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Siete ideas y un corolario para una pragmática relacional del diseño 2009 © Tomás Sánchez-Criado / 1

Siete ideas y un corolario para una pragmática relacional del diseño


Texto presentado en la sesión del 24 de abril de 2009 del Seminario de Estudios sobre Mediación en Arte y
Ciencia (SEMAC - www.uam.es/semac ), Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Madrid.

Tomás Sánchez Criado


FPU-UAM, Facultad de Psicología
Universidad Autónoma de Madrid
E-mail: tomas.criado AT uam.es

SIETE IDEAS SOBRE EL DISEÑO Y EL USO: HACIA UNA PRAGMÁTICA RELACIONAL

1. Toda obra o diseño (ya sea un iglú, un entorno climático, una melodía, una pintura, una
falda, una escopeta o un paso de danza) desarrolla, cristaliza o, mejor dicho, no es más
que una tesis.
a. En este texto jugaré a tratar la tesis como algo situado entre un posicionamiento
(como toma de postura) y un gesto, aunque me gustaría dejar de lado la
intencionalidad (o el control o la conciencia sobre las propias posturas) asumida
por algunos de estos términos: no toda acción necesariamente es enunciada como
tesis, aunque pueda ser convertida en, leída, recibida o interpretada como tal.
b. Pensemos la tesis como selección y articulación de argumentos. No debería
entenderse “argumento” en un sentido sólo lingüístico, sino en una acepción más
amplia: por ejemplo, el conjunto de soporte-encuadre-composición-perspectiva-
colores que concita un cuadro o el conjunto de ritmos-velocidades-tipos de
sonidos de una canción de cuna.
c. Convengamos que cómo y qué denominemos “argumento” dependerá de
tradiciones o modos de segmentar-operar-compartir las cosas, así como de poder
reunirlas materialmente. Sin embargo, una articulación no necesariamente
responde a modos compartidos de hacer, sino también a disposiciones que van más
allá de tradiciones vigentes. Toda disposición puede convertirse en tradición y a la
inversa, pero disposición y tradición no son lo mismo.
d. Toda tesis es una articulación formal y argumental. Es decir, ofrece una orientación
y una atribución de motivos para actuar de una determinada manera. Pero su semántica (su
contenido en sentido no sólo lingüístico) y su sintaxis (su forma de organizarlo)
dependen de la acción o el acontecer en los que cobran sentido.
e. Primacía de la pragmática: esto es, toda tesis no es nada en sí misma, sino por su
gesto/enunciación y sus componentes, por el acontecer heterogéneo en el que
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emerge y que concita, que siempre va más allá de su propia concreción formal y el
catálogo de significados canónicos con los que trabaja. Esto quiere decir, “tú
diseña, que luego ya veremos”, siendo ese “ya veremos” algo empírico y práctico,
casi nunca intelectual, lleno de incoherencias y ambivalencias.
f. Denominaremos a esto pragmática relacional aun a riesgo de incurrir en un
pleonasmo, pero como modo de diferenciar el término “pragmática” de sus usos
en la lingüística como algo sólo simbólico.
g. Para una pragmática relacional tiene una cierta importancia la vida (o quizá
podamos pensar en términos “más precisos” que han buscado relacionar o
distinguir “humanidad” y “animalidad”: las pulsiones, los instintos, la
operatoriedad, la capacidad simbólico-comunicativa) como potencia, virtualidad u
origen de ese gesto o de ese acontecer, aunque esto no es más que un principio
difuso, casi irreconocible o místico, en tanto que es pervertido desde el origen por
su ligazón indisoluble con otras entidades con las que se entreteje y cobra forma
en el seno de prácticas (de ahí lo relacional de la pragmática).

2. Toda tesis es una prótesis.


a. Es algo que capacita o habilita al que (a la que, a lo que) la recibe y usa en algún
sentido y, por lo mismo, incapacita o inhabilita: sirve para pensar de una manera,
encauza, permite hacer cosas, restringe otras, media, canaliza, da forma (por
ejemplo, la narración de un diario como dispositivo de organización de la
experiencia).
b. En tanto que gesto o posicionamiento “hecho de una determinada manera”
remite a las técnicas y a las habilidades que lo constituyeron, que le dieron forma y
estabilidad. Todos esos modos de hacer se pueden articular en tradiciones.
c. No sólo existen tradiciones de producción, sino también tradiciones de apreciación:
apreciar requiere casi el mismo trabajo que producir.
d. Una tesis también es una prótesis en el mismo sentido que lo es un bastón, un
marcapasos o, en el fondo, una palabra:
i. Vecindad de las técnicas-como-modos-de-hacer y las tecnologías-como-
artefactos, en tanto que tesis con diferentes soportes y con diferente
primacía de lo viviente y lo no-viviente trabajando siempre en articulación.
ii. Pensemos, por ejemplo, en el habitus como conjunto o estructura
tradicional de modos de hacer de los vivientes para Mauss y Bourdieu; o
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en los gramas como resultados o condensaciones de esos modos de hacer


