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312 Educacién de castas... Educacién de masas, ‘A PROPOSITO DE UN LIBRO DEL DR. LUIS B. PRIETO F. En los dias nostélgicos del exilio pu blieé el Dr. Luis Beltrén Prieto F un bro intitulado. “De una Educacién de ‘eastas a una Educacién de masax” (1), que fué naturalmente proserito por la Dietadura pasada. Con el eambio de régimen se ha introducido en Venezue- la, razén por la cual nos ha parecido bien hacer un comentario de él para conocimiento de los lectores de la re: vista SIC. Personalidad del Dr. Prieto La personalidad del Dr. Prieto-es de masiado conocida para vernos obliga- dos 2 hacer su presentacién. No- obs- tante, no estari de més pergefar un esbozo de él a grandes rasgos. Rémulo Betancourt, en el prélogo de la obra referida, lo presenta como “el ejecutor mis califieado y eficiente de 1a politica ducacional de Accién Democritiéa’, “el venezolano que mayores desvelos ¥ ‘ahineos ha puesto en el estudio de los problemas de la docencia nacional”, “el admirado compafiero de tantas luchas Ubradas” (2). En los dias de la Junta Revoluciona- ria-de Gobierno presidida por el pro- pio R. Betancourt, Prieto desempefié la Secretaria General de ésta (EE 198) y desde alli pasé a desempefiar el cargo de Ministro de Educacién Nacional Como pedagogo organizador tiene el mérito de haber sido fundador y alma de la Federacién Venezolana de Macs- tros. Este es también su orgullo y su timbre de gloria. A esta labor se refiere cuando escribe: “Los que creiamos en () Dr. Luls B Prieto F: “De una Bau caelon de castes a una Baucacién de mas Ls Habana, 1951, pie. 251. En el -contexto, fuendo eitemor este Ubrousaromos Iasi a (® De tn presenteclén hecha por Beta court GE 5s) la organizacién, los que nos sacrificé- ‘amos por ella, los que dia y noche le ‘consagrébamos lo mejor, de nuestros esfuerzos” (EE 15), y euando dice “nues- tra politica educacional buscaba inspi- racién en Ja experiencia acumulada en cl estudio detenido y desvelado de més de veinticinco afios al servicio de la escuela publica. venezolana” (EE 104), Durante su exilio, Prieto di6 confe- reneias en la Universidad de La Haba- ra; como delegado ‘de la UNESCO at 1i6'a varios Congresos y Seminarios in- teramericanos y desempefié en’ Costa Rica y Honduras una jefatura técnico- pedagégica promovida por 1, UNESCO. De vuelta a su patria, “se ha encar- gado de una Cétedra en la Facultad de Humanidades de la Universidad Con- tral de Caracas, y ha tomado parte, como repiesentante de la UNESCO, en el Seminario Interamericano de Pla- neamiento Integral de Educacién cele- brado en Washington. Lector ineansable, tampoco ha-cesado de escribir libros de diversa indole (se ceuentan 16 los publicados hasta la fecha y tiene en preparacién otros varios) (3) No es nuestra intencién seguir paso a paso ni las directrices generales del libro ni la variedad de temas en él consignados. Fuera de las 75 primeras paginas, dedicadas al estudio correlative entre la Constituctén eubana de 1940 Ta Constitueién venezolana de 1947 en materia de Educacién, el resto se re- suelve en una ingenua apologia de la acluacién pedagégica de Accién Demo- ‘erétiea durante el perfodo en que ésta rigi6 los destinos del pais. En conjun- to mos parece una defensa farragosa y prédiga en elogios, bastante pueril y eindida y aunzllena de utopias y en- sues, Es preciso reconocer con lealtad al- gunos avances educativos realizados por ‘Aecién Democratica. Lo contrario seria enfoear el cuadro de modo injusto. Los dirigentes adeistas tienen conciencia de este hecho, El mismo Betancourt se atreve a encarar la situacién diciendo “sin jactancia, pero con retadora segu- rridad, que ellos estaban realizando en el ‘campo edueativo lo que Venezuela ne- cesitaba en la hora de su devenir como (@) Bn otro libro del Dr. Preto, "La Magi muy temprana edad su gran vocecién de Teetor. pueblo y que se podfa hacer tan enfé tiea afirmacién sin asomo de’ egola- tia”), ‘Tampoco queremos eseatimar algunos de los verdaderos méritos educaciona- Tes a AD. La XM Convencién