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LA CODIFICACION DEL PROCEDIMIENTO CIVIL EN LA ARGENTINA por Abelardo Lecaggi 1. wrnopvociby EI proceso codificador argentino, sin perjuicio de los intentos aislados Hevados a cabo hasta 1852, adquiere vigor y sistema en la segunda mitad del siglo XIX. Es a lo largo de este periodo cuando, tanto en el orden nacional como en el provincial, segiin correspondiese de acuerdo con el régimen federal adoptado en la Constitucién, se desarrollan los trabajos que conducen progresivamente a la sancién de los eédigos nacionales de Comercio, Civil, Penal y de Miner‘a, y de las leyes locales y’ generales de enjuiciamiento —llamadas luego eddigos Ye procedimientos— en lo civil y mercantil, y en lo criminal, y a veces también en materia minera Al finalizar el siglo XIX, esta primera etapa codificadora del derecho ar- gentine, en todas sus rames, esti cumplida, La Argentina ingresa en el siglo Actual con su derecho puesto al dia, por lo menos desde el punto de vista for- mal, es decir, reunido en cuerpos legales metédicos elaborados con criterio modemo , No se detiene, sin embargo, el impulso reformista. Si est cumplido el objetivo metodolégico, el ideal de justicia, desde el punto de vista material, es inalcanzable. El esfuerzo de los juristas se aplica, ahora, al perfeccionamiento de las instituciones. Soslayando otros temas anexos, me propongo reconstruir el proceso de la codificacién en materia de enjuiciamiento civil, con especial referencia a Buenos Aires, su Inboratorio més importante, pero’sin dejar de ocuparme de la obra realizada en las demds provincias?. El estudio Io circunscribo a los afios $852 a 1880; 1852, por la razbn epuntada al comienzo de que es entonces, y no antes, cuando surge Ia firme voluntad codificadora, imbuida de ideas moder- nas, que se concreta en leyes positivas en todas las jurisdicciones del pais, y 2 TAU ANZOATEGUL, VICTOR, Lo 1 ls calowe provincls orgies, y la fo- codificacién en la Argentina (1810-1870). deral. En esta oportunidac edema” do he Stentadad social e ideas furan, Buenos ber conmliado te escsa,bibligratia ex Aires, 1977. tents, mo reduje a reunir, para las pro- % Debo, adverts a este respecto que es cacao el interés puesto. de menifieeo fasta el. presente por cl conocimiento, com eritero. bltéreojurdico, de ia codifcaciéa proces en las provincia, ciroustancia 6 gue dificalta ‘a Telissiiu de Tog tube fos Gue intentan la reconstrucsién dal. pro- {Seo en at coufunto. Ello obliga a inves gar Informacion de las eyes” y_ oligos Tespectivos en quince rsdicloses “distin: tal etoree provincales, corexpondlentes inias del terion, Tos proyectos" lyes Ge la’ materia, sin realizar invesignciones ‘fh itu", quo bubieran exigido unt. labor de varios ‘aloe, mée.adecsada ‘part tn ipo do. fave Ba. stetuar este i stortogrifico,las “Te Jornadas de Hoi det Beech Argent’ ge lcbrarom en el ines de septembre! de’ 1 cor lua de Rosi, consersan, come tno, de sus temas especiales do estudlo, {do "los primeros obdigos de procodimientos™ 2 212 Abelardo Levaggi 1880, porque en su transcurso se sanciona el Cédigo de Procedimiento en lo Civil y Comercial de la provincia de Buenos Aires, una de las obras culminantes del proceso, El petiodo asi delimitado es susceptible de divisién para su mejor andl sis, Distingo, pues, dentro del mismo dos etapas: Ia primera, de 1852 a 1863, comprende una serie de trabajos legislativos emprendidos en distintas jutis- Aicciones, con criterio predominantemente tradicional, alejado todavia de los cinones de la codificacién racionalista. Si esto es asi en el orden de la legis- lacién positiva, en el plano doctrinario Ia critica contra el viejo derecho se proctica sin atenuantes. La segunda etapa se extiende de 1863 a 1880; comienza con el dictado de la ley N? 50, de procedimientos para la justicia federal, e incluye la preparacién y sancién de los eédigos de procedimientos provinciales. Il, PRIMERA ETAPA, PREPARATONIA, DE 1852 a 1863 1. Actitud critica La critica del sistema de administrar justicia no nace ahora, ni siquiera en la primera mitad del siglo, es uno de los temas predilectos de la Ilustracién’, ‘cayos argumentos hace suyo el liberalismo, Pero baste recordar como antece- dlente que para los publicistas rioplatenses de la época patria ~de los affos de ia revolucibn, de latindependencia y de las guersts cives~ la adniistacién de justicia en sus dos aspectos, la organizacién y el procedimiento, figura en- tre sus primeras preocupaciones. Este interés se concreta en una serie de re- formas que se introducen al derecho castellano-indiano subsistente, entre las cuales cabe citar, desde el punto de vista del procedimiento civil, al Regla mento Provisorio dictado por el Congreso de Tucumén el 3 de diciembre de 1817, capitulo IIT, “de la administracién de justicia”, cuyas disposiciones rigen durante todo el periodo y a menudo son reproducidas en las constituciones y leyes provinciales‘, y los elementales reglamentos de administracién de justicia que se da la mayorfa de las provincias, precursores de los eédigos, de contenido promiscuo, pero en los que se insindan reformas dirigidas a simplificar los tré mites, abreviar la duracién de las causas y facilitar la actuacién de las partes 8 Como muestra, DE MACANAZ, MEL- £, Ua sstudo general de extn foc es ol CHOR, en una obra dedicads a Felipe V, ‘de IBANEZ FROCHAM, MANUEL, La orga- habla de que por les dlstados términos, y has, qu lab mines loys oon, 9 3 Fala ‘a dor negocios hay lar para’ que Io ecibanan ttre ip eo ranqueen con anteipacién al quo les pro- dluzea mis: para que, los procaradores Senten mis exeritoy los agettes supongan iis cit, y los abogndos produman mis dictimenes } exeitos; todo ‘reducido I anigullactn’de oe Wiigantes, que es com St ae jae la desolacin de ln Monarqula”™ {uation pera bien gobemar, p. 238, ex An tonlg. Valladares ‘de Soromsyor, Semanaro enudto, t. V, Madsid, 1787). “RAVIGNANT, "EMILIO, Atombleas consttuyentes orgentnas, VI,” Segunda parte, Buenos Ares, 1958 ‘aaci6n fudicial argentina, Ensayo” histo. Epoca colonial y° antocedentes asta 1853, Buenos Aires, 1938. Fuentes para ol ‘conocimiento “del "derecho procesal” dela Primers mitad del siglo son: Manuel Anto- ho de Castro, Prontuario de préctica foro de Buenos ‘Aires, Byenos Aires, 1850. Pera completar Is informacion, no puede de- jase de consultar Rieardo Levene, Historia del derecho argentino, Buenos Aires, 1945- 1958, tomos IV, V, Vil, IX y X. Ua letra o do Ia. époen’ de’ la organisteién nacional, Jacinto Susviela, esoribe que “Ia. revolucién afi diez pass sobre ruestra administra La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 213 No menos intenso, y més sostenido, es el espiritu reformista que anima al perfodo de Ia organizacién nacional que me ocupa. Estructurado sobre uevas bases el poder judicial, en la Constitucién Nacional de 1853, jurada por todas Tas provincias, menos por Buenos Aires, y en cada una de las consti- tuciones locales, incluida la bonaerense de 1854, legisladores y juristas se abocan a Ia tarea de plasmar en Ia realidad dicha estructura, lo mismo que los ideales en Ia materia acariciados por la doctrina. La promesa contenida en el Preimbulo de la Constitucién Nacional de “afianzar la fusticla” se convierte en programa de todos los gobernantes. Se tiene perfecta conciencia de los males que padece Ja justicia aun cuando no sea tan clara la idea acerca de las causas que 1os provocan, y existe e] firme propésito de remediarlos, por la importancia capital que se le concede a este poder piblico dentro del sistema constitucional. ‘Dos testimonios tempranos, uno periodistico y el otro de gobiemo, revelan 41 punto en que esta situada Ia cuestién, EI 13 de agosto de 1852, el prestigioso diario El Nacional de Buenos Aires denuncia que “una de las grandes causas del desquicio del orden moral est en los vicios de la administracién de justicia” y reclama que se la simplifique en sus procedimientos y se procure por regl ‘mentos claros y a la inteligencia de todos que sus empleados no sean el terror de los litigantes. “En todas partes un pleito es una calamidad jentre nosotros es una calamidad y una ruinal”, afirma* Por su parte, el director provisorio de la Confederacién Argentina y re- ciente vencedor de Juan Manuel de Rosas, bajo el lema de “|Viva la organiza- cién nacional”, Justo José de Urquiza, dicta cl 24 de agosto del mismo afio un decreto designando las comisiones encargadas de redactar los cédigos y, aun cuando no tiene cumplimiento, conserva su valor programético, Entre sus ex- tensos considerandos, dice que las leyes “por lo cansado y superfluo de alguno de los trémites que establecen, hacen que los pleitos sean un, verdadero tor- ‘mento para las personas que se ven envueltas en ellos: un laberinto del que 1n0 ¢6 posible salir sino después de dilatado tiempo, y con grandes quebrantos de fnimo y de dinero”. Los nombrados para preparar el “Cédigo de Procedi- mientos Civil, Correceional, Criminal y de Pleitos de Comercio” son José Ro- que Pérez, como redactor, y José Barros Pazos y Eduardo Lahitte, como consul- fores?. ‘No se duda de la existericia del mal ni de que, uno de los principales es I desesperante morosidad que nadecen los fuicios —“el tiempo es un capital que no debemos prodigr”, advierte El Nacional—', pero las vacilaciones co- mienzan cuando se trata de identificar sus motivos, para removerlos. Sencillez fen los juicios, brevedad en las causas y economfa para las partes litigantes, he aqui las tres bases de la reforma provisoria que aconseja el mismo periédico® lin de justicia, como al velimpago sobre elmer: mies um moment, pa no dé rrutro sc! ‘Cucstin judicial, en Febuns, une Ate, 0 de febrero de 0). © Apuntes. 1 Regist de la Provincia de Buenos Aires. Aflo de 1852, Buenos Aires, te cao e pe tse os ee ene i rales viene de aatisoe datg Un auto sco oe eras ee os Altres, del 14 de fullo de 1830, yx dle ponfa "que los tbunales ordinaror de f Rala‘en los peor y negocios que ante ellos ho hagan agar a rtcuaciones, ‘Sines, subterfagios, evasioes y. medios fuicloos de demort, que contraviando Ia mente y expat de fas lees, por més que algunas yeees parezean conformes su con- {endo Utert, Pognan con el buen sentido 24 ‘Abelardo Levaggt v que todos comparten, pero sélo en principio, pues de aquf en mis se dividen 5 opiniones entre quienes juzgan que el objetivo a atacar son las leyes y «quienes en cambio sefialan como tal a los hombres como principales responsa- bles de la situacién, La Tribuna, otro calificado diario portefio, contrapone, precisamente, los dos criterios, a rafa de un debate suscitado en la Legislatura. Presenta a Ta mayorfa poniendo el acento en las leyes y a la minoria poniéndolo en los hombres y Iuchando en favor de dos garantias contra sus posibles abusos: Ia publicidad de Tos juiios y la responsabilidad de los jueces, que el Tribunal le Apelaciones oyese Ta discusién oral de los hechos y de los derechos de ‘cada parte y que el piblico se instruyese también de las razones para poder juzgar a su vez a los jueces. Como no prevalece este criterio, concluye que han quedado amparados “con el misterio y la impunidad los extravios y las negli- encias de los magistrados” *, Sino puede hablarse de la existencia de dos tendencias antagénicas, s{ en cambio darse como perfilados dos cursos de accién, por los se'van a ccanalizar los esfuerzos en pro de una mejor administracién de justicia, Por una pate, se rtrd. de coreg los viios que afectan a los hombres y que detienen la benéfica acciéa de las leyes, ya sean jueces, abogados, secretaries, procu- radores y demas auxiliares de la justicia, Por la otra, simulténeamente, se procurard mejorar las leyes de procedimientos y de onganizacién de los ti nunales. En cuanto a los jueces, se propone establecer un mayor control sobre su actividad, tanto a través de un régimen de amovilidad en el cargo como de la adopcién de procedimientos que permitan hacer efectiva su responsabilidad por mal desempeiio. Con respecto a las leyes, se aspira a adelantarse a la san- cién de un cédigo de procedimientos, implantando mediante leyes sueltas las reformas que no admiten demora. Los temas del orden del dia son, pues, el principio dispositivo, la libertad de la defensa y de la representacién, el juicio por jurados, la celeridad de las notificacfones, 1a sustanciacién de los juicios con un solo escrito por parte, Ja reduceién de los términos extraordinarios, Ia publicidad de la prueba, la eli- minacién de las prucbas impertinentes, el uso de las reglas de la sana critica pst aptecar el valor de Tos testimonios, la fundamentaién de las sentencias, la casacién a través del recurso de inaplicabilidad de ley o doctrina legal, ef recurso de inconstitucionalidad, la supresin de la tercera instancia, la multi- plicacién de los juicios especiaies, Ia abreviacién del juicio ejecutiva, la aboli- cién de la prisién por deudas. Los principales modelos en los cuales se inspi estas reformas son las leyes espafiolas de Enjuiciamiento sobre los Negocios. y Causas de Comercio de 1830 y de Enjuiciamiento Civil de 1855, y en segundo lugar el Cédigo de Procedimiento Civil francés de 1806, por lo que respecta a'fa libertad de representacién, publicidad de las audienciaey fundamenteetén de las sentencias. seat titgme de her tt (3 sen i ue pre ratte toate araeme aie Ps He ose antonio gue eb Hie tomb cm apo entonces se llamaba “Callején de Ibéfiez” al Pe in 7 eee eee eae pence aioe aa eae nee s ‘Aires donde estaban instaladas las escribe- talogia y lo bautizé de ese modo (Buenos sda ei ae 2 aioe ae es 2a eel eae ana eae La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 215 2. Reformas bonaerenses. Ley de juicio ejecutivo de 1860 Una primera medida importante que se toma en Buenos Aires es el decreto del gobernador Pastor Obligado del 16 de septiembre de 1853, que responde ‘a.una iniciativa de la Camara de Justicia y que limita el ndmero de los alegatos ‘que se permite a las partes presentar en los juicios civiles ordinarios, para de sta manera cortar los excesos que tolera el procedimiento vigente y que vuel- ven inacabable el debate judicial. Si bien por dicho rocedimiento con dos tseritos de cada parte quedaba el pleito sustanciado y concluso, asi para senten- cia interlocutoria de prueba como para definitiva, empero, como decia Manuel ‘Antonio de Castro, no faltaban abogados y procuradores que fomentaban la duracién de los pleitos con “alegaciones redundantes, repetidas, frivolas e im- tinentes” El decreto mantiene los dos eseritos de cada parte cuando la cuestién es de puro derecho, pero los limita a la demanda y contestacién cuando es de he- cho o mixta, Antes de la sentencia, sigue admitiendo dos alegatos de cada parte, en cambio, en la alzada, la sustanciacién de los recursos de apelacién y ulidad se reduce a uno, y en a Cémara de Justicia el tinico informe es oral, EI mérito de la reforma le es atribuido al presidente del tribunal, Valentin ‘Alsina. La Tribuna comenta que es una reforma aconsejada por’ la expe- Hencia y redamada por el interés bien entendido de los Igantes, de buena fe. y revela el escdndalo que significaba la presentacién de hasta ocho escritos para sustanciar un juicio que no era de puro derecho #, Estas modificaciones van a ser ratificadas y ampliadas por la ley del 18 de septiembre de 1854, de veinticuatro articulos. Cada parte sélo puede pre- sentar ahora un alee de bien probado: supine la mejor del recuro de 4 siplica se instruye y sustancia con un escrito; suprime el Juz & Alzada de Provincia y con ello elimina una instancia; rolibe concedor Sue. vos términos en caso de rebeldia. El Estado de Buenos Aires, segregado de la Confederacién Argentina, dicta su propia Constitucién el 11 de abril de 1854. La misma contiene alguna pauta de caticter procesal, como la de que todas Tas sentencias serin fundadas en el texto expreso de la ley o en los principios y doctrinas de la materia (articu- Io 124). En cambio, Nicolés Anchorena propone infructuosamente en la Asam- lea Constituyente tuna reforma que esti en Ia mente de muchos, cual es la de que todo individuo, en causa propia, pueda defenderse ante los tribunales sin niecesidad de valerse de procurador 0 letrado, para hacer a la justicia més fécil y barata, y derribar las barreras que se interponen entre el juez y el ciu- dadano, como glosa El Nacional *, ‘Las timidas reformas que adopta Buenos Aires como consecuencia de este primer impulso renovador no dejan, desde luego, stisfechor a los muchos quo aspiran cambios més profundos ¥ vastos. Tomando la idea del eédigo, La Tribuna propone que en vez de los paliativos que se les ocurren a los Tegisla- dores as cdmaras nombren una comisién de dos o més jurisconsultos para que preparen los cédigos de procedimientos *, Por contraste, el goblemo se muestra satisfecho. En el mensaje a la Asam- Blea Legislativa correspondiente al afio 1856, Obligado y su ministro Valentin ‘Alsina declaran que Ia justicia se administra “con pureza y brevedad”, que en 32 Op. cit, 1945, p, 48. 