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CUANDO LOS INQUISIDORES DE Carcasona escriben que la Interrogatio es un secretum, hay que entender esta palabra en su sentido primero; se trata de un participio pasado, empleado aquí como sustantivo, del verbo secerno, que significa «seleccionar», «apartar», «separar». No es, pues, un libro guardado en secreto por los herejes, sino descartado por la Iglesia Católica porque, según especifican los inquisidores, se trata de «un discurso lleno de errores». Tan sólo es lo que se denomina, y esta vez lo diremos usando terminología griega, un apócrifo, lo cual significa exactamente lo mismo: una de las numerosas obras que nunca fueron ni serán incluidas en el canon neotestamentario.
CUANDO LOS INQUISIDORES DE Carcasona escriben que la Interrogatio es un secretum, hay que entender esta palabra en su sentido primero; se trata de un participio pasado, empleado aquí como sustantivo, del verbo secerno, que significa «seleccionar», «apartar», «separar». No es, pues, un libro guardado en secreto por los herejes, sino descartado por la Iglesia Católica porque, según especifican los inquisidores, se trata de «un discurso lleno de errores». Tan sólo es lo que se denomina, y esta vez lo diremos usando terminología griega, un apócrifo, lo cual significa exactamente lo mismo: una de las numerosas obras que nunca fueron ni serán incluidas en el canon neotestamentario.
CUANDO LOS INQUISIDORES DE Carcasona escriben que la Interrogatio es un secretum, hay que entender esta palabra en su sentido primero; se trata de un participio pasado, empleado aquí como sustantivo, del verbo secerno, que significa «seleccionar», «apartar», «separar». No es, pues, un libro guardado en secreto por los herejes, sino descartado por la Iglesia Católica porque, según especifican los inquisidores, se trata de «un discurso lleno de errores». Tan sólo es lo que se denomina, y esta vez lo diremos usando terminología griega, un apócrifo, lo cual significa exactamente lo mismo: una de las numerosas obras que nunca fueron ni serán incluidas en el canon neotestamentario.
CUANDO LOS INQUISIDORES DE Carcasona escriben que la
Interrogatio es un secretum, hay que entender esta palabra en su sentido primero; se trata de un participio pasado, empleado aqu como sustantivo, del verbo secerno, que significa seleccionar, apartar, separar. No es, pues, un libro guardado en secreto por los herejes, sino descartado por la Iglesia Catlica porque, segn especifican los inquisidores, se trata de un discurso lleno de errores. Tan slo es lo que se denomina, y esta vez lo diremos usando terminologa griega, un apcrifo, lo cual significa exactamente lo mismo: una de las numerosas obras que nunca fueron ni sern incluidas en el canon neotestamentario.
Sin embargo, el hecho de que la Cena en cuestin sea calificada de
secreta debe interpretarse en el sentido corriente del trmino: esta Cena se mantuvo en secreto hasta que se su existencia se revel en esta obra. O, para ser ms exactos, puesto que el relato de la Cena es bien conocido por los Evangelios, la Cena secreta revela lo que no escribieron los evangelistas y, por tanto, permaneci ignorado: las palabras que se pronunciaron durante la misma. Debemos relacionar este aspecto con las enseanzas secretas de Cristo, una tradicin harto antigua que no es especficamente ctara. Tiene su fuente en la segunda Epstola a los Corintios, en la que san Pablo escribe que antao escuch palabras inefables que al hombre no le est permitido repetir. De 1180 a 1230, del Perceval de Chrtien de Troyes al Jos de Robert de Boron, del annimo Perlesvaus a la Bsqueda del Santo Grial, las novelas artricas, que, como es evidente, son obras profanas, desarrollan esta idea de una enseanza esotrica y no escrita de Jess, todo ello en un contexto de perfecta ortodoxia. Situndose bajo la gida de semejantes enseanzas, la Cena secreta no haca ms que alinearse con una creencia atestiguada desde los comienzos de nuestra era que se hizo popular en la literatura. Diversos pseudoepgrafos judos hablaban tambin de secretos divinos.
