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LA SOCIEDAD MAYA éoronia° Nancy Farriss Traduccioén de Maria Palomar MS g@e OS UN MUNDO COLONIAL DIVIDIDO gio y autoridad, incluirlos para recibir cualquiera de las recompensas materiales dales del ejercicio del poder habria sido sacrificar los intereses reales 0 poten- side todos aquellos con pretensiones superiores a recibir mercedes y favores en in del parentesco u otra filiacién. anecesidad de colocar a los parientes pobres y demas paniaguados que rodeaban comenderos, obispos, gobernadores y sus subordinados inmediatos eliminaba sibilidad de seguir cooptando o asimilando a individuos como Paxbolén o otros miembros de la elite maya. Los indios del rango que fuese habrian de mantenidos firme e inequivocamente dentro del universo indio. Aprenderian {0s comportamientos espafioles, pero sdlo como forasteros obligados a manio- dentro de la marafia de los sistemas administrativos y judiciales para defender intereses de sus comunidades. Y dado que su identidad y sus intereses estaban emente arraigados en el mundo maya, servian de barrera ante la influencia al espafiola mas que como conducto hacia ella. La divisién de la sociedad en nundos separados, con todas sus implicaciones para el cambio sociocultural Jos mayas, fue pues una decision deliberada de los espafioles. lay cultura dios y espafioles hubiesen pasado el periodo que estudiamos en total aislamiento de otros la discusién del contexto colonial podria terminar aqui. Pero la sepa- nno era tan clara y tajante. Ante todo, la mera dicotomia espafiol-indio se vio licada por la presencia de los africanos y mucho més por la aparicién de izos de diversas combinaciones. En segundo lugar, la separacién geogréfica Ja ciudad espafiola y el campo maya, aunque pronunciada, nunca fue absoluta, puntos de contacto fuera de la jerarquia formal del mando politico. El cons- imento de los mestizos y pardos da fe de cierta clase de encuentro entre indios dios, por fugaz que haya sido. La naturaleza de la interaccién y su importancia ‘el cambio sociocultural deben ser examinadas antes de comenzar a revisar el for del mundo maya. Desde los primeros dias posteriores a la Conquista la separacién territorial de las sse vio reducida por la necesidad de mano de obra maya en las ciudades. En su parte ésta provenfa de levas de trabajo obligatorio por tandas en los distritos aos. Por pesados que pudieran haber sido esos trabajos para los mayas, no cons- in un vehiculo particularmente eficaz de aculturacién. Las estancias eran breves, abajo era el mismo que hacian en su vida cotidiana en los pueblos y los traba- rs estaban en gran medida segregados del contacto directo con los no indios, n as ciudades. Los integrantes de las cuadrillas de obras puiblicas trabajaban y juntos en grupos segtin los pueblos de los que venian, todos bajo supervi- 145 — LAS IMPLICACIONES DE LA CONQUISTA sores mayas; era como si estuvieran en su lugar de origen. Y lo mismo puede d del servicio doméstico. Cualquiera que conozca el modo de vida antiguo de las cas principales de Mérida sabe que, salvo las habitaciones de los duefios, es un mut maya constantemente renovado por trabajadores recién llegados de los pueblos.¥ era en la época colonial, excepto que el trabajo no era voluntario.* Los indios también se integraban en la érbita urbana de manera més o men permanente como criados en las casas espafiolas. Los criados tenian una posi ambigua, equivalente a la clase de los yanaconas en el Peru: legalmente seguian si do indios, pero estaban ausentes de la vida de su pueblo de origen y sus obligacio laborales quedaban vinculadas con un patrén en particular, que era responsable pago de su tributo. En contraste con los fugaces semaneros, los criados tem trabajos con cierta especializacién y eran depositarios de la confianza de sus patton se desempefiaban como caballerizos y mozos de cuadra, jardineros, cocineras, cxfa y nifieras, que por lo general, en las grandes casas, trabajaban bajo la supe de un mayordomo generalmente negro o mulato (que podfa ser esclavo 0 libre). En las afueras de las tres ciudades espafiolas crecieron los barrios, que eran lit ralmente albergues a mitad del camino entre los centros urbanos y el campo Los antiguos ctiados y sus descendientes (llamados naborfas) se mudaban fuer la ciudad, donde