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Baily (2000)
Uno de los conceptos más útiles que ha emergido del estudio de los procesos inmigratorios durante las últimas
dos décadas es el de la migración en cadena. El objeto del artículo es aplicar el concepto de cadena migratoria
en Argentina. Específicamente, se describen las cadenas entre dos pueblos italianos, Agnone y Siroco y las
comunidades de añoneses y siroleses en Buenos Aires, a fines del siglo XIX.
El término “migración en cadena” ha sido objeto de diferentes interpretaciones y necesita ser clarificado.
John S. Mac Donald: la migración en cadena es aquel movimiento por el cual los presuntos emigrantes se
enteran de las oportunidades, son provistos de transporte y obtienen su inicial ubicación y empleo, por medio
de relaciones sociales primarias con emigrantes anteriores. Tres tipos de cadenas: 1) una cadena de
inmigrantes recién establecidos; 2) una emigración en serie de trabajadores y 3) una posterior emigración de
sus familias.
Charles A. Price: formulación más amplia del concepto, identificando cinco etapas en el proceso migratorio.
Frank Sturino: enfatiza los componentes operativos de la cadena por sobre los descriptivos. Para él son dos
los conceptos que proveen la base operativa de la cadena: espacio social y parentesco, los cuales permiten
determinar quién es integrante probable de la cadena y quien no.
Coincidencias entre los autores:
1- Están de acuerdo en que los contactos personales, comunicaciones y favores entre familias, amigos
y paesani en ambas sociedades, emisora y receptora fueron los factores fundamentales para
determinar quien emigraba, cómo elegían su destino, donde se establecían, etc.
2- El proceso migratorio puede ser mejor estudiado en pequeña escala, a nivel de individuos, familias,
redes de parentesco y aldeas o conglomerados de aldeas.
3- La inmigración se conoce mejor en su totalidad
4- Una ventaja en la idea de cadena migratoria es que subraya la complejidad y variedad de resultados
posibles en el proceso migratorio, y el peligro de emplear tipologías y secuencias amplias para su
estudio.
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lazos entre una comuna italiana y sus ciudadanos en el extranjero. L’ Aquilonia sirvió como enlace especial
entre las dos comunidades, sus columnas permiten un mejor conocimiento de varios aspectos de la cadena
migratoria. Uno de ellos es la elección de destino. La razón de esta preferencia por Buenos Aires tenía mucho
que ver con el desarrollo de la cadena informal establecida entre las dos comunidades en los años previos a
que la inmigración italiana en los Estados Unidos se volviera masiva. Pero la elección tenía algo que ver con
la red formal de comunicaciones establecida por los periódicos que reforzaban la cadena.
Los datos indican la existencia de una cadena entre Agnone y Buenos Aires, pero una cadena que incluía un
componente más formal de agentes de viaje, bancos y diarios, tanto como contactos informales,
comunicaciones e intercambio de favores entre familia, amigos y paesani. Definida en este sentido más
amplio, la cadena tuvo importante influencia sobre la decisión de los emigrantes añoneses; influyó en la
elección de destino, en cómo llegaron a él, cómo financiaron el viaje, dónde vivieron en Buenos Aires, cómo
encontraron empleo y con quién se relacionaron.
Sirolo-Numana, Ancona
Las pequeñas comunidades de Sirolo y Numana ofrecen otro ejemplo bastante diferente sobre el modus
operandi de las cadenas migratorias. Se estima que por lo menos 1600 individuos abandonaron Sirolo entre
1861 y 1911. La mayoría de los siroleses se establecieron en La Boca. Datos sobre 26 hombres adultos de
Sirolo que vivían en La Boca al cambiar el siglo (1890-1910) permiten aventurar una descripción parcial de la
colonia. Los siroleses estaban aún más concentrados en términos laborales y provenían mayormente de las
categorías ocupacionales más bajas.
Los vínculos entre Sirolo y los siroleses en Buenos Aires fueron menos formales y menos regulares que entre
Agnone y la colonia añonesa, pero aquí también la cadena estaba constituida por algo más que meros
contactos personales e informales. No había diarios en Sirolo que hubieran provisto comunicaciones formales
entre los emigrantes y su villa natal, ni hubo tampoco agencias marítimas o bancarias. Los contactos
personales, las comunicaciones e intercambios de servicios tuvieron importancia relevante en la decisión de
los emigrantes siroleses, pero hubo también algunas relaciones más formales. En el caso de los emigrantes
siroleses se confirma la existencia de cadenas secundarias entre las colonias italianas de La Boca y las zonas
cercanas, especialmente Quilmes. La cadena entre Sirolo y Buenos Aires se basó en amplios lazos de
parentesco y amistad. La mayoría de los siroleses eran marineros que llegaron a La Boca en razón de los
contactos con sus paesani que vivían allí.
Conclusión
Aunque los datos no son completos y difieren en los dos casos bastan para demostrar que las cadenas
existieron y tuvieron influencia para que añoneses y siroleses determinaran su emigración, su destino,
residencia, trabajo y relaciones sociales. Sin embargo, las dos cadenas diferían en puntos importantes y eran
más complejas que las sugeridas por Mac Donald y Price. Aunque el parentesco, la amistad y los lazos entre
paesani fueron importantes, la relación entre los añoneses se vio fortalecida por comunicaciones formales a
través de diarios, agentes y bancos. La cadena de Sirolo, basada claramente en interrelaciones personales
entre parientes, amigos y paesani se ajusta mejor al modelo de Mac Donald y Price.
[Samuel L. Baily, “La cadena migratoria de los italianos a la Argentina” en Fernando Devoto –
Gianfausto Rosoli (editores), La inmigración italiana en la Argentina, Editorial Biblos, Buenos Aires,
2000]