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• Saludo a los participantes

LA IGLESIA EN ESTADO DE MISIÓN


“Lectio Divina” • Canto:
para la Oración y Formación Inicial • Invocar la luz y la fuerza del Esp. S.(oración inicial del folleto de Lectio divina o semejante)
en la Escuela de Discípulos (Esc. de la Palabra) • Entronización de la Palabra de Dios con el Cirio Pascual en el centro de la reunión
y la Escuela de Misioneros (Esc. de Apóstoles)
1er. Paso: LECTURA (Lectio)
DESDE NUESTRO CONTEXTO
Animador(a): Leemos el siguiente relato:
EN LA CIUDAD DE MÉXICO Génesis 14,18-20 El pelícano
X Dom. Tpo Ordinario - Corpus Christi (C) I Cor 11,23-26 Desde los primeros siglos del cristianismo, el pelícano, el ave que vemos
abundante en nuestras lagunas desde los meses de septiembre hasta marzo-
6 de Junio de 2010 Lucas 9,11b-17
abril, con una gran bolsa o papada debajo de su largo pico, ha sido
considerado el símbolo de Jesús-Eucaristía. En la Edad Media empezó a
“DENLES USTEDES DE COMER” abundar la figura del pelícano en el arte cristiano, en todas las partes en las
que se quisiera señalar una referencia a la Eucaristía: en la puertecita de los
sagrarios, en la misma Hostia que consagra el sacerdote, en el altar, en algunos vitrales, en los
” ornamentos litúrgicos… Veamos el motivo:
La alimentación del pelícano depende fundamentalmente de los peces que con largo pico consigue
pescar: generalmente se lanza en picado sobre algún pez que descubre en la laguna, o sencillamente
un grupo de pelícanos rodean un banco de peces que logran atisbar. Llenan su buche de agua, junto
con algún pececillo y posteriormente expulsan el agua alimentándose de esos peces. Las crías deben
ser alimentadas un cierto tiempo por las capturas que hacen sus padres y que reservan en su buche.
Pero cuando las temperaturas bajan de manera drástica y los peces empiezan a desaparecer de la
superficie de los lagos, o la superficie se congela, como ya les es imposible pescar, deben emigrar
hacia latitudes más cálidas en donde asegurar su subsistencia. Por eso los vemos en nuestras lagunas
durante el invierno, procedentes del norte de Canadá.
Sin embargo, cuando por un descuido, o porque el tiempo de calor se ha prolongado más de lo debido,
los pelícanos ponen sus huevos en los lugares fríos y llega el invierno de improviso, nunca las madres
abandonan a sus crías a su suerte, pues saben que, sin poder alimentarse, acabarían muriendo. Por
eso, permanecen junto a ellas haciendo lo posible por alimentarlas a pesar de la escasez de peces o
incluso de otro animal que logren capturar. Pero cuando el frío se vuelve extremo y la comida
desaparece, entonces la madre pelícano se queda ya junto a sus hijos para protegerles del frío con su
cuerpo. Entonces, con su propio pico revienta su pecho, de manera que, de la sangre caliente que
brota de su cuerpo, las crías se vayan alimentando… hasta que la madre poco a poco muere, anémica y
desangrada. Todavía después las crías siguen alimentándose de la carne de la madre… hasta que pasa
el periodo de escasez extrema y pueden salir del nido a capturar algún animalito o algún pez por sí
mismos. El Cuerpo y la sangre del Pelícano es la vida de sus hijos. La entrega de la madre
llega al extremo de ser su alimento vital.
Respondemos en comunidad las siguientes preguntas:
1. ¿Qué te parece el instinto del pelícano de no abandonar a sus crías?
2. ¿Cómo ves que, una vez que se queda con ellas, está dispuesto a darles toda su vida?
3. Explica por qué se parece la historia del pelícano a la eucaristía
4. ¿Qué otras conclusiones podrías sacar del comportamiento del pelícano?

Una historia de evangelización


Cuando en el siglo XVIII y XIX los estados de Europa comenzaron a colonizar muchos países de África,
Palabras clave: "COMPARTIR — ALIMENTO" llegaron a esas tierras también muchos misioneros. En sus centros misioneros, escuelas e internados
llevaron a esos pueblos muchos valores culturales y el tesoro de la fe. En general los indígenas
OBJETIVO: “Motivarnos a continuar la Fiesta de la Eucaristía en nuestras vidas consideraban explotadores a los colonializadores. Pero pronto veían que los misioneros eran algo
cotidianas para compartir el pan de Jesús con los más pobres y necesitados” distinto: eran para los indígenas amigos y colaboradores de verdad.
Preparar: Biblia — velita — Cruz — poncho o manta — panecitos de cartulina — En aquel lugar unos misioneros muy buenos habían construido un centro al borde de la jungla. Para
protegerlo contra los animales salvajes lo habían rodeado de fuertes troncos formando una cerca. El
marcadores — alfileres. espacio pronto se convirtió en una escuela a la que invitaron a los niños de los poblados cercanos.