se les sumaban mestizos, mulatos e incluso algunos espafioles. indios a veces se instalaban ahi directamente desde sus pueblos y sin pasar por d bajo doméstico. La categoria de naboria era otro de los limbos en el sistema de ci pues retenian la condicién legal de indios y algunas, mas no todas, de las oblig nes normales de los indios. En teoria constitufan una reserva de jornaleros para espafioles de la ciudad, a cambio de lo cual estaban exentos del servicio persona y repartimiento. A diferencia de los criados, eran responsables de su propio tribut 62 Hay informacin dispersa en muchas fuentes acerca de las tareas y las condiciones de trabajo del servicio ‘sonal en fas ciudades; por ejemplo: ny 2: 244-263, Alcalde Mayor a la Corona, 6 de octubre de 156; Aor, México Franciseanos a la Corona, 20 de mayo de 1572; Aet, México 1039, Obispo a la Corona, 6 de abil de 1722; Mévin Escribano mayor de gobiemo,27 de julio de 1722, y Procurador del cabildo de Mérida a la Corona, de maraod Para el periodo colonial tardio, la visitas episcopales o los beneficios urbanos son la fuente principal: por cjempla Visitas pastorales 1, Valladolid, 1755, Campeche, 1757; Visitas pastorales 3, Campeche 178r; Visitas pastors 6 Cristobal, 1785,y Campeche, 1787. Véase también AGN, Historia 498, nim. 7, Exp. sobre cl establecimiento de ex ‘en Yucatén, 1790-1805, Parecer del Defensor de naturales, 20 de diciembre de 1791. 63 Lasituacién legal de los criados urbanos era un tanto ambigua, pues ni siquiera las autoridades exes cestaban de acuerdo acerca de si debian pertenecer alas parroquias indias 0a ls de los veeinos,y pagar losin tos correspondientes. Véase Aa, Asuntos pendientes 2, Exp. sobre derechos parroquiales, 1783. 64 Los testamentos de espafoles (en ANM y AA, secciones Obras pias, Cofradias ¢ imposiciones, Asunt ‘monjas, Capellanias y Asuntos terminados) son las mejores fuentes disponibles acerca de los criados, los cl yy los arreglos domésticos en general, pero véase también el testimonio de algunos criados de encomendert hhablaban espafiol (act, Escribania de cémara 305-A, Exp. sobre que Jos encomenderos se aperciban de arm 1619). Otra fuente valiosa es un fragmento de treinta paginas de un libro de cuentas de Ia casa parroquid, tipico, del curato de Campeche, que abarea de 1746 a 1762, ac (guardado entre los Libros de cofradia). UN MUNDO COLONIAL DIVIDIDO sus capitaciones, aunque éstos se fijaron en menos de la mitad de lo que era normal mnlos pueblos y esa ventaja fiscal probablemente buscaba ser un atractivo mas. Sin embargo, los naborfas eran apenas menos marginales para Ia ciudad espa~ la que para los pueblos mayas."' La economia urbana era demasiado pequefia absorberlos por completo. Una proporcién muy reducida lograba establecerse mo pequefios comerciantes, tenderos 0 artesanos. Algunos trabajaban como los mmaneros en labores de servicio no calificado y la mayoria eran campesinos de tiempo mpleto, como sus primos rurales. Trabajaban para los vecinos como jornale- en propiedades cercanas, tenfan cultivos domésticos o criaban aves de corral en is patios y plantaban sus milpas en tierras alquiladas a los no indios o en parcelas k la comunidad. Pese a su ubicacién suburbana, los barrios estaban estructurados de unera idéntica a los pueblos indios. Tenian sus tierras comunales fuera de los limites denciales, su propio gobierno municipal y su propia identidad corporativa, diferente rl de los vecinos que residieran en su jurisdiccién.“* En razén de su cercania de los urbanos y de la concentracién de vecinos residentes, los contactos entre indios y eran mis intensos que en los pueblos ordinarios. No era un contraste marcado, es la division geografica también se fue perdiendo en la zona rural con la legada no indias desde las ciudades. mayor parte de esos movimientos eran provisionales. Los gobernadores man- ban multitud de agentes para supervisar los tratos de negocios, los mercaderes sy los tratantes de todas las castas cruzaban la peninsula y los terratenientes en las ciudades visitaban sus tierras para supervisar las cosechas y los ro- ssanvales del ganado, y con mayor frecuencia cuando la propiedad estaba cerca. Al que avanzaba el periodo colonial también aumentaba el ntimero de vecinos entes. Predominaban los mestizos, seguidos de los pardos y unos pocos espafio- un célculo, los no indios representaban 31.2 por ciento de la poblacién de ceras a finales del siglo xvi, y 14.8 en los pueblos de visita.” Por supuesto Eltérmino naboria (o a veces Jaborie) era en un principio sinénimo de criado (ny 2: 40), pero yaa pocas dé- felt Conquista habfan comenzado a formarse barrios scparados de naborias extramuros de la ciudad (D1 165, Memoria de los conventos, vicarias y pueblos... 