“en otras materias inertes organizadas por los vivientes” para Leroi-
Gourhan y Derrida.
e. Esto quiere decir que la enunciación de una tesis implica articular toda una ecología
materialmente heterogénea de la acción, componer un mundo e instalar unas
posibilidades de habitarlo, lo que implica necesariamente una definición de los
modos de no-habitarlo. No entendamos esto como una gran línea divisoria:
habitar y no-habitar son mutuamente constitutivas y se producen en una frontera
en tensión.
f. Diferentes prótesis (así como sus carencias, sus ausencias) definen modos
particulares de ser, diferentes cualidades y capacidades de obrar, diferentes
maneras (tradiciones) de ser-habitante para esos mundos planteados. Diríase que
las prótesis podrían articulan diferentes grados o modos de ciudadanía
(perdónenme la rimbombancia).

3. Toda tesis supone una síntesis.


a. Segmenta, recorta o genera un marco: enmarca operatoriamente un ámbito de la
experiencia y le da una cierta permanencia, en función de la materialidad del
soporte. Todo ello siendo conscientes que no podemos asumir que una materia
sea en sí misma más o menos durable. Un muro de piedra no funciona como
muro si no se cuida y se mantiene como tal, si no se vuelve a recomponer después
de una tormenta o un bombardeo.
b. Todo recorte o enmarcación busca delimitar en algún sentido. Y haciéndolo busca
expulsar del rango de la presencia a una serie de elementos (su contramarco). En
ocasiones sabemos cuáles y cómo, pero en muchas otras ocasiones no. Muy a
menudo lo que echas por la puerta te vuelve por la ventana.
c. Cuando una tesis se estabiliza (espacial y temporalmente), lo que se estabiliza es un
entorno de cooperación, un “clima”, una región de entidades, un modo de ser-
con, una co-operación u operación conjunta, una simpatía (elijan el término que
más rabia les dé), así como todo un reino de alteridades o vecindades no-
presentes de esas presencias que se estabilizan y que son igual de importantes.
d. La postura de toda tesis viene delimitada por los propios límites de la
enmarcación resultante y su contramarco, por su estructuración de elementos, su
temporalización y espacialización.
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e. Toda postura, por tanto, constriñe en algún sentido y posibilita en otros (estos
“unos” y “otros”, nuevamente, son algo a observar de modo empírico). Propone
una forma de habitar o estar instalado-en-el-mundo: instala o instaura una forma
de vida, un ambiente, una ecología, un clima o atmósfera de acción.
f. Esta propuesta se articula en un lenguaje, entendido como modo de hablar (les
ruego que busquen otra palabra: concitar, proponer), o mejor como modo de
segmentar la experiencia y presentarla. Esto no se hace de forma necesariamente
“lingüística”, pero sí discursiva.

4. Toda tesis es una antítesis.


a. O, mejor dicho, toda tesis supone una antítesis y tiene antítesis, nace en un
contexto argumental, dialógico o polemológico.
b. Esta(s) antítesis supone(n) una buena parte de su contramarco, lo que queda fuera
del marco que propone, pero que en cierta medida incluye implícita o
explícitamente.
c. Por tanto, obrar siempre puede querer decir obrar en contra de o por oposición a, pero,
a la vez, puede querer decir para convencer, para someter, para vencer, etc.
d. No olvidemos que hay muchas maneras de ser tesis y antítesis, y no todas pasan
por la oposición frontal, punto por punto, porque ¡qué cantidad de trabajo
necesita la guerra para convertirse en un tablero de ajedrez! Una tesis no tiene por
qué ser siempre algo serio y grave, con pompa y circunstancia. También puede
haber ironía, guasa o un sano espíritu de tocar las narices.
e. Obrar-producir tesis no es propiedad exclusiva de “los rebeldes”, sino también de
“los que están en el poder”. O, mejor dicho, toda tesis, en tanto que forma de
articular, como catálogo de posibilidades e imposibilidades relacionales plantea
una hegemonía o “modo de habitar canónico” en su horizonte, en debate o lucha
con otras. Lo que habrá, por tanto, es tradiciones que puedan hacerse más o
menos estables a través de diferentes medios, lícitos o ilícitos. Pero claro, ¿lícitos
o ilícitos para quién?
f. Dadas todas estas cosas podríamos decir: una tesis nunca es un medio, siempre es
un fin, que se puede articular con otros fines.
g. En cualquier caso, no se preocupen, no podrán controlarlo todo: hay dimensiones
que pueden quedar escondidas en todo acto de lectura, apropiación u operación,
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pero también hay otras que brotan o emergen en el acto de oponerse o de


ponerse a operar con esa tesis, setting o instalación.