También acudían adultos para aprender la instrucción general y las cosas de la fe. Así que en pocos
años tenían un gran pozo con agua y herramientas para el cultivo de los campos, habían acabado con 2o. Paso: MEDITACIÓN (Meditatio)
el hambre y la sequía, y la mayoría se había ido bautizando. DESCUBRAMOS JUNTOS LO QUE
La mayoría… menos algunas personas que todavía seguían fieles al brujo del lugar que siempre que
podía azuzaba a la gente contra los misioneros. El cacique de la zona era uno de los que seguía pres- DIOS NOS QUIERE DECIR EN ESTE
tándole toda la atención. Desde luego, no permitía que sus hijos y sus guardias fueran bautizados. Y RELATO: Animador(a)
sin embargo aceptó que su hijo mayor fuera a la escuela de los misioneros para aprender sus secretos. 1. ¿Por qué quieren los discípulos que Jesús despida a la
Este muchacho, muy inteligente desde niño, aprendía cada detalle, y por supuesto, captaba las cosas multitud?
de Dios. De esa manera en su interior fue creciendo un deseo irresistible de recibir el bautismo y sobre
todo el sacramento de la eucaristía, aún sabiendo que eso jamás lo toleraría su padre.
2. ¿Cuántos panes y pescados tenían los discípulos? ¿Se
Llegó el día en que los misioneros organizaron la Primera Comunión de los niños que habían sido puede alimentar a 5,000, más mujeres y niños, con esa cantidad?
bautizados. El hijo del cacique no soportaba no poder hacerla también él… pero sabía que estaba 3. ¿Qué hace Jesús con el alimento que le dan sus
excluido. Suplicó que al menos en la solemne procesión en la que los niños salían desde la escuela y se discípulos?
dirigían al templo atravesando el jardín, a él le permitieran llevar el estandarte con la figura de un
pelícano alimentando a sus crías. El muchacho iba diciendo en su corazón: “Tú sabes, Jesús cuanto
4. Ir a Misa todos los domingos y recibir la Eucaristía es algo muy bueno, pero:
anhelo que vengas a mí. Tú sabes lo que te quiero y como desearía hoy comulgarte. Envidio a estos ¿Se nota en nuestra vida cotidiana que recibimos el Cuerpo del Señor? ¿Nos preocupamos de
muchachos que hoy tendrán la dicha de recibirte. ¿Porqué no me lo permites también a mí?” compartir con los más pobres?
De repente se escuchó como una estampida y gritos como de guerra. Todos los conocían muy bien, y 5. Jesús les dijo a sus discípulos: “Denles ustedes mismos de comer”: ¿Vale de
entendieron que era el cacique con sus guardias, que venían a la misión a impedir las Primeras algo lo poquito que tenemos? ¿Lo ponemos en las manos de Jesús para ayudar a los demás?
Comuniones. Todo el mundo corrió asustado a refugiarse donde pudo mientras los guardias saltaban la
cerca y disparaban sus flechas envenenadas. Los misioneros aparecieron con la custodia en alto en
Unamos “miremos juntos nuestra realidad” con el Evangelio.
medio de los guerreros que, al ver ese gesto de valentía y confianza, se estremecieron de pánico y
huyeron despavoridos temiendo el mayor castigo de los dioses.
Escribe algunas ideas fundamentales que te impacten
Mientras tanto nadie se había dado cuenta que allí, al pie de las gradas del templo había caído el hijo
del cacique con su estandarte, atravesado desde la espalda por una flecha envenenada. Corrió hacia él
uno de los misioneros. Respiraba ya con mucha dificultad. Sabía que su fin era inmediato. De manera
susurrante solo acertaba a decir: “Tú sabes, Jesús, cuanto anhelo que vengas a mí. Tú sabes lo que te
quiero y cómo desearía hoy comulgarte…” Y después, dirigiéndose al misionero le dijo: “Padre, no me
quiero morir sin bautizar y sin recibir a Jesús”. Inmediatamente le trajeron al misionero un poco de
agua del pozo. Le bautizó, y de la misma custodia tomó un trozo de la Hostia para que comulgara. El
muchacho continuó diciendo: “Gracias Jesús: “Tú sabes cuánto he esperado este momento, cuánto he
deseado que vinieras a mí… ¡Te amo!” Y cayendo su cabeza hacia un lado, expiró.