Nacional del Magisterio Venezolano, bajo la in- fluencia decisiva de A. D., fij6 el presu- puesto escolar en un 20% del total de la nacién. jCudn diferente hubiera sido el rumbo de Venezuela de haberse se- guido tan noble orientacién! De hecho los presupuestos de edueacién se tripli- earon con AD. (BE 44), y los de los varios Estados legaron y aun sobrepa- saron el 20% (181). aQuién duda tampoco que Ia Rusia soviética de hoy, con sus proyectiles di- rigidos y sus satélites portentosos, haya hecho répidos progresos téenicos en materia de educacién? Los valores ma- teriales subieron, pero, clos espirituales se levantaron en la misma medida? Hay que mirar el progreso educative bajo todos los dngulos, no s6lo bajo el pun- to de vista de salarios, presupuestos y alfabetizacién. Una de las eandideces del Dr. Prieto es enjuiciar a los demés (exeepto, claro esté, a los de A.D. y adléteres de otros paises) como unos seres primitives, obs- eurantistas y dominados por prejuicios de easta, Segin 61, Uslar Pietri, angustiado frente aun fenémeno inminente de ascenso cultural de las masas, redacté una critica eminentemente regecionaria sobre Ia ley orginica de 1948, en que “indieaba su mala fe, aeaso su propésito de sembrar. confusién y su palpable de- mostracién de miopfa”. Por lo visto al Dr. Uslar Pietri no debié parecerle una genialidad tan notable el engendro filo- s6fieo-pedagogico del Dr. Prieto, cuando de esa ley leg6 a afirmar que “ella podria ahorrarse todos sus articulos y de- (i ier méximo de AD, scostumbrado a hablar reclodelante del pucblo, eseribe Tasgadamente tas glotias educaclonales de AD. Ala legade de A. D. “lor maestros y Dproferores. dejaron de ser. protetaries de vello Blanco: a Universidad fue ibrandose Ge. su farrogora erencia de escoldstica ‘momorizacin, la AD. fu “onestidad ad. ministrativa, decoro pare gobernar yahinea: los esfueraos. para superar en todot los at ppeetor de le vida colectiva” (EE 13). Se com Drenden estas frases eseritas en ‘el exillo. para carnaza de os extranjeros incautos. cir que cada ministro de Edueacién es- taba facultado para hacer lo que le daba la gana” (BE 102ss). ‘A otro ministro venezolano de Eduea- ein en 1942, el Dr. Gustavo Herrera, le presenta Prieto como opuesto a Ia edu- cacién popular diciendo estas extraias palabras: “Si los negritos venezolanos son tan retrecheros sin saber leer ni escribir, si los ensefiamos, jadénde ire- ‘mos a parar?” (EE 213, n. 4.) Del “Estatuto Provisional de Educa ¢lén”, que sustituy6 a la tan eacareada Ley Orgéniea de 1948, afirma Prieto que es una mezcla incoordinada de normas tomadas al azar de la misma Ley de 1948, de la Ley de 1940 y de ‘muchas otras eyes anteriores, normas muchas veces contrapuestas. Al propio titular de la Cartera de Educacién (Pro fesor Augusto Mijares) o acribilla di clendo de 61 que no pudo lanzar una expresién “que indicase mayor deseo- nocimiento de lo que es una ley, y so- Dre todo de lo que debe ser una ley de Educacién” (EE 98s). EL periodo gubernamental del Gene. ral Medina es caracterizado por Prieto como “una époce oscura de nuestro pro- eso cultural, en la que el presupuesto de Educacién no Weg6 nunca al 8% de Jos gastos generales de la nacién” (EE 18. Loper Contreras es presentado como “menos. primitive y menos barbaro” que Gémez, y como quien “no tiene tun coneepta cabal de lo que el Gobier- no representa como actividad ereadora” EE 179), Por supuesto Gémez es “expresién de instintos primitivos desatados” que im- ide el progreso y la cultura, abriendo una nueva “época de barbarie” (EE 178), De las pocas cosas dignas de alaban- za en Ia historia anterior a A.O., reeuer- da el decreto de instruccién ‘gratuita y obligatoris, promulgado en 1870 por el General ‘Antonio Guzmin Blaneo; pero, a su vez, admite que el floreci miento de 1a educacién entonces con- seguido fué poco a poco decayendo (EE 178). La por él Hamada oligarqufa conser- Vadora, que entré a regir los destinos de Venezuela en 1830, es pintada como sistema que tendia a perpetuar las ideas coloniales, gandndose por