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Este documento discute tres puntos principales sobre la globalización, la cultura del Otro y la traducción del árabe al español: 1) La globalización define conceptos como "civilización" y "cultura" de manera que relega las culturas particulares al ámbito privado. 2) La religión plantea un problema para la globalización, por lo que se la redefine en términos culturales para relativizarla. 3) La traducción del árabe al español se ve influenciada por la compatibilidad o incompatibilidad percibida
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Globalización, cultura del Otro y traducción (Aspectos de
la traducción del árabe al español)
Mohamed El-Madkouri Maatoui- UAM
Este documento discute tres puntos principales sobre la globalización, la cultura del Otro y la traducción del árabe al español: 1) La globalización define conceptos como "civilización" y "cultura" de manera que relega las culturas particulares al ámbito privado. 2) La religión plantea un problema para la globalización, por lo que se la redefine en términos culturales para relativizarla. 3) La traducción del árabe al español se ve influenciada por la compatibilidad o incompatibilidad percibida
Este documento discute tres puntos principales sobre la globalización, la cultura del Otro y la traducción del árabe al español: 1) La globalización define conceptos como "civilización" y "cultura" de manera que relega las culturas particulares al ámbito privado. 2) La religión plantea un problema para la globalización, por lo que se la redefine en términos culturales para relativizarla. 3) La traducción del árabe al español se ve influenciada por la compatibilidad o incompatibilidad percibida
Globalizacin, cultura del Otro y traduccin (Aspectos de
la traduccin del rabe al espaol)
Mohamed El-Madkouri Maatoui
UAM
En la semitica de la reivindicacin de los movimientos culturales y sociales
de la antiglobalizacin, el problema de la identidad se plantea como el acicate de la movilizacin. Se trata pues de la reclamacin de la individualizacin, eso es de la conservacin de lo particular, de lo idiosincrsico, de lo propio,... en suma de la identidad. Todo ello dentro del marco ecolgico. En este aspecto, la ecologa es lo opuesto de la globalizacin. Ahora bien, desde el punto de vista de la relacin entre globalizacin, ecologa e identidad existe una crisis de traduccin. La globalizacin obliga a la adopcin, a la apertura, a la eliminacin de las fronteras culturales particulares y al aprendizaje. La ecologa en cambio reivindica la crtica, la conservacin, la identidad y por ende el individualismo que slo puede comunicarse mediante la traduccin. No obstante, el aprendizaje no es tarea del globalizador sino del globalizado, son los otros los que tienen que aprender. Las culturas particulares, tradicionalmente traducibles, se relegan con la globalizacin al rincn de lo extremadamente privado, desapareciendo con ello de la esfera pblica propia. Una de las estrategias retricas de este fenmeno es la redefinicin de algunos conceptos claves. Civilizacin ha cambiado de sentido para poder designar una civilizacin en concreta. Las otras, hasta muy poco tambin civilizaciones, se han convertido semiticamente en culturas. Por ello, en varios tipos de discurso, los trminos civilizacin y cultura son antnimos entendindose la primera como universal y universalizable y la segunda como una fase pre- civilizacional. Cultura como su nombre indica tiene que ver con el cultivo, con la agricultura, mientras que civilizacin viene de civitas y corresponde al estilo de vida de la ciudad. En el mbito del mediterrneo, se ha pasado de culturas a civilizaciones. Dos grandes componentes han permanecido como soporte de la mediterraneidad: la civilizacin grecorromana y la cultura semita. (Racionero, 1991: 24). La cultura, segn este punto de vista, se relaciona con el pastoreo y la labranza, implcitamente circunscritas a una tierra, mientras que la civilizacin se realiza en ambiente mvil, interralacional y sujeto a continuos cambios que es la ciudad. La cultura, por tanto, cae dentro del Revista de Retrica y Teora de la Comunicacin Ao III n 5 Diciembre 2003 pp. 135-140 www.revista-logo.org
ambito de especialidad de la geografa fsica descriptiva de lo inmvil,
mientras que la civilizacin al ser urbana compite la geografa humana estudioso de todo lo relacionado con el hombre y su espacio. Al ser as, es ms lgico que la civilizacin, por crecimiento urbano, englobe a la cultura, y no al reves. El nico movimiento que puede darse en sentido contrario es l de la emigracin del campo a la ciudad y de la cultura a la civilizacin. De ah la inquietud poco disimulable en algunos discursos polticos y mediticos ante el fenmeno de la inmigracin. Pues sta, siguiendo la hiptesis anterior, ruraliza la ciudad, culturiza la civilizacin. Y esto es malo por ser regresivo si empujamos hasta sus ltimas consecuencias el anlisis de las repercusiones que oponen cultura a civilizacin circunscribiendo la primera al sur y la primera al norte. El que vivan ya cuatro o cinco millones de musulmanes en el lado norte del Mediterrneo complica an ms las cosas (Racionero, 1991: 28). Esta crisis es consecuencia de que la globalizacin como construccin retrica no se corresponde con un contenido lingstico claro y transparente. La Globalizacin, como proyecto geopoltico y econmico unidireccional pretende suprimir unas fronteras consolidando con sus escombros otras. Si las fronteras del mundo moderno son arbitrarias porque han sido inventes par les hommes dtat et par les militaires pour oprimer les peuples (Brues y Vallaux, citados por Foucher, 1991:15), las que pretende instaurar la Globalizacin son an ms absurdas si intentamos entenderlas