, porque redactamos preguntas normalizadas, aferrdndonos a ellas aunque los entrevistados no vayan a ser capaces de entenderlas. Recientemente, unos cuantos socidlogos han comenzado a estudiar esta cuestién, variando la redaccién de las preguntas Para ver si se produce variacién en las respuestas. Algunos de estos estudios han tratado también de mostrar cémo pueden in- 15 fluir sobre las respuestas las diferencias en el empleo de pregun- tas cerradas y abiertas. Por ejemplo, puede demostrarse que, si se pregunta algo a los entrevistados de lo que no sepan nada, muchos contestardn a la pregunta si el cuestionario no incluye explicitamente la categoria «No sé». Sin embargo, muchos entre- vistados estdn dis puestos a admitir su ignorancia. Otros hardn una de muchas teorias implicitas en socio- Jogia estriba en la utilizacién de diversas clases de_tipologias, paradigmas y recursos semejantes. Las teorias socioldgicas son principalmente implicitas, con algunos islotes de sistematizacion } medida. Teoria explicita es un sistema axiomético descifrado, Zomo lo definimos antes*. En sociologfa, realmente, no existen teorfas explicitas, aunque se ha intentado «simularlas»’. Resumiendo, observamos que los sistemas matematicos son 1 se sistemas axiomdticos (abstractos, formalizados) cifrados Que comprenden sfmbolos y signos cifrados y enunciados tauto- Togicos, mientras que algunos sistemas tedricos comprenden sis- temas axiomaticos empiricos 0 teorfas explicitas. Cuando los gxiomas de un sistema matemstico tienen la misma estructura {que las leyes de una teorfa explicita: 1) pudiendo convertirse los SXiomas del sistema matemético en leyes de la teoria explicita; 5) habiendo una correspondencia exacta entre los términos de los dos sistemas y sus enunciados; y 3) manteniéndose las conexio- nes logicas entre los axiomas y las leyes, respectivamente, ambos Sistemas son isomorfos. La cuestion pertinente es cémo suponen tales isomorfismos los socidlogos que construyen o emplean «mo- Gelos matemdticos» y «modelos de medida» con teorias impli- Gitas y qué consecuencias se siguen para la teorfa y el método. ¢Podemos derivar de teorias implicitas proposiciones reducibles {imedicién rigurosa? Ha de haber teorfas axiomaticas para que haya medida? No tengo respuestas claras, pero las tocaré segui- damente. ; La medida—Mucho de lo que se ha escrito en sicologta y so- ciologla sobre la medida est sacado de la obra del fisico Norman Campbell. Recientes libros de Torgerson y Churchman y Ra- toosh ® dan excelente informacion de diversas exposiciones sobre Ia medida y sus fundamentos matemiticos. Gran parte del tra- =e Fron vias eps ¢ engi ha so gies po wrt a al ay hn Be ey goeye ace ee Gaal ELF Sat i dae ia ange, Nar, Yak, ae, RE tae ta has let Lae, BS: 36 bajo sobre la medida en sociologia se ha hecho en los terrenos llamados corrientemente sicologia social y demografia, habién- dose concentrado en Ia creacién 0 empleo de sistemas matema- ticos para describir la interaccién de pequefios grupos, medir actitudes y analizar datos demograficos. Campbell define la medida como la atribucién de nuimeros (numbers) 0, mas en general, de cifras (numerals) para representar Propiedades", Nagel la llama «la correlacién de mimeros con cosas que no son niimeros» #, Stevens sefiala que, hablando en general, «es la atribucién de cifras a objetos © hechos siguiendo unas reglas. Y el que puedan atribuirse cifras segin normas diferentes ocasiona distintos tipos de escalas y distintos tipos de medidas» ". Para Coombs, «en las ciencias fisicas, Ia medida significa habitualmente atribucién de nimeros a observaciones (hecho que se lama “programa’) y el andlisis de los datos con- siste en manejar dichos nuimeros u operar con ellos. Frecuente- mente, ha intentado hacer lo mismo el sociélogo que toma la fisica por modelo. La tesis es... que el socidlogo que sigue tal procedimiento, a veces, violentaré sus datos» ". ‘Seguin Torgerson: La medicidn atafe a las propiedades de los objetos, no a los mis- mos objeics. Asi, en nuestro uso del 1érmino, no es mensurable un Palo, aunque si podrian serlo su fongitud, peso, didmetro y dureza ie une propiedad implica, pues, alribuir niimeros a sistemas para representarla. Y, para ello, ha de prevalecer un isomortismo, es decir, una relacién exacta, entre clertas caracteristicas del sistema numérico implicado y las relaciones entre diversas cantidades (cjem- los) de la propiedad por medi Ta esencia de este procedimiento es la atribucién de nimeros de tal manera que se refleje esta correspondencia exacta entre dichas aracteristicas de los nimeros y las correspondientes relaciones entre Jas ‘cantidades 8. Las cifras pueden ser sencillamente un conjunto ordenado de elementos en correspondencia exacta con el sistema numérico. El ntimero y la cifra no siempre son intercambiables, como se Toran, Ciuroass what i Science? (Dove), Nueva York, 1682, ply. 110 Ernest Nica cieastroments Erkondonse USS" YS 5.5 'Srvs,cMpiheriice, Mecaaromen, aA Pajchea ain, on smn (Gah Handbook of Eaporimerial Rochccgy (wilghs Naess YR, al | Cayce Coons: «Theory and Methods of Social Measurements, en L. Fastix D. cd (edgy: Research Methods in the Behavloral Sciences (Bryden); Rucra ae op. cit, pgs. 1415. 37 supone en las citas de Campbell y Stevens. Reese observa que ‘las cifras, por las que se entiende sencillamente un grupo de Signos 0 simbolos convencionales en un trozo de papel, tienen tm orden convencionals “, Muchos autores no aclaran esta dis- tincidn entre cifras y nimeros al tratar de la medida. Sobre esto, Reese cita a Campbell: Al hablar de la atribucién de cifras, convendré volver a subrayar que son cifras lo que se atribuye, no nameros. Como dice Campbel SSerfa dificil evitar la impresion de que intervienen la idea de nume: fo y las reglas de la aritmética. Desde luego, estén estrechamente Telacionadas con la medida; pero si no reconocemos que no son esenciales, no ent esta relacién»". Esta distincién es importante a fin de aclarar el sentido de atribuir cifras a objetos sin especificar qué sistema algebraico de operar con numeros es aplicable. Es posible crear un sistema matemético que utilice cifras para representar un sistema tedrico Sustantivo, pero no especifique si las operaciones mateméticas Gesarrolladas o implicitas en el sistema se refieren a algun sis- tema numérico particular. E] sistema matematico puede reali- zarse sin especificar un sistema numérico, dejando sin aclarar fa cuestion de los postulados de medida. Puede idearse un mode- Jo matematico formal, un sistema descifrado, que no diga nada sobre cémo deben medirse los hechos observables que en él se producen. Muchas utilizaciones formales de los ‘temas mate- miticos tienen poco que ver con la ciencia social empirica. A me- nos que puedan hacerse deducciones utiles con consecuencias ‘emplricas, esos inventos se quedan en ejercicios intelectuales de sa importancia. p duccrarchman ha expuesto el problema general de la medida: a cualitativa de objetos,a clases y ja atribuctén de imergs'a Sojelos son dos recursce 8 dsposilon del medidor para Producit informacion generaimente aplicable. Pero, cque recurso Eincjor? La sorprendente consecuenda. de esta, propucsta es _que is medida cuns Sita deceoria 7, en euanto tal debe extmatse Segun criterion de decision. a ; in este sentido, esto es, tomada Ia medicién como actividad cecivoris destinads a lcanzir un objetivo, no fenemor todavia una {teria de Is medida. No sabemos por qué hacemos To que hacemos. yell Magultades Wilk Experimental Scampi, Pye, Sto. 38 Ni siquiera sabemos por qué medimos, en absoluto, Es costoso lograr medidas. ¢Merece la pena este esfuerzo? ™. Coombs ha planteado un problema més grave. Véanse las si- guientes observaciones: __El_método de anilisis define, pues, cust es la informacién, pur diendo dotarla 0 no de ciertas propiedades, Un método «consistenter de andlisis concede propiedades a los datos que permiten utilizar su informacién, por ejemplo, para idear una escala unidimensional. Como es obvio una vez mas, no puede inferirse que tal escala sea luna caracteristica de la conducta en cuestion si es consecuencia necesaria del método de analisis, Por eso, resulta conveniente estudiar métodos de recoger datos sobre la cantidad y tipo de informacion que comprende cada meio do sobre la conducta en cuestion, a diferencia de la impuesta. De Imodo semente antes de sacar Informacion de los datos, os pies to estudiar las caracteristicas o propiedades que imponen a dicha informacién los diversos métodos de analizarlos™. Estos parrafos de Coombs, junto con el siguiente de Torger- son, sobre la medida en ciencias sociales, ofrece una paradoja. Hablendo de los diferentes tipos de medida, Torgerson observa: Otra manera como estas caracteristicas podrian adquitir sentido hasta ‘cierto punto es, simplemente, por definiion,distrecional Ea odtiamos amar medida arbitraria"(by fia). Ordinariamente, & ia cn super sclaconcs ene ay chatvaciones ye connie de interés. Entran en esta eategoria los indices © indicadores ‘wll dos tan'a menudo en las clencias sociales y Conducta, Es pro. table que se'de esta suerte de medida cuantoquiera nos encontre: fos con un concepio precienulica Ylgar tcommowscrae) ue Parezca importante por motives aprioristioes, pero’ que no, cepammos ffi medi irectamente. For consguiente, hedirtvos oa" vara bie cualquiera oun promedio ponderado “de otras’ variables quc {Bpongamtos Teacionadae. Como ejemplos, podviamos eltar ia, te. dida'de la posicion socioecondmisa, 0 de'la emocion, utileando ta respuesta dermica sicogalvanieay ods la capacidad de aprendisale, nadlante ol numero de pruebas y etrores que cuetia al sje. 0d. uinir un erllerio particular de aprendzajel. Esta explicacién de Torgerson sanciona la misma préctica contra la que nos advierte Coombs. Sin embargo, en la obra de éste se halla implicito el supuesto de que son apropiadas ciertas formas de métodos de escalas. Este supuesto implica alguna de- Gj, West Cwmomu: «Why Measure?, en Crumanan y Retuees, op. cit, phe oe aan. on de la medida antes citada. Coombs supone implicita- mente que los hechos sociolégicos son reducibles a medida por Tos axiomnas aritméticos o alguna derivacién suya. Dicho supuesto puede,enunciarse asi: que los hechos de interés para el socidlogo Renen matematicamente las mismas propiedades que las fisicas y. en consecuencia, que los hechos sociales son reducibles a los ¥.jsmos tipos de teorias de medida, con tal de que pueda encon- trarse la «justa» combinacién o derivacién de los axiomas arit- tnéticos, ademas de datos «adecuados» que se ajusten al modelo Utilizado. Coombs ha desmenuzado mucho este problema: Casi todo el mundo estard dispuesto a decir que cualquier con. junto determinado de datos contiene algiin error, pero precisamente ines fo que hay que calificar de error depende en gran parte det Hivel de medida.que se crea admiten los datos. ‘El socidlogo se enfrenta con su problema al escoger entre poner sus datos en un orden seneillo 0 préguncarse si sus datos responden $n orden sencilo. Seleccionando un sistema bastante consistente, 2) Secidlogo poded lograr construir siempre una escala unidimensional Ge medida, corrientemente, una escala de intervalo, obligando, pues, argue parie de los datos se califique de error, Al'no pretender un Sistema consistente, el sociologo permitira que los