Asimismo, esto permita vehicular pensamientos que no eran ortodoxos,
as como garantizar su origen y explicar por qu no se enseaban oficialmente. Al redactar la Cena secreta como una entrevista ficticia que san Juan habra realizado a Jess en el transcurso de la Cena, el autor utilizaba un sencillo procedimiento retrico que le permita autentificar la historia relatada. Al hacerle decir a Juan que la transmita directamente de boca de Jess, se pona de manifiesto que aqulla (y slo aqulla) era la enseanza no escrita sobre la que la gente se preguntaba desde haca mucho tiempo. Explicaba, tambin, por qu la acogida que tuvo la historia en cuestin no fue unnime. Segn l, Juan, el bienamado discpulo, que era el depositario de la misma, no la revel en su momento. Observaremos, no obstante, que la Cena de la Cena secreta no debe entenderse, como suele hacerse con los relatos evanglicos, como un suceso de este mundo que ocurri en el tiempo histrico real. La referencia a una Cena secreta del reino de los cielos indica un hecho de orden puramente espiritual, que no se desarrolla en la tierra, sino en la esfera de las realidades invisibles. Esto se traduce en dos lecturas diferentes: una, puramente espiritual, que hacen los ctaros cuando mencionan el pan que aparece en el Pater El pan nuestro de cada da dnoslo hoy, y otra, en la que las palabras de Jess acerca del pan y el vino se convierten en estrictamente alegricas. Para los ctaros, estas palabras son el origen de la eucarista, que rechazan. Pero volveremos a ello ms adelante.
Estamos ante un relato de la creacin, de la cada de Satn y del pecado
de Adn y Eva diferente del que se suele conservar.
En primer lugar, diferente en cuanto a forma. En la versin definitiva del
Gnesis que se elabor entre los siglos IX y V a. C., se encadena el episodio del paraso perdido con el relato de la creacin del mundo. Ambos episodios haban sido redactados en pocas diferentes, el segundo antes que el primero. De este modo se expres el gran mito hebreo de los orgenes, que despus suscribi todo el cristianismo. No obstante, si se quiere comprender cmo se puede pasar de la creacin del hombre a la culpa ante el fruto prohibido, que ahora sabemos que se produjo porque la serpiente hizo entrar el mal en el jardn del Edn, hay que sealar que el Gnesis no menciona en absoluto de dnde procede este mal. Dado que faltaba este eslabn, el mito de la cada de Satn se elabor ms tarde, como ya hemos visto, a partir de dos extractos de libros profticos y a travs de una amplia literatura en gran medida apcrifa.
En la Cena secreta, por el contrario, no hay solucin de continuidad: los
tres momentos del mito fundador del origen del mundo y del origen del mal (es decir, la creacin del mundo, la cada de los ngeles y la cada del hombre) estn presentes a partes iguales y relacionados entre s por la lgica interna de un relato nico. Hay ms. Justo despus de la expulsin del jardn del Edn, se narra cmo Satn, llamado aqu Satans, gobierna el mundo del que se ha convertido en Prncipe. A continuacin se narra cmo Dios enva a Jess para salvar a los hombres, y cmo Jess les ensea el camino de la salvacin. Todo ello concluye con el Juicio. En otras palabras, la Cena secreta recoge en una sola y breve narracin que no ocupara ni diez pginas del presente volumen toda la historia del mundo y del hombre, desde el origen absoluto de las cosas hasta la parusa, es decir, hasta el segundo advenimiento de Cristo que sealar el fin de los tiempos. De esta historia total, que Juan asegura que procede de boca de Jess, se describen todas las etapas que el dogma catlico considera relevantes.
Con excepciones, claro est. La cada de Satn precede a la creacin, que
se presenta aqu como la obra de un ngel cado y no de Dios Padre. El pecado original es el pecado de la carne. Jess es un ngel y no Dios hecho hombre. Juan Bautista es un demonio, y el verdadero bautismo no se realiza con agua, sino en el Espritu y el fuego, o sea, mediante la imposicin de manos.