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es
Los Ostraca de
Deir el-Medina
Osiris y Anubis,
¿dioses de la muerte?
Algunas pinceladas
sobre el universo
sexual egipcio
Colección egipcia
Museo Episcopal de Vic
EL EXTRANJERO EN LA
ICONOGRAFÍA EGIPCIA
Egiptología 2.0 | 1
Editorial
Os presentamos la sexta entrega de la Revista Egiptología
2.0, correspondiente al mes de enero de 2017. Iniciamos el
año, con nuevos proyectos, metas e ilusiones renovadas.
Como siempre, persiguiendo un fin común, la divulgación
de la historia y el arte de la antigua civilización egipcia.
Dirección
Moisés González Sucías Abrimos este número, con un artículo de Julio López Saco:
moibcn@hotmail.com ‘‘El extranjero en la iconografía del Egipto de la antigüedad:
sumisión y pasividad del enemigo’’. El texto aborda, como
en el interior del Egipto antiguo, el “otro” lo conformaban
Edición las mujeres, los siervos, los niños, campesinos y artesa-
Moisés González Sucías (Barcelona). nos. Fuera de la tierra egipcia, lo eran los “foráneos”, los
extranjeros, que diferían de los egipcios en el lenguaje, las
Diseño gráfico y maquetación costumbres, la vestimenta y las creencias.
David Claros Lozano
Jordi Romera Sevillano El sometimiento de los enemigos extranjeros (golpeados y
pisoteados) fue un tema común en el arte egipcio. La re-
Documentación presentación, en actitudes pasivas, de no egipcios cubría
Sara López Caiz relevantes espacios en palacios y templos, aparecía sobre
estatuas reales, mobiliario y recipientes de cosméticos.
Colaboradores Su preeminencia en el arte se debió a su rol cosmológico,
pues encarnaban el caos indiferenciado y suponían una
Sandra Pajares Sotillo
amenaza al orden. Sin embargo, los modos de represen-
Bartomeu Egea Resino tación de los foráneos no implicaban un sentimiento xe-
María Isabel Cubas Contreras nofóbico. Los extranjeros no eran, en consecuencia, me-
Laura Huertas López ramente subyugados a causa de que eran foráneos, sino
Marian Romero Gil porque su sometimiento era un requisito imprescindible
Heródoto de Halicarnaso para restablecer Maat.
Gerardo P. Taber
Aroa Velasco En nuestra sección de entrevistas, hablaremos de magia
Alexandra Bast en el antiguo Egipto, con Javier Arries, licenciado en Cien-
Hipólito Pecci Tenrero cias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid
Julio López Saco (UCM) en la especialidad de Física de la Tierra y del Cos-
Álvaro Luque Lomas mos.
Amairani Avid Nava
Alexandra Bast, nos hablará de los ostraca de Deir el-Medi-
na, conoceremos si Osiris y Anubis eran realmente los dio-
ISSN: 2444-6254 ses de la muerte, nos introduciremos en el universo sexual
de los antiguos egipcios, Sandra Pajares, nos enseñará
www.egiptologia20.es una de las siete maravillas del mundo antiguo, que que-
https://www.facebook.com/egiptologia20 dan en pie: la Pirámide Khufu, hablaremos de los inicios
https://twitter.com/egiptologia20 de la dinastía XVIII, su desarrollo histórico, y la situación
de Egipto desde finales del Segundo Período Intermedio
Egiptología 2.0 es una marca registrada. Todos hasta la expulsión de los Hiksos, desvelaremos los secre-
los derechos reservados. Esta publicación no tos de la ‘‘Señora de las Dos Tierras’’, Tausert, de la mano
puede ser reproducida ni total ni parcialmente ni de Gerardo p. Taber y Rodrigo A. Cervantes Navarro, co-
registrada o tramitada en ninguna forma ni por noceremos un contrapeso de menat conmemorativo del
heb-sed del faraón Psamético I conservado en el Museo
ningún medio sin permiso previo por escrito de la
Nacional de las Culturas de México. Conoceremos como
editorial. Egiptología 2.0 no se hace responsable se formó la colección egipcia del Museo Episcopal de Vic,
de los juicios, críticas y opiniones expresadas en recorreremos las renovadas salas del Museo Arqueológico
los artículos publicados. Nacional de Madrid, visitaremos la exposición: Khaemwa-
set. El príncipe arqueólogo y finalizaremos viajando a la
Egiptología 2.0 ha hecho lo posible por localizar Isla Sehel, donde Bartomeu Egea nos mostrará todos sus
los derechos de autor de todas las imágenes. rincones menos conocidos.
Cualquier posible omisión no es intencionada y
se agradecerá culaquier información sobre los Todo ello, junto con nuestros contenidos habituales y un
mismos. artículo especial de Álvaro Luque Lomas: ‘‘Escarabeos y
escaraboides, egipcios, egiptizantes y pseudoegipcios en
Contacto: egiptologia2.0@hotmail.com la Península Ibérica’’.
2 | Egiptología 2.0 Imagen de portada: Relieve con un grupo de cautivos nubios. Templo de Ramsés II, Abu Simbel
(Imagen: Institute for the Study of the Ancient World).
Sumario
6. Entrevistas - Javier Arries: ‘‘Algo nos llama y nos hace mirar
hacia este país, con una historia y un pasado tan fascinante.’’
Como ya sabéis, de un tiempo a esta parte, celebramos fiestas que hemos importado de otros países como
Halloween, una noche llena de magia, aunque para nosotros es la noche de difuntos y años atrás también pen-
sábamos que estaba llena de magia y hasta que nuestros difuntos venían a visitarnos.
Tenemos la noche de San Juan en la que muchos hacen sus rituales esperando encontrar trabajo, pareja o
incluso mejorar su salud, y demás fechas en las que aprovechamos para utilizar la magia en nuestras vidas,
aparte de personas que la utilizan como medio de vida, ganando generalmente grandes sumas de dinero. Pero
no os asustéis que no nos hemos ido por el mal camino, hemos querido contaros que la magia forma parte de
nuestras vidas, pero también formaba parte de la vida de los antiguos egipcios y por eso en este número 6 de
Egiptología 2.0 tenemos al autor del libro: “Magia en el Antiguo Egipto”.
6 | Egiptología 2.0
Javier por lo que hemos leído, es un libro que ligioso, siempre me ha llamado la atención, como os
está muy bien documentado, ¿tardaste mucho digo, las mitologías desde que era pequeño me en-
en conseguir toda la documentación que nece- cantaban, la egipcia, pero también la clásica, la su-
sitabas? meria, la hindú, todas, pero en el caso de la egipcia,
además con la fascinación por esa civilización y su
Pues como quien dice, toda una vida porque ya sa- historia.
béis que estos temas no los lleva uno de una se-
mana para acá, la fascinación por el Antiguo Egip- En el apartado de religión como bien sabemos, hay
to la llevamos en la sangre desde que somos bien algo que es tremendamente importante, el concepto
pequeñitos, algo nos llama y nos hace mirar hacia de magia, que es Heka, ese poder mágico que tie-
este país, con una historia y un pasado tan fasci- nen los dioses y de una manera mucho más clara
nante, entonces a partir de ahí como os digo, he ido que en otras mitologías. La propia Isis es llamada “La
creciendo en cuanto a conocimientos, investigando e Grande en Magia”, es algo que viene intrínseco en la
indagando y sobre todo a partir de algún artículo que propia religiosidad egipcia, además siempre me ha
he escrito, ahí se forma un poco el esqueleto en mi gustado este tema y toda mi obra va encaminada a
cabeza de hacer una obra sobre los aspectos menos dar a conocer todo ese otro aspecto del pensamiento
conocidos o los que se tocan menos en las obras de humano, a conocernos a nosotros mismos, no solo
divulgación del Antiguo Egipto. desde el aspecto racional, sino, también desde las
cavernas cuando estamos a oscuras y tenemos que
Tenemos mucho material sobre política en el Anti- imaginar que hay ahí fuera y es la magia la primera
guo Egipto, sobre la vida cotidiana, pero los aspec- forma de entender el mundo y entonces todo eso me
tos mágicos más que los religiosos, se dan un poco ha llamado mucho la atención.
sobreseídos o se tocan de forma anecdótica, no de
una forma en conjunto. ¿Crees que hemos heredado algo de toda esa
magia que practicaban los antiguos egipcios?
Javier, nos hemos saltado una pregunta que le
hacemos a todo el que pasa por primera vez por Pues es una de las cosas que me he planteado en
nuestras entrevistas y es ¿Cómo te ‘‘picó’’ el gu- el libro porque, buscando, indagando, precisamente
sanillo del Antiguo Egipto? antes de escribirlo me iba encontrando con un mon-
tón de cosas, de tradiciones que pensamos que son
Leyendo desde que era pequeño antes de ir al cole- muy nuestras, más o menos recientes, y para nada,
gio. Yo tenía curiosidad por saber que hacían los ma- podemos retrotraerlas a algo tan milenario como es
yores cuando cogían esa cosa que llamaban libro, el antiguo Egipto.
abrían sus páginas y parecían hablar con él. Pues
esa curiosidad me llevó a decirle a mi madre que Precisamente el último capítulo del libro es un reco-
me enseñara a leer que yo quería que los libros me rrido por ese pensamiento religioso-mágico, porque
contasen historias. Y ¿Qué cosas encontré después los dos van muy ligados en el caso de Egipto, pues
de aprender a leer como lo haría un niño pequeño? ha influido también en nuestra propia civilización,
Pues algún que otro diccionario de mitología, alguna buena parte de nuestros propios mecanismos, de
enciclopedia en la que encontraba cosas relaciona- las mismas “leyes” que rigen la magia cotidiana, que
das con Egipto, cosas también relacionadas con su de alguna manera ha imbuido, que más o menos el
mitología, pero ya os digo que todo esto visto desde racionalismo se ha impuesto, pero no olvidemos que
el punto de vista de un niño al que todo le sorprende nuestra civilización occidental es mucho más antigua
y maravilla. Ese dios con cabeza de halcón, Horus, y no solamente parte de la revolución industrial, en-
que a su vez era hijo de una diosa llamada Isis, con tonces aún mantenemos ese bagaje místico y mági-
un trono en la cabeza, y que a su vez era hermana y co y ¿de dónde lo hemos heredado? Pues en buena
mujer de Osiris, ¡en la cabeza de un niño eso es una parte del Nilo y de esa civilización que creció a lo
locura! Y a partir de ahí me ‘‘picó’’ la abeja egipcia largo de ese rio maravilloso.
y hasta ahora, yo creo que a todos nos ha pasado
más o menos lo mismo, nos ‘‘pica’’ cuando eres más ¿Por qué crees que era la magia tan importante
o menos pequeño y a partir de ahí te engancha y no para los antiguos egipcios?
paras.
Eran muy metódicos en sus observaciones, al ob-
¿Por qué has elegido el tema de la magia para servar la teogonías por ejemplo de Menfis, de Tebas,
este libro? de Heliópolis, nos damos cuenta que buena parte
de esas teogonías están basadas en la observación
Pues es algo que me gusta desde siempre, todo lo natural, evidentemente sabemos que la observación
que tiene que ver con el pensamiento metafísico, re- de los astros era algo muy importante para ellos, por
Egiptología 2.0 | 7
ejemplo, para conocer las crecidas o la salida del sol, mundo era dual, había un alto y un bajo Nilo, dos
era muy importante la observación de la naturaleza reinos, dos coronas, todo formaba parte de una cu-
y su entorno, algo fundamental para los egipcios, riosa dualidad, precisamente nuestro mundo visible
y evidentemente pensaban que ese orden no sur- parece ser el espejo y en muchos textos así queda
gía porque si, imaginaban sus dioses, ese océano manifiesto.
primordial del cual había surgido todo, océano que
se parece mucho al Nilo cuando en el tiempo de la Cuando se describen seres de ese otro lado del duat
inundación baja y hace que la tierra emerja igual que parece ser un espejo, pues Heka, el que de manera
la colina primordial en las teogonías, en la colina pri- invisible tiene para el egipcio unido todo el univer-
mordial emerge un primer dios que tiene que crear so, son los dioses creadores, el propio dios Ptah por
el mundo y ¿Cómo lo hace? Tiene que hacerlo con ejemplo, el que primero idea en su corazón, tiene en
algo, los egipcios lo llaman Heka, poder mágico, es su pensamiento, tiene un proyecto, luego lo verbali-
decir, un tipo de ‘‘sustancia’’ que da vitalidad a todo, za con la palabra, y es precisamente con ese poder
algo que mantiene unido a todo el universo. mágico con el que todo eso se condensa y se crea
el universo. Para el egipcio eso era lo que explica-
Como digo en uno de los capítulos, la creación es ba que el mundo existiera y tratar de conocerlo era
magia, por eso para ellos es algo muy importante y precisamente lo que le podía dar la pista de cómo
muy interesante a la vez, uno de los primeros pensa- utilizarlo en beneficio de su propia sociedad.
mientos científicos que es, tratar de saber cómo está
hecho el mundo, en este caso, desde un punto de ¿Utilizaban amuletos para hacer magia?
vista del poder mágico, y a su vez, tratar de aplicarlo
a su vida cotidiana. Los conjuros mágicos trataban Claro, yo creo que el amuleto es la forma de magia
de dominar precisamente la energía, la fuerza con más popular aunque también es la más sencilla. Los
la que los dioses habían creado el mundo, incluso sacerdotes tenían que llevar una larga instrucción en
el concepto de Heka es muy interesante en cuanto las casas de la vida, impuestos bajo el cuidado de
a su jeroglífico, está compuesto de dos, de He y de un instructor que les enseñaba a leer, a copiar los
Ka. Todos sabemos que Ka es ese doble vital que textos mágicos y religiosos, eran ellos los que leían
hay en todo, las ofrendas que se llevan a los difuntos los conjuros y los hechizos y eso llevaba años de
incluso tienen su Ka, Ka que nutre al propio Ka de los instrucción pero la magia talismánica en todas las
difuntos, y He, es el jeroglífico en forma de lazo que culturas es la más sencilla.
significa lo que activa, lo que hace útil, entonces, el
concepto de Heka para ellos sería lo que activa, lo En en el libro tenemos alguna diferencia entre amule-
que hace usable el Ka, lo que hace que esa fuerza to y talismán, el talismán parece relacionado con un
vital se pueda manejar. elemento natural, por su forma, por su color, o por su
origen, parece vinculado a algún tipo de fuerza, por
Yo creo que no hay mejor definición de una energía, ejemplo una concha, las conchas solían ser amule-
de una fuerza, de un poder místico, en este caso di- tos de fertilidad, los colmillos de animales peligrosos
vino, que puede permitir hacer cosas, hacer las mis- son utilizados como amuletos que dan fuerza, que
mas cosas que hacen los dioses. defienden, y por otra parte los talismanes que sue-
len ser más elaborados, mas artificiosos, en los que
¿Entonces piensas que esa Heka lo podían tener se realizan conjuros, en los que ya hay alguien, un
todos? mago, un sacerdote que debe conocer los conjuros
que se realizan sobre ello.
A ver, siempre estamos hablando desde el punto de
vista del pensamiento del antiguo Egipto, como bien Se utilizan de todo tipo, desde los más sencillos has-
decíais al principio, se puede tomar desde dos pun- ta los más elaborados, nuestros lectores conocerán
tos de vista, el científico y verlo como un tipo de pen- muchos de ellos como el Ankh, el ojo de Horus o los
samiento al igual que tenemos el racional. dedos de Anubis, con los cuales el sacerdote con la
máscara de Anubis restituía la herida que se le hacía
Tenemos ese pensamiento mágico que hemos he- para sacarle las vísceras al difunto.
redado y que sigue ahí. No hay que ser crédulos, lo
que yo quiero plasmar en esta obra, más que pensar Todos estos amuletos aparecían en las momias, en-
si existe Heka o no, es que nos metamos en la piel tre los vendajes, en el sitio que les correspondía y
de un egipcio, que aprendamos a mirar su mundo todos pensamos que son amuletos de magia para
con los ojos con los que él lo veía. Para los egip- los difuntos, pero no olvidemos que estos amuletos
cios este mundo estaba considerado con ese algo también eran llevados por los vivos, por ejemplo, los
invisible, con ese otro lado, sabéis que la dualidad dos dedos de Anubis, se han encontrado en pulseras
era algo realmente importante para los egipcios, este pequeñas lo que ha llevado a pensar que eran amu-
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letos de protección para los niños. Se han hallado mos magia negra.
muchísimos y hay egiptólogos que han tratado de
clasificarlos, teniendo clasificados en la actualidad ¿De qué ritos se valían para utilizar la magia ade-
miles de ellos, muestra de ello, son las grandes co- más de los ‘‘muñecos vudú’’?
lecciones que atesoran decenas de museos, eso
significa que eran utilizados por todas las clases so- Sobre los ‘‘muñecos vudú’’ tenemos un ejemplo de
ciales. Época Tardía, conservado en el Museo del Louvre,
que causa bastante impresión. Se trata de una mu-
Un amuleto utilizado por las clases sociales pudien- jer desnuda, arrodillada, con las manos atadas a la
tes, era un cilindro de oro colgado al cuello, y en su espalda, con trece clavos de bronce colocados es-
interior llevaba un papiro inscrito con algún tipo de tratégicamente en distintos lugares de su cuerpo, se
fórmula mágica en forma de decreto divino. Las cla- trata de un amarre.
ses sociales más bajas también podían llevar algo
así, pero evidentemente no en oro sino en materiales
que estuvieran más a su alcance y facilitado por al-
guien que conociera las fórmulas mágicas.
Egiptología 2.0 | 9
que hemos comentado son los que el mago solía ha- Muchos hemos oído hablar del mal de ojo, crea-
cer a la hora de realizar un ritual. mos o no en él, pero ¿Es el mismo del Antiguo
Egipto, del que nos hablas en el libro?
¿La magia era igual para todos o distinguía cla-
ses sociales? Exactamente el mismo y es algo que le deja a uno
perplejo. Yo desde pequeño lo he vivido como una
Todos los egipcios creían en la magia de una ma- creencia que está muy extendida, y en su momento
nera u otra, aunque evidentemente no todos tenían escribi una obra que se llama “El poder de los aoja-
acceso a los estamentos más elevados de la magia. dores”, en ella reflejo que es una creencia, el ojo no
El primero de los magos, el que se consideraba lleno recibe la luz, lo que ahora sabemos que ocurre real-
de Heka era el faraón, por ello era el intermediario mente, los fotones. La luz viaja hasta nuestra retina
entre los dioses y su pueblo. y esta es un receptor, una antena que recibe esas
variaciones electromagnéticas y que nuestro cere-
Recuerdo el texto de un sacerdote que toca algo que bro interpreta, pero en el pensamiento de nuestros
no debía del faraón, algo que está consagrado, que antepasados, el ojo emite, el ojo se posa en un sitio,
esta ritualizado y que por lo tanto podía hacerle daño echó la mirada en un sitio, como si la mirada pudiera
al estar cargado de ese poder mágico, y el faraón se echarse, como si la mirada fuera algo que sale del
vuelve a él y le dice: “Decreto que no te ocurra nada” ojo y va a alguna parte.
fijaros hasta qué punto el poder mágico era tomado
como algo muy serio. El siguiente paso es pensar, si el ojo tiene esa fuerza
de posarse, de ir al horizonte, de mirar y ver, pue-
Por otro lado tenían a las parteras, mujeres que de ser dañino y benéfico, y fijaros que hay muchísi-
con el tiempo habían ganado mucha experiencia y mos mitos en Egipto que nos hablan del ojo de Ra, o
a muchas de ellas se le atribuían poderes mágicos, como el ojo de Ra sale de Ra y su mirada se pierde
poderes de videncia, en Deir el-Bahari, tenemos por en el horizonte y hay que ir por él, pero es que el mal
ejemplo, un ostraca que nos cuenta como un hom- de ojo aparece reflejado en algunos textos dentro de
bre había consultado con una de estas parteras, por- Egipto como la mala mirada y dicen algo asi como:
que un Ba le estaba incomodando, para saber quién
era y como aplacarlo, es decir, ellos tenían también “Ojo malo, tu que te has clavado en la puerta...”. Se
entre sus vecinos, gente a la que se atribuían po- le temía mucho, pero no solo en Egipto, también en
deres de videncia, poderes de sanación o poderes Mesopotamia. El gesto tan común que conocemos
mágicos. hoy día con el nombre de la figa, que es meter el
dedo gordo entre el índice y el corazón para evitar
el mal de ojo, también lo podemos encontrar en el
Antiguo Egipto.
10 | Egiptología 2.0
sidad y quieren saber lo que son.
Cosas que me llamaron la atención en su momento, fueron el famoso ‘‘conjuro del harén’’, en el que se descu-
brió que Ramsés III fue asesinado por esas ansias de poder y envidias. Algo que pudimos descubrir al quitar las
vendas de su cuello y apreciar un profundo corte que iba de lado a lado, y que en dicho conjuro se ha podido
ver que la magia fue un elemento muy importante.
Muchas gracias por haber estado con nosotros en Egiptología 2.0 y haberle dado un toque distinto a las
entrevistas que hasta ahora habíamos presentado. Te deseamos muchos éxitos y muchas ventas para
este nuevo libro.
Nació en Madrid, en 1963. Es licenciado en Ciencias Marian Romero Gil, Directora, productora y presen-
Físicas por la Universidad Complutense de Madrid tadora del programa de radio: ‘’Las enseñanzas de
(UCM) en la especialidad de Física de la Tierra y del Maat’’, donde podrás encontrar todo tipo de temas re-
Cosmos. lacionados con el antiguo Egipto. Todo ello de la mano
de Marian Romero Gil y su equipo de colaboradores.
En la actualidad trabaja como profesor de Informática
de grado medio de Formación Profesional y monitor El programa se emite todos los domingos a las 20:00
de Informática. Además de realizar labores como pro- horas, en:
gramador y administrador de redes y bases de datos,
ha impartido cursos especializados para empresas, http://portalzona.com/maat.html
instituciones y diversos organismos.
Media
Desde muy temprana edad, se sintió atraído por la
Física y la ciencia en general. Fruto de ese interés a http://xn--lasenseanzasdemaat-t0b.es
lo largo de más de cuarenta años de investigaciones
personales acerca de lo heterodoxo, la antropología, y https://www.facebook.com/LasEnsenanzasDeMaat/
la historia menos conocida, son seis libros publicados timeline
hasta la fecha, y una extensa cantidad de artículos
publicados desde 1995 como colaborador de revistas https://twitter.com/marian_egipto?lang=es
especializadas.
http://www.ivoox.com/podcast-ensenanzas-maat_sq_
http://arries.es f146256_1.html
Egiptología 2.0 | 11
Testimonios del pasado
Moisés González Sucías
Ambas esculturas fueron halladas por Auguste Mariette, entre las ruinas de las mastabas anejas a la pirámide
de Meidum. La necrópolis de Meidum se encuentra en la zona norte de El Fayum, en el límite del desierto que
roza ya la zona cultivada. En ella se yergue la discutida pirámide, que empezada, al parecer, en tiempos de
Huni, último rey de la III dinastía, fue terminada por su hijo y sucesor Snefru. Próximas a ella se construyeron
dos mastabas, en las que fueron enterradas dos parejas principescas. Una compuesta por Rahotep y su esposa
Nofret, y la otra por Nefermaat y su esposa Atef. Ambos príncipes eran hijos de Snefru.
Su importancia radica, precisamente, en que, de entre sus escombros, se liberaron obras artísticas de recono-
cida importancia para el análisis de la escultura y pintura del Imperio Antiguo. En una de ellas, concretamente
la mastaba M6, apareció el grupo escultórico compuesto por Rahotep y Nofret.
Realizadas en piedra caliza y trabajadas en cuerpos independientes, fueron concebidas como un conjunto es-
12 | Egiptología 2.0
cultórico. Miden unos 120 centímetros de altura cada uno, aunque la estatua de Nofret es ligeramente más alta,
debido al voluminoso tocado. Los dos cuerpos están sentados en sólidas sillas de piedra estucada y pintada
en color blanco, formando un bloque con la figura humana. Dispone de una zona para reposar los pies, y lleva,
en la zona superior, una serie de inscripciones jeroglíficas pintadas en negro, con el nombre y los títulos de los
difuntos.
Este conjunto está tratado con cierta ligereza y de acuerdo a las normas imperantes: el cuerpo masculino evi-
dencia la tosquedad de las piernas, la exagerada angulosidad de los hombros y una flexión demasiado baja del
brazo derecho; la figura femenina está enfundada en la larga y estrecha túnica de lino, que sólo deja visible la
mano derecha, pero simultáneamente dibuja el contorno del cuerpo, con los mismos defectos que la estatua de
Rahotep. Como muchas otras, ambas están coloreadas: el cuerpo masculino es de color rojizo, en tanto que la
piel femenina es de un ocre claro. El conjunto es armónico al reproducir un esquema y crear a través del color
blanco un vínculo entre las dos piezas.
La estatua de Rahotep está concebida como una más dentro de su clase: faldellín corto de lino y un finísimo
collar sujeto al cuello, probablemente un amuleto. La cabeza está trabajada con esmero: una peluca corta que
hace visible grandes orejas, perfectamente representadas; suave modelado de la nariz, grande y recta y una
boca grande y de abultados labios carnosos ligeramente sombreados por el bigote, característico del Imperio
Antiguo; potentes líneas negras arquean las cejas y enmarcan los ojos, que para mayor realismo llevan incrus-
tados trozos de cristal de roca, engarzado en metal de cobre; están bordeados por el kohl, al estilo egipcio, y
protegidos por cejas pintadas en negro.
Los miembros del cuerpo están representados con bastante perfección, especialmente la cabeza. Su tez es
muy morena, representada en tonos rojizos, tal y como se representaba la piel masculina en el antiguo Egipto.
Detalle como los hombros, pecho, rodillas, manos y pies, están tallados de forma muy cuidada, dándole a la
Egiptología 2.0 | 13
estatua mayor realismo. Finalmente, lleva la mano derecha cerrada y cruzada sobre el pecho, y la izquierda
cerrada apoyada sobre la rodilla. Sus brazos están ligeramente separados del cuerpo.
No se representan las orejas, que van tapadas por la enorme peluca. Están representados con detalle los pies,
y una de las manos. El resto del cuerpo va envuelto en una representación de finísimo lino blanco que la en-
vuelve hasta los tobillos. Por el escote de la túnica, asoman los tirantes anchos del vestido.
Las formas representativas del arte egip-
cio (escultura de bulto redondo, relieve y
pintura) adquieren un carácter definitivo
hacia los comienzos del Período dinástico,
y los cambios artísticos a través de los dis-
tintos períodos reflejan los cambios produ-
cidos en la sociedad.
14 | Egiptología 2.0
muerte; pero, para que el efecto mágico sea posible bloque sobre el que se talla la pieza. La consecuen-
y tenga toda su fuerza, es preciso que la representa- cia es una sensación de rigidez manifiesta, puesto
ción sea total y que mantenga la integridad, si no el que todos los miembros del cuerpo se adaptan a ese
difunto sufriría la misma mutilación que el doble. En perfil volumétrico, pero también de una gran monu-
consecuencia, las características artísticas de estas mentalidad por su masa y su tamaño, lo que influye
obras están condicionadas inexorablemente por esta indudablemente en la espectacularidad que expresa
función religioso-funeraria. siempre el arte egipcio.
Dentro del arte egipcio, la estatuaria monumental La rigidez conlleva una inevitable ausencia de mo-
dirigida a la representación principalmente de los vimiento y de multiplicación de puntos de vista de
faraones cobró una especial importancia como ele- la pieza, así como de una irremediable frontalidad,
mento propagandístico, y conservó a lo largo de su que es otra de las características más conocidas de
larga historia unas características formales prácti- la escultura egipcia. En buena medida todo ello es
camente inalterables, basadas en la rigidez, la fron- la consecuencia directa del proceso de ejecución de
talidad y el hieratismo. Aunque no toda la escultura la obra, que seguía una serie de pasos igualmente
exenta y de estas mismas características se orientó establecidos: sobre los bloque cuadrados originales
exclusivamente al retrato faraónico, hubo también se realizaban los dibujos de la pieza representada en
ejemplos como el que nos ocupa, en el que los retra- cada una de sus caras, que habrían de servir de guía
tados aunque representaban al ámbito cortesano, no al proceso de desbastado. Se tallaban los perfiles
pertenecían a la familia real. siguiendo la guía del dibujo, que debía de ser reno-
vado continuamente a medida que la pieza se iba
Tal como hemos ido apuntando, para representar completando. Concluido el perfilado se completaba
la figura en su totalidad se adoptaron una serie de el pulido de la superficie y se pintaba la pieza.
convencionalismos, entre ellos, la estatua bloque
que evita cualquier saliente que pudiera romperse La proporcionalidad y la simetría era otra pauta sin-
con facilidad, conservando la volumetría original del tomática del arte egipcio. Proporcionalidad que en el
caso de la escultura partía al parecer del tamaño del puño de la figura, que se dibujaba en un ángulo extremo
del bloque original y a partir del cual se relacionaban proporcionalmente todo el resto de partes del cuerpo. La
misma frontalidad antes explicada contribuía a componer la estatua en dos mitades equidistantes, lo que unido
al sentido del bloque y la rigidez de la pieza le otorgaba esa simetría que igualmente las caracteriza.
