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Library of Congress
The B e t t m a n n A r c h i v e . Inc
Japón) m u r i e r o n más de 55 m i l l o - El Salón de los Espejos del Palacio de Ver-
salles, Francia, fue escenario, en 1919, de
nes de personas, la mayoría de ellas
la firma del Tratado de Paz de la Primera
civiles, en Asia, en África, en el Guerra M u n d i a l . Las condiciones de ese
Cercano Oriente y en Europa. Más tratado f u e r o n consideradas por los ale-
de 30 millones de hombres, muje- manes c o m o excesivas v humillantes.
res y niños estaban mutilados o he-
ridos, huérfanos o en la viudez, en
54 naciones de 4 continentes.
Otros 20 millones habían quedado
sin hogar y se encontraban disper-
sos por el m u n d o , sin poder regre-
Hitler,de obscuro cabo en la Primera Gue-
sar nunca a una existencia ordena- rra M u n d i a l , se c o n v i r t i ó en un genio loco
da y estable. Innumerables millo- ) poderoso, con increíbles sueños de
nes más vieron sus vidas i n t e r r u m - grandeza. Pero, ¿fue suya exclusivamente
pidas, torcidas hacia una ruta d i r i - la culpa de que se p r o d u j e r a la II Guerra
Mundial?
110 gida a lo desconocido.
La j u v e n t u d alemana se militarizó en su to-
talidad bajo lemas c o m o el de "Fuerza a
través de la alegría" (arriba). Las c o n v e n -
ciones del partido nazi pasaron de ser
concentraciones paramilitares en 1935
(derecha) a actos t o t a l m e n t e militaristas
en 1936 (abajo), c u a n d o el " r a l l y " de Nu¬
remberg constituyó un símbolo de la tuer-
za del Estado A l e m á n . El m u n d o c o n t e m -
pló con asombro estos despliegues de p o -
derío v fanatismo nacionalista.
-Id Div of F.P.G
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ríodo de crisis han sido analizados
y catalogados. El fracaso de los Es-
tados Unidos en cuanto a apoyar su
propia creación, la Liga de las Na-
ciones, que se suponía garantizaría
la paz mundial a través de un nue-
vo sistema de seguridad colectiva,
nunca ha sido un secreto. Tampo-
co puede nadie negar que ingleses
y franceses, al perseguir metas in-
dividuales y mostrar antiguas rivali-
dades hicieron tanto c o m o cual-
quier otra nación para destruir la
efectividad de la Liga. Pero ningu-
no de estos hechos nos relata la
historia completa; todos suman tan
sólo una fracción de la tragedia. La
guerra parece haber crecido error
tras error, cálculo equivocado tras
cálculo equivocado, accidente tras
accidente (aparte de la insatisfac-
Wide W o r l d P h o t o s (AP)
Photoworld Div. of F PG.
Los símbolos de la
svástica proliferaron
en Alemania a partir
del ascenso nazi al p o -
der en 1933. El resurgi-
m i e n t o del espíritu m i -
litarista fue en parte
resultante de la crisis
e c o n ó m i c a de la déca-
da anterior. En esos
tiempos los trenes
eran abordados por
multitudes de gente
hambrienta (derecha)
que iban al c a m p o pa-
ra tratar de conseguir
a l i m e n t o . Este malestar
e c o n ó m i c o fue apro-
vechado por los nazis
para . o b t e n e r eI p o -
der.
La guerra
provocada
por la inva-
sión j a p o n e -
sa de China
fue un claro
indicio reve-
lador de que
el gran con¬
flicto en
ciernes t e n -
dría un ca-
rácter m u n -
dial (izquier-
da y dere-
cha).
Japón d e s e m p e ñ o en Asia y en el O c é a n o
Pacífico un papel similar al de Alemania
en Europa. . . Pronto las potencias milita-
ristas de u n o v o t r o c o n t i n e n t e serian alia-
das.