5. Toda tesis es una subtesis


a. Toda enmarcación puede remitir a una enmarcación previa: lo que implica que las
tesis sean algo genealógico o histórico. O lo que es lo mismo: “el humor” o “la
guerra” en el fondo no son más que tesis en disputa montadas sobre tesis en
disputa. Además, tengamos cuidado: no todo “montar sobre” nos permitiría
hablar de “subsunciones”.
b. Es decir, no hay un gran arquitecto, ni un gran productor, ni un gran artesano,
sino pequeñas producciones de tesis que se articulan con otras tesis, produciendo
sobre la marcha diferentes tipos de habitantes de los mundos que concitan.
c. Toda tesis puede producirse por una des-enmarcación o por una re-enmarcación
de otras tesis previas, que se desgajan del contexto pragmático de emergencia,
quedando como virtualidades de la nueva tesis compuesta, aunque siempre
necesiten de una nueva actualización.
d. Pero todo acto de des-enmarcar y re-enmarcar puede significar lo siguiente: una
tesis puede descomponerse, caer en el olvido o echarse a perder, pero quizá no
algunos soportes que la ocasionaron, pudiendo componerse con tesis nuevas en el
seno de otro acontecer.
e. Las tesis pueden componerse de tal manera que den lugar a nuevos ámbitos,
autonomizándose, desgajándose y creando límites (incluso borrando las huellas)
con respecto a sus condiciones de emergencia.
f. Toda tesis puede integrar dimensiones (otras tesis, instalaciones, planteamientos,
entornos) desconocidas, no previsibles o no anticipables. Pero esto no puede
suponerse, sino que sólo se puede conocer operando con ese entorno, con ese
modo de estar instalado-en-el-mundo que plantea o concita como tesis. Con esto
queremos decir que ver y sentir no son diferentes de obrar o, dicho de otro
modo, la percepción no es algo pasivo. Esa operación des-sintetiza la síntesis que
articula todo diseño u obra, haciéndole cobrar otra nueva forma, produciendo
nuevas síntesis.

6. En resumen, toda tesis tiene un preámbulo:


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a. Unas condiciones de emergencia y producción en las que lo material y lo


simbólico son difícilmente disociables (algunos hablan de lo socio-material, otros
de lo materio-semiótico).
b. Esto es, suponen una forma concreta de aunar y reunir elementos de diferentes
reinos ontológicos, sobre un fondo de tradiciones y modos de reunir y de aunar
(hacer presente y ausente), que se van formando, componiendo y
descomponiendo paulatinamente.
c. Esas condiciones están plagadas de tradiciones en conflicto, que definen
planteamientos o concitan formas diferentes de estar instalados-en-el-mundo.
d. Toda (des/re-)articulación es un traer (las, unas, algunas) cosas por los pelos,
juntarlas con diversos grados de transformación de su “modo de presentarse”
(tomaremos esto como sustituto de lo que algunas tradiciones han llamado
“esencia”).

7. Por la misma razón toda tesis tiene un epílogo.


a. Toda obra supone una articulación de una postura que nos hace tender hacia otro
punto con una “forma de actuar” particular. Toda tesis contiene una ética,
podríamos decir, o quizá mejor una moraleja (que quizá pudiera convertirse en una
ética, o incluso una moral, algún día).
b. Aunque haya posibles estabilizaciones de tesis en el seno de tradiciones y esto
permita, llegado un momento, la reflexión sobre las propias condiciones de las
tesis (condiciones crecientes de explicitación o de progresión de los saberes:
“historia de la ciencia”, “historia del arte”), siempre existe la posibilidad del
olvido, de la pérdida, de la fragmentación o de la ausencia.
i. La noción de tesis aquí planteada integra una cierta aproximación
valorativa: lo importante es qué nos permite hacer una tesis, qué espacio
nos abre.
ii. Esto nos permitirá momentáneamente distinguir entre quienes “tienen
algo que decir” y quienes no. Nietzsche coronaría a aquellos que ejercieran
sus tesis y las defendieran hasta la muerte como una forma de criticar la
pusilanimidad del seguidista (moral de señores vs. moral de siervos). Aunque
quizá esto no sea todo lo importante, puesto que no todo es la
enunciación, sino que puede tener igual importancia la recepción como tal
de un gesto no voluntario.
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iii. Dicho de otra forma: podríamos, de forma provisional, atribuir a personas


