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Poder Judicial de la Nación

Año del Bicentenario

SENTENCIA N° 94.662 CAUSA N° 8.792/2008 SALA IV


“DAH C/ ADIDAS ARGENTINA S.A. S/ DESPIDO” JUZGADO N°44
En la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina, a los 14 DE
MAYO DE 2010, reunidos en la Sala de Acuerdos los señores miembros
integrantes de este Tribunal, a fin de considerar el recurso interpuesto contra la
sentencia apelada, se procede a oír las opiniones de los presentes en el orden de
sorteo practicado al efecto, resultando así la siguiente exposición de
fundamentos y votación:

El doctor Héctor C. Guisado dijo:

I) Contra la sentencia de primera instancia de fs. 479/482 que hizo lugar


parcialmente a la demanda, se alzan el actor (fs. 484/486) y la demandada (fs.
489/492).
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II) La demandada se queja, en primer lugar, porque el Sr. Juez a quo


consideró acreditado el hecho invocado en la comunicación de despido, pero
estimó que ese proceder no aparecía “con la dimensión y proporcionalidad
necesaria” para justificar la cesantía, por lo que admitió el reclamo
indemnizatorio. A criterio de la apelante, esa apreciación resulta errónea, por las
razones que desarrolla en su memorial.
Anticipo que, a mi juicio, el recurso merece trato favorable.
En efecto, la demandada despidió al actor por “tomar a un compañero de
trabajo (Sr. S A B ) junto a otras dos personas, intimidándolo y contra su
voluntad atarlo a una silla dejándolo dentro del depósito del local por un lapso
de tiempo aproximado de entre 10 y 15 minutos, generando con ello un grave
perjuicio personal y material a su compañero de trabajo y a su vez generando
una absoluta pérdida de confianza de parte de su empleador, que impiden la
prosecución de la relación laboral”.
El Sr. Juez a quo otorgó eficacia probatoria a los dichos de los testigos B
y C y, en su mérito, concluyó que “pese al desconocimiento del hecho que se le
imputa por parte del trabajador, el mismo quedó acreditado en la causa”. Esa
conclusión arriba firme a esta alzada, por lo que la cuestión a resolver se
circunscribe a determinar si la injuria en cuestión revistió o no gravedad
suficiente como para justificar la ruptura del contrato.
Pues bien, B explicó que, mientras se encontraba en el depósito, fue

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acometido por el actor (D ) y otros dos ex compañeros (T y G), quienes lo tiraron
sobre las cajas y lo sujetaron entre los tres. Los nombrados “agarraron una
cinta de embalaje, lo ataron al testigo por los tobillos y lo dejaron por media
hora o cuarenta minutos. Fue bastante tiempo”. B agregó que “se quedó
forcejeando”; que “para ellos fue una broma, pero para el testigo no”; que
“cada tanto miraban para ver como estaba el testigo”; que dos compañeras
ingresaron al depósito y “les decían a los chicos que lo suelten”; que “cuando
terminó todo, el sub encargado les decía que lo soltaran”; y que finalmente “se
logró soltar”. Asimismo, puntualizó que “las bromas entre compañeros eran
habituales, pero no en esta magnitud” y que “chistes sanos se hacían, pero no
de atar a las personas” (fs. 329/330).
Esta declaración aparece respaldada por la de C, quien relató que el actor
fue despedido “por encintar a un compañero…lo sabe porque lo vio. La testigo
estaba atendiendo a un cliente, fue a buscar un calzado al depósito y vio que a
Sebastián B lo estaban encintando con cinta de embalar…lo estaban
encintando sus compañeros D y G…había otro chico, T…”. Precisó que “a B lo
tuvieron un rato. Lo ataron desde los tobillos y lo fueron embalando. Le ataron
las manos…cuando hacían esto los chicos se reían…B estaba mal…estuvo
atado 40 minutos”. Agregó que “las bromas habituales eran de estas tres
personas: D , T y G ,pero no incluyendo a B como involucrado…Sebastián B
no se involucraba con nadie…con el resto de las bromas no se hacían informes
porque no eran bromas tan grandes” (fs. 331/332).
De las declaraciones precedentemente reseñadas, cuya eficacia probatoria
no ha sido cuestionada ante la alzada (dado que el actor no contestó el traslado
de los agravios) se extrae que el actor y sus dos compañeros ataron a B con cinta
de embalaje por los tobillos, las piernas y el torso, lo dejaron en ese estado en
una silla por no menos de 10 o 15 minutos (según el telegrama de despido,
aunque los testigos indicaron un lapso mayor), todo ello contra la voluntad de la
víctima. Cabe destacar que el actor no esgrimió ninguna excusa que justificara su
proceder (antes bien, con evidente deslealtad procesal, desconoció la existencia
misma del hecho) y que B, ciertamente, no lo tomó como una broma.
En tales condiciones, estimo que la conducta del actor (debidamente
acreditada en la causa, conforme conclusión firme de la sentencia apelada),