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del desastre lo cubrió todo. torios alemanes y austro-húngaros y
El ascenso de Hitler —su misma otros estados (como Letonia, Litua¬
aparición en el escenario de la his- nia y Estonia) del extinto Imperio
toria— se debió en gran medida a Ruso. Ninguna de estas nuevas na-
la condición desesperada en que ciones era realmente lo que sus
Alemania se e n c o n t r ó después de pueblos habrían deseado ser, pero
su anterior aventura imperialista: la todas constituían una humillación
Primera Guerra M u n d i a l en la que para los alemanes.
también fue derrotada. Otras cau- Los historiadores occidentales
sas tenían su raíz en las medidas han escrito muy poco acerca del
punitivas del Tratado de Versalles verdadero espíritu de Versalles. Pa-
con las que los aliados victoriosos ra los franceses, el Tratado p r o m e -
trataron de asegurarse de que Ale- tía venganza por sus tierras asola-
mania, " e l muchacho malo de Eu- das y sus millones de muertos de
r o p a " , no volvería a ser capaz de guerra. Y no terminaba aún de re-
provocar la guerra. sonar el retumbar del cañón cuan-
Se han escrito volúmenes acerca do las antiguas rivalidades entre
de la política y las pasiones de Ver- Francia e Inglaterra se manifesta-
salles, d o n d e Alemania fue forzada ron por encima de la superficie de
a reconocer su culpa por iniciar el un acuerdo recién. Gran Bretaña
primer conflicto mundial global. temía que su aliada Francia pudiera
En la mesa del tratado los vencedo- otra vez dominar el continente
res volvieron a delinear el mapa de (como había o c u r r i d o durante si-
Europa sin tomar mucho en cuenta glos antes del surgimiento del po-
la historia o tradiciones de otros derío militar prusiano), de manera
países y sembrando con ello las se- que los estadistas ingleses hicieron necían tampoco, sino que habían
millas de la futura discordia. El Tra- t o d o lo posible por debilitar a los sido ocupados durante cus previas
tado resucitó y creó nuevos esta- aliados naturales de Francia, los es- agresiones). A Alemania se le hizo
dos nacionales (tales c o m o Polo- tados de reciente creación. pagar el precio de las frustraciones
nia, Checoslovaquia y Yugoslavia) Para su propio provecho los alia- de t o d o el m u n d o . Le fue impuesta
de lo que eran anteriormente terri- dos victoriosos despojaron a Ale- una pesada carga de reparaciones,
mania de sus colonias y algunos de ostensiblemente para asegurarse
The B e t t m a n n A r c h i v e I n c .
sus territorios en el este y oeste (la de que no se creería capaz de
mayoría de los cuales no le perte- construir un nuevo sustrato indus-
trial para la guerra, pero, en reali-
Hugo Jaeger Time-Life Picture Agency
La fanatización de la niñez y la j u v e n t u d
(arriba) era parte esencial de los provectos
de los nazis. Posteriormente las ideologías
gemelas del nazismo alemán y el fascismo
italiano se unirían en el " P a r t o de H i e r r o "
Hitler y Mussolini lo festejaron con un
destile en Roma (derecha).
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Mussolíni, dictador italiano, invadió Etiopía, en una guerra de t i -
po imperialista que d e m o s t r ó la inutilidad f u n d a m e n t a l de la Liga
de las Naciones, organismo antecesor de las actuales Naciones
Unidas. Pese a una gran resistencia etíope se c o n s u m ó la ocupa-
ción del país.
dad, destinada a paralizarla c o m o rinos. Se le p r o h i b i ó tener tanques, una jungla de estados soberanos
competidor del comercio francés y artillería o fuerza aérea y se toma- armados que sospechaban unos de
británico. Su industria pesada fue ron otras medidas para asegurarse otros. La Liga pretendía rescatar a
desmantelada en gran medida. El de que no pudiera crear una reser- todas sus naciones miembros de la
territorio del Rhin fue ocupado va militar entrenada. Los alemanes atadura inmemorial al temor y a la
(junto con la cuenca industrial del se las ingeniaron para esquivar al- fatídica política del e q u i l i b r i o del
Sarre). Su ejército terrestre se re- gunas de estas restricciones milita- poder. El Senado de los Estados
d u j o a 100,000 hombres y su marina res casi tan p r o n t o c o m o se las im- Unidos no quiso saber nada de esta
a 15,000; sin contar en ésta con bar- pusieron —y m u c h o antes de que idea radical y se rehusó a ratificar la
cos pesados de superficie o subma- Hitler llegara al poder—, pero si- brillante visión de W i l s o n ; Estados
guieron siendo poco importantes Unidos no f u e r o n parte de la Liga.