6 Firma de letrodo (8 de abril de 18 Cémara’ de Justicia (18 de septiem- 1654). ‘bre de 1853). 38 Reforma judicial (18 de agosto de 10854). lardo Levaggi 216 el aiio anterior fueron resueltas todas las causas civiles iniciadas durante su franscurso, que los mismos resultados se aprecian en el corriente y que el motivo es no sélo la disminucién de trémites operada por las tiltimas leyes sino también Ta asidua tarea de los magistrados *, El 28 de septiembre de 1857 se dicta una nueva ley de interés procesal. Es la que reorganiza el Tribunal Superior de Justicia, dividiéndolo’ en dos salas, una de lo civil y otra de lo criminal. Dos sentencias conformes hacen cosa juzgada, pero si la sala interviniente revoca o altera Ja sentencia de primera instaneia, Ia ley concede recurso de apelacién para la otra sala, cuya sentencia es definitiva, EI més importante trabajo legislative hecho en Ia provincia de Buenos Aires en esta década, con relacién a la materia, es la ley de juicio ejecutivo del 27 de octubre de 1860, sobre la cual escribe afios después La Prensa que, apenas sintieron un respiro de libertad, se apresuraron los legisladores a dic. torla, imitando la mavor parte del procedimiento ejecutivo reformado en 1830 en Espafia, para no alejarse tanto de las fuentes de nuestra jurisprudencia usual, EI proyecto, de cincuenta y cuatro articulos, pertenece al diputado Juan Agustin Garcia, quien lo presenta en la sesién del 7 de junio de 1858", Sus fuentes espafiolas son la Ley de Eniuiciamiento sobre los Negocios y Causas de Comercio promulgada e! 24 de julio de 1830 y la Ley de Enjuiciamionto Civil aprobada por decreto del 5 de octubre de 1855", redactada nor la Gomisién de Codificacién, con Ia principal intervencién de Manuel Cortina y de Pedro Gémez de la Serna, y divulgada por el Tratado histérico-critico- Mlosdfico de los procedimientos judiciales en materia civil, segtin la nueva Ley de Enjuiclamiento, de José Vicente y Caravantes, editado en 1836, en tres tomos®, La Comistén de Legislacién de la Cémara de Diputados, que integran Marcelino Ugarte, Benito Carrasco, Francisco de Elizalde y el propio Garcia, introduce modificaciones al proyecto al mismo tiempo que propane su aproba- cién, En su informe del 22 de julio de 1859 fundamenta las reformas, consisten- tes en darle caricter ejecutivo al documento cuva firma sea reconocida, a pesar de que se niegue la verdad de su contenido; en mantener el llamado “auto de solvendo” oportunidad de pago que se da al deudor antes de librarle el mandamiento de embargo-, porque “aunque no ha sido establecido por una Tey anterior tiene en favor suvo Ta saneién de wna prictica antiquisima’, que responde a las exigencias de la equidad; en mantener también la flanza de saneamiento a cargo del deudor, para evitar que burle al acreedor presentando a embargo bienes que no Ie pertenecen, y Ia. prisién por deudas, “que la experiencia diaria muestra como una garantfa de moralidad y un motivo de confianza para el crédito”; en Ia improrrogabilidad del término de prueba sin el consentimiento de ambos litigantes, pues si bien es cierto, como dicen todos los pricticos, que la brevedad del juicio ejecutivo se establece en beneficio Yinico del ejecutante y puede remmnciarla, esta solucién es més equitativa porque evita que el actor prolongue caprichosamente el vejamen y Jos perjut- ¥ Mensaje fechado el 39 de sbril de 1856. Diario de sesiones de la Cémara de Di ‘del Estado de Buenos Aires. 1856. Sesién del 1° de mayo, 3 Ambas eyes en el suplemento de: ESCRICHE, JOAQUIN, Dicelonario rasonado de lepslacibn y cla. Nueva edicién par don Juan B. Guim, Paris, 1861. W La nuova "ley de juicio ejecutico (29 de abril do 1873) 38 Lo publica Ei Nacional del 9 de junio de 1858, 50"Ministero de Justicia.’ Comisiin Ce- rneral de Codifescién, Crénica de la. codi- Hlactén espafole. 2, Procedimiento ciel, Ma arid, 1970, pp. 64-88, La codificacién del procedimiento civil en la Argentina iT ios del ejecutado que haya destruido pretensiones cuyo triunfo se hubiese buscado en la rapidez. del procedimiento. Con relacién a la prisién por deudas, expresa el diputado Dominguez en la sesién del 1° de agosto de 1859, durante la discusién del proyecto, su oposi- cién, pero que encontré tan uniforme Ja opinién de la Camara en el sentido de mantenerla para todos los casos que se abstiene de pedir su reforma. Apro- ado por esta Cimara, pasa Te de Senadores, donde es considerado « partir lel 23 de septiembre. Taforma a favor del proyecto Valentin Alsina, Sostiene que “el juicio eje- cutivo verdaderamente no es un juicfo, sino un modo de proceder para hacer efectivas obligaciones reconocidas” y que por Io tanto sus tramites deben ser lo mas breve posibles. Sin embargo, hay juicios que han durado muchos més afios que el ordinario por los frecuentes recursos con que se los desnaturaliza y por la innecesaria extensién de algunos términos, EI proyecto tiende a dis- tmunuir en lo posible estos abusos. En el Senado es Amancio Alcorta quien, también sin éxito, se opone a la prisién por deudas, a Ia que califica de cruel —"la pobreza sera desgracia, pero no un delito”—; onerosa para el Estado —el deudor en libertad no sélo no seria oneroso sino que podria trabajar para pagar—; inmoral, porque aun quien Gone excopsonseLeitimas doe nur aoterel embargo ¥ Te past, y pare corrompe al hombre honrado con el roce con los criminales;. inconstitucional, porque por la Constitucién provincial nadie puede ser arrestado sin previa sumaria de juicio que demuestre semiplena prucba o indicios vehementes de tun acto que merezea pena corporal, 3. Las provincias del interior A. Reformas constituctonales Durante estos afios, las provincias de la Confederactén Argentina se dan sus consttuciones locales, en as cuales insertan a veces normas de candcter procesal general y civil, e invariablemente de materia penal. La Constitucién de Mendoza de 1854, redactada por Juan Baustista Al- derdi, y la de San Luis de 1855, que la sigue, establecen en el articulo 32 el principio de la brevedad de los juicios y en el 33 el de la fundamentacién de las sentencias y que “ningiin juicio tendré més de dos instancias”. La Constitucién de Cérdoba de 1855 y la de Corrientes de 1856 fijan como base de los procedimientos a la brevedad (articulos 70 y 52, respectivamente) y.afirman el principio de que toda sentencia debe ser fundada en ley anterior al hecho del proceso (71 y 53). La Constitucién correntina de 1864 conserva el principio de la fundamentacién pero suprime el de la brevedad (articulo 21 Diario de sesiones de 1a Cémara de dores, que se hallaban subordinados en su Diputedos del Estado de Buonos Aires. oercicio g las “viejas y dilatadas_pricticas 11859, ‘Buenos Aires, 1860, Diario de seslo- espafolas”. Agade que la ley es “mis o me- nes de la Camara de Senadores del Estado nos la misma” vigente desde 1880, 0 sea el de Buenos Aire, 1859, Buenos Atses, 1860. titulo XIV. del Cédigo de Procedimientos, EL proceselista. |. Honorio’Silgueira opinar on la supresién del auto “de solvendo”, la ‘que’ esta ley fue Ia més importante que se fianza de saneamiento y Ta prisién por dew- ietS hasta entonces ¥ que llen6 una nece- das (Estudios sobre procadimientor y orga- sided muy sentida en In provincia al pro- nizacién fudiclal, Buenos Aires, 1904, "p. teger eflcazmente el derecho de los acree- 18), 218 Abelardo Levogei 84), El articulo 46 de la Constitucién de Catamarca de 1855 también pres- cribe el deber de fundar las sentencias *, Las constituciones de Santiago del Estero y de Tucuman de 1856 deter- minan que “todos los juicios son pttblicos” y que los actos que la ley manda hacer on secreto deben publicarsé en su oportunidad (articulos 42 y 63, res- pectivamente). La ley fundamental tucumana agrega en el articulo 64 que “en todos los juicios, dos sentencias conformes hacen cosa juzgada”*, Hay una contradiccién entre la declaracién inicial que se hace en estos textos de que todos los juicios son pablicos, sean es entendida la publicidad por Ia doctrina de la época, 0 sea referida a la declaracién de los testigos, que &s la que se sigue recbiendo on sereto,y a segunda parte que la dese al disponer la oportuna publicacién de los actos que la ley manda hacer en se- creto. Aqui el constituyente, a pesar de la atencién que le presta al principio de la publicidad, encarecido por los publicistas liberales, entre otros por la autoridad de Jeremfas Bentham, no se atreve a sobreponerse a la prictica creada por las leyes castellano-indianas y cede ante sus preceptos. Todavia no estin suficientemente maduras las ideas para aceptar esta reforma, B._ Reformas legislativas La mayoria de las provincias dicta leyes en materia de procedimientos que no se apartan de los cénones tradicionales y que en todo caso engarzan en los reglamentos generales de administracién de justicia, que es como se los suele denominar, algunas disposiciones nuevas que marcan una cautelosa transicién hacia un sistema procesal fundado en principios mis modemnos, Esa prudencia Ja encontramos en La Rioja —a estar al testimonio de Salvador de Ia Colina— donde regia por esos afios una breve ley de procedimientos que mandaba su- plir sus deficiencias y las dudas que originara con las opiniones de Manuel 2 RAMOS, JUAN P., Bl derecho pibit- curren a producir ua exposicén fiel, en 0 de las provincias argentinas. Con el texto particular Ia atencién, tan necesarias en Tas de las constituciones sancionadas entre los operaciones de la reminisoencia ... Pero el aos 1819 y 1913, t. 1, Buenos Altres, 1916. EL proyecto do Constitucién para Mendoza cen: Joan Bautista Alberdl, Derecho pablico reine argentina, Buenon Aires, 1828, p. 28 DANA MONTARO, SALVADOR M, Las constituclones de Cotainares, Buenos Al. res, 1861p. 76, 2° Unkeridad Nacional de Cérdoba, Consttuciones de le Prooincia de Santigs del Extoro, Inteodveeién del Dr. MELO COR DBA, CARLOS R, 1946, p. 18. Idem. at 44, Constitucién do 1864, idem p. 33. Humberto A: Mandell, Consttuciones de Tu cumin 1820-1856, Cérdcbe, 1946. “La publicidad es la mis oficar de todas las salvaguardias Gel testimonio.y de Ins decisiones que. de él dependent ell es otal eh fii: els Se satndane 4 todas las partes del procedimiento y a to- das las cauas, & excepeton de un. poqueto numero «Gon relactn a los tstiges, publicidad ‘del intermogatorio excita en elle todas las facultades del esplritu que. con fran efecto de la publicidad —sostiene Beo- thames sobre Ta veraldad de testigo, La entire puede ser audaz en wn tnterrogato- io secreo; es difel quo lo seaen pablic, eso es en extremo improbable de parte de {odo' hombre que no sea completamente. de- pravado ... La publicidad tone ota venta: [general despertar ‘un ran interes ao Tre tal o cual causa, pueden resullar Aiferentes ‘medios de prucba que bublean guedado" ctor a In uma bi ido mvorada s-. La publicidad en el prooad. lento puede todavia tener un efedto muy Saludable al crear un eapita,pblicn ‘con relaciin al testimonio yen la educacién lobre este panto esencial do los individuos o.Lon efector de la publicidad Tegan = 53 mfxima importncia cuando se ks conse dlera con relacon alos fuses, sea para asegurar su probidad, sea para acordar sus fentencas In conflanza piblica”. (Trait des prewer judicaires, owvrage exalt des ma: huserte do M. écémlo ‘Bentham, par Et Dumont, t. 1. Pais, 1829, pp. 146-6). La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 219 ‘Antonio de Castro y en su defecto con las de Joaquin Esoriche, reeditando por lo demis el viejo método de decisién de controversias y de integracién de nor- mas mediante leyes de citas *, La provincia de Jujuy restablece por decreto del 5 de marzo de 1852 Ja vigencia del Reglamento de Administracién de Justicia del 21 de febrero de 1851, redactado probablemente por Manuel Padilla®”. De corte tradicional, consia de 163 artculos y contiene tanto disposiciones orginicas como de pro. ccedimientos, pero estas tiltimas son escasas porque mantiene “lo dispuesto por Tas leyes generales” (articulo 64). Su intencién es la de simplificar los trémites, aspiracién comin de todas las leyes de la época. Si el asunto es de hecho, se sustancia con el escrito de demanda y de contestacién y se recibe a prueba; si es de derecho, se sustancia ‘con dos escritos de cada parte y pasa a sentencia; los articulos se sustancian on un solo escrito. Publicadas las probanzas, con el alegato de bien probado ‘del actor y la respuesta del demandado, queda concluida la causa para sen- tencia. No se permiten los términos extradrdinarios, salvo justa causa, ni la apelacién de los autos meramente interlocutorios. En el juicio ejecutivo, el deudor sélo puede apelar de la sentencia de remate y en relacién. La apelacién la splica ‘se sustancan con un exeto de cada pare, Dos sntenies co- yrmes hacen cosa juzgada**. El Reglamento jujefio se adelanta a la legisla- cién bonaerense con varias de estas disposiciones, La legislatura de Salta sanciona el 11 de febrero de 1857 el Reglamento de la Administracién de Justicia que ha redactado la Cémara de Justicia, Pro- cura conservar la prictica vigente en el juicio civil ordinario con una cierta economia. Establece, en principio, la conciliaciéa obligatoria y aunque mantio- ne los escritos de réplica y ddplica, faculta al juez para prescindir de los mis- mos. En el juicio ejecutivo atiende a la rapidez de la tramitacién™. Para a provincia de San Lai, por pedo) del gobernador Justo Dara, el renombrado jurista Manuel Antonio Shez redacta el Reglamesto de Ia Ad- ministracién de Justicia que recibe sancién el 30 de octubre de 1857 y que responde a las caracteristicas de los demés de su género: mayorla de dis siiones de carieter onginic y etearas de imientos. Compuesto por 184 articulos, comprende dos titulos: el primero, “de la forma y organizacién del Poder Judicial”, y el segundo, més extenso, “de Ia jurisdiccién de los jueces”. Determina'—rasgo tipico del pensamiento de su autor que “el principal cuidado de los jueces y demas magistrados seré el de evitar los pleitos a ilaciones en ellos” (aitieulo 139). Como derivaciin de este principio, obliga ‘los jueces, ante toda demanda, a promover la conciliacién de las partes en estos términos: “entrara a hacerles ver los graves perjuicios que Jes traerd tun pleito, los_dis pe cause, los gastos, pérdas de tempo demis consecuencias fatales de él, les demostrard Ia necesidad de que arriben a algun acuerdo transaccién, cediendo cada uno una parte de sus pretensiones” (articulo 144), Hstablece ademis el arbitraje de familia, conocido en provin- cias como Cérdoba y Mendoza, de modo que si el juez o tribunal observa % Derecho 4 leplslactin Me hasta ol de 1884. Formada y edltada por tere ced y comet CE, Bums Alta, orden dsl gcbemador de le Provincia Jon 150, Engenio Tall, ¢ 1, Joy, 1685, pe S00- 318. 