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Persrectivas sioeticas | 77 Los principios bioéticos en nuestras relaciones con los animales Beatriz Vanda Canton* Los animales vertebrados se han relacionado estrechamente con el ser humano, contribuyendo en forma importante a nuestra supervivencia. Numerosas investigaciones han demostrado que estos animales poseen un sistema nervioso lo suficientemente desarrollado para poder experi- mentar dolor y sufrimiento, asi como capacidades congnitivas que les permiten darse cuenta de lo que sucede en su entorno. Esto plantea que podrian estar incluidos en el campo de nuestra consideraci6n mo- ral. En este trabajo se propone cémo podrian extenderse los principios bioéticos a las relaciones que tenemos con los animales, argumentando desde una perspectiva bioldgica, historica y bioética. Palabras claves: principios bioéticos - animales - justicia retributiva bioética ambiental Vertebrate animals have been closely related to human beings contribut- ing to our survival. Several investigations have demonstrated that these animals have a developed nervous system, able to experience pain and suffering, and have cognitive abilities that allow them awareness of their environment. This suggest that they might be included in the field of our moral consideration. In this study, it is proposed a way in which our bioethical principles could be extended to our relationships with animals, supported from biological, historical and bioethical perspective. Key words: bioethical principles - animals - retributive justice - environmental bioethics * Médica veterinaria zootecnista. Maestra en Ciencias Veterinarias. Candidata a Doctora en Bioética. Profesora de Patologia y coordinadora de la asignatura Seminario de Bioética en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional Autonoma de México. Persrectivas BiceTicAS© 2007 EDIcIONES DEL SIGNO ANG 12 N° 22: 77-88 78 | Persrectivas sicéticas Introduccién La bioética suele ser identificada con la ética médica, pero su campo de re- flexién es mas amplio pues comprende también las ciencias de la vida, como la biologia, y la ética ambiental. Una bioética que slo hiciera foco en el ser humano y no considerara a las otras especies vivientes, en especial a aqué- Ilas que comparten con nosotros la ca- pacidad de sentir dolor y placer, seria una bioética incompleta. Tradicional- mente, han imperado las teorias que se centran en el ser humano y favorecen unicamente los intereses de nuestra especie, ante lo cual muchos ambien- talistas claman a favor de una bioética holista que se extienda a otros miem- bros de la comunidad biolégica, como los animales, las plantas y los ecosiste- mas.! Muchos de estos organismos no solo poseen un valor instrumental para el ser humano sino que poseen ademas una “valia inherente”, es decir, un va- lor en si mismos, que es independiente del valor que le asignen los demas.* En base a esto, algunos filésofos contem- pordneos sostienen que hay otros seres vivos, ademas de los humanos, que también pueden ser sujetos de consi- deracién moral.) Al respecto, Regan y Taylor han propuesto dos tipos de es- tatus moral para los vivientes: agentes y pacientes morales.’ Estas categorias s6lo pueden adjudicarse a organismos vivos porque son las wnicas entidades susceptibles de sufrir dafio o de resul- tar beneficiadas por parte de terceros. Los “agentes morales” son aquellos sujetos susceptibles de ser tratados en forma correcta 0 incorrecta, por lo que se consideran poseedores de derechos, pero como ademas tienen capacidad de responder por sus actos también tienen deberes y obligaciones hacia los de- mas miembros de la comunidad. Son “agentes morales” todos los humanos mayores de edad, en pleno uso de sus facultades mentales. En cambio, se considera “pacientes 0 pasivos mora- les” a los sujetos que, siendo suscepti- bles de ser tratados en forma correcta © incorrecta y cuyas condiciones de vida pueden verse favorecidas 0 per- judicadas por la accién de alguien, no tienen responsabilidades ni deberes con ningun agente; sin embargo, los agentes morales si tienen obligaciones hacia ellos. Se considera como pa- cientes morales a los humanos que no pueden formular juicios éticos, como los bebés, los nifios muy pequefios, los adultos con discapacidad mental, los pacientes en estado de coma 0 estado vegetativo persistente, y varios autores sugieren que dentro de esta categoria también puede incluirse a los animales vertebrados.