datos determinen SPs adecuada une sencilla solucién unidimensional. Es obvio que, fh consecuencia, la unidimensionalidad, obtenida por un método de Gndlisis que la garantiza, no puede mostrarse como caracteristica Ae‘la conducta en cuestion. Lo cual no es sino un caso especial del principio mas general, de no poder sostenerse ninguna propiedad Be'los datos, a menos que el método de recogerlos y analizarlos SG ita que se presenten propiedades alternativas. El problema del foclologs, dicho toscamente, es si sabe To que quie.s 0 si quiere saber, Estos comentarios de Torgerson y Coombs sefialan el dilema ib }) si sus conceptos tedricos no son tan precisos que eunn ‘qué sistemas de medida son adecuados para sus datos, ir engafiarse con métodos que impongan relaciones incohe- Pontes a interpretaciones equivocadas sobre sus datos y su teo- Tia; y 2) si las mismas medidas empleadas son inadecuadas por Tomo han sido hechas, produciéndose una medicién més arbitra- tia que precisa (literal). oH ‘Son muchos los ejemplos de tal medicion. Casi todas las esca- tas, como denotan los comentarios de Torgerson, estén expuestas sla medida arbitraria, por ejemplo, la medida de las actitudes TF Comms: op. cit, pigs. 486487. en los estudios electorales, de medios de difusién y de prejuicios, entre otros. LA MEDIDA EN SOCIOLOGIA gCuales son los fundamentos apropiados para la medida en ° sociologia? Las obras antes citadas indican que, en el estado pre- sente de nuestros conocimientos, no puede lograrse en sociologia una medicién rigurosa (en el sentido literal que predomina con el empleo de sistemas teéricos explicitos) para las propiedades del proceso social. Medir con exactitud el proceso social exige primeramente que se estudie el problema del"sei...ddo en la vida cotidiana. La indagacién sociolégica comienza refiriéndose al mundo del sentido comin de la vida cotidiana. Los sentidos que se comunican con el empleo de las ordinarias categorias lingiiis- ticas cotidianas y las comunes experiencias culturales no lin- gliisticas informan todo acto social, interfiriendo (de manera que puede sefialarse conceptualmente y observarse empiricamente) la correspondencia necesaria para una medicién exacta. La me- dicién precisa de los actos sociales (lo cual quiere decir que las estructuras conceptuales arrojen propiedades numéricas que se correspondan con las medidas existentes 0 que puedan crearse) exige el empleo de sentidos lingiiisticos y no lingiifsticos que no pueden darse por supuestos, sino que deben considerarse como objetos de estudio. Con otras palabras, medir supone una red limitada de sentidos compartidos, es decir, una teorfa de la cul- tura. Sélo el fisico define su terreno de observacién, pero en la ciencia social el tema del razonamiento comienza habitualmente por los sentidos culturales preseleccionados y predescifrados del sujeto. Como el observador y el sujeto comiparten los sentidos culturales entretejidos en el sistema lingiifstico que ambos em- plean para comunicarse, los sentidos cotidianos compartidos y el particular lenguaje que emplea el sociélogo constituyen un elemento fundamental para la medida de los actos sociales. Las screglas» que se siguen para atribuir significacion a los objetos y hechos y sus propiedades deben ser las mismas, es decir, los ‘sistemas linglifsticos deben hallarse en clerto tipo de correspon- 4 dencia. Pero en el razonamiento sociol6gico, las «reglas» raras, Geees son explicitas, aunque existe interés por una definicién seetta y eFiterios operatives. Las «reglas» que ordenan el uso del Treguaje y los sentidos que transmiten los gestos y expresiones lnkifsticos y no lingiisticos no estén claras y siguen siendo un Urgalema casi inabordado por la investigacién empfrica. Y si las Protigse que ordenan el uso del lenguaje para describir objetos Rulihos en la vida cotidiana y en el razonamiento socioldgico no Ynee elaras, tampoco reflejaré claridad la atribucion de cifras estimeros a las propiedades de objetos y hechos conforme a Serio conjunto de reglas relativamente coherente. En los escritos de Paul Lazarsfeld podemos ver un recono- cimiento implicito de la falta de medida precisa en sociologfa, Suando observa que es un problema importante identificar las Crapledades pertinentes,y se manifiesta en el lenguaje que usamos ‘Pedenotar propiedades per se”, Las propiedades de los ob- Pets y_ de los hechos sociales se ilaman a veces easpectos» o Jett etoss, en vez de «variables». Lazarsfeld senala la laxitud Sah medida en sociologia, al decir que la «atribucién de pro- eredades se llama indistintamente descripcion, clasificacion y predida>®. Y prosigue estableciendo cuatro operaciones para reer avariables> en la medida de objetos sociales complejos: crear imagen inicial del concepto, fijar las dimensiones, selec sma y'los indicadores observables y combinar los indicadores dices» *, : en incinocién de cimagene se refiere a la creacién de una idea fo de un ctadro vago por el investigador sobre cierto conjunto Sc Segularidades que trata de explicar o comprender. O puede Ser la percepcin de varios tipos de fenémenos, y el analista cree Sele tienen caracteristicas fundamentales comunes. Después, las au ativas de definir o delimitar el concepto pasan de la imagen aia fijacién de sus «elementos», «aspectos» 0 «dimensiones», 0 Ac algo semejante. Seguin Lazarsfeld, «se muestra que el com SSptovestd compuesto por una combinacién compleja de fenéme- Cente més que por uno sencillo y directamente observable» ®. Thal F. Linusrm: «Evidence and Inference in Social Research, en D. Lang wldende and Injerence Cite Bree Press of Cleacoc), Nucve York, 1, 1. a ¥ considera que, para convertir el concepto en algin tipo de operacién 0 medida, es esencial descomponerlo en un numero «razonable» de dimensiones. Después de decidir qué dimensiones tomaré el concepto, el investigador tendré que hallar indicadores apropiados. Lazarsfeld no nos da reglas para seleccionar indicadores. La falta de reglas claras refleja el inadecuado estado de la teoria scciolégica. Y la reduccién necesaria para convertir los enunciados teéricos abs- tractos en conceptos con dimensiones determinables quiz sea la misién mas diffcil con que se enfrentan los sociélogos orienta- dos a la investigacion. Para ilustrar esta dificultad, Lazarsfeld muestra conceptos que se suponen obvios para el lector y poco necesitados de clarificacién conceptual en cuanto a un cuerpo més general de teorfa (por ejemplo, en teorfa.de la gestién, la eficacia del equipo de produccién) y demuestra {us muchos sen- tidos que pueden tener. Lo esencial que aprendemos de la expo- sicién por Lazarsfeld de los indicadores y de su seleccién es que al «descomponer» el concepto en una variedad de esentidos», el investigador queda obligado a aclarar sus ideas tedricas, Tratando de la creacién de indices, Lazarsfeld ha de suponer una vez m4s que nuestro conocimiento de los conceptos tedricos que queremos medir es lo bastante preciso para capacitarnos a hablar con fundamento sobre la relacién de probabilidad de cada indicador con «lo que realmente queremos saber>. Y para termi- nar sus explicaciones sobre la importancia de la teorfa para la ‘combinacién de indicadores, nos dice: «Por expresarlo de otra manera, necesitamos gran cantidad de pruebas si queremos sa- ber lo que un hombre puede hacer realmente 0 qué postura toma» sobre un asunto™. La exposicién pasa después a cémo podemos reunir muchos indicadores en un indice y cémo se rela- cionan aquéllos entre si. Esta explicacién esta més orientada al mecanismo de combinar los indicadores que a la importancia de Ja teorfa para determinar su combinacién e interrelaciones. La- zarsfeld se interesa por derivar ideas matematicas de las interre- laciones de los indicadores para poder hablar de la «capacidad de un indicador, en comparacién con otro, de contribuir a la medida especifica que queramos hacer» ®, Siguiendo con la permutabilidad de los indices, Lazarsfeld 7 Peal F. Leranzmn: op. cit, pég. 112. 3 Idem pag ta OF Oe PS 43 descubre un bésico recurso de procedimiento que habré de tra- tar a lo largo de todo el libro: cémo las respuestas a los puntos del cuestionario, mas bien que la teorfa explicita, son las que thos dan la base para decidir la importancia ‘le los indicadores. No podemos desconocer que la mayor parte de la obra y de las, ideas de Lazarsfeld sobre la medida en sociolog(a procede de su interés y de su trabajo en metodologia de las encuestas —en particular, porque tales métodos toman como evidentes el len- je y el sentido— si queremos entender cémo Jos problemas Be medida en sociologia se han unido y confundido con los pro- Cedimientos tradicionales de las ciencias naturales. Los procedimientos generales que sugiere Lazarsfeld se adap- tan particularmente bien a las condiciones de la investigacién sobre el terreno, cuando el estudioso no puede determinar con Slaridad y precision qué variables son apropiadas para convertir Sus conceptos en una serie de actividades operativas que arro- jan datos en apoyo o rechazo de sus conjeturas. Al pasar de la imagen inicial por la creacién de indices, se hacen inferencias y dedueciones implicitas y explicitas basadas en parte en los tipos generales de datos a los que se ve dirigido el investigador por Sicha imagen y, mas importante, en cémo se manejan los datos Con las diversas clasificaciones y tabulaciones cruzadas, que lle- San después a continuas inferencias sobre la infraestructura de Ia imagen inicial. Estas ultimas inferencias ofrecen al investiga- dor sobre el terreno una forma de imagen m4s amplia o estruc- ura teérica, asi como el sentido de sus datos, es decir, su perti- nencia a la imagen tedrica utilizada. Como observa Lazarsfeld, ven Ia investigacion sociolégica, las clasificaciones se utilizan principalmente para establecer relaciones entre cierto niimero de Variables. Por ello, la cuestién crucial es si estas relaciones, la Conclusion empirica que buscamos, quedan muy afectadas cam- Biando un indice razonable por otro» ®, Lo que no esta claro es si la imagen teérica dicta las relaciones iniciales y el imponer Cierta forma de medida concreta las variables en cuestién o si la Clasificacién de las respuestas por ciertas reglas discrecionales Ge cifrado (coding) o lagunas «naturales» de los resultados pro- Guce el sentido cuantitativo de la «variable» ¢ informa también fa imagen inicial, Suponemos que nuestras «variables» deben Shaul F. Lazansry: op. ott, pig. 115. “4 determinarse mediante conversiones tedricas de nuestros concep- tos, de modo que su Ambito de pertinencia, el orden de los valores y las propiedades numéricas que deben asumir scan derivables de la teoria. Excepto en los casos en que los datos son producidos (y en ocasiones adoptan propiedades numéricas naturales) por instancias sociales para sus propios fines contables, casi toda la investigacién socioligica que exige contacto con sujetos im- plica siempre teorfas implicitas que estan muy lejos de una ve- rificacién a priori de hipotesis. Nuestras clasificaciones de los datos, a menudo arbitrarias, Hegan a ser la base para establecer cierta forma de cuantificacién. Como la clasificacién es a poste- riori, la validez de nuestra medida es relativa a la clasificacién arbitraria, haciendo improbable en ese momento la repeticion y el conocimiento riguroso. Asi, pues, los problemas