más capacidad de “tener algo que decir” en tanto que articulen en mayor
medida sus tesis o sean más conscientes del gesto que intentan propugnar
(convirtiéndolas en representantes o portavoces, lo que podría permitir
acusarlas u oponerse a ellas explícitamente), pero lo importante a fin de
cuentas es qué podemos hacer, qué espacio de reflexión nos abre lo que
alguien ha hecho o lo que hemos hecho con lo de ese alguien.
c. La crítica no es sólo propiedad de los críticos de arte (o los historiadores de la
ciencia y la tecnología) o de los intérpretes ajenos al modo de hacer de una
determinada tradición.
i. La crítica puede tomar forma articulándose en un “lenguaje” análogo al de
la tesis a la que se opone o que critica (citando, retocando o ironizando
con el planteamiento del criticado en la obra del crítico), pero también
puede realizarse en “lenguaje natural”. Es decir, por ejemplo, tanto puede
criticar un músico a otro músico “de palabra” como cogiendo una de sus
obras y dándole una nueva orientación en la ejecución o en la
composición.
ii. Hay diferentes géneros o formas (por ejemplo, instalaciones artísticas,
performances, discos de música, narraciones, experimentos de
laboratorio, alocuciones públicas o coreografías) que operan con
diferentes modos de segmentar y darse la experiencia, de compartirla y de
operar. Diferentes géneros implican una división de tareas y formación.
Es decir, diferentes posiciones (productor/usuario-receptor-consumidor),
aunque sean ocupadas por el mismo agente en diferentes momentos.
iii. Entre los que producen y los que usan (o cualquier sofisticación de estos
roles) pueden establecerse categorías de transición: si queremos cambiar un
modo de operar, articular o una forma de instalar un entorno deberemos
afectar a las propias maneras o tradiciones de articularlo o producirlo.
Quizá esto no lo podamos hacer de otro modo que mediante un lenguaje
común entre diferentes áreas que permita la relación entre los productores y
los usuarios para re-diseñar un entorno. El problema es que este lenguaje
común (entendido como nueva forma de articular) no tiene por qué estar
creado o ser de fácil uso, por lo que a veces habrá que (re)inventarlo.
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d. Si hay una primacía de la pragmática, las propuestas de formas de actuar o de ser


no quedan enteramente capturadas por la tesis propuesta: toda tesis está
condenada a permanecer inacabada y a generar estabilizaciones o realizaciones
parciales o temporales. En tanto que propuesta, toda tesis nos abre una posible
región de la experiencia (o región del mundo), nos coloca o instala ante una nueva
y subsiguiente toma de postura y, por tanto, todo vuelve siempre a empezar
(quizá a veces con algo ganado).
e. Para que no vuelva a empezar y podamos generar habitualidades deberemos ser
capaces de disciplinar y parar el acontecer, apuntalarlo, controlarlo y domesticarlo,
lo que quizá no es siempre posible como principio y quizá sí como resultado
siempre precario.
f. Punto final: tanto la estabilidad (el orden) como la inestabilidad (el desorden) son
efectos relacionales:
i. Esto a veces es un desastre, puesto que después de mucho trabajo puede
ser que la píldora, el microchip o la técnica sexual no funcionen…
ii. Tengan en cuenta que a veces el acontecer productivo que intentamos
generar se nos escapa entre los dedos o nos estalla en las manos.
Intentando concitar acontecimientos tenemos accidentes.

COROLARIO SOBRE LA EFICACIA

a. Un diseño “eficaz” será aquel que consiga concretizar/estabilizar/disciplinar todo


una clima de cooperación (tanto sus presencias como sus alteridades) articulando
un discurso y un modo o rango de formas (materiales, espaciales y temporales) de
uso. Podríamos denominar a todo esto modo de empleo: todo modo de empleo en el
fondo supone una topología (o modo de reunir, presentar y alterizar) que produce
como resultado diferentes tipos o modalidades de ser-con de los elementos de un
diseño y sus usos, diferentes formas de ser habitante de los mismos.
b. La “rapidez” o la “facilidad percibida” para usar algo no pueden tomarse como
indicadores primarios, sino sólo secundarios de un modo de empleo. Para poder
argumentar que un diseño es “eficaz” sin decir insensateces deberemos observar y
describir toda su pragmática relacional, la génesis heterogénea de su producción y sus usos.

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