° Haciendo una sintesis acerca de las caracteristicas que un animal debe poseer para ser considerado como pa- ciente moral, aqui se propone un crite- rio neurofisialégico: es decir, todos los animales susceptibles de ser dafiados 0 beneficiados por la accion de un agente moral y que como condicién suficien- te- tengan un sistema nervioso central con un encéfalo funcional (como es el caso de los vertebrados) que les permi- ta sentir dolor fisico o sufrir emocio- nalmente pueden ser considerados pa- cientes morales y entonces tendriamos ciertos deberes hacia ellos. Persrectivas Bioéticas© 2007 EDICIONES DEL SIGNO ANG 12 Ne 22: 77-88 La forma en que el ser humano se relaciona con las demas especies de animales vertebrados se analizara des- de la perspectiva bioldgica e historica y, posteriormente, desde la perspectiva de la bioética se presentaré una pro- puesta para que estas relaciones pue- dan ser més justas y humanas. Perspectiva biolégica El conocimiento cientifico actual, las evidencias evolutivas y los cono- cimientos aportados por la paleontolo- gia, la zoologia, la biologfa molecular y la genética® han introducido contun- dentes correcciones a la conviccién de que existia un abismo ontolégico y una diferencia radical entre el humano y los demas animales. Hoy, en cambio, se acepta la tesis de la “continuidad evolutiva”.’ La decodificacién de los genomas de diferentes especies pone de manifiesto el origen comtin de todos los organismos, los cuales a pesar de sus diferencias fisicas comparten una gran cantidad de genes.’ Estas eviden- cias han significado un duro golpe al antropocentrismo, cambiando la idea que teniamos de nosotros mismos. Te- nemos la certeza de nuestra proximi- dad con los dems vivientes y cuanto mayor es el grado de homologia entre los genomas, mas irrefutable se vuel- ve el hecho de que descendemos de un ancestro comin’ y que pertenece- mos a la misma familia 0 comunidad genética.'®!! Otras pruebas que apoyan nuestra proximidad biolégica con los demas animales vertebrados son las si- militudes estructurales y funcionales, PerRsPectivas siogticas | 79 Estudios neurofisiolégicos han revela- do que en los mecanismos neurales de percepcion, integracién y respuestas al dolor hay mas semejanzas que dife- rencias'¥ y hasta la fecha no se han descubierto estructuras ni mecanismos para procesar informacién que sean es- pecificos de los cerebros humanos.'*'5 Debido a que el sistema limbico per- mite distinguir entre lo agradable y lo desagradable, desarrollar funciones afectivas y emociones como miedo, sorpresa, ira o alegria, se puede infe- rir que en los animales vertebrados el dolor también tiene un componente de tipo emocional.'* '* '¥ Muchos etdlo- gos y neurofisilogos coinciden en que la mayoria de los mamiferos y aves tie- nen experiencias de las cuales se dan cuenta," *-?" por lo tanto, no existe razén para suponer que el dolor y el suftimiento se experimenten de mane- ra muy diferente entre el ser humano y las especies que tienen un sistema ner- vioso muy parecido. Ademias de lo anterior, tam- bién compartimos con otros animales la capacidad de aprendizaje, la memo- ria, el sentido del espacio, la vida en comunidad, los vinculos emocionales, asi como complejos sistemas de comu- nicacién, que no son atributos exclusi- vamente humanos.”:*5*+ Perspectiva histérica Los humanos hemos habitado este planeta junto con todos los demas or- ganismos vivos, pero nos hemos rela- cionado de un modo mis estrecho con las especies que se acercaron al hom- Persrectivas Bioéticas© 2007 EDIcIONEs DEL SIGND ANG 12 Ne 22: 77-88 80 | PerRsPectivas siogticas bre primitivo hace mas