1582; Ciudad Real, Relacién 2: 400-401). Marta Hunt, ial Yucatan”, 206-237, aborda el crecimiento de los barrios en el siglo xv11. Acerca de las tasas de impuestos, 4a, Estadistica, Relacidn jurada que hacen los curas,1774,y Act, México 3123, Tanteo y corte de la Real Caja, Ramo Tributo (‘segun tasa desde inmemorial tiempo”). Las diferencias de categoria y funciones entre 1s indios de pueblo se abordan en Aa, Asuntos pendientes 2, Representacién de Diego Hore, 1808, inistracién politica de los barrios y las actividades econdmicas de los residentes se abordan en. AGI, ania de cimara 315-A, Pesquisa y sumaria secreta, 670, 210-232, Testimonio de los caciques, alcaldes y jus- n Cristébal, Santiago y Santa Ana; aa, Visitas pastorales r, Valladolid, 173s, Testimonio de los caciques, de San Marcos ylaborios; cx, Mexico 3139, Contador real al virvey, 28 de febrero de 1787,y AA, Asuntos es 3, Representaciin de Diego Hore, 1808. Véase también ary, Censos y padrones x, mim. 1 y 2, Censos de, 1809, y Campeche, 1810, que consignan las ocupaciones de los residentes de los barrios. gok y Borah, Essays 2: 86, 47 148. LAS IMPLICACIONES DE LA CONQUISTA que la politica de segregacién de la Corona que limitaba el lapso durante el cual a no indios podian residir en los pueblos indios y que prohibfa su establecimiento per manente en ellos fue letra muerta en Yucatin. ¢Queé significé la presencia de tan crecido mimero de vecinos? No se puede du por sentada ninguna correlaci6n directa entre las cifras y el cambio cultural, o ent la cercania fisica y el cambio cultural. Es notable que, incluso en las postrimeris del periodo colonial, el universo maya fuese tan circunscrito social y culturalment pese ala penetracidn de su territorio por los no indios. Tales contactos eran en gran medida fugaces ¢ indirectos. Asi como todas las 6rdenes de indole administrati se transmitian a través de los principales mayas, también quedaban en sus man las transacciones econémicas oficiales o informales. Todos los repartimientos g nerales se negociaban con los principales; incluso los tratantes trabajaban co1 la intermediacin de uno o dos agentes mayas en cada pueblo y en teorfa cual intercambio tenia que hacerse en presencia de un funcionario maya, que ded ratificarlo.’” Los semaneros eran reclutados a través de los mismos encargados Los aparceros de las estancias hacfan sus propios arreglos, pero a excepcién de ls propiedades mas grandes, que tenfan administradores residentes, se entendian con mayorales indios y muchos apenas veian al duefio una vez al afio. Los agentes qi legaban al pueblo en sus visitas periédicas y expediciones para reclutar mano de ob eran como las plagas de langosta que abatian de vez en vez sobre el campo: ta devastadores en lo econémico como insignificantes en términos culturales. El contacto con los vecinos asentados permanentemente en los pueblos era mA constante, aunque hay que tener en cuenta que, al tiempo que los vecinos se mu daban a los pueblos, los mayas partian de ellos (y no por mera casualidad), P: los primeros afios del siglo xvin, una tercera parte de los Hamados “indios é pueblo” vivian dispersos en pequefios asentamientos en terrenos comunales o de estancias” y aislados de las poblaciones salvo por su asistencia a misa cada seman © cada quince dias. 68 _Diversas Ordenanzas sobre la administracidn de los pueblos indios (las del visitador Lépe, 1552, en ludo, Libs, caps. 16-19; Visitador Gareia de Palacio, 1584, en act, Indiferente 2987, y las del gobernador Juan 4 Esquivel, 1666, en México 361) reiteran esas prohibiciones generales en términos especificos para Yucatén, yp ierto aportan gran cantidad de informacién acerca de los vecinos residentes o de paso (véase en particular agras y ar de las Ordenanzas de Esquivel), Un gobernador admite, no sin candidez, que permitié que ‘encomenderos residieran provisionalmente en sus distritos “porque se pudiesen rehacer de su necesidad” (Mésiy 4359, Gobernador a la Corona, 1° de junio de 1598). 