més graves de la medida surgen cuando ‘nos ocupamos de las «variables» cualitativas. Las referencias a éstas suponen que «hay una linea directa de continuidad légica desde la clasificacién cualitativa hasta las formas més rigurosas de medida, pasando por los recursos inter- medios de las proporciones sisteméticas, escalas ordinales, cla- sificaciones multidimensionales, tipologias y simples indices cuan- titativos» ®, Lo cual supone a su vez, en primer lugar, que las arbitrarias y diversas clasificaciones empleadas por el socidlogo son aproximaciones operativas a conceptos engafiosos, cuyas pro- piedades no pueden descubrirse facilmente por inspeccién direc- ta, en nuestro actual estado de desarrollo; en segundo lugar, que os materiales titulados «datos», y a los que se atribuye una me- dida dicotémica 0 mas refinada, se corresponden con los con- ceptos en estudio. Ademés, la investigacién sociolégica que trata de ordenar los materiales mediante investigacién sobre el terre- no debe suponer que la medida arbitraria producida por las re- glas metédicas que se siguen actualmente son clasificaciones singulares para cada proyecto de investigacién y que su justi cacién ha de encontrarse, en dltimo término, en los conceptos teéricos utilizados para explicar los datos. Finalmente, esté el supuesto, o creencia implicita, de que tales conceptos tienen la Poul Lacansrrip y Allen, H. Baxrox: «Qualitative Measurement in the Social Sciences», en D. Lemem y HD. Lascwelt (ede)! The Polley Sciences: Recent Developmients in Scope and Method (Stanford University Press), Stanford, 1951, 45 misma estructura que los de las ciencias naturales y pueden arro- Jar propiedades numéricas en tan ajustada correspondencia con Jos sistemas de medida. ; fi Si encaramos la opcién de utilizar medidas segin el modelo de las ciencias naturales o de simple descripcién, debemos estar informados en ambos casos sobre la sucesin de los pasos que hos llevarén a unos procedimientos «aceptables». En cuidadosa Fetrospectiva de los supuestos implicados en los procedimientos de clasificacién e impuestos a nuestros conceptos, podremos apre- Giar mejor hasta qué punto se interfieren 0 se complementan Guestros esfuetzos por lograr una medida, una elaboracién te6- Tica y unos datos sustantivos generales ¢ invariables. El no poder Gemostrar una correspondencia precisa o justificada entre las (medidas existentes y nuestros conceptos tedricos y sustantivos, Gino tener que establecer esta relacién arbitrariamente, quiere §ecir que no podemos tomar por supuestos los procedimientos Ge investigacion ni, por tanto, las conclusiones basadas en ellos. Suponiendo que los hechos y conceptos fundamentales de la sociologia si se corresponden con los sistemas matematicos y Be medida existentes, Lazarsfeld y Barton pasan al bésico pro- blema de clasificar cierto conjunto de experiencias u objetos identificables dentro de cierta categoria. Por ejemplo: nos ponemos a formar tales categorias, en primer lugar? aoe Gal ctvoger certs elementos dels ituacion, ¥ 90 ots? cPor Eke’ Smbinarlos precisamente en estas. categoria ‘Se puede argiir acertadamente ‘que no podemos redactar_ un conjunto de instrucciones manuales, para eategorizar tos fendmenos Seeitles:{sies instrucciones no serian mas aue un programa gene. SoF para desarrollar ia teoria social. No podemos escribir un man ESpke ceomo formar fecundos conceplog tesricose de In mismna ma SOE se escribimos manuals sobre como seleccionar muestras © Fedaclar cuestionarios ® ‘Ast, pues, idealmente, la categorizacién de los fenémenos so- ciales exige el desarrollo de la teoria social general, pero, como Gan a entender Lazarsfeld y Barton, eso no puede hacerse hoy gn sociologfa. Estos autores sefialan un conjunto de procedimien- tos mas practicos, que comienza con las cuestiones siguientes, bien delimitadas, que atienden a la descripcién de lo que ocurre en situaciones determinadas, por ejemplo: «{Qué es To que ha- —FPoed Leunsrme y Allen H. Burton: op. cit, pag. 156, 6 cen los jévenes cuando estan pensando en elegir carrera? Qué tipo de reacciones tienen los jévenes ante el paro? Cudles son los cauces de informacion sobre los asuntos piiblicos en un mu- ‘icipio estadounidense?» ". La solucién practica requiere, pues, que el investigador se haga preguntas generales sobre determina. dos temas esenciales, preguntas que puedan convertirse operati- vamente en una forma de pensar, tanto vulgar como de pertinen- cia tedrica. La falta de una teorfa social desarrollada obliga a todos los investigadores en sociologia a emplear conceptos vul- gares que reflejan los conocimientos comunes a los sociélogos y a los miembros «medios» de la comunidad 0 sociedad. Supo- niendo desde el principio que el socidlogo y sus sujetos consti- tuyen una cultura comtin que cada uno entiende ms o menos de la misma manera, los sentidos eobvios» de las preguntas ope- rativizadas del cuestionario en que se basan los indicadores in- corporaran propiedades sélo vagamente definidas en la teoria social, pero cuya importancia para el proyecto de investigacion se da por supuesta Asi, en la exposicién de Lazarsfeld y Barton sobre la medida cualitativa hay implicita una teorfa del orden social y una cul- tura comin al socidlogo y al sujeto. Por ejemplo, consideran necesarios cuatro requisitos para «un buen sistema de clasificar las respuestas libres». Dichos autores dan a entender que estos. requisitos —carticulacién», ecorreccién ldgica», eadaptacin a la estructura de la situacin» y eadaptacién al marco de referen- cias del entrevistado»— impiican féciles normas de procedimien- to que son evidentes". Las muchas decisiones que hay que to- mar suponen una correspondencia implicita entre: 1) Los indicadores por los que el hombre sencillo identifica objetos significativos y los que utiliza el socidlogo para identifi. car objetos y hechos significativos. 2) El punto de vista del actor: las categorias lingtifsticas y de sentido que utiliza para describir y clasificar observaciones y experiencias; y el punto de vista del observador: las catego- ras lingiifsticas y de sentido que utiliza para describir y clasifi- car observaciones, respuestas y documentos sobre el escenario social. Taal Lewy y Allen H. Basrow: op. lt. pl. 16. Taal ae io 2p. elt, pea. aT las normativas que dirigen la percepcién y la in seradetacn she ide su medio tiene el actor y las normas metédi- cas y teoricas que dirigen la percepcién y Ja interpretacion del Sbservador sobre el mismo medio de objetos. ie ‘Los procedimientos pricticos descritos por Lazarsfeld y Bar- ton se basan en unas diferencias culturales y subculturales que ellos suponen facilmente determinables y mancjables. La cita sh vate revela la necesidad de confiar en una definicién vulgar Sei mundo, que comparte el observador con el actor: os que queremos casficar las razones por las que com a Terrase cbrta clase de.cosmelices. Las mujeres. haran ran jsimos comentarios sobre sus razones, que serin dificiles de agrupar somandolas Por, [0 Que Parmeticoss toma Conejo de tas maura gue concce, de la publicidad ¥ de ion aril de oe me con Paes 3 oe experiencing: ene Su Bios de dlusion, adem, Methia’ cbamieicon com el fin de adr motte los alone iSTtnpetiondn a otreg ype Fe eee sere Gece y, sued para impresonarse 8.31 misma, giiamos averimuay 2 gu Tusldndes(cnicas ce fe felactonah ios Cormeen eos uird se preocupe tambien po fe a eau as ees Ce ta al anpeeto, Adem, Hay Foster moles tsi seers osicicos.¥ por ulto, ene Este Eieutiades pare we'd as ungeres podvian teleioparee co ggaquema siguiente: scauces de infos Consccuhlasy,ceualdades esenian’ para definir ciertas formas de «datos» y permitir que la atraviesen hacia el observador *, Cada «rejillas se convierte en un «filtro» de lo que Ilegamos a percibir ¢ interpretar como referente, st significacion y su categoria légica como dato. Cada «rejilla» o medio conforma o influye nuestra percepcidn e interpretacién de nuestras experiencias tificas y vulgares ®. Comenzamos con Ia nocién de medida como erejillas o «filtro». El problema de establecer clases de equivalencias, necesarias para la medida, no puede entenderse como independiente de los problemas del len- Buaje y de los sentidos culturales. La equivalencia Iégica, como condicién critica de la medida, tiene sus propias formas lingiiis- ticas, pero esté relacionada también con el lenguaje y los senti- dos de la vida cotidiana y, por consiguiente, de la investigacién Sociolégica. Si hemos de entender por qué la teoria implicita y el método se transforman en la calidad de medida formal, tene- fnos que estudiar la relacién entre el lenguaje comin y el de la ‘equivalencia Iégica. BL LENGUAJE DE LA MEDIDA Las medidas actuales tienen sus fundamentos en la légica formal, la teoria de conjuntos y sus derivaciones. En las refe- earn test uno como etn el oped or. Reet pe i tice Hp nolo Ameer era Unley Mi ge Eres) An aor a Behavior (Gummer insticute, of Linguistics), Glendale, eee a ee ala Sa fore Candee Te Tipoats Sapir Whort. Se verdn mks ‘comeatarioe ¥ Som tome gees Ent Sonat Se Sao 52 rencias antes citadas puede verse una idea de los axiomas y de las definiciones utilizadas para establecer escalas de medida. Ahora aludiré sélo a unas cuantas propiedades elementales de los sistemas de medida para ilustrar cOmo nuestra descripcién y estudio de los hechos sociales estén influidos por el lenguaje de Ja medida. El paso de los valores veritativos a los nimeros reales (de las escalas nominales a las escalas de razén) constituye la base de la medida, tal como se la conoce tradicionalmente. Utilizando una operacién binaria se muestra cémo podemos hacer conexio- nes de manera que, ademas de p o q, tomadas independiente- mente, puede constituirse también la reunién de p-y-g, junto con otros conectivos diversos. Puede mostrarse que nociones como espacio-propiedad 0 espacio-atributo son simples enuncia- dos o proposiciones compuestas, formadas de proposiciones ele- mentales y conectivos binarios o de orden superior. Asi, dos atri- butos Xe ¥ pueden relacionarse con la existencia o carencia de ciertas propiedades o dicotomfas, como altos 0 bajos ingresos 0 mucha 0 poca religiosidad. Esta’ dicotomia, desde luego, puede generalizarse, como se indicé antes, en un tipo de clasificacién de muchas propiedades en correspondencia con la Idgica pva- lente y los atributos multidimensionales. Lo cual equivale a es- tablecer una correspondencia entre las leyes del calculo propo- sicional y los hechos socio-culturales. Dos nociones de este sistema I son especialmente deci- sivas en cuanto a la introduccién de la medida en sociologia. La primera atafie a la proposicién compuesta, porque la proposicién misma puede ser «verdaderar, independientemente del valor ve- ritativo de sus partes constitutivas, Por ejemplo, la creacién de una clase de objetos, denominandola, seguin cierto atributo, «re- publicanismo» o «punto de vista demécratas y la clasificacion de objetos o personas dentro de tal categoria, aun sabiendo que no son homogéneos, que no son idénticos en'cuanto a lo «republi- cano», es decir, en cuanto a lo mucho que ecreen» o tienen «fe» en los «principios» 0 «politica» del partido republicano, La se- gunda nocién, obviamente, es una extension de la primera. Nos proporciona la nocién de equivalencia Idgica o, simplemente, equivatencia®, La fijacin de