de 14.000 afios y que hoy conocemos como domé: cas. Desde entonces se ha obtenido de los animales grandes beneficios como vestido, alimento, ayuda en el traba- jo (carga, arado, transporte, guardia y protecci6n, rescate, etc.), compaiiia y conocimiento, que nos han ayudado a sobrevivir mas exitosamente. Gracias a la capacidad que el hombre adquirié para poder transformar rapida y dras- ticamente el ambiente adaptindolo a sus necesidades, fue dejando de sentir- se parte de la Naturaleza y se asumié como completamente diferente y su- perior a los demés vivientes, estable- ciendo con ellos una relacion de do- minio y explotacién,?’ disponiendo de los animales sin ninguna restriccion ni consideracién, viéndolos como objetos © como simples medios para obtener satisfacciones. Esta falta de respeto y consideracién por los otros que son diferentes ha llevado a una relacién injusta, de la que algunos ejemplos son: la caceria y los entretenimientos, donde los animales son considerados como un trofeo, su vida es tomada como objeto de diversién y su dolor como un medio para ganar dinero; los abusos en la investigacion biomédica, donde muchos de los estudios cruen- tos e invasivos son innecesarios 0 no se justifican y, en ocasiones, durante el curso de los experimentos no se asegu- ra un adecuado estado de analgesia 0 anestesia en los animales; los métodos de cria, engorde, reproduccién y ma- tanza de animales para abastecimien- to que se realizan en condiciones que implican mucho dolor y sufrimiento para ellos;*** la destrucci6n, invasion y contaminacién de nichos ecoldgicos donde los animales silvestres puedan vivir y reproducirse. Sobre todas es- tas situaciones la bioética tiene mucho que cuestionar y reflexionar, propor- cionando argumentos para proponer cémo mejorar y humanizar nuestras relaciones con los animales. Perspectiva bioética En 1979 Beauchamp y Childress describieron cuatro principios que fue- ron la base de la bioética principialis- ta: la no maleficencia, la beneficencia, la justicia y la autonomia. Todos ellos tienen el mismo nivel de prioridad y deben tratar de aplicarse simultanea- mente”, pero los que se consideran obligatorios inclusive juridicamente - por ser lo minimo exigible para regular el bien comtn- son los de no malefi- cencia y justicia. Y desde un sistema ético de maximas expectativas, es de- cir, que no se imponen sino se cumplen en conciencia, estan los principios de beneficencia 0 benevolencia y el de respeto a la autonomia. La propuesta biogtica de Beauchamp y Childress no es la tnica basada en principios, Paul Taylor también propone una serie de principios orientados a una é biental. Algunos de ellos son: el de minimo daiio (que equivaldria al de no maleficencia), el de justicia retributiva (restaurar 0 compensar el daiio produ- cido), el de supervivencia © defensa propia y el de proporcionalidad (para solucionar conflictos de intereses entre especies). En un intento de combinar ‘a am- PeRSrectivas BioeTicas© 2007 EDICIONES DEL SIGNO AND 12 Ne 22: 77-88 Sao TS ES EES ES SE SE ES eS SEE EEE EERE SELES eet aaa estos principios con los de Beauchamp y Childress, se proponen y describen a continuacién algunos de los principios que son factibles de ser aplicados en nuestras relaciones con los animales: Principio de minimo datio 0 de no maleficencia La no maleficencia, a pesar de ser el mas universal de los principios, ha recibido muchas criticas ya que al for- mular un principio o un imperativo en negativo existe el riesgo de fomentar una actitud de quietismo, pasiva e in- diferente, que exime de compromisos con quienes sufren, argumentando que uno no perjudica a nadie porque se li- mita a no causar daiio, pudiendo ser complice -atin sin tener la intencién-, de situaciones injustas y éticamente incorrectas. Algunas aplicaciones generales del principio de no maleficencia hacia los animales vertebrados son: no daiiarlos fisica ni emocionalmente, no golpear- los ni torturarlos, no restringirles la po- sibilidad de moverse, no privarlos de agua ni alimento, no forzarlos a