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TEMA 2.

CONCEPTOS APLICADOS Y AFINES A LA PSICOLOGÍA


JURÍDICA (IMPUTABILIDAD VERSUS ENAJENACIÓN)

1. Definiciones de conceptos jurídicos en los diccionarios de


lengua

− Culpabilidad: la persona que tiene culpa.

− Discapacidad: el prefijo “dis” señala dificultad, anomalía.

− Enajenación: sacar a uno fuera de sí, locura.

− Engaño: hacer creer algo que no es verdad.

− Eximir: liberar a uno de una obligación.

− Imputabilidad: atribuir a otro una culpa, delito o acción.

− Incapacidad: incapaz, carente de capacidad legal para disfrutar de


un Derecho.

− Peligrosidad: implica peligro, puede dañar.

− Responsable: rendir cuentas de sus actos o de los otros, culpable.

− Secuela: consecuencia de una cosa (de una enfermedad).

− (Trastorno Mental) Transitorio: dura poco, no es definitivo.

2. La figura del enajenado según la medicina y los códigos civil


y penal

Marcó dice que el enajenado, según el DRAE, es el sujeto que está


privado de juicio o uso de razón. También es cuando a uno lo sacan fuera
de sí. Todo esto, en definitiva, sería lo que se conoce tradicionalmente
como loco.

Según el Código Civil, siendo discreto, dice que es un término que


se utiliza indistintamente: loco, demente, chiflado, “se le va la olla”, sin
razón… Marcó dice que la palabra más interesante es enajenado, al ser la
más pulida, no siendo insultante.

El Código Penal (1987), en su artículo 8, menciona al enajenado


como aquel exento de responsabilidad criminal.

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El enajenado también puede ser alguien que esté en situación de
trastorno de enajenación transitorio. Marcó, según el Reglamento de las
Instituciones Penitenciarias, el perito será quien de un informe sobre el
estado mental y/o sobre la necesidad de ingresar a ese criminal en un
centro psiquiátrico penitenciario (si es el caso: Módulo de Enajenados
Mentales). Esbec (2000), afirma que los constructos, términos o palabras
como anomalía, alteración, trastorno mental transitorio… no son
conceptos psiquiátricos o psicológicos, al igual que enajenado. Son
palabras tomadas del lenguaje popular. Además, han sido y son elegidas
por los juristas y legisladores, para que coincida con la terminología
científica.

3. La enajenación entre la imputabilidad penal y el trastorno


mental transitorio

La enajenación, según Marcó, constituye el problema más


importante entre las causas de excensión de la responsabilidad social y
criminal. La enajenación, comporta el no imputar al “REO” (ACUSADO) de ese
crimen. La gravedad humana y el acto antijurídico de este sujeto,
determinan la valoración de las condiciones del psiquismo del autor del
delito.

Si la imputabilidad penal (concepto jurídico) es demostrable, no


puede anclarse, lo que Marcó llamó libertad pura (concepto filosófico),
como noción entre el bien y el mal. Tampoco se puede simplificar en la
idea que consiste en decir acerca de la capacidad de distinguir lo bueno
de lo malo. La imputabilidad, se apoya en un concepto de libertad relativa
(promedio de los hombres) contra la libertad pura. En la práctica, no todas
las alteraciones psíquicas son contempladas por el Derecho. Para la
psiquiatría, la locura o enajenación a de ser duradera y tener una causa
interior (causa endógena, biológica, heredada), y en general, es mediata
(mediante algo) de aparición lenta pero con tendencia a evolucionar a la
demencia o locura, y establece una distinción con el trastorno mental
transitorio. Para Marcó, la enajenación tiene grados:

a) total = no imputable
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b) parcial = se precisa decir que tipo de anomalía se padece y el
médico legista debe de precisarlo.

Cuatro criterios sobre imputabilidad:

1) Desde la psiquiatría forense de Marcó: una persona imputable es una


persona cuya anomalía, deficiencia o enfermedad mental,
generalmente, es funcional y no afecta al conocimiento del valor y el
determinismo de sus actos. Es responsable, sabiendo lo que hace. Los
elementos básicos de la imputabilidad son: conocimiento, libertad,
causalidad y voluntariedad, recogiéndolo el Código Médico. Hay
jurídicos que la consideran estrictamente jurídica: la imputabilidad.
Para los psiquiatras y médicos es un concepto médico-legal, siendo
éstos, las únicas personas para determinar si una persona es normal o
no.

2) Ortega Monasterio (1990): habla de la regulación de la imputabilidad.