37 SANCHEZ DE BUSTAMANTE, TEOFILO, Beoluctn del derecho posed en la provincia de Jujuy, pp. 63 y 94, en Feoistd do Derecho Proceed ao Vi, Prime. 14 parte, Buenos Aires, 1948. ‘28 Compilaciin de leyer y decretos de la Provincia de Jujuy desde el afio 1835 ‘2 REIMUNDIN, RICARDO, Derecho saltefo, Notas de in pa a mu estudio Matdrico, pp. 104-7, en Revista de Derecho Procesal, af Il, Primera parte, Buenos Ares, 1945. que la iniciacién continuacién de una causa ocasiona “escaindalosas disensio- nes y ruinas a las familias”, las somete a arbitraje familiar (articulo 149). Cier- tas causas, como las suscitadas entre parientes dentro del cuarto grado, estén sujetas a este arbitraje®, Otro Reglamento de Justicia dicta el 8 de abril de 1860 la Sala de Re- ssentantes de Tucumén, El 14 de noviembre del mismo afio la Legislatura le Mendoza sanciona e! Reglamento de Administracién de Justicia con 354 articulos més veintisiete disposiciones generales. En principio, reduce todo juicio a dos instancias. Por acuerdo de partes, admite que las causas, tanto civiles como criminals, tramiten en forma verbal, ebrindose tan s6lo un acta con Ia demanda, contestacién, prueba y sentencia. Reconoce la libertad de defensa y de representactén, excepto “si las partes inciden en personalidades, si desvian el curso de Ta tramitacién legal, o comprometen sus accfones, va- lando éstas, 0 con una mala defensa” (articulo 44). Suprime el trimite de mejora de apelacién y los términos extraordinarios, sino es por causa justa y verdadera, Toda sentencia definitiva debe fundarse ®. El gobemador de Santiago del Estero Manuel Taboada informa en 1854 al Ministro de Justicia e Tnstruecién Péblica de la Confederacién que su pro- vineia carece de reglamento, Sélo el 28 de diciembre de 1864 se dieta la Ley Orginica y Reglamento General de Justicia, que rige hasta 1876". ‘Ademés de reglamentos, se dictan leyes sueltas. En Cérdoba, Ia del 24 de marzo de 1855 limita a dos instancias los asuntos de menor cuantia y declara abolidos los casos de corte y el recurso de segunda suplicacién, y la del 26 de agosto de 1862 prohthe la presentacién de escritos sin firma de abogado en Tas causas civiles. Santa Fe, por Tey del 5 de julio de 1862, adopta la libertad de representacién™. TIL. Secuwpa eapa, oe nearrzaciéw: 1863 a 1880 1. Jurisdiccién nacional A. Ley N* 50 de 1963 Como pértico de esta segunda etapa se halla, en el orden nacional, la Ley de Frocedimientos de la Justicia Federal promulgada cl 4 de septiembre de 1863, primer esfuerzo de codificacién procesal modema que se realiza en la Ar. gentina. Formada Ja justicia federal —Corte Suprema de Justicia y juzgados de seceién— por Ia ley N° 27, In Corte se encuentra con que no tiene marcados ‘8 BARBOSA, ANTBAL, Compllacién de leyes de la Provincia de San Luks, vol. 1, Bue~ 10s ‘Aires, 1008, Gilberto. Sosa” Loyola, La tradicién juridica de San Luts, Buenos Aires, 1844, pp. 67-69. ‘a1 LIZONDO BORDA, | MANUEL, ‘Nuestro derecho patio ena legslactin de Tw. ‘cumndn (1810-1870), Buenos Aires, 1956, p58 ‘82 DE AHUMADA, MANUEL, Cédigo de tas leyes, decretos y' acuerdos que sobre jsticia se ha diotado Ta 7. Mandado formar por ‘adminsstractén de Provincia de. Mo 1 Fxemo, Gobierno en su decreto de 16 de fenero de 1860, Mendoza 5/a. 3 BUSTOS NAVARRO, ARTURO, FI derecho patrio en Santiago del Estero, Bue- nos Aires, 1962, pp. 91 y 116. 4 Compilaciin de” loyes, decretos, ecuerdoy dela Excma, Cémara’ de. Justicla 4 demde de ‘cardctor piblico ictadas on la Provincia de Cérdobe desde 1810 a 1870, t 1, ediciin, Cordoba, 1888. Registro oficial de la Provincia de Santa Fe, tT, Santa Fe, 1689, La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 221 los procedimientos que debe seguir y aunque —como expresa el Ministro de Just, Culto e laptruceiéa Pablice Eduardo Costa carta memoria del 1° de mayo de 1863— el silencio de Ia ley la hubiera, acaso, autorizado para adoptar, al menos como une regla provisional, los procedimientos establecidos orl derecho comin en cada provincia ereyé més prudente aguardar una xy expresa**, Pero no se encierra en una actitud pasiva. Costa anuncia al Congreso que ‘1 tribunal ha_preparado “importantes trabajos” que le serdn presentados, sin los cuales el ejercicio de la justicia federal ofreceria a cada paso dudas y cues- ones dificiles de resolver en materia tan nueva, que no tiene en el pais precedentes de ningtin género. Los trabajos a los que alude son los proyectos sobre jurisdiecién y competencia, sobre delitos federales y sobre procedimien- tos que redacta la Corte, integrada a la sazén por Francisco de las Carreras como presidente, por Salvador Maria del Carril, Francisco Delgado y José Barros Pazos como vocals, y Francisco Pico como procuradon general que ‘una vez sancionados por el Congreso Nacional se convierten en las leyes No» 48, 49 y 50, respectivamente. El proyecto sobre procedimfentos es considerado en las chmaras de Se- nadores y Diputados, en este orden, en los meses de junio, julio y agosto de 1863. EI’ ministro Costa, que se presenta en el Senado para defenderlo, dice gue yaa ser un remedio a I eicans, que va eortar en mucho le tramitacién le los juicios *. EI senador Valentin Alsina, que rechazara la presidencia de la Corte, sel nico que en el Congreso hace observaciones de fondo al proyecto, Su critica se centra en dos puntos concretos: revivir el “antiquisimo sistema de las copias’, que no consulta Ia mayor brevedad de los juicios sino que los demora, a ja vez que aumenta las costas y los honorarios de los abogados, cuyo trabajo se recarga*", y poner a cargo de los jueces la formulacién de los inte- rrogatorios, porque va a traer una innecesaria demora y gran responsabilidad y recargo para los jueces. A esto ultimo responde el Ministro que para darle garantas ala prac testimonial y para que el Juez pueda formarse conciencia je la verdad de los hechos es preciso que sea 61 quien Ilame a los testigos y foc interogue: Las clmaras aprusban finelmente a proyecto sin modifcacio- nes ®, La ley N° 50 consta de 374 articulos, agrupados en treinta y un titulos, de los cuales el XXX se refiere al procedimiento en las causas criminales. Im- jone a las partes la obligacién de constituir domicilio y de producir con Ia Semanda o¥contestacién toda la prueba documental; concede eficacia a la Primera acusacién de rebeldia; enumera las medidas para mejor proveer que pueden disponer los jueces; reglamenta las notificaciones; limita las excep hes; interpreta el silencio o respuestas evasivas del demandado en su contest cién como confesién ticita; establece por primera vez la publicidad de la prueba; reglamenta la prueba confesional y la tiene por producida si la 2 EL Nacional 16 de mayo de 1863, tulad, at como de lo, documents, com 38 Congreso Nacional, Clmara de Se- que se instruya, se entregard una copia en adores, Sesiones de 1863, Buenos Aires, papel simple que deberi hacer y firmar la BOL, Seién del 27 de ji. parte que la haya presentado”, 'a7'Se refiere al artiulo 8, por el cual % Idem, nota 86. Sesién del 2 de julio. a eerste eect” SEE temas carraectet ciel Ea Sh RR jee eet cee oa Maeda ek fran hacerlo en la oficina del juzgado y general de organizacién judicial de 1898, al rt ie, ae Giese tols pein o efoto de"que haya de darto sea en fo crimbal, sea en lo ivi, es un parte no comparece a declarar, 0 compareciendo rebiisa responder, o responde Se una manera evasiva o ambigua; tanto la prucbe testimonial como las fechas possi Ios testigos son veloredassegén las reas de Ia sana rts; reduce las apelaciones y nulidades; en el juicio ejecutivo determina la inembargabili- dad de ciertos Bienes y reduce los aleances de la prisién por deudas. Son fuentes de la ley las ya mencionadas leyes de enjuiciamiento espafiolas de 1830 y 1855, la Ley de Procedimientos para e] Cantén de Ginebra de 1819 y el Reglamento del Consejo Real de Expaia de 1848“, En 1867, con Ia experiencia que va dejando la aplicacién de Ia ley, dice en la memoria de su Ministerio Eduardo Costa que, ai dar al juez una interven- cidn més directa e inmediata en Ia sustanciacién del proceso, ha aumentado Jas garantias de acierto, y que al establecer una estricta rigidez en Ia observa- cién de los términos, ha disminuido notablemente la duracién de los procedi- rmientos, duracién que, més que Ia deficiencia de las leyes, considera como el “terrible escollo” de los que tienen que recurrir a la justicia *. B. El Gobierno Nacional propicia un Cédigo uniforme para todas las provinclas 7 , En otra memoria ministerial, 1a de 1864, Costa manifiesta, a propésito de la aplicacién de Ja ley N° 50, su esperanza de que la brevedad. que introduce en Ta secuela de los juictos sirva de norma a las legislaturas de provincia, para remover uno de Jos principales vicios que se objetan al sistema de enjuicia- mientot, Que no es ésta una idea que anida sdlo en la cabeza del Ministro Jo demuestra EI Nacional cuando anuncia que Ia aspiracién de todos, en cada sana de las provineias, es “calcar la organizacién de los Tribunales de Provincia sobre la organizacién y procedimientos de los Tribunales Nacionales” #. Alentado por los buenos resultados que arroja Ta ley en el dmbito de la justicia federal, Costa se siente con fuerzas como para trasladar la experiencia & las catorce provincias, Hablando del sistema de enjuiciamiento dice que si hha de dejarse al cuidado de cada una tan importante mejora, dificilmente se verd realizada. Anticipa, por lo tanto, que el Gobierno Nacional se propone Imei cet, entre otros ‘muchos, de pater al lespotismo toda empresa vengativa y de usur~ pacién, 0 de tratar como reos los que come- Heron ‘hechos que, en lugar de ser_erimi rales, s6lo son el producto de virtudes patrdticas. Por una parte, In publicidad de 109 de la de Ginebra su copia expatle de 1848 Sin embargo, dei propioitro, en el que a continnacién de culo reproduce Ia 6 fae fuentes.que de atbuye, resulta que a {inpartncia de fa Tey expaiola de 1655 ct mayor que la que Je reoonoce. Esto suoede, {os julcios tene por efecto el que todo pase aa vista del acusado, como interesado qu es en la inviolabilided’ de las formas, garan- tido ‘para ello con Ia presencia de sus can- chudadanos. Por otra, ‘el pueblo que. ordi nnariamente se agolpa a 12 Ios fuicios, sue todo aon ein ve tae fe sus derechos, siendo ésta la mejor escus- |i que puede seguir, y en la que puede dguiri las Tecelones de su Independencia, ‘de moral y de religiin concenciosa’. (Reedi- iin facsimil, Buenos Aires, 1949, pp. 203-4.) 40 SARTORIO, JOSE” sostiene que 83 articulos de la ley Son originales, 88 provie- nen de la Ley de. Enjuiciamiento Chil de 1855, 64/de su aniloga comercial de 1830 y por ejemplo, con Tor artical 62, 63, 73 Y'78\(La Ley 50 y sus complemontariae de imtento foderl, Buenos Aires, 1983). or ot pate, est la opinién coma. de to contemporinecs, todos Lr ales coiniden ation gs, oma parte de espaol. “lode 167 Memoria prevent por el Minutro de Estado” en Irena dens: Cato¢ iniructon Pe Brice al Congreso Nacional en 1867, Buenos ‘Aires, 1867, p- IIL, y El Nacional, 27 de septiembre de” 1867 ‘2°EL Necional, 27 de junio de 1864 48 Corte Suprema de Jutioa (6 de di clembre do 1868). en su mayor “La codificacién del procedimiento civil en la Argent 223, tomar la iniciativs, dxigise a los gobieros locales y, con su asentimiento, per al Congreso los fondos necesarios para compensar la redaccién de un cédi de procedimientos que sea sometido a la sancién de cada una de las legislatu- ras provinciales. e esta manera —concluye-, no sélo se obtendré una muy considerable economfa en beneficio comin, sino también mayor uniformidad, y se habré removido el acaso més grave inconveniente de la legislacién que rige: Ta eterna duracién de los pleitos —juna vez mas!