ejecu- tar actos que pongan en riesgo su vida o su salud, no someterlos a estados de ansiedad o sufrimiento continuos o prolongados. Y, cuando estas condi- ciones fueran imposibles de respetar, se debe aplicar entonces la maxima utilitarista de minimizar el dafio y el dolor. Otra manera de ver este principio se- tia como la no interferencia, es decir, no destruir el habitat de los animales silvestres, no privarlos de su libertad injustificadamente, no separar a los Perspectivas sioéticas | 81 lactantes de sus madres y permitir que expresen comportamientos necesarios para su especie.” Resulta dificil apli- car la no maleficencia y la no interfe- rencia en nuestras relaciones cotidia- nas con los animales, pues el hecho de mantenerlos bajo nuestra custodia segtin nuestros criterios -aunque se les brinden cuidados- atenta contra este principio ya que se les somete a con- diciones no naturales para ellos: se los separa de sus congéneres, se los esteri- liza, se los confina y condiciona a vivir y comportarse de acuerdo a nuestra conveniencia. Dada la dificultad para respetar el principio de no maleficen- cia, seria preferible Ilamarlo principio de “minimo dafio”, cuya aplicacion mas universal seria: “Todo manejo que se leve a cabo en cualquier animal vertebrado, no importando su finali- dad, debe ir acompafiado del maximo esfuerzo y cuidado para disminuir las condiciones de dolor y sufrimiento del mismo”. El principio de minimo dafio tam- bién conduce a reflexionar y recon- siderar acciones que en los humanos representan verdaderos dilemas bioéti- cos pero que en los animales, desafor- tunadamente, han sido vistas como si- tuaciones comunes, como el hecho de no tener resiricciones para matarlos. Este principio debe cuestionar bajo qué circunstancias y con qué métodos se justifica quitarles la vida. El matar a los animales y el principio de supervivencia En los animales no ha habido -hasta ahora- impedimento juridico ni moral PeRSPectIVAS BioéTicas® 2007 EDICIONES DEL SIGNO ANG 12 N° 22: 77-88 82 | PERSPECTIVas sIDETICAS para realizar la eutanasia. Sin embargo, antes de aplicarla, el médico veterina- rio debe hacer una valoracién concien- zuda del paciente y estar convencido de que es la mejor alternativa médica que puede ofrecerle.*” En otras situaciones, fuera de la prac- tica clinica, nuestro derecho de matar a un animal debe limitarse a la nece- sidad de preservar nuestra vida -ape- lando al principio de “supervivencia” que propone Taylor-, lo que se traduce como aceptable en dos circunstancias especificas: 1. alimentacion 2.defensa propia (salvaguardar nuestra vida e integridad fisica si otro animal las amenaza). Se debe mostrar cautela con el punto ntimero dos para no caeren “la pendien- te resbaladiza” y permitir que se maten animales alegando que representan un riesgo para nuestra salud.o la de otros animales —como en los casos de con- trol o erradicacién de enfermedades zoonoticas 0 exOticas, 0 para preve- nir riesgos hipotéticos de epizootias 0 epidemias-; de igual manera se deben replantear los métodos de exterminio de los animales sin duefio. En muchas ocasiones, la proliferacién de animales mal llamados “plagas” es una conse- cuencia antropogénica de irresponsa- bilidad 0 pérdida de control sobre una situacién inducida por los mismos hu- manos. Una actitud ética seria tomar medidas preventivas a este respecto, detectando y corrigiendo primero los errores que comete la poblacién huma- na al fomentar la venta de animales de compaifiia, al no esterilizarlos y dejarlos en las calles, la excesiva generacion de basura, el mal manejo de desechos y el desequilibrio que se suscita en los eco- sistemas al introducir nuevas especies o aniquilar a predadores naturales de otros animales. Provocar un problema y pretender solucionarlo eliminando a quienes son inocentes implica una falta de responsabilidad que no tiene justifi- cacion ética ni biolégica. No hay que olvidar que los animales, igual que los humanos, también tienen esta “pulsién. de vida” 0 conatos -como lo llamé Spi- noza, refiriéndose al