Varios fueron a suplicar al cacique que viniera. Al ver a su hijo en las escaleras del templo, junto al ____________________________________________________________________________
estandarte, se dio cuenta que él mismo había disparado la flecha mortal. En realidad había sido el
único que había muerto. ¡Había matado a su propio hijo!. El cacique no podía soportarlo: cayó de
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rodillas junto a él y quedó descorazonado, deshecho… pero poco a poco fue recuperando la serenidad, ____________________________________________________________________________
hasta que su rostro se iluminó de repente. “Espéreme por favor, Padre” –le dijo al misionero. Se ____________________________________________________________________________
levantó rápidamente y reuniendo a los guardias les dio la orden de sacar inmediatamente al brujo lejos
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de la ciudad. Mientras tanto él volvió al templo, pidió que envolvieran a su hijo en una sábana blanca,
que lo pusieran al pie del altar. Suplicó al misionero que le bautizara, que le permitiera entrar con ________________________________________________________________________
todos a recibir la Primera Comunión. Después de la comunión le pidió al sacerdote si podía decir unas
palabras. Fueron las siguientes: “Hoy es el día más grande de la historia de este Poblado. COMENTARIO A LA PALABRA: Contrasta con la meditación que ya has hecho
Porque hoy Dios se ha hecho presente entre nosotros. Dentro de nosotros, ha hecho de I. Lucas ha presentado la multiplicación de los panes como una Eucaristía. En este sentido podemos
todos Uno. Y de manera especial se lo agradezco a mi hijo, que con su vida unida a la de hablar que este gesto milagroso de Jesús ya no se explica, ni se entiende, desde ciertos parámetros de lo
Jesús, en la comunión y en la muerte por él y por todos nosotros, me ha hecho comprender mágico o de lo extraordinario. Los cinco verbos del v. 16: “tomar, alzar los ojos, bendecir, partir y dar”,
que vive verdaderamente el que está en Cristo. Mi hijo no ha muerto: vive entre nosotros denotan el tipo de lectura que ha ofrecido a su comunidad el redactor del evangelio de Lucas. Quiere decir
para indicarnos el camino. ¡Que jamás Jesús deje de ser el centro de este pueblo!” La fiesta algo así: no se queden solamente con que Jesús hizo un milagro, algo extraordinario que rompía las leyes de
en ese pueblo ya no tuvo fin. la naturaleza (solamente tenían cinco panes y dos peces y eran cinco mil personas). Por tanto, ya tenemos
una primera aproximación. Por otra parte, es muy elocuente cómo se introduce nuestro relato: los acogía, les
hablaba del Reino de Dios y los curaba de sus males (v.11). Por tanto la “eucaristía” debe tener esta
ESCUCHEMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS dimensión: acogida, experiencia del Reino de Dios y curación de nuestra vida.
Cinco panes y dos pescados… nada para tanta gente… a menos que esté Jesús. Abramos II.- Sabemos que el relato de la multiplicación de los panes tiene variantes muy señaladas en la
nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno de alabanza. (Mientras, el lector tradición evangélica: (dos veces en Mateo: 14,13-21;15,32-39); (dos en Marcos: 6,30-44; 8,1-10); (una
en Juan, 6,1-13) y nuestro relato. Se ha escogido, sin duda, para la fiesta del Corpus en este ciclo por ese
toma solemnemente la Palabra de Dios) carácter eucarístico que Lucas nos ofrece. Incluso se apunta a que todo ocurre cuando el día declinaba, como
Lector(a): Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9,11b-17 en el caso de los discípulos de Emaús (24,29) que terminó con aquella cena prodigiosa en la que Jesús
Hacemos silencio para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros corazones... resucitado realiza los gestos de la última Cena y desaparece. Pero apuntemos otras cosas. Jesús exige a los
discípulos que “ellos les den de comer”; son palabras para provocar, sin duda, y para enseñar también. El Finalizamos cantando
relato, pues, es pedagógico
III.- La Eucaristía: acogida, experiencia del Reino y curación de nuestra vida. Deberíamos centrar la
explicación de nuestro texto en ese sumario introductorio (v. 11), que Lucas se ha permitido anteponer a la
descripción de la tradición que ha recibido sobre una multiplicación de los panes. Si la Eucaristía de la
comunidad cristiana no es un misterio de “acogida”, entonces no haremos lo que hacía Jesús. Muchas TEMA PARA LA FORMACIÓN INICIAL (“Esc.de Discípulos”)
personas necesitan la “eucaristía” como misterio de acogida de sus búsquedas, de sus frustraciones, de sus La procesión del Corpus Christi
anhelos espirituales. No debe ser, pues, la “eucaristía” la experiencia de una élite de perfectos o de santos.
