Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Pensamiento crítico
Capitulo Bolívar
Esta apología de la democracia parlamentaria es coherente, pero nada tiene que ver con
la realidad…los parlamentarios y senadores no representan al pueblo que les dieron el
mandato, sino que los sustituyen. Entre los partidos del parlamento moderno, el lugar
de argumento ha sido usurpado por el frío cálculo de intereses y oportunidades de
poder, mientras que en el trato de las masas domina la manipulación mediante la
manufactura del consenso. La “casa del pueblo”, el parlamento, no es el lugar de la
verdad emergente, sino el mercado donde se negocia la repartición del poder entre las
facciones de la élite…En la democracia realmente existente rige, dentro del parlamento,
la partidocracia y la corrupción y fuera, la fabricación del consenso por los oligopolios
transnacionales de la adoctrinación masiva.(2).
Una de las erratas más comunes en las que incurre cierto marxismo
estructuralista consiste en construir un esquema teórico y acto seguido
hacer contorsiones a la realidad para hacer que encaje a rajatabla en el
modelo. En este procedimiento cae H. Dieterich cuando convierte a los
monopolios y al capital transnacional en una suerte de espíritu absoluto y a
partir de allí, toda acción, sea del parlamento, de la democracia formal o de
los actores sociales o políticos encuentra su acomodo explicativo en la
omnisciencia del imperio del capital. Al proceder de esta singular manera
estimamos que se estaría aniquilando a más de la mitad del proceso
histórico, pues una multitud de hechos quedarían en el limbo. Decir por
ejemplo que el parlamento, los parlamentarios y las instituciones de la
democracia formal son algo así como una franquicia de los oligopolios de
la adoctrinación masiva introduce una visión determinista, reduccionista y
simplificadora. No se podrían explicar las leyes antimonopolios, la
intervención del Estado en la economía para generar asistencia y beneficios
sociales, los fondos de pensiones serían en unos cuantos países un “lapsus
antiimperialista”. Se incurre en el mismo error cometido por la izquierda
oficialista venezolana cuando afirma, por ejemplo, que en Bolivia los
Santacruceños votaron por la autonomía guiados por el imperio. Como se
puede constatar se trata de explicarlo todo con base en un esquema
reduccionista y, un esquema que pretende servir para explicarlo todo,
termina por no explicar absolutamente nada. Ciertamente los monopolios
existen y operan tratando de imponer sus intereses, pero inducir la idea de
que todo actor, toda institución, todo órgano de acción política es una
marioneta del imperio, constituye una falacia de monto descomunal, hija de
una hiperideologización que responde al esquema binario de “los buenos y
los malos”, es esa extraña forma de ver la historia en blanco o negro, sin
matices, sin grises, sin claroscuro. Un esquema binario no está a la altura
del pensamiento complejo.
1. Heinz Dieterich, El Socialismo del siglo XXI, Libro en versión electrónica, (Internet)
con prólogo a la edición mexicana. 2008.
2. Heinz Dietrich, Ibíd; p.22
3. Ibíd; p.20
4. Ibíd; p.30
5. Ibíd; p.40
6. Ibíd p.49
7. Joseph Schumpeter, Capitalismo, Socialismo y Democracia. Aguilar, Madrid,1963,
pp.120-121
8. Carlos Marx, El Capital, Fondo de Cultura Económica, México, 1975, pp.3-26, Vol. I
9. Peter Drucker, La sociedad PostCapitalista, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 1994,p.22
10. Peter Drucker, Ibíd; p.6
11. Emeterio Gómez, Socialismo y Mercado, Editorial Metas, Maracaibo, Venezuela, p.209
12. Emeterio Gómez, Ibíd; pp.214-218