Es un requisito del delito y concepto clave en Derecho Penal. La
palabra procede del latín, que significa imputure (atribuir). La define
como el conjunto de condiciones psico-biológicas de las personas que
están retenidas por disposiciones legales vigentes. Resalta que la
acción de la imputación sea comprendida y causada psíquica y
éticamente por la propia persona.

3) Esbec: define imputabilidad como atribuir el hecho al conocimiento y a


la libre acción de la gente. Es un concepto esencialmente jurídico, y su
fundamentación es bio-psico-social. El perito debe pronunciarse sobre
las bases antropológicas. El juez se pronuncia sobre la imputación
subjetiva. Otras definiciones de Esbec sobre imputabilidad:

- Es un concepto psicológico valorizado por el Derecho.

- Es un concepto en el que se distinguen dos planos:


epistemológico (lo que da voz al conocimiento psico-social) y legal
(legalidad vigente).

- Es un concepto psico-socio-normativo (ver art. 19, 20 y 21 del


Código Penal: libro I, título I, Caps. II y III).

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- Para Esbec, es considerado como imputable: una persona mayor
de edad penal, que no presenta anomalía, alteración mental, ni
intoxicación o abstinencia a las drogas psicotrópicas, alteraciones
de la percepción o trastorno mental transitorio, en el momento de
los hechos del delito. Debe tener capacidad cognoscitiva, de
adecuar su conducta a dicha comprensión (capacidad volitiva).

4) Rodríguez y Alejando Ávila Espada: el libro al que hacen referencia es


de 1999. Hablan que ser culpable de un delito, significa que el
acusado, está implicado en el acto criminal, y en términos latinos del
Derecho, se le llama actus rea (acto imputable), que lo cometió con el
estado mental idóneo, que en términos latino es mens rea. Para
llevarlo a cabo dentro de los términos de la definición legal del delito.
Incluso los autores parafrasean esta situación del imputado: “un acto
no puede ser delito, y por tanto, penalmente punible, sino por ser
cometido por una persona que tiene capacidad para conocer que el
acto es malo, y libremente, escoge hacerlo”. La Ley exige que para
que un acto sea legalmente punible, debe ser directamente imputado.
Por lo tanto, en la imputabilidad, el actor o culpable del delito, es
responsable directo del acto. Es una acción, la que comete este actor,
de algo de lo que es consciente de lo que hace, por qué lo hace y para
qué lo hace. Los autores R y A recuerdan la apreciación de Mir Puig: “la
imputabilidad puede verse anulada o reducida, fundamentalmente por
dos factores:

a) El más importante que puede ser reducible por factores


individuales (enfermedad mental, oligofrenia).

b) A nivel situacional (en que circunstancia se ha producido el


hecho: homicidios involuntarios, por ejemplo).

Resaltan que el perito no decide sobre la imputabilidad, inocencia o


responsabilidad del delito, y advierten a los psicólogos que sean cautos
con los informes. Los aspectos deben ser expuestos a ratificación. En la
actualidad, estos autores entienden por imputabilidad: en primer lugar,

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la capacidad de comprender lo injusto del hecho y, en segundo lugar, de
dirigir la actuación conforme a dicho entendimiento.

4. Definiciones de imputabilidad: condiciones y grados

Las condiciones que determinan la imputabilidad son:

a) es que la persona posea la inteligencia y discernimiento de sus


actos, en el momento de la ejecución del hecho.

b) Goce de la libertad de su voluntad (libre albedrío).

De manera que para estudiar la enajenación, se debe plantear tres


aspectos sobre la persona: cualitativo, cuantitativo (hace referencia a
la existencia de un trastorno y su intensidad) y el aspecto cronológico
(coincidencia temporal entre trastorno y hechos antijurídicos). Por
último, los grados de la imputabilidad son vistos por Marcó. Plantea
tres tipos:

1) Reimputable (más complejo, extraño y reincidente): el que está


afectado del trastorno mental (en farmacoterapia de psicosis, por
ejemplo), y cometa un delito de motivación y contenidos
psicopatológicos, y que después de ser sometido a una cura, luego
vuelve a reincidir en un hecho punible de motivación y contenidos
psicológicos. Acaba siendo completamente imputable.

2) Semi-imputable: en principio, aqueja una anomalía, deficiencia o


enfermedad mental, que perturba internamente sus funciones
psíquicas, pero no es imputable. Su responsabilidad es atenuada en
mayor o menor grado.

3) Inimputable: el que tiene abolidas su inteligencia y su voluntad, no


entendiendo lo que ha hecho.