También debe ser “experiencia del Reino”; el Reino anunciado por Jesús es el Reino del Padre de la I.- Nos hace descubrir que somos peregrinos sobre la tierra; no tenemos aquí patria alguna
misericordia y, por tanto, debe ser experiencia de su Padre y nuestro Padre, de su Dios y nuestro Dios. Y, permanente; somos los que cambian, los que, errantes, andamos por el espacio y el tiempo, los que
finalmente, “curación” de nuestra vida, es decir, experiencia de gracia, de encuentro de fraternidad y de siempre están en camino, y que buscan todavía su patria propia y el descanso eterno; somos los que
armonía. Muchos vienen a la eucaristía buscando su “curación” y la Iglesia debe ofrecérsela, según el deben dejarse transformar, porque ser hombre significa dejarse transformar, y perfección, haberse
mandato mismo de Jesús a los suyos, en el relato: “denles ustedes de comer”. transformado. Nuestra temporalidad y los distintos lugares donde se desarrolla nuestra existencia se
manifiestan a través de una procesión. Pero esta marcha no es la de una manada, y este movimiento
3er. Paso: ORACIÓN (Oratio no es sólo la huida en masa de los atormentados, a través del tiempo y del inhospitalario desierto de
Animador(a): Elevemos nuestras oraciones comunitarias al Padre (respondemos nuestra existencia: una procesión es un movimiento de los que se sienten verdaderamente unidos; es
según la intención: Te pedimos,Señor o te damos gracias,Señor. Se pueden hacer oraciones una suave corriente de tranquila majestad; una marcha en la que los caminantes se cogen dulcemente
de Alabanza. Decimos las Palabras que Jesús nos enseñó: PADRE NUESTRO… las manos y de la que no se excluye a nadie y que bendice aun a los que miran sin comprender nada;
es un movimiento que lleva consigo lo santo, lo eterno, que tiene consigo la tranquilidad del
4º. Paso: CONTEMPLACIÓN (Contemplatio) movimiento y la unidad de los que se mueven. El Señor de la historia y de este éxodo santo del
destierro a la patria eterna, va con nosotros; es una marcha eterna, una procesión que tiene
Gesto: Idea: Nuestro gesto de hoy nos ayudará a recordar a quienes Jesús quiere
verdaderamente una meta ante sí y consigo. Desde ese punto de vista comprendemos lo que la
ayudar con los procesión dice en particular: Nos habla de la eterna presencia del pecado de la humanidad en su
dones que nos ha dado. historia y en nuestra propia historia, en la historia de mi vida. En esta marcha llevamos el cuerpo que
Materiales: Cartulina (Blanca, de ser posible), marcador/es (color negro, rojo, azul, fue entregado por nosotros. La cruz del calvario viene con nosotros. El signo que hace a la humanidad
etc.), un poncho o manta, alfileres. culpable de la muerte de Dios; el cuerpo y la vida que hemos empujado a la muerte. Tenemos siempre
Preparar antes: Con la cartulina se hacen figuras que representen a panes (tamaño de con nosotros al crucificado en la marcha a través de nuestro tiempo, nos dice esta procesión de los
una tortilla mediana de panadería) pecadores; y cuando andamos por nuestras calles y vemos fachadas tras las cuales habita el lujo
Tarea: Se cuelga el poncho o manta sobre la pared (como si fuera un tapiz), el pecaminoso, la desgracia pecaminosa y la oscuridad de los corazones, pasamos ante las
animador toma los panes dibujados en cartulina y con el marcador cada uno de los participantes escribe manifestaciones siempre nuevas de este pecado del mundo y anunciamos su muerte y la nuestra de la
para quien considera que debe ser ese pan (ejemplo: pobres, ancianos, niños abandonados, presos, etc), que todos nos hemos hecho culpables. Por medio de esta procesión, que tiene consigo al crucificado,
luego con un alfiler lo pone en el poncho o manta. Por cada persona que hace el gesto todos repiten: confesamos que somos pecadores, y que tenemos que expiar hasta el fin la culpa de la humanidad y la
“Enseñanos a compartir el pan. ¡Ven Señor Jesús!”. nuestra propia. Confesamos que vamos siempre por los caminos del error, de la culpa y de la muerte,
por los caminos que, en virtud de aquel que los anduvo sin pecado por nosotros y con nosotros - en el
5º. Paso: ACCIÓN (Actio) sacramento y en su gracia del Espíritu -, se han convertido en caminos de salvación para los que creen
con amor, que reciben este sacramento y lo llevan consigo en sus oscuras sendas.
Animador(a): Es el momento de propósitos y compromisos concretos a
partir de lo que hoy hemos orado y contemplado. Testimonio II.- La procesión nos habla de la presencia permanente de la reconciliación en los caminos de
de vida: Pobre y humilde Alegre y entusiasta nuestra vida. Nos dice: Él va con nosotros; Él, la reconciliación; Él, el amor y la misericordia. Él, que
nos sigue, Él, que nos persigue con la terquedad de su amor, mientras somos peregrinos en esta tierra,
Orante, Evangelizadora
que nos persigue aún cuando andamos por caminos tortuosos y perdemos la dirección (…): estamos
Fraterna y trabajadora y comprometida
acompañados por aquel que con su sola compañía puede hacer todos los caminos rectos.