clases de equivalencias cosifica el Tal jen supone que son vilidas a 1c voaic iey efienva A galls SW iy snettce GH cada eS ate 53 medio de objetos en estudio, suponiendo que su delimitacién y, por consiguiente, sus elementos son conocidos, pero el estable- fimiento de clases de equivalencias nos permite también orde- nar los hechos por contar, describir, clasificar 0 medir. Nuestro Jenguaje cotidiano esta leno de supuestas clases de equivalen- cias. Por ejemplo, cuando hablamos de personas como tipos so- ciales, empleamos a menudo términos como «tonto» o «interesan- te», «divertido» 0 eaburrido», chipocondriacor o «integro», etc. La utilizacién de estos términos da a entender que la clase de objetos Hamada «personas» puede dividirse en un conjunto de Clases de equivalencias segin ciertos criterios o «reglas». Los procedimientos de Lazarsfeld y Barton suponen que tiene sen- Yido formular una correspondencia entre las categorias sociales utilizadas por los sujetos y las relaciones logicas que se emplean al establecer las clases de equivalencias necesarias para clasifi- tar y medir. Recordemos el supuesto de Lazarsfeld y Barton de ana «continuidad ldgica desde la clasificacién cuantitativa hasta Tas formas ms rigurosas de medicién». Las propiedades de la interaccién social cotidiana, segin Lazarsfeld y Barton, se corres- ponden con las leyes supuestas en la légica y en la teoria de con- juntos, Por ejemplo: 1. Si queremos establecer leyes que se correspondan con el modo en que los actores manejan sus asuntos cotidianos (es de- cir, las «reglas» y valores por los que orientan su conducta, los procesos que se cumplen al asumir el papel del otro y de definir {a situacién), hemos de demostrar que las tres propiedades que definen la equivalencia logica (reflexividad, simetria y transitivi- dad) son aplicables a las relaciones sociales cotidianas sin tergi- versar su sentido tedrico y sustancial. 2, Nuestras teorfas deben generar las propiedades légicas que se suponen vilidas para las clases de equivalencias logicas. fos categorias que empleamos para clasificar las propiedades em- piricas de nuestros actores imaginarios son valores limitados (en Fianto a los deterministas finitos de todo o nada) que pueden Te wag cquivale «4%; y la ey transitive (A quvale « By B equiva ile, au Beaute stivne 4 6. Be dice ae dos conjunios Finks. GR-y N) EG sigica cue A caulet taos piety st rcacionadn de tl maners mates a Yt Saeemnal an elementary asi, wo, 36M 7s Fe oe aaa ie Pica’ Sutter bx Jerh IN seco eit, &. 3, BS, ae. 1S 54 FE. ae -asumir. Las propiedades légicas que se suponen aplicables y se imponen a los conceptos y datos definen los limites del «valor veritativo» o significacién de una propiedad determinada imputa- ble al actor. 3. Las tres leyes necesarias para la equivalencia determinan las condiciones con las que nos es licito calcular. Enuncian las condiciones con las cuales puede suponerse la equivalencia de objetos y hechos en las estructuras sociales y con las cuales, por tanto, pueden ponerse en correspondencia con los ntimeros natu- rales de manera que se haga posible una operacién de calculo. 4. Pero estos tres supuestos de equivalencia no tienen en cuenta el cardcter temporal de los objetos y hechos socio-cultura- les. ¢Es A igual a A invariablemente con el co-~hio de la escena social, del medio social y al cambiar la definicion de Ja situa- cién? E] tiempo que mide el reloj depende del tiempo vivido, en el sentido de que las horas hi y h: pueden ser definidas de modo diferente por los actores de la escena social, aun cuando un obser- vador exterior pueda calificar de idénticas las dos situaciones con respecto a cierto conjunto de variables estructurales y lo- cativas. 5. Las definiciones, los célculos, 1a medida de la natalidad, de la mortalidad, de la nupcialidad, divorcio y delincuencia de un tipo particular suponen los tres supuestos ldgicos necesarios para las clases de equivalencias; y estas relaciones ldgicas estan supuestas en el registro oficial de un conjunto de acciones so- ciales clasificadas dentro de una categoria socio-juridica. La im- portancia sociolégica de estas categorias debe decidirse por moti- vos teéricos y metédicos; su calidad de datos no es automética. Sin embargo, est4 claro que, independientemente del socislogo y de sus teorias y métodos, existen condiciones por las cuales las categorias socio-juridicas de la vida cotidiana admiten relacio- nes de equivalencia y operaciones exactas de célculo. Estas con- diciones suponen cierto conocimiento 0 cierto fundarse en una cultura comin compartida. 6. Pero los objetos y hechos que cuentan las categorfas so- cio-juridicas son proposiciones compuestas, en el sentido de que no todos los elementos en su forma agradada son idénticos, esto enen el mismo valor veritativo, y ello es particularmente ie respecto de los matrimonios, divorcios y delitos. Es cierto que podemos tratar cada matrimonio, divorcio y algunos delitos deine equivalentes en condiciones limitadas, aunque muchos du- Garfan de la utilidad tedrica y sustancial de ciertas combinacio- nes o agrupaciones. Los sociélogos reconocen claramente que es jnadecuada una légica bivalente. Comienzan por preguntarse si son diferentes las edades de las parejas o de los delincuentes, si hay diferencias de religion, ocupacién, instruccién, etc. Estas cusstiones adicionales cualifican Ia inicial relacion de equivalen- Gia que se impone al tratar como idéntico cada divorcio 0 ma- trimonio 0 delito para fines de célculo en las actividades socio- juridicas. Pero sin més ideas explicitas, tedricas y sustantivas Que orienten nuestros actos, el lenguaje de la medida nos obliga omplear clases de equivalencias que pueden cosificar o tergi- Yersar arbitrariamente nuestras ideas y datos. 7. Suponiendo que la percepcién y la interpretacién por el ‘actor de cierto conjunto de hechos o medio de objetos varia con Ins condiciones tipicas y peculiares del contacto social; y asu- miendo el papel del oiro durante la interaccién, no podemos Suponer automaticamente la existencia en nuestra teoria y datos Se clases de equivalencias que cumplan con las leyes reflexiva, Simétrica y transitiva, La nocién de asuncién de papel, como funcidn de lo que el actor Ileva al escenario social, y como cierta serie de contingencias que se desplicgan durante la accién social, exige que distingamos entre clases de equivalencias de calidad Sctatica (por ejemplo, los estudios de cuestionario que revelan Shtos sobre la etnia, la ocupacién, los ingresos, etc.) y los nuevos procesos (por ejemplo, las ideas y los actos producidos durante Ja misma accién social, y que se verifican conforme a condicio- see en desarrollo de la escena social), La adhesin publica a las Hdeas vulgares, a los valores 0 a las ideologias puede ocurrir du- {ante toda la accion, pero estas adhesiones pueden no reflejar los ‘samientos particulares del actor y pueden no reflejarse en Tas respuestas que pueden darse mediante un cuestionario cerra- do. Un procedimiento corriente es correlacionar las variables Gstructurales y locativas con atributos de proceso social. Por ejemplo, la edad, el sexo, la residencia, los ingresos o la instruc. ion, por una parte, con las actitudes ante los grupos étnicos o 56 las preferencias politicas, por otra. Es el lenguaje de la medida (en su sentido genérico) el que impone las necesarias clases de equivalencias, no los conceptos tedricos. 8. Una consecuencia peligrosa de la medida arbitraria es que las escalas de medida suponen relaciones légicas que pueden no corresponderse con nuestras teorias implicitas. Idealmente, nos gustaria que nuestras teorias originasen propiedades numeéricas en correspondencia con las escalas de medida y sus postulados. ‘Nuestras teorias implicitas no generan propiedades numéricas, excepto después de haberse transformado en explicitas: después de que el lenguaje de la medida les haya impuesto cierta escala de medida o conjunto de relaciones légicas o cierto conjunto de categorias arbitrarias o semitedricas. 9. Otra consecuencia de los actuales procedimientos de cla- sificacién y de la seleccién y combinacién de indicadores puede verse en el perfeccionamiento progresivo de las categorias de clasificacién e indicadores, de manera que los datos se transfor- man progresivamente o se les da una apariencia cuantitativa. Cada operacién se calcula para transformar los datos en un con- junto comparado de clases de equivalencias que, en el lenguaje de las encuestas, puedan ser «parcializadas», ciertas variables puedan eliminarses, y semejantes. Este vocabulario quiere trans- mitir la nocién de medida rigurosa, aunque, por lo general, el investigador es plenamente consciente de su cardcter arbitrario. No obstante, sigue habiendo el peligro de que el vocabulario reemplace la busqueda de explicaciones tedricas para una clasi- ficacién que suponga reflexividad, simetria, transitividad y las demés propiedades fundamentales’para los sistemas de medida. Toda decision metédica supone cierto equivalente tedrico, aun- que nuestro presente estado de conocimientos pueda no ser ade- cuado para determinar con precisin cudl sea la correspondencia. MEDICION DE LOS HECHOS SOCIALES FRENTE A LA ACCION SOCIAL Los socidlogos estén acostumbrados a distinguir entre es- tructura y proceso, estructura social y accién social, normas 37 institucionalizadas y definiciones variables de la situacién, y semejantes. Atributos como la edad, el sexo, la natalidad, la mortalidad, los ingresos, la instruccién, el tamafio de la locali- dad, la dispersién geografica de la industria o de la agricultura ‘0 de la poblacién, el volumen de la inmigracién y emigracién, y_ asi sucesivamente, son considerados tipicamente como Estas frases, si son ciertas, hacen evidente el je repre- sean un grat ¢ importante papel ea In folaidad de ta culturs, Lejos 63 de ser simplemente una téenica de comunicacién, es en sf un medio para dirigir las percepciones de los hablanies, suministrandoles lor modos habituales de analizar la experiencia en categorias. sigo- cativas ®, La hipstesis Sapir-Whorf sugiere que consideremos el lengua- je de la medida como derivacion de nuestra idea del mundo - fisico y del cardcter de los sistemas légicos y mateméticos. Por tanto, la ciencia y el método cientifico como medios de conside- rar y adquirir conocimiento sobre el mundo en torno propor- cionan, a quienes aceptan sus principios, una gramatica que no es mero instrumento reproductor para explicar en qué consiste ‘el mundo, sino que también conforma nuestras ideas sobre cémo es el mundo, a menudo con exclusién de otras maneras de con- siderarlo. Asi, pues, el lenguaje, y los sentidos culturales que indica, tergiversa y oblitera, obra como un filtro o rejilla de lo que pasaré por conocimiento en una época determinada. De modo semejante, los sentidos culturales sobre la inmortalidad, la cau- sacién, los hechos fisicos, los hechos sociales, los hechos biolé- gicos, la belleza, la fealdad, el dolor, el placer, y semejantes, tienen su propia gramatica, que puede ser expresada o influida por el lenguaje. En una tesis doctoral reciente, de Warren O. Hagstrom *, demos ver una manera mds concreta de sefialar como la cien- ia puede Hegar a ser un problema en sociologia del conocimien- to e influir lo que pase por medida. Si compartimos el interés de Hagstrom por emo la