Por último, la expresión de las figuras solía elevarse sobre la condición humana y asumía un sentido hierático,
distante, frío y carente de emoción, que es bastante lógico considerando que se trataba de representaciones de
personajes con un carácter divino, caso de los faraones, o de representaciones funerarias que también habían
abandonado este mundo y su condición humana.
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Parte superior de las estatuas de Rahotep y Nofret (Imagen: Chema Kaiser).
Todos estos convencionalismos y formulaciones artísticas pueden comprobarse en la pieza que comentamos.
En primer lugar, Rahotep y Nofret constituyen un sólido bloque calcáreo, aunque se trate de dos piezas inde-
pendientes. Ambos están sentados sobre sillas que se simplifican en meros ángulos geométricos y mante-
niendo esa rigidez pétrea de la estatuaria egipcia: con los hombros angulados, las piernas juntas, los brazos
pegados al cuerpo y la mirada al frente, ligeramente elevada, como mirando a Ra, mirando al sol.
A pesar de todo, esta obra, tal vez por no tratarse de una representación de la realeza, tiene a pesar de sus li-
mitaciones un mayor grado de naturalismo que las demás esculturas de esta primera etapa del Imperio Antiguo.
En primer lugar por el tratamiento del color, que era habitual en la escultura egipcia, pero más en las piezas
de la escultura popular que en la oficial. Rahotep aparece representado en un tono rojizo y Nofret con una tez
blanquecina, lo cual nos indica la diferencia de sexo y de rango, pero también hace más próximas y reales las
figuras.
En segundo lugar están los aditamentos que completan la representación de las figuras: Rahotep con su falde-
llín corto, propio de su condición de gran sacerdote, y un colgante al cuello, y Nofret con su largo vestido blanco
de lino, cinta sobre el pelo y un ostentoso collar sobre el cuello. También la expresión resulta más realista que en
otros casos, y más que nada gracias a los recursos que denotan la condición social de la pareja: la peluca que
lucen ambos, muy habitual sobre todo en las mujeres de la alta sociedad como Nofret; el maquillaje que lucen
sobre sus ojos, con el kohl que utilizaban para remarcar el perfil de los ojos y cejas y aumentar la expresión de
sus miradas; y el tratamiento dado a los ojos de ambos personajes, realizados con incrustaciones de cuarzo
(costumbre iniciada con la IV Dinastía), lo que también contribuye a su mayor realismo.
Un último elemento iconográfico que añadir sería el único que tímidamente rompe la absoluta rigidez de la pieza
y su simetría, la posición del brazo en ángulo de Rahotep y su puño cerrado, para algunos, símbolo de su poder.
Ya en los primeros retratos de la IV dinastía, encontramos una simplicidad y solemnidad que no se olvida fácil-
mente: el escultor sólo se ha fijado en las cosas esenciales. Quizás precisamente por esta estricta concentra-
ción de las formas básicas de la figura humana, estos retratos (a pesar de su casi geométrica rigidez) siguen
siendo tan impresionantes. La observación de la naturaleza y la proporción del conjunto se encuentran tan
perfectamente equilibradas que nos impresionan como seres dotados de vida y, no obstante, se nos muestran
lejanos en su eternidad. Esta combinación de regularidad geométrica y de aguda observación de la naturaleza
es una característica de todo el arte egipcio.
16 | Egiptología 2.0
Historia militar
Julio López Saco
El extranjero en la iconografía
del Egipto de la antigüedad:
sumisión y pasividad
del enemigo
En el interior del Egipto antiguo, el “otro” lo conformaban las mujeres, los siervos, los niños, campesinos y
artesanos. Fuera de la tierra egipcia, lo eran los “foráneos”, los extranjeros, que diferían de los egipcios en el
lenguaje, las costumbres, la vestimenta y las creencias. El sometimiento de los enemigos extranjeros (golpea-
dos y pisoteados) fue un tema común en el arte egipcio. La representación, en actitudes pasivas, de no egipcios
cubría relevantes espacios en palacios y templos, aparecía sobre estatuas reales, mobiliario y recipientes de
cosméticos. Su preeminencia en el arte se debió a su rol cosmológico, pues encarnaban el caos indiferenciado
y suponían una amenaza al orden. Sin embargo, los modos de representación de los foráneos no implicaban
un sentimiento xenofóbico. Los extranjeros no eran, en consecuencia, meramente subyugados a causa de que
eran foráneos, sino porque su sometimiento era un requisito imprescindible para restablecer Maat.
Relieve con un grupo de cautivos nubios. Templo de Ramsés II, Abu Simbel (Imagen: Wikimedia Commons).
Introducción
El arte egipcio, producido por la elite letrada, entendía que el “otro”, dentro del propio Egipto, lo conformaban
las mujeres, los siervos, los niños, artesanos y campesinos. Fuera de la tierra egipcia, lo eran los “foráneos”, los
extranjeros, que diferían de los egipcios en el lenguaje, las costumbres, la vestimenta y las creencias (BRES-
CIANI, 1997, pp. 228-230; ASSMANN, 1996, p. 83). Durante los Reinos Antiguo y Medio, los contactos con los
no egipcios se restringieron a los residentes en áreas fronterizas y también a aquellos particularmente vincula-
dos al comercio exterior y la diplomacia.
Egiptología 2.0 | 17
La subyugación de los extranjeros constituyó un monial de un cautivo extranjero o un ritual en el que
tema muy común en el arte egipcio. La represen- un fragmento de escultura era “atacado”, en lugar de
tación de no egipcios cubría grandes espacios en un enemigo vivo, como se sugiere de las esculturas
palacios y templos, aparecía sobre estatuas reales, decapitadas de cautivos atados encontradas en el
elementos arquitectónicos, mobiliario y hasta sobre complejo mortuorio de Pepi II (HALL, 1983, p. 76;
recipientes de cosméticos. Su preeminencia en el HALL, 1986, pp. 67-69; JÉQUIER, 1938, p. 26). En
arte se debió al rol cosmológico que los extranjeros cualquier caso, la escena llegó a ser un icono de la
jugaban. Fueron vistos como la encarnación metafó- realeza.
rica del caos indiferenciado de la no existencia, que
antecedía a la creación y que después la rodeaba El nombre del rey también podría representado gol-
(incluso a veces penetrando en ella), amenazando peando extranjeros. Así, en el serej del rey Aha de
el mundo ordenado de Egipto (HORNUNG, 1982, la Dinastía I extiende sus brazos desde las esquinas
pp. 172-186). Maat se concibió como la antítesis y para agarrar y golpear a su enemigo. El mismo re-
el complemento del caos; un compuesto de justicia, curso se observa en las bases de las estatuas en el
orden, acción correcta, paz y tradición. Un mundo primer patio de Medinet Habu, donde los halcones
conocible nombrado y categorizado que podía ser encima del serej de Ramsés III y sus cartuchos man-
mantenido por las acciones del faraón y de su gente. tienen a sus cautivos con brazos humanos (SCHUL-
La caótica no existencia allende Egipto era, no obs- MAN, 1988, pp. 89-90; EPIGRAPHIC SURVEY,
tante, un necesario componente de la vida egipcia, 1932).
porque era la fuente de toda fertilidad y renovación,
como lo había sido de la creación misma. Un motivo regio vinculado fue la representación de
extranjeros aplastados y pisoteados bajo los pies
Los extranjeros fueron contemplados, de modo ge- del faraón, quien debe ser mostrado en su forma hu-
nérico, como una masa indiferenciada, amenazante, mana o como humano con cabeza de halcón o de
aunque no tanto por su capacidad de atacar como esfinge. De hecho, es probable que esta situación
de sumergir y reabsorber las distinciones ordenadas. pudiera haber sido uno de los principales roles de la
Por su localización exterior, su incontable número y esfinge, pues vemos que ocurre en una escena en
su naturaleza intercambiable, los foráneos se ase- el templo mortuorio de Sahure, antes de la creación
mejaban a las aves, peces y animales salvajes del de la forma de la esfinge. El motivo, tal vez, es muy
desierto y de los pantanos egipcios, que también re- antiguo, del Período Predinástico. En la Paleta del
presentaban la no existencia y tenían que ser some- Campo de Batalla un león pisotea cautivos caídos,
tidos y controlados para mantener Maat. mientras que en la Paleta del Toro, un enemigo caí-
do es aplastado por un toro (DAVIS, 1992, figs. 33,
Al igual que la subyugación de los extranjeros, la 37 y 38). Esto sería así si se entiende que leones
caza de animales, la captura de pájaros y la pesca y toros están ya simbolizando en este momento al
de peces, fue un tema relevante en la iconografía gobernante.
egipcia. Los paralelos aclaran que el modo en que
los egipcios representaban a los foráneos no impli-
caba odio xenofóbico ni temor. De hecho, los textos
y las biografías de oficiales suelen mostrar a la elite
egipcia interactuando pacíficamente con no egip-
cios, tanto dentro como fuera de Egipto.
18 | Egiptología 2.0
monial de un cautivo extranjero o un ritual en el que temibles ataques del faraón, se representaban pasi-
un fragmento de escultura era “atacado”, en lugar de vos, permaneciendo de pie, arrodillados, levantando
un enemigo vivo, como se sugiere de las esculturas sus manos en sumisión o súplica, y caminando so-
decapitadas de cautivos atados encontradas en el lamente si eran cogidos por sus ropas. La pasividad
complejo mortuorio de Pepi II (HALL, 1983, p. 76; general de los extranjeros responde, probablemente,
HALL, 1986, pp. 67-69; JÉQUIER, 1938, p. 26). En a la presencia del rey, quien activamente los some-
cualquier caso, la escena llegó a ser un icono de la tía; su pasividad enfatizaba, así mismo, el tremendo
realeza. esfuerzo necesario para crear Maat.
El nombre del rey también podría representado gol- A pesar de su rol cosmológico de la no existencia
peando extranjeros. Así, en el serej del rey Aha de indiferenciada, los foráneos fueron, normalmente,
la Dinastía I extiende sus brazos desde las esquinas diferenciados en distintos grupos. El aprecio egipcio
para agarrar y golpear a su enemigo. El mismo re- por la taxonomía y las oposiciones (o polaridades)
curso se observa en las bases de las estatuas en el dualísticas fueron un contrapeso significativo sobre
primer patio de Medinet Habu, donde los halcones la homogeneidad teorética de las gentes extranjeras.
encima del serej de Ramsés III y sus cartuchos man- No se debe olvidar que el mundo organizado egipcio
tienen a sus cautivos con brazos humanos (SCHUL- consistía en oposiciones entre el este y el oeste, la
MAN, 1988, pp. 89-90; EPIGRAPHIC SURVEY, tierra cultivada y el desierto, el valle del Nilo al sur
1932). y el delta al norte (HORNUNG, 1982, pp. 182-186 y
ss.). Se distinguían entre ellos y también se oponían.
Un motivo regio vinculado fue la representación de Muy habitualmente, los nubios del valle meridional
extranjeros aplastados y pisoteados bajo los pies del Nilo eran contrastados con los asiáticos de las
del faraón, quien debe ser mostrado en su forma hu- tierras septentrionales y orientales de más allá del
mana o como humano con cabeza de halcón o de Sinaí.
esfinge. De hecho, es probable que esta situación
pudiera haber sido uno de los principales roles de la En los templos del Reino Nuevo los nubios, por
esfinge, pues vemos que ocurre en una escena en ejemplo, eran mostrados, muy a menudo, sometidos
el templo mortuorio de Sahure, antes de la creación por el rey llevando su corona blanca meridional, so-
de la forma de la esfinge. El motivo, tal vez, es muy bre el sector sur de los pilonos del templo. Por el
antiguo, del Período Predinástico. En la Paleta del contrario, los asiáticos aparecían subyugados por
Campo de Batalla un león pisotea cautivos caídos, el faraón, con su corona roja del norte, en la zona
mientras que en la Paleta del Toro, un enemigo caí- septentrional de los pilonos. Un tercer grupo, menos
do es aplastado por un toro (DAVIS, 1992, figs. 33, comúnmente representado, tal vez porque no tenía
37 y 38). Esto sería así si se entiende que leones un opuesto polarizante, fue el de los libios, habitan-
y toros están ya simbolizando en este momento al tes del desierto y los oasis del occidente de Egipto.
gobernante. Los libios eran a menudo sustituidos por los asiáti-
cos, aunque también ocurrió que las tres etnicidades
Los extranjeros fueron también representados so- podían ser agrupadas como una tríada de pueblos
bre las bases de las esculturas regias. El pisoteo foráneos, lo cual era muy apropiado porque los egip-
del enemigo foráneo puede aparecer implicado en cios empleaban las tríadas para indicar multiplicidad
representaciones tardías de extranjeros atados so- (JÉQUIER, 1938, pl. 8, 11, 12; NEWBERRY, 1893,
bre las suelas superiores de las sandalias reales y pl. 30; O’CONNOR, 1990, p. 75 y ss.). Los grupos
en las cubiertas de los reposapiés del faraón, tal y genéricos se vieron aumentados por más específi-
como los preservados en la tumba de Tutankhamón, cas representaciones de agrupaciones de extranje-
y también en los “senderos de cautivos” pintados ros en contextos históricos concretos, como pasaba
en los suelos del palacio real de Amarna (SALEH con las gentes de Punt (relieves de Sahure y Hats-
& SOUROUZIAN, 1987, p. 14; TEETER, 2011, pp. hepsut), o los comerciantes levantinos, de la tum-
224-226; WEATHERHEAD, 2007, p. 121) Al igual ba de Khnumhotep II en Beni Hasan (NEWBERRY,
que las escenas de golpear al enemigo, este motivo 1893, pl. 31; ALLEN, 2008, pp. 31-33). Además, las
estuvo, salvo pocas excepciones, limitado a los con- escenas de hambrunas de Sahure y de la pirámide
textos reales. de Unas muestran poblaciones emancipadas que,
ocasionalmente, han sido identificadas como bedui-
Una característica de la representación de extranje- nos del desierto.
ros en el arte egipcio es su pasividad. Los “otros”
egipcios (niños, mujeres, artesanos, campesinos), Nueve Arcos. Los enemigos tradicionales
tendían a ser mostrados activos en escenas con
hombres de la elite. Por su parte, los extranjeros, si Además de la dual y la triple división de los extranje-
no eran simplemente mostrados muertos debido a los ros genéricos y de las referencias históricas a grupos
Egiptología 2.0 | 19
étnicos más específicos, los enemigos extranjeros fueron representados, desde los períodos más antiguos de
la historia egipcia como un Grupo de Nueve Arcos. Parece probable que esos arcos, inicialmente, no represen-
tasen nueve grupos individuales de extranjeros. El número tres simboliza multiplicidad, y tres treses significa
Los nueve arcos incluían los tres enemigos tradiciona- Los nueve arcos y cautivos en el fondo de las sandalias.
les, libios (thnw), nubios (jwntjw-ztj) y asiáticos (mnt- Tumba de Tutankhamón.
jw-nw-stt), mientras que los restantes cuatro son más (Imagen: Wikimedia Commons).
complicados de identificar. Se trata de hw-nbw, š3tjw, shtjw-jm y pdtjw-šw. Algunos investigadores (WILDUNG,
1982, p. 146, sobre todo), sugieren que serían los pueblos de las tierras mediterráneas, los nubios superiores,
los moradores de los oasis y los nómadas del desierto oriental. Otros, por el contrario (O’CONNOR & QUIRKE,
2003, pp. 12-13; HARTWIG, 2015, p. 161), ofrecen unas identificaciones más tentadoras: pueblo de Hau-nebu;
pueblo de Shat; los habitantes de las tierras de los pantanos de Iamu; y el pueblo del arco (o de la pluma) de
Shu. Durante el período grecorromano el señalamiento de egipcios del Alto país como “Orientales” y los del
20 | Egiptología 2.0
Bajo Egipto como “Sirios” en la lista de los Nueve Ar- en un kiosco canópico; tanto el trono como el kios-
cos en el templo de Edfu, parece sugerir que cuando co estuvieron a menudo decorados con imágenes
Egipto estuvo gobernado por extranjeros, se sintió de extranjeros subyugados (ROEHRIG, 1999, p. 77;
la necesidad de explicar el potencial escenario en el SCHNEIDER, 2010, pp. 145-146).
cual un rey no egipcio sometía a los egipcios. Tales
egipcios fueron, claramente, vistos como alienados Aparte de la representación del faraón, las tumbas
de la sociedad, como verdaderos “foráneos” por sus no regias podían también contener imágenes adicio-
propios crímenes. nales de foráneos, mostrados, a menudo, caminan-
do libremente, trayendo los productos de sus tierras
Los foráneos en representaciones no regias hasta Egipto, bajo la supervisión del faraón y del
propietario de la tumba, en escenas análogas a las
En el periodo arcaico (2950-2545 a.e.c.) y en el Rei- históricas regias. Los egipcios podían ser mostrados
no Antiguo (2540-2120 a.e.c.), los extranjeros eran controlando tales procesiones de foráneos, mientras
representados únicamente en contextos reales. que los extranjeros podían, algunas veces, ser re-
Aunque existen tumbas decoradas de oficiales como presentados atados o llevando esposas de madera
las de Weni y Harkhuf, cuyos textos autobiográficos (SHEDID, 1994, pp. 60-62; NEWBERRY, 1893, p.
describen interacciones con los extranjeros, no hay 110). El propietario de la tumba nunca aparecía so-
representaciones de foráneos en esas tumbas. Los metiéndoles, un rol que continuaba siendo una pre-
no egipcios también se encuentran enteramente au- rrogativa real.
sentes de las tumbas elitescas de Elefantina, región
fronteriza cuya elite estuvo muy a menudo inmiscui- Distintivos genéricos y elementos diferenciado-
da en el comercio foráneo. res
Durante la etapa de conflictos sociales del Primer Las antiguas representaciones de extranjeros son
Período Intermedio (2118-1980 a.e.c.), las gentes notables por su ausencia de distinciones físicas entre
de etnicidades extranjeras comienzan a mostrarse ellos y los egipcios en cuanto a los rasgos faciales.
en las capillas funerarias provinciales, usualmente Ello se ve con claridad en los relieves. Los enemi-
en un contexto de actividad militar (ROEHRIG, 1999, gos representados sobre la Paleta de Narmer tienen
pp. 73-74). En el Reino Medio (1980-1750 a.e.c.), rostros muy similares, en forma y proporción, al del
las representaciones volvieron a ser infrecuentes rey, si bien sus barbas son más profusas. En las re-
en los contextos no regios. Algunas excepciones se presentaciones tridimensionales de cautivos, como
encuentran en provincias, notablemente la tumba en las esculturas de prisioneros atados del complejo
de Khnumhotep II en el cementerio de Beni Hasan, de Pepi II, los rasgos han sido descritos como pro-
en donde se puede observar una procesión de co- pios de foráneos (BORCHARD, 1913, figs. 11, 12).
merciantes levantinos con los ojos pintados (ALLEN, Aunque las características notadas, como las largas
2008, p. 34). narices y los ojos angulados, difieren de los rasgos
de oficiales y faraones durante esos períodos, sola-
Una relevante excepción a la ausencia de foráneos mente se trata de rasgos menos idealizados.
en monumentos no regios en el Reino Antiguo y Me-
dio es la representación de pastores beduinos con- Las caras esculpidas de los cautivos no aparecen
duciendo un toro. Desnudos o casi, y a menudo de idealizadas. No existió, por tanto, la exageración de
una delgadez esquelética, esos aislados beduinos se rasgos no egipcios, cercana a la caricatura racial,
observan en capillas funerarias de tumbas no reales que sí fue propia del Reino Nuevo.
de ambos períodos, tanto en la capital como en las
provincias. Su apariencia sugiere que los beduinos Otra característica distintiva física principal de los no
no fueron vistos como un grupo extranjero durante egipcios, su color de piel, no se atestigua antes de
esas épocas. Como las regiones de los oasis fue- la Dinastía XI. Un fragmento de relieve, que se cree
ron habitados por beduinos desde tiempos remotos perteneció al templo mortuorio de Mentuhotep II,
y gobernados por oficiales egipcios, es probable que muestra como una hilera de cabezas de prisioneros,
tales habitantes fuesen considerados como un sub marcados como foráneos, presentan colores que al-
conjunto de la población egipcia. Nunca aparecen, ternan entre el amarillo (asiáticos) y negros (nubios)
de hecho, en escenas de golpes violentos. (BRITISH MUSEUM, EA, 732; ROBINS, 1987, pp.
94-96, y fig. 95; FISCHER, 1961, p. 45). El color ne-
Un significativo cambio en las representaciones gro para los nubios también está atestiguado en los
del Reino Nuevo es la aparición de extranjeros en modelos de una tropa en madera de arqueros nubios
los contextos no reales, probablemente debido a la de la tumba de Meskhti en Asyut, de comienzos del
aparición del faraón en la decoración de tumbas no Reino Medio (BIETAK, 1985, pp. 28-32 y ss.; FIS-
regias. A menudo el rey era mostrado entronizado CHER, 1961, pp. 76-77; HARTWIG, 2015, p. 165;
Egiptología 2.0 | 21
BORCHARDT, 1913, pl. 1).
Las vestimentas, la forma de la barba y el estilo de los peinados de los extranjeros son distintivos, pero no
dejan de ser más similares a los de los egipcios de lo que lo serán en períodos posteriores. Una sección de
un registro en relieve del templo mortuorio de Sahure (Dinastía V), en Abu Sir, que muestra cautivos atados,
ejemplifica el modo en el que los tres grupos étnicos más típicos (libios, nubios y asiáticos) son representados
en este período.
Relieve con un grupo de prisioneros libios. Templo de Medinet Habu (Imagen: Wikimedia Commons).
Relieve con un grupo de cautivos nubios. Templo de Ramsés II, Abu Simbel (Imagen: Wikimedia Commons).
En general, diversos elementos de la vestimenta libia eran paralelos a los más especializados, y a menudo
reales, elementos de los ropajes egipcios. Por ejemplo, la vaina para el pene se conocía ya desde la iconogra-
fía del Predinástico Tardío, y continuó apareciendo en los dioses en el período arcaico; las bandas de cuentas
que cruzan sobre el pecho eran, a menudo, llevadas por danzantes masculinos y femeninos durante el Reino
Antiguo, así como por bailarines de los jubileos en períodos posteriores.
Los nubios eran distinguidos de los egipcios por su mayor variación en la altura y un color de la piel marrón
oscuro, mientras que los egipcios se mostraban uniformes en su altura (tal vez una alusión al orden dentro de
Egipto), y con un típico color de la piel marrón rojizo. Los faldellines nubios, por su parte, eran más cortos que
los de los egipcios, y en ocasiones, rojos más que blancos.
La representación estereotípica de los nubios ilustra la adopción por parte de este grupo de vestimentas egip-
22 | Egiptología 2.0
cias del Reino Nuevo. Tales ropajes indican un estatus de elite cuando son llevados por egipcios (HARTWIG,
2015, pp. 166-167; SHEDID, 1994, p. 64; O’CONNOR, 1990, pp. 68-73). Usados por cautivos atados sugiere
que esos prisioneros en las escenas genéricas representan la contrapartida de la elite del faraón en esa cultura
extranjera, y no una soldadesca ordinaria.
Un elemento relevante en la vestimenta de los nubios es el cinturón y la faja, ambos conocidos ya desde las
representaciones del Reino Medio, y que pueden aparecer pintados en rojo y con patrones de losanges negros.
Son mostrados con piel muy oscura. En términos genéricos no llevan barba y suelen lucir pendientes de lazos
de oro. Su cabello, a menudo tintado en rojo, puede ser más corto que en períodos anteriores y aparecer ador-
nado con plumas. Se les representa con grandes y redondeados ojos, además de narices cortas.
Las representaciones de los asiáticos también parecen adquirir diferentes marcadores entre el Reino Antiguo y
el Medio. En la mencionada tumba de Khnumhotep II, en Beni Hasan, de finales del Reino Medio, se puede ver
una procesión de comerciantes que visitan Egipto (NEWBERRY, 1893, pl. 32; EPIGRAPHIC SURVEY, 1932;
ALLEN, 2008, pp. 34-35). Los hombres llevan barbas más pobladas pero recortadas.
Representación de una caravana de comerciantes asiáticos (hapiru). Mural de la tumba de Khnumhotep II, hacia
1890 a.C. Beni Hasan (Imagen: Wikimedia Commons).
Durante el Reino Nuevo los asiáticos podían ser mostrados llevando faldellines cortos, a menudo coloreados,
modelados y ornamentados con franjas o borlas. En algunos casos (tumbas de Rekhmire y de Sobekhotep, de
la Dinastía XVIII), se les puede ver con una larga túnica blanca. Son mostrados también a menudo con cabello
largo y ondulado. Aunque ocasionalmente se les puede representar calvos, de modo habitual llevan barba, a
veces larga y poblada. La nariz, larga o corta, es, a menudo, ganchuda.
El principal identificador de enemigos foráneos durante los períodos más antiguos corresponde al contexto en
el cual aparecen (SCHNEIDER, 2010, pp. 144-145: EL AWADY, 2009, pp. 204-205 y ss.). Como los egipcios tu-
vieron menos contactos con foráneos que lo que acontecería posteriormente, y dado que muchos extranjeros lo
eran de tierras cercanas a Egipto, o incluso de Egipto mismo, sus diferencias étnicas y fisiognómicas respecto
a los egipcios fueron menos remarcables y, por tanto, menos enfatizables por los artistas locales. Los contextos
en los cuales los extranjeros fueron representados durante los Reinos Antiguo y Medio fueron, sin duda, menos
estereotipados. Podrían ser mostrados arrodillados, con las manos levantadas en súplica, siendo tomados por
el pelo cuando eran ejecutados en las escenas estándar de golpeo violento, aplastados por el faraón en sus
forma humana o de esfinge, cruelmente atados, con sus manos detrás del cuerpo o sobre la cabeza, o condu-
cidos tirando de ellos por sus ropajes para ser presentados ante el soberano o las deidades (METROPOLITAN,
1999, p. 174; SCHULMAN, 1988, pp. 92-93; HALL, 1986, p. 72).
La representación de las vestimentas de los extranjeros, así como de sus peinados, son bastante diferentes
de aquellos que se podían ver en períodos anteriores. En las muestras del Reino Nuevo los extranjeros son
distinguibles de los egipcios no sólo por sus rótulos y distintos ropajes étnicos y peinados, sino también por sus
característicos rasgos faciales. Los libios siguen distinguiéndose por la mayor complejidad de sus vestimentas y
peinados. A veces, no obstante, se les muestra llevando faldellines, vainas para el pene y bandas en la cintura.