en lo militar durante los 15 años si- Pero, para los europeos de la dé-
guientes al Tratado de Versalles. cada de 1920, la vida parecía plena
Europa sentía aflojarse la tensión de promesas y de grandes esperan-
—o parecía sentirlo— a pesar de zas. Estaban determinados a no
los agudos conflictos en el este. volver a luchar. Pronto descubrie-
(Los rusos estaban en plena guerra r o n , sin embargo, que no podían
civil. Los polacos invadieron Rusia vivir con una Alemania e m p o b r e c i -
para fijar sus fronteras orientales. da y desesperada que se debatía
Luego el nuevo Ejército Rojo de la bajo los efectos terribles de la ven-
Unión Soviética invadió Polonia y ganza que le había sido impuesta.
fue contenido en Varsovia. Los po- En 1923 Francia perdió la pacien-
lacos arrebataron Vilna a los litua- cia cuando Alemania falló en cuan-
nos y los checoslovacos le quitaron to a pagar las reparaciones puniti-
el distrito m i n e r o de Tetchen a los vas; los franceses ocuparon el Ruhr
polacos). Pero las grandes p o t e n - industrial, destrozando la econo-
cias se sentaban tranquilas bajo las mía alemana y causando una infla-
bóvedas de mármol de la Liga de ción fantástica que puso en la ban-
las Naciones, vástago intelectual carrota a millones de alemanes de
del presidente norteamericano clase media. Los préstamos norte-
W o o d r o w Wilson, quien había lo- americanos salvaron a los indus-
grado convencer a los políticos eu- triales alemanes, pero la pobreza,
ropeos escépticos de que un siste- el hambre —y un sentimiento de
ma de seguridad colectiva (en el enojo sin esperanza— se apodera-
cual un ataque a un m i e m b r o de la r o n d e l país y crearon un terreno
Liga, sería considerado como un fértil en el cual las frustraciones se
ataque a todos), serviría mejor que convirtieron en situaciones radica-
su tradicional red de alianzas. Este les. Fue en este clima tenso y de
fue el primer intento serio de im- nerviosismo en el que el ex-cabo
poner orden legal al sistema pe- austríaco inició su ascenso al po¬
renne de anarquía internacional; der.
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Las grandes concentraciones de los nazis tenían la d o b l e finalidad de aumentar el fanatismo del p u e b l o alemán y crear en el extran-
jero una imagen fie tuerza, que era realzada constantemente por la propaganda a cargo del Dr. Goebbels, quien ha pasado a la his-
toria ( orno redactor p r o t o t i p o de discursos demagógicos para las masas.
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etapa los nazis seguían siendo un
grupo marginal y lunático en la po-
lítica alemana, sin ningún efecto
sobre el m u n d o , si no hubiese sido
por un golpe fatal de mala fortuna
mundial. En o t o ñ o de 1929 o c u r r i ó La guerra civil es-
un colapso e c o n ó m i c o en los Esta- pañola fue un
dos Unidos, y Alemania, apoyada preludio san-
griento de la II
por los créditos norteamericanos, Guerra M u n d i a l .
se h u n d i ó en una espiral de defla- Escenas c o m o la
ción y de desempleo que arrojó a de Guernica (pá-
su pueblo en brazos de dos ideolo- gina anterior,
abajo) o M a d r i d
gías j u n t o a la desesperación: co- (abajo) marcaron
munismo y nacional socialismo de el inicio de la dé-
corte fascista, cuyas batallas se hi- cada probable-
cieron frecuentes en las calles. mente más catas-
trófica de la h u -
Los nazis ganaron la batalla y e n - manidad. Idealis-
contraron que había considerable tas de muchos
países c o m b a t i e -
simpatía secreta en el oeste por los
ron en España en
auto proclamados defensores del favor de los r e p u -
" p e l i g r o r o j o " . Incluso cuando Hit¬ blicanos (izquier-
ler anunció, en 1935, que se pro- da) durante la de-
fensa de M a d r i d
ponía triplicar el tamaño del ejérci-
en 1936.
to alemán, crear una fuerza aérea v
reintroducir la conscripción mili-
tar, e n c o n t r ó apoyo en la prensa mania el territorio de los sudetes,
británica. una área fronteriza montañosa de
Checoslovaquia. El territorio de los
El proceso c o n t i n u ó de manera
sudetes había servido hasta e n t o n -
trágica. En marzo de 1938 las tropas
ces a los checos como su único es-
alemanas marcharon hacia Viena y
cudo en contra del d o m i n i o ale-
Austria se convirtió en una p r o v i n -
mán del resto de su país.
cia del Reich, añadiéndole su po-
blación v su ejército. Irónicamente, Después de ello, Hitler pensó (si
incluso en esta etapa, la Wehr¬ es que se puede intentar explorar
macht alemana estaba tan poco la mente de ese oportunista d e m o -
preparada que la mayor parte del níaco) que no tenía por qué temer
armamento blindado se estropeó nuevas interferencias del oeste en
entre la frontera austríaca y la capi- sus crecientes planes de expansión
tal. Los nazis vieneses tuvieron que en oriente. Gran Bretaña y Francia
despachar una flotilla de camiones habían, en apariencia, alentado a
de basura para poder traer a sus
Photoworld Division of F.P.G.