Rodríguez y Ávila: Inimputable es la persona que no puede


responder penalmente por que ha actuado sin libertad. Los niveles de
mens reas, en este caso (inimputable), sería la distinción más genérica
entre intento y negligencia. Otros autores creen que es un impulso
irresistible. La aplicación de la eximente (eximir a alguien de una culpa),

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entre otros, y la defienden (los autores), pero tienen motivos de
controversia.

5. Causas de la inimputabilidad. Criterios nacionales e


internacionales

Descritas por Esbec (págs. 114-116), destacando cuatro causas:

1) Condición propia de que lo imputable se presume en todo ser


humano, su hecho debe ser probada como el hecho delictivo mismo.
Esto es doctrina reiterada por el Tribunal Supremo (presunción de
inocencia).

2) La anomalía: defectos o disfunciones congénitas o precozmente


adquiridas (retraso mental, trastorno del desarrollo o de la
personalidad).

3) La alteración: trastorno mental de nueva aparición, no es una


anomalía. De una mente sana, emerge (demencias).

4) Trastorno mental transitorio: concepto jurídico, pero que no tiene


relación con la nogsología, mencionado por Sanchís Banus a
principios del siglo XX. Es una situación de enajenación, por un
breve tiempo y que cura o curará, sin dejar secuelas.

El término trastorno mental transitorio, fue diseñado para lo que se


llama en términos médicos “reacciones exógenas”. En primer lugar de
base orgánica u obnovulación de la consciencia [------] la nogsia causal… y
hoy es muy aplicado en cuadros de grave intensidad. La Sentencia del
TS de 16 de octubre de 1998, exige que para la apreciación de trastorno
mental transitorio, debe contener los cinco puntos siguientes: 1) brusca
aparición; 2) irrupción en la mente del sujeto con pérdida de facultades
intelectiva y volitivas; 3) breve duración; 4) curación sin secuelas y, 5)
simulación (que no sea autoprovocado para delinquir). Ha sido
considerado la eximente incompleta en los casos de alcoholismo,
síndrome del alcoholismo, borracheras patológicas… asociado a un
trastorno límite de la personalidad: STS de 8 de marzo de 1986, y también

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considerada eximente incompleta, como reacción vivencial anormal por
enfermedad grave del hijo, de 15 de abril de 1998 (eutanasia).

Criterios Nacionales (de los juristas del Tribunal Supremo)

Ortega Monasterio: el Código Penal, en el art. 82 de 1987, define los


límites psicopatológicos de la imputabilidad, refiriéndose al enajenado
como exento de responsabilidad penal (Tribunal Supremo).

Criterios Internacionales

Francia: palabra clave es demance (demencia), que significa


enfermedad mental. El criterio que se rige es el médico-biológico. El otro
criterio paralelo es el psicológico-filosófico: Alemania e Italia lo defienden
más, por que en Alemania dice que se rige por la capacidad de
comprender y dirigir la actuación (en conexión con la escuela clásica:
Kant), “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”; en
Italia la enfermedad mental se considera como algo que excluye la
capacidad de entender y de querer (entender y querer es lo sano). El
criterio francés es positivista, causalista y determinista: medidas
terapéuticas y médicas del enajenado. La enajenación es una patología
del libre albedrío, y sustentadas en el conocimiento y en la voluntad. En la
práctica, positivista y clásica se combinan. La respuesta penal ante el
enajenado suele ser la misma, recordando Esbec, que hay un abismo
entre ambas posiciones dentro de la psiquiatría forense.

Rodríguez y Ávila: la Ley a abierto vías para una respuesta, para


discernir el bien del mal, creando entidades ficticias utilizadas por los
profesionales. Recuerdan las pruebas americanas, que están vigentes
desde 1976:

1) Prueba M’ Naughten: relacionado con el impulso irresistible.

2) Durham: relación entre trastorno y delito.

3) ALI (American Law Institute): modelo del Código Penal de 1962, que
intentó resolver los problemas que plantean las dos primeras. Las
características de estas pruebas se encuentran en el libro de
Rodríguez y Ávila (págs. 59 y ss.).

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 1268: Henry LeBlackting, jurista inglés, habló por primera vez de la
irresponsabilidad de los locos. La historia de la locura en la época
clásica de Michel Hulson (filósofo, libro: Vigilar y castigar).

 1724: se ve por primera vez la idea de que el loco es inimputable, en un


tribunal inglés, y de forma oficial.

 1834: aparece la regla de Van Hauten, basada en el conocimiento del


bien y del mal. Fue muy criticada por que no era operativa y no
diferenciaba entre impulsos resistibles e irresistibles.

 1808: aparece el código de instrucción militar o códico Napoleón.