Pueden aparecer con largas fajas cruzadas y grandes collares en forma de Y. A menudo llevan túnicas de co-
Egiptología 2.0 | 23
lores brillantes, modeladas en losanges y abiertas en foráneos, aunque, ocasionalmente, se mostraban
el frente. Su piel es amarillo pálido y suele estar mar- con relevantes marcadores étnicos (SCHNEIDER,
cada con múltiples tatuajes en negro en las piernas 2010, pp. 152-158 y ss.; BAINES, 1996, pp. 93-97
y brazos (O’CONNOR, 1990, pp. 79-80; JÉQUIER, y ss.). Si bien los extranjeros fueron claramente me-
1938, pp. 27 y 28; BAINES, 1996, p. 90). Los ojos jor conocidos y más distinguidos con seguridad en
suelen ser angulados y las narices largas y, a veces, este período, las representaciones genéricas fueron
ganchudas. creciendo de modo formular y estereotipado, repre-
sentándose nubios, libios y asiáticos casi como ca-
Las mujeres son raramente representadas. En algu- ricaturas.
nos casos excepcionales, sin embargo, como en la
mencionada tumba de Rekhmire, las mujeres asiá- Como en los períodos más antiguos, los contextos
ticas llevan faldas ondulantes sobre el mismo tipo reales genéricos en los que se incluían extranjeros
de túnica que usan los varones, y cargan niños en eran las escenas de golpeo y aplastamiento, esce-
cestas sobre sus espaldas. Las mujeres de la elite nas de cautivos foráneos atados y conducidos tiran-
Nubia en la tumba de Huy, por su parte, se mues- do de sus ropajes, sobre todo sobre las bases de las
tran vestidas a la moda de las mujeres egipcias de estatuas regias (SALEH & SOUROUZIAN, 1987, p.
alto rango de este período (EPIGRAPHIC SURVEY, 16; WEATHERHEAD, 2007, p. 123 y ss.). Tales re-
1932, p. 180, pl. 52a). Un particular e interesante de- presentaciones de extranjeros prisioneros se consta-
sarrollo de fines de la Dinastía XVIII es la presencia tan también sobre reposapiés de los faraones, sue-
de la escena femenina del golpeo violento. En ella, la las de las sandalias y suelos de los palacios.
reina es mostrada pisoteando mujeres extranjeras o
aplastándolas, en la forma de esfinge . Las mujeres En uno de los carros de la tumba de Tutankamón las
nubias suelen llevar una falda larga, hasta los tobi- imágenes de extranjeros sometidos y atados se en-
llos, y el pelo corto, mientras que las asiáticas, llevan cuentran sobre las superficies internas del carruaje,
el cabello largo, hasta la cintura. de tal modo que el cuerpo del soberano se inclinaba
contra ellos cuando rodaba. El mensaje no era que
El extranjero en la escenografía histórica los extranjeros fuesen pisoteados, subyugados y hu-
millados, sino que se trataba de que fuese el faraón
Las escenas que parecen mostrar un encuentro en persona quien los pisotease, sometiese y humi-
histórico preciso y específico, pueden representar llase (DESROCHES-NOBLECOURT, 1963, pl. 11,
extranjeros de etnicidades más concretas, probable- 18, 90; LITTAUER & CROUWEL, 1985, pls. 15-22;
mente traídos como bienes mercantiles. REEVES, 1990, pp. 155-156). De un modo semejan-
te, los brazos del trono de la tumba de Tutmosis IV
Con la conquista de los Hicsos durante el comienzo mostraban una esfinge pisoteando sobre una cara y
del Segundo Período Intermedio (1759-1540 a.e.c.) al faraón con el dios Thot y una diosa con cabeza de
y la consecuente expansión del poder egipcio por el leona, Weret-Heka sobre la otra.
occidente de Asia y Nubia, los egipcios se encontra-
ron con extranjeros en un número y variedad mayor Hubo también ahora una mayor cantidad de posibles
que en épocas previas (EL AWADY, 2009, pls. 5 y 9, escenas históricas que representasen extranjeros.
p. 203; LABROUSSE & MOUSSA, 2004, figs. 117, Además de las escenas de expediciones de comer-
118). Mientras los egipcios de períodos anteriores cio (como aquellas al Punt, que son visibles en los
conocieron a los nubios de la Baja Nubia, a las gen- relieves en el templo de Hatshepsut de Deir el-Ba-
tes del Punt, o a los asiáticos de la región del Sinaí o hari, o las escenas que muestran la presentación de
del Levante, durante el Segundo Período Intermedio tributos foráneos a Ajenatón), los artesanos ahora
y el Reino Nuevo (1540-1077 a.e.c.) los ejércitos y representaron batallas con presencia de extranjeros,
los diplomáticos se encontraron de cara con pobla- un nuevo género escenográfico que aparentemen-
ciones más exóticas, tanto más al sur de la Cuar- te comenzó en época de Amosis, a juzgar por los
ta Catarata del Nilo, como en las grandes ciudades fragmentos de relieves descubiertos no hace mucho
del Medio Oriente, caso de Babilonia, Washukkanni, en Abidos (HARVEY, 2001, pp. 78-82). Las múltiples
Asur o Hattusas e, incluso, probablemente, también representaciones de Ramsés II en la batalla de Qa-
en las ciudades del Egeo como Cnosos y Micenas. desh y aquellas de las batallas contra los libios y los
Pueblos del Mar modeladas sobre el templo de Ram-
Los extranjeros viajaban a Egipto y se asentaban allí, sés III en Medinet Habu (ilustración 1) representan
de modo que los naturales sin duda tomaron nota de grupos específicos, bien etiquetados, de extranjeros
sus lenguajes, costumbres y vestimentas caracterís- con vestimentas y apariencias distintivas (EPIGRA-
ticas. Como nuevos residentes en Egipto, en el mo- PHIC SURVEY, 1932).
mento en que eran representados en los monumen-
tos solían distinguirse únicamente por sus nombres Al igual que las escenas semejantes del Reino An-
24 | Egiptología 2.0
Ramsés II en una escena de la batalla de Qadesh, apresando por el cabello a enemigos
(un nubio, un libio y un asiático). Menfis (Imagen: Wikimedia Commons).
tiguo, esas escenas históricas no suponen, necesariamente, seguras representaciones de batallas reales o
acerca de la apariencia verdadera de los combatientes extranjeros (LABROUSSE & MOUSSA, 2004, p. 260).
Las formas más especializadas de extranjeros se ubicaban, ocasionalmente, en los contextos cosmológicos,
como por ejemplo los variados Pueblos del Mar en las escenas más genéricas de Medinet Habu.
Una innovación del Reino Nuevo que comparte características con las escenas históricas y las representa-
ciones más genéricas de foráneos es la presencia de listas geográficas de ciudades conquistadas, con sus
nombres cercados por óvalos mostrando bordes almenados, y encimados con la cabeza y los brazos atados
de un habitante extranjero (REDFORD, 1983, pp. 360-362; BRESCIANI, 1997, pp. 226-227). Algunas veces
se les llama “óvalos de los cautivos”. Los nombres jeroglíficos escritos en esos óvalos dan la apariencia, muy
probablemente falsa, de un hecho histórico, si bien los extranjeros atados tienden a ser fuertemente genéricos.
Conclusión
Las representaciones del “otro” no egipcio en el arte son tanto regias como no reales, esquemáticas como
realistas, históricas y genéricamente propagandísticas. Sin embargo, las alusiones textuales a los extranjeros
tienden a ser casi uniformemente realistas, tanto si el propósito de los textos es para registrar eventos históricos
como si se trata de literatura. Únicamente en las inscripciones reales, a menudo acompañadas de escenas de
batalla propagandísticas, como en las lamentaciones, donde representan el desorden y la inversión de lo real,
los extranjeros adquieren los estereotípicos y esquemáticos roles que se corresponden a las formas de las re-
Egiptología 2.0 | 25
presentaciones artísticas.
Las representaciones de los no egipcios en los contextos no reales tienden a ser positivos, focalizándose, en
la literatura, sobre su papel de asistentes de los egipcios en el extranjero, y en el arte, en su capacidad de traer
cosas maravillosas y exóticas hasta Egipto. En contraste, tanto en los textos reales como en las representa-
ciones estéticas plásticas de esta naturaleza, son considerados como viles y desdichados oponentes cosmo-
lógicos, cuyo apaleamiento y subyugación es necesaria por parte del soberano para garantizar la estabilidad y
resistencia de Egipto.
La pasividad del foráneo respondía a su inevitable sometimiento, pues como genérica metáfora del caos, siem-
pre presente en el delicado equilibrio cósmico, su continuado control se hacía imprescindible para que se man-
tuviera Maat. En un mundo de polaridades contrastantes, necesarias para mantener el equilibrio dinámico, los
egipcios se distinguían de los extranjeros y también se les oponían, en un diálogo que permitía, en el fondo, la
proclamación propagandística del poder del faraón.
BAINES, J. (1996). “Contextualizing Egyptian Repre- Julio López Saco (Caracas, 1966), es profesor e in-
sentations of Society and Ethnicity”, en COOPER, vestigador titular en la Universidad Central de Vene-
J.S. & SCHWARTZ, G.M. (Edits)., The Study of the zuela y en la Universidad Católica Andrés Bello.
Ancient Near East in the Twenty-first Century: the Wi-
lliam Foxwell Albright Centennial Conference, Winona Ex-coordinador del Doctorado en Historia en la UCV y
Lake, pp. 339-384. ex-coordinador Académico en la Escuela de Historia.
HARTWIG, M.K. (Edit.) (2015). A Companion to An- Se ha especializado en el estudio de las antiguas tra-
cient Egyptian Art, Oxford. diciones míticas y sus referentes iconográficos, de-
sarrollando una línea de investigación que lleva por
O’CONNOR, D. (1990). “The Nature of Tjemhu (Lib- nombre: El mito como sustrato de la cultura.
yan) Society in the Later New Kingdom”, en LEAHY,
A. (Edit.), Libya and Egypt, c. 1300-750 BC, Londres, http://asiahistoria.blogspot.com.es/
pp. 29-113.
http://www.investigacioneshistoricaseuroasiati-
SCHNEIDER, T. (2010). “Foreigners in Egypt: Ar- cas-ihea.com/
chaeological Evidence and Cultural Context”, en
WENDRICH, W. (Edit.), Egyptian Archaeology, Chi- https://www.facebook.com/julio.saco.1?fref=ts.
chester, pp. 143–163.
26 | Egiptología 2.0
Arte
Alexandra Bast
Ostracon con la representación de un pato y una mujer portando un Sistro y un menit. Deir el-Medina
(Imagen: Wikimedia Commons).
Quizás, cuando se piensa en un soporte de escritura en el antiguo Egipto nos viene a la mente la figura de un
escriba sentado teniendo sobre sus rodillas un rollo de papiro. Quizás también, se pueda pensar en aquellas
paredes de templos y tumbas donde se puede apreciar, no solo la escritura sagrada, sino también lienzos don-
de se representaban diferentes escenas.
Sin embargo, el resultado visto tanto en papiros como en paredes, solía ser la consecuencia de una práctica
previa, ejecutada en un soporte diferente a estos dos, el ostracon.
Los ostraca
Éstos eran unos fragmentos de piedra caliza o cerámica que podían extraerse de canteras o tumbas en proceso
de excavación. Así sucedía en Deir el-Medina (Tebas), donde los trozos de piedra caliza que se desechaban,
los cuales no eran necesarios tratar previamente, se laminaban siendo muy adecuadas para la escritura.
El nombre por el que los conocemos proviene del griego y según el número (singular o plural), se denomina
de una manera u otra. Así es como para singular utilizamos: ὄστρακον, ostracon, mientras que para el plural
usamos: ὄστρακα, ostraca.
Eran utilizados tanto para escribir textos, como para dibujar. Tanto por aprendices, como por personas ya for-
madas. Para realizar simples bocetos u para obras ya finalizadas. Para practicar sobre escritura o sobre dibujo
o incluso, para llevar a cabo los bocetos de un proyecto.
Egiptología 2.0 | 27
Vista aérea de Deir el-Medina
(Imagen: Wikimedia Commons).
Es allí, en Tebas, lugar idóneo para la extracción de gar, asentando las bases de lo que posteriormente
estas lascas de piedra, donde nos vamos a detener, será un lugar próspero para futuros enterramientos.
en el pueblo llamado Set-Maat, el lugar de la Verdad,
el pueblo de los artesanos o mas conocido como A partir de entonces, será cuando se considere la
Deir el Medina. idea de tener un séquito fijo de artesanos expertos
para la construcción y decoración de las tumbas rea-
Es allí, en el basurero de la ciudad de los artesanos, les, ya fuese en el Valle de los Reyes o en el de las
donde se han hallado una muy buena cantidad de Reinas. De esta idea y con la pretensión de guar-
ostraca, con una temática variada y valiosa, ya que dar discreción acerca del alojamiento de las nuevas
gracias a ellos podemos saber un poco más sobre el moradas eternas, nace la decisión de alojar a estos
proceso de ejecución de un artista o un aprendiz de artesanos en las cercanías de su lugar de trabajo.
escriba, pero también nos aporta conceptos sobre la
vida administrativa e incluso privada de las gentes Deir el-Medina tuvo su época de esplendor durante
del lugar. el gobierno de Seti I y Ramsés II, abandonándose
en época de Smendes I, en torno al 1070-1044 a.C.
Pero, antes de detenernos en estos fragmentos, Posteriormente, tuvo un segundo resurgimiento en
analicemos las peculiaridades de esta ciudad. época Ptolomaica, pero nunca llegó a ser tan prós-
pero como en época Ramésida y se terminó abando-
El Lugar de la Verdad nace en época de Tutmosis nando de nuevo.
I (1504-1492 a.C.), después de que este decidiese
alejarse de las enormes pirámides como lugar de Los ostraca, una fuente para conocer mejor el
descanso eterno, para buscar un lugar más recóndi- mundo del escriba y del artesano
to para tal fin. El arquitecto de su tumba fue Ineni y el
lugar elegido, el Valle de los Reyes. Y allí estaba Tut- Estos fragmentos que a priori pueden resultar insig-
mosis I, el primer rey enterrado en este valle e Ineni, nificantes, por el contrario, guardan una información
primer arquitecto en diseñar una tumba en este lu- muy valiosa, ¿por qué? Los ostraca eran conside-
28 | Egiptología 2.0
rados borradores donde, entre otras cosas, tanto el escriba como el artista, podían dejar vagar su imaginación,
ya que no estaban frente a un papiro (soporte de escritura utilizado tan solo para los documentos más concretos
debido a su alto coste).
Una de las peculiaridades del pueblo de Deir el-Medina es que gran parte de sus habitantes sabían leer y es-
cribir, por lo que los ostraca hallados son todavía más ricos en información, ya que se han encontrado lascas
con información un tanto curiosa del día a día, como recibos de compra, cartas, cotilleos entre vecinos o notas
de lavandería.
También se han hallado otros ostraca con contenido
un tanto más formal, que ofrecen un amplio abanico de
documentación sobre trabajos que se han puesto en
marcha, disputas locales, listas de provisiones o inclu-
so, algunos, que han ayudado a hacernos una idea del
sistema educativo en las escuelas.
Literatura y enseñanza
Relatos
Egiptología 2.0 | 29
Por todos los restos conservados, se sabe que fue Si nos acercamos al mundo artístico, entendemos
un texto muy utilizado en las escuelas durante el Rei- que para un antiguo artista egipcio, un ostracon era
no Medio y Nuevo. como un boceto de dibujo, donde el artista, experto
o aprendiz, realizaba sus prácticas y además, daba
Los textos literarios empiezan a ser famosos a partir rienda suelta a su imaginación.
del Imperio Medio, y la Historia de Sinuhé, tiene la
particularidad de ser considerada como una de las Los ostraca hallados muestran bocetos previos o ya
obras que marca el origen de la literatura egipcia. terminados, normalmente escenas peculiares que se
desvían del canon y estilo egipcio que, a priori, esta-
Una de las novedades que nos trae este cuento es mos acostumbrados a ver en templos y tumbas.
que está narrado en primera persona y es considera-
do el primer relato de autor. Además, está escrito en Por ejemplo, en la tumba de Irynefer, nos encontra-
egipcio medio (lengua clásica por excelencia) siendo mos con un ostracon donde se puede ver al artesano
un gran ejemplo para ver la evolución de la lengua en una escena de vida cotidiana, sentado sobre una
egipcia. piedra, con dos cuchillos en las manos, frente a una
mesa con panes.
Un ostracon hallado en la tumba de Sennedjem,
(artesano de Deir el-Medina) es un ejemplo de esta
copia tan repetida. Roto en dos partes, un lado con-
tiene la Historia de Sinuhé, mientas que el otro, una
carta privada.
Bocetos artísticos
30 | Egiptología 2.0
Bailarina de Turín. Reino Nuevo, Museo egipcio de Turín (Imagen: Xavier Masnou Planes).
importante en el antiguo Egipto, ya que tanto las bai- mientas de su denunciante, sino también una vasija
larinas, como la música, eran imprescindibles duran- ritual del templo de Amón, por lo que no solo atañe a
te las festividades religiosas y rituales funerarios. un robo, sino que se consideraba también un sacri-
legio. Este suceso se considera tan importante, que
Este ejemplo es una muestra inequívoca de que los el tribunal del Lugar de la Verdad, creyó conveniente
egipcios sabían dibujar perfectamente, saliéndose que fuese el visir quien tomase cartas en el asunto.
del canon ideal que estaban obligados a ejecutar du-
rante su jornada, aplicando, incluso, sombras sobre Por otro lado, también nos encontramos con ostraca
la piel. que comentan transacciones comerciales. En ellos
vemos otro lado del pueblo de Deir el-Medina, en el
Huelgas, causas juzgadas, transacciones comer- que nos acercarnos a la vida cotidiana, a la manera
ciales y amuletos de proceder en una transacción o a los problemas
que se pueden encontrar en el transcurso de un in-
Es en Deir el-Medina donde se documenta la primera tercambio.
huelga de la historia y es en otro de estos fragmen-
tos donde se documenta tal hecho. En él se cuenta En uno de los ostraca, se observa como las mujeres
cómo en época de Ramsés III, los artesanos del Lu- podían realizar transacciones sin problema y ade-
gar de la Verdad se ponían en huelga porque no se más, a hacer una serie de intercambios con cual-
les pagaba como era debido. Después de muchas quier bien de su propiedad.
quejas al encargado y ver que este no ponía solución
a sus reclamos, deciden ponerse en huelga hasta Por último, pero no por ello menos importante, se
conseguir lo que les pertenecía. han hallado ostraca que contienen una especie de
hechizos, los cuales se cree pudieron actuar como
Si seguimos con conflictos, es interesante un ostra- una especie de amuleto de protección, por las pala-
con que nos habla de la manera de proceder en el bras que se escribían y por el poder de la escritura
qenbet o tribunal de Tebas. Éste cuenta cómo el tri- en sí.
bunal de los artesanos del Lugar de la Verdad, tuvo
que llevar a cabo la investigación de una denuncia Otros ostraca por el estilo, demuestran que los miem-
de un tal Nebnufe hacia Heria, una ciudadana, por bros de Deir el-Medina estaban bien asistidos médi-
haberle robado unas herramientas. camente, puesto que recibieron asistencia médica a
base de tratamientos, encantamientos y magia.
También nos cuenta la manera de proceder en es-
tos casos y cuántos miembros formaban el tribunal y En conclusión, a lo largo de este artículo, hemos visto
además, vemos cómo a lo largo de la declaración, no algunos ejemplos de ostraca. Sin duda, son muchos
solo se descubre que Heria había robado las herra- y muy variados, cada uno contando una historia dife-
Egiptología 2.0 | 31
rente e igual de interesante. Una historia que suma a la hora de montar las piezas de un puzle y descubrir el
modo de vida de este pueblo. Por ello, no podemos dejar de admirar la gran importancia que poseen estos
fragmentos para la Historia de Egipto.
Toros de lidia. Reino Nuevo, Metropolitan Museum of Art (Imagen: Metropolitan Museum of Art, New York).
B. LLOYD, A. (2010). A companion to Ancient Egypt Licenciada en historia del arte con la especialidad en
vol.1. Wiley- Blackwell. Oxford. historia del arte antigua y medieval y protección del
patrimonio cultural. Además, se dedica a la ilustración
CERVELLÓ AUTORI, J. (2015). Escritura, lengua y y creación de infografías, cualidad que complementa
cultura en el Antiguo Egipto. El espejo y la lámpara. con su formación en historia del arte.
Edicions UAB. Bellaterra.
Desde que tiene uso de razón adquiere especial inte-
LABOURY, D. (2013). De l’individualité de l’artiste rés y cariño por el país de Kemet, lugar que la motiva
dans l’art égyptien. L’art du contour. Le dessin dans e influye a la hora de crear la mayoría de sus ilustra-
l’Égypte ancienne. Louvre éditions. París. ciones, las cuales, siempre contienen pinceladas de
Pasado.
MANNICHE, L. (1994). El arte egipcio. Alianza. Ma-
drid. Además, colabora con diferentes entidades y blogs
culturales, como redactora, ilustradora e infografista.
T.G.H., JAMES. (2004). El pueblo egipcio: La vida co-
tidiana en el Imperio de los faraones. Crítica. Barce- https://alexandrabast.wordpress.com
lona.
https://www.facebook.com/crealexandrabast/?fre-
PARRA ORTIZ, J. M. (2016). Eso no estaba en mi libro f=ts&locale=es_ES
de Historia del Antiguo Egipto. Almuzara. Madrid.
https://twitter.com/alexilustra
PARRA ORTIZ, J. M. (2014). La historia empieza en
Egipto. Eso ya existía en tiempos de los faraones. Crí- https://www.instagram.com/alexilustra
tica. Barcelona.
32 | Egiptología 2.0
Religión
Aroa Velasco
Osiris
Hemet Re, y que está fechada a finales de la IV dinastía / principios de la V dinastía. Es aquí donde se le cita
como receptor de un contexto funerario.
Se le representa como una figura momiforme, vestida con un lino blanco y con atributos reales como el cayado,
el flagelo y las coronas. En ocasiones aparece con el falo erecto, matizando su aspecto de fertilidad de la tierra.
Además, Osiris es una divinidad con múltiples aspectos, siendo muy difícil conocer también su verdadera esen-
cia. Para poder conocerle mejor, lo más sencillo es dirigirnos hacia el mito de la realeza. Este mito, uno de los
mejores conocidos del antiguo Egipto nos relata la muerte y consecuente resurrección del dios y aunque es
aludido en numerosas ocasiones en textos e imágenes del Reino Antiguo en adelante, no tendremos el texto
íntegro hasta el siglo II d.C. con Plutarco.
Como he comentado se trata de un mito de la realeza, porque Osiris era el primogénito de Geb y Nut, los dio-
ses de la tierra y el cielo respectivamente, y hermano de Isis (que fue también su esposa), Seth y Neftis. Al ser
el primogénito heredó el derecho a gobernar la tierra de Egipto. Este ‘‘reinado’’ lo tenemos en la Lista Real de
Turín, en donde la tradición de la realeza nos habla del gobierno de una sucesión de dioses: Ptah, Re, Shu,
Egiptología 2.0 | 33
Geb, Osiris, Seth y Horus. Por supuesto se trata de reinados ficticios y más ligados con la religión que con el
gobierno estatal.
Es de destacar que las fuentes nos hablan de que este reinado ‘‘mítico’’ de Osiris fue muy boyante. Una de
estas fuentes es la estela de Amenmose, (XVIII dinastía), actualmente en el Museo del Louvre (C286). En este
documento, el reinado de Osiris aparece como uno de los más prósperos, con las aguas del Nun controladas
y con todos los dioses respetándole a él y a su reinado. Estamos ante una edad de oro con Isis y Osiris como
gobernantes. También se nos retrata al dios como invencible, destructor de los enemigos. En el mismo texto
nos encontramos con una incongruencia pues a pesar de ser invencible, nos aparece Isis buscando su cuerpo,
omitiendo toda la parte de su asesinato por parte de Seth, y usurpación del trono, que es el mito que todos co-
nocemos y al que luego volveremos.
conocida como Umm el-Ga´ab o ‘‘Madre de los cacharros’’, debido a la enorme cantidad de cerámica que se
acumula como ofrendas al dios.
El dios desciende a Duat para reinar allí como su señor, y de esta manera ofrece una esperanza de continuidad
de la existencia de cada persona con el milagro de su resurrección de entre los muertos, siendo su gobernante.
Mientras tanto, su hijo y primogénito, a quien ha pasado la realeza, Horus, gobierna sobre los vivos en la tierra.
De ahí que lo llamemos mito de la realeza, porque nos está justificando al faraón sobre el trono como Horus.
Este mito intenta resolver el problema de la sucesión por la legitimación.
34 | Egiptología 2.0
Osiris. Libro de los Muertos de Hunefer, 1275 a.C.
(Imagen: Steven Zucker). Egiptología 2.0 | 35
Y es justo cuando tenemos a Osiris
muerto y resucitado, cuando más re-
lación tiene con la realeza y con la di-
vinidad del rey muerto (un concepto
más fácil de explicar que la divinidad
del rey vivo). El culto al rey muerto
está atestiguado desde periodos
tempranos y continúa a lo largo de
la Historia de Egipto, y como primera
muestra tenemos los Textos de las
Pirámides, en donde se identifica al
rey muerto con una variedad de dio-
ses, siendo los más importantes Osi-
ris y Re.
Pero Osiris no sólo es el dios de la resurrección para el rey, también alcanza a otros egipcios. Este fenómeno
solo aparece una vez que los Textos de los Ataúdes empiezan a ser escritos (seguramente a finales del Reino
Antiguo), siendo los encantamientos funerarios disponibles para la alta nobleza. A partir de este momento los
encantamientos de las transformaciones divinas y las identificaciones están disponibles para más gente que
puede aspirar a una vida en el Más Allá. Es ahora cuando los nombres de los difuntos son precedidos por el de
Osiris, como “Osiris N”, siendo N el nombre del difunto en cuestión. Durante este periodo muchas característi-
cas del enterramiento ritual real se asimilan, como por ejemplo que el difunto reciba la protección de Nut, Isis,
Neftis y Anubis, deidades que juegan un papel importante en el mito osiriano.
Esta llamada “democratización” del Más Allá tiene más alcance aun cuando en el Reino Nuevo aparece el Libro
de los Muertos, que es a su vez una derivación de los Textos de los Ataúdes. Estos encantamientos son más
baratos y asequibles para una mayor audiencia. Los antiguos egipcios comienzan a apropiarse de prerrogativas
que antes eran solo reales.
Anubis
De nuevo estamos ante un dios con un pasado desconocido e incierto. Su parentesco es una mezcla de tra-
diciones. Primeramente nos lo encontramos en los Textos de las Pirámides, en donde posee dos madres: la
diosa felina Bastet y la diosa bovina Hesat; además aparece como padre de la diosa serpiente Kebehut, quien
le asiste en la purificación del difunto.
En fuentes posteriores se dice que Anubis es hijo de Neftis con Re, Osiris o Seth (dependiendo de la fuente).
Según Plutarco Anubis era hijo de Neftis y Osiris pero Isis le crio como un hijo suyo propio. En otro texto demó-
tico, este dios aparece como hijo de Osiris e Isis-Sekhmet.
Lo que si tenemos claro es su forma: se le representa como un chacal o como un hombre con cabeza de este
animal (sobre todo hacia el Reino Nuevo). Normalmente el dios aparece descansando sobre un cofre con las
piernas delanteras extendidas y su cola colgando. En su garganta suele llevar un collar o una venda normal-
mente roja; también suele portar el cetro nejej, símbolo de autoridad, o el cetro sejem que indica poder.
Pero ¿qué es un chacal? ¿Por qué se eligió este animal para este dios? Un chacal es un mamífero cánido que
36 | Egiptología 2.0
Anubis. Libro de los Muertos de Hunefer, 1275 a.C.
Egiptología 2.0 | 37
(Imagen: Steven Zucker).
en Egipto tiene el lomo negro, muy parecido al lobo, depredador de pequeños mamífero y carroñero, llegando a
desenterrar y alimentarse de cuerpos muertos. Suele estar activo al anochecer en el desierto, un momento muy
crucial para los antiguos egipcios, pues durante la noche las fuerzas del caos eran más patentes.
Tenemos otros dioses con forma de chacal que pueden ser ocasionalmente confundidos con Anubis si no están
debidamente nombrados. El más importante es Upuaut, de quien se dice que pudo ser en sus orígenes una de
las diversas personalidades de Anubis y que con el tiempo logra independizarse de este. Otros investigadores
opinan que Upuaut fue desde el principio una divinidad independiente de Anubis con quien tuvo puntos de con-
tacto con la función funeraria. Upuaut en los Textos de las Pirámides es el que guía al faraón en su ascenso
hacia las estrellas, y también se le relaciona con la ceremonia de apertura de la boca que luego veremos.
Anubis era el principal dios funerario de los antiguos egipcios, aspecto apreciable en sus numerosos epítetos,
38 | Egiptología 2.0
el ritual conocido como de apertura de la boca, en donde tenemos de nuevo al sacerdote enmascarado, ayu-
dando en este ceremonial al sujetar a la momia, mientras el sacerdote le aplica una azuela para “abrir” ritual-
mente los sentidos del difunto. Este ritual era un momento trascendental para el tránsito del difunto y que se
llevaba a cabo en la entrada de la tumba, una vez la procesión había llegado, marcando a su vez el inicio del
enterramiento del cuerpo como preludio de una nueva fase de su existencia. La ceremonia, una de las más po-
pulares y reconocibles de la liturgia egipcia la tenemos en numerosos papiros del Reino Nuevo, y mediante su
realización el ka del difunto adquiría la capacidad de cobrar vida a través de la toma de contacto con diversos
objetos litúrgicos y una serie de ensalmos. Así el difunto podría renacer en el inframundo.
Por último, y después de ayudar en la momificación, Anubis acompañaba al difunto hacia la Sala de la Verdad y
la Justicia, en donde tenía lugar el juicio de Osiris. Anubis era el encargado de colocar el corazón en la balanza,
acto que tenemos ilustrado en la viñeta 125 del Libro de la Salida al Día (mal llamado Libro de los Muertos).
Si en el pesaje, el corazón era más ligero que Maat, significaba que el difunto no había cometido ningún mal
acto en su vida, pudiendo “vivir” en el Más Allá para siempre. Si por el contrario, el corazón pesaba más que la
pluma, la monstrua Ammit devoraba su corazón, dejando de existir para siempre.
Conclusiones
Nos encontramos ante dos dioses que tienen una relación indiscutible con el ámbito funerario, aunque de
manera distinta y complementaria. No hay que olvidar que estos dioses evolucionan con el tiempo, variando y
matizando sus aspectos a medida que la democratización del Más Allá es más latente. Gracias a este cambio,
ambos dioses se reparten sus papeles y funciones quedando una mejor organización del aspecto funerario en
la mentalidad egipcia.
Sin embargo, personalmente no los llamaría dioses de la muerte, pues como hemos visto, Osiris es un dios de
aspecto real, agrario y de resurrección, mientras que Anubis es el embalsamador. Ambos tienen relación con la
muerte pero la intención de los antiguos egipcios era vivir en ese Más Allá. Ellos no concebían la muerte como
el final, sino como el principio, una vida incluso mucho mejor para algunos.
ALTENMÜLLER, B. (1975). ‘‘Anubis’’. En Lexikon der Nació en Madrid en 1986. Es licenciada en Historia,
Ägytologie, 1: 327-333. con un máster interuniversitario en Historia y Ciencias
de la Antigüedad, especialidad Egipto y Oriente anti-
MOLINERO, M. A. (1998). Realeza y concepción del guos, y actualmente doctorándose en la Universidad
universo en los Textos de las Pirámides, Tesis docto- Autónoma de Madrid. Enamorada del país de Kemet
ral. Departamento de Historia Antigua de la Facultad desde pequeña, es titulada en lengua y escritura jero-
de Geografía e Historia, UCM. glífica por el Seminario George Posener, y ha escrito
numerosos artículos para revistas nacionales e inter-
SHAFER, B. E. (ed.), (1991). Religion in Ancient Egypt. nacionales.