69 Act, Indiferente 2987, Ordenanzas de Garcia de Palacio, 184, y México 3048, Auto del gobernadsh 13 de junio de 1604, Aun cuando esta tegla no se aplicaba estrictamente, tanto los repartimientos oh ciales como las transacciones privadas eran mediadas ya sea por los funcionarios indios o por agents locales indios: véanse las notas 55, 58 y 63 del capitulo I 7 act, México 1037, Gobernador a la Corona, 15 de septiembre de r71t: 33774 (35.5 por ciento) de un total ‘95017 indios de 14 afios y mas. El movimiento a los ranchos y estancias se aborda en el capitulo VIT UN MUNDO COLONIAL DIVIDIDO ultivo, o los alquilaban de los ayuntamientos indios.” Los mas influyentes gaban conseguir cuadrillas de semaneros para el trabajo agricola. Algunos eran nerciantes que ofrecian lo mismo que los grandes mercaderes de la ciudad mundo maya, pero no pertenecian a él, pues quedaban totalmente fuera de tructura politica local y de la ronda de actividades rituales que la sustentaba, y cian casi por completo de vinculos sociales formales.” registros de las parroquias muestran que habia algunos matrimonios mix- pero la endogamia era la regla general dentro de las castas, particularmente re los indios. En el pueblo de Tekantd en el siglo xvin, por ejemplo, la tasa matrimonios intracasta era de 94 por ciento para las mujeres y de 98.9 para los nbres.” En Iberoamérica, hasta el dia de hoy, el sistema de parentesco ritual del jar vinculos que trascienden las barreras de casta y clase social. Sin embargo, visto que este tipo de integracidn vertical intercastas guarda una relacién echa con el grado de movilidad sociocultural y econémica en una comunidad 0 particular. Por lo tanto, no resulta sorprendente constatar que los lazos de zgo entre indios y no indios fueron raros en el Yucatan colonial una vez dala época de la primera evangelizacién, cuando los sefiores mayas generalmente f apadrinados por espafioles prominentes. Una busqueda concienzuda en los entos parroquiales podria revelar otras excepciones, en particular a medida fue creciendo la proporcién de no indios dentro de la poblacién total. Los Blalquiler de milpas a vecinos aparece en las cuentas municipales del periodo colonial tardio ineorporadas Expediente sobre cajas de comunidad de Yucatin, 1805-1806, en AGw, Consolidacién 10. Philip Thompson, nto, 118-120, 123-124, tablas 3.3 3.5, recoge tiulos de propiedad del siglo xviu, incluyendo ventas a vecinos, ‘uantas de las muchas disputas de propiedades que deben haber surgido en los pueblos se han conservado j Tiecras 1, nies. t 5, 6,11 12, todas de fines del siglo xvint y principios del xax. “Desde ef punto de vista de los mayas, los vecinos residentes parecen figurar en sus vidas de forma incluso prominence que los que estin de paso. Los tnieos vecinos que son mencionados con més frecuencia en los , peticiones 0 documentos indios (salvo por los titalos de propiedad) son los parocos y;en ocasiones, yitanes a guerra (y después los subdelegados). Philp Thompson, “Tekanto”, 253, tabla 4.7. La tasa de endogamia para el total de la comunidad era de 86.5 ento, Sin embargo, la comparacion de los archivos parroquiales sugiere una tasa considerablemente mayor artis suburbanos que en los pueblos. Mintz y Wolf, An Analysis of Ritual Co-Parenthood’, 190-196. Todos los archivos parroquiales existentes para la arquidiécesis de Yucatan (excepto Campeche) han sido pitados en el aca (aparte de los documentos administrativos del aa). La mayorfa data del siglo xvin, con 149 150 LAS IMPLICACIONES DE LA CONQUISTA Probablemente las uniones ilicitas por encima de las barreras entre las ca eran bastante mas comunes, aunque, como mostraré en la siguiente seccion,1 fueron necesariamente tan frecuentes como podrian sugerirlo las estadisticas sob la cifra de personas de distintas mezclas. ¥ las relaciones fugaces (con las indias ¢d servicio doméstico en casas 0 mesones, donde “no se usaba bien de sus personas eran totalmente distintas en sus implicaciones socioculturales de las relacions més duraderas definidas como amancebamiento 0 concubinato. Si bien los obispo consideraban que el concubinato era un vicio extremadamente generalizado 4 todos los niveles de la sociedad, la incidencia de ese tipo de relaciones estab