De manera especial en el día de hoy: ¿Estoy dispuesto a
darle a mi vida un talante de acción esperanzada y III.- La procesión nos habla del feliz milagro por el que, desde la encarnación, la muerte y la
resurrección de Cristo, nuestro «movimiento» no solamente se mueve hacia el fin, sino que se mueve
comprometida, com motivación profunda para ser testigo?
dentro del fin mismo. El fin de los tiempos ha llegado ya. Nosotros, peregrinos extraviados, llevamos
en las manos al que es el fin y la meta misma. Levantamos el cuerpo en el que la divinidad y la
humanidad se han unido ya indisolublemente; llevamos el cuerpo glorioso (si bien todavía oculto bajo
6º. Paso: ANUNCIO (Evangelizatio) los velos de este mundo) en el que el mundo ha comenzado a ser glorificado en un trozo que le
¿Cómo estoy dispuesto a convertir en anuncio explícito el evangelio que hoy pertenece, y a llevarse a la eterna e inaccesible luz de Dios mismo. La procesión del Corpus Christi
significa que el movimiento del mundo ha entrado en su última fase; ese movimiento, como totalidad,
he meditado?¿En que contextos específicos y a qué personas estoy dispuesto no puede errar el blanco ; el lejano fin de este movimiento de todos los siglos ha entrado en este
a anunciar la faceta de Jesús y de mi propia vida que hoy he orado? ¿Tengo movimiento mismo y ha entrado en él no sólo como promesa y futuro lejano, sino como realidad
en cuenta que no sólo se trata de “dar a los otros lo contemplado”, sino que se presente. Et antiquum documentum novo cedat ritui, cantamos en esta ocasión, y debíamos
supone que he contemplado lo que los otros necesitan? ¿Cómo me preparo y comprender también todo su sentido. La alianza de la promesa, la alianza de los tanteos y de la
colaboro remota y próximamente con el Ministerio de la Palabra? provisionalidad, la historia que estaba abierta y que buscaba su fin vacilando, ha pasado ya. Lo eterno,
lo definitivo, Dios mismo, está ya ahí. En aquel misterioso momento en el que tiempo y eternidad,
tierra y cielo, Dios y hombre - acercándose desde dos lejanías separadas por una infinitud - comienzan
a penetrarse, en aquel mismo momento y lugar sucede la procesión que lleva el cuerpo del Señor y es Sin embargo entre todos estos modos y grados sobresale el que se produce bajo los signos sacramentales del pan y
a su vez, la expresión de ese momento y punto. Novum parcha novae legis phase vetus terminat: la del vino consagrados por la acción santificadora del Espíritu. Nos referimos a la presencia llamada "real" por
antonomasia, presencia "verdadera" y "substancial", expresada y realizada eficazmente según la fe de la Iglesia.
nueva pascua de la nueva ley ha puesto fin a la antigua. La procesión, que lleva el cuerpo de aquel que Aquel cuya delicia es "estar con los hijos de los hombres" (cf. Pr 8,31) lleva dos mil años poniendo de manifiesto de
inseparablemente y para siempre es Dios y hombre, que lleva el cuerpo del que ya es glorioso, nos dice modo especial en el misterio de la Eucaristía que la "plenitud de los tiempos" (cf. Gál 4,4) no es un acontecimiento
que nuestro movimiento ha llegado ya a su fin, misteriosa pero verdaderamente. pasado sino una realidad en cierto modo presente mediante los signos sacramentales que lo evocan y perpetúan. Esta
presencia permanente de Jesucristo en la Eucaristía hacía exclamar a Santa Teresa de Jesús: "Hele aquí compañero
IV.- Esta procesión nos habla también de la unidad que reina entre los que se mueven. El nuestro en el Santísimo Sacramento, que no parece fue en su mano apartarse un momento de nosotros".
movimiento de la humanidad a través de su historia, de sus culturas, naciones, guerras y caídas no es
MIÉRCOLES: LA EUCARISTÍA, ALIMENTO DE LOS QUE PEREGRINAN
solamente un desordenado y caótico entremezclarse, en sus veloces carreras, de los atormentados por
Pero la Eucaristía es también el pan que sostiene a cuantos peregrinamos en este mundo, como lo fue para Elías en el
las necesidades de la vida, por ideales utópicos, y poderes demoníacos. El movimiento de los hombres
camino hacia el monte Horeb (cf. 1 Re 19,4-8): "(Oh sagrado banquete, en que Cristo es nuestra comida, se celebra el
tiene su unidad. Somos un mismo cuerpo, los que comemos un mismo pan -dice san Pablo -. Es signo memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!". Los signos elegidos por el
de la unidad, vínculo del amor - dice san Agustín -, el cuerpo que los peregrinos de la historia llevan Señor, el pan y el vino, denotan el carácter de la Eucaristía vinculado a nuestra vida espiritual como lo es la comida y
con fe y amor en santa procesión y lo levantan para bendecir la tierra, en la que ganan su pan la bebida naturales para nuestro cuerpo. El mismo Cristo lo anunció así: "Si no comen mi Carne y no beben mi Sangre
miserablemente, que ávida bebe su sangre y sus lágrimas, para hacer entrar al fin - sólo no tendrán vida en ustedes; el que come mi Carne y bebe mi Sangre tiene la vida eterna" (Jn 6,54-55; Cf. Jn
6,27.35.57-59). La Eucaristía es invitación a todos los que están cansados y agobiados o tienen hambre y sed de
provisionalmente - a su cuerpo en la historia general, y aparentemente sin fin, de la naturaleza.