Gods, myths, and personal practice. Cornell University
Press. Ithaca and London. Desde Enero de 2014 dirige el proyecto Papiros Per-
didos, con el propósito de acercar el Antiguo Egipto de
TAYLOR, J. H. (2001). Death and the Afterlife in An- una manera amena, divulgativa y científica, llevando a
cient Egypt. British Museum Press. Slovenia. cabo un enorme trabajo de investigación y documen-
tación, clave para la elaboración de una Historia para
todos.
http://papirosperdidos.com
https://www.facebook.com/papirosperdidos
https://twitter.com/papirosperdidos
Egiptología 2.0 | 39
Vida cotidiana
Hipólito Pecci Tenrero
Los misterios y secretos del Valle del Nilo iban a brotar en toda su plenitud, siendo plasmados por los científi-
cos que acompañaban a la expedición militar francesa, en número de doscientos aproximadamente, los cuales
aglutinaron todos sus estudios y observaciones, mapas e imágenes, en una inmensa obra llamada “Description
de l’Égypte”, además de realizar descubrimientos tan trascendentales como la piedra Rosetta, hallada por un
soldado que integraba el destacamento comandado por un oficial de apellido Bouchard, en julio de 1799 cerca
de la localidad homónima, y que serviría a Jean-François Champollion (1790-1832) para descifrar la escritura
jeroglífica.
A partir de este periodo, la fascinación por el Antiguo Egipto se desbordó, y esta atracción llevó a muchos euro-
peos acomodados a visitar, e incluso establecerse en el país, dando pie a la aparición de excavaciones privadas
y al surgimiento de un ingente comercio de reliquias, entre ellas, el tráfico de momias, piezas clave, en muchos
casos, de las veladas en el Viejo Continente, cuyo acto final consistiría en su desvendado ante la mirada bo-
quiabierta, estupefacta, de los asistentes.
Si bien, las más desafortunadas, acabarían sus días sirviendo para menesteres menos “científicos”.
40 | Egiptología 2.0
Es así, como a lo largo del siglo XIX Egipto se convir- antaño el Cuartel de la Montaña, es decir, en la Mon-
tió en un gran mercado de antigüedades, suministra- taña del Príncipe Pío, en el Parque del Oeste, junto
dor de obras de arte a museos europeos, y a algún al Paseo del Pintor Rosales.
que otro personaje adinerado con pocos escrúpulos,
pero también vio nacer una nueva ciencia, la Egip- En los últimos años la Egiptología se ha creado un
tología moderna, en la que arqueólogos y estudio- gran espacio en nuestro país, por una parte, gracias
sos, e igualmente algunos individuos no tan “doc- a la impartición de estudios relacionados con la His-
tos”, Giovanni Battista Belzoni (1778-1823), Ippolito toria egipcia en las universidades, y por otra, por la
Rosellini (1800-1843), Richard Lepsius (1810-1884), labor de entidades tanto públicas, caso del Consejo
Luigi Vassalli (1812-1887), Auguste Mariette (1821- Superior de Investigaciones Científicas, como priva-
1881), Gastón Maspero (1846-1915), o William Mat- das, por ejemplo el Instituto de Estudios del Antiguo
thew Flinders Petrie (1853-1942) entre otros, se afa- Egipto, que se encuentran realizando investigacio-
naron por recopilar y descubrir la historia del país nes y excavaciones arqueológicas, además de las
de los antiguos faraones, trabajos e investigaciones colecciones existentes en museos como el Museo
que alcanzaron su clímax en 1922, cuando Howard Arqueológico Nacional o el Museo Egipcio de Bar-
Carter logró su objetivo aquella mañana del cuatro celona.
de noviembre, localizando los restos de un rey poco
conocido hasta el momento, Tutankhamón, cuya Gracias a todo este conjunto de comunidades y or-
tumba inviolada (KV62) suministró un fantástico ganismos, el acercamiento al Antiguo Egipto es con-
ajuar compuesto por espléndidas piezas, entre ellas siderablemente más asequible a día de hoy, el in-
carros desmontados, arcos, bastones, abanicos o un terés sobre monumentos, pirámides, etc., es mucho
trono de oro en el que aparece la pareja formada por mayor dentro de la sociedad, y el conocimiento de la
la figura sedente del monarca, situada frente a su historia, la religión, los monarcas, se encuentra más
hermanastra y esposa Akhesenamón. extendido.
Paralelamente, y ante el aluvión turístico, junto a los Sin embargo, existe una faceta vital, trascendental
trabajos de excavación se iba tomando conciencia en las relaciones personales, que, hasta el momen-
sobre la necesidad de salvaguardar los monumen- to, y sorprendentemente, ha pasado un tanto desa-
tos, de tal forma que algunos investigadores plan- percibida, ya que se ha hecho poco hincapié en ella,
tearon la necesidad de instituir entidades dirigidas bien por falta de datos, de documentación, o bien por
a estos fines, labor que puso en práctica Amelia ser un aspecto un tanto peliagudo, matiz embara-
Edwards (1831-1892) junto a Reginald Stuart Poo- zoso del espacio cotidiano para los investigadores,
le (1832-1895), fundadores de la Egypt Exploration tanto del siglo XIX, como de la primera mitad de la
Fund en 1882, y que tras la Gran Guerra cambiaba centuria siguiente, y no es otro que la vida sexual de
su denominación, pasando a conocerse como Egypt los antiguos moradores de Kemet.
Exploration Society.
La percepción del erotismo
Lo cimientos ya se habían proyectado para que el fe-
nómeno del antiguo Egipto se extendiera por el con- La noción de Egipto como una cultura monolítica
tinente europeo, no obstante, con diferente grado de es difícil de sostener, pues los habitantes que se
impregnación, pues mientras en países como Ingla- asentaban en el Valle durante el Reino Antiguo, es
terra o Francia la tradición egiptológica, como se ha muy posible que tuvieran algunas conductas dife-
visto, se había ido desplegando durante todo el siglo renciadas de los pobladores del Imperio Nuevo, por
XIX, en otros, como España, su conocimiento, sal- ejemplo, ya que entre ambas comunidades existía
vo algunos casos puntuales, no ha tenido suficiente una distancia cronológica de un milenio aproxima-
impacto mediático hasta la segunda parte del siglo damente, de tal forma que esta separación entraña-
XX, sobre todo, con la creación del “Comité Espa- ría un desconocimiento, una caída en el olvido de
ñol para el salvamento de los tesoros arqueológicos costumbres enterradas en el tiempo, y que pudieron
de Nubia” (Martín Valentín), que a partir de 1960, y ser, poco a poco, relegadas, hasta desaparecer de la
dirigido por el Profesor Martín Almagro Basch, parti- esfera tradicional. No obstante, se puede afirmar que
ciparía en el rescate de varios monumentos, trabajos es un proceso normal, pues tan solo baste decir que,
continuados por diversos arqueólogos españoles en este lapso temporal implicaría una metamorfosis, e
diferentes enclaves geográficos de la región. incluso, una pérdida de ciertos hábitos, por lo que
el saber y el acercamiento, en la actualidad, a estos
Gracias a ellos, los españoles podemos disfrutar del usos o modas es ciertamente imposible.
Templo de Debod, donado por Egipto en 1970 como
reconocimiento a los esfuerzos llevados a cabo, y Debido a esta situación, la percepción de prácticas
situado en la actualidad en la zona donde se ubicaba y modos de proceder únicamente son asequibles a
Egiptología 2.0 | 41
Cleopatra y Julio César, 1866
(Imagen: Jean-Leon Gerome).
42 | Egiptología 2.0
través de los medios que han perdurado hasta nuestros días, y, aunque, no pueden ser extensibles a la totalidad
de la historia de la cultura egipcia, que abarcaría, con sus altos y bajos, alrededor de tres mil cien años más o
menos, aportan una información muy útil para conocer ciertas cuestiones, en el caso que nos ocupa, referidas
al plano sexual, durante el periodo en que fueron concebidos.
Por tanto, la visión contemporánea del universo erótico nos ha llegado a través de fuentes exógenas, funda-
mentalmente viene dada por personajes alejados en el tiempo, que, en algunos casos, poseían innegables
intereses políticos, como los autores romanos durante los decenios finales del siglo I a. C. en sus ataques a
Cleopatra VII (69 a. C.-30 a. C.), a los que se sumarían, siglos más tarde, viajeros, artistas y escritores, los cua-
les, imbuidos de la moral propia de la época, principalmente los siglos XVIII y XIX, contribuyeron a distorsionar
la realidad de las cosas, escenario apoyado posteriormente por la nueva tecnología surgida a finales de 1895,
y que tendría un rápido predicamento, pasando a conocerse como “Séptimo Arte”, el cual continuaría, de cierta
forma, expandiendo la idea de la sociedad un tanto “libertina” del Antiguo Egipto.
Pero, no hay que olvidar la prolífica literatura actual cuyas tramas se desarrollan en el País del Nilo, y que, en
ciertos aspectos, bebe del mismo manantial que los autores románticos, no teniendo reparos, usualmente, en
presentar un paradigma, un modelo de atmósfera similar, sensual, voluptuosa.
Egiptología 2.0 | 43
Las fuentes jer, concertada mediante ciertos ritos o formalidades
legales, para establecer y mantener una comunidad
Independientemente de las múltiples representacio- de vida e intereses ”, se puede afirmar que, hasta
nes en las que se revelan bailarinas un tanto ligeras ahora, es inexistente en el mundo egipcio, e incluso,
de vestimenta, la documentación no es muy pródiga las relaciones contractuales parece ser que no se ul-
en cuanto al ámbito sexual se refiere, pues no hay timaron hasta principios del III Período Intermedio,
que olvidar que la escritura, y por ende, la lectura, se hacia el siglo X a. C. aproximadamente.
encontraban circunscritas a un mínimo exponente de
la población, circunstancia que conllevaba, con toda Se considera que el núcleo familiar estaba compues-
seguridad, una difusión oral de cuentos y narracio- to por la pareja junto a sus hijos, cuyo lugar de habi-
nes, perdidos, con el paso del tiempo, al no haber tación era la morada masculina que había consegui-
quedado manuscrito. do constituir, trasladándose a ella la mujer, la cual,
según los criterios actuales, en la inmensa mayoría
A pesar de esta aseveración, la existencia de dife- de las ocasiones no era más que una niña, ya que la
rentes testimonios, tanto de modo gráfico, como for- edad de partida a su residencia marital se encontra-
mando parte de figuras y pinturas nos acercan, en la ba en torno a los catorce años, e incluso menos en
medida de lo posible, a esta faceta de la vida privada. algunos casos.
De esta manera, la documentación que ha consegui- Las informaciones existentes y los estudios llevados
do salvaguardarse hasta nuestros días, aporta infor- a cabo por los investigadores, declaran una cierta
mación de primera mano relativa al universo erótico, libertad de la mujer, aunque se desconoce si se po-
pero también nos destapa y revela las reglas o cá- dría llegar a considerar una total igualdad entre ella y
nones de moralidad vigentes en la época en la que el hombre, como algunas veces se ha querido enten-
presumiblemente se elaboraron los pasajes. der por parte de ciertos eruditos, son manifiestos una
serie de derechos, quizás inimaginables en otras so-
En consecuencia, nos encontramos con diferentes ciedades coetáneas, como la posesión de esclavos
creaciones literarias en las que el eje central no es durante el Imperio Nuevo , el disfrute de herencias,
otro que el adulterio, tal como recoge, por ejemplo, bienes y de tierras, la posibilidad de divorcio en cier-
el conocidísimo Papiro Westcar, descubierto a fina- tos casos como las infidelidades, etc.
les de la centuria de 1800 y emplazado en el Museo
Nuevo de Berlín. Pero esta visión de la pareja como centro de la vida
egipcia, no tiene que nublar los ojos y hacer pensar
El texto, en escritura hierática y procedente de origi- en una relación familiar idílica, en donde los enga-
nales confeccionados en la Dinastía XII , nos refiere ños brillasen por su ausencia, ya que la existencia
una historia de traición conyugal, en la que la mu- de meretrices atestigua la posible laxitud de algunos
jer se convertía en la protagonista de una infidelidad hombres para con sus mujeres.
hacia su marido, el jefe-lector Ubaoné, escenario
idéntico al que se desarrolla en el Papiro D’Orbiney Un ejemplo de la actividad de este tipo de trabaja-
igualmente redactado en hierático, y también cono- doras fue recogido en un pasaje de Heródoto, en el
cido como el “Cuento de los dos hermanos”. Data- cual aseguraba que parte de la financiación de la
do en tiempos posteriores, durante la XIX Dinastía Gran Pirámide podría haber sido realizada gracias
y actualmente en el Museo Británico, narra una si- a los servicios sexuales desplegados por la hija de
tuación similar, con el intento de seducción de una Kheops.
mujer hacia su cuñado, maniobra infructuosa en este
caso, pero que, a pesar de los siglos transcurridos Junto a esta documentación, que muestra una pecu-
entre uno y otro, muestra el castigo aplicado en am- liaridad vital tremendamente importante, como es la
bos casos, esto es, la muerte, si bien, en el texto creación de un nuevo núcleo familiar, existen otros
del Imperio Nuevo, el perseguido pudo escapar en modelos de textos que, de la misma forma, dejan
ultima instancia. entrever distintos aspectos de las comunicaciones
personales, y por consiguiente, las sexuales, bien
Al mismo tiempo, otro rasgo que se vislumbra cla- por medio de escritos de contenido erótico, funda-
ramente a través de los cuentos, es la importancia mentalmente dirigidos a jóvenes, hombres y mujeres
del “matrimonio” como entidad o institución básica solteros, “¡Ah! Ojala fuese yo su sirvienta negra, la
dentro de la sociedad. que le lava los pies, pues entonces podría ver la piel
de todo su cuerpo entero” “Mi amor, qué dulce es ir
Con todo, habría que andar con pies de plomo y te- al estanque a bañarme ante ti y mostrarte mi belle-
ner mucha cautela a la hora de utilizar este término, za en una camisa del más fino lienzo, mojada. Me
puesto que, entendido como “Unión de hombre y mu- sumergiré contigo y volveré a subir con un pez rojo,
44 | Egiptología 2.0
tan lindo, entre mis dedos. Ven y mírame ” o bien, por una serie de papiros de contenido médico que reúnen
variadas patologías, entre las que no faltan las de tipología venérea.
En esta última línea, se localizan múltiples tratados redactados en diferentes períodos cronológicos; de esta
suerte, se puede hacer alusión a dos de los más importantes y más conocidos, uno de ellos sería el denomina-
do papiro (o papiros) de Lahun, datado durante el Reino Medio, a la altura de la Dinastía XII, más o menos hacia
el 1800 a. C., y que, entre otras cosas, reúne recetas y remedios con los que hacer frente a enfermedades y
males que atacan a los órganos sexuales, fundamentalmente femeninos, así como temas ligados al embarazo
y los métodos anticonceptivos.
El otro modelo que se puede citar es el famosísimo papiro Ebers, un arquetipo de vademécum elaborado unos
tres siglos más tarde, y actualmente depositado en la Universidad de Leipzig (Alemania), y que, igualmente,
recogía enfermedades propias de la mujer y materias vinculadas al embarazo y la anticoncepción.
Egiptología 2.0 | 45
Ambos aluden a diferentes mezcolanzas de sustancias, heces, miel, natrón, leche, resinas, etc., como preven-
ción para evitar embarazos, a la posición de las parturientas en cuclillas y su atención por parte de comadronas,
la circuncisión en el hombre, etc., mostrando un alto conocimiento médico.
Pero, si todo este repertorio es significativo como aproximación o toma de contacto con el mundo sexual, el
esplendor, el derroche informativo corre a cargo de una composición conocida como el papiro 55001 o papiro
de Turín.
Esta narración, que algunos investigadores han querido ver como un compendio o manual erótico del Imperio
Nuevo, fue descubierto en Deir el-Medina durante los primeros decenios del siglo XIX y en la actualidad se en-
cuentra en el Museo Egipcio de Turín, si bien, su contemplación no se pudo llevar a cabo hasta bien entrada la
segunda mitad del siglo XX, ya que, anteriormente, el acceso únicamente estaba permitido a hombres, siempre
y cuando su interés fuera meramente científico.
Está compuesto por doce pasajes en donde los personajes aparecen practicando sexo de forma tan clara, tan
abierta, que no se deja nada a la imaginación.
En estas ilustraciones surgen hombres y mujeres en diferentes posturas amatorias, algunas de ellas muy acro-
báticas, mientras que otras son bastante tradicionales, como puede ser la postura a tergo , es decir, penetración
por la parte posterior, aunque con un denominador común, el amante posee un miembro viril bastante desa-
rrollado, lo que ha llevado a pensar en la existencia de un complemento irónico, un toque divertido en la tarea.
Asimismo, algunos investigadores han sugerido cierta relación del protagonista con el sacerdocio, lo que daría
trazas de religiosidad al conjunto, pues hay que tener presente que dentro de la esfera religiosa, el elemento
sexual es fundamental, hallándose presente ya desde los mismos mitos de la creación.
Una de las tradiciones más conocidas, sería aquella denominada Teogonía Heliopolitana, la cual refiere como
en un principio únicamente existía el Num u Océano Primigenio, y en él se localizaba el Benben.
En esta roca primordial se crearía a sí mismo Atum, el cual, a través de la masturbación y con su semen (o su
saliva) dio vida a Shu, el Aire, y Tefnut, la Humedad, que engendrarían a Geb, la Tierra, curiosamente repre-
sentada como principio masculino, y Nut, el Cielo o Bóveda Celestial, y a su vez, de ellos se originan Osiris,
Isis, Set y Neftis, dando lugar a uno de los conjuntos de divinidades más importantes de la religión egipcia, a los
que se sumarían Horus y Anubis .
Son evidentes, en esta cosmogonía, las conexiones y vínculos sexuales que acontecen entre sus protagonis-
tas, reflejando prácticas habituales en algunos casos, como el onanismo o la felación, esta última recogida en
imágenes de Geb, que, obligado en algunos contextos a estar separado de Nut por la interposición de Shu, se
ve empujado a la autosatisfacción, junto a otros presumiblemente más inusuales, como el incesto, personifica-
dos en la unión de Seth y Neftis o de Osiris e Isis, cuyo vástago, Horus, asumiría un rol esencial en la monarquía
egipcia.
Papiro funerario de la sacerdotisa Henuttawy, Cantora de Amón-Ra, 1070-945 a. C. (Imagen: Wikimedia Commons).
46 | Egiptología 2.0
Pero, el arte también congrega alguna de estas voluptuosas particularidades en tallas y pinturas, moldeando
diversas características de las divinidades que, de una u otra manera, sobresalen y las envuelve de esa natu-
raleza erótica, apreciándose claramente en la representaciones de Min, el dios itifálico, es decir, con el pene
erecto, vinculado a la fertilidad y a la potencia de la naturaleza y de la vegetación, cualidad esta última que
establecería una conexión muy estrecha con una verdura como es la lechuga, debido a la semejanza entre el
líquido que desprende y el semen.
En el templo de Luxor es curioso observar el grabado del dios presentando su miembro ennegrecido debido a
la multitud de veces que ha sido manoseado.
Otras deidades poseen un rasgo preciso que, liviana o sutilmente, deja entrever determinada asociación con
este mundo del placer, a causa de la presencia de algún atributo en concreto que le conecta con la virtud, la
capacidad, la facultad de la fecundidad, constituyendo el ejemplo más evidente la iconografía de Hapi, efigie
masculina, que, sin embargo, posee pechos, los cuales otorgan su carácter distintivo, su naturaleza como re-
novador de Egipto, aquél que con la crecida del Nilo da la vida al Valle.
Mas, en este último estado, es decir, “portador de fertilidad”, se pueden vislumbrar otros actores; baste con enu-
merar a Bes, curioso ser de fisonomía humana, una especie de genio que en ocasiones se presenta desnudo y
con su miembro erecto, relacionado, entre otras cosas, con el goce sexual, el embarazo y el parto, al igual que
Taueret o Tueris, reconocible gracias, fundamentalmente, a su cabeza de hipopótamo y a sus generosas ubres
que la consignaban como protectora de las parturientas.
En un nivel más mundano, las representaciones se despojaban de cualquier significación que no fuera mera-
mente el sentido sexual, para convertirse en objetos de disfrute.
En este aspecto, nos encontramos con elementos bastante significativos en, se podría decir, la creación artísti-
ca de la población, si bien dentro de un conjunto bastante particular, ya que los autores eran verdaderos virtuo-
sos en la materia, tal como lo demuestra su procedencia, el poblado de Deir el-Medina, en donde se asentaban
los trabajadores y artesanos que se encargaban de la construcción de las tumbas ubicadas en el Valle de los
Reyes durante el Reino, o Imperio, Nuevo.
De este asentamiento proceden los ostracas que exhiben ilustraciones “subidas de tono”, dibujos realizados por
trabajadores que creaban estas viñetas, previsiblemente, con un fin libidinoso, quizás, como en la actualidad,
Egiptología 2.0 | 47
teniendo una función de revistas pornográficas, sirviendo para trabajadores que pasaban un tiempo alejados de
sus mujeres, o tal vez se había originado un mercado con estos productos a partir de encargos solicitados a los
artistas, o simplemente como modo de expresar su sexualidad, su lujuria, sus necesidades carnales plasmadas
en un trozo de cerámica de manera magistral.
Avanzando en el tiempo, con la entrada de Alejandro en
Egipto, y el surgimiento de Alejandría como centro neu-
rálgico del delta, la cultura y los pensamientos griegos
van impregnando la sociedad gradualmente, y con ello,
la concepción y la percepción sexual helénica, mucho
más abierta, fundamento que se traslada al arte, exhi-
biendo figuras en las que el acto es mucho más explíci-
to, ágiles escenas de penetración, miembros viriles sor-
prendentes, en fin, una diseño totalmente alejado de las
líneas de antaño, mucho más recatadas.
48 | Egiptología 2.0
Arquitectura
Sandra Pajares Sotillo
El horizonte de Khufu
Egiptología 2.0 | 49
La construcción de la Gran Pirámide
fuese de granito. Sus lados miden unos 230 m (440 codos) y la pendiente de sus caras es de 51º50’40”. A esta
precisión hay que añadirle que sus caras están desviadas una media de 3’6” respecto a los puntos cardinales,
y que la mayor diferencia entre las dimensiones de sus lados es de 4’4 cm. Según I.E.S. Edwards en su libro
‘‘Las pirámides de Egipto’’, la pirámide de Khufu ‘‘marca el apogeo de la construcción de pirámides tanto en
tamaño como en calidad’’.
Aunque sigue siendo uno de los asuntos más enigmáticos debido a la di-
mensión, la perfección en su ejecución y a su antigüedad, el método que
siguieron los egipcios para su construcción, según muchos expertos, habría
sido la creación de una rampa helicoidal alrededor de la pirámide, realizada
en adobe. Y las herramientas utilizadas por los obreros fueron martillos rea-
lizados en piedra dolerita y cobre.
El interior de la pirámide
50 | Egiptología 2.0
Sección de la pirámide de Khufu (Imagen: Sandra Pajares Sotillo).
través de diversas galerías. Hasta hace años se creía pudo tener hasta 3 m de profundidad. Algo que lla-
que la existencia de diferentes cámaras se debía a ma la atención es que nunca fue finalizada, lo que
cambios en el proyecto según avanzaban las obras, puede deberse, según Rainer Stadelmann, a que su
sin embargo hoy se sabe que todas ellas fueron pro- función habría sido la de representar una caverna
yectadas desde el principio de la construcción, y que del inframundo.
cada una habría tenido un uso concreto.
Corredor ascendente
Cámara Subterránea
Este corredor parte del corredor descendente a unos
Partiendo de la entrada de la pirámide, situada en 28 m de la entrada de la pirámide. Sus primeros 4
la cara norte, nos encontramos con el corredor des- m están taponados por tres bloques de granito. Con
cendente. Sus medidas son 105 m de longitud, 1’05 una longitud de 39 m y 1’05 m de ancho por 1’2 de
m de ancho y 1’2 de alto. Tras éste, otro corredor, alto, en su extremo superior convergen: la Gran Ga-
esta vez horizontal y con 9 m, nos lleva a la cámara lería; otro corredor que nos lleva a la cámara de la
subterránea. reina; y el pozo.
Egiptología 2.0 | 51
la Cámara del Rey y la Gran Galería. A través de este
pozo habrían accedido al corredor descendente y
desde aquí a la salida de la pirámide.
Cámara de la Reina
Gran Galería
Esta cámara, única de todo el Reino Antiguo que se Vistas de la gran galería
(Imágenes: Wikimedia Commons).
52 | Egiptología 2.0
Pirámide de Khufu
(Imagen: Alberto Montes Seon).
Egiptología 2.0 | 53
encuentra en el núcleo de la pirámide y no en la base, está realizada enteramente en granito. Sus dimensiones
son 10’45 m de este a oeste y 5’2 m de norte a sur, con una altura de 5,80 m. En su interior, cerca de la pared
oeste, encontramos el sarcófago del rey, también realizado en granito, y con unas dimensiones de 2’28 m de
largo, 1’05 de alto y casi 1 m de ancho.
El techo de esta cámara es plano y se construyó con 9 bloques de unas 45 T cada uno. Sobre él existen cinco
compartimentos separados, conocidos como “cámaras de descarga”, de los cuales el último tiene un techo en
doble vertiente, como el de la Cámara de la Reina. Aún hay dudas acerca del sentido de estos compartimentos,
hay quien ve en los mismos una función estructural, apuntando que servirían para quitar peso sobre el techo de
la cámara y evitar que este pudiera colapsar, pero no todos los expertos están a favor de esta teoría. La altura
total de estos cinco compartimentos es de 17 m. Algunas de las paredes de estas cámaras de descarga estaban
realizadas con piedra caliza y su superficie no fue labrada. Es en estos compartimentos donde se conservan las
marcas de ocre rojo con el nombre de Khufu.
Al igual que la Cámara de la Reina, la del rey también unas obras en el cercano asentamiento del Nazlet
posee los llamados “canales de aireación” en sus pa- el-Samman descubrieron este templo, o parte del
redes norte y sur, pero estos sí salen al exterior de la mismo, bajo el actual poblado), y que habría estado
pirámide (antiguamente quedaban taponados por el conectado al Nilo a través de un embarcadero.
revestimiento de caliza). La función de estos canales
habría sido ideológica, ya que tanto los de la Cáma- Esta construcción se encontraba conectada también
ra del Rey como los de la Reina están orientados a con el extremo oriental de la calzada del complejo
elementos estelares importantes para las creencias funerario.
de los antiguos egipcios.
Calzada
Después del recorrido por el interior de la Pirámide
de Khufu ahora toca conocer cómo eran el resto de La calzada era una avenida cubierta, realizada con
construcciones que completaban el complejo funera- piedra caliza de Tura, de unos 800 m de longitud que
rio del monarca. en su recorrido salvaba un desnivel de unos 38 m,
y la cual se encontraba decorada con bajorrelieves.
Templo del Valle
En 1938 se descubrieron en su extremo occidental
En el límite de la zona de cultivo y al este de la pirá- varios bloques de esta construcción donde se veía
mide, se encontraba el Templo del Valle. Poco sabe- parte de esta decoración. A través de su extremo oc-
mos de él a parte de su emplazamiento (hacia 1990 cidental se accedía al Templo Alto.
54 | Egiptología 2.0
Templo del Valle
Conectado a la calzada, en su cara este, y a la muralla de la pirámide, en su cara oeste, la función del Templo
Alto, también denominado Templo Funerario, era la de dar cabida a las ceremonias y ritos en honor al faraón,
una vez fallecido.
Actualmente, lo poco que conservamos de esta edificación son los restos de su pavimento, realizado en basal-
to, así como las bases de sus columnas de granito. Al igual que en la calzada, los muros de este templo habrían
estado decorados en su totalidad con bajorrelieves. Se desconoce cómo sería realmente esta construcción,
pero se estima que tendría unos 52 m de norte a sur y 40 de este a oeste, además, habría contado con un am-
plio patio porticado y a cielo abierto, un santuario y dos cámaras laterales.
Muralla
Rodeando la pirámide, a unos 10 m de sus lados, se encontraba la muralla. Ésta tendría, aproximadamente, 8
m de altura y su construcción se llevó a cabo, una vez más, con caliza de Tura. Hasta la actualidad no nos ha
llegado ningún resto de la misma, pero lo que sí se conserva es parte del pavimento de piedra caliza que cubría
el espacio entre ella y la pirámide.
Fosos
El complejo funerario de Khufu cuenta, al menos hasta el momento, con siete fosos, cinco de ellos asociados a
su pirámide y dos a las Pirámides de las Reinas. De los fosos asociados a la Gran Pirámide dos se encuentran
en la cara sur, dos en la cara este, y un tercero alineado a la parte norte de la calzada (también al este de la pi-
rámide). Los tres fosos del lado este fueron descubiertos vacíos, sin embargo los dos de la zona sur guardaban
gratas sorpresas...
En 1954 se descubre en uno de estos pozos, de unos 31 x 5 m y cubierto con 41 losas de piedra caliza (algunas
de más de 15 T), una barca desmontada en 1.224 piezas. En el mismo pozo se encontraron, además, inscrip-
ciones que incluían el nombre de Djedefre, hijo y sucesor de Khufu y responsable, al sucederle en el trono, de
los funerales de su padre.
Egiptología 2.0 | 55
Después de su restauración y ensamblaje, este barco, realizado en madera de cedro y de 43’4 m de eslora,
puede verse desde 1982 en un museo creado especialmente para él junto a la Gran Pirámide. La proa y la
popa de esta embarcación tienen terminaciones papiriformes y sobre su cubierta existen varias estructuras: un
baldaquino, en la parte delantera; un toldo, hacia la mitad del barco; y una cabina en la popa. Además, la em-
barcación cuenta con seis pares de remos de unos 7 m, dos de ellos situados en la popa, para dirigir el barco
del faraón.
