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Y en este convivir en la Sociedad Sonorense de Historia, me encontré con la carta del Gral.
Álvaro Obregón a su hijo Humberto, misma que es ya patrimonio de todos los sonorenses y
que rebasa los linderos familiares primarios, para integrarse al patrimonio intelectual de la
humanidad.
En la misiva, que en realidad es un extenso telegrama, podemos observar el llamado aÊ Ê
Ê Ê Ê ÊÊ
concepto central que matiza el discurso del padre para transitar
con pasos seguros la vida. Al inicio el llamado es duro y mordaz, se antoja provocador pero
conscientemente calculado para calar en la mente del hijo al llegar a la mayoría de edad :
͞ He querido, con motivo de esta fecha, darte algunos consejos derivados de los
conocimientos adquiridos con mi experiencia y con el conocimiento del corazón humano, que
la intensidad de mi vida me ha permitido adquirir y del privilegio que del destino he recibido al
permitirme actuar en todas las clases sociales que integran la familia humana.͟
Le hace ver el contraste con los jóvenes que desde niños nada tuvieron y que por el contrario
,miran siempre hacia arriba (planos ascendentes)- decía- en lo material y en lo espiritual. En
ese batallar por la vida agudizan $ &
, que aunado al esfuerzo, son los mejores
aliados para la vida - le remarcaba.
Obregón hacía mucho incapié en no caer en los vicios, camino seguro- comentaba- del que le
sobra tiempo, por lo que le recomendaba la #
como norma de vida: ͞Yo he creído
que existe un solo vicio que se llama $
y que de éste deben todos los hombres tratar
liberarse. Yo conozco casos de muchas personas que de la virtud hacen un vicio, cuando se han
excedido en practicarla. Procura siempre no incurrir en ningún exceso y nadie podrá decir que
tengas un solo vicio.͟