somos en gran parte química, La sociedad actual en cambio permanente, nos pone constantemente en situaciones de incertidumbre que, para el ser humano, es una invitación a crecer, pero que no resulta cómoda.
Ante una situación de incertidumbre activamos mecanismos distintos, el
distress (-) que nos anula, y el eustress (+), que nos ayuda. Lo importante es tener un balance positivo entre ellos.
El eustress hace que captemos más cosas de la realidad. Cuando nos
interesa algo, la mente se abre para captar todo sobre eso que nos interesa. Nos ayuda en la memoria, en el aprendizaje y en la creatividad (es importante aprender en entornos nuevos). Además, cuando crees que eres capaz de hacer algo, situación de eustress, las neuronas se regeneran. Pero si ante la incertidumbre se activa el distress, éste nos hace perder la perspectiva, anulando nuestro interés por explorar y descubrir, sólo vemos lo que nos atemoriza o desagrada, sólo nos acordamos de las experiencias negativas de nuestra vida. Además afecta a nuestra imaginación, en esta situación sólo la usamos en sentido negativo y ”coloreamos” de forma negativa a las personas, convirtiendo cualquier comentario en una amenaza. En situación de distress las hormonas se van muriendo.
Ahora viene la parte química:
En situación de incertidumbre, el cerebro se pone en marcha para defendernos. Se produce un cambio en el riego sanguíneo, yendo la mayor parte de la sangre a las áreas encargadas de la supervivencia (hemisferio derecho, el del pensamiento abstracto, la lógica y el lenguaje) y, por tanto, recibiendo menos sangre las áreas de la creatividad (hemisferio izquierdo, el de las ideas y las creencias, lo que creemos que podemos ver). Cuando las personas nos sentimos amenazadas, nos protegemos y aislamos, defendemos nuestros puntos de vista como si fueran una verdad absoluta (gran rigidez) y rechazamos que puedan existir otras formas de ver las cosas. Todo ello afecta negativamente a la generación de creatividad, que implica ver las cosas desde un punto de vista distinto, para lo que necesitamos que funcione correctamente el hemisferio izquierdo del cerebro. En distress segregamos una hormona, el cortisol, que hace que estemos más expuestos a las infecciones. El distress genera enfermedad y la causa nº 1 es la deficiente comunicación entre las personas. Conectar con los demás hace que el hipotálamo segregue oxitocina, que reduce el cortisol y que, por tanto, reduce la presión arterial. La oxitocina se libera cuando existe empatía, es decir, cuando una persona puede expresar su sentir y además se siente escuchada. Necesitamos desarrollar cualidades que nos ayuden a cohesionarnos, la más importante es la de escuchar. Cuando nos escuchamos unos a otros y compartimos la realidad, las posibilidades son mucho mayores. La base de la creatividad y de la salud está en la cohesión. La sociedad actual es muy generadora de distress. La clave es que reconozcamos cómo estamos y pidamos ayuda cuando lo necesitemos. Es situación de distress lo que hay que hacer es sobrecomunicar, que no es sobreinformar. Actualmente hay un exceso de información, pero ¿cuánto tiempo dedicamos a la conversación?
Los líderes de las organizaciones actuales desean conseguir el máximo
potencial de cada una de las personas que la integran. Conseguir el máximo desarrollo y bienestar de las personas tiene como consecuencia unos mejores resultados en la empresa y una mayor eficiencia.
Para desarrollar el liderazgo hay que fomentar tres aspectos:
1. la auto-responsabilidad (capacidad de dar respuesta a algo) 2. la auto-motivación (querer dar esa respuesta) 3. la auto-confianza (poder dar esa respuesta)
Hasta aquí nada demasiado nuevo. Son cuestiones muy conocidas ya por todos.
Pero, ¿qué podemos hacer para conseguir la cohesión entre las
personas de nuestra organización?
1.- Autoconocimiento. Debemos darnos cuenta de lo que pasa.