segn las canones tradicionales del concepto de frontera. Si bien es verdad que las fronteras siguen haciendo referencia al espacio, sus lneas son difcilmente trazable sobre un espacio fsico concreto. Ahora, el espacio no es el fsico, la nocin de espacio ha introducido en su configuracin otros rasgos distintivos que entran en conflicto con los tradicionales. Ante el espacio era exclusivamente geogrfico, ahora es una especie de dimensin mesurable en trminos econmicos y de influencia poltico. De all, la crisis. Por una parte se pretende liberar el comercio de fronteras, y por otra se impide que las personas (pobres) se trasladen de un sitio para otro. Es decir que se pretende globalizar la exportacin y fronterizar las importaciones. Convencer de ello, es una cuestin de retrica. Con la publicacin del libro de Huntington sobre el choque de civilizaciones se abre un parntesis en esta concepcin. La de los otros recupera tambin la denominacin de civilizacin, pero se la asocia con todo un campo lxico-semntico relativo a la metfora de la guerra. A partir de ahora, (...), el campo de batalla est en las civilizaciones; la cultura y la religin pesarn ms en los pueblos que las ideologas dice Abc cultural en su presentacin del ensayo del autor americano. El trmino cultura tampoco escapa a la redefinicin. La cultura es slo el resultado o efecto de cultivar Revista de Retrica y Teora de la Comunicacin Ao III n 5 Diciembre 2003 pp. 135-140 www.revista-logo.org
los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio las
facultades intelectuales del hombre, ni el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artstico, cientfico, industrial, en una poca o grupo social, etc., sino que viene en muchas ocasiones a solapar el sentido de la palabra religin. En algunas manifestaciones del discurso periodstico o incluso poltico espaol, la cultura es un eufemismo para designar la religin. Esta asociacin entre cultura y religin no es ajena a las obligaciones y compromisos semiticos con la globalizacin. El lenguaje de la hipocresa es, hoy por hoy, el lenguaje comn y banal de polticos e idelogos de ese frente occidental. Se creen portaestandartes del progreso y de la razn, enfrentndose en cruzada contra el fanatismo y el fundamentalismo (Trias, 1991: 32). No obstante, ms all de la metforas y de la crtica moral del lenguaje, est el inters. El lenguaje, en boca de los polticos y de los idelogos aludidos, es un medio formado por un conjunto de estrategias retricas para fraguar y consolidar identidades. Tngase en cuenta que la globalizacin es ante todo una construccin lingstica formado ex proceso. El lenguaje es el nico que puede objetivar o relativizar cualquier fenmeno de naturaleza humana, incluido cambiar su sentido. Ahora bien este poder de cambio est relacionado con la supremaca sobre el Otro. Porque el que puede cambiar el lenguaje est claro que tiene el poder (Muoz-Alonso, 2000: 17). Las civilizaciones y culturas, sin menoscabo de lo afirmado por algn autor citado, son mutables, cambiables y traducibles, las religiones son reacias al cambio y a la traduccin. Las culturas y civilizaciones, adems, pueden tener un sentido universal por s mismas, las religiones slo tienen sentido para los que las profesan. De all, el problema de la globalizacin con la religin. La religin supone para muchos puebles, incluidos algunos europeos, un elemento de identificacin de primer orden, dice un catedrtico de Derecho Constitucional. Para sortear dicho problema se precisa relativizarla, y as lo hace la globalizacin, redefinindola en trminos culturales. En noviembre de 1994, por ejemplo, la ministra espaola de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, firm con representantes de 17 comunidades autnomas un acuerdo sobre proteccin de la cultura y la imagen de las minoras tnicas en los medios de comunicacin social (Baon, 2002: 77): La declaracin firmada deja constancia del problema que supone `la existencia de prejuicios y estereotipos hacia personas o grupos en razn de su pertinencia a una etnia o cultura diferenciada, al tiempo que manifiesta la conviccin de la `influencia que los medios de comunicacin social tienen sobre la sociedad as como sobre el propio potencial educativo de dichos medios (El Pas, 5 de noviembre de 1994) Revista de Retrica y Teora de la Comunicacin Ao III n 5 Diciembre 2003 pp. 135-140 www.revista-logo.org
La incompatibilidad cultural asociada a los inmigrantes procedentes
de pases de religin musulmana es la metfora de esta crisis que supone la religin para la globalizacin. Tngase en cuenta que en este caso, como en l de la globalizacin general, el proceso globalizador pasa por la asimilacin sintetizadora y no por la integracin ecolgica. Aquellos aspectos inasimilables son sencillamente eliminados o, cuando son reacios, condenados. Se trata, en suma de un fenmeno de culturofagia. Este mismo fenmeno es notorio tambin en la traduccin del rabe al espaol. La compatibilidad es una condicin necesaria para la presentacin de los rasgos literarios del otro. Pero tambin existe otro factor determinante de la reproduccin del otro: la presentacin de la incompatibilidad. Esta ltima es muy presente, por ejemplo, en la traduccin intratextual de los medios de comunicacin. Son pues dos, los principios que condicionan la traduccin del rabe al espaol: o es una aceptacin a ultranza (principio de compatibilidad) o es un rechazo categrico (principio de incompatibilidad). Esta comunicacin tiene como objetivo, pues, analizar la traduccin del rabe al espaol, desde un punto de vista semitico: Cules son los criterios de traduccin y como se determinan? Cmo se traduce y con que finalidad? cmo se resuelve el conflicto ideolgico y religioso entre el yo y el otro cuando se da en la traduccin?