entre personas de distintas castas parece haberse reducido marcadamente después la primera época; o més bien ocurrié que las indias dejaron de ser la pareja eleg una vez que hubo mis espafiolas, mestizas y mulatas disponibles.” Aun concediendo que haya existido un bajo nivel de integracidn en los territor compartidos del barrio suburbano y el pueblo rural, el impacto cultural de los ves nos parece de cualquier forma extraordinariamente débil. No estamos hablandod grandes complejos metropolitanos donde los miembros de enclaves étnicos pudie existir con vidas fisicamente aisladas. Eran asentamientos pequefios y medianp s6lo un pufiado superaba los cinco mil habitantes al terminar la época colonial mis de dos tercios no llegaban a mil,* Tenfan una plaza principal y por lo regu un solo lugar de culto, Resultaba imposible escapar del contacto cara a cara fi cuente ¢ informal que dificilmente aparece en los documentos de archivo, pen que por fuerza debe haber fomentado, como requisito minimo de inteligibilidal y tolerancia mutua, ciertos cédigos de conducta compartidos, ciertos significada comunes, Estos existian. Lo sorprendente es que su forma, su sabor y su otigen Parezcan tan aplastantemente mayas, con tan poca influencia transatlantica. Por otra parte, resulta entendible que la participacién africana en la me cultural del Yucatan de Ja colonia haya sido tan minima, Los colonos no teniat tun pequefio niimero del xvn, y sélo el Sagrario de Mérida tiene registros del xvi, En la didcesis de Campec los documentos siguen dispersos en las parroquias, ac sdlo tiene los registros del Sagrario (antes parroquite San Francisco de Campeche) y algunos de las partoquias suburbanas (antes ayudas de parroquia): San Rony, Lerma, Santa Ana y Guadalupe, En cuanto a las parroquias rurales, he verificado la existencia de documents de Ia época sélo en Becal y Hecelchakiin. Mis observaciones acerca del compadrazgo se basan en tin mues de actas de bautismo de Santiago (Mérida), Mococha, Hocabé, Maxcani y San Romdn (Campeche) 76 Wéanse rv 2: 260-261, Alcalde Mayor a la Corona, 6 de octubre de 1561; Act, México 3048, Representacén los franciscanos de Yucatin, 20 de mayo de 1572; México 361, Ordenanzas del gobernador Esquivel, 466; M las indias “se van en busca de los espafioles”, 77 Todos los amancebamientos denunciados o investigados durante las visitas episcopales (véase Aa, Visita p rales) eran entce vecinos. Aungue los curs se quejaban en sus informes parroquiales de quc la préctica era muy. ‘entre los indios,lo mds probable ¢s que hayan lidiado personalmente con esos casos sin intervencidn del obispo, 78 Aa, Estadistica, Censos parroquiales, 802-1806, UN MUNDO COLONIAL DIVIDIDO efo para importar muchos esclavos y es muy probable que pocos de los que giron hayan sido “negros bozales” (traidos directamente de Africa). El ntimero snegros puros es muy bajo en los censos, pues pronto se mezclaron con la pobla- iin de mulatos y zambos que generalmente aparecian juntos en los censos como ”. La influencia cultural espajiola era, obviamente, mas importante y llegaba indios en forma directa a través de los espafioles (que ademis de ser el grupo nte eran un contingente migratorio mucho mayor que los negros), asi como de los castas, que suponemos que por lo general estaban mas hispanizados. ibargo, tal influencia también parece ser sumamente débil. s cifras de los censos del periodo colonial tardio indican que los no indios eentaban entre 25 y 30 por ciento de la poblacién total.” Si tales censos no brerrepresentaron a los vecinos ni subrepresentaron a los indios (y no hay razén creer que lo hayan hecho), entonces las cifras plantean ciertas interrogantes de la relacin entre los datos cuantitativos y los cualitativos. a gran mayorfa de la documentacién colonial de muchos géneros nos deja la umadora impresién de que Yucatin era, y es atin, mucho mis indio que el centro . Un indicador es el peso de la atencién dedicada a los indios en la administra- ineclesifstica y civil en Yucatn en comparacién con el centro de la Nueva Espafia. 