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Aldo Ferrer (1982)

LA ECONOMIA ARGENTINA BAJO UNA ESTRATEGIA “PREINDUSTRIAL”,


1976-1980
En la década de 1970 fracasó en la Argentina el intento de restablecer el orden democrático, el retorno al
régimen constitucional concluyó en un desorden económico y en una situación de inseguridad interna sin
prcedentes, los grupos económicos y sociales vinculados al sistema manufacturero y las economías
regionales fueron incapaces de responder a una política económica orientada a desmantelar la estructura
productiva gestada a partir de la década de 1930.
En las últimas décadas del siglo XIX se enfrentaron dos proyectos de país: Uno de ellos asentado en los
grupos políticos identificados con la visión de una Argentina de dimensión espacial continental integrada
y diversificada en su estructura productiva. El otro proyecto asentado en los intereses terratenientes de la
región pampeana y las actividades comerciales y financieras, de corte librecambista, dentro de él se
canalizaron las corriente inmigratorias, el poblamiento y el desarrollo económico del país, con un modelo
de crecimiento “hacia afuera”primario- exportador, muy intenso, pero vulnerable a los cambios por crisis
como la de los años 30.
A partir de la década del 30 comenzó la sustitución de importaciones y la profundización del desarrollo
industrial pero las nuevas fuerzas sociales y políticas emergentes del nuevo proceso no consolidaron un
orden político estable ni una política económica a largo plazo. Así desde la caída del gobierno peronista en
1955 los intereses tradicionales intentaron regresar al poder sobre la base del retorno de una estructura
productiva pre-industrial.

1-Breve reseña histórica

.Durante el período colonial y la primera mitad del siglo XIX los territorios que hoy constituyen la
República Argentina registraron un pobre desarrollo y un bajo nivel de poblamiento. A mediados de ese
siglo con la formación del mercado mundial bajo el liderazgo británico esos territorios adquieren
importancia. Se expande la demanda mundial de alimentos y materias primas agropecuarias a la que se
suma el ferrocarril y toda la tecnología de los transportes por tierra y agua, acercando las distancias entre
Europa y el Río de la Plata y también permitiendo a la región pampeana conectarse con el litoral y sus
puertos poblándose el “espacio abierto”con las corrientes inmigratorias.
La producción agrícola ganadera crece vertiginosamente y se expanden las exportaciones jugando un
papel importante el capital extranjero en el desarrollo “hacia afuera’ de la economía argentina hasta 1930.
Este modelo benefició a la región pampeana pero marginó a las que estaban fuera de ella pero sentó las
bases de una Argentina moderna. Cuando el mercado interno aumentó sus dimensiones este tipo de
desarrollo comenzó a agotar sus posibilidades, Argentina dependía de sus exportaciones, mientras que la
demanda interna de manufacturas la suplía con importaciones. Con la crisis de 1930 que puso fin a este
modelo de desarrollo comienza el proceso de sustitución de importaciones e industrialización que habría
de transformar la estructura productiva del país, acelerada por la segunda guerra mundial que lo aisló de
las fuentes de abastecimiento revelando una estructura productiva desequilibrada.
En este proceso ISI se careció de racionalidad porque no se prestó atención a la necesidad de expandir la
exportación de manufacturas ni se impulsó el desarrollo de las industrias de base, producción de bines de
capital e infraestructura científico-tecnológica, para alcanzar competitividad, la industria fue entonces de
productos de mala calidad. A partir de 1950 las políticas de fomento fueron dando sus frutos y en el
interior se fueron formando polos de desarrollo como en Córdoba, Cuyo y el Noroeste.
Los recursos humanos se enriquecieron con una capacitación de la fuerza de trabajo y también a nivel
gerencial y técnico, y los sectores productivos así fueron ganando en eficiencia. Las empresas extranjeras
participaron en forma importante pero también lo hicieron las nacionales por ejemplo en el sector
frigorífico las grandes plantas de capital extranjero y productoras de carne que daban pocas ganancias al
mercado británico fueron sustituidas por empresas nacionales con más nivel tecnológico y capacidad de
penetración en otros mercados. Sin embargo las nuevas fuerzas sociales y políticas aún no consolidaban
un orden estable ni una estrategia económica de crecimiento a largo plazo el país industrial y urbano
marginó a las élites tradicionales para legitimar el orden constitucional lo que no fue de su agrado

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presentándose entonces dos tendencias: reasumir el poder dentro de gobiernos de facto o restablecer su
hegemonía desmantelando el sistema productivo industrial acumulando de esa manera tensiones.