salvación (cf. Mt 5,6; 11,28); en cualquier necesidad de bienes básicos para vivir, de salud y de consuelo, de justicia y
KARL RAHNER de libertad, de fortaleza y de esperanza, de misericordia y de perdón. Por eso es alimento que nutre y fortalece al
niño,al joven que se inician en la vida cristiana, al adulto que experimenta su debilidad y, de modo singular es
CURSO DE ORACIÓN APOSTÓLICA para la “ESC DE MISIONEROS” "viático" para quienes dejan este mundo.
Complemento a la FORMACIÓN BÁSICA La comunión sacramental produce tal grado de unión personal de los fieles con Jesucristo que cada uno puede hacer
suya la expresión de San Pablo: "Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí" (Gál 2,20). La comunión
LA EUCARISTÍA, CENTRO DE LA COMUNIDAD CRISTIANA eucarística se convierte así en germen de resurrección y en soporte de nuestra esperanza en la transformación futura
LUNES: EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN Y EL MISTERIO DE LA EUCARISTÍA, EN EL ES de nuestros cuerpos mortales ( Cf. Jn 6,40.44.55; 1 Cor 15,42-44). Pero al mismo tiempo hace de nosotros un solo
cuerpo en Cristo (cf. 1 Cor 10,16-17) y nos hace vivir en el amor y ser solidarios con todos nuestros hermanos: "Como
La Encarnación y la Eucaristía no son dos misterios de fe separados, sino que se iluminan mutuamente y alcanzan un
exhortaba San Pablo a los fieles de Corinto, es una contradicción inaceptable comer indignamente el Cuerpo de Cristo
mayor significado el uno al lado del otro. Existe por tanto una correlación entre el misterio de la Encarnación y el
desde la división o la discriminación (cf. 1 Cor 11,18-21). El sacramento de la Eucaristía no se puede separar del
misterio eucarístico. El misterio de la Encarnación se refleja en el de la Eucaristía de manera que la unión del Dios
mandamiento de la caridad. No se puede recibir el cuerpo de Cristo y sentirse alejado de los que tienen hambre y sed,
eterno con la humanidad -el admirable "intercambio"- se proyecta en la participación sacramental eucarística, que
etc.
"nos hace compartir la vida divina de Aquel que (hoy) se ha dignado compartir con el hombre la condición humana".
Por eso en la sagrada Comunión "nos transformamos en lo que recibimos", es decir, en el Cuerpo de Cristo. Ahora JUEVES: LA EUCARISTÍA Y LA IGLESIA COMO COMUNIÓN
bien, en la participación eucarística no se encarna el Hijo de Dios en los fieles como lo hizo en la Santísima Virgen En la celebración eucarística todos los fieles que peregrinamos en esta vida somos los convidados del Padre, feliz de
María, pero nos comunica su misma vida divina como Él mismo prometió en la sinagoga de Cafarnaún (cf. Jn 6,48-59). acoger a sus hijos en su casa y de ofrecerles la comida festiva de la reconciliación y del perdón que les ha devuelto su
La comunicación de la vida divina que procede del amor infinito del Padre llega a las criaturas humanas a través de la dignidad(Cf. Lc 15,7.10.23-24.32). En la Eucaristía "la Sabiduría ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto
humanidad del Hijo Jesucristo, vivificada por el Espíritu Santo en la Pascua. La Eucaristía, en virtud del mismo Espíritu, la mesa; ha despachado a sus criados para que lo anuncien en los puntos que dominan la ciudad: Venid a comer mi
perfecciona y hace culminar la incorporación de los fieles a Cristo producida por el Bautismo y la Confirmación. De pan y a beber el vino que he mezclado" (Pr 9,2-3.5 Cf. Si 24,19-21; Is 55,1-3; Mt 22,2-10). Nuestra asistencia y
este modo los que formamos un solo cuerpo al comer del mismo Pan (cf. 1 Cor 10,16-17) somos término también de la participación es indispensable, pero es el Padre el que invita, movido por el mismo amor que le impulsa a salir a
donación eterna de amor del Padre al Hijo revelada en la Encarnación (cf. Hb 1,5-6) y prolongada misteriosamente en nuestro encuentro, el amor que se traduce en misericordia y se manifiesta en la alegría. No podemos, por tanto,
la comunión eucarística. La Encarnación y la Eucaristía han abierto a los hombres el acceso al misterio de la Trinidad y rechazar la invitación y negarnos a entrar como el hijo mayor de la parábola (cf. Lc 15,28-30).