ello en el pue- blo Ja denominacién de godos. Segin 313 314 €l Dr. Prieto, ella trataba de mantener en Ia ignoraneia a los peones de las hhaciendas, a los esclavos, a las clases populares, para asegurar una mayor si misién yuna més estrecha adhesién a Ja tierra labrantfa (EE 175s). Opinién de Prieto sobre Ia Edueacién colonial Pero donde se explaya la elocuencia del Dr. Prieto es al hablar de la educa- cién colonial; pues asi la eontraposicién se hace més clara y evidente. Aquel pe- riodo se resume en una educacién de castas; los que siguieron a 61 se vieron aferrados a ideas antiguas bien por iner- cia, bien-por fatalidad, aunque se notaron conatos de nuevas evolueiones que no acabaron de cristalizar. Habia que es- perar a los gloriosos tiempos de AD. para pasar definitivamente a la “edu: eacién de las masas”, Tal es, en resu- ‘men, la trayectoria del Dr. Prieto. En toda esta tesis acusa estrecher de espiritu y claro sectarismo para mi- rar solamente Angulos oscuros y no la perspectiva completa, Pero lo que no se Puede dudar es que Prieto ha recogido fen estas péginas mucho cieno y mucha materia pitrida que ha existido en to- das las colonizaciones, y mucho més en otras civilizaciones distintas de la que predominé en la América hispana; pero es injusto al no presentar el cua: dro total. Por lo visto le molesta 1a mole de argumentos acumulada por Caracciolo Parra Le6n, a quien lo cita (EE 212s), que resulta la refutacién més contun- dente de su tesis, das para niicleos reducidos y para muy equefios grupos, destinadas a la divi sién de las clases sociales y a provocar el odio consecuencial entre éstas (EE 172), En la escuela de Mérida, por ejem- plo, ‘se daba entrada a todos los nifios de la ciudad “excepeién hecha de los mulatos y demés castas de gente infe- rior” (BE 172). Se debia preferir “en. Ja eleceién de los edueandos a los di cendientes de los primeros pobladores Y personas que hubiesen servido al Rey” (EE 175). Aqui tenemos “una irri tante discriminacién, presente en todas las disposieiones que ereaban cftedras © establecimientos educativos” (EE 173). "Se trataba de crear escuelas para la clase dominante.” Prieto sigue eitindonos datos indu dablemente eiertos, pero que no reflejan toda la historia, ni mucho menos. Asi, el Real Consulado propone en 1797 que se establezea en la Universi- dad de Caracas “una academia donde se ensee gratuitamente... a toda per- sona notorlamente blanca y de buena reputacién”. Y en el acta del Ayunta- miento de Caracas del mismo afio se decia que “no debe franquearse a los pardos la instruccién de que hasta aho- ra han carecido y deben carecen en Jo adelante, porque hormiguearan las clases de estudiantes mulatos y pre- fenderén entrar en el Seminario (EE 173) y son palabras suyas: “Para man- tener el dominio y la paz en Ia colonia era preciso fomentar la ignorancia” “En toda la organizacin cultural de Ja misma estaba el pensamiento de aquella cédula de Carlos IV, donde el monarea negaba autorizacién para fun- dar en Caracas una Cétedra de Matem- ticas, alegando para ello “que no con- viene que se ilustre a los americanos” (BE 173). “Los colonizadores del Rio de a Plata sometieron a tortura y luego dicron muerte a un eselavo a quien des- cubrieron, jdelito atroz!, que sabia leer y escribir” (BE 212, n? 1). Por su parte, el General Pablo ‘Morillo eseribia en 1817 al General Cerruti, gobernador de Ja Guayana, todo un plan de coloniza- cién: “Haga usted en ésa lo que yo he hecho en Nueva Granada: cortar la cabeza a todo el que sepa leer y eseri- bir, y asf so logrard Ia paeifiescién de América” (BE. 212, n 1). Toda esta ‘enumeracién es comidilla que gusta en varios sectores. Otra cosa bien distinta es la verdadera filosofia e interpreta- cién eabal de la Historia ¥ con estos desplantes, jeree el doe- tor Prieto haber dado con la verdadera explieacién de la cultura colonial his- pana de tres siglos? Alguien Je podria preguntar: De qué cultura nacié 1a pléyade de préceres que hicieron la Emancipacién? {Por generacién espontinea? para glorifiear a “Ae