Determina de forma oficial, las distintas consideraciones del loco ante la
Ley. El art. 64 del código, incluía toda la gnosología psiquiátrica y la
consecuente aplicación en el internamiento de un manicomio. Estuvo
vigente hasta 1938.

1869: Ray contradijo la regla de Van Hauten, y exigia para que fueran
imputados los locos, que hubiera una locura total, consistía en ser
internado automáticamente en un manicomio.

 En los años 70, surgieron tres reglas: Durham, Briggs y ALI.

ALI es el criterio más reciente, según Esbec, al español vigente


(Código de Modelo Penal). Cada Estado aplica una regla preferente,
pero la tendencia general es centrarse sólo en el conocimiento del bien
y del mal (culpabilidad: te dice lo tienes). Al hablar del bien y el mal se
excluye todo el beneficio exculpatorio a la mayoría de los trastornos
del psiquismo. La expresión demencia se incluye en el art. 64 del
código se dice por parte de Esbec que es un concepto global ,
psiquiátrico y nosológico y se puede leer en nuestra Ley de
Enjuiciamiento Criminal, y hasta hace poco en el código civil.

En todos los Estados de la UE, se pone una serie de cualidades del


imputable, cuando existen anomalías que afectan: primero, a la capacidad
de comprensión de lo ilícito y, segundo, a la capacidad de autocontrol-
volitivo-motivacional. Finalmente, Esbec en su libro hace un comentario
extenso, de los Códigos austriaco, francés, portugués, alemán, italiano e

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inglés. En la pág. 47 de su libro, aparece la evolución histórica de las
causas de la responsabilidad criminal en el Código Penal español, en los
años 1822, 1870, 1928 y 1932. La reforma siguiente fue en 1995.

6. Eje de actuación y competencias del psicólogo judicial y/o


forense: responsabilidad civil y criminal

Rodríguez y Ávila, nos dicen que la relación entre responsabilidad


civil y criminal es estrecha. Una no excluye a la otra. Lo confirman los arts.
116, 118 y 119 del Código Penal de 1995. Por lo tanto, el eje de actuación
del psicólogo jurídico y la evaluación de las consecuencias, y las
distancias jurídicas toman decisiones, asumiendo que los individuos están
en plena posesión de sus capacidades físicas, mental y social. Tales
capacidades, quedan implicadas en cualquier indagación sobre la
conducta actual, pasada y futura. Todo esto está implicado indirectamente
con la decisión legal. Los autores presentan un esquema (ver fotocopias,
pág. 56 de su libro), sobre los Códigos Civil y Penal, en las situaciones que
las personas poseen esas competencias. Determinarla es cuestión
privativa de los jueces. Especialmente los españoles, quienes gozan de
especial discrecionalidad. En los últimos años, los jueces progresivamente,
solicitan y aceptan el testimonio de experto (médicos, forenses,
psiquiatras y recientemente psicólogos y asistentes sociales). El psicólogo
forense, aporta información con la evaluación pericial, pero en última
instancia decide el juez. Su situación está entre la responsabilidad civil y
penal.

7. La eximente y la evaluación psicológica de la imputabilidad

(págs. 61 y 63). Destacan dos veredictos en Norte América: NGRI y


GMBI.

a) NGRI: Significa “No culpable por razón de locura”. Rodríguez y Ávila,


dicen que es lo que equivale a la eximente completa española (CP
art. 20. 1ª).

b) El segundo es “culpable, aunque mentalmente enfermo”.

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Se comenta la inconsistencia de la eximente de trastorno mental. En
España, se defiende la imputabilidad por la voluntariedad consciente.
[Fotocopias: artículos y capítulo de Evaluación psicológica de la
imputabilidad]  ESQUEMA: Rodríguez y Ávila dicen que médicos,
psiquiatras, forenses, son llamados a declarar en casos de alteración
mental, y actualmente los psicólogos también. Los fenómenos que han
influido, los comentan, y hacen una propuesta práctica, para una
evaluación. Se recogen en siete puntos o principales fuentes de datos:
fuentes de datos, un sumario, que incluye entrevistas con el entorno del
acusado, informes sobre salud mental, entrevista con el acusado, y
abogado defensor, pruebas y test. Información interdisciplinar.

IEF (Evaluación forense de la inimputabilidad)

MSE: Buena relación en cuanto a consideraciones psicométricas.


Detección y evaluación del estado mental en el momento del delito. Pag.
70-71

LCRAS: Escala Rogers para la evaluación de la responsabilidad criminal.


CUADRO 3.

PCL-R

Mc Arthur: Cuadros.

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