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infirió una grave afrenta a la dignidad de un compañero de trabajo, por lo que la


empleadora (que tiene el deber de respetar –y hacer respetar- la integridad
psicofísica y la dignidad de sus dependientes) actuó prudentemente al despedir al
autor del hecho dañoso (art. 242 LCT).
Sugiero entonces admitir el agravio y rechazar el reclamo de
indemnizaciones derivadas de la cesantía.
III) También se agravia la demandada de la condena al pago de “los
rubros de la liquidación final (SAC y vacaciones proporcionales)”, porque –
afirma- “dichas sumas han sido oportunamente depositadas en la cuenta sueldo
del actor, conforme surge de la pericia contable producida en autos”.
La objeción no puede prosperar, pues: a) el perito contador sólo dio cuenta
de que los rubros mencionados habían sido liquidados por la empleadora (cfr., en
especial, fs. 453 vta./455 vta.), pero en ningún momento insinuó que hubieran
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sido depositados; y b) por el contrario, del informe del Banco Santander surge
que el último depósito de haberes correspondiente a la cuenta sueldo del actor
fue el realizado el 30 de abril de 2007 (cfr. fs. 227/228), por lo que obviamente
no acredita la cancelación de los rubros devengados con motivo del despido
producido con posterioridad a aquella fecha.
IV) Por lo que hasta aquí llevo dicho, cabe reducir el monto de condena a
la suma total de $ 1.696,69 ($ 1.014,75 por SAC proporcional del 1er. semestre
de 2007, más $ 681,94 por vacaciones proporcionales del mismo año), con más
sus intereses en la forma establecida en origen.
V) La solución propuesta en el considerando anterior torna abstracto el
examen de los agravios del actor respecto de los temas de fondo, como así
también el análisis de los cuestionamientos sobre costas y honorarios, dado que
procede su determinación en forma originaria (art. 279 Cód. Procesal).
En atención al resultado del proceso, corresponde imponer las costas de
primera instancia en un 98% al actor y en el 2% restante a la demandada; y las
de alzada en un 85% al actor y en el 15% restante a la demandada (art. 71 Cód.
Procesal).
Teniendo en cuenta el monto del proceso (el admitido, con sus intereses, y
el rechazado) y el mérito e importancia de los trabajos realizados, sugiero regular
los honorarios de primera instancia de la representación y patrocinio del actor en

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$ 14.000, los de la representación y patrocinio de la demandada en $ 16.000, y
los del perito contador en $ 5.360 (arts. 6, 7, 8, 9 y conc. ley 21.839, 38 L.O. y 3°
y conc. dec. ley 16.638/57). Asimismo, propongo fijar los de los profesionales
del actor y de la demandada por su intervención en la alzada en las respectivas
sumas de $ 456 (25% del 13% de $ 14.038,16) y $ 526 (25% del 15% de $
14.038,16) [art. 14, ley 21.839].
VI) En síntesis, voto por: 1) Modificar la sentencia apelada, rechazando la
demanda en lo principal que decide y reduciendo el monto de condena a la suma
total de $ 1.696,69, con más sus intereses en la forma establecida en origen. 2)
Dejar sin efecto lo decidido sobre costas y honorarios. 3) Imponer las costas y
regular los honorarios de ambas instancias en la forma indicada en el
considerando respectivo.
La doctora Estela M. Ferreirós dijo:

Por compartir sus fundamentos adhiero al voto que antecede.

Por ello, el Tribunal RESUELVE: 1) Modificar la sentencia apelada,


rechazando la demanda en lo principal que decide y reduciendo el monto de
condena a la suma total de $ 1.696,69, con más sus intereses en la forma
establecida en origen. 2) Dejar sin efecto lo decidido sobre costas y honorarios.
3) Imponer las costas y regular los honorarios de ambas instancias en la forma
indicada en el considerando respectivo.

Cópiese, regístrese, notifíquese y oportunamente devuélvase.

ESTELA M. FERREIRÓS HÉCTOR C. GUISADO


Juez de Cámara Juez de Cámara

ANTE MI:
h.g.
SILVIA SUSANA SANTOS
Secretaria

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