Al descubrir este foso ya se supo que existía otro en la cara sur, pero no fue hasta 1987 cuando el Consejo de
Antigüedades Egipcias y la National Geographic Society examinaron este segundo foso. Para ello se introdujo,
por un orificio de 9 cm, una pequeña cámara gracias a la cual se descubrió otro barco desmontado. Actualmente
el profesor Sakuji Yoshimura, de la Universidad de Waseda en Japón, es el encargado de ir extrayendo partes
de esta embarcación y de restaurarlas para, en un futuro, reconstruirla y exponerla en el Grand Egyptian Mu-
seum.
Pirámides subsidiarias
Además de la pirámide del faraón, este complejo funerario cuenta con otras cuatro construcciones de este tipo,
tres de ellas conocidas como las Pirámides de las Reinas, y una cuarta, descubierta hace relativamente poco,
y denominada Pirámide de Culto. Todas estas pirámides subsidiarias se situaron al este de la de Khufu.
De estas construcciones las de mayor tamaño son las Pirámides de las Reinas, las cuales tienen entre 44 y 47
m de lado, no son exactamente iguales, y unos 30 m de altura. Cada una de ellas contaba, en su cara este, con
una pequeña capilla. Se cree que estas pirámides pertenecieron a Hetepheres I, madre del faraón y propietaria
de una tumba cerca de su pirámide (que es la que se encuentra más al norte), y a sus esposas: Meritites, cuya
pirámide es la del centro; y Henutsen, con su pirámide al sur.
La cuarta pirámide, más pequeña que las anteriores con unos 23 m de lado y 12 de alto, y situada cerca de la
esquina sureste de la construcción de Khufu, la conocemos desde el año 1992 cuando fue descubierta semien-
terrada. De esta construcción únicamente quedan restos de sus tres hiladas inferiores y una sala escavada en
la roca. Puede que esta pirámide hubiera estado dedicada al ka del faraón, como una reminiscencia de la tumba
sur del complejo funerario de Djoser.
Familiares y funcionarios quisieron ser enterrados cerca de su rey. Con este fin se creó un gran cementerio con
más de 70 mastabas para estos personajes. Tanto al este como al oeste de la muralla se distribuyeron estas
construcciones en hileras paralelas, las del este dedicadas a los familiares, y las del oeste (más grande) a los
funcionarios del rey. Al sur también encontramos una hilera de estos enterramientos. Todas estas construccio-
nes han perdido su revestimiento, pero es probable que también estuviera realizado con piedra caliza de Tura.
EDWARDS, I. E. S. (2011). Las pirámides de Egipto. Sandra Pajares se licenció en Arquitectura Superior
Crítica. Barcelona. mostrando especial interés por la Historia de la Arqui-
tectura. El antiguo Egipto es su mayor pasión, lo que
KEMP, B. J. (2008). El Antiguo Egipto. Anatomía de le ha llevado a realizar diversos cursos sobre el mun-
una civilización. Crítica. Barcelona. do faraónico (especialmente sobre su arte).
LEHMER, M. (2007). The Complete Pyramids. The Creadora del blog “Bajo las arenas de Kemet” donde
American University in Cairo Press. El Cairo. analiza y estudia la Arquitectura del antiguo Egipto.
PARRA, J. M. (2001). Las pirámides. Editorial Com- Especializarse en esta materia y un futuro Máster en
plutense. Madrid. Egiptología son dos de sus grandes metas.
https://twitter.com/BajoArenasKemet?lang=es
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Mujer en el antiguo Egipto
María Isabel Cubas Contreras
Los orígenes de este usurpador no están claros, y se ha discutido so- Dibujo de la Reina Tausert
bre si era hijo de Seti II, o bien un miembro de una rama secundaria de (Imagen: Emhotep.net).
58 | Egiptología 2.0
la familia ramésida, puede que otro de los muchos nietos de Ramsés II.
Desaparecido Amenmose, Seti II reinó por un corto periodo de tiempo, dejando como heredero a un joven de
nombre Siptah. Debido a su juventud se repitió la misma situación acontecida unos siglos antes con Hatsepshut
y Tutmosis III: el poder se confió provisionalmente a la regente, en esta ocasión Tausert, madrastra de Siptah.
Cronología del fin de la XIX dinastía, según ‘‘Historia del antiguo Egipto” de Ian Shaw (Imagen: El Templo de Seshat).
Según el historiador griego Diodoro de Sicilia, Tausert (1188-1186 a.C.) fue la quinta mujer en gobernar Egipto
como faraón. Pero antes de esto fue la segunda “Gran Esposa Real” de Seti II. Sin embargo, los orígenes de
Tausert son desconocidos, ya que nunca se menciona a sus padres ni posee títulos que indiquen su ascen-
dencia real; en su tumba solo aparece su titulatura como reina de las Dos Tierras. Probablemente fuera una
descendiente más de Ramsés II.
Sí sabemos que fue madre de un príncipe llamado Seti Me-
renptah, que falleció siendo aún un niño. La muerte prematu-
ra del heredero dejó el trono en manos del hijo de una esposa
secundaria del faraón, llamado Siptah, a pesar de que era un
joven enfermizo, cuya momia ha desvelado que tenía la pier-
na izquierda inútil por la poliomielitis.
El reinado de la reina-faraón
Egiptología 2.0 | 59
los cuales reanudó los contactos comerciales con otros
países y realizó una política de construcción: de sus
obras arquitectónicas hoy día solo quedan vestigios
en Tebas, Abidos, Hermópolis, Menfis y Heliópolis. En
cuanto a su tumba, es la segunda mujer, después de
Hatsepshut, en tener una tumba en el Valle de los reyes
(KV 14). Más tarde, dicha tumba sería usurpada por Set-
nakht, su sucesor y padre de Ramsés III, destruyendo
los cartuchos de la reina-faraón.
la tumba que Tausert había comenzado a construir en el Valle de los reyes, inscribiendo su nombre sobre el de
la reina-faraón.
60 | Egiptología 2.0
Bay
Tausert
Localización de la tumba de Tausert. El canciller Bay contó con el raro privilegio de ser enterrado en la necrópolis real,
señal del poder que alcanzó (Imagen: The Captain’s Log) y supuesta momia de Tausert (Imagen: Wikimedia Commons).
En cuanto al destino de la momia de la reina, se pensó que Setnakht habría destruido sus restos como parte
de esa campaña para borrar su nombre de la historia. Pero parece que la momia hallada en el escondrijo de la
tumba de Amenhotep II junto a la de Siptah, y que está parcialmente destruida, podría ser la de Tausert. Final-
mente, la reina-faraón de efímero reinado consiguió vencer a la destrucción de su memoria.
SHAW, I. (2007). Historia del antiguo Egipto. La esfera Mª Isabel Cubas Contreras nació en la localidad tole-
de los libros. Madrid. dana de Talavera de la Reina en 1989.
BEDMAN, T. (2007). Reinas de Egipto, el secreto del Su afición por el antiguo Egipto comenzó desde pe-
poder. Alianza. Madrid. queña y fue lo que la llevó a estudiar la licenciatura en
Historia en la Universidad de Alcalá de Henares entre
JACQ, C. (2000). Las egipcias. Planeta. Barcelona. 2007 y 2012.
http://eltemplodeseshat.blogspot.com.es
https://www.facebook.com/eltemplodeSeshat?fref=nf
Egiptología 2.0 | 61
Historia
Laura Huertas López
62 | Egiptología 2.0
una importante fortaleza situada en la segunda cata- Estos soberanos tebanos de los que hablamos son
rata, como estrategia para asegurar que durante el según la lista de reyes del papiro de Turín: Seqen-
periodo de reconquista del norte del país, las ener- enre Taa II, Kamose y Ahmose, siendo este último el
gías se concentraran exclusivamente en un frente. fundador de la XVIII dinastía de las listas de reyes de
Paradójicamente es innegable que había nubios de Manetón. Seqenenra Taa aparece en un relato cono-
Kerma en el ejército de Kamose y Ahmose, aunque cido como La querella entre Apofis y Seqerenre, con-
no podemos decir si estaban allí de forma voluntaria servado en el papiro Salier I. En él se da una explica-
o forzada, fenómeno que se explica porque muy pro- ción mítica al inicio de las hostilidades entre ambos
bablemente la cultura de Kerma estaría formada por reyes, explicando que Apofis, el rey hicso contempo-
un conjunto de tribus de las cuales no todas acepta- ráneo, acusó a Taa de que los hipopótamos del Alto
ban la autoridad del rey nubio. Egipto hacían mucho ruido y le impedían dormir.
“Y después de muchos días tras esto, el rey Apopi envió un mensajero al príncipe
de la Ciudad del Sur con la comunicación que le habían sugerido sus escribas y
sus sabios. Y el mensajero del rey Apopi llegó adonde el príncipe de la Ciudad
del Sur. Se le condujo ante el príncipe de la Ciudad del Sur. Entonces se le dijo al
mensajero del rey Apopi -¿Por qué has sido enviado a la Ciudad del Sur? ¿Y por
qué has emprendido este viaje hacia mi?. Y el mensajero le respondió: -Es el rey
Apopi quien me envía a ti para decirte: Haz que se abandone el estanque de los
hipopótamos que está al este de la ciudad, pues impiden que el sueño acuda a
mi ni de día ni de noche. El ruido que ellos hacen repletos los oídos de las gentes
de su ciudad.”
Sabemos que Seqenenre Taa II murió en combate gracias a su momia, que pre-
senta signos ocasionados por una muerte violenta a base de heridas en la cabeza
producidas por un arma blanca. El reinado de su sucesor, Kamose, continuó con
la política de su padre, consiguiendo la victoria sobre Teti (aliado de los hiksos) en
Nefrusi, así como la conquista de Hardai, una primera incursión a Ávaris (capital
hiksa), la intercepción de un correo enviado por Apofis al rey de Kerma y cam-
pañas exitosas en Nubia que consiguieron tomar Buhen. Con esto último la vía
hacia las minas de oro quedaba libre para los egipcios.
Egiptología 2.0 | 63
Tutmosis I. Museo Egipcio de
Turín (Imagen: Luca Manca).
64 | Egiptología 2.0
administrativo y monumental del templo de Amón en Karnak y de otros cen-
tros importantes del país como la ciudad de Abydos, destacando sus monu-
mentos funerarios en Deir el-Bahari y sus construcciones en la isla de Sai.
En cambio, la reina Ahmose ostentó los títulos de “hermana del rey” y “gran
esposa real”, siendo dudoso si fue hija del mismo Amenhotep I. Shaw pro-
pone que su nombre podría sugerir que la reina era miembro de la familia
ahmósida, quizás por parte del príncipe Ahmose-Ankh, lo que explicaría que
el matrimonio con la reina hubiera permitido a Tutmosis acceder al trono en
caso de que este no fuera hijo de Amenhotep I. Con Ahmose, Tutmosis I
tuvo a dos niñas, Nefrubity y Hatshepsut, y con una esposa desconocida a
dos hijos que no llegarían a reinar, Amenmenes y Wadjmose.
Aunque hay dudas acerca del primero, quizás hijo de Ahmose. De segun-
da esposa real, Mutnofret, nació el futuro Tutmosis II, que reinaría durante
pocos años. Tutmosis I continuó la actividad constructiva, tanto en Karnak
como en otros centros importantes de Egipto (Abydos, Guiza, Menfis, Om-
bos...) y envió expediciones al exterior del país, llegando en Nubia hasta la
cuarta catarata y evitando en la región de Siria-Palestina (Retenu para los
egipcios) un enfrentamiento directo con Mitanni tras lo que se dirigió hacia
Niy, al Sur. Este recorrido aparece descrito en las autobiografías de las tum- Ahmose-Nefertari. Museo del Lou-
bas de los funcionarios Ahmose Pennekhbet y Ahmose hijo de Ebana, que vre (Imagen: Wikimedia Commons).
Egiptología 2.0 | 65
dinastía XVIII, gobernando desde Tebas, se inspiraron en las políticas llevadas a cabo por los soberanos egip-
cios del Reino Medio al mismo tiempo que adoptaron elementos transmitidos por los hiksos a la sociedad
egipcia, con lo que el país se abrió paso a un periodo de estabilidad y consolidación como nación en el plano
internacional. Etapa de máximo esplendor y hegemonía, que se prologaría hasta la XX dinastía y dejaría ecos
en la historia posterior del país hasta el punto de que hoy día es la imagen del Imperio Nuevo y sus famosos
reyes, la que define la idea del Egipto faraónico.
DRIOTON, E. y VANDINER, J. (1973). Historia de Laura Huertas López, nacida en Algeciras en 1991.
Egipto. Buenos Aires.
Máster en Egiptología por la Universidad de Liverpool,
GARDINER, A. H. (1994). El Egipto de los faraones. graduada en Historia por la Universidad de Sevilla,
Barcelona. actualmente estudiante de Antropología Social y Cul-
tural.
LEFEBVRE, G. (2003). (trad. J. M. Serrano) Mitos y
cuentos de la época faraónica. Madrid. Especializada en la administración política durante el
reinado de Hatshepsut, su investigación se centra en
MANETHO. (1980). (trad. W.G. Waddell). Aegyptiaca. las diferentes áreas administrativas y sus conexiones
Loeb Classical Library. Londres. entre sí a lo largo del inicio de la Dinastía XVIII.
PARRA, J. M. (2009). Historia del Antiguo Egipto. Ma- Consciente de la gran importancia de la labor divul-
drid. gadora de cualquier historiador, ofrece vídeos de di-
vulgación egiptológica en su canal de Youtube: Lau-
RYHOLT, K. S. B. (1997). The Political Situation in ra-Egiptologia.
Egypt during the Second Intermediate Period. Copen-
hague. https://www.youtube.com/channel/UCkgDVOO3Q-
Ta8A0vRJtQPgPg
SERRANO, J. M. (1993). Textos para la historia anti-
gua de Egipto. Cátedra. Madrid. https://www.facebook.com/Lauraegiptologia?fref=ts
66 | Egiptología 2.0
Faraones
Heródoto de Halicarnaso
militar. Gracias a las intensas relaciones entre el rey y su ejército a lo largo de toda la dinastía, los reyes kus-
hitas pudieron controlar militarmente Egipto durante más de 80 años, puesto que eran incapaces de controlar
políticamente una extensión tan grande como su tierra nativa y un reino egipcio unificado. Debido a esto, los
principados que habían gozado de una gran autonomía durante la época de los faraones libios la conservaron,
de tal modo que ciudades como Tanis o Sais siguieron gobernadas por príncipes locales sometidos a la admi-
nistración descentralizada kushita.
Cronología según Ian Shaw de las dinastías egipcias del Tercer Periodo Intermedio (Imagen: Ian Shaw, 2014).
Egiptología 2.0 | 67
La conquista kushita de Egipto
Después de afianzar su dominio político sobre toda Nubia, con reconocimiento de su autoridad por parte de los
egipcios incluido, el soberano kushita Piy (751-720 a.C.) llevó a cabo una expedición militar en Egipto en torno
al año 730 a.C. con la excusa de ayudar al príncipe Peftjauawybast (dinastía XXIII) de la ciudad de Heracleó-
polis, asediada por la coalición formada por el príncipe Tefnakht de la ciudad de Sais y el príncipe Nimlot de la
ciudad de Hermópolis. A medida que Piy fue avanzando, la mayoría de las ciudades egipcias a lo largo del río
Nilo fueron capitulando excepto Menfis, que tuvo que ser tomada al asalto. Lejos de querer destruir sus tradi-
ciones culturales, Piy no solo no saqueó y profanó los templos egipcios, sino que adoró a los dioses de Menfis
y Heliópolis, tras lo cual recibió el homenaje de los soberanos provinciales y fue reconocido como rey de Egipto
y Kush. Este nombramiento no implicó la unión política de Egipto, puesto que en el norte se permitió (al menos
durante el resto del reinado de Piy) que los dinastas locales conservaran el control de sus provincias.
A lo largo del reinado de la XXV dinastía se llevaron a cabo pequeños pero significativos cambios en la ideo-
logía de la realeza egipcia. En lo que respecta a la iconografía real, en la diadema del rey se representó con
regularidad un doble uraeus, que simbolizaba el control tanto sobre Egipto como sobre Kush; se dejó de ver
la corona azul y se volvió habitual la corona-gorro kushita característica, tanto en su forma básica como con
bandas adicionales; y se representó físicamente a los reyes con mayor amplitud de hombros y musculación del
pecho, símbolo de su juventud y su buena forma física.
Por otro lado, en lo que respecta al modo de transmisión de la realeza, cabe destacar que en Kush un rey no
era necesariamente sucedido por su hijo, sino en ocasiones por su hermano (como sucedió con Piy y después
con Shabitqo), lo que contrastaba con el sistema de sucesión patrilineal egipcio. Por último, las ampulosas y
de reinado de Shabaqo, se realizó tanto por gestionar políticamente mejor el inestable reino egipcio como para
conectarse ideológicamente con los reyes del Reino Antiguo.
En la misma ciudad, Shabaqo hizo obras de consolidación en las tumbas de los toros Apis diseñadas por
Jaemuaset, hijo de Ramsés II, y perseveró en la política religiosa de proteger los templos y favorecer al clero
de Ptah. En esa línea, el testimonio documental más importante de su reinado es la Piedra de Sabaqo, una
Egiptología 2.0 | 69
Detalle de un busto del rey kushita Shabiqo (Imagen: Pinterest).
70 | Egiptología 2.0
de conciliación y apaciguamiento del imperio neoasirio de Sargón II (721-705 a.C.), Shabitqo integró a Egipto
en la coalición rebelde contra la Asiria de Senaquerib (704-681 a.C.) formada por Palestina y Fenicia. Después
de una serie de victorias asirias, Senaquerib asedió y tomó la estratégica ciudad de Jerusalén, tras lo cual los
egipcios decidieron retirarse y volver a casa para lograr salvar así la casi totalidad de las fuerzas de la expe-
dición. Con respecto a ambos reyes aun hay muchas preguntas que la arqueología no ha podido responder,
como la muerte de Shabitqo. Según Manetón, fue asesinado por su hermano y sucesor Taharqo, el mismo que
había dirigido sus fuerzas en Palestina, pero, si tenemos en cuenta la religiosidad nubia, es poco probable que
esto sucediera así.
Taharqo (690-664 a.C.) fue el soberano kushita más destacado de la XXV dinastía, tanto por sus construccio-
nes en Egipto y Nubia como por sus conflictos bélicos con el imperio neoasirio de Asarhaddon (680-669 a.C.).
Durante los veintiséis años que abarcó su reinado (contando como reinado también los periodos de invasión
asiria de Egipto), Taharqo llevó a cabo una ambiciosa política constructiva inspirada en la arquitectura del Reino
Antiguo.
En Medinet Habu borró los cartuchos del pilono construido por Sabaqo, y en su lugar se hizo representar tra-
zando un surco de replanteo y moldeando ladrillos en presencia de Amón, lo que le convertía simbólicamente
en el constructor del edificio. En el recinto de Karnak construyó a modo de vestíbulo dos imponentes quioscos
abiertos ante el segundo pilono, frente al santuario de Ramsés II, y un tercero en el acceso al templo de Jonsu.
En éste, situado en el patio de los bubástidas y frente a la entrada principal del templo, aun se conserva una de
las muchas columnas papiriformes que debieron conformar el monumento original, conocida como la columna
de Taharqo.
También, junto al lago del templo de Amón, Taharqo mandó edificar un templo rectangular consagrado a Osiris
de singulares características, como la ausencia de una puerta de entrada a pie de calle, ya que en su día el
único acceso al interior del templo consistía en una rampa que comunicaba con el lago sagrado tras un recodo
en ángulo recto. Asimismo, la fachada ciega del sudoeste cuenta con unas ondulaciones en sus bloques que
simbolizarían el nun, es decir, el mar primigenio de donde surgió la vida. En el reino de Kush, en la región de
Dongola, Taharqo restauró y amplió el templo de Kaua, amplió el templo de Amón de Djebel Barkal, y levantó
santuarios en lugares como Sanam Abu Dom, Meroe, Qasr Ibrim, Buhen y Semna.
Egiptología 2.0 | 71
Finalmente, al morir fue el único de la
XXV Dinastía que se hizo enterrar en la
necrópolis de Nuri, bajo una pirámide
muy apuntada de bloques de piedra con
la parte superior recubierta por una capa
de yeso blanco que luego se pintaba. En
la superficie también se encontraba la
capilla funeraria, que tenía el aspecto de
un templo con pilono y donde cada día se
depositaban las ofrendas al difunto.
72 | Egiptología 2.0
la expulsión de los asirios y la fundación de la XXVI dinastía), gobernador de Menfis.
riores, con una inclinación de sus caras de 70º y una altura de 20-25 metros, no se inspiraron en las majestuo-
sas pirámides del Reino Antiguo egipcio, sino en las pirámides de Deir el Medinah, Gurna, Dra Abu el-Naga,
o las alzadas sobre tumbas privadas tebanas en el Reino Nuevo, debido probablemente a que Tebas era un
centro de culto a la diosa Mut, consorte de Amón y venerada protectora de la Dinastía kushita. Por otro lado,
estas tumbas reales se diferenciaron de las egipcias tanto en los edificios de culto como en el tipo de cámara
sepulcral, puesto que, junto a la cara oriental de la pirámide, se alzaba la cámara de sacrificios, un pequeño
templo mortuorio de una sola habitación generalmente. Asimismo, la cámara funeraria estaba labrada en la roca
debajo de la pirámide, llegando a ella mediante una rampa que arrancaba del lado oriental de la misma.
Fuera de lo que son las tumbas reales, la arquitectura funeraria destinada a grandes personajes de la XXV
dinastía, como los gobernadores tebanos, por ejemplo, se caracterizó por la construcción de enormes tumbas
subterráneas en el valle de Assasif, que se extiende delante del templo de Hatshepsut.
Por encima del nivel del suelo, unos altos pilonos de ladrillo señalaban la entrada a la sepultura, a la que se
accedía a través de escaleras y pozos que comunicaban los diversos niveles subterráneos hasta la cámara
funeraria. La principal novedad de estas tumbas privadas eran los pozos de luz a los que se podía acceder
mediante escaleras, y en cuya parte trasera había una puerta falsa que conducía a la cámara funeraria.
SHAW, I. (2014). Historia del Antiguo Egipto. La esfera Heródoto de Halicarnaso nació en Tenerife en 1990,
de Libros. Madrid. mostrando desde pequeño su afición por el conoci-
miento de lo sucedido en el pasado. Se licenció en
GRIMAL, N. (2011). Historia del Antiguo Egipto. Akal. Historia por la Universidad de La Laguna en 2013,
Madrid. mostrando interés sobre todo por la historia antigua
de Egipto y Próximo Oriente, la Historia del Siglo XX,
LARA, F. (1998). Diccionario biográfico del mundo an- la creación de la imagen real en la edad moderna, y
tiguo. Egipto y Próximo Oriente. Aldebarán. Madrid. la Historia militar antigua y contemporánea. Desde fe-
brero de 2014 lleva el blog “Historiae”, en el que trata
MOLINERO, M. A. (2016). “El Occidente de Tebas de enseñar la Historia de la Humanidad, independien-
en el Tercer Período Intermedio y el Período Tardío. temente del nivel de conocimientos del lector, y de una
Nuevos paisajes rituales y tumbas-templo monumen- forma en la que se trata de combinar el rigor, la pro-
tales”. En Las manifestaciones artísticas del antiguo fesionalidad y la veracidad, con la sencillez, la ameni-
Egipto. Curso de Egiptología 2015-2016 de la Asocia- dad y la visualidad. Además, es redactor habitual en la
ción española de Egiptología. sección de Historia de la web “Que Aprendemos Hoy”.
https://twitter.com/HistoriaeBlog
74 | Egiptología 2.0
Personajes
Amairani Avid Nava
El destino final de
Cleopatra: Hollywood
Monedas con la efigie de Cleopatra (izq.) y Marco Antonio (der.). Bronce, 57 d.C. (Imágenes: Universidad de Newcastle).
‘‘Cómo se atreven tú y el resto de tus bárbaros a incendiar mi biblioteca? ¡Actúa como un conquistador todo
lo que deseas, Poderoso César! ¡Viola, asesina, saquea miles, incluso millones de seres humanos! ¡Pero ni tú
ni tus bárbaros tienen derecho a destruir ningún pensamiento humano!”.
La historia del Antiguo Egipto reconoce a tres reinas -entre muchas en tantas dinastías y siglos-, como las más
influyentes, poderosas y “hermosas”: Hatshepsut, Nefertiti y Cleopatra. De esas tres, únicamente la última ha
conseguido un lugar imperecedero en la cultural popular o pop culture que acrecentó su fama en el siglo veinte.
Gracias al séptimo arte, Cleopatra ha sido recordada hasta nuestros días como la bella seductora interpretada
por la actriz británica Elizabeth Taylor, envuelta en un triángulo amoroso que desafiaría cualquier novela victo-
riana. Y es curioso, pues la fascinación por dicha reina, que poco tenía de egipcia y mucho de griega (su propio
apellido, Filópator significa en griego “amante de su padre”) pocos se preguntan cuándo o dónde empezó. Si
tornamos la mirada a la historia podemos saber que el interés por la fatídica quasi leyenda de Cleopatra co-
menzó, precisamente, desde que existió. El fin de su reinado, que culminó con el supuesto suicidio de Cleopa-
tra hacia el año 30 d.C., marcó la caída del último “imperio” del mundo antiguo. Octavio, el primer Augusto del
Imperio Romano, el primer César, anexa Egipto a los territorios romanos y con ello, marca una nueva historia
para Occidente.
Sin embargo, Cleopatra no sería el primer monarca derrocado del mundo antiguo y su historia pervivió más de
mil años después siendo una de las más adaptadas, escritas y representadas pictóricamente. Mujer astuta, va-
liente, culta, amante de la gran biblioteca de Alejandría y que, pese a lo perpetuado por la meca del cine acerca
de su apariencia había conquistado a uno de los hombres más fascinantes de la antigua Roma, Julio César. Y
ya que se mencionó el look de Cleopatra, cabe mencionar que descubrimientos arqueológicos recientes, mues-
tran a una reina con un tremendo perfil griego: nariz aguileña, mentón prominente, expresión severa. No obs-
tante, es también probable que, dado a los cánones estéticos de la época, fuera considerada realmente bella.
Egiptología 2.0 | 75
De los primeros recuentos históricos que se con-
servan acerca de la vida de Cleopatra son los de
Casio Dio y Plutarco. De hecho, como sucede a
menudo con la meca del cine, escenas icónicas
que aparecen en diversas adaptaciones cinemato-
gráficas de la vida de Cleopatra incluyen el famo-
so episodio descrito por Plutarco donde una joven
Cleopatra se presenta ante Julio César envuelta
en una alfombra: “Fue por este medio de Cleopa-
tra, se dice, que César se cautivó por vez primera
puesto que mostró ser una coqueta atrevida” (Life
of Julius Caesar, XLIX.3). Plutarco deja bastante
en claro que la fascinación que sentía el gran ge-
neral romano por la reina egipcia se basaba en
sus “artimañas” femeninas mas no hace una alu-
sión específica a la belleza que se le atribuye hoy
día.
‘‘Pues era una mujer de belleza incomparable y, en esa época, cuando estaba en la flor de su juventud, era
incluso más despampanante; poseía a su vez una voz encantadora y el conocimiento de hacerse agradable a
todos. Era maravillosa al escuchar y mirar, con el poder de subyugar a todos incluso a un hombre satisfecho
en el amor y bastante mayor, ella consideró como parte de plan conocer a César y confío a su belleza toda su
pretensión al trono. Por tanto, pidió ser admitida ante su presencia y, al obtener dicho permiso, se adornó y
embelleció a sí misma para así aparecer frente a él vestida del modo más majestuoso y a la vez inspirador de
lástima. Cuando hubo perfeccionado sus artimañas entró a la ciudad (pues había estado viviendo fuera de la
misma) y por la noche, sin el conocimiento de Ptolomeo, entró a palacio”.
Gracias a las interpretaciones históricas de diferentes personajes romanos, el recuerdo del “último faraón” egip-
cio prevaleció, y no solo eso, sino que la historia de Cleopatra, al coincidir con la caída de un Imperio (el egipcio)
y el nacimiento de otro (el romano).
En contraste a los escritos de los egiptólogos modernos en cuanto a la importancia histórica de la fatídica reina
egipcia, como se ha visto, se encuentran aquellos de su belleza que incluso otros autores clásicos ponen en
debate, lo cual únicamente aumentaría su popularidad en épocas venideras. Plutarco de nuevo, en la vida de
Marco Antonio -y muy probablemente por las desesperadas medidas que Cleopatra utilizaría para salvar su
reino- se pronuncia dubitativo en cuanto a la reina, sin otorgarle el mismo halago que cuando escribía la vida
de Julio César:
76 | Egiptología 2.0
“Pues su belleza, se ha dicho, no era totalmente incom-
parable en sí misma, ni tal para sorprender aquellos
que la mirasen sino que le otorgaba un encanto irresis-
tible y su presencia, combinada con su la capacidad de
persuadir en su hablar y el carácter demostrado en su
comportamiento hacia otros, poseían cierta cualidad es-
timulante. Había incluso dulzura en el tono de su voz
y su lengua, como un instrumento de muchas cuerdas,
convertía a cualquier lenguaje que deseara…”.