— a que da lugar la falta de un bbuen cédigo “. E] escollo que se antepone a sus planes uniformistas es de naturaleza nada menos que constitucional. Por el articulo 104 de la Constitucién Nacional Jas provincias conservan todo él poder no delegado por la misma al Gobierno Federal, y segiin el articulo 67, inciso 11, no figura el eédigo de procedimientos ‘entre los que corresponde dictar al Congreso, Su sancién es un derecho reser- vado por las provincias y sin su conformidad la iniciativa ministerial no puede prosperar. ‘Otza consideracién a que da lugar el plan de Costa es la filosofia raciona~ lista que To sustenta y que le hace creer posible la adopeién de los mismos procedinintos judlales par, todas las provincls, « pesar de les priticas Y de las leyes locales que las distinguen, no menos que la realidad socioecond- ica. En este sentido opina Et Nacional que Ia idea de uniformar el proce- dimiento “a través de la variedad de situacién, de costumbres y de lenguaje mismo, no s6lo es contra el espiritu de Ja Constitucién que ha garantido a este respecto la autonom{a de cada provincia sino también contra Ja naturaleza de las cosas” #, ‘Como era de preverse, el proyecto zozobra. En Entre Rfos, bastién de ‘Urquiza, el eco es particularmente negativo. El 31 de enero de 1866 Costa se dirige a’su gobernador José M. Dominguez —en los mismos términos que a los demis— para pedirle su adhesin, fundado en Ia notable economfa que repre- senta y en “aquella uniformidad que es de desear en una nacién uniforme en su legislacién, ¥y en sus costumbres”, segin su punto de vista. Dominguez con- sulta al Superior Tribunal de Justicia, el cual, con la firma de su presidente Benjamin Victorica, Ie contesta el 30 de abril en sentido adverso, “Como cada una de las provincias ha organizado cl Poder Judicial en razén de sus necesidades administrativas, de su posibilidad rentis- tica y demas exigencies peculiares dandole por la Constitucién Ia estruc- tura correspondiente en lo que es de naturaleza fundamental, ha sido consi- guiente que difirieran, como difieren en la legislacién de procedimientos”, es tno de sus s6lidos argumentos, al que afiade que tan luego como empezé la descentralizacién de las provincias tras la independencia, empezé cada una a dictarse leyes sobre enjuiciamiento, cediendo a la necesidad y conveniencia consiguiente‘a su nuevo modo de ser politico y que bajo el imperio de tales esigencias fue dejando de existir Ia antigua unidad. El gobierno de Buenos Aires responde el 30 de marzo que someteri la uesta a la consideracién de la Legislatura, sin perjuicio de lo cual sefiala la dificultad que supone el aplicar un mismo eédigo a todas las provincias. ‘Aunque el resto de las provincias adhiere, en general, a la iniciativa, el rechazo de Entre Rios y la frialdad con que es acogida en’ Buenos Aires determinan su fracaso, Ademés, La Rioja, en su respuesta del 23 de marzo, condiciona Ja Memoria del Ministerio del 30 de 8 Cdigo de ‘Procedimientor (23 de ing 1s ET Nelo 9d gato agro de 180) 224 Abelardo Levaggi aceptacién al hecho de que las disposiciones del eédigo guarden armonfa con los preceptos de su Constitucién, ‘Costa debe abandonar el proyecto y resignarse. Informa al Congreso que todos los gobiernos provinciales a¢eptaron “con aplausos” la idea, con excepcién de los de Buenos Aires y Entre Rios, que observaron que la necesidad de arre- glare enjuiciamiento alas exigncias de cada lcalidad no pernitiiaalcazar a unformidad busca, sin advert “aclam— que no se tataba de legar a tuna uniformidad perfecta sino a la mayor posible y que el medio de aproxi- marse a este fin era tomar por base un proyecto comtin que, aunque en algunos puntoe pion, modificase, quedaria siempre uniforme en la mayor parte y en lo sustancial *, 2 Provincia de Buenos Aires A. Avellaneda emprende la codificacién en 1867 El proceso codificador se desata aqui con intensidad no exenta de trabas y complicaciones, para conducir a la unidad —como escribe J. Honorio Silguei- ta~ a una legislacién que es “un verdadero laberinto de leyes, deoretos, acor- dadas, ordenanzas, cédulas y recopilaciones de distintas épocas, indoles y pro- ésitos” #7, PosMPendiente en la Cimara de Diputados local un proyecto de sedaccién de un cédigo de procedimientos civiles, mercantiles y criminales, y de una ley de organizaciéa general de los tribunales, el gobernador Adoifo Alsina y su minisiro de Gobierno Nicolis Avellaneda, el gran estadista y jurista tucumano, en el mensaje que envian a la Asamblea General Legislativa en el mes de mayo de 1867, recuerdan que “la justicia se administra con una lentitud que pasma, y los gastos que ocasiona al litigante pueden Hamarse fabulosos” y Ie advierten Jon rofleos que sl po ordena In Godifisacién lo hark el Poder Ejedative Dicho y hecho, el 29 de junio presentan al Senado un proyecto de ley por el cual se autoriza'al Poder Ejecutivo a encomendar a un abogado la formu- lacién del “proyecto de enjuiciamiento civil, tomando por base Ja ley nacional de 14 de septiembre de 1863 y las demas que le son anexas, con las modifica- Gions,cuplementos y demés reformas que sean necesarias para su apicacién en los tribunales de la provincia”, Prevé ademés la formulacién de un plan de reorganizacién de los tribunales, EI mensaje que acompaiia al proyecto, obra seguramente de Avellaneda, uno de los paladines de la reforma procesal, es suficfentemente ilustrativo acerca de los fines que persigue. A la iniciativa pendiente en la Camara de Diputados Ia considera demasiado ambiciosa e inconveniente por estar préxima la revisién de la legislacién civil y criminal. Entre tanto, la reforma de los procedimientos es una necesidad premiosa, que no se debe demorar por més Tiempo, aunque sélo se realice en forma provisoria y parcial, comenzando por andi LEVENE, ICARDO (bh) La re forma: Ta-unficacion procesa m fing, Btenos Altes, 1067, eapitlo Tl, 41 Op eit, p, 20 4© Memoria presentada por el Mintstro de Estado en el Departamento de Justcte, Culto'e Tnstruccién Pablica al Congreso No ional en 1866, Buenos Aires, 1886, pp. VI- VI y 47-67, paginas estas ltimas en las que Se reproduce la correspondenela inter Cambiada con los gobiernos provincales. 48 Diario de Sesiones de la Cémara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. 11867, Buenos Aires, 1868, p. 20. La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 225 corregir lo que hay de més defectuoso en los procedimientos civiles, que son Tos de mas comin aplicacién. El modelo debe ser la ley N° 50, porque después de cuatro afios de vigencia ha quedado de manifiesto la celeridad que imprime a los juicios, sin compro- meter los derechos litigiosos ni el acierto de las sentencias. “La’ ley de 1863 —comenta— no contiene innovaciones radicales y violentas. Ella, por decirlo asi, pertenece a nuestra tradicién legislativa: puesto que ha sido casi en su totalidad tomada de la ley espafiola de 1855, que no es a su vez, como lo declaraba el jurisconsulto que ms contribuyé a formarla —Pedro Gémex de la Sema-, sino una depuracién de los antiguos procedimientos que continéan todavia siguiendo nuestros juicios. La Ley Nacional no se separa efectivamente de su modelo reconocido sino en casos muy determinados; y entonces s6lo para scribir reglas més conformes a la indole de nuestras’instituciones, como cuando declara la facultad que tienen los litigantes de hacer por si mismos sus defensas de palabra y por escrito, facultad que la ley espafiola de 1855 fubordlna a la dbble y forzosa intervencién del ebogado del procurador; 0 para no romper abieriamente con algunas de nuestras pricticas, como su especto de la prisién por deudas, que la ley espafiola ha suptimido en el premio de juicio jeativo, y que ila admit limitindola a un término breve je duracién’”, De todos modos, reconoce que no puede ser edoptada textualmente, que cs necesario amoldarla a la organizacién judicial de la provincia y Ienar los vvacios notables que tiene en materia de juicios especiales y actos de jurisdiecién voluntaria, para lo cual se puede seguir el mismo antecedente espafiol El Senado aprueba el proyecto en Ia sesién del 6 de julio de 1867. Miguel Esteves Sagui aboga sin éxito para que se invite a todos los abogados a pre- sentar proyectos a fin de elegir el mejor. La Cémara de Diputados lo trata el 9 de agosto. La mayorla de su Co- misién de Legislacién se pronuncia a favor. Disiente José Antonio Ocantos, von el argumento de que el procedimiento de la ley nacional difiere del de Ia Provincia y que su apc hha de significar mayores tareas para los jueces. ypone no ocuparse del procedimiento y limitarse a Ia reorganizacién de los tribunales. ‘Avellaneda, en su réplica, precisa Ios fines de la reforma. Primero, debe tratarse que las resoluciones de los jueces sean conformes a la ley; segundo, que sean dadas en el menor espacio de tiempo posible, y tercero, que ocasio~ ten el menor némero de gists, 2Cémo se realizan estos objetos? Se realizan por una ley orginica de [os tribunales y buscando os medios adecuados en el procedimiento, Separar un medio del otro es dejar la obra incompleta y ex- Tonerse a no consegulr Jor resultados que se buscan ‘Puesto a votacién, el proyecto se convierte en ley®., B. Proyecto de José Dominguez de 1868 Por decreto del 20 de agosto de 1867, el Poder Ejecutivo encomienda la tarea de redactar el proyecto a José Dominguez, entre cuyos antecedentes figuran los de legislador, juez federal y miembro desde 1863 del Superior Tribunal de 49 Diario de Sesiones de la Cémara de® Idem, nota 48, Senadores de la Provincia de Buonas Atces. 1867, Buenos Aires, 1867, pp. 32-33. 296 Abelardo Levaggi Justicia. En octubre de 1872 serd designado ministro de la Corte Suprema de Jostcin de In Nacién, cargo en ol cual permanecerd hast su retro en julio de 887 *, En la memoria del 1? de mayo de 1868, Avellaneda anuncia que el pro- ecto sobre enjuciamiento civil ya eth ejecutado y que se preentark en ls primeras sesiones de las cdmaras. Para demostrar fa necesidad de su sancién, fforma que hay cerca de diez mil asuntos judiciales pendientes en primera Instancia y entre los mismos alrededor de tres mil paralizados, situacién esta que atstbuyo a Ta lenutud y complicaciin del procedimiento que agotan los Tecursos pecuniarios de los litigantes Del proyecto de Dominguez, dice que tiende a imprimir un movimiento més rapido, Simple y econémico’ Ta tramitacién de Toy juicios sin producir innovaciones violentas; que como Ia ley espafiola de 1855 “no es sino una de- paracién de los antiguos procedimientos, sin perder empero de vista la direc- cién que debe darse a las formas judiciales para que lleguen un dja a armoni- zarse con el espiritu de nuestras instituciones politicas”, en una referencia tici- ta al jurado, EI I? de junio Dominguez, eleva al Ministro el junto con una nota explicativa. Reconoce a Avellaneda su contribuci haberle prestado el concurs de su “critica concienzuda y altamente ilustrada’. El problema de tuna buena administracién de justicia expone~ consiste en dar garantias de acierto a las decisiones de los tribunales y hacer que los juicios sean breves y oe graves, sin perjudicar a la Tegtime defense de Tos Iitigantes. Ala s0- lucién de este problema tienden las disposiciones combinadas de los dos pro- yeetos, “sin entrar en caminos desconocidos, sin intentar innovaciones violen- tas que exigirian mis serios y detenidos estudios”, I plan de organizacién y competencia de los triburiales separa las fun- ciones judiciales de los jueces de paz de campatia de las administrativas, ins- Uituye en Ta campafia jueces letrados en lo civil y comercial, amplia las juris- dicciones inferiores, limita las instancias a una 0 dos y sélo por excepcién concede la tercera, y regula la responsabilidad civil y penal de los jueces. Cita como base del proyecto sobre procedimientos a la ley N® 50 y a las jue Te sirvieron de modelo, las leyes de enjuiciamiento espafiolas de 1855 y {Bt0, yet Cédigo de Procedimiento francés" Con estos clenenton, otros cd 27 Teyes do Europa y Amésia, algunos de sus mis acreitados comentado- res, las “opiniones de Auestros hombres competentes” y “lecciones de la ex- periencia y de una atenta observacién”, es decir, teorla y prictica, razén y experiencia unidas, formé —son sus palabras— un conjurito que respondiera necesidades mis apremiantes, Como puntos principales del proyecto menciona a los siguientes: hace todo lo posible por imprimir a la tramitacién de los juicios un movimiento més rapido, simple y econémico (téminos perentorios, acumulacién de acciones, 5 CUTOLO, VICENTE OSVALDO, misabl pics” del Cabldo {Jorge Echo. ‘Nuevo diccionario biogréfico argentino (1780- verria, Miguel Garcia Reminder y Emilio 1990), t. Il, Buenos Aires, 1969, pp. 382-3, A’ Agrelo al Superior Tribunal de Justicia ‘2 Los tres jueces de primera tnstanola el 20° do junio de 1871, “Mas Juoces”, en en Jo civil de Buenos Aires expondrin an- La Tribuna, 11 de julio de 1871). gustindos que desde muchos fos atris so 88 Proyecto de ley de cnjuciamtento Viene aglomerando un erectente nimero de ge sobre “organtactn ‘expedientes para cuya sola tramitacién ya no y competencla do lor tribunales. Preparados i es basta Ia mis asiduay constante con por eneargo del Gobiemo de ia Provincia tracciin 'y que so sienten”impotentes para por el doctor don José Dominguez, Buenos ‘Aires, 1868, pp. XIF-XV. remediar el mal, no obstante eu ingente la- bor, cumplida “en “una reducida, fray La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 27 desestimacién de pruebas impertinentes); adopta para Jas pruebas un sistema de publicidad y de franqueza; impone a los litigantes la obligacién de consti tuir domicilio en el lugar del juicio; prohtbe que los autos salgan de la oficina; reconoce a todo ltigante el derecho de valere o no de abogndo para su de- fensa; Ie concede la libertad de hacerse representar por cualquier persona de su confianza; fija reglas para la regulacién de los honorarios y liquidacién de Jas costas; establece un orden fijo para el reemplazo de los jueces y dems frmcionarios judieales sin recur al medio onetosfsimo. de los ‘nombramien- tos especiales, y suprime Ia prisién por deudas, adoptando sustancialmente, Jas ideas ‘predominantes en os Estados Unidos y siguiendo un movimiento “tan conforme con los preceptos del Cristianismo y con el espiritu de la época en que vivimos” *, El proyecto suma 749 articulos. Explica mis tarde Dominguez que no dispuso del tiempo suficlente para presentar conjuntamente una sucinta exposicién de los motivos que lo guiaron en su elaboracién, al menos respecto de los puntos opinables y que se reser- vaba suplir en lo posible la falta cuando se acercase el momento de considerar las reformas; que la oportunidad se presenté cuando fue nombrada la comi- sién revisora y uno de sus miembros le comunieé que iban a conferenciar con 4), pero Ia conferencia munca tuvo lugar. ‘Con motivo de Ta aparicién del proyecto, Miguel Esteves Sagui publica en la Revista Argentina, de Buenos Aires, Ia primera parte de un proyecto pro- pio, qu tenia escrito “desde aoe ates! y que trata de ln onganzacén y at juciones del Poder Judicial. La segunda parte, relativa al procedimiento, aun- que promete publicarla més adelante no lega a darla a conocer. Lo conocido, redactado en un estilo arcaico, est’ de todos modos retocado para hacerlo concordar con el que todavia es proyecto de Cédigo Civil ®, C. El Superior Tribunal de Justicia impulse la codifleacién En nota al gobierno del 21 de febrero de 1870, el Superior Tribunal fe repro- ccha Ia negligencia con que se trata el proyecto de Dominguez. Rememora que Tabu ef periodo lefislatvo de 1868 usb de Ta facutad que le confiere el articulo 126 de la Constitucién y presenté a la Asamblea Legislativa un in- forme indicativo de une serie de medidas de urgente sancién, informe que después de le{do pas6 a los archivos. Formulado después del proyecto de Do- minguez, terminé ese afio sin que nada se hiciese y que s6lo a Ia mitad del jerfodo de 1869 se dicté una ley mandando que se nombrase una comisi6n fe fuera del seno de las cdmaras para revisarlo, El Tribunal, atacado por la % La prisiin por doudas la Himita los ton 86 onan, tarp, gree, fen 0” ensenaciin de sus benes” por Teal com Anima de deftaedar al acendor, fo vehementersorpechas_ de ntetar cer foy'tso de faode 0 engnio al contacr la olay deat @ deri, 30 got rc eatureseablignda a entogee,y prdl- ESS conideables et foogo (aroul 818). fara que se decrte Ie prstn i devda debe tener un monto minim de_tes mil pesos (Gree S21). Ein exentos lor metores, is toujeres, los mayores de setent ats, los ebayuges en favor del otro, entre ascen Gientes, descendiontes, colaterales hasta l feuarto” grado inclusive, por consanguinidad ¥. segundo por afinidad (articalo 522). El Hempo méximo do la prsién es de tres meses (artlenlo 523) (Idem, pp. XXUI-XXV1). 