II- Objetivos del programa y condiciones iniciales

Objetivos

El programa económico de 1976 se propuso elevar la eficiencia del proceso productivo, restablecer el
papel del mercado en el control de los precios para asignar recursos y distribuir ingresos y restringir la
participación del Estado en el proceso económico. En este contexto el objetivo fué contener la inflación y
restablecer el equilibrio de los pagos externos, todo en una estrategia a largo plazo, proponiendo la
inserción de Argentina en el sistema mundial.
Esta estrategia consiste en equipara los precios internos a los internacionales. Los sectores eficientes serán
competitivos en el mercado interno y en el internacional, se busca la unificación de tipos de cambio y se
confiará en la sobrevaluación del peso, así se pretende abaratar las importaciones. Por otra parte la
reducción del salario real es parte de la estrategia estabilizadora así se frenan los costos laborales y el alza
de los precios, porque el pueblo consumirá menos (su salario es bajo y poco le alcanza), ello provoca una
caída de las ventas y el mercado interno se contrae, también se sufre por el aumento de las tarifas en los
sercicios públicos, aquellas empresas que no son competitivas en el mercado verán cada vez más
reducidas sus ganancias.
En cuanto a la política monetaria juega un papel pasivo en el proceso estabilizado, las autoridade
económicas quieren regular los activos del Banco Central, no se autorizan créditos al Tesoro Nacional
(gobierno) y se frenan los redescuentos de pagarés en otras entidades financieras (o sea la gente o
entidades no pueden renovar la deuda con los bancos, deben abonarla y si no pueden tendrán que cerrar las
puertas de sus empresas).
Otro objetivo central de la política económica se refiere al sector público, la propuesta consiste en tres
puntos principales: 1) disminuir la participación del Estado en la utilización de los recursos productivos
(privatizar algunas empresas); 2) restringir la participación estatal en la asignación de recursos y la
distribución del ingresos (no se quiere un estado tan intervencionista); 3) mantener las cuentas del sector
público en equilibrio (así se evitará las presiones inflacionarias)

Condiciones iniciales

Antes de la década de 1930 Argentina era basicamente una economía abierta especializada conforme a los
mismos criterios que ahora se promueven, en cuanto a la política antiinflacionaria lo que sí es nuevo
después del 45 es su prolongada duración, y el contexto constitucional en el cual se insertan las políticas
antifinflacionarias marcan la naturaleza de las condiciones que les dieron origen. Desde 1955 ninguna
conducción económica duró más de cuatro años ininterrumpidos. Cabe obervar que la experiencia se
inserta en el marco de un gobierno militar fuera del ordenamiento constitucional, esto no es nuevo. Lo que
sí es nuevo es el prolongado respaldo de las autoridades militares a la actual conducción económica.
Cuando se inician las políticas vigentes prevalecían en Argentina condiciones de profunda perturbación en
el sistema económico y orden político. El último gobierno constitucional había perdido el control de las
variables claves del proceso económico y se debatía en un vacío de poder e incapaz de proporcionar
cualquier solución coherente a los problemas vigentes. Hacia 1976 el país estaba al borde de la cesación
de pagos internacional. Influyó también un hecho de gravedad desconocida, el terrorismo se convirtió en
una grave amenaza para amplios sectores de la sociedad argentina y para la seguridad del Estado. Cabe
distinguir diversas fases en la ejecución de la actual política económica, desde un inicio la conducción
económica enfatizó que el proceso de estabilización y reordenamiento económico debía evitar un
desempleo importante de la fuerza de trabajo. Las razones parecen originarse en la preocupación de los
militares de evitar la cración de condiciones propicias para el accionar terrorista.

III- Los resultados del programa

Crecimiento acumulación y empleo

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A principios del 76 la capacidad productiva del país estaba intacta y el poder asumido por las nuevas
autoridades económicas les confería una amplia libertad de maniobra para restablecer el comportamiento
ordenado de las principales variables económicas. Argentina era un país de potencial exportador y un
cumplidor de sus compromisos internacionales, sin embargo en 1979 el producto real disminuyó y hacia
1980 es claramente recesivo. Argentina era un país que había alcanzado un desarrollo considerable con
una formidable dotación de recursos naturales y humanos y un mercado interno importante, este mercado
era suficiente para el desarrollo de la inmensa mayoría de las industrias y las tecnologías contemporáneas,
por otra parte el impacto de muchas tecnologías modernas de producción facilitó un desarrollo industrial
integral que avanzaba firmemente hacia las fronteras de desarrollo tecnológico. Además el potencial de
acumulación representó alrededor del 23% del ingreso nacional. De todos modos el país no superaba los
desequilibrios estructurales gestados en su proceso de transformación. El atraso relativo de las industrias
básicas y de las tecnologías de punta son un ejemplo de tales desequilibrios, otro ejemplo es la ya excesiva
concentración ya notada en la región metropolitana del gran Buenos Aires junto a las distorsiones de los
precios relativos en Argentina con respecto a los vigentes en los países desarrollados. De todos modos la
realidad de la economía Argentina con sus logros y defectos sienta las bases sobre las cuales hay que
construir un país de posibilidades inmensas.
Entre 1975 /79 el empleo industrial declinó, la baja del salario real disminuyó la oferta de mano de obra
por varias vías: emigración de países limítrofes, migración de mano de obra calificada argentina, aumento
de la proporción de trabajadores por cuenta propia. La política de reevaluación del peso y la apertura
externa seguida desde 1978 generó nuevas modificaciones en los precios relativos y distribución del
ingreso. En el sector externo desde 1979 la balanza de pagos comenzó a deteriorarse desacelerándose las
exportaciones y repuntando las importaciones, otro factor que se suma es el fuerte aumento de gastos de
residentes argentinos en el exterior y la incidencia de los intereses pagados sobre la deuda externa. La
inversión privada fue poca desalentada por la depresión del mercado interno y reevaluación del peso.