Con el nacimiento del séptimo arte, era de esperarse que diversas historias clásicas fueran representadas, tal
como sucedió con Shakespeare o Shaw en su momento. El s. XX vio más de 50 adaptaciones cinematográficas
de la vida de Cleopatra, basada en distintas obras literarias, recuentos históricos, nuevas historias, pinturas, etc.
La reconstrucción de una imagen “viva” de la desaparecida reina y su fatídica historia se apoyó de los recuentos
de su belleza ya mencionados con anterioridad e incluso pinturas, principalmente del s. XIX donde, pese a tener
una influencia del romanticismo, se representa una figura más acercada históricamente pues presenta ropas
griegas y nemes egipcio. La popular adaptación de 1917, protagonizada por la estrella de cine mudo Theda
Bara es considerada en la actualidad un filme perdido. Únicamente se conservan algunas escenas, memora-
bilia, posters e información de la producción y actores. Debido a los bailes exóticos y vestuario atrevido para la
época es probable que el negativo haya sido destruido.
Egiptología 2.0 | 77
Tres “Cleopatras”, tres diferentes adaptaciones cinematográficas: 1912, 1917 y 1963 (Imágenes: Archivo).
En las adaptaciones de la meca del cine, Cleopatra siempre ha sido interpretada por mujeres “blancas”. Incluso,
en la adaptación de Cecil B. DeMille, uno de los personajes es ridiculizado por preguntar si Cleopatra es blanca.
Diferentes debates existen al respecto de la raza de Cleopatra, lo cierto es que, históricamente es poco proba-
ble que haya sido de raza negra. La dinastía Nubia se había extinguido siglos atrás del reinado de Cleopatra
con la llegada de Alejandro Magno y, por supuesto como es bien sabido, Cleopatra era griega.
Esto se resalta aún más en la adaptación homónima de 1963, protagonizada por Elizabeth Taylor y Richard
Burton y basada directamente en el Antony and Cleopatra de Shakespeare.
Cléopâtre essayant des poisons sur des condamnés à mort. Alexandre Cabanel, 1887 (Imagen: Wikimedia Commons).
Antony and Cleopatra. Sir Lawrence Alma-Tadema, 1885 (Imagen: Wiki Art).
78 | Egiptología 2.0
Conclusiones
La interpretación histórica de Cleopatra es este artículo no se limita únicamente a su “belleza” sin importar que
el personaje aludido fuera bella o no. Lo importante es tomar en cuenta que, para poder explicar su importancia
en la cultura pop o actual, se decidió valerse de escritos históricos clásicos que le dan primacía a este concep-
to sobre otros. Después de todo, Cleopatra vivió en una época de gran misoginia. Para los romanos, solo el
hombre era digno de gobernar. La mujer aprendía solo a mentir y manipular así que para Casio Dio o Plutarco,
Cleopatra hacía esto a la perfección.
Si bien, para un escritor de la época, ¿de qué otra artimaña sino de la belleza podría valerse una mujer para
influenciar la vida de hombres de gran reputación como Julio César? Jamás pensarían que era por su inteligen-
cia o su amor a Egipto, su ascendencia griega u otras características políticas y estrategas que pudiera tener
Cleopatra. El hecho era que dos generales romanos de gran reputación habían perdido la cordura, abandonado
a sus esposas, otorgado poder político a una mujer.
Esta tragedia por evidentes razones interesó en gran medida a los románticos, que basándose en la lectura
del Antony and Cleopatra de Shakespeare, le otorgaron a Cleopatra la fama imperecedera que hoy tiene. La
reina Ptolemaica se convierte entonces en una Ofelia de Millais. Muere trágicamente, se vuelve loca antes de
ser humillada. Su destino fatídico es su único amor. Lo importante sería entonces, para los egiptólogos, histo-
riadores y aficionados seguir buscando fuentes que nos conecten hacia el verdadero ser personal de Cleopatra
y no solo su apariencia física.
ASSMAN, JAN. (1996). The mind of Egypt: History Amairani Avid es Licenciada en Humanidades por la
and meaning in the time of pharaohs. Metropolitan Universidad Popular Autónoma de Puebla en Puebla,
Books. New York. México.
DIO, CASSIUS. (1916). Roman History. Trans. Ear- Fue parte del Summer Mentoring Program for Colle-
nest Carey. Harvard University Press. New York. ge Juniors del Museo Metropolitano de Arte en Nue-
va York en verano de 2014 siendo su mentora Isabel
HORACE. (1912). Odes. Trans. Herbert White. Har- Stüenkel Curadora Asistente del Departamento de
vard University Press. New York. Arte Egipcio.
LUCAN. (1992). Civil War. Trans. Susan H. Braund. En la actualidad se encuentra cursando el Diploma
Harvard University Press. New York. de Postgrado on-line en Egiptología: Espacios, Len-
guajes e Identidades, por la Universidad Autónoma de
PASCAL, B. (1995). Pensées. Trans. A. J. Krailshei- Barcelona (UAB).
mer. Penguin Classics. New York.
A su vez, es artista y editora freelance de ClioArs Stu-
PLUTARCH. (1916). Parallel lives. Trans. B. Perrin. dio.
Harvard University Press (Loeb Library of Literature).
New York. http://naniavid.wixsite.com/clioarsavid
Egiptología 2.0 | 79
Arte
Gerardo P. Taber / Rodrigo A. Cervantes Navarro
Un contrapeso de menat
conmemorativo del heb-sed del
faraón Psamético I en el Museo
Nacional de las Culturas de
México. Contexto histórico e
identificación
La conquista asiria de Egipto
En el primer tercio del siglo VII a.C. el medio oriente se con-
vulsionaba bajo el estruendo de las ruedas de los carros y
las lanzas que se alzaban para la conquista en nombre del
dios Aššur. En ese tiempo, todos los pueblos del mundo
conocido pagaban algún tipo de tributo o sucumbían ante el
poderío del ejército asirio. En este sentido, el país del Nilo
no fue la excepción y en el año 671 a.C. las fuerzas del rey
Aššur-aha-iddina (Asarhaddón, c. 681-669 a.C.) invadieron
Egipto. Aunque unas décadas antes, durante el reinado de
Śïn-ahhe-eriba (Senaquerib, c. 705-681 a.C.) esta conquis-
ta se intentó evitar por vía de la diplomacia egipcia; que
apoyó abiertamente las revueltas de los diferentes reinos
de la región de Siria-Palestina. Estos episodios fueron re-
gistrados, posteriormente, en distintas fuentes como en los
relatos del célebre Heródoto de Halicarnaso (c. 484-425
a.C.) quien anotó en el segundo libro -dedicado a la musa
Eὐτέρπη (Euterpe)- de su obra στορίαι (historíai) “los nueve
libros de historia” este pasaje:
80 | Egiptología 2.0
tural, en esas palabras, tomó consigo a los egipcios que quisieron seguirle y acampó en Pelusio (pues la ruta
de acceso a Egipto pasa por allí); y por cierto que no le siguió ningún miembro de la casta guerrera, solamente
buhoneros, artesanos y mercaderes. Cuando los enemigos llegaron a aquel lugar, sobre ellos cayó durante la
noche un tropel de ratones campestres que royeron sus aljabas, sus arcos y, asimismo, los brazales de sus
escudos, de modo que, al día siguiente, muchos de ellos cayeron cuando huían desprovistos de armas… Y en
la actualidad se alza, en el santuario de Hefesto, una estatua en piedra de este rey con un ratón en la mano y
una inscripción que dice así: ‘‘Mírame y sé piadoso’’. (Schrader, 1992: 433-434).
Asimismo, hay varias menciones de la resistencia de los pueblos semitas contra el poderío militar asirio en el
libro de ( ב םיִכָלְמMelajim Bet) “Segundo Libro de los Reyes” de la Biblia, de las cuales destaca:
Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá
delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte. Por el mismo camino que vino, volverá, y no entra-
rá en esta ciudad, dice Jehová. Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor
a David mi siervo. Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de
los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de
muertos. Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó. Y aconteció que mien-
tras él adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron
a tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo. (2a Reyes 19:32-37 versión de Casiodoro de Reina).
Pero a pesar de estas acciones, el propio Asarha- como en el religioso, ya que desde el inicio de su
ddón conquistó y saqueó la ciudad de inb ḥḏ (ineb reinado impulsó un verdadero “renacimiento saíta”
hedj) “Menfis” y controló todo el Bajo Egipto; lo que en las artes (cfr.: Clayton, 1994: 520) y dedicó varias
obligó a que el faraón, de origen nubio, Taharqa (c. construcciones a los dioses de la tierra del Nilo. Al
690-664 a. C., de la dinastía XXV) huyera hacía el morir Asurbanipal -el último gran rey de Asiria- Egip-
sur. El rey asirio impuso un gobierno tributario y nom- to se independizó de iure; ya que sus sucesores
bró a Necao I (c. 672-664 a.C., de la dinastía XXVI) fueron incapaces de reponer el poderío del imperio
como rey en Sais, ciudad situada al oeste del delta neoasirio ante las potencias del imperio medo y del
del Nilo, bajo su égida; pero Asarhaddón abandonó imperio neobabilónico que, en un movimiento de te-
Egipto para sofocar otras revueltas en su imperio nazas, se cerraban sobre las capitales de Nínive y
(cfr.: Masó, 2013: 113-114). Esta situación fue apro- Assur, que finalmente cayeron en los años 612 y 614
vechada por Taharqa, quien alentó numerosas rebe- a.C. respectivamente (cfr.: Masó, 2013: 129-132). La
liones en contra del gobierno saíta. Al escuchar de caída del imperio asirio catapultó al país del Nilo, de
estas insurrecciones, Asarhaddón preparó -al más nueva cuenta, como una potencia; sumándose así al
puro estilo asirio- una campaña punitiva; pero mu- repertorio de los cuatro poderosos reinos: Lidia, Me-
rió antes de poder volver a pisar suelo egipcio. Sin dia, Babilonia y Egipto, que se dividieron el antiguo
embargo, el ímpetu beligerante contra el faraón kus- medio oriente del último tercio del siglo VII a.C.
hita lo retomó su heredero al trono Aššur-bāni-apli
(Asurbanipal, c. 668-627 a.C.) quien tomó cartas en Los medios que utilizó Psamético I para asegurar su
el asunto y resolvió la situación de manera tajante al posición, en los convulsos tiempos que le toco vivir,
invadir, una vez más, Egipto; esta vez llegando has- son desconocidos; aunque sobrevivieron leyendas
ta w3st (waset) “Tebas” (cfr.: Masó, 2013: 116-119). como la narrada por Heródoto en su libro dedicado
Esta situación orilló a que el último monarca nubio, a Euterpe:
Tanutamani (c. 664-656 a.C.) se replegase definitiva-
mente a sus dominios originales en el actual Sudán. Los doce reyes, entretanto, se conducían con justi-
cia, pero, al cabo de cierto tiempo, con ocasión de
En el norte, Necao I murió durante una de las in- un sacrificio que ofrecían en el santuario de Hefesto,
cursiones nubias, ordenadas por Tanutamani, y fue cuando, el último día de la fiesta, se disponían a rea-
sucedido por su hijo Psamético I (c. 664-610 a.C.) lizar unas libaciones, el sumo sacerdote les llevó las
quien al asegurar su posición, proclamó de facto la copas de oro con que solían ofrecerlas, pero se equi-
independencia de Egipto del yugo asirio. En reali- vocó de número y les llevó once cuando ellos eran
dad, esta pudo lograrse debido a que Asurbanipal doce. Entonces Psamético, el que en la fila ocupaba
se encontraba ocupado en una guerra contra Elam, el último lugar, como no tenía copa, se despojó del
en el actual Irán, por lo que se desentendió del asun- casco, que era de bronce, lo tendió al sacerdote e
to egipcio ya que no contaba con tiempo o recursos hizo la libación. Todos los demás reyes, por su parte,
suficientes para sofocar otra rebelión en un lugar tan llevaban también cascos y en aquel instante preciso
distante del centro del poderío asirio. De este modo, los tenían puestos. Psamético, pues, tendió el suyo
Psamético I contó con tiempo suficiente para conso- sin poner en ello mala fe alguna, pero los demás, ca-
lidar su poder; lo cual logró tanto en el plano político yendo en la cuenta, relacionaron lo que había hecho
Egiptología 2.0 | 81
Psamético y el oráculo que les había vaticinado
que sería único rey de Egipto quien de ellos hicie-
se una libación con una copa de bronce. (Schra-
der, 1992: 445-446).
La fiesta sed
82 | Egiptología 2.0
La secuencia exacta y las acciones que el faraón realizaba en el heb-sed aún no son claras; pero las evidencias
-que sobrevivieron al cruel embate del tiempo- muestran que el monarca debía realizar varios rituales que lo
situaban como el regente de varios asuntos mundanos; de tal manera se le representaba arando la tierra, con-
tando el ganado y fundando edificaciones. Pero, en estas actividades los dioses estaban presentes, razón que
les confería sacralidad. El evento más importante parece haber sido una carrera ritual que el rey debía realizar
para demostrar que aún se encontraba en buen estado físico. La culminación del heb-sed se daba cuando el
faraón era investido con las coronas del norte y del sur por los dioses, usualmente Horus y Seth como personi-
ficaciones del Alto y el Bajo Egipto, justo en el doble pabellón sd (sed). Por último, el monarca erigía una
columna ḏd (djed) que simbolizaba la estabilidad de su reinado y disparaba flechas hacia los cuatro puntos
cardinales para, mágicamente, mantener alejados a los enemigos del país del Nilo.
Detalle de un dintel que figura al faraón Senusret III en el doble pabellón sed; Nag el-Madamud. 1837-1819 a.C. Caliza
tallada. Museo de Antigüedades Egipcias, Núm. Inv. JE 6189. El Cairo
(Imagen: Soutekh67, GFDL & Wikimedia Commons).
En el caso de Psamético I, es seguro que pudiese tuberancia rectangular con una perforación longitu-
celebrar al menos su primer heb-sed, ya que en los dinal. Cuenta con 11 cm de alto, 5.5 cm de ancho y
54 años que permaneció en el trono tuvo suficiente 0.5 cm de espesor y se encuentra manufacturado en
tiempo para asentar sus reales y dejar bien cimen- fayenza egipcia moldeada. En su recto y verso pre-
tadas las bases de su dinastía y el nuevo renombre senta inscripciones dispuestas en una sola columna
alcanzado por Egipto a nivel internacional. Pero, a a cada lado, las cuales son idénticas.
diferencia de otros monarcas longevos, aún no se ha
descubierto algún relieve o un complejo monumental En este caso, las inscripciones se leen de arriba ha-
que de cuenta de su “fiesta sed”. Sin embargo, exis- cia abajo y de derecha a izquierda. Los jeroglíficos
ten otros artefactos que corroboran la mencionada registran el egipcio medio; escritura que se seguía
celebración, como el caso que se expone a conti- utilizando en contextos religiosos y ceremoniales
nuación. aún en la Baja Época (cfr.: Allen, 2010: 10). Un ele-
mento que sin duda resalta en la inscripción es el
Descripción, análisis epigráfico e interpretación
de un contrapeso de menat conocido trilítero šnw que también se conoce
como “cartucho”; éste se utilizaba para indicar tanto
El artefacto en cuestión se resguarda y exhibe al el praenomen y el nomen, es decir; los nombres de
público en las nuevas salas del Egipto faraónico del entronización y nacimiento de los monarcas egipcios
Museo Nacional de las Culturas (MNC) de México. (cfr.: Leprohon, 2013: 17-19). En este caso, dentro
Se trata de una placa de forma trapezoidal, en su
parte proximal y circular en su parte distal con bor- de este “cartucho” se encuentra inscrito:
des rectos. En su parte superior presenta una pro- w3ḥibr´, cuya transcripción es: uahibra y que pue-
de traducirse como: “rejuvenece (o resurge) el cora-
Egiptología 2.0 | 83
Contrapeso de collar menat con el preanomen del faraón Psamético I. 664-610 a.C. Fayenza moldeada. Museo Nacional
de las Culturas, N. Inv. AF-E-Pres-73. Ciudad de México (Imagen: Gerardo P. Taber).
Jeroglíficos en el contrapeso de collar menat con el preanomen del faraón Psamético I. Restitución de Gerardo P. Taber y
Rodrigo A. Cervantes utilizando JSesh, an Open Source Hieroglyphic Editor de Serge Rosmorduc.
zón de Ra”. Este es el nombre de entronización de Psamético I quien, probablemente, escogió los tres fonogra-
mas que construyen este enunciado, el cual era mucho más que un nombre; era una declaración de restaura-
ción del poderío real que se conjugaba perfectamente con los objetivos políticos de la dinastía saíta (cfr.: Ray,
1990: 196-199 y Leahy, 2011: 550-568).
djed medu heb-sed neb heb-sed asha ur ni nisut bitit uahibra mi ra djet
“Palabras dichas en cada festival sed, y en todos los grandes festivales sed, del rey del Alto y Bajo Egipto Uahi-
bra (Psamético I), quien es como Ra por siempre.”
La inscripción es una fórmula de invocación mágica para que el faraón celebrase el heb-sed para el que se
manufacturó este artefacto y que también fuese capaz de estar presente en muchos más; deseándole por an-
tonomasia un largo reinado bajo la égida del dios Sol. Lo más probable es que esta inscripción corresponda al
634 a.C., año en que, idealmente, se cumplió el trigésimo aniversario de la coronación de Psamético I; aunque
este longevo monarca vivió otros 24 años más y posiblemente celebró más de una “fiesta sed”.
84 | Egiptología 2.0
Para conmemorar tan importante suceso, se inscribieron este tipo de fórmulas mágicas en los objetos litúrgicos
y votivos relacionados; como es el caso de este contrapeso de un mnit (menat), que consistía en
un collar de cuentas en forma de luna creciente y un contrapeso al que se anudaban los cordeles. Este elabora-
do abalorio servía como instrumento musical en algunos contextos religiosos asociados a la diosa Hathor, quien
recibía el epíteto de “gran menat”. Al parecer, el sonido producido por este collar era un medio que transmitía
el poder de la diosa (cfr.: Wilkinson, 1992: 173). En este sentido, es probable que durante el heb-sed algunas
sacerdotisas dedicadas al culto a Hathor tañeran estos instrumentos para que ella se manifestase ante el faraón
y que después se ofrendasen amuletos para que esta acción siguiera ocurriendo por toda la eternidad. De tal
manera, existen otros ejemplares similares al contrapeso de collar menat con el preanomen del faraón Psamé-
tico I que se resguarda en el Museo Nacional de las Culturas de México: uno en el Musée du Louvre en Paris,
Francia y otro en el Los Angeles County Museum of Arts (LACMA) en California, USA; éste último contiene la
misma fórmula mágica con la diferencia que se inscribió el nomen de Psamético I: psmṯk, cuya
transcripción es: psametek y que puede traducirse como: “compañero de Metik” (cfr.: Ray, 1990: 196-199 y
Leahy, 2011: 550-568).
Menat. Dinastía XVII, 1539-1292 a.C. Fayenza egipcia moldeada. Metropolitan Museum of Art, New York.
(Imagen: Reprografía de Aldred, 1971: 18).
Contrapeso de collar menat con el preanomen del faraón Psamético I. 664-610 a.C. Fayenza egipcia moldeada. Musée
du Louvre, Paris (Imagen: Guillaume Blanchard, DFDL & Wikimedia Commons).
Contrapeso de collar menat con el nomen del faraón Psamético I. 664-610 a.C. Fayenza egipcia moldeada. Obsequio de
Frank J. y Victoria K. Fertitta a Los Angeles County Museum of Arts, N. Inv. M.80.198.115. California
(Imagen: Collections LACMA).
Egiptología 2.0 | 85
Comentarios finales
BAINES, JOHN & MALEK, JAROMIR (1988). Dioses Gerardo P. Taber realizó sus estudios de arqueología
templos y faraones. Vol. I & II. Graham Speake (ed.). en la Escuela Nacional de Antropología e Historia de
Col. Cultural Atlas Series. Andromeda Oxford Ltd. & México y se ha especializado en el estudio de las cul-
Checkmark Books. Folio. Barcelona. turas del medio oriente y el Mediterráneo antiguo, con
especial interés en el Egipto faraónico. Ha impartido
ALDERED, C. (1971). Jewels of the Pharaohs. Egyp- numerosas conferencias y cursos sobre el arte, la reli-
tian Jewelry of the Dynastic Period. Thames & Hud- gión y la escritura del Egipto faraónico.
son. London.
También fue investigador de diversas exposiciones
ALLEN, J. P. (2010). Middle Egyptian. An Introduction internacionales. Es autor del libro Medu Netscher,
to the Language and Culture of Hieroglyphs. 2nd Edi- las palabras divinas que fue aceptado en los acervos
tion. Cambridge University Press. Cambridge. de la Bibliotheca Alexandrina en Egipto en el año de
2008.
CLAYTON, P. A. (1994). Chronicle of the Pharaohs.
The Reign-By-Reign Record of the Rulers and Dynas- Actualmente desempeña su labor como investigador
ties of Ancient Egypt. Thames & Hudson. London. del Museo Nacional de las Culturas de México, en el
área de investigación y curaduría del Egipto faraónico
HERÓDOTO DE HALICARNASO (1992). Historia. Li- y el Mediterráneo antiguo y se encuentra trabajando
bro II Euterpe. Col. Biblioteca Clásica Gredos N. 3. en el proyecto Kemet en Anáhuac, que busca analizar
Traducción y notas de Carlos Schrader. Gredos S.A. y contextualizar las obras faraónicas que se encuen-
Madrid. tran en México.
86 | Egiptología 2.0
Colecciones
Bartomeu Egea Resino
Hace ya 125 años. El 7 de julio de 1891, el obispo de Vic, Josep Morgades y Gili, inauguraba el nuevo Museo
Episcopal de Vic (MEV), que reflejaba el interés que, desde finales del siglo XIX, se había generado por el arte
de la Edad Media, recogiendo el esfuerzo realizado por un grupo de intelectuales y clérigos de Vic de la época
de la “Renaixença” para recuperar el patrimonio artístico catalán. Sus primeras instalaciones ocupaban el espa-
cio situado sobre el claustro de la catedral y del palacio del obispo. Desde 2002 unas modernas instalaciones
acogen sus tesoros.
Sala de arqueología del Museo Episcopal de Vic, siglo XIX (Imagen: MEV).
Egiptología 2.0 | 87
Los antecedentes de la creación del Museo Episcopal hay que buscarlos en dos hechos: la Exposición Arqueo-
lógica Artística de Arte Retrospectivo celebrada en 1868 en Vic y organizada por el Círculo Literario, con el
canónigo Jaume Collell y Bancells como líder; y en el descubrimiento del templo romano en el año 1882, y la
consiguiente creación de la Sociedad Arqueológica de Vic que se encargó de la creación de un Museo Lapidario
núcleo embrionario de la futura colección arqueológica del museo. Esta Sociedad fue presidida desde los inicios
por el mismo obispo Morgades.
Una magnífica colección de obras maestras de pintura y escultura del románico y del gótico catalán, junto con
unas destacadas colecciones de arqueología, orfebrería, tejido, forja, vidrio y cerámica. Un fondo de valor ex-
cepcional integrado por más de 29.000 piezas.
Máscara funeraria, madera policromada. Sokar, Madera policromada y doble escarabeo (Imágenes: MEV).
La colección egipcia integrada en la de arqueología esta formada por aproximadamente un centenar de refe-
rencias, formada a lo largo del siglo XIX mayoritariamente, en base a material procedente del mismo Egipto,
adquirido en El Cairo y Alejandría, así como de yacimientos arqueológicos de la costa mediterránea occidental y
de donaciones realizadas a lo largo del tiempo por particulares siendo las mas significativas, las de Don Ramiro
Miralpeix, Don Joaquin Badia i Andreu y las de Don Federico Rauret (General Auditor de Guerra en el Tribunal
Mixto de Alejandría).
88 | Egiptología 2.0
Cabe destacar un ejemplar del ‘‘Libro de los Muertos’’, escrito en hierático y decorado con dibujos que comple-
mentan y explican los textos presentados en columnas verticales y la Momia y sarcófago antropomorfo de la
cantora de Amón Nadegaubastisred.
BAQUÉS ESTAPE, LLORENS. (1971). ‘‘Las piezas Bartomeu Egea (Barcelona 1953), después de una lar-
egipcias del Museo Episcopal de Vich’’. Información ga trayectoria empresarial, dedica toda su atención al
Arqueológica, num: 6. Boletín informativo del instituto estudio del antiguo Egipto, estudia prehistoria e histo-
de prehistoria y arqueología de la diputación provincial ria antigua y etnoarqueología, colabora habitualmente
de Barcelona. en blogs y foros que promuevan el conocimiento de la
egiptológica, así como en docencia, acercando el AE
Webgrafía a los escolares.
http://egipte.org
https://www.facebook.com/egipte-org-Projecte-Ue-
mot-62080254459
https://twitter.com/projecteuemot
https://instagram.com/projecte_uemot
Egiptología 2.0 | 89
Museos
Sara López Caiz / Moisés González Sucías
El Museo Arqueológico
Nacional de Madrid
El Museo Arqueológico Nacional fue fundado en Desde su creación la sede prevista para el Museo
1867 por Isabel II, siguiendo la tendencia europea de Arqueológico Nacional fue la actual, el Palacio de
crear grandes museos nacionales destinados a mos- Biblioteca y Museos Nacionales, un gran edificio de
trar los testimonios del pasado propios de cada país. nueva planta concebido en 1860 y situado en el Pra-
Con su creación se daba respuesta a la demanda de do de Recoletos, cuya construcción necesitó más de
reunir en una única gran institución las colecciones treinta años y tres proyectos arquitectónicos para su
de antigüedades, dispersas en diferentes estableci- culminación en 1892.
mientos, con el fin de representar la historia de Espa-
ña, desde los orígenes a los tiempos más recientes, De 1867 a 1893, el Museo ocupó provisionalmente el
y ofrecer un panorama de las antiguas civilizaciones Casino de la Reina, antigua finca de recreo cercana
del resto del mundo. a la actual glorieta de Embajadores de Madrid, que
el Ayuntamiento de Madrid había regalado a la reina
La idea encontró impulso en el desarrollo que la ar- Isabel de Braganza en 1817.
queología alcanzó en esos momentos, así como en
la toma de conciencia del riquísimo patrimonio cultu- Entre 2008 y 2013 se ha desarrollado la reforma del
ral que, a causa de invasiones, guerras y desamorti- decimonónico edificio en el que se ubica el Museo
zaciones, se encontraba en peligro de desaparición Arqueológico Nacional y la reinstalación de su expo-
y era necesario proteger. sición permanente.
El nuevo Museo debía reunir, conservar y estudiar El edificio se ha acondicionado logrando que sus es-
estos bienes para ponerlos al servicio de los ciuda- pacios se distribuyan más racionalmente, sean más
danos, contribuyendo de este modo a su formación accesibles, dispongan del equipamiento tecnológico
e instrucción. necesario y respondan a los criterios de confortabi-
90 | Egiptología 2.0
lidad y seguridad requeridos para hacer cómoda y Egipto. Probablemente dichos viajes despertaron su
placentera la estancia en él. interés por este país y por su historia, lo que le llevó
a adquirir alrededor de 300 piezas. Se trata mayo-
La ampliación de las áreas públicas permite ofrecer ritariamente de amuletos, escarabeos, y estatuillas
a los visitantes una zona de acogida en condiciones de divinidades de bronce, aunque también merecen
idóneas, exponer nuevas colecciones, ofertar una atención especial las momias de animales, las escul-
amplia variedad de actividades simultáneamente y turas en madera y piedra, las cerámicas, los vasos
poner a su disposición nuevos servicios. La renova- de alabastro, los objetos de adorno personal, y los
ción museográfica de las salas de exposición incor- ushebtis. Ignoramos cómo, cuándo y en qué lugar
pora todos los medios técnicos y de comunicación concreto de Egipto las adquirió, aunque no parece
que pueden favorecer la puesta en valor de las co- descabellado pensar que procedan de alguno de los
lecciones y la comprensión del discurso expositivo muchos anticuarios que en ese momento trabajaban
histórico propio del Museo, convenientemente actua- en este país. Tras su muerte, Rosario Laiglesia, su
lizado y reinterpretado a la luz de los nuevos descu- viuda, decidió vender toda la colección al Museo, he-
brimientos científicos. cho que se produjo el 10 de Noviembre de 1876.
Egiptología 2.0 | 91
Bajorrelieve con la representación de un cáprido, 1539-1077 a.C. (Imagen: Sabrina Carlson).
92 | Egiptología 2.0
Parte superior de una escultura de
Ptolomeo II o III, 332-30 a.C.