8 Reforma ‘La Tribuna, 21 de Junio do 1870). "La. publicecién se hizo en forma fragmentada’ Comienza en el tomo Tl; co- replies « 1868, y conciye en ol 1¥, 8 Mbelardo Levaggi opinién piblica a causa del mal funcionamiento de Ja justicia, traslada la res- ponsabilidad a la Legislatura, U ‘A la acusacién de que se resiste a las reformas, contesta a su vez expre- sando que “quiere mis que nadie, las que sean necesarias, © identifichndose con el proyecto destaca sus métitos, consistentes en asegurar: S12 dena re, djndo ae voluntad de too iganie,el valese 0 mo de abogado, La libre representacién, emancipando a los ‘itigantes de los curadore peientados,y dindoles el’ derecho! do hacer ropresentar en por quien més le convenga. La misma emaneipacidn de los contadores piblicos. El establecimiento de reglas equitativas para la estimacién de honorarios de todas estas personas y demis funclonarios que intervengan en los ulcos. La institucién de jueces para lo civil y lo comercial en los departamentos de cam- pafa, hnciendo cesar ln concentracién actual de los tribunales en el recinto de esta ciudad. La separacién e independencia absolute de los escribanos que tengan registros y los que hayan de actuar en los juicios, La limitacién hasta un némero muy reducido de Jos escribanos de actuacién... Abolicién de la prisién por deudas que no procedan de delito o fraude, Un breve medio pro- Visorio pare enjulciat a los"jucces y hacer efectiva su responsabilidad civil y penal, Aboliciin de la prueba secréta... un procedimiento expeditvo, expert mentado ya en muchas’ partes, y calculado para que la ‘adminitacion de js ticia sea facil, pronta y poco gravosa para los que la piden” ®. Difundida ‘por la’prensa la nota del Tribunal, sé ublea ante la opinién pliblica en situacién de abanderado de la reforma. D. Doble revisién del proyecto de Dominguez. Proyectos de 1870 y 1872, El tratamiento dado por la Legislatura al proyecto dista, en verdad, de la ia que el problema requiere, En la Camara de Diputados, donde queda sadicado, Isaac P. Areco, miembro de la Comisiin de Legislacién, presenta un proyecto por el cual el Poder Ejecutivo someteré el trabajo de Dominguez al examen de una comisién de tres abogados. Aunque en la Comision de Legis- Jacién figuran especialistas, por otras atenciones que tiene no se considera en condiciones de estudiarlo. La iniciativa prospera, pese a quienes opinan que Ailataréindefinidamente la sancién del obigo,y se converte en ley el 7 de julio de 1869, Por decreto del dia 22, el Poder Ejecutivo procede a nombrar a Juan Carlos Gémez, Octavio Garrigés y Juan Agustin Garcia, E15 de marzo del afio siguiente los nombrados elevan al gobiemo el nuevo yyecto de ley sobre organizacién de los tribunales y el II de abril un in- Ritke aconsejendo una sere de reformas al Broyecto de enjuliamiento, Ea ver de la regla de la improcrogebilidad de la jursdiceién por conve- aio de las partes, propone la inversa, dando valor al concurso de voluntades. ‘Adopta en toda su extensién la libertad para defenderse y elimina la cliusula que la restringe cuando se falta a la decencia y al decoro ‘0 se traba la marcha regular del juicio. No admite excepciones a la regla de que el expediente ori- ginal no debe entregarse a los litigantes. Las vistas de las causas y demés audien- cias deben ser siempre péblicas, por lo que priva al juez de la facultad de preseri- © Nota al minisra de Gobiemo An- Tribunal: Domingo Pica, Basilio Sales, Juan toni E, Maver suscripta por el presiden- José Alsina, Angel Medina, Pablo ’ Font, te del Tribunal, Andrés Somellera (El Na- Alejo B. Goozilez Garafo, José Dominguez, ional, 22 de febrero de 1870, La Tnbu- Manuel H. Langenheim y Carlos Tula. ‘na, idem). Integran, ademis, el Superior La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 229 bir el secreto por respeto a Jas buenas costumbres®*. Convierte en facultativa la norma que obliga al juez a repeler toda demanda que no se acomode a las reglas establecidas. Para guardar uniformidad con la justicia nacional, lleva de nueve a diez d{as el término para contestar la demanda. Impone siempre las costas al vencido y quita al juez el arbitrio de que lo pueda eximir, en razén del Principio de que’“la buena ley debe dejar lo menos posible al ‘arbitrio judi- cial’. Amplia las excepciones contra la demanda ejecutiva a “otras semejantes que tiendan a destruir o desvirtuar la obligacién o el procedimiento ejecu- tivo", Agrega un titulo sobre procedimiento en las quiebras. De 749 articulos, el proyecto pasa a tener 777°, El publicista oriental Juan Carlos Gémez es lapidario en el juicio que ‘mite tanto acerca del proyecto de Dominguez como del de la comisién que ha integrado. *...todos son malos —afirma—. Se nos han dado diez varas de frente para construir un palacio”. Las diez varas a las que se refiere son la cliysula constitucional que da ai Superior Tribunal la Superintendencia del Poder Judicial. Cuando In ciencia politica clama por la descentralizacién .ga con hipérbole— el Tribunal es “la més espantosa centralizacién de poder que en nacién alguna se haya jamés conocido” ©. ‘A todo esto, el 7 de febrero de 1870, el Superior Tribunal dicta tres acor- dadas tendientes a corregir defeotos de Ja administraciin de justicia. Por una de las acordadas reitera a los jueces Ia obligacién que tienen de informarle pe- Hiédicamente de los asuntos en trimite, “siendo indispensable la adquisicién de esos datos, ya nara hacer conocer al piblico con enactitud las tareas que ‘pesan sobre los tribunales y Ta contraccién con que cada juez desempefia las Gue le corresponden, poniéndolos a cubierto de {uicios y apreciaciones desfa- Vorables, fundadas en malos informes; ya para que sirvan de base para juzgar con acierto acerca de las reformas que convenga introducir en Io relativo a la administracién de justicia”®, ‘A ralz. de la publicacién de estas acordadas, La Tribuna reclama a In Legislatura la sancién cuanto antes del eédigo de procedimientos y, ademis, de la ley de amovilidad de los jueces. con posibilidad de reeleccién, ‘para que l pueblo sepa que es buen magistrado el reelecto y que quien no lo sea es ‘un hombre inepto para el puesto o ha sido un mal funcionario®. EI gobernador Emilio Castro y su ministro Antonio E, Malaver remiten ef nuevo proyecto a las Cémaras el 28 de junio, con un mensaje que habla de la conveniencia de aolazar la ley relativa a la organizacién de los tribunales a la de los trabaios de la Convencién revisora de la Constitucién provin- cial, que esté reunida, La Cémara de Diputados, abocada en esos dias a la ‘contideracién de otros is sobre procedimientos, de los cuales me ocu- paré mds adelante, confia a una comisién “ad hoo” de abogados de su seno el ‘han de ganar: viendo Ja actitud imponente ceste respecto arguments que Ix cexcepciin “es wna’ amenaea constante a Ta de le fusticia, viendo e6mo y por qué queda Seale general El siglo, pera administrar fus- absuelto el inocente, por qué sale condens- ticle, que es une obra de uz y no de ti do el criminal”. nicbias) esti ‘completamente desacreditado, de Tey sobre ‘orgontzacién En publicidad absolota et tn principio foe: Tipit “ee apa’ ome te eatin pet logs, Es repitada. como. la condicsn fnordat de le buena fosteia, no falta hotables pensadores que la extiman como de log Tebunalon su frtnictOn reform pre Comitéa ‘Exmminadora, Buenos At fe, 1 {© Ta Real Audlenia. Las tibunotes de la democracia (La Teibuna, 10 do marzo de Tuivalente a todas las” oftas precauctonee Teunidas "Las buenas costambres 20 a> {e tesentnse de. que se pobliquen Tor dele tos, la fins y las laqueras de la sociedad: 1870). $i La Tribune, 9 de febrero do 1870 © Lor fuoces fnatancla (11 febrero de 1870). _Abelardo Levaggt estudio, Integran la comisién los diputados Eduardo Carranza Viamonte, Juan José Montes de Oca, Manuel Obarrio, Amancio Alcorta y Adolfo Insiarte. Después de mas de dos afios de labor, esta comisin expide su informe y formula un tercer proyecto. El 1? de mayo ha debido escuchar la reconvencién Gel gobernador Casto por Ia demora, convencido de que mientras subsiteran las Teyes sobre procedimientos vigentes toda reforma seria incompleta y no podtla producir fos resultados beatles que se expersban®, La comisién “adhoc” modifica completamente los titulos dedicados a los juicios de abintestato, testamentario y de herencia vacante, copiando la mayor parte de sus disposiciones de los titulos respectivos del Cédigo Civil, vigente Gesde el 1° de enero de 1871. Basada en la misma fuente, agrega un titulo sobre protocolizacién de testamentos oldgrafos En cambio, suprime las sposcones sobre prisién por deudas —por haberla abolido la ley del 9 de octubre del mismo afio de 1872-, sobre memorias testamentarias e interdicto de obra vieja —i tuciones excluidas del Cédigo Civil y sobre quiebras y moratorias ™, En el fnterin comienzan a desarrollarse acontecimientos importantes: la eforma de la Constitucién provincial y la reforma del enjuiciamiento mediante eyes sueltas que se adelantan al cédigo. i E. Reforma constitucional de 1873 E123 de mayo de 1870 inicia sus deliberaciones a Convencién Constituyente de Buenos Aires bajo la presidencia de Manuel Quintana y con la participacién de notabilidades como Bartolomé Mitre, Valentin Alsina, Juan Marla Gutiérrez, Vicente Fidel Lépez, José Manuel Estrada, Pedro Goyena, Miguel Navarro Viola, Antonio E. Malaver, José Maria Moreno, Aristébulo del Valle, Bernardo de Irigoyen, Dardo Rocha, Manuel Obarrio, Luis Séenz Petia y Rufino de Elizalde, La posibilidad de modificar la Constitucién provincial més el descontento que se exterioriza a causa del mal funcionamiento de la administracién de justicia, concretado en Jos cargos que se formulan contra algunos jueces y es- ceribanos, convierten al tema judicial en el tema del afio 1870, La Tribuna proclama que si hay una reforma en toro a cuya bandera se han agrupado todos los partidos, es la de la reforma del Poder Judicial, en tanto que ef Su- perior Tribunal sale al paso de las acusaciones y denuncia a su vez. que “jovenes Esritores .., han levado al mayor extremo fa destemplanza del lengua, y como resultado de todo, parece que se hacen esfuerzos para que la reforma judiciaria ... se opere de una manera violenta y casi revolucionaria”*, Una de las expresiones mas importantes es el dictamen que el 22 de fe- brero emite una comisiin de abogados formada por José Roque Pérez, Juan Marfa Gutiérrez, José Antonio Ocantos, Florentino Gonzilez y Juan Carlos Gémez, en el sentido de que la justicia debe hacerse en el tiempo més corto, con absoluta publicidad y con el menor costo por parte de quien la solicite, y aque la defensa debe ser libre, aboligndose la formula “venga con firmas de Io. trado” ®, © La Tribuna, 1° do mayo de 1872. 8 Reunién de (EI Nacional, Silgueira, op. city pp. 27-29. 23 de febrero de 1870); Dictamen dela © La administracion de justiola (5 de Comisién de Abogados (La Tribuna, 23 de febrero de 1870), febrero de 1870). & Nota al. ministro Antonio E, Malae ver del 21 de febrero de 1870 cit. Ta codificacién del procedimiento ctoll en la Argentina Bi En Ja Convencién, se constituye una comisién redactora por expitulo. La dedicada al Poder Judicial la forman Andrés Somellera, presidente del Superior Tribunal, José Antonio Ocantos y Octavio Garrigés. Su dictamen prevé la apli- cacién del jurado a las cuestiones civiles entre partes siempre que éstas lo soliciten; la publicidad de las audiencias salvo el caso en que la naturaleza de Ta causa exija reserva; la incompatibilidad del cargo de juez. letrado con cual- quier ott tivo 0 administrativo; la libre defensa y la libre representacién, y el juicio politico para los jueces. E] dictamen no conforma a los constituyentes y es as{ que se nombra una uova comisién especial, con Ezoguie! A. Peeym, José Maria Moreno, Vicente Fidel Lépez, Francisoo Aleobendas, Antonio E.’ Malaver, Luis Séenz Petia, Dardo Rocha, Pedro Goyena y Miguel Navarro Viola. Su despacho, caracteri- zado por el desarrollo que hace de la institucién del jurado, se convierte en Ja parte pertinente de la Constitucién, La mayorfa de Jos articulos son aprobados sin discusién alguna, La Convencién concluye su tarea constituyente el 29 de noviembre de 1873. El articulo 30 declara que “ninguna persona serd encarcclada por deudas en causa civil, salvo los casos de fraude 0 culpa especificados por ley”; el 156, featre las atribuciones de la Suprema Corte de Justicia —nueva denominacién del Superior Tribunal incluye el conocimiento de los recursos de inconstitu- cionalidad y de inaplteabiidad de ley; los ariulos 100 a 168 organizan al juicio civil y comercial por jurados; el 169 declara la publicidad de Ia prueba; €1 170, en las easos en que no interviene el jurado, obliga a los tribunales cole- giados a votar separadamente las cuestiones de hecho y las de derecho; el 171 ratifica el principio de la fundamentacién de las seniencias; el 172 establece Ja publicidad de los procedimientos “a menos que a juicio del tribunal ante quien penden, la publicidad sea peligrosa para Jas buenas costumbres”, y el 173 instaura la libre defensa y representacién, Entre las disposiciones transito- ‘las, el articulo 217 prescribe que si la Legislatura no dicta las leyes de reforma judicial antes del 1° de marzo de 1874, el Poder Ejecutivo nombraré a los jue- ces, la Suprema Corte observaré el procedimiento vigente en cuanto no se ‘oponga a fo ordenado en la Constituclén®, y el 228, que si en el curso del ao 1874, la Legilatura no sanlonas las leyes orginicas y reglamentarias del Foder Judicial, la Suprema Corte le propondri los proyectos pertinentes a la apertura de las sesiones de 1875 ®, F. La reforma procesal inorgénica Un jurisconsulto versado, el saltefio José Francisco Lépez, sostiene en los pri- meros meses de 1870 que todas las rémoras, chicanas interminables y torturas del litigante honrado, que han hecho de la puerta de la justicia la puerta del infiemo del Dante, con su epitafio “Voi ch’entrate perdete ogni speranzal”, bodefan quedar remediadas en poco dias con doe dspesciones: una acordada jel Superior Tribunal que prescribiera a los jueces el miximo de tiempo que Ja puerta de su justicia necesitase para abrirse al Ylamamiento del derecho, 8 Expone el derecho de procedimien- © Debates de la Conoencién Constitu- tos de esta epoca; MALAVER, ANTONIO. yente de Buenos Aires 1870-1873. Publica. Ey, Curso de procedimientos judiotales en ma- cién. oficial “hecha bajo, la direccién del teria cill y mercant, t. I (nico), Buenos convencional VARELA, LUIS V., 2 tomos, ‘Aires, 1875, ‘Buenos Aires, 1877. 