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y DN INDICE ‘Cartrouo I ‘AREAS DE PREVENCION Y LOS ESTUDIOS EPIDEMIOLOGICOS EN SALUD MENTAL Carfrove II: EL PROCESO DIAGNOSTICO INDIVIDUAL a Cavtruve IT: ENTREVISTA DIAGNOSTICA PSICOPATOLOGICA PARA ADULTOS: Cartruto IV: ENTREVISTA DIAGNOSTICA INFANTO JUVENIL ... 75 Capitulo IT EL PROCESO DIAGNOSTICO INDIVIDUAL (CONSIDERACIONES TEORICAS En Ias iltimas décadas se han hecho va- riados estudios sobre el proceso diagnéstico en el campo de las denominadas: logias, Con anterioridad (Casullo, 1981) pu- blicamos un trabajo donde plantedbamos Ia necesidad de un minimo de estandariza- cidn del mismo. En el piano de Ja produccién de conoc!- mientos cientificos es condicién necesaria el medio sociocultural en el que vive. — Su formacién No es nuestra intencién analizar cada objetiva y ella es posible si hay un. distan- ciamiento con respecto al punto de vists a paraciones entre lo normal y lo patoldgico, entre el adulto y el nifio, entre el hombre y el animal, entre lo individual y lo coleo- tivo, La clencia, o el saber denominado clentifico, comienza tan pronto como es po- sible delimitar un problema de manera tal temas tan desafiantes como los de la salud — La técnica o instrumento con el que se registran los fendmenos bajo ¢s- tudia. — El modo en que se dimensionan tos sintomas. los factores en su quehacer profesional, mds alld de que lo admitan ¥ Teconozcan como necesarios. A nuestro entender, el peligro ético del quehacer pro- fesional en el dmbito de la salud mental radica fundamentalmente en que técnicas, modos y sistemas carezcan de un minimo base una propuesta clasificatoria psiquid- trica basada en la agrupacidn de distintos tipos de sintomas. Las nosologias base para 1a elaboracién de dichos instrumentos la constituyeron: 1. El Manual diagndstico y estadistico de los desdrdenes mentales, publicado en su tercera versién en 1980 (DSM-III) por la Asociacién Americana de elaborada 2, La propuesta por la Mundial de In Salud (OMS, 1975-1979) en su Clasificacién Inter- nacional de Enfermedades. unos con otros. de psicopatologia, y que los estudios clini- cos que se realicen puedan ser replicados, reproducidos por un colega para verificar si se obtienen o no resultados similares. Tal vez el tema que suscitado mas polémicas respecto al DSM-III es el relati- vo ® que no especifica cémo relevar los (1985), lo que diferencia a los cientificos de los que no lo son es el grado de exigen- cia critica. El no cientifico es poco cuida- doso en el control de las condiciones en las ber cientifico y el progreso téenico, el des- bles. Una técnica hace posible vincular con ceptos tedricos con los datos, con los he- chos. El contenido de cualquier concepto (neurosis, inteligencia, salud) se explica Por medio de la connotacién y hay dos tual brinda ¢l contenido tedrico y la opera- cional los criterios para poder verificar su contenido empfrico, su denotacidn. En este sentido, una entrevista diagnds- tica estructurada se propone operaciona- lizar conceptos de amplia difusién en el campo de la psicopatologia. Su modesta intencién es facilitar Is posibilidad de es- tablecer un vinculo entre la teoria y los fenémenos concretos. La hemos elaborado para que pueda promover criticas, propues- tas, reflexiones y, sobre todo, su propia y necesaria © transformacién. cos culturales diversos, Nos permitimos recordar que toda técni- ca psicomdtrica intenta evaluar los atribu- tos de una variable. Un interesante campo de discusidn tedrica se ha abierto en los ulttmos afios acerca de Ia universabilidad de ciertas variables y la especificidad cul- tural y social de los atributos que la expre- ‘san 0 configuran. Algunos autores utilizan Jos términos “emic” y “etic” pars referir- se a esas variaciones (Harris, M., 1985). En este sentido, seria factible afirmar que ja variable “enfermedad mental” tiene exis- tencia universal pero sus atributos, las for- mas en que se la expresa y reconoce, estdn condicionados por valores y creencias do- cia”, a modo de ejemplo. Para elaborar las entrevistas cas nos hemos basado en Ia nosologia que propone el DSM-III, asi como en clertas propuestas que aparecen en la versidn 10° como la DIS en el DSM-III y elaborada en el Departamento de Psiquiatria de la Uni- versidad de Kentucky por E. Othmer, E. Pe- nick y B. Powell. El DSM-III utiliza como concepcidn de trastorno mental, la siguiente: “Todo sindrome o patrén psicolégico © conductal clinicamente significativo, que aparece en un individuo y que se encuen- tra asociado en forma tipica con un sinto- ms perturbador (distress) o deterioro, en ferir que se trata de una ldgica, psicoldgica o conductal y que esta alteracién no sdlo estd referida a is rela- ci6n entre el individuo y Ia sociedad. Cuan- do ia alteracién se limita a un conflicto entre el individuo y la sociedad, podemos No hay postulado que afirme que cada tras- torno mental es una entidad discreta con limites precisos (discontinuidad) respecto a otros trastornos mentales y a la ausencia 1. Un error bastante comin es creer que una nosologia clasifica individuos, cuando en realidad se clasifican los trastornos que Ins personas padecen. 2. Otro error conceptual es creer que to- das las personas diagnosticadas del mismo trastorno son iguales en todos los sentidos; pueden muy bien diferenciarse en aspectos importantes como lo son Ia reaccidn a es- trategias terapduticas o ia manera en que evoluciona la enfermedad. Diversas opiniones criticas respecto al psicopatoldgico que ts innecesario sino que lo han califi- cado de perjudicial (Laing, 1967; Scheff, |. En forma. Por otro lado, estén aquellos que no cues- tlonan el proceso psicodiagnéstico sino la validez de los sistemas nosoldgicos clasifi- catorios que se utilizan. ‘Quienes se refieren a los peligros de las etiquetas enfatizan el hecho de que, al ser categorizada, una persona asume el “rol de enfermo” que se le atribuye (Schetf, 1975; Scheer, 1971). Ningun dingndstico, abarcando 1a totalidad de in dindmica de 1 personalidad o de is situaciones que la determinan. ‘Un dingnéstico siempre representa un proceso de abstraccién y condensacién de 2° edlicion ‘Tapa: Pablo Barragin ISHN: 950-9129-17-8 © 1992 Lugar Editorial S.A. Castro Barros 1754 - (1237) Buenos Aires (eda hecho ef deposit que marca lay 11.723 Impreso en Argentina Printed: inte in Argentine

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