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: Wa honce/ Geograph. (2613) MSTEPLA jem d Dherchbrcs pew | Asclepio y el arte de curar J 1a creencia de que las enfermedades enfan un origen divino comenz6 a devanecerseenel siglo Va.C F ante la introduccién de la ciencia, atin incipiente, en el campo de la medicina, ‘on anterioridad a la época arcaica ( ‘yal nacimiento del ambiente ilu 3 trado y racional en la Grecia clé- sica, el arte de curar a los enfermos se ‘pasaba estricamente en el mito. La leyen- da que mejor explicabs el origen de esta sisciplina era la que narraba que el dios ‘Apolo se present6 en una ocasién ante tuna hermosa princesa lapita llamada Co- rénide y yacié con ella en un bosque de Epidauro. Aquella noche de pasién pro- 1vocé el embarazo dela joven, quien, ante la huida del dios, decidi6 casarse cuanto }> antes con su prometido, un principe de la ciudad tesalia de Larisa, y evitar ast el escarnio piiblico de ser madre soltera Cuando Apolo se enteré de que su aman- te habia contraido matrimonio, se pre sent6 en ellecho conyugalyy, en un arran- {que de célera, mat6 a flechazos a ambos {© principes. Fue un acto del que el dios se arrepintié de inmediato, pues en cuanto Cordnide exhalé su ultimo aliento, el ate rrorizado Apolo hundié su cuchillo en el Vientre de la joven y extrajo cuidadosa- ‘mente de él a su hijo. Aquella seria la pri ‘mera cesérea practicada a una mujer. ‘Sin saber qué hacer con aquel niio salvado de la muerte, Apolo lo envolvié en una tnica y se desplaz6 con él hasta el monte Pelién, donde vivia el centauro Quirén. Ain conmovido por la atroci- dad que habia cometido, Apolo rogé al Viejo centauro que se hiciera cargo del bebé y que lo educara. Para reparar la desgracia que precedié a su nacimiento —aftadié el dios al alcanzar la madu- rez su hijo debia devotver la salud a un sinfin de hombres y mujeres, El cen- ‘auro cogié al bebé en brazos y, sin més, se volvié y lo acomodé en lo més pro- fundo de su cueva, ' iE ‘TRATAMIENTOS CURATIVOS. Relieve othvode princpios del sigiow a0, procedente de santuaio _reg0 de Oropos y deccad a Anarao, herve miveo con poderescuratvs (Museo Arquecttgico Nacional Atenas) Materiales médicos Aunque los medicamentos y los materiales que utlizaban los mesicas enépoca clasica eran muy lmtacos ensunimero como ensueticaca através de os tratados hipocraticas decicados la orugia conaceras el nstrumental qu erpleaban los crujanos de ls Sos v y vaC.Es precisamente en este abt. eltratamentade racturasydstocacioes, donde se apicaba un método cient con ausencia total de elementos mag 0s. En estos tratados qurrgicos. sobre hendas en la cabeza 0 ios alurmos de la escuela las vendas deben ser pias. ves y delgadas Se les nstruye también acerca dela utileaion de compress, del abestrilo. de los entabillados y del ce ratoachesivo para endurece parla reducetén de as tractuas, se pro ‘nen compejos soportestisicns, como laescalera de trac, paral humero, ol lamado bancode Hindcrates, ara las fracturas vertebrales. Ena uma todo en Sobre ia lasvendes.¥ Aquel nifio, que recibié el nombre de Asclepio, no sélo llegé a convertirse en un magnifico sanador, sino que du rante siglos seria adorado por los hom- bres como el dios de la medicina. Al al: ‘canzat la adolescencia, Asclepio ya habie superado a su maestro Quirén en la téc nica de la cirugia y en el empleo de los ‘medicamentos que proporcionan los bos: ‘ques, como la salvia, el estramonio 0 el muérdago. Sus habiles manos llegaron 4 ser capaces de diseccionar animales ‘con una enorme precisién, extraer érga- nos y cerrar heridas con una facilidad pasmosa. Asclepio vsité entonces el oré culo de Delfos, donde conocié por pri ‘mera veza su padre. Reconfortado al com probar que el proyecto de vida que se hhabia planteado para su hijo estaba bien encaminado,el dios Apolo, le ordené que se dirigiera a Epidauro, el precioso pa raje donde habia sido concebido, y que fundara alli un gran sanatorio para po: der emplear sus habilidades en benefi- cio de los humanos. Hacia la ciencia Aunque la creencia en éste y en otros rmitos relacionados pervivi6 hasta la Ile- ‘gada del cristianismo, con el paso de los siglos el arte de la curacién fue alején- dose paulatinamente de la religion y de la supersticién popular. La liada, escrita ‘a comienzos del periodo arcaico, retrata ‘8 Podalirio y Macaén, dos sanadores que ccurana los heridios en el campo de bata: lla, y aunque Homero presenta a ambos ‘como hijos del dios Asclepio, las técni- ‘cas que emplean son mundanas y aleja~ das de los poderes sobrenaturales. Para Homero, cantor de grandes gestas pro- ‘tagonizadas por héroes de fama impere- cedera, un médico es un «hombre que vvale por muchos otros». Elhistoriador Herédoto, a su vez, nos cuenta el caso de Democedes de Crotona al que considera wel mejor médico de su épocay (segunda mitad del siglo vi a.C.) 43 yy narra su trayectoria en un emotivo ex- curso: después de ejercer su profesién en la {sla de Egina, en Atenas y en la corte del tirano Policrates de Samos, Democe- des fue esclavizado por los persas, quie- ‘nes lo condujeron hasta el palacio real de Dario; ali tuvo ocasion de demostrar sus habilidades y conocimientos curando una

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