232, Abelardo Levaggi y una ley de tres articulos que prohibiese Ia salida de los autos de la oficina, dame obligase a las artes a radicar domiciio dentro de las doce cuadras dei tribunal aboliendo Ja corruptela de tener que emplear meses en ditigir oficios para averiguar el paradero del ausente, y que vencido un término diese por contestado el traslado en rebeldfa. Por filtimo, reclama que se haga efectiva la responsabilidad de los jueces por los peruicios de su proceder ilegal y el re- lo de justicia™, Alejandose cada vez més la posibilidad de la. sancién del obdigo —instancia previa se considera la reforma constitucional-, la Legislatura se siente en la necesidad de anticipar algunas, las més urgentes, reformas del procedimiento, mediante el dictado de leyes sueltas y sirviéndose, incluso, del proyecto de Dominguez. La Comisién de Legislaciin de la Cémara de Senadores, que componen Rafino de Elizalde, Agrelo, Cazén y Pinedo, en base a los trabajos del Suner‘or Tribunal de Justicia, del Poder Ejecutivo y de Dom{nguez, y a la ley N? 50, formula un proyecto de diecisiete articulos sobre libertad de defensa y repre sentacién, constituelén de domicilio, poder para litigar, prohibicién de retirar los autos originales de la oficina, rebeldia y notificaciones, con la inteligencia de que puede remediar los males mas sensibles de la administracién de justicia sin que se vea afectado por las reformas de la Constitueién, como lo dice Elizalde m la sesién del 20 de junio de 18707. EI 3 de octubre se sanciona la lev, ero reducida a seis artfculos, que establecen la libre representacién, el deber de constituir domicilio, reglas nara ajustar los honorarios de los apoderados v nr0- curadores, y los Ifmites de la resnonsabilidad de los procuradores recibidos 7. EI 2 de septiembre de 1871 la Legislatura dicta otra ley, esta vez. de quince articulos, sobre divisién del Sunerior Tribunal en tres salas, dos para Jo civil y una para lo criminal, y procedimiento para la tramitacién de los recursos; de los que se interporien contra Tas sentenefas de una sala deben conocer las otras dos, Un afio después, a eiemoto de Ia lev nacional N’ 514 del 22 de junio de 1872, de abolicién de la orisién por deudas en todas las causas civiles y mer- cantiles tramitadas ante los tribunales nacionales™, la Leeislatura bonaerense dicta el 7 de octubre una norma similar para su propio Ambito {urisdiccional pero exceptuando los casos de quiebra, como sujetos a Tas prescripciones dei Cédigo de Comercio. La resistencia a adovtar en su totalidad el provecto de Dominguez v el método practicado de legislacién fragmentaria, provoca quejas en los sectores reformistas y es interpretado como el resultado de la influencia de los fueces, algunos de ellos también legisladores, que se resisten al cumplimiento estrecho ae oo Ee gine, de frit, Cuan sm decadencia, S0 reforma (La Tribuna, 10 de marzo de 1870) 1 Diario de sesiones de Ta Cémara de Senadores ile la Provincia de Buenos Atves. 4 vine gy ees de praedinentn a que la reftactin de ln prstin das soba trevoeablemente ech por Te experiencia después. dest al ‘aumentaron Tos casos de insolvencia— y por 1870, Buenos Aires, 1870, 2 Leyes u decretor oromulgados on la Provincia. de Buenos Aires desde 1810. a 1876. Recopilados ¥ concordados por el Dr. PRADO Y ROJAS, AURELIO, t. VI, Bue- nos Alres, 1878, 70 Fn su menseje del 24 de mavo de 1872, que acompatia al provecto, se refiere dl Poder Ejecutivo | (Sarmiento-Avelloneda) @ que las provincias han principiado ya €l sentimiento de a fustcia que iempide eq foolvente con et delinewente, Por ‘sefala que el poder, social que no Interviene en la formacién del contrat tno debo enoerrar al deudor en ausilio del fcreedor v que las tendencias modemas Son Jas de “tbertar Tes personas, haciendo efeo- tHvas nicamente lay ebligaciones sobre los bienes” (La Tribuna, 30 de mayo de 1872). La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 233 de sus deberes™, La prisién por deudas, el establecimiento del dor legal, Ja procuracién libre y otros puntos distintos sobre los que se ha legislado son tratados en el proyecto —se dice, en cambio muy poco se ha hecho para su adopcién general y absolutamente nada con respecto a la responsabilidad de Tos jueces, que es “el punto de mayor importancia” *. EI descontento esti en el orden del dia, F. J. Fazio publica en 1872, en forma de folleto, Ia serie de articulos que escribiera para La Opinién con el titulo de Administracién de justicia. Culpa a la centralizacién judicial y 2 las vetustas leyes de procedimientos de que las més sencillas cuestiones se eter- nicen y muchas queden abandonadas a causa de los trimttes onerosos y el cansancio de los litigantes. Propone que las partes deban concurrir a las ofici- nas a efecto de ser notificadas y que se establezcan términos fatales para cortar la chicana. Deseribe los bochornos de las quiebras y concursos y postula la movilidad de los magistrados. Para La Prensa, aun siendo malas las leyes, Ia principal fuente del des- quicio esti en algunos magistrados que ocuan sus asientos contra el torrente de la oninién piblica que los condena y en la falta de energia del Sunerior Tribunal, que no levanta Ta vor contra ellos”. “Varios Procuradores” le hacen al mismo reproche de complacencia””. En vista de este clamor, la Comisi6n de Legislacién del Senado pronone aue se nombre una Comisién’ de Investiga- cién, con cinco senadores. para analizar Tas causas de estos trastornos en la justicia y aconselar medidas para removerlas, ademas de propiciar la recusa- cién sin causa de los jueces, hasta por dos veces”. Por no haber dictado Ia Legislatura, antes de 1875. todas las leyes orgit eas y reglamentarias previstas en Ia Constitucién, la iniciativa pasa a la Suore- ma Corte. En acuerdo extraordinario del 6 de febrero de 1875. con Ia partici- pacién de Manuel M, Escalada, Sixto Villegas. Aleio B, Gonzélez, Sabiniano Kier v Andrés Somellera, comienza por reglimentar el artfculo 169 de la Constitueién, que determina Ta produccién ngblica de la prueba. La acordada respectiva consta de treinta v dos articulos, nor Tos cuales las posiciones deben ser absueltas en audiericia miblica. la narte que las presenta puede reservarlas hasta Ia audiencia. una y otra nueden hacerse. las preguntas y observaciones que izguen convenientes con nermiso y por medio del juez; a los efectos de la prueba testimonial las partes deben vresentar el interrogato- io v una lista de los testigos, con exoresién de sus nombres, vrofesin y do- micilio; la citacién al testigo debe hacerse bajo anercibimiento de ser condu- ido por la fuerza niiblica; vencido el término de prueba, el secretario ha de Gar inmediata cuenta al fuez, quien mandard agregar las pruebas producidas a Tos autos’ ‘A. propésito de esta acordada, EI Nacional refiere dias después que un fuez de primera instancia, fundado en la misma y preseindiendo del articulo 169 de la Constitucién, para ordenar la prueba testimonial exigié la, presenta- cién previa del interrogatorio. Esta es una forma esencial de In prueba secreta comenta— porque era el escribano quien la hacfa absolver, pero bajo la nueva forma no hay ni debe haber nada escrito. EI objeto de la prueba pdblica es, 14 Organizactén de Tor tribunales. En- nistraciin do (La Prensa, 13. de juts ved (El Nectnl, 18 de agpto tare, 2879) tyetene , igtryactin de ust (Lo Tb I Prdtns jules (Bl Nadel, 11% 6,8 se 1872), de mara de 1872). See ee eects disadee por 178 Proyectos importantes sobre la admi- Ta Suprema Corte, et, tl, pp. 89-64 234 Abelardo Levaggi precisamente, cortar los abusos de aquélla e impedir los medios que las partes ¥y los testigos tienen de informarse de antemano de las preguntas sobre las evales van a ser examinados. La prueba ptblica —afirma— duda hasta de la fe de los funcionarios encargados de reservar los interrogatorios, Tiende a darle al juez los medios para analizar las declaraciones en la improvisacién verbal de las preguntas y Be las respacstas*®, El impulso de la Corte no se detiene. Cuatro dias después, ante la necesidad aque hay de tomar medidas aque scapan a sus facultads, presenta al Poder Ejecutivo un proyecto de ley de siete articulos, Ios tres primeros sobre el modo de formular la demanda y demés escritos, los tres siguientes sobre la prueba iblica y el siltimo, sobre la transitoriedad de Ja ley. Las ideas y principios proyecto —expone Ja Corte— tienen en su favor el asentimiento universal de la ciencia, han sido consagrados en los oédigos més acreditados y estin recogidos por las leyes de Ja justicia nacional y por el proyecto de enjuic tien civil que mereeé Ia sancién de la Cémara Ee Dipatados, obviamente, el jominguer Tnsistiendo con el método de reforma inorghnice que viene practicando, Ja Legislatura sanciona el 9 de agosto de 1875 tna ley de nueve articulos re: jlamentaria de las notificaciones en la oficina y en el domicilio, aspecto que Fern desartado al ditase la ley dl 3 de octubre de 1870, Side que en el proyecto de Dominguez, su fuente est en Ia ley nacional N? 50, Con el mismo iterio, el 22 de junio de 1876, en un articulo, decide que para los términos judiciales s6lo se cuentan los dias habiles. G. Proyectos de la Suprema Corte de Justicia En 1874, segtin se infiere de fuentes indirectas, la Corte formula con carkcter urgente um proyecto de ley, con el objeto de reglamentar los procedimientos de manera de ponerlos de acuerdo con las nuevas disposiciones constituciona- Jes, en particular Jas referentes a la prueba pablice, reglamentada s6lo en forma transitoria por el tribunal. Aprobado primero por el Senado, la Cémara de Diputados lo transforma en ley el 22 de junio de 1875. Entre sus 68 articulos figuran los siete del proyecto del 10 de febrero, La ley sobre “procedimientos para presentarse en juicio” constituye un vance respecto de sanciones anteriores por su mayor extensién, Sus articulos concuerdan, a veces a Ia letra, con los del to de Domfnguez. Tratan de la demanda y contestacién, pero sobre todo de la prueba, hasta la conclu- sién de la causa para definitiva, Establecen que “siempre que se hayan alegado hechos conducentes, acerca de los cuales no hubiere conformidad entre las par- tes, aunque éstas no Jo pidan, el juez recibir Ia causa a prueba” (articulo 4°), Esta s6lo podré versar sobre hechos que hayan sido articulados por las partes feni sus escritos, pero si estuvieren conformes en que se fallase’ la causa sin recibirla a prueba asi se hari. Si la prueba se produce dentro de Ia misma loca lidad el término no debe exceder de treinta dias. Contra el mismo no se admite restitucién. Las actuaciones de prueba se practican en audiencia pablica, salvo Ja necesaria reserva para evitar escfndalo, Al tratarse este punto en la Cémara % La prueba testimonial en la prue- 2 Diputado FONROUGE, JULIO, en ba piblica’ (EL Nacional, 3 de abril de In sesiém del 21 de junio de 1875. Diario 1873). de Sesiones de la Cémara de Diputados de la i Acuerdos y sentencias dictados por Provincia do Buenos Aires. 1875, ‘Buenos a Suprema Corte, cit, tl, pp. 86-88 nota, Aires, 1873. ~ Ta codificacién del procedimiento civil en la Argentina de Diputados Rafael Hernéndez. propuso sin buen éxito que las sefioras no fuesen obligadas a comparecer en los juzgados y que sus declaraciones fuesen recibidas en sus domicilios. Cuando las pares prtenden producir prueba de tetigos, deben designay los hechos sobre los que ha de recaer, presentar la lista de los testigos y el interrogatorio. El juez la manda recibir s6lo “si la prucba testimonial fuese admisible en el caso y los hechos pertinentes” (articulo 39), La fuerza probato- tia de las declaraciones de los testigos, asi como la de las tachas que se les ‘oponen, deben ser apreciadas por los jueces segiin las reglas de la sana criti- as, ‘La Corte no se declara satisfecha con los resultados aleanzados hasta el momento, Se queja de que “no se ha hecho en nuestro sistema de procedimien- tus sino reformas parciales sobre la vieja tramitacién” “, Aspira a ver coneretado el ideal de] codigo en el que esté encerrado todo el derecho de Ios procedi- inintos. A todo esto, ol proyesto de Dominguez, pese a que ya se cuenta con la nueva Constitucién y a la media sancién de la Cémara de Diputados, sigue paralizado, No ha prosperado una iniciativa del diputado Carlos Pelle- sini dl 26 de marzo de 1879 en el sentido de, que ge sincionse exp fuerza ley el texto del mismo modiicado por la comisién “ad hoc” de la Cémara ®, En vista de esta situacién, la Corte presenta el 12 de agosto de 1875 un nuevo ecto de ley de enjuiciamiento civil y comercial, con la firma de los minis- tros Escalada, Villegas, Gonzélez y Kier. En el mensaje adjunto expone que ante la urgencia existente debié utilizar los proyectos anteriores de 186, 18/0 y 1872, cosfeeonadoe en povencia de las leyes de procedimientos de las naciones més adelantadas, Se refiere, desde Tuego, al proyecto de Dominguez y a sus modificaciones. Explica que cada tuno de los articulos ha sido examinado y discutido por los miembros del tribu- nal, quienes introdujeron nuevos titulos y articulos e hicieron muchas altera- ciones en los existentes, de acuerdo con la nueva Constitucién y la experiencia adquirida en la prictica judicial. Los titulos zelativos a los recursos fueron transformados casi por completo y se incluyeron los recursos de inaplicabilidad de ley y de inconstitucionalidad, Se abstuvo de regular los jurados de prueba y pericial por tratarse de innova- Clones delicadas, ontrovertidas en los pocos patses en que rigen y que Fequie- ren mayores estudios para el éxito de su reglamentacién, El proyecto legisla hasta el juicio en rebeldia y no se ocupa del juicio ejecutivo ni de otros juicios eciales contemplados en los proyectos anteriores. Al trabajo de la Corte se refiere J. Honorio Silgueira , pero su texto es hasta el momento descono- ido. El 24 de agosto de 1875 ingresa en la Comisién de Legislacién del Sena- do, compuesta por Rafael Ruiz de los Llanos, Martin Bustos y Manuel Obarrio. Séjo el 24 de octubre del afio siguiente informa Ia Comisién a la Cémara por intermedi de Ruiz de los Llanos. El resultado es un to més, el quinto, Dice el miembro informante aque #8 ha basado en el abajo de In ‘Contd pero que dado su caricter parcial fa debide completaro,redacando toc nuvos itulos, tantos como contenia el proyecto del tribunal, Para confeccionarlos, tuvo por fuente principal af Projo do in Chmmn de Dipotedze sanctonedo. on 1673, pero como también * scrcton promulgedor en ley sentencas ditador por le Suprema Corte roi te Bust ec eRe” Saeeeges iegaan” Pr Sor eXremorn,promatada al Poder Ue” SIEGUBIRA, op ap 90. ilativo el 10 d6 junio de 1810, Acuerdos ® Op, cit, pp. 35-98. 