1as hay expedientes en los archivos locales o en el material sobre Yucatan que tien México o en Espafia que no tengan que ver directa o indirectamente con con los indios 0 su comportamiento, ya sea que se refiera a las encomiendas, el vicio personal, los repartimientos, las cofradias, la secularizacién de las doctrinas 0 glos de linderos. Los asuntos de defensa y comercio, disputas jurisdiccionales was generaban gran cantidad de documentacién aqui como en el resto de sreinos de Indias, pero en Yucatin los indios son ubicuos. A primera vista nada ra parecer mas ajeno a los asuntos indios que el material sobre la consolidacién iacién del capital eclesidstico) de principios del siglo x1x, hasta que caemos ‘a cuenta de que gran parte de los bienes enajenados en Yucatén consistian en as territoriales de las comunidades, asi como propiedades de las cofradfas.* Otro indicio de la presencia dominante de los mayas es que los espafioles de la ilidad no sélo repetian con insistencia cudn minoritarios eran ante los indios, @ que también se comportaban en consecuencia, como por ejemplo en su reac- de pinico ante la pequefia e incipiente rebelién de Canek en 1761. Los dos s estudiosos de la demogratia de después de Ia Conquista han afirmado ‘uno de los mas importantes puntos de contraste entre el centro de la Nueva okey Borah, Essays 2:84, 93-04, s¢ basan en diversos censos y edlculos contemporineos de 1789 a 1814. Dos adicionales respaldan sus conclusiones: act, México 3061, Demostracién del mimero de poblaciones, 15 de ier, arroja una cifra de 28,8 por ciento de una poblacién total de aro 472; aa, Estadstica, Censos parroquiales, daa cifra de 29.8 por ciento de una poblacién total de 38875. ox, Consolidacién 4, Cuentas de la Caja de consolidacién, Mérida, 1806-1809. La enajenacién de las pro~ sts de las cofradias indias y de las eajas de comunidad se aborda en el capitulo XII. LAS IMPLICACIONES DE LA CONQUISTA Espaita y Yucatin es la migracién proporcionalmente menor de espafioles y negre de forma que “Yucatan sigue siendo més indio en su base genética”.®: Sin embarg segiin sus tablas demograficas, en las tltimas décadas del siglo xvurt los no indo representaban en términos generales una proporcién semejante en ambas regione alrededor del 28 por ciento.” Es una proporcién de aproximadamente el doble de! de las provincias de Oaxaca y Chiapas," consideradas ambas marcadamente india Posiblemente lo fueran més que Yucatin, pero no al doble. Existe una clara discrepancia entre estas cifras y las impresiones reunidas los espafioles, una discrepancia que no puede explicarse simplemente por lai diferencias en la distribucion espacial. Los espafioles y el resto de los vecinos mantuvieron fuertemente concentrados en los centros urbanos de Yucatan, pero también en el centro del virreinato. Ambos puntos de vista pueden ser totalmente certeros en sus propios términos yal mismo tiempo reconciliables. Las cifras solo requieren cierto grado de decodificaaé antes de traducirse en hechos sociales. Sabemos que las identidades étnicas asentad en los censos coloniales eran meras categorias legales basadas sélo parcialmente et criterios biolégicos, los cuales eran muy flexibles. Las significativas desigualdades de Jos privilegios y obligaciones vinculados con las distintas identidades de casta gene raban un fuerte incentivo para la filtracién hacia arriba. Las diferencias de fortuna, ocupacién y modo de vida, el accidente del nacimiento legitimo o ilegitimo, y ott serie de criterios no genéticos podian determinar la diferencia en las oportunid de los mestizos clatos y los pardos de incorporarse en la casta espafiola, y de los indion africanos sin mezcla para incorporarse a alguno de los grupos mestizos. Dos citas tomadas de los informes parroquiales que acompafian un cens de 1688 sirven para subrayar lo mas que flexible de los critetios usados para k asignaciones de casta. El cura de Valladolid informa de la existencia de “47 espafioles solteros, entre los cuales hay cinco o seis mestizos”, Por su parte, el pirroco de Nabalam info que en su distrito sélo hay una persona dentro de la categoria de “mestizos pardos”, pero afirma que “se tiene por espaol”, y que por ello lo consigna como ti, no porque considere que lo sea." 81 Cooky Borah, Essays a: 178-179. 82° Segiin las cifras de Cook y Borah, Essays 2: 214, tabla 2.4, eran 28.4 por ciento en el Altiplano Central] costas (salvo Oaxaca) 83 Lacifra para Oaxaca es de 117 por ciento (Cook y Borah, Essays 2: 214, tabla 2.4); para Chiapas es de 154p

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