Viabilidad del modelo

El aumento de la proporción de trabajadores por cuenta propia es un claro signo de subdesarrollo e implica
una baja de la productividad media de mano de obra, este empleo está concentrado en el sector servicios y
pequeñas actividades industriales. La demanda internacional no sustituye la función del mercado interno
para cumplir el desarrollo de un país, además la baja de los salarios reales y distribución de los ingresos
ejercen influencia negativa sobre los incentivos a la inversión privada, en tanto que la subsidiaridad del
Estado genera mayor burocracia y menor papel propulsor del cambio tecnológico y del desarrollo. El
nuevo papel del Estado es el considerable nivel de inversión pública y expansión de la infraestructura en el
sector energético, electricidad y nuclear.
Para reducir la tasa de inflación sería necesario apertura externa, desarticular parte de la capacidad
productiva, elevar la tasa de desempleo y desmantelar buena parte de las operaciones del sector público.
Al promediar 1980 la economía estaba al borde de la eliminación masiva de multiplicidad de empresas en
los sectores ineficientes y no competitivos, el aumento de la tasa de interés mundial sobre los préstamos
está llevando a la economía a una profunda contracción.

Distribución del ingreso y concentración del poder económico

La política de precios y salarios instalada desde el comienzo mismo de la política ortodoxa en abril del 76
provocó una fuerte caída de salarios reales y de la participación de los asalariados en el ingreso nacional.
La reforma del sistema financiero y privatización de empresas del estado no influyeron significativamente
en la concentración de la propiedad. La reforma financiera de mediados del 77 se basó en la liberación de
la tasa de interés para captar depósitos y el mantenimiento de la garantía plena de los depósitos y la
liberalidad en las autorizaciones mas la creación de nuevas entidades. La liquidación de un banco y
posterior intervención de otros grandes bancos privados en marzo y abril del 80 provocó un
desplazamiento de depósitos hacia los bancos oficiales, como extranjeros y algunas entidades
tradicionales.
La “privatización periférica” referida a la transferencia de ciertas actividades dentro de la esfera de
actuación de las grandes empresas públicas (YPF, Ferrocarril, Comunicaciones) no modifica
sustancialmente la situación. La intervención del Estado en varios grupos económicos colocó de hecho

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bajo control público activos del orden de 8000 millones de dólares. Cabe concluir que el Estado nunca
tendría una mayor intervención que ahora en el sistema económico argentino, numerosas empresas
extranjeras han cerrado sus operaciones en Argentina o están reduciendo significativamente sus escalas
operativas (General Motors, Fiat, Olivetti) El proceso concentrador implícito en la actual estrategia
procede de una manera indirecta mediante la destrucción de pequeñas y medianas empresas
beneficiándose los nuevos grupos económicos. De estos cambios estructurales sobrevivirán las empresas
más fuertes (algunas pocas nacionales y extranjeras dentro de una economía más simple y especializada
conforme a sus ventajas comparativas. La actividad primaria sería una beneficiaria natural de este proceso.
Sin embargo importantes grupos económicos tradicionales y empresas extranjeras están vinculadas a la
estructura que surgió de la industrialización y sustitución de importaciones de las últimas décadas. Aún
con estas medidas l sector agropecuario se ve afectado por el deterioro de precios relativos de la
producción comercializable internacionalmente resultante de la sobrevaluación del precio .Este esquema
reduce la estructura productiva a un esquema más simple y menos diversificado y un poder económico
más concentrado como fue la Argentina hasta 1930.

[Aldo Ferrer, “La economía argentina bajo una estrategía “preindustrial”, 1976-1980”, en Alain
Rouquié (compilador), Argentina, hoy, Siglo XXI, 1982, pp. 105-128.]

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