ciencia dirige el pensamiento de quienes se ocupan en ella, por la manera como los colegas influyen sobre las decisiones, por ejemplo, sobre qué problemas pareceran dig- nos de estudio, qué técnicas deben adoptarse, cémo medir los hechos y entenderlos, cémo enunciar y publicar los resultados y qué teorias y resultados serdn aceptables, el conocimiento cien- tifico constituira una gramatica, entre otras, para explicar y considerar el mundo. Pero ello significa también que, cuando de- cidimos actuar dentro de la comunidad cientifica, el’ tipo de ‘opcién que se tome estar4 limitado por los tipos de regulaciones que describe Hagstrom. Los socidlogos que trabajan dentro de ry, Hon top taneags in pre (Ung of Cn, ren coca el Wa Eat Be eae aka a Reg i CM BE el ae EL ae olin Departamento de Soctologis, Universidad de 4 Ia comunidad cientifica, o al menos los que se identifican con sus fines y métodos de regulacién, podrén considerar como in- aceptable una comunidad alternativa de estudiosos y tratarén de proscribirlo o de desacreditar sus obras. Este es un peligro de la ciencia, que han explicado muchos autores (Hagstrom, entre otros): Ia regulacién de las actividades y del pensamiento cien- tificos puede establecer limites a ciertas clases de teorias, méto- dos y descubrimientos, por causa de los métodos prevalentes de regulacién y por la imperfecta organizacién de la ciencia como sistema libre y de propia recti n_del pensamiento. La medida en sociologia esta afectada directamente por la ciencia y la tecnologia moderna a través de otra serie mds de actividades. Reparese en esto: la estructura de la sociedad mo- derna refleja la racionalizacién de la vida cotidiana por medio de sus instituciones burocrdticas. Los idealizados fines de efica- cia y racionalidad se corresponden con la idea fisico-matematico- Iogica del mundo; los sistemas de archivo y automatizacién de la burocracia moderna compendian estos fines. No es casual, por tanto, que las medidas empleadas por los socidlogos tengan su utilizacién més intensa al aplicarse a los datos producidos por la burocracia moderna, Las mismas condiciones para ordenar e in- formar de los datos sobre las actividades societarias de gran escala les han incorporado los supuestos que aseguran un resul- tado cuantitativo, independientemente de la estructura de los actos sociales originariamente observados e interpretados. Las condiciones sociales de nuestra época proporcionan una serie de definiciones a los burécratas —dictadas fundamentalmente por consideraciones de eficacia y practicismo— para organizar las experiencias de sus cotidianas actividades laborales. Esas definiciones pueden verse en los tradicionales sistemas de medida que comienzan por la simple existencia o inexistencia y el paso a los mimeros reales y escalas de razén. Por ello, lo que veneran los socidlogos como «datos» es, en su mayor parte, resultado de actividades organizadas burocraticamente, por ejem- plo, la oficina del censo, la oficina de estadisticas demograficas 0 los organismos correccionales, de previsién e industrials. Las mu- chisimas percepciones ¢ intepretaciones que entran reunidas en ta- les datos se pierden invariablemente para el lector o usuario de tales documentos. Los rasgos cuantitativos tienen que ser acepta- dos porque sf. El que aun los datos de hecho estén sujetos a per- 65 cepciones ¢ interpretaciones que pueden variar seguin el historial del actor, la ocasién de su recogida, las normas explicitas o implt- citas empleadas para decidir la significacién de los objetos o he- chos categorizados y el lenguaje enunciado y los sentidos técitos que fueron pertinentes para el observador particular significa que éstas son variables que considerar al apreciar la pertinencia ¢ importancia de tales datos. Aunque el personal de los organis- mos utilice estos «datos» como reales, por ejemplo, cuando los catedraticos o directores de instituto examinan las calificaciones de un alumno, estimando su rendimiento general para recomen- darlo a una universidad o Facultad, el interés significative del socidlogo no es meramente qué correlaciones o interrelaciones generales existen entre los datos «objetivose, sino cémo este personal burocrético los interpreta y acttia de acuerdo con ellos. Es el conjunto de reglas utilizadas para interpretar tal informa- cin lo que demostraré Ia significacién de estos datos para origi- nar una accién ajustada, Cualesquiera correlaciones efectivas pueden ser artificios impuestos por los procedimientos de cuan- tificacién. El que las actividades organizadas burocraticamente empleen invariablemente un sistema de clasificacién y ordena- cidn que proceda de la légica bivalente o pvalente significa que hemos impuesto ya un sistema de medida, independientemente de lo que tales datos pudieran «significar» si no se hiciesen tales imposiciones. En el escueto lenguaje de Coombs, estamos cogi- dos en el «dilema» del sociélogo que impone un sistema consis- tente de medida, aunque no est4 seguro de su justificacién. El investigador, dndose cuenta 0 no, se ha escondido tras la fa- chada de un conjunto de condiciones —la organizacién burocré- tica— que aseguran que se producirén datos cuantitativos. Al dar por supuestos tales datos y venerarlos por s{ mismos, el sociélogo subvierte sus teorias en gracia al «rigor» que se supone deriva automaticamente del respeto a ellos por encima de todo. Este es un curioso problema de la sociologia del conocimiento. Los mismos rasgos de una sociedad secularizada, la racionali- zacién de la vida cotidiana, se han hecho objeto de estudio para el socidlogo, pero se han convertido también en su prision. Esta en la peculiar posicién de estudiar las condiciones de la vida co- tidiana, pero sus datos son resultado de esas condiciones. ‘Ademis del sentido lingiistico y cultural, los mismos sist mas de medida o las regulaciones que ejerce la organizacién de 66 Ja clencia moderna, hay otro problema que muchos sociélogos descartarian sin mas. Pienso en si la misma sociologia del cono- cimiento se rige por normas cientificas de procedimiento 0 si la debemos considerar como una especie mas de ideologia, Pode. mos considerar el dogma religioso y la ciencia, tanto ideologias ‘como cuerpos de conocimiento, cada uno de ellos con sus propios supuestos tedricos, métodos y reglas para admitir proposiciones *, Por ello, los problemas de la medida pueden considerarse desde la perspectiva de la sociologia del conocimiento: el mundo de lo observable no «est4 ahi» simplemente, para describirlo y medirlo con las medidas de la ciencia moderma, sino que la evolucion de los hechos histéricos y de las ideologias de una época determi- nada pueden influir lo que «esta ah» y como se han de entender, estimar, explicar y medir estos hechos y obje"~ : Nos queda por atender a los problemas del Ienguaje cotidia- fo, el sentido cultural y el Ienguaje de la medida en la realiza. cién de la investigacién sociolégica; en particular, la corres- pondencia entre cierto conjunto de realidades y las categorias tedricas de medida. Al examinar diversos métodos, eludiré el problema de si representan ideologias particulares o doctrinas cientificas o no cientificas. Consideraré cada método como prac. tico para alcanzar cierta forma de conocimiento sobre el mundo *V_ en, Félix Kaun: Methodology ences Uaiversicy"Prea), Nuva York, 181, una Gxplichcibn,sobre‘el cuetpe'de Seach oT Il TEORIA Y METODO EN LA INVESTIGACION SOBRE EL TERRENO Los investigadores de ciencias sociales se enfrentan con un problema metédico singular: las mismas condiciones de su in- vestigacién constituyen una importante variable compleja de lo que pasa por datos de sus investigaciones. La investigacién sobre el terreno, que para nuestros fines comprende la observacién participante y la entrevista, es un método en el cual las activi dades del investigador representan un papel esencial en los datos obtenidos. En este capitulo examinaremos algunas obras sobre esta investigacién y revisaremos los problemas de la teoria y el método. Al tratar de los autores, supondré que es asequible cier- ta forma ideal de investigacién sobre el terreno. Lo cual equi- valdrd casi a proponer un argumento ficticio, a algo asi como inventarme el maniqueo, no con la intenci6n de criticar los fallos de los autores, sino meramente de utilizar un recurso expositivo para recomendar ciertos ideales algo dificiles de alcanzar en la investigacién sociolégica. Espero sefialar el tipo de teorfa funda- mental que pueda ser wtil para el observador y al mismo tiempo pueda verificarse en la investigacién sobre el terreno. Quisiera Mamar también la atencién sobre algunos problemas metédicos con que tropezamos para cumplir los cénones de la indagacién cientifica en el estudio sobre el terreno y revisar ciertas solucio- nes propuestas. Este capftulo atenderé a la observaci6n partici. ante. El capitulo II se centrard en la entrevista. n REVISION DE AUTORES 's antropélogos que utilizan las técnicas de la investigacin sobre'cl terveno han ‘acumulado na vasta obra‘ sobre difsron tes culturas. A pesar de Ia larga historia de la investigacién so- bre el terreno y los cursos desarrollados sobre su técnica, se hha hecho poco por sistematizar las distintas investigaciones. La diferencia entre trabajar en la propia sociedad y en otra cextrafia ofrece un punto bésico de partida sobre las condiciones en que adquieren sentido las percepciones e interpretaciones del observador. cute umd el ce qh Sonal ca aa ti Stn mre co anlmane 4 foes ecole experienc Be Ss earaaty Deets rogtantcomeimntg ac fe, cedey uid or ny pack Beene pice dba eh eae Pile sa tan ln cua ies Loh uta th Geet tts line meas Gatun ca, Sects lnuueles go cident sigma a ean on au rorya, pre adele Hoy oe comet cle tana tec foe aaa su trabajo!, La manera como se hace el contacto inicial es también dife- rente segtin se trabaje en la propia sociedad 0 en otra. Los co- mentarios de Benjamin Paul ilustran este problema: hay regla alguna para encontrar Ia, buena manera de intro gueliaeyeh ia mut, cbmanidnd. Denende de i contin de sta'y de la informacion que el ivestgador pueds cons SSmpaho, Frecuentemente, puede contas con tna cadens de’ prose. taclones, que lo conducirdn, al menos, a las puettas’ desu grupo: Glande icpue's un centro, campesino o's tna factoria cereale ou seat, erable haya congo" obs, die resent fue relaclonan con los hativos. En ests periferiar puede reeoger {Rformaciones que scrvirdn para orientario, El principiante ansieso de lograr completa aceptacion por foe nativos Plude'a veces & los mandatarios ragionales por imitéa a que lo reciban peor. Pero ie le servis ser bien Feribido por Tes nativos.a cambio. de tener feuds Sonia aiordader ue ee onupan de Seguros mow Stentos de los extranieros : ‘Al realizar imvestigaciones en una comunidad moderna o en una én industrial, eo ha visto oportuno, y's veces esencal, Sire 3, Yo struieesr Oona ind el ocd teal ae a Pee eS SUR te n establecer los contactos iniciales con las personas que estén en Per, amuse, tratarse de hombres. con ‘un puesto en la jerarqula de personas respetadas en posiciones informales. Su apoya a Proyecto puede ser decisivo y pueden servir para relacionar conve. nigntemente. Este procedimiento es plicable también a la comt nicad no occidental Paul hace observar la importancia de convencer, a los que se va a observar, de que el investigador no los perju ra. Los que han de ser observados pueden ser miembros de alguna tribu distante o directivos de una organizacion industrial. El investi- gador tiene que evitar también desairar a alguna figura, posible. mente importante, por no haberle pedido ayuda. Como advierte Paul, ello puede hacer que las partes ofendidas propalen rumo- res, causando muchas dificultades al investigador. Los investigadores sobre el terreno coincides: ¢.. 