236 Abelardo Levaggi ‘ea deficiente, pues no decia nada respecto al juicio de concurso civil, debié ‘voir su falta con ta Ley de Enhciamiento espafola Las modificaciones hechas al texto de la Corte, manifiesta que son “de ‘nueva redaccién’”, excepto en un punto fundamental, el recurso de inaplicabi- lidad de las leyes, que segin la Corte no podia aplicarse sino cuando la senten- cia pronunciada en diltima instancia fuera revocatoria de la de primera, Ahora 'a Comisién, siguiendo la opinién del ministro de la Corte Alejo Gonzilez Garafio, lo concede en todos los casos, porque al ser uno de sus objetos esta- blecer la jurisprudencia para los casos dudosos no debe limitarse esta posibili- Gad. El proyecto totaliza 872 articulos. La Cémara termina de sancionarlo el 28 de octubre®™ y en este estado pasa a la de Diputados, donde duerme un suefio de dos afos. En sus memori Gel 10 de junio de 1876 y 28 de julio de 1877 la Corte no deja de recordarlo, Sobre todo en la segunda, pone de relieve que las leyes que reglamentan los procedimientos judiciales se prestan a todo género de dilaciones 'y de abusos, que hace largo tiempo que su mejora es reclamada por la opinién viblica, que es indispensable imprimir a la tramitacién de los juicios un movimiento més ravido, simple y econdmico, y que todas estas condiciones se encuentran contempladas en el proyecto ®, Ante lo infructuoso de sus exhortaciones, y sin el temor de parecer inopor- tuna, el 21 de mavo de 1878 reitera al Poder Legislativo sus proyectos, formula dlos de acuerdo con la experiencia, “sin cuyo caudal Ia ciencia abstracta vaci- larfa en Ia eleccién de los medios, o se exnondrfa més frecuentemente al error”, y que propenden a Ia ranidez del procedimiento, a Ia disminueién de honora Fio8 y costas, a la reglamentactén de los recursos y a la responsabilidad de los magistrados. Indica la necesidad de librar a los jueces letrados de los pleitos de menor cvantia que consumen su tiempo y Ie coartan el que require la meditacién y estudio de los innumerables v graves asuntos del diario despacho. Onina que de este modo el despacho diario sera nosible, limitadas las articulaciones; evitada la peregrinacién y pérdida de los autos: con la prictica de las notifica- siones en Ja oficina; los términos perentorios; Ia reglamentacién de las apela- clones y otros recursos que Ia mala fe convierte en suplicio dl Titigante hon- ado, Catisada de esperar en vano, por acuerdo del 8 de junio Ia Corte reela- menta en quince articulos los recursos de inaplicabilidad de ley o doctrina Tegal y de inconstitucionalidad ®, H. Ley de Enjuiciamiento Civil y Comercial de 1878 Dos veces el Senado debe recomendarle a la Cémara de Diputados el decnacho del proyecto sobre eniniciamiento. Finalmente, el 21 de octubre de 1878 se aboca a su consideracién, Han pasado diez afios desde que Dominguez formu- Jara su proyecto, Sarmiento, hablando en nombre de la Comisién de Legislacién, propone que sea sancionado a libro cerrado, por su imposibilidad de ocuparse de un ® Diaro de Sesiones de le Céimara de #8 Acuerdos y sentencias dictador por Senadores de la Provincia de Buenas Aires. la Suprema Corte cit, tI, p. 582. 1676, Buenos Aires, 1876, El proyecto se ™ Idom, t. I pp. T1-T8. reproduce en pp. 680-796, Idem, pp. 53-54 . a et ella a linn aetna ited La codificacién del procedimiento civil en la Argentina 237 trabajo tan largo y laborioso, Es —afirma— lo que se hace en todas partes del mundo, dando un voto de confianza a los autores y corrigiéndolos mas tarde con el ejercicio de la prictica y por medio de leyes. Se aprueba, en efecto, a bro cerrado y al misino tiempo se nombra una comisién cencargada de proyectar las reformas, La integran Sarmiento, Molina Arrotea, Obligado, Cantilo y Villamayor® La ley es prot €1 31 de octubre y, de confor- midad con su articulo 867, entra a regir el 1° de enero de 1879. Los 749 ar- ticulos del proyecto de Dominguez se han convertido en 872. ‘La Ley de Enjuiciamiento —primer oddigo de procedimientos de la pro- vineia de Buenos Aires— adopta los principios de libertad de defensa y de re- entacion, de fundamentacion de las sentencias, de publicidad de la prueba, le sana critica para la apreciacién de la prueba testimonial, de la doble instan- cia, de abolicién de la prisién por deudas, y el principio dispositivo, sin per- juicio de reconocer al juez la facultad de ordenar medidas de prueba para me- jor proveer, de fijar los hechos sobre los cuales debe recaer la prueba testimo- nial y de convocar a las partes para avenirlas, or otro lado, exige la constitucién de domicilio, la presentacién de copias simples de los estrtos la consulta de los autos originales en a oficina salvo casos determinados, la notificacién —en principio— en la secretaria, la pro- Guceién de la prucba dentro del término y sb sobre los hechos article, que las conclusiones “terminantemente asertivas” de peritos diplomados ten- gan el caricter de prueba, legal poi que la parte, vei. sea liberada el pago de las costs; declara procedente el reeurso de inaplicabilidad de ley contra todas las sentencias definitivas de las cimaras de apelacién; mantiene auto “de solvendo” en el juicio ejecutivo y declara la inembargabilidad de determinados bienes. Glosando Jos articulos de la ley relativos al juicio ejecutivo, Juan A. Gonzilez dice que al ordenar el despacho de la efecucién sin audiencia del demandado rectifica la mala préctica seguida por algunos juzgados que per- mitian al deudor suscitar controversias propias del juicio ordinario; que es en favor del acreedor, el orden que fija para el embargo de los bienes; que la suspension y préroga del témino de prueba sélo es, posible si media la con. formidad de ambos litigantes, porque la brevedad del juicio ejecutive no se establece tinicamente en beneficio del ejecutante, y que se suprime todo alegato eserito en la segunda instancia®, I. Cédigo de Procedimientos en materia Civil y Comercial de 1880 El triunfo de la idea coificadora en, Buenos Aires se ha comprobado que fue sélo parcial, desde el punto de vista formal, ya que el contenido del eédigo se- guia abierto a la discusién, La comisién revisora establecida se integra el 28 de mayo de 1879 con Antonio Bermejo, Ceferino Araujo, Angel E. Casares, José Marfa Cantilo y Luis Correa Larguia, quienes tras cinco meses de labor formulan el proyecto que la Cmara de Diputados trata el 10 de diciembre, Bermejo es el encar- gado de producir el informe, % Diario de Sesiones de le Cémara de® El juicio eecutivo segin la nueca Diputados de la Provincle de Buenos Aes. Ley de Erfuiciamiento Cicily Comercial. ‘1878, t. 2, Buenos Aires, 1879, ‘Asotada y" concordada por GONZALEZ, JUAN A, Buenos Aires, 187s, 238 Abelardo Levaggi juzga con severidad a la ley. Dice que apenas cuatro meses después de su raat geisn a Cémara compen gin Ta necesidad de su reforma era un ‘clamor piiblico”, por adolecer de “defectos capitales” en algunas de sus dis- posiciones, a tal punto que “podré llegar a ser todo lo que se quiera con el andar del tiempo, menos una cosa: peor de lo que es”. Expone que con el auxilio de juristas como Luis V. Varela, Juan Coronado. el camarista Bunge y los jueces Dimet y Fonrouge, y de otros diputados, la comisién —en la que estaban conciliadas “las ensefianzas de la ciencia, Tas inspiraciones de la teorfa, con la experiencia de Jos hechos, la prictica del foro 1s enigencias mismas de nuestra actual organizaionjudicira™— eomprendié la necesidad de apartarse de los dos extremos: el prurito de simplificar exa- geradamente las formas de la tramitacién judictal con riesgo para la defensa, ¥ el exceso de precauciones y de formalismos, ‘Aun acatando Ia norma corstitucional, ealifica de indtl a la bre defensa, porque nadie deja de recurrir a un abogado cuando tiene que Tamar a las puertas de los tribunales, y de ventaja muy dudosa a la libre representaciOn, gue no figura en las leislaiones espaol, italiana, francesa ni ingles, porque Ia intervencién del procurador “iguala 1a condicién de los litigantes, colocando a un mismo nivel al pobre con el rico, al ignorante con el sabio; y lo que es mis: da a la discusién judicial la elevacién, el caricter desapasionado y clen- tifioo”. Como en la ley N? 50, el s6lo exige copia de los escritos de los aque dob dase tralad; acters el tekmite do le natieactones en el domo J.r2deo, do garantas las noificaciones en la seeretaria; apartindose ahora de Ia ley N50, suprime el tramite de fjaciin de los hechos Ye prueba por el juez, pues “de Ta actitud completamente pasiva que aquél debe. asumnir para conservar al abrigo de toda sospecha su rectitud e imparcialidad”, como tam- bién Ia facultad de juzgar de la pertinincia de las pruebas, en una’ acentuacién del principio acusatorio, propio de la prueba piiblica; cuenta el término la interposicién del recurso de inconstitucfonalidad, no desde Ia promulgacién de la ley cuestionada, sino desde que ésta afecta los intereses del querellante; tstango abolida 1a priién por deudas, facta el embargo preventive para ase- gurarle al acreedor su garantia real, que son Jos bienes del deudor; suprime auto “de solvendo”, introducido en Ia préctica de los tribunales patrios s5lo por humanidad, a causa de la existencia de la prisién por deudas, para darle- al deudor Ia oportunidad do evitarla mediante el pago; fija un procedi- miento més expeditivo para Ja ejecucién de sentencias®, El proyecto totaliza 815 articulos distribuidos en veintinueve titulos, tres mis que la ley, relativos al juicio de desalojo, declaratoria de pobreza y all- mentos provisorios y itis expensas. Ademés, modifica sustancialmente él ré- ‘gimen anterior del concurso civil El 13 de agosto de 1880 la Cémara joven aprueba el proyecto a libro ce- srado y el 19 To hace el Senado, en un alardo de celeridad sin precedentes en Ja materia, con la sola excepcién del titulo XXIX sobre regulacién de los hono- % Proyecto de Cédigo de Proced!. mentan: TABOSSI, JUAN CARLOS, Manual tmientos formulado por una’ Comisién Expe- sobre la prueba en materia cill y mercant, cial de la Cémara de Diputados dela Pro- [Concepeién dell Uruguay, 1881, y Nicolis tincia, Buenos Aires, 1880. El informe de Casarino, Apuntes de procedimlentos cies Bermejo en pp. 5-27. y comerciales con arreplo al programe de 1a "4 Cédigo de Procedimientos on mate- materia de la Facultad de y Clone ‘ia Civil y "Comercial de la Provincia de clas Sociales, Buenos Altes, 1895. Buenos Aires, Buenos Altes, 1880. Lo oo La codificacién del procedimiento ctoll en la Argentina 3239 rarios y costas, dada la oposicién hecha al mismo por los sectores interesados, encabezados por el Colegio de Escribanos. Federalizada la ciudad de Buenos Aires en el mismo afio de 1880, el Go- bierno Nacional, por la ley del 2 de noviembre de 1886, ratifica la vigencia del Cédigo y su aplicacién por los tribunales locales, hasta tanto el Congreso dicte la ley que lo subrogue, Filemén Posse, aun reeonociéndolo muy adslantado, Ie arbuye defector rs abren ancha puerta a la chicana, facilitando Ja, prolongncién indefinida fe los pleitos con gran ventaja de los deudores de ley ®, y El Nacional, entre los factores negativos de la administracién de justicia, cita al Cédigo, ley “ligeramente elaborada y sancionada sin discusién’, ademas de la escasez de magistrados y los centenares de curiales que medran con la prolongacién de los pleitos®. ‘No obstante los reproches, y sin perjuicio de varias enmiendas, Megard a tener una existencia casi secular. 3. Provincias del interior AL San Luis Como regién, Cuyo se anticipa al resto del pais en materia de codifieacién procesal y aunque los textos que se elaboran y, en su caso, sancionan recuerdan todavia a los tradicionales reglamentos de administracién de justicla, por su método, contenido y extensién se aproximan a los cédigos modernos. Las dis- posiciones orginicas pierden importancia frente a las estrictamente procedi- mentales o desaparecen por completo. Dentro de Cuyo, San Luis encabeza el movimiento codifieador_ con el singular proyecto de Reglamento de Administracién de Justicia —todavia la vieja denominacién— del destacado jurista mendocino Manuel Antonio Séez, Fechado el 15 de septiembre de 1887 y que le fuera encargado por el gobierno provincial en 1865%, La obra esti dividida en dos secciones, Ja primera referida a Ja formacién y organizacién del Poder Judicial, y a sus atribuciones, y la segunda a los dimientos civiles y cfiminales, desarrollados en ocho titulos y 1.095 ar- Hiculos, Sélo el capitulo IIT del titulo IT versa sobre el juicio eriminal (artfculos 486 a 529); el resto esta dedicado a los procedimientos civiles y comerciales 0 ‘a materias comunes. No Mleva exposicién de motivos. ‘Denota la influencia de la Ley de Enjuiciamiento Civil espafiola de 1855 probublemente, dela ley N? 50. Responde a los mismos fines do tod Ja le- fislacin procera! de ls dpocs: snplieidad y celedad. Par elo reglamenta s notificaciones, faculta al juez para prescindir de la réplica y duplica después de contestada la’ demanda, le encomiznda la determinacion de los hechos que deben ser objeto de la prueba y lo faculta para decretar medidas de prueba de oficio. Mantiene viejas instituciones como el secreto de Ia prueba testimo- nial, Ia restitucién del término probatorio en favor de las personas privilegia- das'y Ia prisién por deudas. % Critica al Cédigo de Procedimlentor glamento de Administracién de Justicia, Men- en lo Cicll, Buenos Aires, 1802, p. 32, a, 1867; Varios csertos dol doctor D. ‘w Adminisracién de fusiols (25 de Manuel Antonio Sdez (de Mendoza), publi febrero de 1881), cados por Carlos Briselo, Valparaiso, 1871, ‘TT SAEZ, MANUEL A., Proyecto de Rep. 34, 240 : Abelardo Leoaggi Jnclye jucons y a Is vex originales regs de sabor tradicional, como ser que “los ‘procedimientos judiciales son establecidos para averiguar la ve dad del hecho con el fin de hacer la justa aplicacién del derecho, y por consi- guiente no podrén jamés considerarse por el juez como el fin u objeto de la jus- ficia” (articulo 1298), que “la administracién de justicia es un beneficio que cada uno de los miembros sociales debe cbtener de la comunidad con el metor costo posible; no una calamidad publica o un impuesto para yreionar ren- tas alPEstado o emolumentos a ali de sus aa eados™ Grrteuto 1300) *, y ge “el principal cuidado del juez seré el de evitar los pleitos, y haciendo todo lo posible para cortarlos y no dando lugar a la formacién de nuevos” (articulo 1302). E| trabajo guarda semejanzas con su anterior proyecto de Reglamento de la Administracién de Justicia, también para San Luis, de 1857, El proyecto de Saez no se sanciona, En 1871, la nueva Constitucién pun- tana reitera lo establecido en la de 1855 sobre que Ia sentencia debe fundarse en ley anterior al hecho del proceso y que ningin juicio debe tener mis de dos instancias, pero sin mencionar el principio de la brevedad®, El 22 de julio de 1872 la Legislatura adopta la ley nacional del 22 de junio anterior y supri- me la prsién por deudas en la provincia, y el 12 de noviembre de 1878 san- ciona la Ley de Procedimientos Judiciales *, B. San Juan Copiada casi textualmente del proyecto de José Dominguez, publicado en el anterior afio, la Legislatura sanjuanina sanciona el 13 de julio de 1869 la Ley de Enjuiciamiento General de la provincia, comprensiva de los procedimientos civiles, comerciales y criminales, Consta de treinta y cuatro titulos —XXIX a YOOKLT dedicados a Ta materia criminal y 1098 artculs La Constitucién de 1878, en su articulo 12, suprime la prisién por deudas, ‘mantenida en forma limitada por la ley, al declarar que “ninguna persona serd encarcelada por deuda en causa civil, salvo los casos de fraude, especificados por ley" #2, Jujuy Otra aplicacién del proyecto de Dominguez. es la Ley de Enjuiciamiento Civil sancionada por la Legislatura jujefia el 8 de marzo de 1872 y vigente desde el dia de su promulgacién, 26 de marzo del mismo afio. Dice el informe de la Comisién de Legislacién que se le suprimié al proyecto usado como modelo lo que es inaplicable a la organizacién de los tribunales de la provincia y que se agregaron titulos que aquél no tiene, tomados de “otras fuentes que gozan de crédito” “*, El trabajo es obra del diputado Juan Sénchez de Bustamante. ® SAEZ desarolla este concepto en su la Provincia de San Luis, San Luls, 1878; antculo Adminisracién “de justo, publi- Sosa Loyola, op. ct, pp. 05-09. ado en Mendoza, el 19 de septiembre de 0! nfuicmiento Genera, sia 1867. recogido’ en Vari escrits, cit, lugar do etieion ni data, pp. 3896. 