esfuerzo que hace cada ser de la Naturaleza para conser- var su propia existencia y perseverarse en su ser manteniendo su identidad. En situaciones en las que no se puede evitar matar a los animales, sed porque se persigue el fin de obtener alimento 0 conocimientos (como sucede con los animales experimentales) se tiene la obligacién de hacerlo responsablemen- te, ya que el problema ético en estos ca- sos -ademas del hecho de quitarles la vida, que se justifica desde nuestra pers- pectiva humana apelando al principio de supervivencia- radica en los medios empleados para lograr el fin buscado - es decir, el como se hace. lo que cues- tionaria si los métodos de muerte que se emplean son aceptables, puesto que el fin no justifica los medios. Con respecto a los animales destina- dos a la produccién de alimento se dice que hay que buscar la maxima produc- cién al mas bajo costo, pero este bajo costo no sélo debe referirse a factores econémicos sino también a las condi- ciones en que estos animales son cria- dos, transportados y sacrificados.™ PeRSPECTIVAS BIDETICASO 2007 EDICIONES DEL SIGNO ANO 12 Ne 22: 77-88 Con los animales destinados a la in- vestigacion hay que procurar reducir al minimo el estrés, dolor y sufrimiento tanto antes como durante y después de realizar los experimentos, siendo mas estrict con los protocolos, refinan- do las técnicas experimentales, la ob- tencion de muestras, la anestesia y la analgesia. La no maleficencia también incluye el no engafiar a ningiin animal capaz de ser engafiado, lo que significa que este principio se opone a las trampas. la pesca, la caceria, las corridas de to- ros y las actividades en donde se trata de burlar a los animales para hacerles daiio. Principio de justicia o equidad Cuando se aplica este principio a los animales debe hacerse mas bien en tér- minos de equidad y de justicia retribu- tiva. La equidad no significa darle lo mismo a todos, ni dar el mismo trato a los individuos de todas las especies, sino que se refiere a tomar en cuenta con la misma importancia las necesi- dades vitales de todos evitando que intereses no vitales o prescindibles de nuestra especie lesionen los intereses basicos de otros animales. Un sistema en el que la consideracién no es igual para todos y que favorezca s6lo a al- gunos, o privilegie a unos a costa de quienes son mas vulnerables, no puede ser un sistema justo ni tampoco ético, pues la parcialidad es incompatible con la justicia, No es éticamente acep- table dafiar o permitir que sufran aque- llos seres cuyas capacidades mentales o de otro tipo son diferentes a las del PersPectivas sicéticas | 83 grupo dominante. Cuando se discrimi- na negativamente a alguien o se igno- ran sus intereses vitales s6lo porque no pertenece a nuestra especie se incurre en el “especismo”, que es una forma de “segregacién gendémica”. La extensién del principio de justi- cia hacia las otras especies también se puede apoyar desde una ética utilita- rista, que postula que las acciones son justas en la medida en que tienden a promover la felicidad y el bienestar e injustas en cuanto tienden a producir dolor o infelicidad, y sostiene que los intereses de todo sujeto deben ser to- mados en cuenta en igual medida.* También se puede aplicar el princi- pio de justicia a los animales en forma de justicia retributiva, que consiste en dar o devolver el equivalente de lo que se recibe, en restaurar el dafio hecho a un individuo 0 a una poblacién o en compensarlo a él o a otros de su espe- cie a manera de retribuci6n, por lo que también puede ser visto como un “prin- cipio de gratitud”. Si por necesidad de nuestra especie nos vemos obligados a obtener beneficios de las otras espe- cies, muchas veces a costa de su propia vida, este principio nos compromete a compensarlos o retribuirles de alguna forma lo que de ellos tomamos. Es cla- ro que no podemos devolverles la vida, pero mientras estan vivos si podemos mejorar su nivel de bienestar y evitar- les sufrimiento innecesario. Si gracias a los animales hemos ob- tenido alimento, medicamentos, co- nocimiento, ganancias