(Imagen: Moisés González Sucías). Egiptología 2.0 | 93
Egipto. Desconocemos por qué le fue encomendada sonalidades europeas como la Emperatriz de Fran-
la tarea de excavar dicha tumba a Toda, quizá por- cia, el Emperador de Austria, los príncipes de Prusia
que el Servicio de Antigüedades estaba enfrascado y Holanda, y por parte de España, entre otros, el en-
en el desescombro del enorme templo de Luxor. El tonces alcalde de Madrid Manuel María Galdo, quien
vaciado de la tumba duró tres días y parece que sólo adquirió en este país algunas piezas egipcias, entre
se contó con siete hombres. En ella encontraron nu- ellas algunas estatuillas de divinidades de bronce y
merosos objetos, pero por desgracia sólo uno entró una momia de Ibis, que fueron donadas al Museo
a formar parte de los fondos del Museo. Se trata de en 1870. El Director General de Instrucción Pública,
una caja de ushebtis, cuyo titular se llama Ja-Bejent. Ruiz Aguilera, propuso en un escrito fechado el 26 de
Su interés por el país fue más allá, y formó su pro- agosto de 1869 que Facultativos del Museo Arqueo-
pia colección de objetos egipcios. Una colección, sin lógico Nacional viajaran a Egipto, acompañando a la
contexto arqueológico, aunque sí precisó el lugar de misión diplomática que España enviaba, con la in-
procedencia (Saqqara, Luxor, Deir el Medina, Assiut, tención “no sólo para ver y estudiar los monumentos
Assuan, Gumah, Deir el Bahari, Gebel Ein y Akhr- y antigüedades egipcias, sino para traer las que de
nin). Su importancia, radica no sólo en la gran can- éstas pudieran adquirir”. El transporte de los objetos
tidad de piezas que la componían, sino también en comprados correría a cargo de los buques de la Ar-
la variedad temática de éstas. Hoy en día, se halla mada. Por desgracia, esto no se pudo conseguir, y
repartida en dos museos: se perdió una oportunidad de oro de incrementar los
fondos egipcios del Museo.
Biblioteca Museo Víctor Balaguer de Vilanova i la
Geltrú (Barcelona). La colección está compuesta por Viaje de la Fragata Arapiles
101 objetos y fue donada a dicha institución por E.
Toda y Güell en 1886. Dos años más tarde de la inauguración del Canal
de Suez, tuvo lugar el viaje de la denominada Fra-
Museo Arqueológico Nacional de Madrid. La colec- gata Arapiles al Oriente Mediterráneo. Un viaje lleno
ción fue adquirida por compra el 15 de Enero de de problemas y contratiempos, motivados, principal-
1887, y consta de más de 1.300 piezas. En Líneas mente, por el escaso presupuesto con el que conta-
generales, se trata de amuletos, estatuillas de divini- ban los componentes de dicha Fragata. En verano
dades de bronce, escarabeos, vasos de alabastros, de 1871, partió de Nápoles rumbo a Oriente. España
conos funerarios, objetos predinásticos, vendas de mandaba una comisión científica bajo la dirección de
momias, ostracas con inscripciones en hierático, de- Juan de Dios de la Rada y Delgado, arqueólogo y
mótico y copto, estelas de piedra, máscaras funera- conservador del antiguo Departamento de Prehis-
rias, cestos, y zapatos de cuero. toria y Edad Antigua. La importancia histórica y ar-
queológica de este viaje queda plasmada en la obra
La última gran donación fue la realizada por el Pa- de Rada y Delgado.
dre Francisco Roque Martínez, párroco de la Iglesia
de San Francisco en Alejandría. No se sabe cómo La Arapiles, visitó numerosas ciudades como Sira-
adquirió su colección, toda sin contexto arqueológi- cusa, Atenas, Troya, Constantinopla, Mitilene, Es-
co ni procedencia, pero lo cierto es que cuando la mirna, Castro, Cos, Tigani, Jaffa, Cesarea, Chipre,
donó al Museo entre 1923 (8 de Abril) y el groso de Rodas, Beirut, Port Said, y por supuesto Alejandría.
ésta, el 27 de Septiembre de 1930, constaba de casi De los 86 días que duró el viaje, sólo dos perma-
300 piezas. Es una colección muy variada en cuan- neció en esta última ciudad, en concreto el 4 y el 5
to a temática: amuletos, ushebtis con inscripciones, de septiembre. Sin embargo, los medios económicos
estatuillas de divinidades de bronce, esculturas en con los que contaban eran más que escasos e impi-
madera, y quizá lo más interesante a resaltar es el dieron que España se hiciera con una buena colec-
conjunto de vasos de alabastro de pequeño tamaño. ción de objetos egipcios, tal y como hubiera sido su
deseo. Únicamente se pudo adquirir una cabeza de
Importantes también fueron los particulares que do- granito de un faraón joven, de época ptolemaica.
naron o vendieron piezas egipcias al Museo Arqueo-
lógico Nacional y algunos hechos históricos, de los Donación del Gobierno egipcio
que habría que resaltar los siguientes:
Algunos años más tarde, en 1891, tuvo lugar el des-
Inaguración del Canal de Suez cubrimiento de la “Segunda Cachette” de Deir el Ba-
hari, perteneciente a la familia Abdel Rasul. En este
El 11 de diciembre de 1869 y tras unas costosas escondrijo, cuya dirección la llevó a cabo el Servi-
obras realizadas ese mismo año por F. Lesseps, se cio de Antigüedades egipcio, se hallaron un total de
inaugura el Canal de Suez. Este hecho convocó, en ciento treinta y cinco sarcófagos cuyos titulares eran
una fastuosa ceremonia, a una gran cantidad de per- sacerdotes y sacerdotisas de la dinastía XXI y XXll.
94 | Egiptología 2.0
Momia de Nespademu, Periodo Ptolemaico (Imagen: Sabrina Carlson).
El Gobierno egipcio, decidió ceder parte de las antigüedades descubiertas a diferentes museos del mundo,
y entre ellos estaba el Museo Arqueológico Nacional. Le tocó el lote número 13, sin lugar a dudas, el menos
numeroso en cuanto a piezas: cinco sarcófagos cubiertos de inscripciones pertenecientes a Pairusejer, Anje-
fenjonsu, Thy, Rum y el quinto anónimo, sesenta y seis ushebtis de fayenza, y dos cajas funerarias de madera,
una de ellas de ushebtis. El propio cónsul español en El Cairo al escribir al Ministerio de Estado Español, ya
mostró el malestar ante el escaso número de objetos que componían el lote destinado a España, a pesar de
que reconoce que ésta no era una gran potencia y por lo tanto tomaba pocas decisiones en materia de cultura
internacional.
Vaso predinástico, 3500-3200 a.C. y estela de la dama Iutsasus, 380-343 a.C. (Imágenes: Sabrina Carlson).
Egiptología 2.0 | 95
excavaciones arqueológicas sistemáticas realizadas
en Ehnasya el Medina (Heracleópolis Magna) y en
diversos yacimientos nubios.
De Egipto y Nubia el Museo conserva objetos desde Las huellas se manifiestan en los restos arqueológi-
la Prehistoria hasta la época romana y medieval, vin- cos, siendo los más importantes para las coleccio-
culados al mundo religioso y funerario (sarcófagos, nes del Museo los encontrados en las excavaciones
ushebtis, amuletos, momias, estelas, esculturas de de Nubia y de Heracleópolis Magna. Se exhiben en
divinidades, etc.), muchos de ellos procedentes de dos vitrinas que serán renovadas periódicamente.
Segunda planta del Museo donde se encuentra ubicada la colección egipcia (Imagen: MAN).
Los mensajes se leen en documentos con distintos soportes, anotados en diferentes lenguas y escrituras, como
la lengua egipcia con sistema jeroglífico, hierático y demótico, así como en copto, griego, meroítico, paleonubio
o árabe. El espacio y el tiempo La sala 33 ofrece información sobre la geografía, la historia y la cronología. Un
mapa del Nilo, acompañado de un audiovisual, muestra su recorrido desde Jartum al Mediterráneo, mientras
que otros dos definen el territorio de Egipto y de Nubia. Están acompañados de una cronología comparada con
96 | Egiptología 2.0
riódicamente. Los mensajes se leen en documentos con distintos soportes, anotados en diferentes lenguas
y escrituras, como la lengua egipcia con sistema jeroglífico, hierático y demótico, así como en copto, griego,
meroítico, paleonubio o árabe.
La sala 33 ofrece información sobre la geografía, la historia y la cronología. Un mapa del Nilo, acompañado de
un audiovisual, muestra su recorrido desde Jartum al Mediterráneo, mientras que otros dos definen el territorio
de Egipto y de Nubia. Están acompañados de una cronología comparada con las diferentes etapas de su histo-
ria que abarca miles de años.
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Parte superior de una esculura de
bronce de Sekhmet, 664-332 a.C.
98 | Egiptología
(Imagen: Moisés González
2.0 Sucías).
‘‘triadas’’ que garantizaban la continuidad de la vida.
Todas las divinidades fueron veneradas en su templo, al que solamente tenía acceso el faraón y los sacerdotes
encargados del culto y de los rituales. El pueblo egipcio, por el contrario, elevaba plegarias a divinidades más
cercanas o a intermediarios entre ellos y las grandes deidades en capillas contiguas al templo.
Los amuletos y escarabeos protegían a las personas, y los marfiles mágicos ahuyentaban a los genios malva-
dos y a los animales venenosos. Desde la conquista de Egipto en 332 a.C. por Alejandro Magno, el país se verá
influido por movimientos artísticos, religiosos y filosóficos helenísticos y romanos, originándose un auténtico
sincretismo entre ambos panteones.
En Nubia La religión puso de manifiesto una fusión de creencias y una asimilación de dioses. Amón fue vene-
rado como dios supremo. Pronto se constata una fuerte influencia helenística. A partir del periodo meroítico se
incorporan al panteón deidades vinculadas al mundo africano. El cristianismo se introdujo en Nubia de forma
gradual y, tras la conquista del país por los árabes, se practicó la fe islámica.
Egiptología 2.0 | 99
Se trata de una recreación hecha con objetos originales de las dinas-
tías XXI y XXII (a excepción de la momia que es moderna). Además
del sarcófago, han sido introducidos los vasos canopos, los ushebtis
o figurillas funerarias, objetos de tocador y collares. Las imágenes que
rodean la vitrina reproducen textos del ‘‘Libro del Amduat’’, extraídos
de la tumba de Tutmosis III. Alrededor de la cámara se exhiben objetos
procedentes de otros ajuares funerarios.
El video relata las veinticuatro horas del ciclo solar, su recorrido durante
el día y durante la noche hasta el nuevo amanecer, así como el deseo
del difunto de unirse al viaje del sol para renacer con él. Las imágenes
muestran los objetos expuestos: la barca de la estela funeraria, la ven-
da de momia, el ataúd con textos del ‘‘Pequeño Amduat’’ y represen-
taciones del difunto llegando al umbral de la estancia infernal, donde
prosigue su camino conducido por genios que le guían hasta Osiris.
Este, personificado por una estatuilla, permanece en el mundo inferior
mientras que el dios sol Ra, convertido en un escarabeo, renace de
nuevo por la mañana y con él, el difunto renacido.
Estatua de Harsomtus-em-hat, La colección de ushebtis del Museo es una de las más importantes
664-610 a.C. de todos los museos del mundo por su número y calidad. Estas figu-
(Imagen: Carlos Moreira). rillas funerarias, muy características del antiguo Egipto, constituyen
una fuente inagotable de información sobre los títulos y los nombres de las personas a las que pertenecieron.
La tipología, las inscripciones y los materiales de que estuvieron hechos también proporcionan datos esenciales
para su estudio. La catalogación y el estudio de los ushebtis avanza paulatinamente.
El objetivo final es la publicación On line, del catálogo de estas piezas por parte del Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte. El catálogo se está haciendo en fichas PDF español-inglés, siguiendo las normas de la base
de datos BIS (Base Internacional de Shabtis). Se utiliza el Tesauro Internacional de Egiptología, se están co-
piando las inscripciones con el programa GLYPH y se incluyen 4 fotografías de cada pieza.
La colección de antigüedades del Oriente Próximo ingresó gracias a las ventas hechas al Estado por D. Julio
Martinez Santa Olalla en 1975 y por otros coleccionistas particulares como Rivadeneira en el siglo XIX. Las pie-
zas proceden de Mesopotamia y Persia. Este proyecto se realiza en colaboración entre el Museo Arqueológico
Nacional y la Universidad Autónoma de Madrid. Se estudiara, catalogará y fotografiara toda la cultura material
procedente de estos lugares, que cobra una importancia excepcional tras los acontecimientos bélicos recientes
en toda la región y la perdida de una buena parte de su patrimonio.
Los objetivos son estudiar las piezas procedentes del yacimiento egipcio en el que excava actualmente la Mi-
sión Arqueológica española, cuyos inicios se remontan a 1966. Las piezas, relieves de pared y falsas puertas
halladas en la necrópolis del Primer Periodo Intermedio / inicios del
Reino Medio y conservadas hoy día en el Museo gracias al reparto
de excavaciones que se hizo hasta 1980, están siendo incluidas en
el registro e inventario general de la excavación, junto a los otros
hallazgos realizados entre 2000 y 2013 procedentes de la citada
necrópolis y que en muchas ocasiones forman parte del mismo
complejo arquitectónico.
Khaemwaset. El príncipe
arqueólogo
Cuarto hijo del faraón Ramsés II y la reina Isetneferet, Khaemwaset es uno de los hijos más conocidos del
monarca, ya que sus contribuciones a la sociedad egipcia fueron recordadas durante siglos. Ha sido descrito
como el primer egiptólogo debido a sus trabajos en la identificación y restauración de tumbas y templos. Fue
Sumo Sacerdote de Ptah, gobernador de Menfis y príncipe heredero. Murió a los 56 años de edad, en el año
55 del reinado de su padre.
Le Musée Départemental Arles Antique, muestra hasta el próximo 22 de enero de 2017, una selección de más
de 140 piezas procedentes del Musée d’Art et d’Histoire de la ville de Genève, el Musée d’Archéologie Médi-
terranéenne de Marseille, el Musée du Louvre y el British Museum, entre otros, con la finalidad de acercarnos
a la figura del príncipe Khaemwaset, considerado el primer arqueólogo de Egipto por su contribución a la res-
tauración, recuperación y catalogación de monumentos funerarios, templos y edificios históricos y conocer los
vínculos de este con su padre Ramsés II.
La exposición cuenta además con reconstrucciones realizadas por Jean-Claude Golvin, que nos permiten con-
templar en todo su esplendor como eran las antiguas ciudades de Tebas o Pi-Ramsés. Comisariada por Alain
Charron (comisario científico de la exposición) la muestra nos ofrece una oportunidad única para conocer la
figura del cuarto hijo del faraón Ramsés II.
Vista general de una de las salas de la exposición (Imagen: Moisés González Sucías).
Un dato que no debe ser pasado por alto es que la actividad “arqueológica” de Khaemwaset se encuentra
atestiguada por lo menos desde el último periodo en que se desempeñó como sacerdote sem. Sin embargo,
alrededor del año 45 del reinado de Ramsés II el “príncipe arqueólogo”, que para ese entonces ya contaba con
unos 55 o 56 años de edad fue promovido al grado de sumo sacerdote del templo de Ptah. Evidentemente, este
nombramiento le otorgó más facilidades para efectuar sus obras, pero es relevante hacer notar que ya estaba
dedicado a rescatar la memoria de su pueblo antes de obtener un cargo político importante. Esto puede inter-
pretarse como una muestra de su genuino interés por conocer la historia de sus antepasados, en contraposición
con acciones que sólo buscasen el proselitismo político o religioso.
Vista general de dos de las salas de la exposición (Imágenes: Moisés González Sucías).
Los últimos años de Khaemwaset transcurrieron en Menfis, en donde siguió ostentando el cargo de sumo
sacerdote del templo de Ptah. Al parecer continuó con sus trabajos “arqueológicos” hasta su muerte; la cual
ocurrió probablemente poco después del año 55 del reinado del longevo Ramsés II, cuando el “príncipe arqueó-
logo” contaba con unos 65 o 66 años; edad bastante avanzada para la esperanza de vida del mundo antiguo.
Su tumba aún no ha sido localizada aunque probablemente fue sepultado en Saqqara. Aunque mucho tiempo
se pensó que su sepulcro era un sarcófago hallado en el interior del Serapeum por Auguste Mariette entre 1851
y 1853, el cual contenía una figura antropomorfa elaborada en resina, así como varias joyas y ushebtis con el
nombre y títulos del príncipe Khaemwaset.
Sin embargo no hay testimonios para el enterramiento en el Serapeum de Saqqara que se ha propuesto con
frecuencia y, en realidad, su momia era la de un toro sagrado. Por otra parte, a finales del siglo pasado, las
excavaciones arqueológicas realizadas por la Universidad de Waseda de Japón en el norte de Saqqara locali-
zaron los restos de lo que pudo haber sido el ‘‘recinto del ka” de Khaemwaset. Habrá que esperar a que estos
trabajos continúen y a que se reúnan más datos para determinar cual es el lugar de eterno reposo del príncipe.
Las obras del “primer egiptólogo” hicieron eco más allá de su tiempo ya que
fue recordado como un personaje sabio, aún por los propios egipcios de la
antigüedad. Su historia se funde en la literatura mitológica, en donde prota-
gonizó una serie de relatos de carácter mágico que se conocen por textos,
escritos en demótico, del período romano de Egipto, es decir, 1500 años
después de su época.
Los siguientes días tuvo visiones terribles que le advertían sobre el lúgu-
bre destino que le esperaba si se empecinaba en conservar los conjuros
de Thot. Khaemwaset comprendió que había incurrido en una acción poco
digna y restituyó el papiro a la tumba de Naneferkaptah y, para redimirse, Neferrenpet
(Imagen: Moisés González Sucías).
Otra historia narra el nacimiento y educación de Sa-Osiris, hijo de Khaemwaset y su esposa Mehusekhe,
quienes se alegraron de su llegada, ya que sólo habían engendrado a dos hijas. Desde muy pequeño el niño
demostró una inteligencia vivaz y grandes aptitudes para la magia.
Vasos canopos de toros Apis procedentes del Serapeum de Saqqara (Imágenes: Moisés González Sucías).
Isla de Sehel
Parte superior de la denominada ‘‘Estela del hambre’’ (Imagen: Bartomeu Egea Resino).
Que ver
Toda isla, especialmente su zona sur, que es la que visitaremos, es un gran depósito de petroglifos sobre grani-
to, esparcidos por todo el lugar y aunque nuestro objetivo principal sea la llamada “Estela del hambre” en las ro-
cas existen inscripciones de varios periodos como los registros de Tutmosis I y los más numerosos ptolemaicos.
El yacimiento que se encuentra rodeado por una verja, esta formado por dos pequeñas colinas llamadas Hus-
Ofrenda de incienso al cartucho de Amenhotep II y Khnumemwesekhet (alcalde de Elefantina) y su esposa Hener, ado-
rando una estatua de Anuket (Imágenes: Bartomeu Egea Resino).
Isla de Elefantina
Aswan
Amarradero
Taquilla
Isla de Sehel
Como ir
El medio de transporte para acercarnos a la isla de Sehel es mediante una motora, barca que tomaremos en la
corniche de Aswan, en la proximidad del hotel Old Cataract. Mediante este medio en cortos minutos llegaremos
al amarradero de la isla, desde él, y en un recorrido de 500 metros llegaremos a las taquillas. El ticket asciende
a 30 LE.
Recomendaciones
El terreno es muy abrupto al tiempo que ascendente, aunque las vistas sobre los antiguos rápidos de lo que
fue la primera catarata bien vale el esfuerzo, precisando buen calzado para esta excursión tan interesante. El
Vendedor de los tickets dispone de información en castellano en fotocopias del lugar a cambio de una pequeña
propina.
Este análisis arqueológico sobre los escarabeos peninsulares se compone por un total de 118 ejemplares, que
han sido estudiados en sus contextos permitiendo lecturas interpretativas de los datos. Los escarabeos proce-
den de 30 yacimientos distintos de toda la Península Ibérica, habiéndose seleccionado únicamente aquellos
que cuentan con una documentación arqueológica adecuada para el estudio. La ubicación de estos puntos ar-
queológicos viene establecida en un mapa que ilustra la difusión de los escarabeos facilitando la visualización
de su dispersión.
Mapa de la Península Ibérica que señala geográficamente las ubicaciones de cada uno de los 30 yacimientos
arqueológicos de donde proceden los escarabeos y escaraboides estudiados (Imagen: Wikimedia Commons).
Debemos comenzar a desarrollar nuestro análisis Piezas egipcias se les denomina a aquellas que con
por la designación nominal y clasificación para las seguridad se han fabricado en el país del Nilo, pie-
piezas halladas. Esta se establece en dos tipologías zas pseudoegipcias son las que presentan una mor-
distintas: escarabeo y escaraboide. La designación fología semejante a las egipcias, pero cuentan con
de escarabeo es la otorgada por arqueólogos a pie- alguna característica que advierte que el objeto se
zas que genéricamente han sido interpretadas como elaboró fuera de Egipto, y son clasificados como ma-
pequeños amuletos con forma de escarabajo y que teriales egiptizantes aquellos que fuera del entorno
con frecuencia llevan motivos iconográficos e ins- egipcio cuentan con elementos de dicha cultura (Pa-
cripciones en su reverso (Canales Mesa, P., 2013: dró Parcerisa, J. 1976:12).
22). Como escaraboides son designadas aquellas
que carecen de detalles anatómicos propios del in- ¿Pero cuál es el origen de estas piezas? ¿Qué sim-
secto en el anverso de la pieza (Conde Escribano, bolizaban? ¿A quién representaron? ¿Cómo llega-
M. et al, 2005:82), entre sus tipologías podemos en- ron hasta la Península Ibérica?. En Egipto la imagen
contrar ánades, erizos, cabezas negroides, etc (Ca- del escarabajo plasmado como amuleto de pequeño
nales Mesa, P., 2013: 22). tamaño se convirtió en objeto de culto de modo inin-
terrumpido desde su origen hasta la etapa tardorro-
La clasificación a su vez se lleva a cabo en tres ca- mana, adquiriendo distintas connotaciones sobre un
tegorías (egipcias, pseudoegipcias y egiptizantes) mismo núcleo conceptual según el momento históri-
dependiendo de las características que la definan. co, siempre asociado a mitos de creación, fecundi-
Ejemplar de escarabeo pseudoegipcio - Escarabeo de Torrelló del Boverot, Castellón (Imágen: Almagro Gorbea M., y
Graells i Fabregat, R. 2011:27) y ejemplar de escarabeo egiptizante - Escarabeo de Aliseda, Badajoz (Imágenes: Almagro
Gorbea M., y Graells i Fabregat, R. 2011:27).
Así en el ámbito egipcio original de uso funerario solían darse tipologías más grandes de escarabeos. Durante
el ritual eran depositados junto al difunto, con frecuencia cerca del corazón, y contaban con inscripciones consi-
derablemente más amplias del Libro de los Muertos (Canales Mesa, P., 2013: 26) cuyo fin práctico era ayudar
al difunto a superar el juicio de los dioses.
Volviendo al tema que abordamos, hay que observar el contexto histórico que vivió la Península Ibérica durante
el I milenio a.n.e. para comprender el registro de estos escarabeos. Será escenario de contactos comerciales,
culturales e interétnicos que pese a que su intensidad y dirección varía espacial y temporalmente, permite el
estudio de distintos tipos de relaciones con diferentes posibilidades de lectura para los escarabeos y escaraboi-
des(Fernández Rodríguez, J. M., 2000:185).
Realmente se trata de piezas muy estimadas en todo Oriente durante el II milenio a.n.e. (Base de datos mu-
seísticos Ceres, I: CE08310). Pero será en el I milenio a.n.e. cuando hacen incursión en la Península Ibérica
abarcando desde el Siglo VIII al IV-III a.n.e. (AlmagroGorbea, M. y Torres Ortiz, M., 2009: 539).
En un principio la mayor parte de los escarabeos eran de procedencia egipcia, siendo Naucratis una de las más
importantes factorías exportadoras a todo el Mediterráneo, activa hasta finales del Siglo VI a.n.e. (Navarro Cía,
O. 2012), coincidiendo con el cese de exportaciones de Egipto, que entraron en retroceso por motivos políticos
internos y externos (Fernández Rodríguez, J. M., 2000:193). A partir de ese momento los focos emisores pasan
a ser talleres de artesanos griegos, etruscos y púnicos. De los cuales irradiarían las piezas pseudoegipcias y
egiptizantes cuya circulación se estima hasta el Siglo III a.n.e. (Base de datos museísticos Ceres, I: CE08310).
Por ello el contexto histórico peninsular de los escarabeos se comprende a partir de un complejo proceso de
aculturación que comienza en el III y II milenio a.n.e., cuando se configuran rasgos culturales fenicios, entre los
cuales está comprendido como amuletotalismán (Fernández Rodríguez, J. M., 2000:193).
Resulta necesario para comprender la ideología con la que manejaron estas piezas, un análisis en la religiosi-
dad oficial fenicia del I milenio a.n.e., coincidiendo con la expansión colonial en occidente. Ya que serían estos
grupos los responsables de su difusión en una primera instancia.
Desde finales del Siglo XI a.n.e., durante el I milenio a.n.e. el prestigio político, cultural y técnico de Egipto
estaba presente en manifestaciones culturales del ámbito colonial y en las zonas sirio-palestinas, el dominio
cultural egipcio desemboca en la moda egiptizante, reflejándose en los rasgos y ciertos conceptos de su cultura
material, sin embargo, es importante aclarar que esta influencia egipcia no caló en el plano religioso, pero sí
que se adquieren rasgos artístico vinculados a la sacralidad, como ejemplos: el naos de los templos, las golas
arquitectónicas egipcias y motivos iconográficos como el uraeus.
En cambio en el ámbito popular se adoptaron divinidades egipcias protectoras pero con un carácter individual
y privado. Queda constatado, que existió una imitación de los productos egipcios incorporándolos a su cultura
material, pero cuya realización en serie (para la actividad comercial) conllevó la perdida de los conceptos origi-
nales y una vulgarización de los materiales (Fernández Rodríguez, J. M., 2000: 193-195).
Volviendo al análisis de los esacarabeos, es importante señalar cómo uno de los aspectos principales es la
observación de sus reversos y su amplia variedad iconográfica. El carácter exótico estaba reforzado por la rica
carga de motivos figurados, inscripciones o grabados albergados en la parte inferior, esta es bastante diversa y
varía en función de su uso, procedencia y cronología (Egipcia, feno-púnica o helenística).
En un primer momento la procedencia egipcia de los escarabeos hizo que la presencia de jeroglíficos fuese
predominante.
Sin embargo los grupos indígenas encontrarían en la iconografía helenística temas más afines a su idiosincra-
sia e ideología (leones, guerreros, escenas de caza, grifos etc.). Correlatos que reflejan aspectos sociocultura-
les y funerarios propios de la vida y la cosmovisión del ibero (Fernández Rodríguez, J. M., 2000:190-197).
Los producidos como mercancía comercial tendrían, lógicamente, una temática iconográfica, simbólica o reli-
giosa más popular. Pero de igual modo, la base del escarabeo puede aparecer sin ninguna grafía, aunque es
menos frecuente. Se ha estimado que la carencia de motivos se debe interpretar como piezas concebidas para
ser integradas en collares, botones, etc.
Las inscripciones jeroglíficas de muchos de estos escarabeos son una fuente de información y un recurso
de datación muy estimable, entre las más comunes destacan los epígrafes reales, cartuchos faraónicos, lau-
datorias religiosas, alusiones a divinidades del panteón egipcio, nombre de personas y fórmulas epigráficas
que reforzarían su función mágica. Igualmente su iconografía recoge motivos religiosos, emblemas, animales,
plantas, lemas y ornamentos (Canales Mesa, P., 2013: 24). En Egipto los faraones utilizaron los escarabeos
como emblema de poder, su vinculación al sol y al dios Osiris les otorgaba legitimidad espiritual, vinculándose
directamente con el ámbito divino (Canales Mesa, P., 2013: 28).
Con respecto a la interpretación iconográfica de los signos jeroglíficos encontramos algunos que pueden ser
considerados como símbolos en sí mismos, como es el caso del disco solar, el halcón o el uraeus. El signo
jeroglífico más frecuente en las inscripciones es el nb que representa el ideograma egipcio del cesto. Este es
habitual tanto en escarabeos de origen egipcio como feno-púnico (Almagro-Gorbea, M. y Torres Ortiz, M., 2009:
542).
Con respecto a la iconografía helenística, destacar el protagonismo en esta etapa de motivos de carácter gue-
rrero y heroico (guerreros, caza, lucha, héroes, grifos, leones, esfinges, etc), que serían los más demandados y
apreciados culturalmente por las sociedades surgidas tras el perido Orientalizante (almagro-Gorbea, 1996, p.41
s.;Torres 2002, p. 380 s., citado por Almagro-Gorbea, M. y Torres Ortiz, M., 2009: 545), estos escarabeos con
frecuencia procedían de talleres púnicos y etruscos, en el ámbito ibérico serían interpretados desde la ideología
local, también se plasman estos conceptos en la iconografía monetal de etapa ibero-romana. Los escarabeos
con representaciones iconográficas figuradas deben considerarse de procedencia cartaginesa en su mayoría
(Almagro-Gorbea, M. y Torres Ortiz, M., 2009: 545).
