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MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL

Grecia

Bibliografía
Para más información sobre éste y otros vasos griegos, pueden consultarse:
• CABRERA BONET, P. (2003): “Cratera de columnas con la entrega de las armas a Aquiles”, en La colec-
ción Várez FISA en el Museo Arqueológico Nacional. Madrid, pp. 154-157.
• KOSSATZ-DEISMANN, A. (1981): “Achilleus”, en LIMC I. Zürich, pp. 37-200.
• BEAZLEY, J. D. (1956): Attic Black-Figure Vase-Painters. Oxford, pp. 85-88.

Recomendamos la lectura de dos textos clásicos:


• EURÍPIDES, Las Bacantes. Obra fundamental para entender cómo era el mundo que giraba en torno a
Dioniso.
CRATERA
• JENOFONTE, El banquete. Aunque se trate de una obra menor, refleja con gran verosimilitud el ambien-
te festivo de este tipo de reuniones. de columnas
Texto original: Ignacio M. Pascual Valderrama, octubre 2008

Revisión del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández (Dpto. de Difusión)
NIPO: 551-09-006-X

Museo Arqueológico Nacional


Departamento de Difusión

Tesoro a tesoro: descúbrelos


Serrano, 13. 28001 Madrid
Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840
http://man.mcu.es
Este magnífico vaso griego, llamado de un guerrero: coraza, casco de alta una escena dionisiaca, representada el espacio que separa las dos escenas del
cratera y fechado entre el 560 y 550 a. cimera y largo penacho, y lanza. Resulta por doquier en los vasos griegos en vaso, marca la transición entre ambos
C. sirvió para mezclar el agua y el vino digno de mención el realismo de las general, y en la colección del MAN en mundos, el civilizado de Aquiles, y el
consumidos durante la reunión o sim- armas, que coinciden exactamente con particular. salvaje del cortejo dionisiaco, donde
posio que, tras la comida, congregaba las que llevarían los guerreros de la reina el caos, la sensualidad, la sexuali-
exclusivamente a varones de la élite ate- época, a juzgar por el material hallado La figura central, dotada de gran movi- dad irreprimible, la irracionalidad y la
niense. en las excavaciones. El pintor ha queri- miento, semidesnuda y con el cabello capacidad de transformarse en otro. El
do representar una escena de despedida: alborotado, es una ménade, mujer que pájaro corrobora esta idea ya que se
Por sus grandes dimensiones y por la el joven desnudo se va a poner las armas formaba parte del cortejo de Dioniso y consideraba que las aves, al poder volar,
amplitud de sus superficies, las crateras que portan las mujeres (quizá, de su que, por medio del baile desenfrenado, eran capaces de aunar ambos mundos.
resultaron idóneas para plasmar com- familia) para ir a la guerra. Pero ¿veían conseguía introducirse en el mundo del
posiciones con gran número de perso- esto mismo los hombres que utilizaron subconsciente, presidido por este dios. Forma, función y decoración:
najes que, en esta época, se distribuían esta cratera? Los personajes masculinos que la acom- el mensaje de la cratera
simétricamente formando escenas apa- pañan con sus juegos y danzas son sáti- Resulta extraño que dos escenas tan
rentemente narrativas pero que, en rea- Cualquier griego que contemplara esta ros, diosecillos que encarnan el espíri- diferentes se den cita en un mismo vaso.
lidad, tenían un alto contenido simbó- imagen pensaría en una de las escenas de tu salvaje de la Naturaleza y participan La clave de esta asociación está en la cir-
lico. El artista que pintó esta cratera no despedida por excelencia: la de la parti- del cortejo de Dioniso persiguiendo y cunstancia y ambiente en el que se usa-
sólo pretendió decorarla, también da de Aquiles a la guerra de Troya. Hasta provocando a las ménades (en ellos se ban las crateras: el banquete aristocráti-
quiso narrar ciertas historias con las Ftiótide, patria de Aquiles, habían acu- inspirará el cristianismo para represen- co o simposio, que literalmente signifi-
que legitimar el estatus social de la aris- dido su madre, Tetis, y sus tías mater- tar al diablo). Como es habitual, apare- caba “reunión de bebedores”. El sim-
