Por: Agrais Jimnez Alexis

Acarigua Noviembre de 2016

Dilogo con Bolvar

Por las inmensas llanuras del estado Portuguesa, caminos que conducen al
histrico Parque Curpa, me detuve ante una cruz cuyo nombre no se lea, estaba
deteriorada por los aos. Quise levantarla del suelo, me inclin para tomarla, y el
frio de la noche cubri mi cuerpo, mis manos temblaban, y la brisa soltaba
carcajadas de vaivn que se perdan haciendo eco al retirarse.
No entenda el por qu, y al levantar el madero, el frio se agudizaba en mi
cuerpo. Por mi mente se cruzaban las imgenes de los guerreros que
acompaaron al Catire Pez en sus travesas por la gesta libertaria, sus rostros
los vea como si estuvieran all, entre ellos un hombre de piel oscura y traje de
colores rojo y azul, que estaba al frente de un grupo de lanceros, ellos slo me
miraban.
S que es algo extrao, pero pude suponer que esa cruz era de uno de
esos guerreros que acompaaron a nuestro Libertador en la lucha por nuestra
independencia, y mientras mi mente daba vuelta tratando de entender aquello,
clarines y trompetas se dejaban escuchar con al paso de la brisa, que dejaba eco
al retumbar del combate.
Todo qued en silencio. Los guerreros se movieron cmo a dar paso a
alguien que se acercaba, los rboles se movan. De pronto, se escuch una voz
que de entre los arbustos sala y con tono de autoridad hacia m se diriga: Sigue
el camino que llevas, se es el camino de la patria, de las luchas, el camino que te
hace grande, el camino que t escuchas.
No sent miedo. Sent un gran valor, vi la silueta de un hombre pequeo
sobre un caballo blanco, y en su mano una espada, que a luz de la luna se vea su
resplandor. Me acerqu lentamente, y con el respeto que me inspiraba, le

pregunte; Quin es usted?, y en seguida respondi; Yo soy Simn. El mismo

que todos llaman Bolvar Libertador .
Como si todo fuese un sueo, volv en s, el camino lo vea ms claro, mi
pensamiento volaba con miras a la tarea que tena en mente, eran tiempos de
combate, necesitaba llevar el mensaje a todas partes, la patria nos necesita,
alguien debe tomar la iniciativa de formar hombres y mentes indestructibles, libres
con tinte de revolucin, donde se fortalezca el futuro de esta y las venideras
generaciones.