El desafo

El mundo necesita de una juventud que no sea humillada. No maltratada

ni temerosa.

Una juventud que sea capaz de integrar un mundo de seres humanos dignos y

plenos de confianza en s mismo y en los destinos del hombre, con un profundo

compromiso, y el valor suficiente para luchar por transformar y resolver los

problemas del hombre, las guerras y la violencia.

Por esto, es indispensable que los verdaderos maestros logren despertar e

inculcar en la juventud el amor al estudio y a la vida, el valor y el respeto a la

dignidad humana, la libertad y el coraje necesarios para participar en forma

creativa y comprometida en el presente y el futuro de nuestra patria y de la

humanidad. La labor del maestro es grandiosa y digna de admiracin cuando

logra que los seres humanos enriquezcan su esencia, identifiquen su vocacin

y gocen mas conscientemente de su existencia y libertad.

Es vital que el maestro oriente y estimule al hombre a mirar dentro de s

mismo, para que engrandezca al mundo que lo rodea con sus conocimientos,

sus habilidades, su actitud y su amor.

Cuando florezca en cada profesional el compromiso de cumplir con amor y

entrega la misin que ha aceptado, tendremos el derecho de hablar.