" l i b e r a d o r e s " a la ciudad. Según
las personas que estaban con Hitler
en ese m o m e n t o , éste se mostraba
sumamente inquieto va que espe-
raba una violenta reacción del oes-
te. La ocupación de Austria fue,
evidentemente, desastrosa para el
campo democrático. Dio a los ale-
manes acceso directo a Italia, Yu-
goslavia y Hungría y prácticamente
rodeó a su obvia próxima víctima:
el puesto avanzado democrático
que suponía Checoslovaquia; pero
no hubo protestas ni de Londres ni
de París. Benito Mussolini envió las
bendiciones fascistas y Hitler, c o n -
fortado por la adulación de su pue-
blo entusiasmado, sólo p u d o con-
cluir que sus actos habían o b t e n i d o
la aprobación de los países de occi-
dente. Seis meses después esta
aprobación se convirtió en colabo-
ración política, cuando Gran Breta- Soldados fascistas de Mussolini parten de Nápoles para unirse a los falangistas de Fran-
co en la guerra civil española . Ahí se echaron muchas de las simientes del conflicto m u n d i a l en ciernes
ña y Francia acordaron ceder a Ale-
El A c u e r d o de M u n i c h fue una victoria para Hitler y Mussolini. Inglaterra y Francia claudicaron ante sus exigencias; pero fue una
paz sin f u n d a m e n t o y de corta duración
The B e t t m a n A r c h i v e
mientos cada m o m e n t o de indeci-
sión de los aliados, cuando éstos se
hacían ilusiones infundadas. Ingla-
terra y Francia habían mostrado ya
su disposición a condonar la agre-
sión armada cuando concedieron
el derecho a la Italia fascista a apo-
derarse en 1935 de un m i e m b r o en
la Liga de las Naciones, del estado
tribal africano de Etiopía, minando
así fundamentos básicos de la Li-
ga. Con una lógica sin concesiones,
en el supuesto de que había valo-
rado correctamente los motivos y
la naturaleza de sus adversarios de-
mocráticos, Hitler hizo su finta f i -
nal: la conquista incruenta y la d i -
solución de la República Checoslo-
vaca.
M u n i c h es el nombre de una ciu-
dad alemana que ha pasado a for-
mar parte en t o d o lenguaje como
símbolo de compromiso vergonzo-
so y traición cobarde. Ese lugar fue
el tablado de una escena extraordi-
naria en agosto y septiembre de
Mussolini adoptaba con frecuencia postura s teatrales (página anterior \ arriba) que 1938, cuando el Primer Ministro de
muchos han tachado de ridiculas. Junto con Hitler (abajo) fue, pese a lo anterior, un
Gran Bretaña (el líder político del
personaje trágico para la h u m a n i d a d .
Photoworld division of F P G
imperio británico) actuó c o m o ins-
t r u m e n t o del dictador alemán en
el desmembramiento de un estado
democrático. Paso a paso, bajo la
amenaza de la guerra, Hitler llevó a
Neville Chamberlain (quien a su
vez arrastró a sus receptivos c ó m -
plices franceses) a presionar a los
checos para que se plegaran a las
demandas alemanas. La cesión del
territorio de los sudetes, con su
elevada población germana, fue el
resultado de la r e u n i ó n . Hitler
anunció que " n o tenía mayores re-
clamaciones territoriales que hacer
en Europa" y el timorato Chamber-
lain retornó a Londres para p r o m e -
ter a su pueblo "paz en nuestro
tiempo".
Durante la primavera siguiente,
el 14 de marzo de 1939, la minoría
eslovaca de Checoslovaquia se de-
claró independiente del g o b i e r n o
de los checos a instigación de Hit-
ler. Al día siguiente un ejército
alemán entró en la capital, Praga,
para apoderarse de las provincias
de Moravia y Bohemia. El 16 Hitler
declaró: "Checoslovaquia ha deja-