tocracia ateniense. nas, las Nereidas, para despedirse de él cen desnudos y barbados, con un enor- posio comenzaba realizando libaciones
y hacerle entrega de unas armas, forja- me falo y una larga cola de caballo; sólo en honor de Dioniso, dios del vino.
Con ayuda de los textos clásicos griegos das en el yunque de Hefesto, dignas de uno de ellos tiene las típicas pezuñas de Tras mezclar el agua y el vino en la pro-
podemos leer estas imágenes con la su gran valía. Aquiles es el joven atléti- macho cabrío con las que se les suele porción elegida, con más o menos agua
mentalidad de los simposiastas que las co representado en el centro de la esce- representar. Interesa resaltar lo que en función del grado de alegría o repo-
contemplaron mientras bebían, canta- na. La mujer que le entrega el escudo es hacen dos de ellos, pues sus acciones so deseado, los convidados bebían
ban o recitaban epopeyas, a una de las su madre, Tetis, a la que acompañan sus encajan muy bien con lo que se espera- mientras hablaban, cantaban y recita-
cuales alude una de las escenas. hermanas, las Nereidas. El personaje ba de un sátiro: uno se está masturban- ban poemas homéricos y otros poemas
situado detrás de Aquiles podría ser do ante la ménade, de ahí que su cola de épicos, hoy perdidos, que rememora-
Cara A: ¿Una escena de despedida o Peleo, padre del héroe y esposo de caballo se represente enhiesta, y otro ban las hazañas de los héroes griegos, en
una epopeya? Tetis, y otra de las figuras masculinas toca la doble flauta (aulós). Lascivia y cuyo espejo ellos mismos aspiraban a
En el centro de la composición destacan podría ser Fénix, su preceptor. La esce- música son elementos íntimamente reflejarse. Así pues, la presencia de la
dos personajes. El primero es un hom- na tiene un carácter premonitorio: el relacionados con cualquier rito de cele- escena de la despedida de Aquiles está
bre desnudo, de cuerpo atlético y mus- coro que acompaña al héroe en su des- bración en honor a Dioniso. plenamente justificada; también la dio-
culoso, que presenta barba y largos pedida, será el mismo que lo llorará a su nisiaca se integra en el contexto del
cabellos ceñidos por una cinta. A su muerte. En los laterales de la cratera, aparecen banquete puesto que, en realidad,
lado, una mujer vestida con una tunica sendas panteras de mirada terrorífica ambas escenas forman parte de un
(peplo) decorado con estrellas y rematado Cara B: ¿Qué representa la escena cuya función sería proteger su conteni- mismo programa iconográfico que, al
en su parte inferior por una orla ondu- dionisíaca? do, desviando influencias maléficas. aunar el mundo épico y el universo
lada, parece entregarle un escudo. En De nuevo, los personajes se distribuyen Además, su presencia puede dar la clave mítico en el vaso, simboliza las dos face-
perfecta simetría, se dispone el séquito en hilera, en perfecta simetría, con una del sentido de la escena dionisiaca: para tas del banquete en que se emplea la cra-
que les acompaña: a la izquierda, tres figura central, femenina, y dos mascu- los antiguos griegos, los espacios fron- tera: la de celebración social, en la cual
hombres, también barbados, vestidos linas a cada lado. El tono de la escena terizos se identificaban con lugares los convidados, orgullosos de sus oríge-
con peplo y manto (himation) dos de los ha cambiado; el aire solemne y reposa- peligrosos, poblados por fieras salvajes; nes heroicos, se reunían para reafirmar
cuales portan una lanza. A la derecha, el do —incluso trágico, pues Aquiles no a un lado, quedaba el mundo culto y su pertenencia a la clase aristocrática; y
cortejo femenino: tres mujeres, vestidas regresará con vida— se ha trocado ahora civilizado de la polis y al otro, lo desco- la de carácter netamente trasgresor,
con peplo decorado con motivos geomé- en movimiento, en ganas irrefrenables nocido, la Naturaleza salvaje que tanto lúdico y festivo en el que se verían sumi-
tricos, sostienen una corona y las armas de vivir y gozar: nos encontramos ante les asustaba. Al situarse las panteras en dos los simposiastas.

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