1a necesidad de prescribirse un papel dentro del grupo por estudiar. Paul ice: «A veces, el trabajador sobre el terreno define su propio Papel; a veces, se lo definen la situacién y la actitud de los na vos. Su estrategia es la de un jugador: no puede predecir exac. tamente qué jugadas hard la otra parte, pero las prevé lo mejor Posible, haciendo sus movimientos en consecuencia», El proble- ma de definir un papel o diferentes papeles dentro de un grupo y entre grupos plantea la cuestién general de qué es lo que hacen los observadores participantes y los tipos de papeles que representan durante su investigacion. Schwartz y Schwartz dan la definicién siguiente: Tara nuestros fines, definimos la observacién participante como al Proceso en que se mantiene la presencia del observader en una situacién social, con objeto de investigacidn cientifica, El observador gstd en una relacion frente a frente con los observados, reconiendo alos al pacticipar con ellos dentro del marco de su vida natural, For Jato. el. goservador es parte del contexto que se obsorva tanto lo modifica como es influido por él Consecuencia inmediata de participar en la vida del grupo es que, inevitablemente, se pide al investigador que ayude a tomar decisiones politicas que alterardn las actividades del grupo. Aun- “Benjamin D. Paut: «Interview Techniques and Field Relationships», en Sind ze detnomoey Today ‘University of Chicago, Press), Idem, pag. 431.” « MoriS* Soniaar’ y Charlotte Gnzmx Scrwoerz: dentro del grupo de estudio, las Sircunstancias reales del marco de investigacion podrén no per- gmitir mucha eleccién al observador, Muchas veces, lo mejor que puede hacer es registrar cuidadosamente los detalles de los carm- Bios en que ha influido y tratar de comprender sus consecuen- cias para los objetivos de la investigacién. Como se ha dicho antes, muchos investigadores pueden comprometerse tanto en su participacién que se hacen enativos»*. ; ‘Toda exposicién de la investigacién sobre el terreno cita el problema de cémo los nativos llegan a caracterizar al investign- For. La importancia de esto, como es obvio, se debe a que los tipos de actividades a que se expondré el observador variarén can sus relaciones dentro del grupo estudiado. La mayoria de los Sutores subrayan el «ser aceptado» por los nativos: que 1o me encontré con que In gente estaba creAndose sus pro- pine epicationes sobre mi'ye fbi escribir un libro. sobre Cor pissille Esta podra parecer wna explicacion demasiado vag y, sin Respargo, basts, Vi que ii aceptacion en cl distnito dependia rticho mie de las reiociones pereoriales que trabe que de” cualesquiera Bbficaciones que yo pudiese dar. Eseribir un libro sobre Cornerville ere Sicno'o Malo segun ia opinién personel que de mf tuviese 1a Gente Sin habia nada Gus objet, ml proyecto” estaba Olen, £P%6' no era bueno, ninguna explicacion’ del raundo podria conven- Seto ‘de que el libro cra una buena idea*, El subrayar que el observador participante sea aceptado como apersona> puede verse en muchas fuentes: acepta a alguien como observador partcipante, mis por la clase de Potsona Bue tesa, 2 in vita de sus Felactones sobre, el ese oe Fut gor tb qe represente para ellos le investgacion, Sis (eile erento tegaron. 2 gue Investigator c+ op sis oy poder conflar en que'no es jugard naa da con toque averigue. Habitualmente, no quieren saber (odes Tnotivos y explicaciones del estudio™ ‘Schwartz y Schwartz expresan opiniones semejantes para ga- cacion_informativa sobre ls patiipacién total con- nado Ee i i Bay Uiiverhty OF Chicago Pros), ER, Speranete ‘petodel Sica. Tide ; ; ies Pee: ePurtcipant Observation and Lot , ¢5 Joho T. Dot ea eather Caren eee Heekpele Co) Mantabure, Pease ‘is, 1954, pag. 233, subrayado en el original. Te, enepotrard una ext 4 nar la maxima relacién con los sujetos que estudian. Una de las dificultades para seguir este consejo esta en la falta de normas procesales mas detalladas para alcanzar el fin de «ser aceptado». Al principiante le suministrarén informacion més instructiva las decisiones que haya de tomar dia a dia sobre el terreno, en cuanto a quién parece ser una «buena persona» para abordar, 0 a cémo debe conducirse en una variedad de situaciones nuevas que surgen continuamente. El problema es el de cuidar su pre- sencia y accidn ante los demas. Las soluciones que ofrecen estos autores son explicaciones de cémo conducirse sobre el terreno en su papel ante los demas. As{ lo ilustraran los comentarios siguientes: «La variable del continuo de la actividad de papel es el grado en que el observador participa en la situacién de inves- tigacién, extendiéndose Ja escala desde la participacién “pasiva" hasta la participacién “activa"s', Schwartz y Schwartz caracte- rizan al observador participante «pasivo» como semejante a quien observase detrés de una pantalla simple. La idea es interactuar con los nativos lo menos posible, en el supuesto de que tal con- ducta se inmiscuiré menos en las actividades del grupo, facilitan- do una observacién més natural de los hechos, El observador participante «activo», en realidad, se «une» al grupo que estudia hasta el punto de sentir que lo aceptan como uno de ellos. Lo cual significa con frecuencia participar en lo que Schwartz y Schwartz Ilaman el «nivel simplemente humanos y el «nivel de papel proyectado>, esto es, como nativo y como cientifico, Y dan un ejemplo en que se quebré este sistema de doble papel: «Vi- ‘mos que, sin ser consciente de ello, en el momento, el observador solia retirarse cuando se retiraba a un paciente. De modo seme- Jante, cuando el desénimo dominaba en la sala, el investigador descubria que él también trabajaba peors*. Gold ha expuesto mas formalmente la cuestion de los diferen- tes tipos de papeles que podrian asumirse: «Buford Junker ha sefialado cuatro papcles posibles tedricamente para los sociélo- g0s que hacen trabajo sobre el terreno, yendo desde el perfecto Participante en un extremo hasta el perfecto observador en el otro. Entre estos dos, més cerca de aquél, esta el participante como observador; y mds cerca de éste, el observador como par- 5 Serwams y Somwasre: op. cit, pig. 47. 1 Tdem, pag. Son OP Cir De 18 ticipante»". Estos cuatro tipos de papeles se definen como sigue: La verdadera identidad y fines del perfecto participante. en la investigacion ‘sobre el terreno son desconocidos para aquélios @ Guienes observa, Interact con ellos del modo més natural posible dyCualesquiera’ de sux ambitos vitales que Je interesan y He son Sfequibles como situaciones en las que puede representar bien, 0 Sprdnder a representar, los necesarioz papeles cotidianos. Por elem flo. puede trabajar en una fdbrica para estudiar el juego entre los Erupos informates, Despues de obtener aceptacion, al menos como EAheipiante, podrd permitirsele que participe, no’ solo en las. acti Plandes y actitudes faborales, sine tamnbien en la vida intima de los Yuera de Ia Fabrica, oorEasimulacion de papel es un tema bésico en estas act Importa poco si el, peffecio. participante en una situacié Propede de la clase baja-ita y tiene, quies, clerta experiencia ost “de la clase medizalta } es bastante extfano al trabajo fabri ya tas normas de los obreros. Lo. que importa de-veras ct que sepa estar simullando ser-un corpafero, Quiero decir que el ‘Elor esencial en cuanto se refiere al vesullado de ia investigacion, Eald mas en Ia orientacion del perfecto participante que en la supet= ficial conducta de su papel al comenzar su estudio, Sirve de ilustracién el trabajo de Whyte, porque describe va- rios casos en que se distinguia radicalmente, por su procedencia social de clase media, del grupo que estudiaba, Uno se quitaba él sombrero cuando sélo habia hombres; los demés se ocupaban de las normas para prestar dinero a los miembros de la pandi- la. En amas situaciones y en otras muchas le ayudé la simula- cién de papel y un informador importantisimo. Gold describe los otros tres papeles: Wi atemacasiesens tases wl pesal tal pesca wae woe Ee a ee eae aot papel del patra ce, ee art nce sre, Ber cams of ventana yo informader en anion ir problemas de la simulacién de papel; sin embargo, hay en ch Tes pricing dea amnion de panel io rare eS papel hag opotoniades pare my es SE ea ara Tee tog extn con eg con mis cen eel aoe Sane ea ee nea Fee ea en os eat or Bjemplo, al asistir a reuniones... : emt cardigans ap vtlaa en fos ese ee re eens A ais —WRaymond 1, Gow: «Roles im Soclological Field Observationse, Social Forces, » 1958), 217 Siem, pas: 2 16 més observacion formal que informal o participacion de cualquier tipo. Ademas, acarrea mefos rcsgos de sconvertirse en nativor que GP Papel dl partipante perfecto © dei participante como observa op, Sin embargo, por ser'tan breve y- quizs, superficial el contacto del cbservador come partcipante. con su informador, es mas. pro- table que fo entienda malo que sea mal entendido que en los o4ros os pop del observador perte i eto de ik Papel del obseryador perfecto lo aparta por completo de ia interadeibn social con os informadores, a ratar de gbvervar alas Dersonas demancta que les haga inniecesario toneno en cuenta, Por no saber que las est Observando mi que, en cierto sentido, 1 sirven de informadoras. De los cuatros papeles de investigador ‘so breve erreno, solo date ex cast nunca ef dominante, Se lo utiliza & veces como who de Jos papeles subordinador que se emplean para representar los’ dominates Los diversos papeles descritos pueden relacionarse con la in portancia de conocer el caracter de las experiencias de grupo. La participacién mas intensiva tiene la ventaja de exponer mas al observador, tanto a la rutina como a las actividades inhabi- tuales del grupo. Se supone que, cuanto mas intensiva sea la participacion, més «ricos» serdn los datos, por una parte, y tanto mayor seré, por otra, el peligro de «convertirse en nativo» y, ‘como consecuencia de asumir la manera del grupo de percibir ¢ interpretar el medio, de cegarse a muchas cosas de importan- cia cientifica. Me parece que la solucién que resulta es la del apartamiento, esto es, la de hacerse muy consciente de los pape- les que se representan y procurarse ocasiones de «retirarse> para hacer revisiones periédicas de lo que ha ocurrido y de cémo va la investigacién. En este punto, el lector sera consciente ya de las dificultades para establecer una serie de precisas normas procesales para acometer la investigacién sobre el terreno. La descripcién analitica de los papeles formales ofrece una guia al investigador y un conjunto de categorias para estimar su trabajo. Los papeles reales que escoja tendran que variar, naturalmente, con el marco de la investigacién. Los investigadores que queden demasiado apartados de las actividades cotidianas del grupo no podran disponer de ciertos tipos de informacién. La participa- cién intensiva puede dificultar mucho la verificacién de hipote- sis, pero puede convenir para descubrir lo native del grupo, los. significados que emplea el grupo cuando hay extrafios, Asi, pues, la participacién y la entrevista sobre el terreno pueden ser diff Raymond L. Gum: op. cit, pag. 221. 