econémicas, entretenimiento o ayuda en el trabajo, ellos también merecen disfrutar del PERSPEcTIVAS BioeTiCAS© 2007 EDICIONES DEL SIGNO ANG 12 N° 22: 77-88 84 | PerRspectivas BIDETICAS beneficio que produjeron, por lo que negarse a hacerlos participes de la ga- nancia y no querer invertir dinero ni esfuerzo para mejorar sus condiciones de vida, salud y muerte, constituye una injusticia. Algunas de las aplicaciones concretas de este principio al trato con los animales son: proporcionarles ali- mentacién de acuerdo a lo que su es- pecie requiere y a la actividad que rea- lizan, brindarles atencién médica pre- ventiva y curativa, alojamiento limpio y seco en donde puedan desplazarse y con acceso a la luz del sol, permitir que descansen y no forzarlos a trabajar mas alla de sus limites, emplear tranquili- zantes 0 anestésicos cuando se lleven a cabo procedimientos invasivos 0 ex- perimentos dolorosos y, cuando tengan que morir, darles una buena muerte - previa anestesia o insensibilizacion. En los animales silvestres sdlo se justifica su encierro si con ello van a resultar beneficiados de algin modo, ya sea para mejorar su salud, prote- gerlos de la extincién, la caza 0 ca- tastrofes naturales; o bien, si es con fines educativos o de investigacién no invasiva, y bajo condicién de que los lugares donde vayan a estar alojados cuenten con programas de enrique- cimiento ambiental, instalaciones y personal capacitado, que garanticen un buen nivel de bienestar y salud para estos animales. El principio de justicia también nos exhorta a cuidar el ambiente y los ni- chos ecolégicos donde viven los ani- males silvestres, sin contaminarlos ni destruirlos, asi como a promover la creaci6n de areas protegidas y reservas naturales donde puedan reproducirse y sobrevivir. No hay que olvidar que la justicia es un principio activo que dispone a la benevolencia, y que ser justo es algo mas que no cometer injusticias 0 no hacer dafio. EI principio de proporcionalidad ante los contlictos de intereses Debido a que los animales vertebra- dos son capaces de sentir dolor fisico y sufrimiento emocional** *', el provo- carselos da lugar a conflictos de orden ético que no estan resueltos -atin cuan- do se acepte que acabar con la vida de un animal esté justificado para alimen- tarnos 0 cuando los resultados de una investigacion puedan ayudar a mejorar la salud y la calidad de vida del ser hu- mano 0 de otros animales. Cuando los intereses de los anima- les se contraponen a los de los seres humanos, la balanza no debe inclinar- se con base en la especie sino a favor de la importancia de los intereses que estén en discordia, por lo qué primero es necesario distinguir entre dos tipos de intereses: los vitales (primarios o basicos), que estan por encima de los no vitales 0 secundarios y que se con- sideran prescindibles.? Un interés vital es aquella condicién necesaria para sobrevivir con niveles minimos de bienestar, como tener acceso al agua y al alimento, no sufrir dolor, heridas ni enfermedades, tener acceso al suefio y al descanso, poder resguardarse del clima, poder moverse libremente sin estar atado, no sufrir maltrato, vivir libre de miedo y ansiedad.** De modo PeRSPEcTIvas BioeTiCAS© 2007 EDICIONES DEL SIGNO AND 12 Ne 22: 77-88 que cuando entran en conflicto inte- reses que jerarquicamente son menos importantes que los vitales, deben su- bordinarse a éstos, otorgandole priori- dad a los intereses vitales, sean de los humanos 0 de los animales. A esto se le conoce como “principio de propor- cionalidad”, que a su vez se apoya en el de justicia y en la consideracion de los intereses de todos. Cuando el conflicto es entre intere- ses vitales o del mismo nivel de impor- tancia de humanos y animales, se da prioridad a los intereses humanos, por solidaridad con nuestra especie; pero, entonces, debe aplicarse simultanea- mente el principio de minimo dafio a los animales cuyos intereses se veran subordinados a los de los seres huma- nos. A su vez, si el conflicto es entre intereses vitales de los animales frente a intereses secundarios de los seres hu- manos, tendran prioridad los intereses vitales de los animales. Principio de beneficencia o benevolencia Este principio pertenece a una ética supererogatoria, por lo que obliga solo en conciencia. Se refiere no sdlo a no dafiar a los animales sino a maximizar su bienestar fisico y emocional**, man- teniéndolos en 6ptimas condiciones, enriqueciendo su ambiente, permitien- do que se ejerciten, que expresen com- portamientos naturales necesarios para ellos, asi como que interacttien con otros individuos.