al mismo tiempo han hecho posible el acontecimiento de la Iglesia, cuerpo de Cristo y templo del Espíritu para Pero debemos hacerlo acompañados de todos los que forman parte de la "familia de Dios" y son hermanos nuestros
alabanza de la gloria del Padre (Cf. 1 Cor 12,12-13; 2 Cor 6,16; Ef 1,10.14; 2,21-22; etc.), superando las afinidades por ser hijos del mismo Padre celestial, aunque hayan dilapidado su dignidad, porque por encima de todo siguen
humanas, raciales, culturales y sociales. siendo hijos a los que el Padre, con inmensa piedad, mira como tales. El Padre que nos invita a que miremos como Él a
Cuando en la última Cena Cristo anunció que daba su "Cuerpo entregado" por nosotros y su "Sangre derramada" por nuestros hermanos y a acogerlos a pesar de las diferencias, nos alimenta con el Pan vivo que ha bajado del cielo
toda la humanidad (cf. Mt 22,26-28 y par.), estaba comunicando la vida divina como don de toda la Trinidad, pero bajo según el anuncio de Jesús: "Mi Padre es quien os da el verdadero Pan del cielo" (Jn 6,32). La iniciativa ha partido de Él
forma sacramental. A partir de entonces la celebración eucarística, cumplimiento del mandato del Señor para anunciar y forma parte del cumplimiento del plan divino de salvación oculto desde la eternidad, manifestado en Jesucristo y
su muerte y proclamar su resurrección hasta su última venida (cf. 1 Cor 11,24-26), hace presente el misterio trinitario dado a conocer por la predicación apostólica (Cf. Rm 16,25-26; Ef 3,5-9).
en la asamblea de los fieles constituyéndola como Iglesia. En la celebración eucarística se pone de manifiesto, desde La Eucaristía se inscribe por tanto en el acontecimiento de la Alianza y de la experiencia del pueblo de Dios. En el
la invocación inicial hasta la bendición final, que la Iglesia es una "muchedumbre reunida por la unidad del Padre y del curso de la historia el Padre ha permitido a su pueblo vivir y revivir los hechos de la salvación actualizando en la
Hijo y del Espíritu Santo". memoria ritual la bondad de Dios y su amor al hombre (cf. Tit 3,4). Este amor ha llegado a su cumbre con el envío del
Pero de la misma manera que "lo que en la plenitud de los tiempos se realizó por obra del Espíritu Santo, solamente Hijo Jesucristo, para ser inmolado por nuestros pecados (Cf. Jn 3,16-17; Rm 5,8-11). Ahora el Hijo se nos da como
por obra suya puede surgir ahora de la memoria de la Iglesia", así también la comunicación de la vida divina en la vida comida y bebida espiritual, esto es, santificada por el Espíritu (Cf. 1 Cor 10,3-4; Jn 6,48-59.63). La Eucaristía es el
de la Iglesia a través de la Eucaristía es también una realidad que sólo puede existir en el Espíritu Santo y bajo su memorial de la nueva Alianza sellada en la Sangre de Cristo (Cf. Mt 26,28 y par.; Hb 8,6 ss), y su fruto es la misteriosa
acción. La celebración eucarística es un verdadero acontecimiento de gracia y de salvación (kairós) (Cf. 2 Cor 6,2; Lc comunión que une en el misterio de la Iglesia a los bautizados con Cristo y a éstos entre sí como sarmientos de la
4,21). Por eso la misión del Espíritu Santo en la celebración eucarística es tan importante: "preparar la asamblea para única vid (cf. Jn 15,5).
el encuentro con Cristo; recordar y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de los creyentes; hacer presente y
actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder transformador y hacer fructificar el don de la comunión en la Iglesia" VIERNES: EL MISTERIO EUCARÍSTICO, FUENTE Y CIMA DE TODA VIDA CRISTIANA
El ES no sólo es "la memoria viva de la Iglesia" (cf. Jn 14,25-26; 16,12-15), facilitando la inteligencia espiritual de la La Eucaristía es con razón la fuente y la cima de toda vida cristiana. En la Eucaristía "se contiene todo el bien
Palabra de Dios a los que la escuchan en el interior de sus corazones, sino que suscita la acción de gracias y la espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra pascua y pan vivo, que, por su carne vivificada y vivificante
alabanza y actualiza en el rito sacramental los acontecimientos salvíficos que son celebrados, especialmente el por el Espíritu Santo, da vida a los hombres, que de esta forma son invitados y estimulados a ofrecerse a sí mismos,
misterio pascual de Jesucristo, centro de toda acción litúrgica. sus trabajos y las cosas creadas, juntamente con él". Cuando nos reunimos para celebrar la Eucaristía revivimos la
experiencia de los discípulos en la tarde de aquel "día primero de la semana" cuando el Señor se les manifestó para
MARTES: LA PRESENCIA DEL SEÑOR HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS
darles su paz y comunicarles el don del Espíritu (cf. Jn 20,21-22).