Conocemos la imagen que tenemos de nosotros mismos, pero no la potencialidad que tenemos. Existen amenazas permanentemente, pero estamos preparados para, en situaciones difíciles, desarrollar un enorme potencial. Tenemos una “voz interior” que escuchamos antes de hablar (interpreta, nos informa, nos explica). Si cambiamos la interpretación, cambiamos el impacto emocional. Debemos gestionar esas emociones que a veces nos afectan tanto. Cuando hay incertidumbre y la información es escasa, las emociones se convierten en nuestra fuente fundamental de información y de nuestras posibilidades de éxito o de no éxito.
2.- Maestría personal. Si tenemos que informar de algo duro a una
persona de la organización, debemos empezar buscando algo positivo que reconocer, que felicitar o que agradecer. Después pasas a informar o a pedir lo que necesites. Si empiezas informando de ese asunto difícil, la persona entra directamente en distress, reduciéndose su riego cerebral y dejando, por tanto, pocas posibilidades a la creatividad y más al miedo y la frustración. No debemos juzgar, debemos hablar de hechos, de sentimientos, de necesidades y de peticiones. Pedir es distinto a exigir, la diferencia está en qué pasa si dice “no”, en una petición no pasa nada, pero en una exigencia sí. Sin embargo, la tendencia hacia una petición es decir “si” y la tendencia ante una exigencia es decir “no” (en este caso si decimos “sí” es por miedo).
Si consigues que la persona no entre en distress, será más eficiente y
también más feliz.
En cualquier caso, tenemos que hacer que la persona recupere el
equilibrio a través de la comunicación, ¿cómo?: Haciendo que la persona se sienta capaz y que los demás se lo reconozcan. Cuando crees que eres capaz de hacer algo, segregas la hormona betaendorfina, que corta el cortisol (hormona del distress). Riéndonos juntos. Cuando alguien se ríe está generando salud. En una empresa hay que provocar que las personas se rían (éso no va en absoluto en contra de la productividad, todo lo contrario). Buscando lo positivo de las personas. Donde pongamos la atención, éso se va a hacer más grande (tanto si es positivo como si es un problema), además nos enfocamos en lo que queremos (no en lo que tenemos) y además si buscamos lo mejor de las personas, lo encontramos (todo existe, lo mejor y lo peor). Debemos cambiar el “foco” de nuestra atención, ¿qué veríamos si etiquetáramos menos y observáramos más?
3.- Conexión emocional. Debemos conectar con los demás. La oxitocina
segregada por el hipotálamo reduce el cortisol y, por tanto, la presión arterial. La oxitocina se libera cuando existe empatía, es decir, cuando una persona puede expresar su sentir y además se siente escuchada. Podemos entrenarnos en capacidades para conectar y cohesionarnos mejor.
No es necesario hacerlo de golpe, mejor poco a poco. Propongo empezar
por la RISA, la mejor medicina. Según la OMS, la enfermedad nº 1 en 2020 será la depresión, cuya causa nº 1 es el distress (la ansiedad mantenida lleva a la depresión).
ALGUNOS DATOS SOBRE EL DR. ALONSO PUIG:
Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato
Digestivo. Fellow de la Harvard University Medical School, miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. El Dr. Alonso Puig ha obtenido el premio máximo al mérito en Comunicación y Relaciones Humanas por el Instituto Dale Carnegie de Nueva York. Es consultor en Cirugía del Hospital Internacional de Madrid.
Es uno de los más destacados expertos en Factor Humano y un excelente
comunicador. Desde el mundo de la medicina, en primera línea del sufrimiento, del dolor, de la enfermedad, de la recuperación y de la cura, el Dr. Alonso Puig ha elaborado algo más que unas teorías y programas de desarrollo del Liderazgo, Creación de Equipos y Alto Rendimiento en entornos Presión.
Trabajó durante dos años en el Instituto de Ciencias Neurológicas de
Madrid dedicando gran parte de su vida al estudio de las Funciones Superiores del Cerebro. Su interés particular en el Aparato Digestivo le ha llevado también a aplicar sus conocimientos y experiencias al mundo del estrés y a sus repercusiones en las dolencias digestivas.