1" RAMOS, op. city IIL % RAMOS, op. oft, t. IIL 300 Leyes de Organizaciin, de los Tvi- bunales y" Procedimientos Judiolales pora ts SANCHEZ DE BUSTAMANTE, op. cit, pp. 0897. La codificacién del procedimiento civil en la Argentina wa La ley se ocupa silo de los procedimientos civiles y los regula en 783 articulos treinte y cuatro mis que el modelo—, agra caves tus tis uno de dspodiciones transitorias, Libertad de delensa y de representacién, régimen de copias para evitar la salida de los autos originales de la oficina, términos perentorios, audiencias piblicas, obligacién de los jueces de procurar avenimientos amigables, prueba limitada a los hechos articulados, supresién de la restitucién del término probatorio, mantenimiento del auto “de solvendo”, limitacién de la prisién por deudas, son las caracteristicas de la ley **. D. Mendoza Nicanor Larrain, Juan C. Albarracin y Felipe Correas redactan el Cédigo sobre Organizacién de los Tribunales y Pfocedimientos Judiciales para la provincia de Mendoza, promulgado el 5 de diciembre de 1872, En la nota de clevacién del proyecto, datada el 27 de octubre, Jos autores se manifiestan en favor de-la uniformidad del procedimiento en la justicia provincial y nacional, de concar- dar en lo posible con los obdigos generales y de la. simplificacién de los proce- dimientos para hacer Ja justicia “més répida y benéfica en sus resultados” *%. E, Santa Fe {La Constitucién que se dicta en 1872 prescribe en su articulo 17 que “la defensa es libre en todos los jicios sin exigise firma de abogedo. La. prucba, se pro; Sélo en 1882 la provincia dicta su Cédigo de Procedimientos, 108 Géadigo de Procedimtentor Cleles 19 Comentario a, Proyecto, de Cédigo ia Prodncia de ‘Tucumde. Tucamin, de Procedimlentor Ciules, pp. 1187-8, en Part MREIMUNDIN, RICARDO, Algunes ite Juridica TI, NOLO, Buenos Ales, considerciones en torno ol primer Cadigo octubre de 1886, eel cel de Tucumd, on Revista de "Te Proyecto de Lay de Esjuilamiento tudios en honor de . SKIV, ‘Ne 1 (Coarta Epoca), tl Monte. SEGOVIA, D. LISANDRO, Buenos Aires, video, 1980, pp. 1791 1875. ud ~~ Abelardo Leoaggi H. Catamarca Joaquin Quiroga redacta en 1874 para Catamarca un proyecto de Ley sobre Procedimientos, que no es sancionadlo sino el 27 de septiembre de 1881, con el nombre de Cédigo de Procedimientos de los Tribunales de Catamarca, previa revisién a cargo de Segundo I. Acufia y Vicente Bascoy ™, I. Cérdoba La Constitucién de 1870, en el articulo 10, determina que la defensa “debe ser libre en todos los juicios, sin exigirse firma de abogado; la prueba serd piblicay motivada la resolucién, fundindose en ley anterior af hecho del pioceso”. Comenta Gerénimo Cortés que coarta la defensa la exigencia de fir- ma de letrado aunque el interesado se crea competente para hacerla y entienda gue le sonviene, Se pregunta, por analogies noes cierto que a culquira se permite curarse a sf mismo sin ser médico, La publicidad de la prueba la considera uno de los grandes adelantos de la jurisprudencia modema y un error de los intérpretes del derecho romano el haber dado caricter secreto a a declaracién de los testigos, sistema vicioso y perjudicial porque da lugar @ que la malicia de los litigantes pueda inducir en error al juez, presentindole los. hhechos truncos ¢ incompletos con preguntar solamente a los testigos lo que les sonviene, En cambio, el derecho de representar, inherente a la prueba ptiblica, evita el fraude y permite restablecer Ia verdad que se trataba de ocultar. Da cuenta de que mientras no se dict6 la ley reglamentaria del articulo, hubo jue- ces que le negaron operatividad a reform proces ya estaba en preparacin. En su mensle a Ia Asam- blea Provincial del affo 1869 habfa dicho el gobernador Félix de la Pefia que era oportuno preparar “algunas reformas que sin cambiar radicalmente nuestras leyes y tradiciones judiciales evitarén difaciones y seré facil aplicarlas a las pricticas existentes” y que al efecto nombré una’ comisién de abogados para que examinaran el proyecto de Dominguez "8, E130 de octubre de 1875, la Legisatura sanciona la Ley de Enjuiciamiento iu edactada, en base al proyecto porte, por Clemente Vlada, Gexénimo Cortés y Rafael Garcia, Declara una vez més Ia libre defensa y itacién, sistema de copias y consulta de autos en la oficina, improrrogabilidad de los inos perentorids, audiencias puiblicas, fundamentacién de sentencias, con- ciliacién, acumulacién de acciones, prueba pertinente, no restitucién de los términos y resoluciones judiciales, sana critica en la apreciacién de la prueba testimonial, auto “de solvendo”, prisién por deudas limitada —todavia, no la abolicién—, normas todas que van conformando el derecho de los procedimien- tos comtin de Ia Reptblica *. 411 QUIROGA, JOAQUIN, Proyecto de cional sancionada en 1870, Cérdoba, 1873, sobre Catamarca, 1874; pp. 67-68. Cdligo te Proceimientot de os Tributes"? Sta By Nactona, 25 de juni de 1860 1 Cetomert: Sanconado poc ln H. Legilar 34 Complacion de loys = dictados tin, Catamare, 1881. n a Povinl do Cordoba eh, 1 1888, 118 Esposiotin de la reforma constitw. pp. 196-245 La codificacién del procedimiento en Ta Argentina 1. Entre Rios Adelantindose al Cédigo, Entre Rios dicta el 25 de abril de 1866’ una ley completa sobre juicio ejecutivo, que consta de 73 articulos y reconoce como fuente principal ala ley nacional N’ 50. Entre las personas exceptuadas de la pri- sién por deudas figuran “los labradores darante a covecha” El Cédigo de Procedimientos Judiciales lo sanciona la Legislatura el 9 de mayo de 1876 y entra en vigencia el 1° de agosto. Con unas pocas reformas, es el mismo proyecto elaborado por la Comisién de Legislacién y Negocios Cons- ltucionales de le Cimara Legislative, compuesta por Miguel M. Rul, Manuel de. Pinto Vieente P,Peata, Es evidente su parecido con el Cédigo santa- fesino de 1872. En el informe que acompatia al proyecto, los redactores dicen haber ‘estu- diado en forma detenida y minueiosa “toda la legislacién de procedimientos de la época” y comparado y discemido To que debja adoptarse, atendidas la pecu- Varidad del foro local y las exigencias del momento. Los fines perseguidos fue- on abreviar los juicios al mismo tiempo que garantir la defensa, hacer la jus- Hola més barata y aclarar con prescripiones terminantes la multitud de dis- posiciones encontradas y contradictorias existentes. En el capitulo de los jueces, destacan que introdujeron la importante re- forma de autorizarlos para reprimir con penas correccionales las faltas cometi- das contra su autoridad; también, que apartindose del nrocedimiento vigente suprimen la instancia conciliatoria previa, que “no ha sido hasta hoy sino tina rémora, que ha aumentado gastos a los litigantes y los ha obligado a perder tie po indtilmente”, dejando que la conciliacién la intenten en cualquier estacién del juicio. ‘Regulan la forma de las notificaciones de manera de asegurar Ia brevedad de los pleitos, para evitar la nérdida de expedientes o de piezas importantes prokiben que'salgin dele ofa, adoptan el principio de la publicidad de fa prueba, reglamentan la de testigos con mayor minuciosidad que en otros cbdigos del pais © introducen como novedad un capitulo especial sobre el mé- fito de las presunciones. En materia de recursos, tomaron el de revision de fas providencias interlocutorias de la ley N® 50, equiparon los de apelacién y stiplica con disminucién de los casos de éste —“una rémora odiosa, sin objeto y naturalmente improducente”— y regularon en forma original los de retar- Gada justicia y atentado, “Trataron de abreviar el juicto ejecutivo y el de los titulos y sentencias que traen aparejada ejecucién, y corrigieron Ia abusiva doctrina de conceder los embargos provisionales bajo la responsabilidad del solicitante, que importaba ‘el sagrado derecho de propiedad a merced de cualquiera que invocan- ‘al falso 0 dudoso nombre de acreédor, quisiese servirse de la autoridad ju- dicial como instrumento para cumplir caprichos y ejereitar venganzas”. El Cé- digo totaliza 1.002 articulos #*. Hs Ree de leyes, decrtoe yy quienes hacen lepalmente cesién de, ble- cut dee rr ee in deado Ro tors em V8) 1 tes, cE TGonepion del) Use” Caley de Broce fey, Saad Provincia tntre Rios redactado por los Hae “ste est ovine eno Roa ‘ any, STG Eee pevindss eae dats ocires Don ‘RUZ, MIGUEL. M.” Don re de Admittraiin Je Jat dat DET PINTO, MANUEL, y Doo F. PERAL- Sperone, gmnon,docora, emo capeiun(Conepes él Unig, eral bree ei ; fav tlbseas"y proferores do artes y ofleos, 1876 K. Santiago del Estero El 11 de octubre de 1875, el gobernador Gregorio Santillin nombra a Pedro Rueda para redactar el proyecto de Cédigo de Enjuctamento Civ Comercial y Criminal, que se convertiré en ley el 3 de mayo de 1876. En Ia nota de remisién del trabajo, sin fecha, Rueda expone que la re- daccién sélo le insumié dos meses y dias, que se sirvié para ello de un proyecto anterior encomendado por el gobierno de Santa Fe en 1867 y que ade- ims tuvo a la vista las leyes de procedimientos de Espaiia y de las provincias de Buenos Aires, Cérdoba, Santa Fe y Corrientes, en particular el proyecto de Lisandro Segovia, cuyo libro primero considera como “el mas acabado trabajo que ha visto la luz pablica entre nosotros sobre esta materia”. Penetrado de la conveniencia de la prontitud en el fallo, se separa de la generalidad de los cédigos para acortar Jos términos de sustanciacién y re- ducir el niimero de escritos en los juicios, procurando darle Ia mayor ampli- tud posible por comprender que “es un grave mal para Santiago del Estero continuar un dia més en el caos forense que hoy se encuentra’, E] libro dedicado al procedimiento civil tiene 1.028 articulos y el del_pro- cedimiento comercial 111, Adopta el principio de la defensa libre con Ia limi- tecién de que “se le podré exigir la firma o asistencia de abogado cuando falte a Ta decencia 0 decoro convenientes 0 trabe la marcha regular del juicio” (ar- Yeulo 90) y prevé la formacién de un segundo éxpediente con las copias que eben aportar las partes de sus escritos y-el tribunal, de las declaraciones que recibe, para que puedan retirarlos los litigantes ™*, L. Salta La Constitucién de 1875, en el articulo 31, deja sin efecto la prisién por dev- das en causas civiles, salvo los casos de fraude o culpa especificados por ley Al afio siguiente, el 8 de abril, la Legislatura sanciona Ia Ley de Enjuiciamiento Civil y Comercial #2, LL. La Rioja Bor ditimo, en esta provincia se dicta el 2 de noviembre de 1877 la Ley de Procedimientos Civiles, Comerciales, Criminales y de Juicios de Imprenta ™°, 21 Frayed ty de Orgmisacén der pte, Buenos Ae, 1044; Bats Nav, te Teale de Jey HE Clo de pe pi b Comercial 1S RAMOS, op. ot, 1 geet por encaro,da Cobion delay Rae aA ap, Provincia de Santiago del Estero por el Dr. DLRUEDA, PEDNO, Rosary 18/5: Aston’s 8 Provincia de La Rioja, Ley de Pro- Gaston,’ Historia’ del procedimiento jw cedimientor Chole, Comercial," Crimina- Ai de ‘Botiogo el Eker, S5T, on len y de Fei de’ Imprenta, Boenor Airey, Revise de Proceso, afl, Prime 1878, La codificacién del procedimiento civil en la Argentina ‘247 IV. Coxcxusiones I? A diferencia de los Cédigos Civil, Comercial, Penal y de Mineria, cuya sancién atribuye Ia Constitucién al Congreso Nacional, en materia de proce- dimientos tienen poderes concurrentes la nacién y las provincias, y calla ju tisdiccién —la federal y las catorce provinciales—, dictan sus propios e6digos. 2 No obstante dicho régimen de dispersin, ésta ha resultado ser més formal que sustancial, al adoptar las distintas leyes de enjuiciamiento y o6- digos de procedimientos normas semejantes, fundadas en la tradicién juridica comin, en los mismos principios modernos y en los mismos modelos, entre fos que sobresalen las Ieyes espafolas de enjuiciamiento mercantil de 1830 y civil de 1855, la ley nacional N* 50 de Procedimientos de la Justicia Federal y cl proyecto de José Dominguez de 1868. Esta unidad en lo fundamental no impide que los cuerpos de legislacién provincial reflejen la realidad local aun sustenten criterios originales como sucede, por ejemplo, con el cédigo a Procedimientos Civiles de Tucuman de 1873. 8 Entre una direccién ideolégica liberal iconoclasta y otra tradiciona- lista, abierta a las necesidades del presente pero respetuosa del pasado juri- dico, la codificacién procesal se identifica con esta segunda tendencia, En hingén momento las leyes quiebran la tradicién nacional en la materia, limi- tado su propésito a remozar esa tradicién con la introduccién de nuevos prin- tipios y soluciones inspirados por el espiritu liberal de la época, como ser Ja Mertad de ta defensa y de la representacién, I, imiacén de Tos poderes del juez, la publicidad de fa prueba, la fundamentacién de las sentencias y la abo- fieién de la prisién por deudas. Tanta importancia adquieren algunos de estos principios que son elevados a la jerarquia de norma constitucionel, 4 Xn Buenos Aires, donde por su gravitacién cultural, polities y_ e00- némica recae el mayor peso del esfuerzo codificador, la tarea, lejos de ser in- dividual y relativamente répida. obra de un solo jurista aprobada a libro ce- rrado, como en el caso del Cédigo Civil, es el resultado de un largo proceso, que atraviesa varias instancias y conoce la intervencién de varias comisiones ‘heesivas, y en el que tiene la més activa participacién el més alto érgano ju- dicial. Noes, pues, una obra dominada por Ja teoria sino por la experiencia, sin cuyo caudal —como sostiene la Suprema Corte— Ia ciencia abstracta va- cilaria en Ja cleccién de los medios, o se expondria més frecuentemente al error”. Los resultados que se obtienen, sin embargo, no son considerados satisfacto- ios. 5° En todas las jurisdicciones Ja codificacién se desarrolla en un obsti- nado contrapunto con Ia cuestién judicial, un debate, a veces apasionado, que fnvolucra a la estructura del poder, a la persona de los funcionarios y a métodos de administrar justicia. Como consecuencia de esta situacién, el tema de la reforma de los procedimientos se confunde en las exposiciones oficiales yen las manifestaciones de Ia opinién péblica con el de la organizacién ju dicial y el de la responsabilidad de los magistrados y otros agentes de la ad- ministracién de justicia,

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