La correlación entre el misterio de la Encarnación y el misterio eucarístico se produce también en la continuidad Entonces se cumplen también aquellas palabras de Jesús: "cuando fuere levantado sobre la tierra atraeré a todos
temporal de su morada en medio de nosotros. El Hijo de Dios que se hizo hombre para habitar entre nosotros (cf. Jn hacia mí" (Jn 12,32), que aunque no referidas directamente a la Eucaristía, sin embargo, leídas en el contexto pascual
1,14), una vez ofrecido en la cruz y transformada su humanidad por el poder del Espíritu en la resurrección, cumple la en el que fueron dichas es evidente que ilustran oportunamente esa realidad gozosa, percibida solamente a la luz de
promesa de permanecer como "Enmanuel", es decir, "Dios con nosotros" (Mt 1,23) todos los días hasta el fin del la fe, pero atestiguada históricamente por quienes tuvieron el privilegio de comer y beber con Él después de la
mundo (cf. Mt 28,20), haciéndose presente de muchos modos y en distintos grados de presencia, como enseñó el resurrección (cf. Hch 10,41). Resulta admirable también en nuestros días el ejemplo de tantos cristianos,
Concilio Vaticano II. especialmente en las Iglesias más jóvenes.
La centralidad de la Eucaristía en la vida cristiana ha de concebirse como algo dinámico, que tira de nosotros desde
las regiones más apartadas de nuestra lejanía espiritual y nos une a Jesucristo y, por medio de Él y en el Espíritu
Santo, nos hace entrar en comunión con el Padre y con todos los hermanos. Para asistir a la celebración eucarística
debemos dejar nuestros asuntos, salir de nuestras casas y aun de nosotros mismos acogiendo a los demás como al
propio Cristo, si queremos que el Señor, por ministerio del sacerdote, nos explique las Escrituras y parta para nosotros
el Pan de la vida eterna (cf. Lc 24,25-32).
SÁBADO: LA EUCARISTÍA, CENTRO DE LA IGLESIA LOCAL
Pero la Eucaristía es también fuente y cima de toda la vida de la Iglesia, dado que "los demás sacramentos, al igual
que todos los ministerios eclesiásticos y las obras del apostolado, están unidos con la Eucaristía y a ella se ordenan".
Por la Eucaristía vive, crece y se desarrolla la Iglesia presente en cada una de las comunidades locales de los fieles
unidos a sus pastores, misterio de comunión en el que se superan todas las divisiones y se restaura una unidad que
transciende los vínculos familiares, étnicos, socioculturales o de cualquier tipo (Cf. 1 Cor 12,12-13; Gál 3,28). Es "la
comunión del Espíritu Santo" (2 Cor 16,13; cf. Hch 2,42) que une a todos los hijos de Dios dispersos y se hace patente
no sólo en la diversidad de carismas, ministerios y funciones que enriquecen a la Iglesia (Cf. 1 Cor 12,4-11.28-30; Ef
4,11-12), sino muy especialmente en la misma eucaristía que constituye la principal manifestación de la Iglesia.
Por eso la Eucaristía como misterio de unidad y de amor, verdadera comunicación de la vida trinitaria a los hombres
por Jesucristo en el Espíritu Santo, es referencia esencial, criterio y modelo de la vida eclesial en su totalidad y para
cada uno de los ministerios y servicios. La centralidad del misterio eucarístico requiere también que en todas las
comunidades cristianas, especialmente en las parroquias en las que se concreta de manera más plena la Iglesia
particular confiada al Obispo, se dé a la Eucaristía como sacramento permanente el culto que le corresponde de
acuerdo con la doctrina y las orientaciones actuales de la Iglesia .
Ahora bien, la Iglesia que existe en un determinado lugar y que se manifiesta en cuanto tal cuando se reúne para la
Eucaristía, no está formada únicamente por los que integran la comunidad terrena. Existe una Iglesia invisible, la
"Jerusalén celeste" que desciende de arriba (cf. Ap 21,2). Por eso "en la liturgia terrena pregustamos y participamos
en aquella liturgia celestial que se celebra en la ciudad santa, Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos,
donde Cristo está sentado a la derecha del Padre como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero”. Es toda la
comunidad eclesial la que es asociada como Esposa de Cristo al culto que Éste rinde al Padre para su gloria y
santificación de los hombres, de modo que la celebración de la Eucaristía hace visible esta función sacerdotal a través
de los siglos. Asistida por el Espíritu Santo la Iglesia peregrinante se mantiene fiel al mandato de "comer el pan" y
"beber el cáliz", anunciando la muerte y proclamando la resurrección del Señor a fin de que venga de nuevo para
consumar su obra (cf. 1 Cor 11,26.Toda celebración de la Eucaristía es súplica ardiente de la Esposa: "(Marana tha!
(Ven, Señor Jesús!" (Ap 22,20; cf. 1 Cor 12,3b).

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