7 s, independientemente de si se trabaja en la propia sociedad cies: ia eutrafa, Este problema plantca otros muchos. Uno de fos mas dificiles, y con el que terminaremos nuestra revisién de autores, es el de Ia deduccién y demostracién en la investigacion el terreno. sobre coger informacién y comprobar pistas e indicios durante la observacién participante intensiva es un trabajo largo y dift Gil. Las actividades del grupo pueden no permitir que se regis- tren los hechos hasta haber pasado mucho tiempo entre la observacién y la anotacién. Si la verdadera identidad del inves- figador no es conocida para el grupo, puede encontrar necesa- rio cultivar otra ocupacién aceptable o iniciar otras actividades fon el fin de recoger informacién, Esta claro que en tales con- diciones es muy dificil verificar hipétesis, pues muchas de las actividades observadas sdlo pueden conocerse durante la obser- vacién. El investigador necesitaré una textura tebrica mas bien extensa y un proyecto detallado para verificar hipétesis. Sin EMpargo. aun durante la participacién intensiva, es posible tra- bar conversacién con los sujetos sobre temas pertinentes a esta yerificacién. El mayor problema que vencer es el del lapso entre Ie observacién y la anotacién. Son instructivos los siguientes ‘comentarios de Schwartz y Schwart ue ocurre en el lapso entre el hecho y su registro final.es “Gni“inportancia. En Observacion retrospective, lovestigador aro ere eaten. oda eGiimensiones, en un plano perceptive y sensorial. Asa fi SE iss'demas personas de Ia Situacion, intentando evocar los Sent de Jatos\ ideas" y actos que experimeniaron en el momento de oc miensPhecho., Lo que Scurre es tna especte de reclaboracton de la fenlacion del fenomeno al anotarse inicialmente.,. En esta reela- Taclon; los dats previgs Pusden mantenerse iaiterados; pueden Poragarse ovarian; ‘pueden’ aparecer importantes aspectos de jue antes se ‘hablan omitido; y pueden aparecer conetioncs che cas partes Gel hecho y entre este hecho y-giros que no se har San ‘reconocido con anteriridad ®. La observacién retrospectiva hace imposible la verificacién previa de hipétesis. Pero, qué requisito fundamental no se men- Bina en la cita de arriba, por el cual la observacién retrospectiva, ‘ce necesaria en la investigacién sobre el terreno? Los autores Fo suponen que hay una teoria que los instruye sobre los obje- TW Scrwanee y Sorwanre: op. elt, pgs. 43346, 8 tos que deben observarse y las condiciones que rodean a obser- vacién en diferentes instantes. Sin previos supuestos explicitos sobre el cardcter de todos los grupos y el cuidadoso registro de os hechos presenciados, hay peligro de que no se reconozean los cambios provocados por la retrospeccién al adaptarse al punto de vista del grupo. Vidich desmenuza este problema: El participante que estudia el cambio como observador tiene que mantener, por ello, una perspectiva externa e independiente del cambio. £1 apartamiento (noninvolvement) contribuye 2 evitar la alteracion de las estructuras de la memoria, permitiendo que el ‘observador vea los cambios cumulativos, El observador participante puede recurrir a sus notas para refres- car la memoria, pero si su perspectiva ha cambiado con el tiempo juede desatender o descartar las primeras notas e impresiones, @ favor de las posteriores. De hecho, las notas tomadas en dos perfo- dos diferentes de un proyecto pueden ser uno..." medios mas importantes para estudiar el cambio. En su lugar, lo que ocurrira probablemente es que el estudioso sobre el terreno borre el cambio, tratando sus datos como si todo hubiese ocurrido al mismo tiempo: La consecuencia es una descripcion desde una sola perspectiva, co- srientemente, la que se tiene justo antes de dejar el terreno, aunque modificada por la relectura de las notas'*, La asociacién del apartamiento al estudio del cambio y, pre- sumiblemente, la verificacién de hipstesis nos devuelve al dilema de la eriqueza» que revela la participacién intensiva o la «obje- tividad» que ogra el apartamiento. Una posible solucién podria ser participar intensivamente durante la primera parte de la investigacién y proyectar los detalles necesarios para la verifica- cién de hipétesis y utilizar después los hechos posteriores, que suponemos en parte repeticién de hechos pasados, como base para la verificacién. La cuestién decisiva es si el observador po- dra independizarse para las observaciones posteriores y si su intervencién (involvement) evitaré que haga las observaciones necesarias para la verificacién de hipstesis, Si el papel del obser- vador esta estructurado adecuadamente, podré realizar entrevis- tas formales en fecha posterior. Las condiciones de la investiga cién que surgen sobre el terreno no siempre admiten tales soluciones propuestas. Hard falta algin tipo de solucién seme- jante i hemos de lograr el nivel de formalizacion que requiere verificacién de hipotesis. Howard S. Becker ha abordado algu- ™ Vimo: op. elt, pg. 360. nos de estos problemas tratando de ciarificar la necesaria for- malizaci Los socislogos emplean habitualmente este método [la observa. cién participante] cuando les interesa comprender en especial una organizacion particular o problema sustantivo, en ver de mostrar feleclones ete variables sbtratamente delilda, Traten de dat jentido tedrico a su investigacion, pero suponiendo qi ESctante\a prior! sobre la organizacion para identficar los. proble- mas ¢ hipglesis pertinentes, que deben descubrisios durante la Investigacion. Aunque. puede utilizarse la. observacién participante para veriticar hipdtesis a priori... eso no es lo corriente. Mi exposk Eidn se refiere al tipo de estudio de observacién participante que trata de descubrir hip6tesis, ast como de verificarlas 8, Becker distingue cuatro fases de la observacién participan- te: 1) la seleccién de problemas, conceptos e indices y su defini- cidn; 2) cierta estimacién de la frecuencia y distribucién de los fendmenos; 3) la articulacién de los datos singulares en un mo- delo de la organizacién, y 4) los problemnas de deduccién y de- mostracion. En la primera fase, se toman decisiones sobre los problemas, Jos conceptos y los indicadores. Becker distingue tres criterios para examinar pruebas. El primero es la «informacion fidedig- na»; examina si el informador podria tener motivos para mentir, ocultar informacién o desfigurar su papel en el hecho o su acti tud ante él y si lo presencié verdaderamente o basa su descrip- cién en otros cauces de informacién. En resumen,.es importante la perspectiva del autor. El segundo criterio se lama de la ‘ Los problemas con que, se tropieza al observar, interpretar, registrar y decidir la importancia de los datos para una teorfa pertinente surgen en la investigacién sobre el terreno porque el Observador es parte del campo de accién. Un problema metédico dificil que surge se debe a la diferencia entre Ja realidad que describe el fisico y la que describe el socidlogo. Schutz explica esta diferencia en el pasaje siguiente: Este estado de cosas se debe a Ja tura de los gbjetos ideales o elabor con Jas. clencias sociales y Jos ‘constituides por las ciencias nat Fates. Incumbe al naturalista, y solo a él, precisar su campo. de Observacién en conformidad con las normas procesales desu ciete Cia, determinando los hechos, datos ysucesos que son pertinentes Sus problemas o finalidad clentifica del momento, Ni estos hechos ¥ sucesos estan preseleccionados, nl el campo de observaciones esta }redescifrado, El mundo de la naturaleva,. que examina el natura: Rita, no «significas nada para sus moléculas, atomos ni clectrones. Sin embargo, el-campo de observaciones del sqcidlogo, especial mente la realidad social, tiene un sentido especifico y una estruc- {Tura de pertinencias para los hombres que viven, actuan y piensan en él. Mediante un conjunto de ideas vulgares, han preseleccionado descftado este. mundo, que fienten. como) la realidad des ‘colidiana, Son estos objetos ideales.suyos los que determinan Be conducts, motivandola, Los objeios.ideales elaborados_ por el Socidlogo a fin de captar la realidad social han de basarse on los Shjetos ideales elaborades por el sentido comin de los hombres que Viven su Vida cotidiana en’ su mundo social ®. Si el observador no forma parte del campo de accién, sino que es meramente un cientifico «desinteresado», su interés cog: noscitivo requiere entonces, como indica Schutz, que sustituya su situacién biogréfica personal por una situacién cientifica ®. El socidlogo tiene que captar el sentido de los actos del actor al mismo tiempo que retiene una actitud desinteresada ante el ac Titre Som: «Concept a0 Theory Formation In the Socal Science, reat at Slogans Wh sd, Beer sem, 82 tor y el escenario. No hay una trama de motivos que rija esta relacién con el actor 0 actores del escenario que observa, Lo cual subraya la idea de Schutz de que el socidlogo debe atender a las estructuras de sentido que emplean los actores del escena- tio que quiere observar y describir, al mismo tiempo que con- vierte tales estructuras de sentido en ideas coherentes con sus intereses teéricos. El naturalista no encara este problema. Ahora bien, hemos expuesto la situacién ideal de un experimento o situacién de observacién proyectada cuidadosamente, que no re- quiere la participacién del observador en el campo de accién. ¢Cémo afecta esta complicada situacién al observador que si forma parte del campo de accién? Antes de poder abordar esta cuestién, hemos de citar otra més fundamental: «Examinar los principios generales por los que el hombre organiza en la vida cotidiana sus experiencias y, especialmente, las del mundo social» ®, E] observador, como parte del campo de accién, lleva consigo un conjunto de pertinencias o estructuras de significado que orientan su interpretacién de cualquier medio de objetos situa- do en su campo visual, En tales condiciones se encuentra con los siguientes problemas: 1) Tiene que interpretar los actos de sus sujetos (0 sus infor- maciones sobre sus actos) en conformidad con las estructuras de pertinencias de la vida cotidiana. Su modelo del actor, las Pautas tipicas de accién de que dota a su actor, han de coordi- narse con los hechos observados (0 los que le cuenta el actor) ®, 2) Ha de mantenerse en una perspectiva tedrica que tenga en cuenta Jas estructuras de pertinencias del actor, teniendo al mismo tiempo un conjunto distinto de pertinencias que le per- mitan interactuar con el actor. Lo cual quiere decir que el ob- servador tiene un conjunto de motivos que le permiten llevar una serie de tratos personales. Allred Scwvre: op. cit, née, 267, Més deuales, en Allred Sawure: «The Pro MaRtpte RealteaePhiowphy ant Pronomienclop eal Research 8 (io ansTe {soem Sans and Scent tion of Human Acticas, ord. 14 (935), Ne atl ropes of Sent‘ Common op. cit, pig. 31 3) Pero, como dice Schutz del observador: «No puede aso- ciarse nunca en una pauta de interaccién con uno de los actores del escenario, sin abandonar, al menos temporalmente, ‘su acti- fud cientifica, El observador participante, o investigador sobre fl terreno, establece contacto con el grupo estudiado como un hombre entre sus