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Tengo 22 aos, mis padres son pastores. Hace 2 meses me puse de novio
con la secretaria de la iglesia de 23 aos (la conozco hace 4), es hermosa,
la amo y s que es la mujer de mi vida. El tema es que todo se fue dando
muy rpido. Yo era virgen, ella no y le pesaba mucho. Nos dejamos llevar
por nuestros deseos y tuvimos relaciones varias veces en una semana. En
estos das ella comenz a tener pequeos sntomas que nos alarmaron y
nos llevan a pensar que quiz est embarazada.
La pregunta especficamente es planteada en la segunda parte de su
mensaje; aunque uno casi puede intuir cul ser. Podemos ya anticiparnos
a saber qu va a decir, cmo se siente, y cules son sus alternativas
inmediatas para lidiar con el pecado. Pues bien, continuemos leyendo
entonces su caso.
Mi problema es que estoy MUY FELIZ, s que estuvo mal, s que pequ y
me arrepent delante de Dios, pero tener un hijo con ella es lo ms hermoso
que me pueda pasar. Obviamente voy a reconocer a mi hijo y a casarme
con ella. Todava no he hablado con mis padres es un tema que me pesa
mucho, pero ms me pesa estar tan contento. qu hago?.
Un caso ms de un pecado bonito, casi positivo. Aquellos de nosotros
que quizs hemos crecido ms bien con un pensamiento pesimista,
posiblemente hubisemos saltado a defender la fe y promulgar que la Biblia
declara que relaciones como estas son catalogadas como pecaminosas. Tal
vez para afirmar nuestro juicio, habramos recurrido a sealamientos como
el pecado no puede hacerte realmente feliz. O bien, con el deseo de
convencer a una pareja que no se desenvuelva en este tipo de relacin,
habramos agregado la mala noticia de las posibles consecuencias
(embarazo no deseado, infidelidad, enfermedades de transmisin sexual,
sentimiento de culpa o de baja autoestima, desaprobacin de los padres y
la sociedad y otros ms en el repertorio). No obstante, en estos casos, y en
muchos otros, este bagaje de argumentos resulta poco efectivo.
Sin lugar a duda, encontramos desde la creacin que el pecado tiene serias
consecuencias sobre nuestra persona (Gnesis 2:16-17). Adicionalmente,
sabemos con certeza que Dios es fiel en disciplinar (discipular) a sus hijos
cuando es necesario; es decir, en el momento de la desobediencia Dios
interviene a nuestro favor y nos corrige (Hebreos 12:5-6).