ica”, pintar con trazos negruzeos los panoramas circundantes, ¥ a eso responde la ingenua desvalori- zacién de los demés (5). Apoteosis de ta actuacién de Accién Democrética Asi el contraste que é hace con 4a actitud de A.D. es més relevante, En (® Un toma afin al presente apareclé en lavrevists SIC_en el aio 100, diciembre, 8t0, enero, bajo el titulo de’ “Historia pa ‘tia’ y sectartsmo”, refutendo a Slee Martiner fen sus spreciaciones sobre la obra. mislonal medio del obscurantismo retrégrado pa- sado surge la estrella adeista con ful- gores presagiosos. “Porque en Venezue- Ja ya advino y definitivamente la hora de Ia inteligencia” (6). En esa hora, sf se acusa la elevada aspiracién de er cimiento espiritual, de aseenso democré- tico...” (BE 1695). “La nica critica ‘que podria hacérsele a ese Gobierno era Ja que hizo la revista americana Fortu- ne: “Realizar muchas cosas y demasiado aprisa.” “Los hombres que estébamos al frente del Estado comprendimos con angustia Ia urgeneia que tenia Vene- muela de superar el atraso en que la habian sumido cien afios de dictaduras y semidictaduras’ ra honra nuestra, nos cupo parti fen Ia transformacién material y wal de mayor envergadura que sistra la historia de nuestro pals” (EE 170). Este colofén era de esperar: sin 41 hubiera faltado 1a clave principal de os hechos, 1a auto-glorifieaeién del maestro de los maestros: hemos legado a penetrar todo el misterio. Observacién Sin embargo, quedaria _incompleta nuestra recensién si no hiciéramos.si- quiera una brevisima alusién a las ideas filoséfieas divulgadas por el Dr. Prieto. Quizé on otra ocasién hablemos mAs Targamente de ellas. Aparte de la apo- logia histérica que hemos comentado, el contenido filoséfico-pedagégico es de ‘mucha mayor importaneia, no por la no- vedad y originalidad de los conceptos expresados, sino por la gravedad que ellos encierran, El Dr. Prieto ha tocado ‘muchos puntos vitales y remite al lec- tor para mayor abundaneia a otro libro suyo publicado con anterioridad (7). (@ Palabras de R. Betancourt promuncio- ase en Ia XIf Convéncién Naclonal. dela. fisterio celebrado en Mérida (EE. 185). Fz “Problemas de Caracas, 1047, 0 Colegio San Ignacio - Chacao El ha insinuado varios temas como: “La educacién, funcién esencial del Es- tado” (EE 38); “funcién exclusiva suya, Ia formacién ‘del magisterio” (EE 41); “la Ley de Educacién de 1948 confiere al Ministerio de Edueacion Nacional Ia direccién exelusiva de la funcién educa- tiva, técnica y administrativamente”... (BE 47); 1a educacién laica (EE 45); la escuela unificada (EE 83); la escuela privada. Aqui si que quisiéramos alertar a los lectores de SIC. Las ideas de Prieto son las mismas que desde el siglo pa- sado estén propugnando los autores s0- cialistas, marxistas y los totalitarismos de todas clases. En algunos puntos el autor defiende claramente el monopolio escolar directo, tipo comunista y totali- tario, incompatible con una legitima de- mocracia, condonado por los Romanos Pontifiees. Segiin el tono de toda la obra, y més en su trabajo “El Estado Docente”, aboga decididamente por el ‘monopolio estatal indirecto, también condenado en las Encfclicas Pontificias. Poderosamente nos lama la_atencién que estas ideas estén tan arraigadas en un delegado de Ia UNESCO, tan en con- tradiecin con el articulo 26 de In De- claracién Universal de los Derechos del Hombre, promulgada por dicho orga- nismo. Es una verdadera léstima, por no decir tragedia, que el Dr. Prieto sea considerado como uno de los guias prin- cipales de la F.V.M. Reconocemos en 41 al hombre compasivo y bueno que siente el dolor del magisterio vilipen- diado, al esforzado Iuchador que se ha desvivido por lograr mejoras substan- iales para_sus colegas injustamente preteridos. En esto estamos totalmente de acuerdo con él. Pero sus ideas filo- séficus, fruto quiz’ de una formacién autodidacta insegma, pueaen acerrear, y de hecho han acarreado ya, desorien- taciones lamentables en escala nacional. JOSE FRANCISCO CORTA, S. 3. 315

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