semejantes; unicamente su sistema de perti- nencias, que le sirve como esquema de su seleccién interpre- tacién, esta determinado por la actitud cientifica, abandonada temporalmente para recuperarla después» ”. : nAs(, pues, nuestro observador, como parte del campo de ac- cién: a) debe tener cierto ‘modelo del actor, que comprenda las estructuras de sentido del actor como parte de su teoria del orden social; b) debe emplear un conjunto de normas Procesa- les® coherente con las elaboraciones tedricas de su modelo; ¢) debe utilizar su conocimiento de las experiencias de la vida cotidiana del actor y de las suyas propias (que presumiblemente je han dado la base de su modelo) para entrar en los necesarios tratos personales para recoger sus datos, y d) tiene que abando- nar temporalmente su empleo de Justifi ciones cientificas, man- teniendo, sin embargo, la actitud cientifica al describir las accio- nes del actor (o las que éste describe). ‘Ahora bien, ¢cémo se mantiene el observador en estas dos perspectivas diferentes? Seguin Schutz, el observador debe tener Prerta comprensién de las ideas vulgares de la vida cotidiana por las que el actor interpreta su medio. El estudioso sobre el iid we no puede empezar a describir ningin hecho social sin expli- car su teorfa cientifica, es decir, su teoria de los objetos, su modelo del actor o el tipo supuesto de orden social. De Cot Tenera, tendriamos un dificil problema tedrico y metédico: el de saber si la descripcién por el observador de un escenario de ‘accién se basa en las ideas vulgares que utiliza al participar en G10 en alguna teorfa que emplee conceptos cientificos. Harold Garfinkel lo llama el problema de «ver la sociedad desde den- tro»™. Ww seur: Sense ar mntific Inter tation...» op. cit, pag. 31. 2 Far eee ats a ers Nae ta Hee alge of Ue st Sa elon presented of 1, Consrso Internal de soba Sie as ae Bath neat aa rose Noe, MU Sich aerotr eplacion en ta : Shoei triciptclatin of Welunechnnge, Esse ow the Sociology of Row bal ‘A menos que el observador aborde este problema, no podré dar garantia cientifica de sus conclusiones, Por el’ contrario, podran recibir la critica de que no son nada distintas forzosa- mente a las de un actor profano de la sociedad. El tener en cuenta el punto de vista del actor 0, como dice Malinowski, des- cribir la cultura segin la ven sus miembros, no significa que deban emplearse los métodos de prueba del actor. La dificultad metédica estaré clara; al explicar su teoria del actor, dice ‘Schutz, el observador ofrece la base met6dica para establecer las reglas de prueba, de conocimiento y de demostracién correcta. Establece la base para la correspondencia entre su teoria del actor y los hechos que observa y describe. Por adoptar la alter- nativa de los métodos de prueba del actor, no resolveré el pro- blema, a menos que pueda explicar las propies'des de tales mé- todos. Pero, gcémo decide sobre éstas? Aceptando la proposicién de que la primera misién del socié- Jogo esdescubrir las reglas por las cuales el actor maneja sus asuntos cotidianos, el Jector podra hacer la pregunta siguiente: equiere decir esto que no podemos hacer investigacién sociolé- gica hasta haber cumplido esta misién? La respuesta es un si con reservas. El que los investigadores esién haciendo investigacion todos los dias no es prueba suficiente para creer que cumplir con una serie de operaciones légicas y empiricas sea una inves- tigacin significativa. Ha de examinarse qué reglas de procedi- miento se emplean. La observacion participante, la entrevista estructurada y no estructurada y los estudios de cuestionario suponen corrientemente una comunidad entre el actor y el ob- servador que requiere el empleo de ideas vulgares. Aunque pue- da no reconocerse la existencia de tales normas o ideas, no obs- tante, son variables al ejecutar el proyecto de investigacién, Concluyamos: 1. Aunque el investigador no conozca las reglas vulgares de interpretacién que se empleen en la vida cotidiana, podré reali- zar su proyecto particular y contribuir a la teoria general y a la metodologia en sociologia siendo consciente de su existencia y tratando de estudiar sus propiedades y su influencia, 2. Los investigadores, al examinar la base para entrar en una situacién de investigacin, los actos necesarios, los tipos de 85 ideas que se originan en los sujetos al preguntérseles sobre sus ‘actividades y las reglas de procedimiento que emplean como ob- servadores, pueden estudiar al mismo tiempo un problema deter- Stinado, atrojando un poco de luz sobre el cardcter de las ideas vulgares. 3. El aclarar los detalles no enunciados de las preguntas no estructuradas, los cuestionarios cerrados y las conversaciones Espontaneas que producen informaciones llamadas «datos» por ‘Gl observador llega a ser una base para comprender los elementos de las ideas vulgares. 4, Para el investigador, no es nuevo el conocimiento de los ys que se dan para conseguir datos, pero en la investigacion ‘sociologica, la informacién de tales pasos se logra, corriente- frente, mucho después de haberse cumplido una de las mas im- portantes series de hechos, a saber, las relaciones sociales nece- porias para establecer cierta especie de comunidad entre el actor y el observador. H ‘Los antropdlogos han sefialado desde hace mucho la impor- tancia de esto. Las exposiciones de estudios antropolégicos sobre fi terreno revelan muy poco de las experiencias iniciales del fnvestigador y de los procedimientos utilizados para decidir el sentido de un hecho determinado, Examinando mas detallada- fnente tales actividades, podriamos ver que el investigador, aun ‘lestudiar una cultura completamente extrafia, se basa estricta- jnente en sus experiencias en su propia cultura para decidir el Sentido de los hechos que presencia. Pero pocos narran los deta- les de cOmo entraron en la situacién de investigacién y, muchos menos, de cémo llevan su trabajo y lo terminan. Uno de los Sctudios recientes més informativos es una monografia de Dal- fon®. Su apéndice metodolégico, aunque deficiente en los ricos detalies en que, esta claro, se basa, es uno de los mas revelado- res, porque considera los tipos de relaciones sociales que serfan Comparables a aquéllas en las que podria entrar un antropélogo y 2 las experiencias sobre el terreno de clertos sociélogos y Politélogos. El examinar las dificultades que descubren los in- Pestigadores a] obtener sus datos mostrar que se pasan por Belle Dusow: Men Who Manage (Wiley), Nueva York, 1989. 36 alto los problemas que acabamos de plantear, o se les presta poca atencién. El caso es que, en vez de reconocer tales condi- ciones como dificiles, los investigadores hacen los comentarios habituales sobre la realizacién de observaciones y el cardcter del problema «cientifico» abordado. Sélo en ocasio- nes encontramos referencias a los procedimientos empleados para obtener los datos. Lo que han hecho los sociélogos con todos los tipos de inves- tigacién, comprendida la observacién participante, es otorgar tal prima a la objetividad, que las condiciones del estado presente de la investigacién en ciencias sociales no se examinan por su potencial teérico y metédico, sino como medio para obtener da- tos sustantivos. La preocupacién por los datos sustantivos ha ccultado que tales resultados sélo son tan buenos como la teoria fundamental y los métodos empleados para «hallarlos» ¢ interpretarlos. La situacién real de investigacién, especialmen- te en el caso de la observacién participante y métodos semejantes, constituye una fuente importante de datos, pues estd precisa- mente tan sujeta a la prediccién y explicacién como los resulta- dos sustantivos que se buscan. Asi, pues, si hemos de estudiar un organismo administrativo utilizando 1a observacién partici- pante junto con Ja entrevista extensiva estructurada y no estruc- turada, el abordar a los sujetos en sus actividades cotidianas, desarrollar las necesarias relaciones sociales con aquellos a los que se va a entrevistar y estimar la importancia de las fuentes oficiales y extraoficiales de datos son caracteres dificiles de la it acién, cuyo estudio puede contribuir, tanto ‘a nuestro conocimiento de la metodologia, como de las propie- dades teéricas de la organizaci6n social. La consideracién de los problemas reales que encuentran los investigadores en sus acti- vidades proporciona la base adecuada para tratar de cémo la situacién de investigacién puede Iegar a ser, tanto una fuente de datos, como un dato en sf de 1a metodologia comparada, CONSIDERACIONES TEORICAS Y PRACTICAS El apéndice metodolégico de Dalton expone gran variedad de problemas importantes y ofrece un punto de partida general a7 para abarcar afirmaciones anteriores de cardcter semejante, Un Problema que plantea es el de establecer la situacién de investi- gacion. Dalton no cree en dirigirse formalmente a las autorida- Ses superiores de toda organizacién por estudiar, a causa de la posibilidad de que la organizacién fije limites a la investigacion. Las complejidades de este problema son muchas. Los argumen- tos sobre cémo obtener mejor acceso a la situacién de investiga- cién pueden exponerse de la manera siguiente: 1. Si se utilizan los cauces formales (supongamos de princi- pio que el investigador no tiene ninguna influencia especial con partes externas o internas), existe la posibilidad de que se res- trinja ef estudio del investigador o de que pueda negarsele en absoluto Ia posibilidad de estudiar. 2. El empleo de cauces extraoficiales tiene la clara ventaja de permitir examinar zonas en las que podrian poner Iimites las, Gutoridades. Los contactos oficiales pueden ser estimables (in- Gluso Dalton dijo que le resultaron convenientes) para descubrir pistas y sefiales que de otra manera podrfan quedar ocultas. 3. La utilizacién de cauces formales permite que el lector siga los pasos que se han dado para conseguir entrar en Ia si- tuacién de investigacién, pero lo mismo ocurre con el acceso extraoficial si el informe se redacta bien. Esta materia es, en realidad, de ética. La cuestién es: la investigacién, gdebe ser publica, tanto para la comunidad cientifica de los investigado- Pes (supuesto que se preserve el anonimato de los sujetos), como para la comunidad societaria de la que se obtienen los datos? Ta eiencia, como conjunto de normas procesales para admitir eliminar proposiciones de un cuerpo de conocimiento™, no in- ferviene en tanto el investigador siga las reglas aceptadas por su comunidad cientifica. Parece claro, por tanto, que el problema Glico del investigador respecto de su situacién particular proce- de de su pertenencia a la comunidad profana. 4. Las restricciones formales que pudieran fijar las autori- dades a las actividades del investigador podrén ser superadas por 7 V, une explicaciéa en Kauruiet: op. cit. 88 un proyecto que las tenga en cuenta, identificdndolas como varia- bles que han de tratarse como complementarias 0 restrictivas de las sustanciales. 5. Al estudiar los cauces extraoficiales, cl investigador quiza tenga que contar con un ntimero restringido de sujetos, a los que sélo podrd consultar sobre materias limitadas, 0 de modo tan informal que impida la recogida de los datos sistematicos que permitirian la verificacién de hipotesis. Esta limitacion ha levado a una cantidad bastante grande de

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