PARA LUCIRSE. PACHO.
JUAN MAGUO
los ambientes más sofisticados. Luga-
res cuyo éxito animaría a los empresa-
rios a abrir otros sitios como el famoso
Chantecler, Ta Ba Rís, Elysée, Royal
Pigalle (regenteado por la misma
empresa dueña del Armenonville),
L' Abbaye, Maipú Pigalle, Tabarin,
Maxim, Moulin Rouge, entre otros.
También los llamados Bailes
del Internado -que los estudiantes
avanzados de la Facultad de Medicina
comenzaron a celebrar en 1914- serían
de relevancia y aportarían nuevos ejes
temáticos al género. El Palais de Glace
y el Pabellón de las Rosas fueron los
primeros locales donde estos se reali-
zaron. Por supuesto, el tango seguía,
además, sonando en clubes, cines,
teatros y cafés de toda la ciudad.
Aunque ya para comienzos de
siglo el bandoneón tenía una fuerte
presencia en los conjuntos ejecutan-
tes, en épocas del Centenario se ins-
taló como un instrumento esencial.
Precisamente un bandoneonista,
Vicente Greco, fue el primero en
llamar "orquesta típica criolla" (luego
"orquesta típica" a secas) a la forma-
ción compuesta por bandoneón, vio-
lín, flauta y guitarra. El músico -un
nombre fundamental de la historia
del tango, al que aportaría obras como
Rodríguez Peña, La Viruta, RacingClub y
Ojos negros- llevó su orquesta al disco
en 1910. A propósito, a partir de ese
año, a las compañías grabadoras que
ya editaban en Argentina (entre las
que se encontraban las grandes Co-
lumbia, Odeon y Víctor) se sumaron
sellos como Favorite Records, Gloria,
Polyphone Records y Atlanta.
Volviendo a las orquestas típicas,
otro bandoneonista que lideró una
de las primeras manifestaciones (en
realidad, un cuarteto de bandoneón,
guitarra, flauta y violín) fue Juan Ma-
glio, apodado Pacho. Maglio, además,
fue uno de los primeros grandes ven-
dedores de discos. La popularidad
del músico llegó a tales extremos que
en 1913 logró tener una serie propia
en Columbia Records, luciendo cada
placa una etiqueta adornada con su
foto y firma. Su formación fue la res-
ponsable de dar a conocer uno de los
mayores sucesos de ese año: El apache
argentino, tango del pianista uruguayo
Manuel Aróztegui. El legado de Pacho
como compositor comprende temas
como Armenonville, Royal Pigalle, Sába-
do inglés y Un copetín.
Con respecto a Greco, muchos
historiadores del género lo señalan
como alguien que definitivamente
incorporó el piano a las orquestas
típicas. Es cierto que lo utilizó, pero es
VICENTE "GARROTE" FUE UNO DE LOS
GRECO BRILLÓ CON GRANDES VENDEDORES
SUS CONJUNTOS EN LA DE LA PUJANTE
ESCENA Y EN EL SURCO. INDUSTRIA DEL DISCO.
el pianista Roberto Firpo quien le dio
jerarquía al instrumento y lo instaló
como un elemento imprescindible
en las formaciones venideras. Firpo
armó su conjunto en 1913, compositor
de El amanecer, Sentimiento criollo, De
pura cepa, Marejada, Alma de bohemio...
Así como Firpo marcó un avance
en el género, Eduardo Arólas, el Tigre
del Bandoneón, amplió los horizontes.
En el lustro 1910-1915 también ins-
criben su nombre artistas definitivos
para la historia del género: Francisco
Canaro (quien en 1908 comenzó la
labor compositiva que lo transformó
en pilar del género), Julio De Caro
(que debutó en 1915 con la orquesta de
Arturo De Bassi), el pianista integran-
te de la orquesta del Taño Genaro Juan
Carlos Cobián; el también pianista
Enrique Delfino.
Finalmente, 1912, año de las gra-
baciones iniciales de Carlos Gardel,
realizadas para el sello Columbia
Record, es también el del debut disco-
gráfico del italiano Ignacio Corsini.
Actor y cantor, Corsini registra
una serie de estilos, valses y cancio-
nes: tal el repertorio característico
de la época, moldeado por voces en _•
a
ascenso que sólo más tarde encontra-
rían en el tango-canción un lenguaje
definitivo.
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