Torelli en este ámbito iconográfico (M. Torelli 2002 y rantes o semitransparentes, más tarde se emplea-
120 citado por Almagro Gorbea M., y Graells i Fabre- ron materiales de mayor dureza como basalto verde,
gat, R. 2011: 74-77) descarta una autorrepresenta- diorita, granito, hematita, lapislázuli, jaspe, serpen-
ción del propietario mediante las divinidades, anima- tina, cornalina, amatista, ónice y ágata entre otros.
les reales o símbolos determinados. Simultáneamente se realizaban también en materia-
les blandos como la caliza blanca y la pizarra blan-
Las materias primas empleadas en la fabricación de ca (Canales Mesa, P., 2013: 23). En Egipto los más
estas piezas, así como los metales elegidos para en- valorados eran los realizados en porcelana blanca,
garzar los escarabeos denota a menudo unos valo- cristales de colores, marfil, oro y piedras preciosas
res intrínsecos reconocibles para cualquier individuo, (Canales Mesa, P., 2013: 23).
técnicas artesanales elaborados y metales nobles
como la plata y en menor frecuencia el oro (Base Con la “industrialización” de los escarabeos en el
de datos museísticos Ceres, I: CE08310). Entre los Mediterraneo se comenzó a emplear las técnicas de
diferentes materiales que se emplearon para fabri- pasta o tierra cocida utilizando moldes, La técnica
car los escarabeos que recogemos en este trabajo del vidriado surge de la mano, con distintos tonos
podemos apreciar: pasta vidriada verde, pasta blan- de esmaltado, siendo los más comunes los verdes,
ca, bronce, esteatita, ágata, fayenza, cristal, jaspe, azules y tonos intermedios a estos.
cornalina, lidita, marfil, amatista y cuarzo. La tipo-
logía de escarabeo egipcio emplea la piedra, siendo Los anillos porta escarabeos y escaraboides se ela-
la esteatita o esteatoquisto (silicato de magnesio) la boraron con metales valiosos como oro, plata o bron-
de mayor antigüedad y abundancia. Para la técnica ce. También se han interpretado como colgantes en
de la talla de escarabeos se usaron piedras transpa- su función de adorno personal y elemento ostentato-
En la costa atlántica predominan las piezas fabricadas con pasta (fayenza, vidriadas y no vidriadas), en menor
número están presentas escarebeos de bronce, cristal y piedras semipreciosas. En el Sur Peninsular predo-
minan las piezas de fabricación en pastas claras y parecida proporción en piedras semipreciosas. En la zona
de la actual Extremadura, encontramos documentados escarabeos que mayoritariamente están fabricados en
piedras semipreciosas. En el Levante, piezas de fayenza blanca, en el noreste peninsular destacan los escara-
beos de pasta en distintos tonos de verde azulado, señalando un aumento de piezas en piedras semipreciosas
en la zona más próxima al norte.
Escarabeo de Aliseda, Badajoz. Siglo VII-VI a. C. (Imágenes: Base de datos museográficos ceres.mcu.es).
Es decir, señalamos diferentes niveles de calado y sincretismo de estos en los grupos indígenas y en los co-
lonizadores, con matices históricos, geográficos y cronológicos. Para los iberos tendrían su propio significado
pero incorporando aspectos nuevos en la ideología, apoyados por tradiciones orales que se introducen desde
el mundo colonial en el imaginario colectivo de las élites rectoras, según su capacidad de adaptación al ideario
preexistente con su propio substrato cultural, además de ser un elemento renovador de este y de la iconografía.
FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, J. M. (2000). ‘‘Objetos e Nació en 1991 en Los Villares (Jaén), se graduó por la
iconografía egipcia en el mundo colonial e indígena Universidad de Jaén en Historia del Arte con mención
del Extremo Occidente’’. Arte y sociedad del Egipto en Arqueología, para después cursar un Máster de Ar-
antiguo. Ensayos, 171, 185-203. queología en la Universidad de Granada, periodo en
el que participó como ponente en las primeras jorna-
PADRÓ PARCERISA, J. (1976). Los materiales de das de jóvenes arqueólogos de la UGR.
tipo egipcio del litoral Mediterráneo de la Península
Ibérica. (Resumen). Instituto de Prehistoria y Arqueo- Además de haber participado en diversas campañas
logía Universidad Autónoma de Barcelona. arqueológicas, ha colaborado en actividades museís-
ticas vinculadas a la difusión del patrimonio en Jaén,
PADRÓ PARCERISA, J. (1976-1978). “Datos para cuenta con algunos trabajos publicados de investiga-
una valoración del ‘‘factor egipcio” y de su incidencia ción local sobre el patrimonio histórico en el Proyecto
en los orígenes del proceso de iberización’’. Ampu- Ujaen de Innovación Docente Laboratorio de Arte.
rias: revista de arqueología, prehistoria y etnografía.
Nº. 38-40, pp. 487-510. En materia egiptológica ha realizado nivel inicial e in-
termedio de jeroglíficos en UGR y UJA, así como un
LÓPEZ GRANDE, M. J. (1988). “Reflexiones acerca curso en Egiptología de la Universitat Autònoma de
del sentido religioso de los objetos egipcios, egipti- Barcelona.
zantes y pseudoegipcios presentes en la protohistoria
andaluza”. Actas del I Coloquio de Historia Antigua de alvaroluquelomas@gmail.com
Andalucia, Córdoba 1988 / coord. por Juan Francisco
Rodríguez Neila, Vol. 1, 1993, págs. 155-172.
Representación de Akhethétep en uno de los muros Detectan 2 espacios vacíos desconocidos en el inte-
de la capilla (Imagen: Egyptophile). rior de la Gran Pirámide.
Los investigadores del proyecto internacional Scan Pyramids, que utiliza técnicas no invasivas para explorar el
interior de las pirámides, han detectado dos anomalías en la Gran Pirámide, según ha revelado recientemente
el comité arqueológico y científico de dicha misión.
La Gran Pirámide de Gizeh fue erigida por el faraón Keops hace más de 4.500 años y aún sigue rodeada de
misterio. Su orientación astronómica exterior resulta enigmática y también su intrincada arquitectura interior,
compuesta principalmente por un pasadizo descendente, que conduce a la Cámara Subterránea, y un pasadizo
ascendente, que desemboca en la Cámara de la Reina y, a través de la Gran Galería, en la Cámara del Rey.
Esta última sala contiene un sarcófago de granito... vacío. “Creo que la tumba de Keops sigue escondida en la
Gran Pirámide de Gizeh”, afirmó Zahi Hawass, el célebre arqueólogo egipcio.
Tres son las conclusiones que ha presentado el proyecto Scan Pyramids al Ministerio de Antigüedades de
Egipto. Por un lado, y como explica el HIP Institute en un comunicado, “por primera vez en la historia se han
utilizado tres técnicas complementarias (la muografía, la termografía y la simulación en 3D) para ‘‘escanear la
“Por favor no utilice los términos ‘cámara’ o ‘cámara ¿Qué es esto de los chevrones? El logotipo de Ci-
oculta’, queremos evitar cualquier indicio de sensa- troën tiene dos de ellos, también el de la petrolera
cionalismo. Estamos hablando de cavidades ante- Chevron. Un chevrón es un símbolo heráldico con
riormente desconocidas que han sido confirmadas forma de compás. Sobre la puerta de entrada a la
por la muografía. Ahora se trata de refinar la investi- Gran Pirámide, en la cara norte, hay cuatro bloques
gación y tratar de averiguar el propósito, la posición de piedra colocados de forma oblicua que forman
exacta, la forma y el tamaño de estas cavidades”, dos chevrones. Estas piezas no se colocaban con
Escintilador o centelleador electrónico de muones de Delante de cada nicho hay escaleras que conducen
KEK (Japón), instalado en la Cámara de la Reina de la a una pequeña cámara funeraria de forma cuadrada,
Gran Pirámide (Imagen: Scan Pyramids Mission). según explicó Salama.
Y, mientras Parcak canta las bondades de la carrera espacial, el satélite ya campa a sus anchas por las expe-
diciones que, asidas aún a la estampa de tumultuosas cuadrillas de obreros, horadan el terruño egipcio.
‘‘Por unos cientos de euros cualquier misión puede contar con estas instantáneas’’, explica la arqueóloga. ‘‘La
calidad de los satélites está mejorando muy rápido, lo que nos permitirá en un futuro próximo visualizar mejor
los potenciales hallazgos. Será una herramienta extremadamente poderosa. Vamos a ser testigos de los descu-
brimientos más formidables. Esto acaba de empezar. Justo ahora estamos aprendiendo a usar el satélite para
detectar nuevos emplazamientos. Nos queda por hallar lo mejor de la historia de la humanidad. En Egipto, Perú
y en cualquier rincón del planeta’’.
Luxor es un gran museo al aire libre que acoge los templos faraónicos de
Karnak y Hatsehpsut, así como el Valle de los Reyes, entre otros lugares
emblemáticos.
Interior de la tumba de Seti I
La quinta Cumbre Mundial sobre Turismo Urbano, de dos días de dura- (Imagen: Wikimedia Commons).
Los participantes abordaron temas como el desarrollo sostenible, la organización y el rejuvenecimiento de des-
tinos, la innovación en el turismo urbano, la interacción intercultural y los nuevos modelos de negocio, según la
Organización Mundial de Turismo (OMT).
Hallan una flota de más de 120 barcos grabada junto a la tumba del faraón Sesostris III.
Las excavaciones llevadas a cabo en Abidos, han dado con un sorprendente descubrimiento: una edificación
subterránea abovedada donde fue enterrada intacta una embarcación de unos 20 metros y en cuyas paredes
fueron grabadas imágenes de más de 120 naves. La construcción, de hace unos 3.800 años, ha sido hallada
cerca de la tumba del faraón Sesostris III (1850 a.C.) y data de esa misma época, lo que ha llevado a pensar
que la nave, de la que se han encontrado restos de madera, formaba parte del grupo de naves reales funerarias
asociadas a la tumba de Sesostris III. La flota de ultratumba del faraón que conquistó Nubia.
Los barcos fueron grabados en los muros interiores de yeso blanco y algunos miden hasta un metro y medio.
Las naves, aunque esquemáticas, reproducen mástiles, velas, aparejos, timones, remos y en algunos casos
remeros, según explica el egiptólogo Josef Wegner, en su estudio publicado recientemente en la Revista Inter-
nacional de Arqueología Náutica.
¿Quién grabó estas imágenes y por qué? Interior de la estructura, similar a una antigua
‘‘No podemos responder a eso de forma embarcación (Imagen: J. Wegner).
definitiva basándonos en lo que se ha conservado’’, respondía el egiptólogo, que especula con que la gente que
construyó la estructura pudo crear el retablo, o quizá un grupo de participantes en una ceremonia funeraria tras
la muerte del faraón Sesostris III trazó las imágenes sobre los muros. Tampoco se descarta que un grupo de
personas consiguiera acceder al recinto tras la muerte del faraón y realizar los grabados. Los arqueólogos han
descubierto que, en cierto momento posterior a la muerte del faraón, ‘‘un grupo de individuos entró en el edificio
y retiró la barca, reutilizando sus tablones’’, explicó el arqueólogo.
‘‘Si bien son numerosas las preguntas sin responder en cuanto a la finalidad de estas imágenes, lo que es único
es la cantidad asombrosa de tantos barcos que aparecen juntos en un solo lugar’’, subrayó Wegner.
Próxima a la entrada de esta estructura se han descubierto además más de 145 piezas de cerámica que ha-
brían sido posiblemente utilizadas para albergar líquidos y que también son objeto de estudio. ‘‘Las ofrendas lí-
quidas forman parte integral del culto funerario personal en las prácticas mortuorias egipcias, pero no aparecen
asociadas normalmente a objetos inanimados’’, indicó Wegner en su artículo antes de señalar que ‘‘potencial-
mente, un vertido masivo de líquidos en la entrada del recinto, entre los que muy probablemente predominase el
agua, podría ser una forma de botar mágicamente la embarcación, encerrada ahora en el interior de su búnker
subterráneo del desierto, de tal modo que podría simbólicamente navegar hasta el inframundo junto con el fa-
raón, al que habría acompañado recientemente en sus ceremonias funerarias’’.
Este acto ‘‘sería coherente con la práctica, de otro modo incongruente, de enterrar embarcaciones en el desier-
to, y expresaría la necesidad de establecer simbólicamente un puente de transición entre el entorno desértico y
La antigua calzada, de 133 metros de longitud, Embarcaciones grabadas sobre el muro norte de la estructura
se extendía entre la tumba de Sarenput I y la ri- (Imágenes: J. Wegner).
analizados químicamente para conocer su composición y las sustancias empleadas para su conservación.
Una nueva técnica permitirá leer las enigmáticas inscripciones con las que envolvían las momias
Las momias egipcias siguen ocultando secretos. Se sabe, por ejemplo, que los encargados de embalsamar los
cuerpos de los faraones empleaban papiros llenos de inscripciones, pero el contenido de estos textos nunca se
ha podido leer. Una nueva técnica de Rayos X lo hará posible.
Entre las diferentes capas que envuelven las momias egipcias hay cientos de documentos escritos sobre papiro
y tratados de una forma no muy diferente a lo que hoy conocemos como papel maché. El problema con estas
inscripciones es que, para poder leerlas, había que destruir la momia y eso es algo que los arqueólogos no
pueden permitirse.
Un equipo de arqueólogos de las universidades de Del sarcófago apenas quedaba nada, comido por
Berkeley, Duke, Stanford y el Colegio Imperial de las termitas. Y sin embargo en el estrecho nicho
Londres ha unido esfuerzos para desarrollar una descansaba, perfectamente conservado pero frágil
técnica de imagen única. La técnica es idea de Mike como una cáscara de huevo, un cartonaje ilustrado
Toth, un experto en imagen del laboratorio de óptica con bellas imágenes: símbolos solares, la cobra y las
avanzada en Berkeley y emplea un acelerador de diosas protectoras Isis y Neftis.
partículas.
El equipo de la egiptóloga española Myriam Seco
La técnica consiste en bombardear las momias con halló una tumba, datada hacia el Tercer Periodo In-
partículas en diferentes longitudes de onda que inte- termedio y con su particular huevo de pascua, en el
ractúan con los elementos del sarcófago y permiten muro perimetral del templo funerario de Tutmosis III
leer las inscripciones de los papiros sin dañarlos gra- en Lúxor, donde excavan desde hace ya nueve años.
cias al contenido en hierro de la tinta.
‘‘Se llevarán a cabo mayores investigaciones para
Lo más curioso es que la nueva técnica permitirá establecer la cronología de la tumba’’, explicó Ma-
destapar un capítulo del antiguo egipcio bastante hmoud Afifi, director del Departamento del Antiguo
desconocido, que es el de la vida cotidiana. Las ins- Egipto en el Ministerio de Antigüedades. Las prime-
cripciones que conocemos en los sarcófagos o en ras valoraciones de Seco sitúan la pieza y el enterra-
las tumbas son textos religiosos o de eruditos, pero miento a comienzos del Tercer Período Intermedio,
apenas se conoce nada de lo que los egipcios escri- en torno a los siglos XI o X a.C., lo que correspon-
bían en el día a día de sus vidas. dería a la XXI o XXII dinastía. La tumba sería por
tanto muy posterior a la construcción del Templo de
Se cree que los encargados de embalsamar recicla- Tutmosis III.
ban los papiros de los escribas que no eran impor-
tantes para envolver las momias. En otras palabras, Según explicó la directora de la excavación, su equi-
lo que esos documentos esconden son cartas y re- po encontró la tumba mientras limpiaban de arena y
gistros comerciales, listas, mensajes entre nobles... piedras el trazado del muro exterior del templo fune-
un fiel retrato, en definitiva, de la parte menos cere- rario del faraón, de la XVIII dinastía. Se trataba de
moniosa de esa civilización. una fosa no muy profunda con una cámara adyacen-
te. El deteriorado estado del sarcófago ha impedido
Egiptólogos españoles descubren un cartonaje que fuera recuperado, mas el cartonaje, una suerte
de momia ricamente decorado en Lúxor de (funda) que envolvía a la momia y se popularizó a
En el entramado urbano, el equipo también ha rescatado algunas piezas de la vida de sus moradores como
chozas, vasijas de cerámica, piedras o herramientas de hierro que, según la expedición, podrían pertenecer a
los trabajadores a cargo de construir las tumbas reales. Su presencia demuestra la existencia de una ciudad
habitada por los empleados.
‘‘El equipo ha logrado desenterrar 15 grandes tumbas de adobe que miden en algunos casos hasta 14 por 5
metros. Tienen diseños y estilos arquitectónicos diferentes’’, indicó el jefe del departamento de Antigüedades
del Alto Egipto Hani Abu al Azm.
‘‘Algunos enterramientos tienen mayores proporciones que las tumbas reales de la primera dinastía que se
hallan en Abydos, lo que demuestra la importancia de sus propietarios y de los cargos y la posición social que
disfrutaban en este periodo temprano de la historia de Egipto’’ agregó. Precisamente el hallazgo puede arrojar
luz sobre la renombrada Abydos, que en pleno y árido desierto albergó un cementerio para nobles en el período
predinástico y se convirtió más tarde en la necrópolis de los primeros monarcas de Egipto. A juicio del director
de la misión, Yaser Mahmud Husein, ‘‘algunas de las
tumbas son únicas pues están formadas por más de
una mastaba’’. ‘‘Llegan a tener hasta cuatro. Fueron
empleadas en las tumbas de la primera dinastía en
Saqqara y luego en la tercera por lo que es la prime-
ra vez que se halla en la primera dinastía en Abydos’’
agregó.
Tomografía del cocodrilo en el que pueden verse los cuerpos de las pequeñas crías (Imagen: EFE).
y la última comida (una vaca cuyos restos aún seguían en su estómago) de una cocodrilo madre con 20 crías
incrustadas que había sido localizada en Kom Obmo, un templo al norte de Asuán.
La momificación de estos cocodrilos, destino final que también tuvieron muchos animales del antiguo Egipto,
es entendida como un regalo a los dioses, a cambio de protección o como creencia en la vida después de la
muerte.
Estados Unidos devuelve a Egipto la mano de una momia y otros
cuatro objetos robados
Además de la mano momificada, las autoridades estadounidenses entregaron al Gobierno egipcio el sarcófago
de madera de un niño, otro sarcófago, un sudario y la máscara dorada de una momia. En opinión de Hiebert,
una de las piezas ‘‘con más valor emocional’’ de la colección es el pequeño sarcófago que perteneció a un niño
o a una adolescente joven de una familia de clase media.
‘‘Era alguien muy querido por su familia y que fue muy cuidado. Es importante pensar en hace 2.500 años, ha-
cer un viaje al pasado y ver que (el sarcófago) nos ayuda a imaginar la vida social de las familias en el Antiguo
Egipto’’ destacó Hiebert, que colaboró en la investigación con las autoridades estadounidenses.
El pequeño sarcófago, el sudario, el otro sarcófago y la máscara de la momia fueron encontrados por los agen-
tes del ICE de Nueva York que durante años siguieron la pista a un grupo internacional de criminales que se
dedicaba a vender en el mercado negro piezas arqueológicas para luego lavar el dinero ilícito.
Las autoridades siguieron la pista al grupo hasta que El acuerdo de protección cultural, el primero que
lograron arrestar a cuatro personas y recuperar tres Washington firma con un país de Oriente Medio,
millones de dólares, así como 7.000 piezas cultura- busca evitar el tráfico de las valiosas reliquias del
les de Egipto, India, Grecia e Irak. Antiguo Egipto y establece restricciones a la importa-
ción de material arqueológico egipcio con un origen
Como parte de esa operación, bautizada ‘‘la mal- situado entre el 5.200 antes de Cristo y el 1.517 des-
dición de la momia’’, los agentes han realizado 19 pués de Cristo.
registros en residencias y negocios de Estados Uni-
dos, dos personas han sido condenadas y las auto- Desde 2007, el Servicio de Inmigración y Control de
ridades le siguen la pista a un fugitivo internacional, Aduanas de Estados Unidos ha devuelto más de 80
según indicó Saldaña durante la ceremonia. artículos a Egipto, separados en cuatro repatriacio-
nes.
Saldaña y el ministro de Exteriores de Egipto, Sa-
meh Shoukry, formalizaron la devolución de las pie- ¿Son estas las piernas de Nefertari?
zas arqueológicas con la firma de un ‘‘certificado de
transferencia’’, en el que se reconoce que la obra es Cuando egiptólogos italianos entraron en la QV66,
‘‘parte de la herencia cultural egipcia’’ y pertenece al la que luego se identificaría como la cámara funera-
país árabe. ria de la reina Nefertari había sido arrasada ya por
saqueadores en varias ocasiones: pese a todo, el
Según indicó Hiebert, las cinco piezas arqueológicas yacimiento ofreció numerosos hallazgos a la egipto-
saldrán hacia El Cairo en el próximo vuelo y serán logía, entre ellos un par de rodillas que los expertos
recibidas por el Gran Museo Egipcio (GEM), que presumieron serían de Nefertari. Ahora, tras nuevos
aspira a ser el museo arqueológico más grande del y específicos análisis, la egiptóloga Joann Fletcher
restos como de Nefertari’’, concluye la investigación internacional, de la que egiptóloga Joann Fletcher es coau-
tora, publicada en la revista Plos One.
Ambas rodillas pertenecerían a una mujer que pasaba los cuarenta en el momento de morir, edad aproximada
con la que Nefertari desapareció del escenario real. Un análisis de rayos X reveló por su parte un fino espesor
cortical, que sin otras evidencias clínicas que aseguren una osteoporosis, demuestra en cambio escaso trabajo
físico, lo que apunta al alto estatus de la momia.
Análisis químicos de los materiales usados en la momificación subrayan esa hipótesis: ‘‘Fueron momificadas
siguiendo un proceso de muy alta calidad, usando los ingredientes más costosos. Una envoltura muy cuidado-
sa, con gran atención al detalle’’, señala Fletcher. Los materiales, según queda recogido en la investigación, se
ajustan a los utilizados para embalsamamientos en el siglo XIII a.C., época en la que se calcula murió la reina
(1255 a.C.)
A partir de las rodillas y los fragmentos de pierna, el equipo de Fletcher calculó la altura aproximada de la mo-
mia: 1,65m, altura media en la época y que coincide además con las medidas de la persona para la que fueron
diseñadas unas sandalias encontradas en la tumba de Nefertari.
Dada la costumbre de los egipcios de reutilizar los ente-
rramientos para otras momias, existía la posibilidad de
que las rodillas no fueran de Nefertari, sino de una época
posterior.
Parte superior de una estatua de la diosa Sejmet En la zona del tercer pilono del templo se han encontra-
(Imagen: Ahram online). do grandes fragmentos de una esfinge ‘‘colosal’’, escul-
‘‘Se solían colocar en las esquinas y es un pequeño tesoro. Hemos encontrado unos monolitos de granito, cuar-
cita y arenisca, los materiales usados en el templo. Los cuatro de mayores proporciones tienen el cartucho del
soberano y la inscripción: ‘Tutmosis III en su templo del oeste en el día del estiramiento de la cuerda’’, detalla
la arqueóloga.
Es mediados de diciembre y la expedición apura sus últimos días. Las cuadrillas de obreros se desparraman
aún por las ruinas del templo de Millones de Años (como se denomina a los templos funerarios del Imperio Nue-
vo) dedicado al apodado ‘Napoleón egipcio’ (1490/68-1436 a.C.). Las nueve campañas han ido desempolvando
un recinto extraviado en mitad de la antigua Tebas faraónica. ‘‘Es un templo en ruinas que nos ha permitido ac-
ceder a una serie de informaciones muy valiosas como su cimentación’’, subraya la sevillana mientras observa
al menguado ejército de trabajadores que, enfundado en “galabiyas” (túnicas), reconstruye la rampa del primer
patio, mutilado hoy por el asfalto de la carretera que cruza a unos metros.
‘‘Estamos reparando una deuda. Que el templo de una figura de tal trascendencia histórica no estuviese exca-
vado era algo que no encajaba’’, replica el también egiptólogo y miembro del proyecto Javier Martínez Babón.
‘‘Tutmosis III es uno de los faraones más fascinantes y éste su templo de eternidad’’. Martínez Babón habla del
desagravio pendiente entre los muros de una estancia construida fuera del complejo y en presencia del último
paciente rescatado de los enterramientos que se extienden bajo tierra. El recién llegado, socorrido hace tan solo
unas semanas, es una momia cubierta de un espléndido cartonaje. ‘‘Es lo más bonito que he visto. La policro-
mía es magnífica’’, confiesa feliz el especialista. Poco se sabe a ciencia cierta del difunto, un tal Amon Renef
que portaba el título de “Sirviente de la Casa Real”.
‘‘Tenemos que investigar el título para tratar de precisar el cargo. Sería probablemente un funcionario de ran-
go medio’’, avanza Martínez Babón. La primera radiografía del finado ha arrojado luz sobre su interior: ‘‘Las
termitas han devorado los soportes de madera del cartonaje. Solo quedan las vendas que recubren la momia.
Ni siquiera hay amuletos’’. A juicio del académico, el despliegue simbólico dibujado en el cartonaje disculpa el
De la odisea que arrancó a Amon Renef del subsuelo, más allá del muro perimetral sur, levantan acta sus prota-
gonistas, las restauradoras Inmaculada Lozano e Inés García. ‘‘Fue una hazaña’’, corrobora Lozano. ‘‘La tumba
(agrega) era muy angosta y nuestra mayor preocupación era que nos fallara el cuerpo y el cartonaje resultara
dañado’’.
Durante ocho días y en intervalos de diez minutos ambas prepararon el regreso a tierra del funcionario. ‘‘Lo
primero fue retirar los fragmentos del sarcófago que, salvo cabeza y pies, había sido comido por las termitas.
Luego lo limpiamos con una perilla de aire y lo cubrimos de gasas’’, apunta García. El auxilio definitivo resultó la
misión más azarosa. ‘‘Parecía un rescate de alta montaña’’, evoca Lozano. Una vez fuera del nicho, el cartonaje
recobró el hálito con una pasta a base de dióxido de silicio y adhesivo inyectada sobre las diminutas perforacio-
nes realizadas por las termitas en su repliegue.
La sepultura de Amon Renef se suma a una larga retahíla de enterramientos localizados en un recinto y aleda-
ños escudriñados fugazmente a finales del siglo XIX y principios del XX por los egiptólogos Daressy, Weigall y
Ricke. ‘‘Cuando Tutmosis III levanta aquí su templo esto era ya una necrópolis. Hasta ahora hemos excavado
25 tumbas’’, recalca Seco.
Sobre el muro se ha localizado un tumba de época tardía con tres estancias subterráneas con un centenar de
momias hechas trizas y una bella colección de varias decenas de amuletos. “Las habitaciones fueron saquea-
das y las momias quemadas y despedazadas. Lo que encontramos parecían escenas de una película de terror”,
comenta la directora, a cargo de un intrincado plano en el que se superponen épocas y yacimientos.
“Los enterramientos ubicados debajo del templo son del final de la XII dinastía. Allí localizamos las tobilleras de
plata y los brazaletes de oro que nos indican el elevado estatus de sus dueños. En el exterior del muro sur, la de
Amon Renef es una de las tumbas del tercer período intermedio. Y en el lado opuesto, más allá del muro norte,
nos hemos topado con un promontorio de tumbas más humildes de la dinastía XI. De momento, solo hemos
estudiado una parte de la colina en la que fueron enterradas varias mujeres con un reposacabezas, un espejo
y tres mesas de ofrendas de cerámica’’.
Una sucesión de necrópolis que juntas se extienden a lo largo de más de 1.500 años de historia. En la superfi-
cie, entretanto, María Franco colecciona los objetos que rememoran el culto que albergó el páramo (excavado
parcialmente en la montaña) en épocas de Tutmosis III, el “hereje” Akenatón y Ramsés II.
‘‘Mi objetivo es precisamente explicar cómo funcionaba el templo, su día a día’’, esboza la joven, quien prepara
su tesis en la universidad alemana de Tübingen centrada en este inventario. ‘‘Hay desde elementos piadosos
como los exvotos de terracota que llevaría la gente hasta estelas a modo de vínculo del faraón con la divinidad
y las piezas cotidianas como las rasuradoras que usarían los sacerdotes para afeitarse la cabeza, las sandalias
e incluso las herramientas empleadas para arreglar y conservar el templo’’.
A unos metros, los últimos obreros cruzan una de las áreas ganadas al desierto. “Este era el basurero del tem-
plo. En esta campaña hemos retirado entre dos y tres metros de cerámica rota. La gente venía con su jarra y,
una vez realizada la ofrenda, la arrojaba en este lugar”, señala el rostro de uno de los proyectos más veteranos
de la egiptología española, financiado por el Banco Santander, la Fundación Botín, la compañía mexicana Ce-
mex y la fundación sevillana Cajasol.
Una singladura que ha lavado la cara de una desconocida porción de la necrópolis tebana y que ya barrunta
final de travesía. “Podríamos estar aquí 30 años pero un proyecto no puede ser eterno”, opina Seco, quien cal-
cula que se necesitarán tres años para echar el cierre definitivo a las excavaciones. “El proceso para musealizar
el complejo nos llevará siete u ocho años más. Nos queda, además, mucho material por publicar”.
Fascinado por la hoja
de servicios de “Tut-
mosis el Grande”, Mar-
tínez Babón reconoce
que las pesquisas re-
unidas en patios, pe-
ristilo, sala hipóstila y
santuario han ayudado
a “matizar” la biografía
del general.
“Hemos ampliado su
conocimiento con de-
talles como el hallazgo
de evidencias de sus
campañas asiáticas en
su templo. Lo cierto es
que no esperaba en-
Las restauradoras Inmaculada Lozano e Inés García junto a Myriam Seco y Javier Martínez
contrar tanto y en tan Babón posan con el cartonaje de Amon Renef, hallado durante esta campaña
buenas condiciones”. (Imagen: Proyecto Tutmosis III).