*? Casi ninguna de nuestras acciones hacia los animales contempla este principio. La mayoria de ellas se reducen al de minimo dafio Perspectivas sioéticas | 85 y en pocas ocasiones al de justicia, lo que indica que todavia nos falta mu- cho para tener una conciencia ética lo suficientemente amplia para incluir a los animales no humanos en nuestro circulo de consideracion moral. El principio de autonomia practica- mente no puede aplicarse con los ani- males, porque al tener ellos estatus de pacientes morales (como los humanos que no pueden ejercer su autonomia) no pueden dar a conocer su voluntad ni manifestar su consentimiento sino que alguien debe decidir por ellos, ya sea la persona que los tiene bajo su cuida- do, el médico veterinario 0 quien ejer- ce sobre ellos el derecho de posesién ~y que en lugar de “duefio” deberia Ila- marse “tutor”. Sin embargo, se puede proponer el principio de “respeto por el otro”, que algunos incluyen dentro del principio de no maleficencia. El principio de respeto se puede funda- mentar en la nocién de la _reverencia por la vida de Schweitzer" y en el re- conocimiento del diferente, ya que las diferencias (aunque sean gendmicas) no deben ser empleadas como argu- mento para menospreciar o explotar a los otros. Obligaciones minimas que tenemos con los vertebrados no humanos En nuestras relaciones con los ver- tebrados que poseen sensibilidad y ca- pacidad de darse cuenta de lo que pasa en su entorno®, estariamos obligados a aplicar los principios de minimo dafio y de justicia. Si la actividad a la que son sometidos los animales -ya sea con fines de tra- Perspectivas Biceticas® 2007 EDICIONES DEL SIGNO ANO 12 Ne 22: 77-88 86 | PeRSPecTivas BIDETICAS bajo, exhibicién, deporte, espectaculo © entretenimiento- les produce dolor, ansiedad, sufrimiento, 0 les causa he- ridas, lesiones o la muerte, no puede justificarse de ninguna manera, ya que de acuerdo al principio de proporcio- nalidad, un interés no vital de los hu- manos como es la diversion, el entre- tenimiento 0 el deporte no puede estar por encima del interés vital de los ani- males (no sufrir y conservar su vida), y por ello no puede haber atenuantes para justificar actividades como el to- Teo, rejoneo, tiro al pichén, peleas de gallos, de perros, mimeros de circo y otras actividades que se realizan a cos- ta de poner en riesgo la integridad fisi- ca de los animales, asi como tampoco la caceria y la pesca que no se realicen con el fin estricto de obtener alimento. Todas estas actividades no son necesa- rias para los humanos, se puede pres- cindir de ellas sin que se comprometa Notas y referencias bibliograficas la calidad de vida de nuestra especie y, en cambio, si atentan contra los princi- pios de minimo dafio, de justicia y de beneficencia. Conclusiones Una ética antropocéntrica tradicio- nal resulta insuficiente para enfrentar los problemas medioambientales, la defensa de la biodiversidad y las re- laciones con los otros seres vivientes. Para ello, es necesaria una bioética in- cluyente 0 biocéntrica, que se extienda a otros organismos y amplie, asi, nues- tro circulo de obligaciones éticas. Un sistema ético debe ser integrador y no excluyente, en el cual el huma- no ocupe un lugar importante, pero no exclusivo, entre los vivientes y en el cual se subraye la responsabilidad que como especie dominante tenemos en relacién con las demas. I ‘Callicot J.B. En busca de una ética ambiental, en Kwiatkowska T,, Issa J. (comp.) 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